un asunto qua la historia y la tradición nos han conserva­ á las dos primeras representaciones, no podemos dejar de do, y á qu« se hace frecuente alusión, como ejemplo d« aplaudir el talento con que el autor de este drama ha sa­ amor finó y de constancia ; y obra de un ingenio no co­ bido desempeñar un argumento tan interesante. El Ínteres nocido todavía en nuevtro teatro , al que ofiece en este que inspiran las primeras escenas, se sostiene y se aumen­ trabajo su primer ensayo-, debió aumentar el ínteres que ta progresivamente hasta la catástrofe. Los caracteres, precisamente habría de inspirar al publico el beneficio del aunque los mas son de creación del autor, todos sin em ­ estimable actor Latorre. Damos á este las gracias por su bargo han recibido de su mano un colorido particular , bien buena elección, de que no dudábamos por el conocimiento determinado, hábilmente contrastado, y de suma verdad histórica. A nuestro humilde juicio , en esto ultimo con­ que tenemos de su inteligencia en el arte y de su gusto. El argumento de los A m antes de Teruel es el s’guicn- siste principalmente el mérito de esta excelente composi­ tc : D. Juan Diego de Marsilla , caballero de T eruel, ama­ ción, que trasporta al espectador á la época á que se re­ ba apasionadamente desde sus roas tiernos años á Doña fiere, y que muestra, como en un espejo, las costumbres Isabel de Segura , hija de D. Pedro y que correspondía á de la sociedad en aquellos tiempos, el espíritu que la do­ una de las familias nobles y mas pudientes de la misma minaba, y las virtudes y defectos del carácter nacional. ciudad. Amaba también á Doña Labe! D. Rodrigo de Todos los caballeros que figuran en este dram a, aunque con el carácter diverso que exige la situación de cada uno, Azagra , convienen sin embargo en su religiosidad , en el valor, en Joven, galan, cortesano el honor: todos son esclavos de una palabra empeñada, to­ con valor y con riqueza ; y D. Pedro deseaba darle la mano de su hija, tanto por dos miraban en su R ey la imagen viva de la patria , to­ estas circunstancias , cuanto por la gratitud que debia á dos amaban á su dama con cierta especie de idolatría. A D. R odrigo, por haber obtenido la revocación de una sen- estas circunstancias atribuimos el efecto extraordinario que tancia que privaba á D. Pedro de todos sus bienes , por ha producido la escena en que se reconcilian D. Pedro de haber libertado á este la vida, y por deberle también en Segura y D. Martin de M arsilla. Aquel jamas se esconde cierto modo la salud de su hija, por medio de un médico de un enemigo; al que considera como t a l , lo recibe con árabe que llevó de Jaén. Pero reconociendo D. Pedro las urbanidad y cortesanía; no mide su espada sino con quien bellas calidades de Marsilla , y respetando hasta cierto cree tan valiente y esforzado como é l , y sabe generoso punto la inclinación de su hija , resolvió darle á este un olvidar un agravio, cuando su adversario le rinde su es­ plazo de seis años, dentro del cual hubiese de adquirir las pada; y D. M artin , lleno de gratitud, es incapaz de des­ riquezas que le faltaban; y cumplido dicho plazo quedaba envainar su acero contra el esposo de la nauger singular á D. Pedro en libertad de dar á D: Rodrigo la manó de su quien era deudor de su salud. hija. Se despide M arsilla de su amada, sigue á su R ey á Aunque en todás las escenas se reconocen las miras campaña ,y se distingue en la batalla de las Navas deT olo- profundas del autor del dram a, su conocimiento del cora­ sa , donde ganó un rico botin, que perdió en tos orillas del zón , la habilidad con que sabe descubrir todos los resor­ Garona. Después fue hedió prisionero en la batalla de tes de este, y la intención poética con que conduce la ac­ M aurel; se escfpó; llegó á S iria, donde un francés alb i- ción , no podremos dejar de hacer mención particular, con­ gense, que le debia la vida, le dejó al morir por heredero sultando únicamente á nuestro gusto, del diálogo en que de su inmensa fortuna. De vuelta á España fue hecho cau­ Zulima descubre su pasión al cautivo M arsilla; de la 6.a tivo por los mores, y Conducido á Valencia. Lo vió la escena del 2.° acto entre M argarita é Isabel, en qué sobre­ R eina mora, Zulfma; quedó enamorada de é l; lo arran­ sale la ternura de una m adre, el respeto de una hija á la có del calabozo y de k s cadenas; y por medio de una be­ voluntad de sus padres, y la elevación de pensamientos de bida narcótica, y auxiliada de uno de los guardas d«l M argarita, que sobreponiéndose á las preocupaciones de su H¿irem> traslada al cautivo, sin que este se aperciba de tiempo, explica muy bien y en herniosos versos el carácter ello , i una de las habitaciones del palacio , d#nde al des­ de aquel siglo. Copiaremos estos, porque no podrán dejar pertar aquel ve á su lado i la R e in a , que después d« oir de agradar á nuestros lectores: la relación de sus aventuras y amores, le declara su pa­ El carácter se te oculta sión. M arsilla se negó á corresponder á la R eina mora, de la edad en que naciste; por la fidelidad que había prometido á >u dama y por el tú en otra vivir debiste respeto que debia á su religión. mas inocente ó mas culta. La orgullosa 'Zulima , llena de celos y despechada, En este siglo de acero, jura vengarse de M arsilla, á quien amenaza con volverlo á en que al salir á la tierra su calabozo, á donde ella misma se proponia llevarle la saluda al noble la guerra, nuefca del casamiento de Isabel, ó de hallarse esta cautiva. la servidumbre el pechero, ¡ Pero queriendo aquel sin embargo corresponder á Jos be­ y por gracia á la muger neficios que Zulima le había prodigado, y darle al mismo se la considera en suma tiempo una lección de venganza, le descubre una conspi­ cual ave de hermosa pluma ración qu,e estaba á punto de estallar contra la vida del destinada á entretener, R e y , contra la de su esposa y otras personas, y de que amistad , sangre y am or, M arsilla estaba informado por una conversación que desde __ todo humano sentimiento __ su prisión oyó á los conjurados. se sacrifica al sangriento Poco antes de espirar el plazo que D. Pedro había ídolo , llamado honor. dado á M arsilla, se presenta en Teruel y en casa de aquel, Según su aicoran decreta, vestida de hombre, la mora Zulima; y como quisiese ver mengua es enmendar lo errado, á Doña Isabel para darla gracias por la hospitalidad que es vil el escarmentado había recibido en su casa, y manifestase que venia de Pa­ que imposibles no acomcta_, lestina, le preguntó aquella si habia conocido en la tierra y se admira á quien del dicho santa á un caballero de aquella misma ciudad. Aprove­ á la ejecución pasó cha Z alinjaesta ocasión para referirle las principales aven­ en empresa que dictó turas que habían ocurrido á Marsilla desde su salida, ter­ la imprevisión ó el capricho. minando con m anifestarle, que después de haber sido este hecho cautivo y correspondido al amor de la R eina mora, También citaremos la 8.a escena del acto 2.° entre descubierta por el R ey la infidelidad de su esposa, esta y D. Rodrigo y M argarita; y en el acto 4*° aquella en^que su cómplice habían si^o castigados con la muerte. D. M artin encuentra á su hijo D. Diego, y le dá la tris­ Movida Doña Ifabel del respeto que debia ó la au­ te nueva del casamiento de Isabel. toridad de su padre, que tenia empeñada su palabra; y de La versificación nos ha parecido en general hermosa los ruegos de su m adre, á quien D. Rodrigo habia ame­ fá e íl, sonora, y conceptuosa, aunque estas dotes no se ha­ nazado con entregar á su esposo unas cartas de ella , que llen igualmente en las diferentes clases de metros que se habia hallado en el cadáver de un amigo suyo , caballero encuentran en el Drama. Es digno de citarse aquel pasagé templario, á quien Margarita habia amado y por quien ha­ en que M arsilla declara á Zulima su nombre y calidad: bia faltado á la fidelidad conyugal; cede al fin, haciendo dice asi: un esfuerzo superior y sufriendo en su corazón una lupha Mi nombre es Diego M a rs ilk , horrorosa, y da su mano á D. Rodrigo* y cuna Teruel me d ió, Habiendo recobrado la libertad M arsilla, envía un ciudad que ayer se fundó mensajero d Teruel para hacer suspender la ceremonia del Turia en la fresca o rilla , nupcial: pero «ste mensajero fue herido en el camino de cuyos muros entre horrores una saeta disparada por una mano desconocida: era Zulima de guerra atroz levantados , que pretendia impedir que el mensajero llegase con oportu­ fueron con sangre amasados nidad para detener el casamiento de Doña Isabel, y que dió de sus fuertes pobladores. aviso á unos bandidos para que detuviesen á M arsilla y lo A l darme el humano ser, robasen, consiguiendo poF este medio que el ámente de quiso sin duda el señor Isabel no llegase á Teruel hasta después que esta le hubo destinar al fino amor dado su mano á D. Rodrigo; lo que supo M arsilla por un hombre y una m uger, su padre, que como tai fue el primero en salir á encon­ y para hacer la igualdad trar á su hijo, á quien halló en el bosque donde fue ro­ de sus afectos cumplida, bado, después de haber sido desatado, y de haber reco­ les dió un alma en dos partida , brado sus riquezas por el arrojo y denuedo de Zulima, y dijo: vivid y amad. que disfrazada de hombre y armada , seguía todos sus A esta voz generadora pasos. Isabel y yo existim os, Llega M arsilla á Teruel: tiene un combate singular y la luz del cielo vimos con D. R odrigo, á quien vence y desarma. Penetra en . en un dia y una hora. un gabinete de la casa de Isabel, á quien encuentra ador­ Desde los años mas tiérnos" nada con las galas de novia. A llí la lucha cruel de la pa- > v fuimos rendidos amantes , sion y del deber, los celos, la rabia y la desesperación desde que nos vimos , antes combaten de tal manera el corazón del apasionado y cons­ nos amabamos de vernos; tante M arsilla, que al oir que Isabel le manda ausentarse, y parecía un querer que se niega á abandonar la casa de su esposo, y que dice tan firme en almas de niño , qug lo aborrece, comp causa de tantos desastres, cae des­ recuerdo de otro cariñomayado sobre un escaño, donde espira á pocos instantes. tenido antes de nacer. Isabel, apenas entiende que su amante ha dejado de existir, Ciegos ambos para el mundo se arroja á sus pieé y muere abrazada de él. La R eina que tampoco nos v e ia , mora murió antes asesinada por A d e l, que con este de­ nuestra existencia corria signio la seguía de orden de su señor, que deseaba vengar en sosiego tan profundo > el agrávio que habia recibido de su esposa* en tanta felicidad, Intérpretes del numeroso público que ha concurrido que mi lim itada idea mayor no alcanza que sea la gloría en la eternidad. Alargaríamos demasiado este artículo, si hubiésemos de copiar los trozos que mas nos han agradado, y quc pueden dar una idea del estilo poético del Sr. Harzembufj pero no conclubemos sin recordar las señales de particu­ lar agrado con que oyó el público las hermosas décimas de M argarita en la escena 6.a del acto 3.°, y la sentida y tierna letrilla de Dña. Isabel ®n el acto último ; y sin dar al júven autor de los A m a n tes de T eruel nuestra cordial enhorabuena por el triunfo que acaban de obtener en la escena nacional su aplicación y sus talensos. El público pidió que saliera el autor á las tablas , pero su extremada modestia lo habia alejado de aquel parage. Los ministros y subalternos de la audiencia de Alba­ cete han donado para el socorro de las viudas y huérfanos de los defensores de Bilbao la cantidad de 1320 rs. vn. La correspondencia que saíió de esta corte en la no­ che del 13 al 14 del actual para V alencia ha sido inter­ ceptada por la facción de Cabrera antes de llegar al puen­ te del rio Ampuar , inutilizando gran parte de ella en Chi­ va y llevádose el resto. Lo que se avisa al público para sa conocimiento. El dia 2 de Febrero próximo dará la vela del puerto de Cádiz un buque correo que conducirá para las Islas de C uba, Canarias y Puerto-Rico la correspondencia del Go­ bierno y del público. B o ls a d e M a d r id . Cotizac. de h o y Á la s tres de la tarde EFECTOS PUBLICOS. Inscripciones en el gran lib ro á 5 p. 10 0 , 00. T ítu los al portador del 5 p. 10 0 , 2 6! y 26 f m odernos al contado: 27, #» i 1 I y 2 6 ! á v . f. ó V o l . : 2 8 , 2 7 Í y 28 á 30 d. f. ó v o l. á pri­ ma de 1 , $ y 1 p. io o modernos. In scrip cion es en e l gran libro á 4 p. 10 0 , 00. T ítu lo s al portador del 4 p. 10 0 , 00. V ales reales no con solid ados, 00. Deuda n egocirb le de 5 p. 100 á p a p e l, 00. Idem sin Ín te re s, 6 posteriores al i . ° de M arzo : 8 d evuelta» al con­ tado : n f , i y 11 i i v . f. ó v o l . : 8¿ á 60 d. f. ó v o l, d evu eltas : 9 á v . f. ó v o l, á prim a de \ p. 100 d ev u eltas. A ccion es d el banco e sp a ñ o l, 00. CAMBIOS Lóndres i 90d ias,]B arcelon a , á pesos M álaga, 1$ b. 36! á i . fu e r te s , 2$ b. San ta n d er, | id. París-, 1 5 - 1 4 . B ilb a o , f id. S a n tia g o , 1 } d. C á d iz , 2 á 2 i id. S e v illa , i$ b. A lic a n te , i co rto p ía C o ru ñ a , J d. V a le n c ia , 1 id . zo , ¿ b. G ran ad a , i id. Z a ra g o za , \ d. D escuento de le t r a s , á 5 p. 100 al año. B IB L IO G R A F IA . En la lib rería de Diaz R azóla se adm iten suscripciones a l p erió dico fran cés titu lad o Le P h a re^ de B ayonné. E l precio para tres meses e s d e < n * a n c o s , para seis meses 18 francos y 36 para un a ñ o , sin má9 gastos. Este periódico está m uy a cre d ita d o ; sus relaciones le ponen en e l caso de h allarse m uy bien inform ado, y por esto se v e consulta­ do con p referen cia por la prensa in glesa y fran cesa. ELEM ENTOS DE F I L O S O F I A M O RA L precedidos de prenociones fisiológicas sobre el alm a del hom bre y la existen cia de Dios, para servir de introducion al estudio de la filoso­ fía m o ra l, por D. M igu el M a r te l, canónigo y arcediano de la santa iglesia de Salam an ca, ca te d rá tico jubilado de filosofía m oral en Já universidad de la m ism a y D iputado de las C órtes en 1820 y 21; un tom o en 8 .°: se h allan de ven ta en M adrid en la lib rería de Brun;en B arcelon a, viud a de B r u s i ; S e v illa , de H idalgo y co m p añ ía : y en Sa­ lam anca , en la de Blanco. PRINCIPE. A S T R E O A las cuatro de la tarde. EL ASOMBRO DE JEREZ, JU A N A 1A RABICORTONA, comedia de magia en 3 actos. Intermedio de baile: dando fin con un divertido sainete., ción A las siete y media de la noche. Se dará principio con una sinfonía, A continua­ LOS AMANTES DE TERUEL, drama nuevo, original, en ó actos, escrito en prosa y verso. Dando Un con las Mollares bailadas á cuatro, CRUZ. A las cuatro de la tarde. ¿SE SABE QUIEN GOBIERNA? comedia en 2 actos. Intermedio de baile; dando fin á la función con la comedia en 2 actos titulada EL PILLUELO DE PARIS. A las siete y media de la noche. IL BARRIERE DI SIVIGLIA, opera de Rossini en 2 actos, en cuyo acto 2? cantará I* £ ^ ® !4 tberli k vatina de salida de LA GAZZA LADRA.