El Santander espera ahorrar 150 millones en las pensiones de sus

El Santander espera ahorrar 150 millones en las pensiones de sus prejubilados
El Santander espera ahorrar 150 millones en las pensiones de sus
prejubilados
Los sindicatos creen que el banco debe llegar a un acuerdo con la plantilla actual que recoja de forma expresa
dicha posibilidad La Vanguardia
El Santander Central Hispano quiere ahorrarse unos 150 millones de euros en el pago de las pensiones de sus
trabajadores prejubilados que han alcanzado los 61 años. Los sindicatos critican que no cuenta con el acuerdo colectivo
que exige la ley. El banco afirma que ?está valorando la aplicación de la ley?.
El Santander Central Hispano ha comenzado a enviar a determinados prejubilados del banco una carta en la que les insta
a solicitar el cobro de su pensión al Instituto Nacional de la Seguridad Social. Según la misiva, el plazo límite para
hacerlo es justamente el día en que el interesado cumple 61 años.
El grupo que preside Emilio Botín pretende así beneficiarse de la anticipación de la edad de la jubilación prevista en la
reforma de la Seguridad Social pactada en marzo del 2001 por el Gobierno y CC.OO. y recogida en la ley 35/2002. En
ella se mantiene con carácter general la edad de jubilación a los 65 años, si bien aquellos trabajadores con 61 años que
hayan cotizado 30 y lleven más de seis meses en situación de desempleo, podrán jubilarse con una penalización de un
6% por cada año de adelanto.
De aplicarse esta posibilidad en el SCH, que en los últimos cuatro años ha procedido a una drástica política de
jubilaciones anticipadas, afectaría a los 6.400 trabajadores que todavía no han cumplido 61 años. Desde la fusión del
Banco Santander con el Central Hispano, en enero de 1999, 9.451 empleados se han jubilado anticipadamente. La
entidad manifestó ayer que ?está valorando la aplicación de la ley 35/2002? para la política que ha puesto en marcha.
Según estimaciones iniciales, el banco pretende traspasar a la Seguridad Social el pago de unos 150 millones de euros,
al dejar de abonar durante dos años (la edad de jubilación en el banco es a los 63 años) la pensión a sus prejubilados.
Sin embargo, la citada ley exige la existencia de un acuerdo colectivo que recoja esta posibilidad expresamente y éste,
de momento, no existe en el SCH, según los sindicatos. El banco menciona en sus cartas a los afectados el acuerdo
colectivo marco laboral de fusión, del 3 de marzo de 1999, pero las fuentes sindicales consultadas aseguran que en él no
se establecía explícitamente la citada posibilidad.
La pretensión del banco no tendría impacto económico para los trabajadores afectados, pues si bien en este caso se
establecen coeficientes reductores, también es cierto que en estos momentos no perciben el 100% de su salario en su
calidad de prejubilados.
Además, como recuerda la carta del Santander, la ley 35/2002 establece coeficientes reductores inferiores a los
aplicados anteriormente a la base reguladora de cálculo de la pensión. De hecho, el Gobierno estudia cómo mejorar la
situación de 1,2 millones de trabajadores que se jubilaron antes de enero del 2002 y se vieron afectados por las
penalizaciones del anterior sistema, más estricto que el modelo que entró en vigor a partir de esa fecha.
En el SCH la medida no tendría impacto económico, aunque los sindicatos alegan que se crearía un problema de
inseguridad jurídica para los prejubilados afectados, en caso de que el banco no alcanzara en el seno de la empresa un
acuerdo colectivo explícito al respecto. Los sindicatos consultados no estarían, en principio, en contra de un pacto de
estas características, si parte del ahorro conseguido por el banco por esta vía se canalizara a mejoras para la plantilla.
En ese sentido, recuerdan que el Santander, el único banco español que no ha externalizado sus fondos de pensiones, es
también una de las pocas entidades que no tiene ningún tipo de complemento de pensiones para los trabajadores
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ingresados después de 1980, que hoy son unos 10.000 (el 50% de la plantilla). Una dotación similar a la acordada en el
BBVA supondría crear un fondo de aportación definida dotado con unos seis millones anuales.
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