EXPERIENCIAS EN MÉXICO SOBRE REDUCCIÓN DE VULNERABILIDAD SÍSMICA DE CONSTRUCCIONES DE ADOBE Roberto Meli1 Las construcciones adobe en México En México subsiste un gran número de construcciones hechas de adobe, a pesar de que el material ha entrado en desuso y son muy pocas las nuevas construcciones que se hacen con él. El material era muy común en las construcciones prehispánicas, tanto monumentales como de vivienda, y fue el más empleado en la época colonial. Los primeros templos y palacios construidos después de la conquista Alearon de adobe, pero en la mayoría de los casos éstos fueron pronto sustituidos por mampostería de piedra, tanto por el deterioro de los primeros debido a las condiciones ambientales y a los sismos, como por razones de prestigio, una vez que mejoraron las condiciones económicas de tos conquistadores. Prácticamente, ninguna de las construcciones prehispánicas o coloniales de adobe subsiste en nuestros días, con la excepción de algunos ejemplos menores en las zonas áridas del norte del país. Durante muchos siglos el adobe fue el material dominante en la construcción de la vivienda, tanto en las zonas urbanas como, y especialmente, en el medio rural. A partir del siglo XX, el ladrillo artesanal, y después otros materiales más industrializados, se emplearon para la mampostería de los muros de las viviendas en las zonas urbanas, y poco a poco fueron ingresando a las zonas rurales. Se dio una sustitución paulatina pero continua de la vivienda de adobe. A pesar de lo anterior, es muy grande el número de viviendas de este material que todavía subsiste. En su gran mayoría, las construcciones de adobe en el país son viviendas de las zonas rurales o de pequeñas poblaciones. Adicionalmente, se mantienen núcleos de construcciones de adobe en algunos centros históricos de las ciudades más tradicionales, y cierto número de construcciones monumentales. En estos últimos casos, las construcciones han sido objeto de diversas modificaciones y reconstrucciones, por lo que es arriesgado asignarles una fecha definida. Con diversas excepciones, puede afirmarse que la gran mayoría de las construcciones de adobe existentes fueron construidas entre la mitad del siglo XIX y mediados del XX. Las construcciones anteriores fueron destruidas por eventos naturales, y a veces de nuevo reconstruidas con adobe, o fueron sustituidas por materiales modernos. Después de 1950, la construcción de adobe ha sido muy escasa y se ha limitado a zonas remotas del país o a construcciones menores no habitadas. Vulnerabilidad sísmica de las construcciones de adobe Los sismos han tenido gran influencia en la evolución de la construcción en adobe. La vulnerabilidad de estas construcciones ante los sismos fue percibida desde tiempos tempranos de la colonia y file uno de los factores que más influyeron en su sustitución por la mampostería más moderna y en la limitación de tres dimensiones de las 1 Instituto de Ingeniería, Universidad Nacional Autónoma de México, [email protected] construcciones de adobe; por la misma razón en México son muy escasos los casos de construcciones de más de un piso con este material, y en caso de necesitar una ampliación a una segunda planta, esta se edificó en general de madera. La permanencia de la construcción de adobe está también ligada a los efectos sísmicos- Así, en !a ciudad de Oaxaca donde los sismos intensos son frecuentes, se dejaron de reconstruir en adobe las primeras edificaciones monumentales que habían fallado por los sismos., pero las construcciones menores se reconstruyeron en gran medida con este mismo material, hasta que en el gran sismo de 1942, los edificios de adobe del centro histórico que quedaron prácticamente destruidos, fueron sustituidos en gran medida por edificaciones de ladrillo, en mampostería confinada. Por el contrario, en la ciudad de Colima, donde tos sismos intensos son menos frecuentes, se ha mantenido una mucho mayor proporción de construcciones de este material, aunque con importantes modificaciones que fueron en diversos casos acompañadas de intentos de mejorar la seguridad. Para fines del estudio de la vulnerabilidad sísmica de las construcciones de adobe existentes en México, conviene distinguir tres casos principales, y para cada uno definir una tipología básica, a pesar de que se reconoce que existen en cada caso diversas variantes. En número de construcciones destaca claramente el primer caso que es el de la vivienda rural de adobe. Esta está constituida esencialmente por un solo cuarto con subdivisiones de paredes bajas, es de planta rectangular, muros ateos y con pocas y pequeñas aberturas para puertas y ventanas. (Fig, 1). El techo depende del clima de la zona: en climas cálidos o templados, con alta precipitación, el techo es de dos aguas, definidas por armaduras de madera de tipo tijera y nudillo y cubierto por paja o tejas de barro- En zonas de clima extremoso y de poca precipitación, el techo es plano y tipo terrado con vigas paralelas de madera, sobre las que se colocan tablones y un relleno de tierra, recubierto de mortero. Las dimensiones típicas de esta vivienda son de 5x8x4ro y sus características se ilustran en la Fig. 2. Cierta semejanza con el caso anterior, desde el punto de vista del comportamiento sísmico, muestran algunos pequeños templos o capillas que existen en ciertas partes del país, sobre todo en el sureste (Chiapas) donde se tienen templos de teja altura, con techumbre de madera tipo tijera y nudillo, y con dos hileras de postes de madera. Las paredes perimetrales son de adobe; de ellas, la fachada es mucho más alta y pesada. La cubierta es de madera en dos aguas con teja, la que a veces ha sido sustituida en tiempos recientes por lámina de zinc. Esta construcción es también común en países centroamericanos de peligro sísmico semejante. Un prototipo de estas construcciones se muestra en la Fig.3. El tercer caso lo constituyen los antiguos edificios de los centros históricos de algunas ciudades coloniales. La diferencia con el primer caso está principalmente en el tamaño, que es notablemente mayor tanto en planta como en altura, y las subdivisiones interiores que son más numerosas, y frecuentemente de construcción mas reciente y hechas de ladrillos de barro; con cierta frecuencia estas construcciones cuentan con un piso superior o con mezanines. El techo es casi siempre de viguería de madera con tablones y un relleno de terrado con pendiente cercana a 10% y recubierto de mortero con impermeabilizante (Fig.4). Una diferencia importante entre el primer tipo de construcción en adobe y los otros dos, es que estos últimos son en todos los casos construcciones protegidas por considerare® patrimonio histórico; por tanto cualquier intervención y posible intento de reducir su vulnerabilidad deben ceñirse a criterios estrictos de conservación, situación que no se da generalmente para la vivienda rural. Comportamiento sísmico de la construcción en adobe El estudio del comportamiento sísmico y las recomendaciones para mejorar la seguridad de la construcción de adobe.» se ha basado esencialmente en la observación del desempeño de estas construcciones ame sismos intensos y en las modalidades de daños que han presentado. Los tres casos descritos tienen unas características comunes, que determinan su debilidad principal ante los efectos de los sismos. Algunas diferencias se mencionarán más adelanteLa resistencia a las cargas ¡atenúes generadas por los movimientos sísmicos es proporcionada esencialmente por los muros perimetrales que, aunque generalmente tienen gran espesor, son muy altos y con grandes longitudes entre soportes laterales por parte de muros transversales. El sistema de techo, o piso cuando lo hay, no restringe el movimiento de los extremos superiores de los muros. Todo esto hace que el comportamiento esté regido por la flexión de los muros en dirección normal a su plano- Esta produce momentos flexionantes críticos en las esquinas superiores de los muro (Fig. 5); éstos se agrietan progresivamente hacia abajo, de manera que el muro frontal comienza a vibrar como una pared en voladizo, o sea como una barda, y se presenta el volteo cuando la altura agrietada es suficientemente grande como para que la resultante caiga fuera del espesor de la sección del muro. El volteo ocurre casi siempre hacia fuera por la menor restricción del techo en ese sentido, y a veces por el efecto adicional del coceo de la techumbre. La consecuencia más grave de este modo de falla suele ser la caída del techo que afecta a los que se quedan en el interior. Sólo cuando existen muchos muros divisorios que reducen la longitud de los muros que se puede flexionar, o cuando el techo restringe la flexión de los muros, la falla llega a ocurrir por el efecto de fuerzas cortantes que generan el característico agrietamiento diagonal de las paredes. Este modo de falla es propiciado en gran medida por las aberturas de puertas y ventanas que debilitan los muros- Se han presentado con cierta frecuencia fallas en las esquinas de la vivienda que provocan la caída parcial del lecho o por deslizamientos de los elementos de techo cuando están fijados en forma precaria (Fig.6). Los templos de adobe son semejantes en su forma estructural a la vivienda típica descrita anteriormente, excepto por su tamaño que es considerablemente mayor. Los modos de falla por lo consiguiente son similares. Destaca la falta de adecuada conexión entre la fachada principal y los muros longitudinales de la nave; esto conduce a la posibilidad de volteo (total o parcial) de la fachada y de las torres que la limitan (Fig.7). También ocurre el volteo de los muros longitudinales hacia fuera, o su desgajamiento, por tratarse usualmente de muros de varías hojas pobremente conectadas. La falla por cortante de la fachada ocurre ocasionalmente facilitada por las grandes aberturas de puertas y ventanas. En los templos y otras construcciones con techo de bóveda, el volteo de los muros longitudinales se vuelve más crítico por el coceo de la bóveda que incrementa fuertemente la tendencia de los muros a voltearse hacia fuera. Los edificios de dos o más pisos son más vulnerables por su mayor altura que da lugar a mayores fuerzas sísmicas y a menor capacidad para resistirlas. La falta de conexión de los sistemas de piso, generalmente de vigas de madera, con los muros, y la falta de efecto de diafragma, no permiten una distribución eficiente de (as fuerzas de inercia generadas por la vibración de! edificio a los elementos, a los muros alineados en la dirección más favorable para resistirlas. Nuevamente, el problema y modo de falla crítico es debido a la vibración del muro fuera de su plano y a su posible volteo (Fig-8). Criterios y técnicas para la reducción de la vulnerabilidad sísmica Las medidas básicas para la reducción de la vulnerabilidad tienden principalmente a disminuir la posibilidad de volteo de los muros. Esto se logia confinándolos en los mismos muros o conectándolos y restringiéndolos con diafragmas horizontales. La primera modalidad es la usual en las pequeñas construcciones para vivienda y la segunda en los edificios de techo plano y sobre todo en los de más de un piso. En la vivienda la meta es obtener una reducción significativa de la vulnerabilidad al menor costo posible y con una mínima interferencia con el uso del inmueble- En los edificios de valor histórico el costo tiene menor importancia; la mínima alteración del aspecto y de la esencia histórica se vuelve el requisito esencial. Son diversas las soluciones que se han empleado para reforzar la construcción típica de vivienda identificada anteriormente. Las más sencillas consisten en la colocación de un elemento de refuerzo (viga-cadena o viga-corona) sobre las cabezas de los muros perimetrales, con el propósito de proporcionar continuidad entre los muros transversales, para aumentar la resistencia y rigidez a flexión de los muros y para permitir una mayor liga con el techo. Estos elementos pueden ser vigas de concreto, como en el ejemplo de la Fig. 9, en donde se proponen detalles constructivos para lograr una mejor liga de la viga con el adobe y con la estructura de madera del techo, una opción más sencilla es que la viga sea a base de elementos de madera en un arreglo de alma abierta, como en la Fig. 10. una solución más elemental para ligar entre sí los muros perimetrales, pero mucho más económica y sencilla de fabricar que las dos anteriores, es mediante barras de acero horizontales que funcionan como tensores (Fig. 11). Otros procedimientos buscan una mejora más radica! del comportamiento. En ocasiones se ha empleado el refuerzo con elementos verticales de concreto en las esquinas y en las aberturas de las puertas, los cuales junto con una viga corona forman un marco que confina la pared de adobe, de manera similar a la practica común y muy exitosa que se tiene con la mampostería confinada de ladrillo (Fig. 12). En este caso, sin embargo, debido al grosor de los muros de adobe, estos elementos de concreto resultan excesivamente robustos y, además de que llevan a una solución costosa y complicada dé realizar, levantan dudas sobre la compatibilidad entre la gran rigidez del marco confinante de concreto y la de la estructura de adobe que es mucho menor. Un procedimiento que tiende a lograr refuerzo, rigidización y liga entre los muros consiste en colocar un recubrimiento de mortero de cemento sobre una malla de acero de refuerzo fijada cuidadosamente a muro por ambas cara, formando un elemento compuesto de adobe y concreto reforzado (Fig. 13). Se tiene la ventaja adicional de que se protege al adobe de la intemperie, pero con el problema de que se impide la salida de humedad del mismo, lo que puede causar una degradación cuando éste absorbe humedad del subsuelo o del techo, como es frecuento, una versión simplificada de este procedimiento consiste en limitar el refuerzo con malla y mortero a una banda horizontal en la parte superior de muro, complementada con bandas verticales en las esquinas (Fig. 14). Se logran los objetivos básicos que se persignen con el procedimiento completo. Una medida adiciona! que mejora el comportamiento y que resulta necesaria cuando los muros son muy largos, consiste en restringir la flexión de los muros fuera de su plano con tensores transversales distribuidos en su longitud, o rigidizando el propio techo o piso intermedio para que forme un diafragma horizontal de gran rigidez en su plano. La solución de los tensores se ha empleado de manera generalizada para el refuerzo de edificios de mampostería desde hace varios siglos, con las llamadas cadenas de hierro; en la actualidad, ésta se emplea en diversas variantes en los edificios históricos; mediante tensores paralelos a la viguería de tos sistemas de piso, o con mucha frecuencia, con losas de concreto coladas sobre el piso origina!, sustituyendo a parte del relleno que comúnmente existe. La adecuada conexión entre el diafragma horizontal de concreto, que así se forma, y la estructura de piso original y los muros, presente dificultades que se han resuelto de distintas maneras. Al juzgar la aplicabilidad de las distintas técnicas disponibles hay que considerar, no sólo su eficiencia estructural, sino la facilidad de su ejecución en una construcción existente y su costo y otros factores, como la habitabilidad y la aceptación por parte de los habitantes. Programa experimental sobre propiedades estructurales y sísmicas de las construcciones en adobe En diversos países, y sobre todo a partir de 1970, se han realizado programas de investigación de amplio alcance para desarrollar modalidades más seguras de construcción de adobe en zonas sísmicas. En América Latina destacan los estudios realizados en el Perú y en México. Yo me referiré a lo que se ha logrado en este último país. Por las razones antes mencionadas, en México el interés del estudio de la construcción en adobe se ha dirigido esencialmente al desarrollo y difusión de técnicas para mejorar la seguridad sísmica de las edificaciones existentes, y no ha habido mucho esfuerzo para el desarrollo de nuevas construcciones de adobe mejorado. Se llevó a cabo un estudio sobre la variabilidad de las propiedades mecánicas de los adobes que se estaban produciendo en diversas regiones del país, seleccionadas entre las de mayor peligro sísmico. Se sacaron probetas para determinar la resistencia en compresión y en tensión. Se observó una gran variabilidad de estas propiedades, que más que por su importancia en sí., pueden tomarse como Índices de la calidad del materia! y que se correlaciona también con su durabilidad y sensibilidad al deterioro por la exposición a la intemperie y a los cambios de humedad. En la Tabla 1 se muestran algunos resultados básicos que revelan una importante variabilidad regional y valores típicos de 6-10 kg/cm2 para la resistencia a compresión y de algo menores de 2-4 kg/cm2 para la de tensión. Con adobes fabricados en laboratorio para que tuvieran propiedades similares al promedio para los recolectados en campo, se construyeron muretes, empleando distintos morteros para las juntas entre los adobes, no sólo con el lodo mismo con que se construyen las piezas sino también con mortero de cal. Los resultados mostrados en la Tabla 2 indican que la calidad del mortero no tiene una influencia significativa en la resistencia a compresión, aunque sí en la resistencia al corte y el módulo de elasticidad; en general, no se ven grandes ventajas en emplear otro mortero que no sea el tradicional de lodo. La resistencia del conjunto no difiere significativamente de la del adobe sólo; se pudo determinar además la resistencia al cortante de la mampostería de adobe para la cual un valor indicativo es 1.3 kg/cm2. Se ensayaron dos muros de 2 m de lado para que fallaran por cortante ante ciclos de caigas laterales alternadas; se observó un comportamiento cercano al lineal y con ciclos de histéresis estables ante la repetición de cargas, hasta el agrietamiento diagonal del muro, después del cual la capacidad del muro para resistir cargas laterales se redujo prácticamente a cero (Fig.15). De estos ensayes se puede considerar vea esfuerzo máximo resistente al cortante cercano a 1 kg/cm2 y un modulo de rigidez a cortante de 7501íg/cm2. Se realizaron ensayes en mesa vibradora de modelos a escala del prototipo de vivienda rural típica comentado anteriormente. El propósito fue evaluar la capacidad sísmica de las construcciones originales y, sobre todo, cuantificar y comparar la eficiencia de diferentes procedimientos de refuerzo que se han propuesto para disminuir la vulnerabilidad sísmica de estas construcciones. Se empleó una escala dimensional de 2.5 veces. Los modelos se sometieron a movimientos de su base correspondientes a registros de distintos sismos importantes con características que los hacen particularmente severos para las construcciones de este tipo. Los resultados comparativos se presentan en función de !a respuesta a un registro modificado del registrado en el estado de Oaxaca, Este registro se fue aplicando sucesivamente aumentando cada vez su nivel de intensidad. Como medida principal del grado de daño se uso el aumento en periodo fundamental de vibración del modelo, ya que éste es indicativo de la pérdida de rigidez de la construcción y por tanto de su agrietamiento y deterioro (Fig, 16). Después de cada prueba con un nivel de intensidad se medía el período y amortiguamiento del modelo, antes de pasar a un nivel más ateo. Se estudiaron en total siete modelos, de los cuales tres fueron construidos en forma independiente, y los restantes se obtuvieron reforzando algunos de los primeros, después de haber sido llevados a un estado avanzado de daño. El primer modelo, sin refuerzo, presentó un aumento importante del periodo para una intensidad igual a 50% del sismo original. Los resultados de los modelos siguientes se presentan en función del factor en que cada forma de refuerzo aumenta la intensidad sísmica necesaria para llegar a un estado de daño semejante al que se consideró como límite para el modelo original Los resultados se resumen en la Tabla 3, de la que se aprecia que todos los procedimientos de refuerzo estudiados aumentaron significativamente la resistencia. Con mucho, el más efectivo fue la colocación de una malla de acero clavada al adobe en ambas caras del muro, pero se aprecia también que basta un refuerzo mucho más sencillo, como la colocación de una cadena perimetral, o unos tensores metálicos, en la parte superior de los muros, para aumentar significativamente la resistencia sísmica del modelo. La eficacia de los tensores horizontales en la cabeza de los muros aumenta en forma importante si se complementan con tensores verticales en las esquinas. Los programas de reducción de vulnerabilidad sísmica. Resaltadas y desafíos La alta vulnerabilidad sísmica de la construcción de adobe ha sido reconocida desde hace muchos años, y también lo han sido los procedimientos necesarios para mejorar su desempeño, innumerables manuales, cartillas y folletos han sido elaborados por instituciones internacionales y locales para difundir estas practicas mejoradas Entre los documentos más conocidos de este tipo están los producidos por Intematíonal Association for Earthquake Engineering (1986), Germán Society of Earthquake Engineering (1991) y Coburn et al. (1995). En México circula una cartilla para construcción con adobe desde 1970 y su contenido sigue siendo muy actual Recientemente el Centro Nacional de Prevención de Desastres ha publicado otra cartilla de excelente calidad y con una amplia gama de soluciones (CENAPRED, 2002). Puede afirmarse que el impacto que han tenido estas publicaciones en la práctica ha sido muy limitado, tanto en México como en otros países. Deben explorarse nuevos medios de difusión y de transferencia de tecnología y nuevas estrategias para los programas de reducción de vulnerabilidad de estas construcciones. Estos deben tomar en cuenta el bagaje cultural y la situación socio-económica de la población interesada. La experiencia muestra que el período de reconstrucción inmediatamente después de un sismo que ha producido mucho daño es e! momento donde es más factible la aceptación e implantación de programas de reducción de vulnerabilidad sísmica. Un ejemplo de programa exitoso es el que se realizó después del sismo de Maharastra en la India (1993); en éste se incluyó un amplio programa de capacitación de personal de la construcción y de construcciones piloto (Nikolic-Brzev et al. 1999). En términos generales los programas de rehabilitación sísmica de vivienda deberían tomar en cuenta las siguientes recomendaciones (Metí y Alcocer (2004): • Involucrar a los propietarios de las viviendas en todas las etapas del programa y en la construcción misma • Promover soluciones estructurales cercanas a la práctica constructiva local, y cuyos beneficios sean claramente percibidos por los habitantes • Desarrollar programas de entrenamiento para el personal local que intervendrá en la construcción • Realizar programas piloto a escala pequeña, para fines demostrativos y para afinar las técnicas más adecuadas. • Difundir entre los beneficiarios potenciales casos que resultaron exitosos en condiciones similares • Incluir en los programas incentivos económicos, principalmente los relacionados con proporcionar materiales a precios subsidiados y empleo temporal para la población que participara en los programas de capacitación y de construcción • Ligar las acciones de reducción de vulnerabilidad a otras medidas relacionadas con mejoras de !a habitabilidad y durabilidad de la vivienda y de sus servicios, y en general a acciones para la reducción de la pobreza- Es importante tener en mente que la segundad estructural es un concepto muy difícil de vender a aquéllos que enfrentan muchas carencias en su vida diaria- Puede venderse mucho más fácilmente cuando está ligada a otros beneficios más tangibles e inmediatos. Referencias Centro Nacional de Prevención de Desastres "Métodos de Refuerzo para la vivienda marginal de autoconstrucción" Jornadas Nacionales de Prevención de Desasnes, México, 2001 Cobum, A., Hughes, R., Pomonis A-, and Spence, R. (1995)- "Techmical principies of building for safety," Intermedíate Technology Publications, London, Eagland, 74 pp. DGEB (1991). "Construcciones antisísmicas". German Society of Earthquafae Engineering and Structural Dynamics, Berlin, 85 pp. EERI(2002). http:// worid-honsmg.net (Julv 23.2002). International Association for Earthquake Engineering (1986). "Seismic guidelines for nonengineered constructíons," Revised edition of Basic concepts for seismic codes, vol. I, part 2, Tokyo, Japan, October, 171 pp. Klingner R.E. (2000). 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