folleto. - Hemeroteca Digital

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r.f>l.
PKCCrOS DE S08CRICI0II.
Bu MadrM, pof nn m u
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Kft provincias, por idPili. franco «ie porte. . 2((
Km uKraniiir, piir trimestre
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Ra el eslrmigt^ro, poi' trimestre
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Bita perió.ii» M poliliratoita» '»« Urdo», csceptt
loa Juiaineos.
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jtño tercero.
lliti^foolefl tu fie enero de 1849.
PONTOS DE 80SCRICION.
LA ESPERANZA
(n Madrid en la» Reinas de este perlMico, calle d4
ValTerd4!, nüra, o, 7 en los demás puntos que se
auuncUu* los dina t,^ / 15 al linal uel numerw.
Toda coruurúcaclon ó recJanincion a Ui admínistracíoii dclieveuir (rauca de porte, siu cuyo reaM*
•ito uu se adiuituá. '
PERIÓDICO MONÁRQUICO.
l'.l //(íViií/o-O'' •'••! 'i i! ,..1 ii.:-.i . liiadvUtal- nueva cohorte de iireténiliMiít, v;iin ii,ii¡ \,\ IM/,OII tucnld flcf. nm de /« (-«HS», (•(ir/i-'if«, pm-qiK-mnu-.. l'Cieiii'.ir. i;n_i.i lo , leí i^i.i sati^faei'iou I i coniiM»;meiite 1""" «le ''ri|ic:oii il,- la^ (l^r.TiMciüs iiuu iii a lus sri;iiiuli).-. ipu' si^iiii'Hcii el ríiiiiinó se olvida de (iiie son vfi¡¡nitiil(':< y sus lierm:¡no.i,•,:ini (|ue
ilii;;iiaii al C;i//iíit'Helativa, i la i>cr»n:dian , asi eiitiu lis ÍVUI^OÍOUL'S del partido liiieral, le los primeros, líi car cler di; la éfioca es querer . aconsija al Gobierno que no perdone medio de ata- .ioii de poder iii,;/,cl.ir e.i ej dia de Ij N,itt»"idid de
como entre los Iioinhi-es (k- la s'tiwnion , y sus ¡la- j,'()/ár pronto , y |)ar« esto nada mas 3 prO|H»súii\\']ar lairíiMrre.ecí()tt en tu, orijc/i, y quiere i/t'; no luuítío ijtfñor , carne y pescado en virtud de caer
b'bras son dii^nas de un d»'(en¡do cxámea , por pai- (piií los principios del liberalismo de ciertos hoin- (alie el rir/or necesario, etc.
en yicriíes, y ser muy co iveiiiente este aviso pa7
te do los que sostoniMiios que el liberalismo de iires. Sobre t ido, mas noble era diferenciarse por
Agredccidos nosotros al Popular, ya por el interés |a la tranquilidad , aun de aquello», (¡ue no tienef
CiPitos lionibres es lili (>l)st;íciilü insiiiierahlo para iluctriiias, (¡ue por miras personales; y el Heraldo, que parece toma en nuestro desengaño, ya por lo en cueiila el ayuno. Su erudito 6 i lutrady corresWtablecer un buen f;ol)it^rno.
al querer defender su partido , le hiere con la que podría tocarnos de su carid.^d si fuésemos, ponsal (le SiíviUa se dixlara en contia de la doctri' Habla en primer lugar el líeraldo úo las frac- misma defensa. Digamos , pues , en viáta de lit como supone, defensores de la ca^sa carlista, deja- na seutada por el señor copiunicaule de Tole^lo, y
ciones de su partido , y relativamente á ellas ase- confesión del Heraldo , que los moderados quieren ríamos de buena gana á niiestro colega «ii la dulce liara cllo.alcga en pro de su opinión las razones
gura que « no se hallan separados mas que por lí- ser (todos ministros y grandes, y ricos y altos em- iwrsuasion , asi de haber hecho en esta coyuntura que inserta en su bitiu estudiado reinilitlo. Rirniio
*nites ilu-orifls ; y que sentadas todas en la amplia pleados , y que este es el norte hacia donde rigen un servicio al Gobierno, como de haber ofrecida á: y en otro resalta elj celo V'" '<>* impulsa por la
jvise fie principios idénticos , solo se diferencian Su riiitilw. El bien del país entra por muy poco ó I a vista de todos un alto testimonio do su g^iitdé observancia del precepto eclasiásUco j ' y en esto
*a pormenores que , mas que políticos , son per- nada en sus cálculos.
za de alma y d é l a de su partido; pero los fueros me CüUjíralulo con cllos;y aunque sin couocimiííti*
sonales. » Esto que á nuestro colega parece insigHablando después el Heraldo del partido mode- de la verdad y nuestra franqvie/.a nos oblij^an á tos sulicieiik's, para enseñar á bw que sapongo
WRcante, es muy grave bajo el punto de vista jio- rado y del progresista, dice que se separan por declararle que ni la tolerancia de los monárquico-, íoaestros,. emitoccjii servcilloz , y coit el mismo c e íftico. Para convencernos de ello, hay que conaide- princi|)ios lolalménte distintos, por creencias á que constitucionales, ni su magnanimidad y benevo lo qufi. ambos comuitieantes, mi pobre opinión,
Tür dos cosas ¡primera , que en todos los sistemas ninguna de las fracciones moderadas [)iiede adhe- lencia privada» han podido tener oportuna aplica- sujeta al juicio (¡\e lo? bsctores.
lioMtiros pn*d« haber ambiciones y resultar de rirse Jamas, por tendencias que todas osas fraccio- ción en el presente caso.
'
Ante todo , pon^o Como p.or base , que es iridif-.
effe» diferencias personale*; pero ei liberalismo las nes roprueban unánimemente. ¿Qué opinarán en
Todo elmérito contraído, totla la gracia que 9<! pensable para orientarse ea esti materia con n^ini:Jptoáace de *uyo, y >iíce«orioi»M;n/í debe producir- vista de esto los tpi» dicen que las dos fracciones supoiVe hjacerfii^s el |«rti«lo mouárq'iico-ctmstitii- riusidad, tener á la vist;» las bulas qii*» sobi'efestb
las, asi porque füHienla el orgullo con algunos de del liberalismo convienen en las bases y principios? cional y el Poputar en esta ocasión, se retieíe á la pijirticular, ha dadi^el^tíábio pojitílice Uenedicto XIV,
l o s principios (jue establece sobre el examen indi- ¿Cómo de uu mismo origen han nacido tan dife- tendencia ó significación subvcrlva ó sea carlista que son: 1 <iN«» aiHbi>jimHSi> daia dia 30 marvidual , como ahirt(>«riM|i la pii«Ha de! pvder á todos rentes caslae 7 ¿cómo un principio puede tener tan que tuvieron las espresiones atribuidas al príncipe t^i ilM. 2 «tm S» remaa (<iuBdem n m i ; et ki bulas quehan cnniplfe^nMihtieífKo a a o s , con tal que contrarias aplicaciones ? Para nosotros no es un proscrito; porque no enderezándose nuestro artí- lla» y>i(j('«<iísime, sub dic 10 jaiúi l 7 V ü > y q u e s e
li^yan sabido manejar un d i s t r ^ electoraí. (2n misterio. El liberalismo como le entienden algunos culo mas que á lijar su sentido y á demostrar que hallan cu su obr» del $inod& Diocesano. En esta,
otros sistemas de goliierno la ambición es hija de hombros , no tiene mas que ¡jriucipios ile cir- no hay contradicción entre ellas y las nucstias, cla- pues, se toca <l fun.dam"nlis cuanto hay que
la flaca natural«>ia : en el sÍ!>tiMna liberal, según cunstancias; su verdadero símbolo es el lihre exa- ro es que probado esto, como lo reconoce el Popu- desear respecto i carnes y abstinenc'a.. Ksto s u algunos le entiend n , la ambición y ttu diferencias men. Con él se destruye; coa él se edifica, y con él lar, no era pi>sib|e que las mas fuesen inocentes y puesto , los dispensados para comer cartie en los
ffionalet
ion }iúfim. ie la naturaleza y d«l sis- se vuelve á destruir.
las otras culpablt^s. Es asi «)ue>.'las palabras dvl viernes que no son días de ayuno , ¿podrán mezlema.
príncipe, á tpie se hace relación,nosi^no en( ierran clar en estos días carne y pescado? Yo digo que sí;
ningún pensam ento subversivo respecto á España, y roe fundo en la aiítoridad de nuestro santísimo
CoiftQ quiera qne sea , tenemos por c o n induEl Popular de anteanoche decía en su segundo
sino que están limitadas á manifestar el debido P. Benedicto XIV, que dice , que «podemos mezdable que las diferencias personales, pudieodo t c - artículo, lo siguiente:
respeto á las inslituciones del país eskwngero en clar carne y pescadt;» en aquellos días en que no
M r ^periódicos y tribunas de di>cusion , son ma»
«Muy notab'e es por su objeto un artículo qne '(|ue se pronunciaron: Uu-go es preciso confesar que es permitido el uso de carnes, bii'vos y lacticiperjudiciaUB qne las meras dtfereneñ»-ite<fectrina.
contiene Ja^ísi'EKiNz* en siiúltimo lu'imero. OcúLa ra/.on es sencilla. TJI esperiencia y la práctica pase nuestro colega en contestar al Faro de los Pi- por esta vez nada tenemos que agradecer al Pop»- ttio«ít Ved aquí Sus palabras: «Nos.... in qiiadragtsima^aliisqueannitemporíbusetdiebus, quibus ca •
desacreditan ó coniirman las doctriiM» , y ei tiempo rineos, deteniéndose |)rincipalmeiile en patentizar lar y sii partido, mas que la buena intención.
^7 los sucesos pueden modifícarlas , y si se quiere, (pie no existo diferencia entre las doctrinas libera¿Qué replica á esto nuestro estimable colega I „;,,,„^ovor«»«cUctici«iorume8U8est prehibitus...
les que el conde Montemoliii ha manifestado en los i
'llásta conciliarias. La nueva o í e a m del justo
convites de í^óudres y las que sostienen eii Madrid vespertino? ¿Dirá que es bastante ó demasiado el umitas atque interdictas epulas .. núnime ai)ponwimedio no es otra cosa, á nuestro parecer , mas qne la ESPERANZA misma y otros periódicos destinados permitirno» rectificír, narrando como historiado- j^g edicimus.» Ahora Wen; en los viernes del año
Imposible ooncifiaeion de las dMCrinas. Para las á la defensa dé fa csusa carlista. Las razones da- res, lo que á otros les placo referir ó inventar so- I ^^^^ ^^ s„„ ¿^¡,9 j ^ ,^^,,0 _ „o ^„tá prohibido el
•dactrinas hay un destino: ó la m a c r t e , ó el das pur nuestro e$timable cdega son. sin dud i al- brtí el liberalismo del conde de Monlemolin? En-1 uso de liueroa y lacticinios, y sí el uso (le carne;
guna, convincente», y si el Faro os dócil reconoce- 'horal..ie'n,i\- pero en tal caso diremos ni Popular y Juego, seaun la letra v el esnírilu de nuestro santítriunfo.
rá la mas perfecta ideiiliilail de oiiinioiies y de ob^ 8uc«de asi , empero, con las ••inlWei—au y éi- jeto entre Montérhbliii y la IÍSIM:!(A.\ZA. lí^ta decla- sii partido que no les corresponde a ellos la gloria gj^o p_ Benedicto X I V , el dispensado ¡lara comer
í«f»nc¡as ¡lersoiiales que encuentran en los mismos ración li liace nuestro cole;^;! coii una fraiiiiue/a de haber dado á conocer en España tal especie itc car„e p,, losdias que no son de ayuno, puede mezsistemas fomento y defensa de sus pretensiones? digna (le aplauso ahora ipie está á [xiiito de encen- tüleraiuia , porque desde,que á Llórente le plugo ciar tutá comscieiftiá sejun la citadis palabras:
derse una nueva giierri ei\il.
pintar á su man ra una inquisición , nadie puede Nos
in etc.
^
ÍÍ6 por cierto. La ambición es naturalmente exclu«Visto el artículo del.) IÍSIMÍIVAN/.A y esliniadas disputarle la patente de inventor.
En sus tre»CBcfcUcas repite Ntro. Stmo. P a siva, porque es el deseo de medrar sobre otros, con sus ra/ones en lo que valen, no puede dudarse ya
dre Benedicto XI¥«|«»e la referida prohibición de
tra otros, á pessr de otros. Por consiguiente, cree- (pie este periódico (bliende la causa carlista en la
mos que seria mas fácil á Un fracciones tk\ partido corte mÍMna de la Reina Coiistitueioiíal....»
De .laeii se nos dirigid la siguiente coniiinica- lio mezclar carne y pescado se entiemla solo pira
• fnoderadn , avenirse , siendo sus diferencias puraPor este estilo es lo (pie sigiit; del artículo de cioii, á la que con placer damos lugar preferente en los (lias de cuaresma y "dé ayuno.... «ín cíuidragésima, alüeMiWü jtyunio consecratí ^ dicbi»s....» y e s ' mente doctrinali-s, que siendo |)ersonales, como lo nuestro colega, ipileii, en vista de lodo, concluia
nuestras coluinnas , con el fin de que se ilustre la
ta fspresiou la rejiile con frecuencia. Y cuandit ha. son, según el juicio del Heraldo. Aun suponiendo diciendo, por una parte , que la tolerancia es dote
bló al prelado de Santiagosobre esta ley , se r i f e que pudiesen avenirse las fracciones militantes qne resalta en los 7nonárqnico-corf.stílucioHalcs , y cuestión á que se refiere.
«Ell su apreciatiíe y religioao {ienó4ci) dt^t 19 de ria también á todas cuantas obligaban solo eti los
lioy , tras de ese avenimiento se presentaría otra l)ür otra , que aiintpie él no í'wiic odio d los que to" ' i ' i ' ' li ' ' '
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vida. Estáis seguro de que 110 nos desviamos de la
—A nadie necesitamos para nuestra defensa. primir las injurias bastante cruelmente desmen
carretera?
Vuestras tropas no pueden jwsar la frqntera , y so • das con la mu rtc de nuestro compañero.
—Si tuvieseis valor, lejos de retroceder procu— PUniamente seguro; p»ro decidme, Bonicbonj
lo servirían para que llamásemos la atención (le los
de quién son estos caballo»?
EL CONTRABANDISTA (I).
contrabandistas españoles. Contentaos cou tomar raríais vengarle.
El campesino meneó la cabeza diciendo:
—Míos, coronel, acabo de comprarlos para vos.
un trabuco.
—Si
solo se tratase de combatir a un hombre,
—Gracias; son escelentes, y me gustan; durante
XII.
—Ya os he dicho que tjo contéis conmigo; tengo
¿creéis que elasesiniato de Isidoro Arieda quedarla el camino saldaremos esta'cuenta.
Lleváronse el cadáver del venciido : los magis- seicnta años y no soy hombre de armas toinar.
,, , ,
.
I t í d o s formularon una minuciosa é inútil informa—Lo sé ; pero hacedme ei favor de evitarme la impune?
El consejaro arreglo eon sus propiaf rítanos la
—Luego sois supersticiosos y dais fe á 1)S sorti- maleta en la grupa de su caballo, y laiizindo un
"Cáoiii, y de este acontecimiento no quedó mas que ridiculez de la escolta que nos haría parecer unos
una imancha sobre la vindicta pública.
malUechores , ó unos príncipes de la familia real; legios.
corto suspiro se colocó en la silla ayutlado de uu
—No quiero decir eso , caballero , pe' o el mejor mozo, quien se reia viéndole caminar. El coronel
Qy^e hacemos de estos caballos? preguntaba á porque la ¡)rimera de estas suposiciones nos acar(le nosotros acaba de caer víctima de su mismo pu- lingió no repararlo; pero la condes I, que no podía
rearía injurias, y la segunda seria jnas fatal.
«ste tiempo el coronel á IJoniclioii.
—Os olvidáis (jue llevamos una cautiva que ñal: e: asesino ha d-sapareoido de una manera ine.s- sufrir la burla ni aun en aparien«ia, csclatuó impaBajad la voz, le contestó este atemorizado aun;
¡no sab inis si nos escuchan : este maldito asesina- tenemos que poner á sa|yo de una intentona de _IÜS plicable, y al espirar Isidoro liapronuciado el nom- ciente.
bre de un ser con el cual ningún habitante de las
—Castigad á ese insolente, ó lo higo por mi
to me ha causado una iinjnesion tanto mas viva, carlistas.
, , , ,
«uanto que he recibido orden de entrar inmediatamano.
—Fiad en m í , y no me hagáis el agravio de te- monlañas tpiicrc meterse.
—Bribones, tunos , cobardes, grito el diplomámente en España para encargarme de uua comi- nerme por un carcelero. Esijeratl un momenlo.
Pero al oir el criado estas palabras se esca[)ó.
sión importante , y me veo precisado á pasar por
—Necesito entrar en la fonda para recoger una tico viendo llegar al coronel con la condesa y Ma^ Echóse á andar la comitiva hacia el campo. Poco se'Irun. Esto? cuatro hombres son contrabandistas balija, replicó Bonichon: seguid ailelante, voy á des- ría seguidos de un criado que traía una mal. ta.
Kiiro Bonichon, dirigía sus miradas á su redetJor,
—Qué sucede? preguntó Casa-Grande, y porqué
íosueltos y vigorosos ; el que acaba de ser muerto pedir á esta gente.
murmullando por lo bajo:
•era un mozo alegre ipie me habia ofrecido maraviPero en vez de cumplir su promesa , previno á regañáis á estos nioz.is de caballos?
—(Jiiié desierto está esto! ya no estraño que la
'l'as. Lo que acabamos de presenciar es de fiin sto los cuatro hembres que le siguiesen, goardand 1
—Sucede en primer lugar ipie no somos mozos de
«güero para nuestro v age : ya conoceréis la cuen- entre ellos y la caba'gata una distancia bastante cabillos, y en segundo que no queremos acompa- suiiersticion sea natural á los habitantes d« un país
•ta<pieos tiene el partir conmigo : en la frontera para satisfacer al coronel, en términos que se h a - ñaros. Tomad vuestro dinero, buenas noch.'s y ahí en que cada árbol puede ocultar una emboscada, y
doiule es tan dilicil distinguir un labrador de iii'i
nos aguarda un dejtacam nlo , pero nos faltan cin- llasen prontoj á ¡socorrerlos en caso de necesidad. os quedáis solos.
contrabandista.
•««o leguas durante IdS cua'es debo guardar el incógY los Cuatro montailescs agarrados del brazo se
Miráronse los montañeses , dtispiies se digeron
El consejen, que llevaba hasta el mas fabuloso
nito, y sin e iibargo de q'ie la carretera , y hasta algunas palabras en voz baja , por lo cual 110 pudo separaron en silencio.
3* campiriia se hallan cubiertos d ' aduaneros, y comprenderlas Bonichon: por último, se acercó uno
—Dejad á esos tunantes que se vayan, dijo el cstre,mo el amor de la conservaciim , habí-ase collluedau fmn siete ú ocho horas de día, tal vez seria de ell s y descubriéndose, dijo:
conde á su turbado amigo. Marii viene (;on noso- locado éntrelas dos rnugere* , para que le sirviesen de escudo en caso de ataque ; pero tewia buen
ümprudente tentar semejante ein|)resa.
—Caballero, tomad vuestro dinero; no podemos tros: coloiiuemos estos paquetes en los caballos; lo- cuidado de no confesar tan cobarde penúmieiiti:
mad vuestra niaUíta, y partamos. .
-7Nada temáis , replicó el coronel; voy á buscar acompañaros á la frontera.
"ejos (le eso pretendía que su posicionera'la tnas
—El dipl rnático se estregó I .s ojos diciendo:
á uu muger y su sobrina por sí esta quiere acomÍ)Í(^en u ü ^ ñ o c s í m seguros lo/caminos, y que I e^)uesta. uábia suplicado al coronel fueste detrás
—Oué sígnillca esto? esclamó el diplomáico , e s j)auariios, y partimos al momento. Para nada neUictnqULiuxsi
„ __......
para evitar cualiluiera sorpresa.
tremeciéndose.
os salt. adores vigan |ior estos contornos No
cesitamos á estos h mbres ; indíca.lles que pueden
lis preciso no dar mucha rienda áVos caballos
quiero
ocutaros
(pie
bajo
mi
responsabilidad,
Nada tenéis que temer contestó el vascongado; la
volverse.
cuando no se conocen, decia á la condesa ; piieilcu
preferiria que nos detuviésemos hüsta mañana.
carretera
se
halla
scinbriida
de
aduaneros
y
el
sol
se
—¿Ahora Palis con eso, señor? ¡y si somos ata—Y el destacamento que os aguarda en la fron- tener algún resabio ochlto , y descubrirlo á lo
eadosl sabed que dispongo del general Harispe , y pone muy tarde en esta esticion.
mejor
tera, pasará alli la noche?
—^Tunoi 1 replicó el dip!oB>»tico ocultando una
que puedo hacer que me escolte un regimiento, y
Li condesa volvió la cabeza sin res lonperle:
—Francamente no lo creo.
violenta indignación, ¿pstais.de acuerdo cort los carnafta un ejército en caso de necesidad.
Andatts con cuidado , prosiguió el dq>lo«iál:c()
—Luego,
qué,
quer(
i
Í
hacer?
listas para que nos asesinen?
Creo" qué íú mas acortado es ave .turar nuestra j dirigiéndose á la martinesa , vais en el eslreuK» de
K (1) Véase nuestro numeró de ayer.
—No nos incomodéis, caballero, y tratad de sii-
FOLLETO.
t
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