Un suplemento de EL MUNDO DIRECTORIO Un servicio de Domingo 9 de marzo de 2003, número 386 Portada Números Anteriores OTROS SUPLEMENTOS Magazine Crónica El Cultural DROGADICCION / ENSAYO EN GRANADA Nueva Economía Miguel, el apóstol de los «yonquis» Motor ESTUVO ENGANCHADO y ahora, rehabilitado, recluta a los toxicómanos que participarán en Viajes un ensayo pionero con heroína Su Vivienda Salud Ariadna La Luna Aula Campus OTROS MUNDOS elmundo.es elmundodinero elmundolibro elmundoviajes elmundodeporte ILDEFONSO OLMEDO Ahora tiene compañera, salud y un futuro por labrarse, pero hubo un tiempo en que Miguel no tuvo nada, ni a nadie. Fue sólo sombra.Deambulaba sonámbulo por Granada con las venas abiertas, hambrientas siempre del próximo chute. Carne de arrabal y delito. Dos muertes de seres queridos le precipitaron al agujero. Primero falleció su padre, que regentaba el taller familiar de mecánica donde Miguel se curtió como chapista, y a los 20 meses enterró a su madre. Aquel luto, en su recuerdo, fue el pistoletazo de salida de su larga cabalgada con las drogas. elmundosalud elmundovino medscape elmundomotor Emisión Digital Metrópoli Expansión&Empleo Navegante mundofree MEDIADOR. Miguel (en el centro) fue formado por la Escuela de Salud de Andalucía como agente sanitario con el objetivo de convencer a toxicómanos de larga duración para que participaran en el ensayo con heroína. Él, aunque reinsertado, aún tiene una causa pendiente con la Justicia por hechos de su pasado. / ESTHER FALCON Del coqueteo esporádico con la aguja y el papel de plata, Miguel, el chapista huérfano, pasó a un romance trágico con la heroína.«Perdí a muchos amigos en ese viaje. El último fue Borja, que era de Madrid. Tenía 45 años y falleció hace uno, en una mala racha que se llevó por delante a tres compañeros casi de seguido».Habla en pasado. Las suyas son las palabras del náufrago que llegó a tierra firme abrazado a un madero que le mantuvo a flote: la metadona. Tres años duró su viaje de regreso. elmundo personal juegos: level51 elmundomóvil Con 41 años Miguel se ha convertido, precisamente por ser ex toxicómano, en salvador de sus viejos colegas, los excluidos, yonquis enganchados al trapicheo por pura supervivencia. Miguel les habla con sus palabras y ellos saben que va de veras. Enrolado con la Escuela de Salud Pública de Andalucía en un ensayo pionero para tratar con heroína legal importada desde Escocia a un grupo de heroinómanos, Miguel lleva meses censando en Granada a los candidatos del programa experimental. Él fue elegido por los responsables del ensayo para llevar a los drogadictos más marginales el último mensaje de salvación: os darán heroína, talleres formativos y un salario social si no lo tenéis, para reengancharos con otra vida. No es el festín de los parias, sino una terapia que en Suiza, el primer país donde se ensayó, ha dado resultados más que notables para satisfacción del psiquiatra español Miguel Marset, director del programa helvético de dispensación de heroína y asesor en España de la corajuda prueba granadina, que cuenta con la participación del Comisionado Andaluz contra las Drogas y con la luz verde del Ministerio de Sanidad. ULTIMA OPORTUNIDAD Heroína para salvar a los heroinómanos. Quizás, coinciden el chapista Miguel y el director del proyecto andaluz, Joan Carles March, la última oportunidad para gente que ha fracasado en sucesivos intentos de desintoxicación. La ecuación es tan simple como arriesgada.Si no puedes dejar la droga, te ayudaremos a vivir controladamente con ella, pero sin tener que robar para tenerla, sin tener que atracar, sin tener que provocar que los tuyos te repudien, sin tener que inyectarte basura fabricada por traficantes sin escrúpulos quién sabe con qué venenos... Puro ensayo clínico en el que les va la vida a gente como El Moreno, de 59 años y morador de uno de los chupanos de la ciudad (casas abandonadas donde los más desahuciados malviven entre ratas y se inyectan o fuman esa mezcla de heroína y coca que llaman speed ball). «Qué pueden ofrecer a alguien que lleva 30 años pinchándose y no piensa cambiar?», dijo de primeras El Moreno. Nadie pretende irles con monsergas redentoras, ni moralina falaz.Por eso mismo, quizá, y por el poder de convicción de Miguel -fue aleccionado durante semanas antes de iniciar la recluta- El Moreno, cincuentón, terminó apuntándose al ensayo. «El programa va dirigido a gente que está fuera del sistema, a los que ni la metadona les ha servido. El objetivo es, haciendo de tripas corazón, ofrecer a esos pacientes la posibilidad de una vida mejor, normalizada aunque sea entre comillas. La mayoría son hombres que tienen más de 35 años y superan los 14, de media, en la droga, que se pinchan cotidianamente. Casi la mitad vive en la calle o albergues lejos de sus familias, muchos consiguen dinero de forma ilegal... Gente a la que nadie hace caso. Otros ni siquiera tuvieron esa última oportunidad que todo el mundo merece; han muerto en los cinco años que ha tardado en recibir la luz verde este ensayo», explica March, al frente del equipo de 17 especialistas que está tras el Pepsa (Plan Experimental de Prescripción de Estupefacientes en Andalucía). La lista de aspirantes, elaborada por Miguel y dos técnicos de la Escuela de Salud tras meses de inmersión en el impenetrable mundo de los yonquis desarraigados, está llena de apodos. A nadie, para no ahuyentarlos, se le pidió nombre ni carnés. Resultado: 287 candidatos de entre los que finalmente, tras detalladas entrevistas personales que acaban de empezar, saldrán los 124 pacientes del ensayo. A 62 de ellos se les dispensarán, bajo control médico, dosis personalizadas de diacetil morfina (heroína) fabricada con todas las garantías en unos laboratorios de Escocia, y a los otros 62, metadona. Ambos grupos estarán sometidos, durante los ocho meses de la prueba terapéutica, a un control diario (un médico decidirá qué dosis de heroína recibe cada uno) y deberán asistir a talleres ocupacionales. «No se trata de resolverles la adicción, sino de reinsertarlos y acercarlos al sistema sanitario», ha dicho el consejero andaluz de Salud, Pérez Saldaña. En su mayoría, los 287 censados por Miguel padecen graves enfermedades crónicas (sida, hepatitis, candidiasis...), y tienen también otro largo historial: el policial y judicial, fruto de años de robos, hurtos y otros delitos. Casi siempre condenas inferiores a lo que en su jerga llaman la yeyé: cuatro años y un día de cárcel, pena que es la que se corresponde al robo con violencia u otros delitos similares. Y la experiencia suiza muestra que los programas de heroína también conllevan una reducción del número de delitos. O a que los implicados en el ensayo asuman sus buscas y capturas si las hubiera. Se calcula que en Andalucía hay unos 3.500 heroinómanos que han fracasado en su intento de dejar las drogas con tratamientos sustitutivos con metadona. Miguel, acompañado del técnico de la Escuela de Salud Pública Manuel Romero, hablaron en Granada y alrededores con más de 400 que respondían al perfil que el ensayo requiere. De junio a septiembre pasados, bucearon entre esa población oculta. «No buscábamos conejillos de indias, sino personas. El reto del ensayo también incluye dar soluciones a sus problemas sociales, personalizar el beneficio... Tuvimos que formarnos durante meses, y al final Miguel y yo nos repartimos bien el trabajo», dice con orgullo Romero. Cuevas, chupanos y los alrededores de los centros de dispensación de metadona (106 en toda la provincia de Granada, con 2.071 toxicómanos usuarios) fueron pateados mil veces en busca de candidatos al ensayo. Cada uno tenía que responder a 22 preguntas, lo que a veces llegó a suponer hora y media de charla rompiendo, incluso, tabúes. «Hablando de conductas sexuales de riesgo, un chico gitano llegó a reconocernos su homosexualidad». Resultado: Miguel y Manolo lograron alistar a 287 personas y escucharon la negativa de 112, en su mayoría prostitutas adictas que, al no faltarles el dinero, rechazaron una invitación que, en definitiva, supone alterar su modus vivendi. TRAFICANTES ENFADADOS Las entrevistas, a veces, resultaban imposibles. «Unos chulos se nos enfrentaron porque creían que veníamos de desintoxicar a sus mujeres... También fuimos amenazados por traficantes.Pensaban que íbamos a repartir heroína gratis en algún camión.Uno llegó a gritarnos que como volviéramos por su zona nos pegaría un tiro, "porque lo único que queréis con todo eso es arruinarme el negocio", nos vociferaba». Habla ahora Manuel Romero, con casi 25 años trabajando entre colectivos marginales. Él fue quien ofreció a Miguel, a quien conocía del barrio del Zaidín, a los directores del Pepsa. El chapista, que acababa de superar con fortaleza la fase de desintoxicación con metadona, se convirtió en la llave maestra para acceder a la población heroinómana.«Desde hace años, en la Escuela veníamos trabajando con la llamada metodología de iguales. Es decir, para llegar a determinado mundo cerrado, tenemos que contar con personas de ese mundo: el igual. Así, se rompen las barreras y se genera un efecto de bola de nieve». El plan ya ha echado a rodar. La droga escocesa empezará a llegar en breve. Heroína legal, que lo dice Miguel. «Es dignificante poder ayudarles... A mí nadie me dio ese empuje, me lo tuve que dar yo mismo». PADRE SUIZO, MADRE HOLANDESA El ensayo español con heroína nace tras la experiencia desarrollada ya en varios países. «Tiene padre suizo, madre holandesa y hermanos alemanes y luxemburgueses», explica Joan Carles March. De los resultados del programa pionero dio cuenta la revista médica The Lancet en octubre de 2001, que se centró en el ensayo con 1.969 toxicómanos realizado por el Instituto para la Investigación de las Adicciones de Zúrich. La prueba comenzó en la ciudad suiza en 1994 y a partir de 1995 estuvo dirigida por el español Miguel Marset (Albacete, 1960), que había llegado a Suiza en 1992 para especializarse en Psiquiatría. En él y en el ejemplo suizo se quisieron mirar los responsables de la asociación sevillana Enlace, que plantearon al Comisionado para las Drogas la posibilidad de aplicar aquí lo que se hacía en otros países. Durante un tiempo, Marset, contratado por la Junta, trabajó en Sevilla para el alumbramiento del plan. Y expuso su filosofía sanitaria: «El fin del tratamiento no es la abstinencia. Si llega, bien [en Suiza lo lograron 136], pero la meta es recuperar a los adictos, reinsertarlos progresivamente.Muchos tomarán heroína de por vida». © Mundinteractivos, S.A. - Política de privacidad C/ Pradillo, 42. 28002 Madrid. ESPAÑA Tfno.: (34) 915864800 Fax: (34) 915864848 E-mail: [email protected]