El teatro de Carlos Arniches en la Argentina

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El teatro de Carlos Arniches
en la Argentina:
nuevas notas sobre Don Juan
el almacenero de Alberto Vacarezza
Jorge Dubatti
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires
E
n nuestra investigación sobre las relaciones entre teatro español y teatro
de Buenos Aires (que venimos realizando en el marco de la Cátedra de
Historia del Teatro Universal, UBA), hemos multiplicado esfuerzos para
encontrar textos dramáticos del autor argentino Alberto Vacarezza (18861959) que no fueron publicados y que hasta hoy se consideraban o siguen
considerándose perdidos. Vacarezza es el autor de algunas obras fundamentales en la historia del teatro argentino del siglo XX: Tu cuna fue un
conventillo, Juancito de la Ribera, El conventillo de la Paloma (actualmente
en cartel, con enorme convocatoria en el Teatro Nacional Cervantes) y San
Antonio de los Cobres. Trabajamos actualmente sobre la edición del teatro
de Vacarezza, del que hemos publicado dos tomos. Vacarezza fue un artista
muy atento a las expresiones del teatro español, y en particular del género
chico y la comedia provenientes de España. Así lo demuestran los intertextos
de sus obras, por ejemplo, en el teatro serio, el intertexto de La malquerida
de Jacinto Benavente en San Antonio de los Cobres, o, en materia de sainete,
el de La verbena de la Paloma de Ricardo de la Vega en Tu cuna fue un
conventillo, o el de La Revoltosa, de López Silva y Fernández Shaw, en El
conventillo de la Paloma.
A pesar de su popularidad y reconocimiento en el campo teatral nacional,
el consagrado Vacarezza no vio publicada la totalidad de su producción: de
sus 110 obras escritas, casi todas estrenadas, alrededor de unas cuarenta
permanecen inéditas, y de muchas de éstas no se conservan los originales.
Entre otras obras inéditas1, hemos hallado una versión mecanografiada, con
anotaciones manuscritas del autor, del texto completo de El viejo se ha vuelto,
título original de la obra estrenada bajo el nombre de Don Juan el almacenero
el 17 de junio de 1943 con la Compañía de Luis Arata, en el teatro Smart.
De acuerdo con la cronología de su producción, es el anteúltimo estreno de
Vacarezza. Recuerdo el encargo que hace años me hiciera el Dr. Nel Diago
1
Sobre el hallazgo de La noche del forastero, de Alberto Vacarezza, véase Dubatti, 2012a.
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
de la Universidad de Valencia, especialista en el estudio de la recepción del
teatro español en la Argentina, tras mucho esfuerzo de búsqueda: “Hay que
encontrar la adaptación de Vacarezza de La locura de don Juan de Arniches”.
Hoy podemos decir con alegría que lo hemos encontrado. Junto a otro texto
recuperado de Vacarezza, La noche del forastero, pronto estará disponible
en forma de libro Don Juan el almacenero con el sello de la Editorial de la
Universidad Nacional del Sur (EDIUNS).
En la primera página del texto hallado se lee: “‘El viejo se ha vuelto
loco’ / comedia en tres actos, sobre el canevá / de la tragedia grotesca de
don Carlos / Arniches: ‘La locura de don Juan’ / por: / Julio F. Escobar y
Alberto Vacarezza”. El nombre de Escobar se encuentra tachado. Como es
sabido, Escobar colaboró con Vacarezza firmando con él algunas de sus obras
como forma de proteger su derecho a la recaudación mientras el autor de
El conventillo de la Paloma resolvía un embargo de bienes en litigio legal
con su esposa. Tras la página de portada y la de tabla de personajes, cada
acto tiene su paginación propia: el primero, 36 páginas; el segundo, 25; el
tercero, 29, este acto incluye además una escena manuscrita en el reverso
de la página 28. Como puede observarse por la extensión de la obra y por
su estructura externa en tres actos, no se trata de un sainete (género chico,
pieza de corta duración), sino de una comedia (género grande, cuya duración
supera en mucho la hora de una sección), rasgo ya explicitado por el texto
en la caracterización del subtítulo en portada (“comedia en tres actos sobre
el canevá...”).
Como se comprueba por las referencias a la obra en las críticas del
estreno de 1943, el texto de El viejo se ha vuelto loco es el de Don Juan
el almacenero, más allá del cambio de nombre, que se habría concretado
poco antes del estreno. Es probable que las notas manuscritas sobre el texto
mecanografiado estuvieran destinadas a revisar y ajustar el texto para entregarlo para la puesta en escena con Arata. Desconocemos las razones del
cambio de título: si el original (El viejo se ha vuelto loco) pone el acento en
el punto de vista de la familia respecto de la “enfermedad” de don Juan, es
decir, en uno de los principales componentes de la comicidad de la pieza,
el segundo acentúa el oficio de origen y por extensión la pertenencia de
clase del protagonista (aspecto en el que Vacarezza diferencia su texto del
de Carlos Arniches, como veremos).
Creemos que el hallazgo de Don Juan el almacenero contribuye:
1) al mejor conocimiento de la dramaturgia de Vacarezza, especialmente
la de su última etapa de producción;
2) al análisis comparativo de las relaciones entre el teatro cómico español y
el argentino, especialmente a partir de las transformaciones de la “tragedia
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grotesca” española en la “comedia asainetada” argentina en la reescritura
que persigue una política de la diferencia;
3) al estudio de uno de los casos más relevantes en la historia de la recepción
del teatro de Arniches en el Río de la Plata;
4) a iluminar el pasaje del “género chico”, en crisis en los años cuarenta, al
“género grande” en el circuito de producción teatral comercial en Buenos
Aires (Dubatti, 2012b);
5) a desechar la afirmación, realizada por los investigadores de la obra
vacarezziana, de que Don Juan el almacenero es un “grotesco criollo”.
Como ya hemos observado en una ponencia anterior2, Vacarezza realiza
operaciones de adaptación recontextualizadora, a través de la traducción/
adaptación intralingüística (del castellano madrileño al porteño) y de la
relocalización topográfica y cultural. Para esta ponencia, continuando con
las perspectivas del Teatro Comparado, la Poética Comparada y los Estudios
de Reescritura, nos centraremos en el análisis de las relaciones y diferencias
entre la “tragedia grotesca” arnicheana, la comedia asainetada y el grotesco
criollos.
Cabe recordar previamente que Arniches vivió en la Argentina entre
1936 y 1939. La convulsión que produce en España la Guerra Civil entre
1936 y 1939, así como la imposición de la dictadura de Franco en las décadas
siguientes, hacen que muchos grandes artistas del teatro español se instalen en
Buenos Aires. Nel Diago (1994a, 17-32) afirma que entre 1936 y 1939 Buenos
Aires se transforma en la “capital teatral de España”, expresión que inspira
en la observación del crítico Joaquín Linares, de El Hogar, quien escribe en
la edición del 23 de abril de 1937: “En nueve escenarios de Buenos Aires se
ofrecen espectáculos de arte español. Dramas, comedias, sainetes, zarzuelas,
danzas y músicas populares. Algunos de los más famosos poetas y autores
dramáticos de España se han acogido a la hidalga hospitalidad argentina”
(citado por Diago, 1994a, 28-29). Y Linares los enumera: Eduardo Marquina,
Carlos Arniches, Antonio Quintero, Enrique Suárez de Deza, Francisco Madrid.
“Aquí escriben, y en escenarios porteños brindan ya las primicias de sus obras,
que acaso no lleguen a conocerse –representadas- en España” (28). Linares
concluye con una rotunda afirmación: “Buenos Aires adquiere –por un azar
trágico- la categoría de metrópoli dramática del mundo hispanoparlante. Por
eso en esta extraordinaria temporada de 1937, debemos considerar al teatro
2 V Congreso Internacional de Letras “Transformaciones culturales. Debates de la Teoría, la Crítica
y la Lingüística. A cien años de creación de la Cátedra de Literatura Argentina. Homenaje a Ana
María Barrenechea” (Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento
de Letras, martes 27 de noviembre). Ponencia: “De la tragedia grotesca a la comedia asainetada.
Alberto Vacarezza reescribe a Carlos Arniches en Don Juan el almacenero”.
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
español como una actividad intelectual argentina” (29). Lo cierto es que se
instalan y trabajan en Buenos Aires, junto a los mencionados por Linares, en
los treinta y los cuarenta, muchos artistas españoles más: Alejandro Casona,
Catalina Bárcena, Gregorio Martínez Sierra, Enrique Jardiel Poncela, Gori
Muñoz, Jacinto Grau, Rafael Alberti, Alfonso Castelao, Rafael Dieste, Eduardo
Borrás, Manuel de Falla, Ricardo Baeza, Ramón Gómez de la Serna, Enrique Álvarez Diosdado, Alberto Closas, Miguel de Molina y otros. Diago ha
estudiado los años de Arniches en la Argentina (1994b). En 1937, Arniches
funda en Buenos Aires la Sociedad de Autores Españoles, de la que es primer
vicepresidente. Recordemos el homenaje que le rinde a Arniches en 1937
el Ateneo Ibero-Americano a través de la conferencia de Arturo Berenguer
Carisomo, publicada en forma de libro ese mismo año. Es importante aclarar
que La locura de Don Juan de Arniches es de 1923, es decir, muy anterior al
contacto del dramaturgo español con el campo teatral porteño.
Juan Antonio Ríos Carratalá (2003, 2397-2403) ubica La locura de don
Juan de Arniches entre sus “tragedias grotescas” en el proceso de escritura
que va de La señorita de Trevélez (1913) a El casto don José (1933). El mismo
texto de Arniches se define como “tragedia grotesca” en el subtítulo, y en boca
de uno de los personajes se caracteriza la situación dramática como “grotesca
tragedia” (Arniches, 1926, 23-24). Sostenemos que en las operaciones de
reescritura sobre el texto del autor español (al que toma como “canevá”, es
decir, cañamazo, tela de base, de tejido ralo, dispuesta para bordar sobre
ella), Vacarezza produce una adaptación poética, una transformación de la
tragedia grotesca de Arniches a la comedia asainetada rioplatense.
Retomando las características de Douglas McKay (1972, 100-101) sobre
la tragedia grotesca, podemos observar que ésta tiene en común con algunos exponentes de la comedia asainetada ciertos elementos poéticos: la
función de entretener/divertir al público, su registro de conflictos de la vida
cotidiana, el personaje débil que lucha contra un código de valores falsos,
la seriedad de hondura y el humor de superficie, los procedimientos de la
caricatura y la exageración, la lección moral y el optimismo según el que
el Bien triunfa sobre el Mal. Pero la comedia asainetada se diferencia de
la tragedia grotesca en que ésta posee una profunda relación con el drama
moderno (Dubatti, 2009), en tanto expone una tesis, reivindica un personaje
delegado, se sostiene en la ilusión de cientificismo, favorece la ilusión de
contigüidad del realismo y la redundancia pedagógica, procedimientos que
permiten definir la micropoética de La locura de Don Juan y en general la
macropoética de la tragedia grotesca arnicheana como una versión fusionada de drama moderno con comedia. Justamente éstos son algunos de los
componentes fundamentales que, presentes en La locura de don Juan, se
adelgazan y borronean en la obra de Vacarezza. En Don Juan el almacenero,
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por ejemplo, desaparece la referencia a Psicopatología de la vida cotidiana
de Sigmund Freud (Arniches, 1926, 24). La tesis: “el que se siente amado
propende a la dominación, y el que domina, menosprecia. En cambio, el que
teme, respeta” (Arniches, 1926, 24) es insistentemente re-expuesta con el
procedimiento de la redundancia pedagógica y el médico cumple la función
de un personaje-delegado autorizado para exponer una verdad científicamente
sustentada. Si bien Vacarezza mantiene en el diseño de intriga la historia
de un hombre que, para recuperar el respeto de su familia, se hace pasar
por loco, introduce cambios relevantes en la fábula, la historia y el texto,
y en consecuencia en la semántica de la pieza. Resumamos algunos rasgos
sobresalientes de dichos cambios en el sistema de personajes:
1) Cambia las características principales del protagonista: don Juan es, en
Vacarezza, un inmigrante gallego, de origen humilde, que con su oficio
(almacenero) se enriqueció y ascendió socialmente. Gracias a ese ascenso,
tiene trato con la burguesía –clase media alta–, pero no se siente a gusto,
y reivindica su origen humilde, el barrio, la sencillez de las costumbres
de su clase.
2) En Vacarezza don Juan no confronta desgarradoramente con su hija y su
esposa, como se advierte en Arniches, donde hija y esposa expresan su
desprecio a don Juan, recuérdese en Arniches la expresión de su esposa
María: “Eres un cobarde, un imbécil, un idiota, no sirves para nada”
(1926, 20), o “Eres un criminal, no tienes perdón de Dios”, (1926, 21);
en Vacarezza don Juan lo hace cómicamente con su suegra y su cuñado
(tipos cómicos que provienen del sainete y son frecuentes en la comedia
asainetada rioplatense y perduran hasta hoy en la comicidad televisiva).
3) Vacarezza suma un personaje nuevo, el Chofer, que tiene acceso a los
“bajos fondos” y la “mala vida” de Buenos Aires y desenmascara gracias
a esos saberes a los falsos socios.
4) Transforma al novio de la hija ya no en médico de la burguesía sino en
otro inmigrante gallego almacenero, como continuidad de las virtudes
del mismo don Juan. Este dato es fundamental porque en él Vacarezza
encontrará la resolución positiva del conflicto.
Estos cambios hacen que en Don Juan el almacenero no aparezca lo
“grotesco” arnicheano, entendido como tensión entre drama y ridículo, sino
una comicidad de situación más liviana, sin la pérdida irremediable propia de
la tragedia: en Vacarezza los vínculos familiares primarios nunca se dañan
en profundidad y los malentendidos se recomponen fácilmente.
En cuanto a la semántica, si Arniches plantea el drama del hombre sin
carácter, despreciado por esposa e hija, Vacarezza apunta a otra visión carac-
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
terística de la clase media (baja y media) en la Argentina (el público de
afluencia mayoritaria en el circuito comercial): rechazar el delirio de grandeza porque no corresponde a la propia clase, rescatar a la familia de dicho
delirio, exaltar la vida humilde del hombre común, que carece de atributos y
propiedades materiales excepcionales pero se caracteriza por su bonhomía.
Según algunos estudiosos del teatro de Vacarezza (Franco, 1975, 112;
Mazziotti, 1982, 10), Don Juan el almacenero es un “grotesco”, en el sentido
de su filiación al grotesco criollo (en la línea local de Armando Discépolo).
Creemos que esa filiación es un malentendido favorecido por la relación de
la obra de Vacarezza con la “tragedia grotesca” de Arniches. Ya Osvaldo
Pellettieri señaló las diferencias entre el grotesco criollo discepoliano y la
“tragedia grotesca” arnicheana (Pellettieri, 1993, 13-26). Pero además la
lectura del texto de Vacarezza –antes inaccesible- permite afirmar que Don
Juan el almacenero es una comedia asainetada y está lejos de ser un grotesco,
por rasgos nítidos de diferencia con dicha poética:
• el grotesco criollo pertenece al género chico, es una modalidad del sainete, y Don Juan el almacenero es exponente del género grande, de la
comedia;
• el grotesco criollo trabaja con la pérdida total propia de la tragedia, el
protagonista se destruye al ser enfrentado con un dolor sin reparos, en
cambio en Don Juan el almacenero no hay pérdida sino recomposición,
se reconstituye la armonía familiar;
• el protagonista del grotesco criollo es, como el héroe trágico, culpable/
responsable de lo que le sucede, porte en sí las causas de su degradación,
es en términos sintácticos su propio oponente; en Don Juan el almacenero, por el contrario, el protagonista es un hombre eminentemente
bueno, que no puede controlar los excesos de su familia justamente por
su falta de carácter.
• el grotesco fusiona la risa y el llanto, lo cómico y lo trágico en una nueva
organicidad, en cambio por el intertexto con el sainete cómico-dramático
Don Juan el almacenero trabaja la comicidad de situación y de carácter
sin el sentimiento de dolor ni el desgarramiento del grotesco;
• el grotesco es eminentemente pesimista, desesperanzado, clausura al
espectador en el dolor, en cambio la comedia asainetada es optimista y
posee un final regenerador.
Conclusiones
El reciente acceso al texto de Don Juan el almacenero permite algunas
conclusiones principales: a diferencia de lo sostenido por los investigadores
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hasta hoy, Don Juan el almacenero no es un “grotesco criollo”, ni siquiera
una tragicomedia, sino una comedia asainetada, es decir, una comedia que
incluye procedimientos del sainete (una poética que Vacarezza manejó plenamente durante toda su trayectoria); Don Juan el almacenero, en tanto pieza
en tres actos, pone en evidencia la acentuada crisis del “género chico” en los
años cuarenta (Vacarezza fue uno de los más importantes cultores del género
chico desde 1904) y el afianzamiento del “género grande” en el circuito de
producción del teatro comercial en Buenos Aires; finalmente, Vacarezza
transformó la tragedia grotesca arnicheana en una comedia asainetada, adaptándola al sistema de convenciones del teatro argentino.
Bibliografía
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Desde 1910 hasta nuestros días. Buenos Aiotros textos. Teatro II. Buenos Aires: Cores: Biblos-OSDE.
lihue. [Edición y estudio crítico de Jorge
Franco, Lily, 1975. Alberto Vacarezza. Buenos Dubatti].
Aires: Ediciones Culturales Argentinas.
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
Resumen:
El hallazgo de una pieza teatral inédita de Alberto Vacarezza, que se consideraba perdida,
Don Juan el almacenero (1943), nos permite analizar un caso relevante de la recepción de la
dramaturgia del español Carlos Arniches en la Argentina. Don Juan el almacenero, una de las
últimas obras compuestas por Vacarezza, es una reescritura de La locura de don Juan (1923)
de Arniches. El análisis comparatista de ambos textos dramáticos permite observar relaciones
y diferencias entre el teatro cómico español y el argentino, entre la “tragedia grotesca” de
Arniches y la “comedia asainetada” de Buenos Aires, así como realizar nuevos aportes al
estudio del teatro de Vacarezza.
Palabras clave:
Teatro, Alberto Vacarezza, Carlos Arniches, reescritura, tragedia grotesca, comedia asainetada.
Abstract:
The finding of an unpublished play by Alberto Vacarezza, that was considered lost, Don Juan
el almacenero (1943), allows us to analyze a relevant case of the reception in Argentina of the
dramaturgy of the Spanish author Carlos Arniches. Don Juan el almacenero, one of the last
works composed by Vacarezza, is a re-writing of La locura de Don Juan (1923) by Arniches.
The comparative analysis of both texts allows us to observe dramatic relationships and differences between the Spanish and the Argentine comic theaters, between the “tragedia grotesca” of
Arniches and the “comedia asainetada” of Buenos Aires’ theatre, and to make new contributions
to the study of Vacarezza’s production.
Keywords:
Theater, Alberto Vacarezza, Carlos Arniches, re-writing, tragedia grotesca, comedia asainetada.
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