Domingo de la Sagrada Familia de Jesús, María y José

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Domingo de la Sagrada Familia de Jesús, María y José. Ciclo. A. Domingo 26 de
diciembre de 2010
Ecle 3, 3-7- 14-17
“El que teme al Señor honra a su padre”
Col 3, 12-21
“Revístanse de sentimientos de profunda compasión”
Mt
2, 13-15. 19-23 “Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel”
Evangelio
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque
Herodes va a buscar al niño para matarlo. José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y
se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor
había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo. Cuando murió Herodes, el
Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: Levántate, toma al
niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida
del niño. José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que
Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en
sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se
cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: Será llamado Nazareno.
Comentario
El domingo de la Sagrada Familia
Continuando con el gozo y la alegría de la navidad del niño Dios, la liturgia dominical, nos
presenta la postal de la sagrada familia, Jesús, María y José, como modelo, ideal y testimonio de
vida matrimonial.
El proyecto de Dios, es un designio de vida en familia. Desde el seno de la Santísima
Trinidad, unidad en Dios, Trinidad de personas, o de familia y comunión eterna, entre el Padre, el
Hijo y el Espíritu, Santo, hasta el gran salto a este mundo, con la nueva trinidad en la tierra, donde el
niño Dios, quiso tener su propia familia, nacer de manera única y excepcional, de una joven Virgen y
Madre, Santa María, con un propio padre legal en la tierra, como lo fue San José.
Nacido en un pesebre, bajo una cueva o gruta de animales, el niño Dios fue esperado,
acogido y recibido por su familia, en el silencio, la soledad, la sencillez, la pobreza y el frío de esa
noche, aquel que era la Luz, la Vida, la Verdad, la Gracia. Del seno de la Trinidad al seno de la
familia.
Sus padres, santísimos y responsables, cuidaran y protegerán al esperado de la naciones, al
Emanuel, Dios con nosotros, con profunda dedicación y exquisito amor.
Dóciles a la voz de Dios, y comprometidos con la misión encomendada, San José es avisado
en sueños por el ángel, para que huya Egipto, porque Herodes busca matar al niño, luego de lo
sucedido por la partida de los magos. Dice el evangelio: “Levántate toma al niño y a su madre, huye
a Egipto, y permanece allí hasta que yo te avise”
Hoy la familia, como institución natural y básica de una sociedad, también esta amenazada
por los nuevos Herodes, que buscan matar al niño, como lo hará aquel cruel y sangriento hombre,
con la orden de eliminar a los pequeños menores de dos años, que luego serán, los santos
inocentes.
El aborto, es la realidad y la amenaza constante a la que están expuestos los bebes en
camino o en vías de nacimiento. Las leyes abortistas, que como aves de rapiña, merodean en el aire
de la sociedad, para ser aprobadas, y lanzarse a la gran matanza, son hoy un tema crucial para las
familias, donde la voz de la Iglesia, como un dique de contención, anuncia la dignidad y el derecho a
la vida, y denuncia el crimen del aborto, hacia los indefensos y débiles, como son los nasciturus,
para ser la voz que los que no tienen voz.
El domingo es el día del Señor, el día de la Vida y de la familia, el día de la Iglesia, que como
la gran familia de los hijos de Dios, celebra a su Dios, en la liturgia de acción de gracias y
santificación, la misa, para sostener la vocación y misión de las familias en la sociedad. Por eso es
un día propicio para bendecir a los matrimonios y las familias de manera que se alegren y se animen
a construir cada día un Belén en su hogar.
Un programa de vida
La segunda lectura de la misa, la carta de San Pablo a los Cristianos de Colosas, es todo un
programa de vida y de examen para las familias y comunidades, sean sociales, educativas,
parroquiales, espirituales, y otras. Es para releer varias veces, meditarlo y con posibilidad de hacerle
un cuadro.
Destacamos algunas frases claves: con profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la
humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente…
Sobre todo, revístanse del amor…Que la paz de Cristo reine en sus corazones… vivan en la acción
de gracias. Que la Palabra de Cristo resida en ustedes…Instrúyanse en la verdadera sabiduría,
corrigiéndose los unos a los otros. Canten a Dios con gratitud y de todo corazón… Todo lo que
puedan decir o realizar, háganlo siempre en nombre del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios
Padre.
El amor recíproco, que genera comunión y comprensión es el alma de la vida conyugal, cuyo
centro, roca o corazón es el Señor en medio de la vida de los esposos, que con la gracia de estado
propia de la vida matrimonial, van caminando hacia ideales de santidad
El respeto mutuo, promesa dada mutuamente en la ceremonia del casamiento, es anuncio de
una vida dichosa, en medio de las pruebas, que recogerán los hijos, como la mejor herencia. Dice la
primera lectura: El que honra a su padre expía sus pecados y el que respeta a su madre es como
quien acumula un tesoro… El que honra a su padre expía sus pecados y el que respeta a su madre
es como quien acumula un tesoro.
El nuevo Nazaret
Es imposible no reconocer las crisis, desavenencias, separaciones, divorcios, adulterios, y
agresiones sucedidas en la vida matrimonial. Estas sombras se unen a la distorsión de los conceptos
y realidad de la propia familia. Hace poco hemos visto y escuchado en Argentina, en este año 2010,
como se aprobó la mal llamada ley de matrimonios igualitarios, para personas del mismo sexo, con
la posibilidad también de la adopción de niños. Esta aparente conquista social, de una minoría, es un
retroceso ético en el tejido de la comunidad nacional, que traerá consecuencias graves para el futuro
de los jóvenes.
También reconocemos muchas luces de esperanza en la vida de las familias, que con silencio
heroico van sosteniendo su hogar en amor y fidelidad, educando con verdaderos valores a sus hijos.
Hay jóvenes que se han tomado en serio el respeto mutuo en el noviazgo, para llegar en castidad al
matrimonio, sin necesidad de acceder a las relaciones sexuales, y tantos matrimonios santos que
están presenten en las parroquias o caminan por las calles de nuestra vida.
La Iglesia ha reconocido como intercesores y referentes en esta sociedad marcada por el
relativismo, el materialismo, el consumismo y el hedonismo a matrimonios santos. Así podemos citar
a los padres de Santa Teresita, Luis Martín y Celia Guerín, al matrimonio italiano de los beatos Luigi
y María Corsini Beltrame Quattrocchi y tantos otros que estarán presentes en los altares de la Iglesia.
Que la Sagrada familia, ilumine, asista y acompañe a los matrimonios y a las familias.
Padre Luis Alberto Boccia. Parroquia Santa Rosa de Lima. Rosario
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