Educación Infantil EL CASTILLO Érase una vez una princesa llamada Ana. La princesa Ana vivía en un castillo con su madre, la reina Gumersinda. Un día Ana lloraba y lloraba sin parar sin que nadie supiera por qué lloraba. - ¿Por qué lloras? Te pondrás fea –le decía su madre- y a nadie le gustan las princesas feas. La pequeña princesa respondió: - ¡Quiero que venga mi papá! ¡Quiero que venga mi papá! ¡Quiero ver a mi papáaaa…! ¡buaaaaah! –lloraba Ana. Pero su papá, el rey Alejandro, apodado “El Maravilloso”, estaba paseando a su caballo, un caballo marrón esbelto y gracioso. La princesa, mientras tanto, lloraba y lloraba sin parar, la pobre lloró tanto que sus ojos comenzaron a ponerse grandes, grandes, como la luna y morados, morados como dos berenjenas. Cuando su papá, el rey Alejandro “El Maravilloso” entró con su caballo por la puerta 1 Educación Infantil del castillo y oyó el llanto de su hija, corrió hasta la habitación y… -¡Horror! ¿Qué es esto? ¡Pero hija! ¿Qué te ha pasado? ¡Qué ojos! - exclamó el rey muy alterado.- ¿Te has mirado en el espejo? Cuando la princesa se miró en el espejo se asustó muchísimo. - ¡Oooooh! -gritó la princesa y continuó llorando esta vez aún más fuerte. - ¡Mis ojitos, mis pobres ojitos! ¡buaaaaaah! Lloraba y lloraba sin parar. - ¿Cómo puedo yo tener mis ojos de nuevo? ¡Con los ojos tan bonitos que yo tenía! El rey muy preocupado buscó una solución. - Iremos al castillo del príncipe Nicolás, que es muy listo y seguro que él tendrá la solución. Cabalgaron día y noche hasta llegar al castillo del príncipe Nicolás. Cuando llegaron allí y el príncipe les vio, se quedó muy impresionado. - ¿Qué es esto? ¡Qué horror! ¡Qué cosa tan espantosa! 2 Educación Infantil El rey le contó al príncipe todo lo sucedido y enseguida el príncipe propuso: -Iremos a ver al doctor-mago para que la examine. Bajaron las escaleras del castillo, hasta llegar a la habitación oscura y misteriosa en la que vivía el doctor-mago. - ¡Este es un caso crítico y especial, no sé si tengo solución para el! Buscó y buscó en sus libros gordos y viejos, pensó y pensó, y en uno de ellos leyó: “Hechizo para problemas de ojos grandes de color berenjena. Para deshacer este entuerto, la princesa que se encuentre aquejada de estos males deberá dar un beso honesto, a un príncipe muy apuesto, subida en un gran cesto” Todos miraron al príncipe Nicolás, pero Nicolás dijo: - ¡Ni hablar! ¡No, yo no puedo dar un beso a ese monstruo! ¡Qué horror! 3 Educación Infantil Pero la princesa Ana comenzó a suplicarle hasta que por fin Nicolás accedió. Cuando Nicolás dio un beso a la princesa Ana, esta recuperó sus preciosos ojillos de color azul celeste. El príncipe Nicolás se quedó admirado de tanta belleza y se enamoró de ella, se casaron y vivieron felices para siempre, comieron perdices y les dieron con el plato en las narices. 4