Comunicado INTERFARMA Un duro golpe corta la ciencia y la

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Comunicado INTERFARMA
Un duro golpe corta la ciencia y la responsabilidad en el cuidado de la salud pública en
Brasil
San Pablo, abril 14, 2016.
El Boletín oficial de Brasil publicó hoy la ley Nº 13.269, autorizando el uso excepcional del
fosfoetanolamina en pacientes con cáncer, como si la sustancia fuera un medicamento, mostrando
uno de los capítulos más tristes de la historia de a tención de la salud pública brasileña. Al tomar
esta decisión, los diputados, senadores y la prudente han revocado un logro universal: el respeto
por la ciencia y los pacientes.
En nombre de este respeto, en todo el mundo, no se distribuyen drogas que no han pasado por
estudios de seguridad y eficacia para proteger a los pacientes. En nombre de este respeto, se han
establecido procesos para estudios clínicos, con estándares internacionales, que han sido
adoptados por la ciencia. Es más, las autoridades sanitarias se han organizado para evaluar y
validar los resultados de dicha investigación y solo autorizan el registro de drogas para ser
utilizadas como medicamentos luego de que éstas han pasado por las fases necesarias.
Desde hoy, Brasil hace historia en el mundo de la ciencia y el mercado farmacéutico como el
primer país que legaliza la irresponsabilidad, anula la importancia de la ciencia e iguala a un
medicamento con un no-medicamento. La decisión es de tal sinsentido que informa que la droga,
que no ha sido testeada o aprobada por la Agencia de Vigilancia Sanitaria de Brasil (ANVISA) solo
puede ser elaborada por una organización que tenga una licencia de producción otorgada por la
propia ANVISA. Peor aún, la decisión solo es válida hasta que se hayan completado los estudios. Y
luego si se concluye que el producto no puede ser aprobado, quién será responsable por las
consecuencias. ?
Será difícil, muy difícil, explicar a cualquier interesado en asociarse con la porción seria de Brasil de renombrados y cuidadosos científicos y una agencia de clase mundial - que el mismo país
sostiene y oficializa semejante acto de irresponsabilidad
Es irresponsable con los pacientes con cáncer, a los que presionados por la angustia y el dolor se
les vende una creencia que, al menos por ahora, no tiene prueba de eficacia y la inexistencia de
efectos secundarios.
Es irresponsable con las autoridades sanitarias que han visto su consejo técnico cambiado por
argumentos políticos. Y es irresponsable hacia la imagen científica del país, que se ha construido
en el mundo, con gran sacrificio de científicos y médicos.
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