la fiesta de santiago apostol en lqiza aldea

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LA FIESTA DE SANTIAGO APOSTOL EN
LQIZA ALDEA
RICARDO
E.
ALEGRÍA
**
intenta estudiar la naturaleza de la sociedad puertorriC queña, else investigador,
necesariamente, ha de tropezar con las diUAN DO
ficultades que presenta toda sociedad integrada por rasgos' culturales de
origen diverso.
El origen básico de la sociedad puertorriqueña puede hallarse en
el trasplante al trópico que en el siglo XVI hicieron con su cultura los
conquistadores castellanos. En el proceso de adaptación a su nuevo medio ambiente, los colonizadores absorbieron, cultural y racialmente, la
población aborigen de la isla, asimilando de ésta aquellos rasgos que
le eran indispensables a su vida antillana. En Puerto Rico, contrario
a lo que sucedió en otras áreas de América, la influencia de la cultura
aborigen fue mínima a causa de la pronta desintegración que sufrió la
sociedad indígena 'ante el impacto de la cultura hispánica.
Un nuevo componente a la integración de la sociedad puertorriqueña fue aportado por los negros africanos, que durante más de cuatro
siglos estuvieron incorporándose a la incipiente sociedad, nutriéndola
con su aporte cultural y racial. Los negros, que en muchas regiones de
la isla se impusieron numéricamente, ofrecieron una vigorosa fuerza
cultural que era continuamente renovada con la llegada de nuevos caro
gamentos de esclavos africanos. Su huella en la sociedad puertorriqueña es profunda y evidente, no sólo en su formación étnica, sino en su
integración cultural.
En el siglo XIX la sociedad puertorriqueña es un complejo mosaico
donde, sobre una base hispánica, se han fundido con menor o mayor
** Fue Director del Museo de la Universidad de Puerto Rico y actualmente dirige
el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Es autor de varios' artículos sobre arqueología y
folklore que han sido publicados en varias revistas tales como el American Antiquity, el
American [ournal 01 Folklore, la Revista Mexicana de Antropología, etc.
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REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES
fuerza rasgos característicos de las culturas aborigen y africana. Sin
embargo, el proceso. de transculturación no fue uniforme; eh algunas
regiones la influencia negra fue mínima, mientras que en otras, especialmente en el .área de la costa, la cultura africana logró un fuerte
agarre.
Antes de terminar el siglo XIX estos diferentes componentes culturales se han articulado, formando en Puerto Rico una sociedad de características definidas. Es esta sociedad la que recibió el impacto de una
cultura extraña al ser invadida la isla por las fuerzas militares de Estados Unidos. Durante los últimos cincuenta años de convivencia política con esta nación, la influencia cultural norteamericana, aunque
impotente para conseguir una franca asimilación, ha dejado sentir su
poderosa huella en la cultura de la isla. Continuamente 'estamos observando la desaparición de viejas instituciones cuya existencia se hacía
incompatible con las normas de vida que la influencia de la cultura norteamericana impone. Así también vemos la frecuente y progresiva incorporación de instituciones norteamericanas a la sociedad puertorriqueña.
Sin embargo, esta desorganización cultural que sufre la sociedad
puertorriqueña, no ha llegado al mismo tiempo ni con la misma fuerza a todas las comunidades de la isla. Como es de esperarse, aquellas
más aisladas han sido las que más tarde y en menor grado han sufrido
el cambio cultural. ' ,
.
En nuestro deseo por estudiar la integración de la sociedad puertorriqueña y específicamente la aportación de la cultura africana, hemos querido iniciar la investigación en una comunidad aislada de población negra. Dentro de la pequeñez geográfica de Puerto Rico y la
densidad de su población, el antiguo poblado de Loíza Aldea y sus
barrios adyacentes nos ofrece el mejor ejemplo de ese tipo de comunidad. En Loíza Aldea, la homogeneidad etno-social de sus vecinos y el
relativo aislamiento en que han vivido ha permitido la conservación y
articulación de un cuerpo de creencias y costumbres que hoy les caracteriza. Estas condiciones, unidas a la antigüedad del poblado, permiten
encontrar la. subsistencia de viejas prácticas hispano-católicas, ya desaparecidas en otras comunidades de la isla, así como la retención de
creencias y prácticas paganas de origen africano.
En elourso de nuestras investigaciones en Loíza Aldea, dimos énfasis al estudio de su fiesta tradicional: la fiesta de Santiago Apóstol.
En las fiestas populares es donde los pueblos manifiestan sus rasgos
culturales con mayor expresión y espontaneidad. En Loíza Aldea existe tal vínculo entre Santiago y la comunidad, que al estudiar su fiesta
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se descubre ante nosotros un interesante aspecto de la vida cultural del
poblado y los cambios sociales que en éste se han venido originando.
No es el propósito de este ensayo analizar la integración cultural de
Loíza Aldea, sino meramente describir y analizar su fiesta tradicional
como un exponente de su cultura y de los cambios que ésta ha sufrido.
1. El poblado
Su historia se remonta a los tiempos de la Conquista, cuando los
primeros colonizadores españoles encontraron una densa población indígena viviendo en las riberas y cerca de la desembocadura del río.
El pronto descubrimiento de ricas arenas auríferas.en el río de Loíza y sus tributarios hizo que algunos colonizadores se establecieran en
la región. Mientras el oro fue abundante y la población indígena subsistió como grupo etno-político, la principal ocupación de los pobladores fue la minería.
En las primeras décadas del siglo XVI, al agotarse la producción
minera, los colonizadores se ven obligados a modificar su economía,
iniciándose' el cultivo de la caña de azúcar. La fase agrícola requería
una fuerza de trabajo que ya no podía suplir la desintegrada sociedad
indígena, y un nuevo grupo étnico -los negros africanos- fue importado en la región.
Con la llegada de los negros esclavos se inicia en Loíza .el cultivo
de la caña de azúcar. En las últimas décadas del siglo las plantaciones de caña cobraron importancia y muchos esclavos fueron concentrados en las estancias localizadas en las riberas del Loíza. A pesar de los
frecuentes ataques que sufría la región por parte de los indios caribes
y de los corsarios franceses e ingleses, las grandes' haciendas continuaron progresando. A mediados del siglo XVIII la concentración de negros
esclavos en las haciendas es tan grande, que' Loíza figura a la cabeza de
la isla en el porcentaje de personas de la raza negra.'
'
Hacia mediados del siglo XIX, aunque Loíza sigue siendo una de
las zonas cañeras más importantes de Puerto Rico, el poblado comienza a perder importancia. Mientras otras poblaciones, bajoe1 impacto
de una época de prosperidad económica general, crecen rápidamente y
establecen nuevas industrias, en Loíza la vida continúa sin cambios de
importancia y la población aumenta muy poco. El poblado seguía sien1 Fray Iñigo Abbad y Lassierra, Historia Geográfica, Civil y Naturq/ de la Isla de
San Juan Bautista de Puerto Rico (Puerto Rico, 1866), págs. 286·298.
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do pequeño y de poca importancia. En él sólo vivían algunos oficiales
administrativos, siendo la gran mayoría de sus vecinos mulatos y negros libres. Las únicas dos edificaciones de piedra eran la iglesia y la
Casa del Rey. En la región de la costa, en lo que hoy se conoce como
las "Medianías", vivían numerosos negros libres. Los propietarios blancos continuaban viviendo junto a sus esclavos negros en las haciendas
adyacentes al poblado. Toda la vida social y económica continuaba girando alrededor de las grandes haciendas.
Con la abolición de la esclavitud el año 1873, poco cambio se registra en la vida del poblado. Los libertos se radican en las arenosas
tierras de la costa, en las "Medianías", mientras otros continúan viviendo como "agregados" en las grandes haciendas.
Las nuevas vías centrales de comunicación que se construyen dejan
a Loíza relativamente aislada de las demás poblaciones de la costa este.
El tránsito hacia Loíza queda limitado exclusivamente a aquellos que
desean ir al pueblo. Este aislamiento es en parte responsable de que el
pueblo continúe su vida apacible y casi estacionada en el pasado. En
los primeros años del presente siglo la sede del gobierno municipal fue
trasladada a los terrenos adyacentes a la carretera central en donde
surge un nuevo poblado (Canóvanas). Así Loíza quedó reducido a un
barrio con muy poca importancia política.
La población de Loíza Aldea, junto a la de sus barrios adyacentes,
alcanzó en el censo de 1950 la cifra de 7.740 habitantes. Más del 87
por 100 de éstos pertenecen a la raza negra, yen su gran mayoría son
descendientes de la antigua población negra que fue concentrada en
la región para trabajar en sus fértiles llanuras.
El aislacionismo relativo en que ha vivido la población es en gran
parte responsable de que su cultura sea hoy una de las más homogéneas
de la isla. En la sociedad de Loíza los hábitos, costumbres y creencias
de sus individuos siguen un patrón definido. Los lazos de parentesco
son fuertes y son muchas las familias emparentadas entre sí. En Loíza
ha existido una gran estabilidad en la permanencia de sus habitantes.
Los apellidos de los antiguos y poderosos hacendados aún se conservan
en los descendientes de sus esclavos. Esta estabilidad de la población
es otra de las causas por la cual las antiguas costumbres y creencias se
han conservado con mayor pureza que en otras regiones de la isla.
La economía de la región está basada en la agricultura y la pesca.
Más del 90 pbr 100 de la población deriva sus ingresos de la faena
agrícola, que principalmente se divide entre la caña y el coco.
2
Barrios de Medianía Alta y Medianía Baja.
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En las plantaciones que se extienden a lo largo de las riberas del
Loíza el trabajo se circunscribe a la siembra, cultivo, corte y arrimo
de la caña, durante un período promedio de seis meses, en los cuales
el trabajador recibe un jornal promedio, de unos tres dólares diarios.
Estos meses determinan la época más próspera del año, y al terminarse
el trabajo en los campos de caña, surge el llamado "tiempo muerto",
que dura, aproximadamente, seis meses. Durante este período de desempleo la Situación económica de la mayor parte de la población es
sumamente precaria.
La vida lenta y monótona que viven los habitantes de Loíza Aldea
y sus barrios vecinos sufre un violento cambio durante una semana al
año, cuando el pueblo, con indescriptible desbordamiento de espontánea alegría y entusiasmo, celebra la fiesta tradicional, la fiesta de Santiago Apóstol.
El culto y devoción a Santiago Apóstol llega a Puerto Rico con
los conquistadores. En América, "[Santiago!" sigue siendo el grito de
guerra de los españoles contra los indios, como antes lo había sido contra los moros.
11. Origen de la fiesta en Loiza
Es incierto el origen de la fiesta de Santiago en Loíza. La antigriedad de la celebración es tal, que sus comienzos se han perdido ene!
pasado. Algunos de los vecinos más ancianos, en su deseo de expresar
la antiguedad de la fiesta, sitúan sus comienzos en "los tiempos en que
Dios andaba por el mundo".
Por haber sido Loíza uno de los centros de población que con más
frecuencia sufrió ataques de indios caribes y corsarios europeos, es posible que la devoción al Santo Guerrero de los españoles ganara fuerza
entre los vecinos que continuamente se veían obligados a tornar las armas para defenderse de los ataques enemigos. La fe que los vecinos
depositaron en el Santo y en su ayuda divina, les permitía seguir resistiendo los continuos ataques de indios y corsarios, sin abandonar la
región.
En Loíza, Santiago encuentra sus más fieles devotos en la población negra, de origen africano, que fue concentrada en las haciendas
de la región. Esto hace pensar en la posibilidad de que en Loíza, en
torno a Santiago, se produjera una fusión de elementos hispano-cristianos y africanos. Sabemos que la llegada de los negros africanos a
América, donde se les inicia en el cristianismo, da lugar a un intere-
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sante fenómeno de sincretismo religioso. Los negros trataron de explicarse los santos cristianos identificándolos con los dioses de sus respectivas religiones. Ejemplos de esta curiosa situación aún se manifiestan
claramente en aquellas regiones de América donde prevalece una gran
población negra." Sin embargo, como el proceso de transculturación
no fue uniforme, el sincretismo se verificó de modo diverso en cada
uno de los pueblos de este continente.
Es de pensar que los negros que, junto a un puñado de esp.añoles,
tomaban las armas en Loíza para hacer frente a los invasores que amenazaban con saquear y destruir el poblado, identificaran al Santo Guerrero que los españoles invocaban, para que les ayudara en el combate,
con los dioses de guerra africanos.
Entre las culturas africanas, representadas en Puerto Rico por los
negros esclavos, la yoruba es la que parece haber dejado mayor influencia. En la religión yoruba se destacan Ogún, dios de la guerra, y Shangó, legendario rey que alcanzó la divinización, convirtiéndose en uno
de los dioses más populares. Shangó es para los negros yoruba el dios
del rayo, del trueno y de la tempestad, así como poderoso y valiente
guerrero. En la escultura yoruba frecuentemente se le presenta como
un guerrero a caballo," Estos atributos que los yorupa adjudican a Shangó son muy similares a los de Santiago Matamoros. Para los conquistadores españoles, Santiago no sólo era el Santo Guerrero que los protegía en la guerra,. sino que también se le consideraba como el "Hijo
del Trueno", y con poderes para hacer descender fuego del cielo y aniquilar a los infieles," La semejanza entre los atributos de las deidades
es tal, que bien pudo haber sido ésta la causa por la cual la población
negra de Loíza los fundiera, prevaleciendo, como era de esperarse, la
concepción popular española de Santiago Matamoros. Sin embargo, si
este ejemplo de sincretismo religioso en torno a Santiago ocurrió en
3 En Cuba, Fernando Ortiz señala que el dios africano Shangó se identifica con
Santa Bárbara. "Shangó es Santa Bárbara macho", dicen los negros de Cuba. (Fernando
Ortiz, Hampa afrocubana: Los negros bru;os [Madrid], pág. 57) .
.A "Ogún, en Cuba, se le catoliza equíparéndolo a San Pedro. .. o por el Santiago
de los castellanos". (Fernando Ortiz: Los bailes y el teatro de los negros en el folklore de
Cuba [Habana: 1951], pág. 209).
En Bahí, según Arthur Ramos, el culto al dios africano Ogún se identifica con San
Antonio, mientras que en Río de Janeiro se le asocia con San Jorge. (Arthur Ramos, Las
culturas negras en el Nuevo Mundo. México: Fondo de Cultura Económica, 1943, pág.
250) .
Price Mars nos dice que en Haití, el dios Ongon Balindjo, dios de la guerra, se identifica con Santiago Apóstol. (Price Mars, Ainsi parla lúoncle, pág. 18l).
4Paul S. Wingert, The Sculptur,e of Negro Africa (Nueva York: Columbia University Press, 1950), pág. 3l.
5 En los Evangelios (San Lucas, IX, 54), Santiago y Juan proponen a Jesús hacer
descender fuego del cielo a fin de aniquilar a ciertos samaritanos.
LAS FIESTAS DE SANTIAGO APOSTOL
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Loíza, el único vestigio que del fenómeno queda es la devoción de la
actual población negra hacia elSanto," así las alusiones que algunos
vecinos hacen al referirse al Santo como el "Dios de las Guerras".
En Loíza Aldea, la fiesta de Santiago reviste aspectos muy singulares. La figura del Apóstol está representada por tres imágenes, cada
una de las cuales está asociada a un sector de la población. De esta
manera encontramos la existencia de tres Santiagos: el de los hombres,
, el de las mujeres y el de los muchachos. Durante la fiesta.cada una
de las tres versiones del Santo es especialmente homenajeada en un día
determinado.
Cada una de las tres imágenes es propiedad de una persona distinta, la cual se conoce como la "mantenedora" del Santo. En la casa
de la mantenedora se guarda la imagen durante todo el año. Por lo
general, las personas 'quemaritienen estas imágénesson mujeres; aunque en el pasado muchos hombres fueron "mantenedores". Si el mantenedor de un Santo se encuentra incapacitado para continuartornando
parte activa en la celebración, cede la imagen aalguría persona 'que se
haya destacado por su devoción al Santo y que haya venido participando activamente en la organización de la fiesta.
Sobre el origen de las imágenes del Santo que" se usan en Iafies.
ta, la tradición oral del pueblo conserva interesantes narraciones. Atin~
que lásversiones recogidas difieren, todascoinciden 'enqueunade las
imágenes, la de Santiago de los Muchachos, o Santiaguito, corno po~
pularmente se le llama, apareció milagrosamente hacernuchos años.
En sus comienzos, la fiesta se hizo con la imagen milagrosa hasta
que, según el folklore de Loíza, dos familias del poblado encargaron
a España dos nuevas imágenes: una, el Santiago de los Hotnb'rés,y
otra, el Santiago de las Mujeres. Existe discrepancia entre los vecinos,
sobre las fechas en que estas imágenes se sumaron la fiesta. Para
unos fue hace muchos años, mientras que otros dicen que comentaron
a reverenciarse a fines del siglo XIX. '
a
lIJ. Las imágenes y sus mantenedoras
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Santo. Entre éstos se destaca uno que ocurrió hace muchos años. Cuentan los viejos de Loíza Aldea que una vez hubo una creciente muy fuerte que amenazaba con destruir todos los sembrados de la región. Los
devotos del Santo sacaron la imagen en procesión por las calles del PO"
blado e inmediatamente el agua comenzó a retroceder y el río volvió
a su antiguo cauce.
La imagen de Santiago de los Muchachos es una antigua talla en
madera, obra de arte popular. Representa a Santiago Matamoros mono
tado sobre un caballo blanco. Las patas delanteras del animal están
levantadas y bajo éstas está la cabeza de un moro.
El Santiago de los Hombres
Existe alguna disparidad entre los vecinos en torno al origen de
la imagen. Algunos informan que la imagen fue traída de España hace
muchos años, otros dicen que la imagen comenzó a usarse en la celebración hace unos setenta años.
La imagen de Santiago de los Hombres está hecha de pasta, es de
origen español y su estilo parece indicar que fue hecha durante el sigloxrx, Ha sido restaurada y pintada por artistas locales en varias ocasiones.
Durante las procesiones, la imagen es conducida en unas sencillas
andas hechas de madera del país pintadas de verde. El refuerzo interior de la plataforma está hecho en forma de cruz. Las andas van cubiertas con paños rojos de bordes amarillos.
El Santiago de las Mujeres
Las versiones recogidas en el poblado tienden a demostrar que la
imagen del Santiago de las Mujeres llegó a Loíza hacia la misma época. que la del Santiago de los Hombres. Las dos imágenes son muy
parecidas aunque están pintadas en diferentes colores.
IV. Preparativos para la fiesta
Desde los últimos días del mes de junio comienzan a celebrarse,
en cada una de las casas donde se mantiene una imagen, reuniones nocturnas de sus vecinos devotos. En éstas se discute la forma -de allegar
fondos para sufragar los gastos que conlleva la fiesta y trazar los planes para hacer que resulte lo mejor posible. Las reuniones, que son
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frecuentes y a la vez sirven de recreo a los vecinos, se conducen con
mucha informalidad. La mantenedora del Santo y las personas que más
se han distinguido en las celebraciones anteriores dirigen los planes a
seguir para hacer la fiesta lo más lucida posible. Por lo general, los
hombres se mantienen alejados, aunque se agrupan en las cercanías de
las casas donde ésta se efectúa para esperar la salida de las mujeres.
Entre las personas que participan en las reuniones se distinguen dos grupos: uno, integrado por señoras de edad avanzada, y otro, compuesto
por muchachas jóvenes. El tema principal de la reunión es la necesidad
de recoger dinero para costear la fiesta. Por lo general, hay tres medios de obtener la suma necesaria: las rifas, los beneficiasen el. teatro
del pueblo y los donativos. De estos tres, los dos primeros.son los más
efectivos. Los gastos regulares en que incurre cada una de las hermandades actuales en la celebración de la fiesta, oscilan entre ciento cincuenta y doscientos dólares. Casi la mitad de esta suma se usa en la
compra de cohetes y fuegos artificiales. A este gasto le sigue en importancia el coste de la música que acompaña la procesión del Santo en
su día. Otro pago es el que se hace al cura por venir a decir misa
en los días dedicados al Santo.
.
La existencia de una vieja rivalidad entre cada una de las tres hermandades es evidente. La pugna se manifiesta en el deseo de cada una
de las hermandades de que el día de su Santo sea el más lucido de
toda la fiesta y por la creencia de que su imagen es la que más milagros ha realizado.
En las primeras horas de la mañana del día 1 9 de julio, los vecinos
de Loíza y sus barrios, se despiertan con el ruido que produce la explosión de un cohete, que es lanzado para recordar al vecindario que
se ha entrado en el mes en que habrá la Fiesta. Desde este instante
dan comienzo los preparativos para la celebración, y es este el tema
favorito de todas las conversaciones.
Los hombres que desean usar nuevos trajes de máscaras comienzan
a solicitar de sus hermanas y esposas la confección de éstos. Los jóvenes comienzan a preocuparse por los trajes que habrán de lucir durante la fiesta, y no son pocas las muchachas que esperan conseguir
un novio durante la celebración.
V. La fiesta
El 25 de julio, día en que la Iglesia Católica celebra el milagroso
descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago, se-inicia la fiesta en
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Loíza Aldea y sus barrios. El poblado ha sido debidamente engalana"
do para la ocasión. -En las entradas al poblado se colocan letreros alusivos a la celebración y de bienvenida a los forasteros que durante la
fiesta visitan el pueblo. La plaza se adorna con guirnaldas y pequeñas
banderas rojas y amarillas, hechas en tela y papel. En el centro de la
plaza se levantan tablados para los bailes y espectáculos públicos que
se celebran durante las horas de la noche. En las calles principales, en
los alrededores de la plaza y junto a la carretera que une los barrios
de Medianía con Loíza, se establecen pequeños puestos, generalmente
techados con ramas de palma, donde se vende comida, bebida y dulces.
Temprano en la mañana, la imagen del Santiago de los Hombres
es conducida desde la casa de su mantenedora, hasta la Iglesia del pueblo. Y en la vieja Iglesia es colocada sobre una mesa cubierta con un
mantel blanco bordado. La mesa se coloca frente al Altar Mayor. Es
costumbre tradicional en el pueblo casarse y bautizar a los niños durante el día de Santiago, de manera que son muchos los casamientos
y bautizos que se celebran en este día. En las horas de la tarde hay
gran animación en las calles del pueblo y sus barrios y esa noche se
celebra un baile amenizado con un pequeño conjunto de música popular.
El día siguiente es el del Santo de los Hombres. En este día comienzan a aparecer por todo el poblado las alegres y vistosas máscaras. Durante la mañana se celebra una misa en honor del Santo, que
ha estado desde el día anterior en la Iglesia; a la terminación, los fieles lo sacan de la Iglesia, lo pasean en procesión por las principales
calles del pueblo y luego retornan a la Iglesia, donde el Santo perma·
nece hasta las cinco de la tarde. A esta hora, cuando el Santo va a
ser nuevamente sacado de la Iglesia, el sacristán sube al viejo campa·
nario y con un trozo de hierro golpea las rotas campanas. Varios cohetes anuncian al vecindario la salida de la procesión del Santiago de los
Hombres hacia "Las Carreras".
La mantenedora del Santo otorga a algunos fieles el privilegio de
cargar en andas la imagen durante la procesión. Bajo el repique de las
campanas sale la procesión, precedida por la mantenedora, que porta
la bandera insignia del Santo. La siguen cuatro fieles cargando las andas y el grupo de los simpatizadores. Las máscaras, que, por prohibición del cura, no pueden entrar en la Iglesia, esperan la salida del Santo en la puerta, para acompañarlo durante la procesión. Generalmente
van al frente de la procesión, bailando y haciendo pantominas.
Antes de partir hacia "Las Carreras", la procesión recorre las principales calles del poblado. Durante la marcha hacia "Las Carreras", la
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procesión es seguida de cerca por un camión, en donde una pequeña
banda ejecuta música popular puertorriqueña.
En su marcha, la procesión pasa frente a la casa donde está la imagen del Santiago de los Muchachos. Varios cohetes disparados al aire
por los fieles de ambas imágenes anuncian el encuentro. En algunas
ocasiones se inician duelos con cohetes para ver cuál hermandad puede disparar mayor número.
Cuando un Santo pasa frente a la casa donde se guarda el otro,
es costumbre tradicional que salga de su casa seguido de algunos fieles y salude al Santo del día. El saludo se realiza cuando las personas
que cargan las andas de los dos Santos, siguiendo las instrucciones de
alguien que actúa como maestro de ceremonias, inclinan las andas hacia adelante tres veces consecutivas. Después de realizar el saludo, el
Santo del día sigue su marcha y el Santo de los Muchachos le sigue.
Poco antes de dejar la carretera para tomar el camino de arenas
que lleva a "Las Carreras", el Santo del día pasa frente a la pequeña
capilla donde durante la fiesta se mantiene el Santo de las Mujeres. Una
vez más se disparan varios cohetes y se realiza tI saludo, en el cual participan las tres imágenes. Realizada la ceremonia -del saludo, el Santo
de las Mujeres y sus seguidores se unen a la procesión y todos juntos
se dirigen hacia "Las Carreras".
En "Las Carreras", cerca de la playa, la procesión se detiene cerca de un árbol de caucho, donde, según la leyenda, se descubrió, hace
muchos años, la imagen del Santiago de los Muchachos.
En "Las Carreras" se celebra la tradicional ceremonia de correr las
banderas de los Santos. Máscaras vestidas de caballeros, montadas a
caballo, solicitan de la mantenedora de su Santo favorito el honor de
correr la bandera del Santo. Por algún rato, diferentes jinetes recorren
unos 800 metros con las banderas. Después de una carrera, el jinete
regresa y entrega la bandera a la mantenedora, quien a su vez la da
a otro jinete que también desea tener el mismo privilegio.
Durante este tiempo se organizan bailes de máscaras de "viejos y
locas", mieritras otros aprovechan la ocasión para acercarse a los puestos de comidas y bebidas.
Después de permanecer en este sitio aproximadamente treinta minutos,la procesión retorna al poblado. En su marcha de regreso el Santo de los Muchachos y el de los Hombres se quedan en sus casas respectivas y el Santo de las Mujeres sigue solo hacia elpueblo, acompañado
de sus fieles y las máscaras.
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VI. Las máscaras
Durante los días de la fiesta, aquellos hombres del poblado, que
durante el año han estado realizando rudas y peligrosas faenas en los
campos de caña, en los palmares y en la pesca, olvidan sus quehaceres
y fatigas cotidianas para participar activamente en la celebración de los
distintos actos. Cientos de trabajadores se disfrazan con máscaras y recorren las calles del pueblo y sus barrios, pidiendo, cantando y bailando. Estas alegres máscaras ofrecen uno de los aspectos de mayor colorido en la fiesta. Comienzan a aparecer en las calles del poblado el
26 de julio, día en que se celebra la primera procesi,ón de los Santiagos.
El vestirse de máscara es una función exclusiva de los hombres.
Los disfraces son confeccionados por las mujeres del poblado. Existe
una relación evidente entre el disfraz y la posición económica del individuo. Entre los varios tipos de máscara se pueden distinguir cuatro,
que, por lo general, siguen un patrón tradicional en la confección del
disfraz y en sus actuaciones en la fiesta.
Los Caballeros
En primer lugar encontramos el caballero. Estos tratan de imitar
la tradicional vestimenta de los antiguos caballeros españoles. La misma con que aparece el Santo en las imágenes. A estas máscaras se las
asocia con el Santo. Representan el bien en lucha contra el mal; el cristianismo contra el paganismo. El disfraz de los caballeros se compone
de una chaqueta y un pantalón hechos con telas de brillo. En cada pieza se usan dos o tres colores, entre los cuales el rojo, el amarillo y el
verde son los más frecuentes. El pantalón puede ser largo, abombachado o a media pierna. Sobre la chaqueta se usa una capa corta, que generalmente está adornada con lentejuelas o cintas de diversos colores.
Estas máscaras esconden el rostro detrás de una careta hecha de alambre sobre la cual se pintan las facciones que se suponen son características del caballero español. En la boca se hace un pequeño orificio
para que la máscara pueda fumar sin necesidad de desprenderse de su
careta, En la cabeza, los caballeros llevan un sombrero de paja del país,
al cual se le da la forma tradicional y luego se forra con trozos de la
misma usada para el traje. Generalmente los sombreros van adornados con pequeños espejos, cascabeles, cintas de diversos colores y, en
algunos casos, con flores de papel. El costo relativamente elevado del
disfraz y la costumbre de que el caballero concurra a la fiesta a caballo hace que los que adopten este tipo de vestimenta sean sólo aquellos
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que cuentan con mayores recursos económicos. Durante la fiesta la
actitud y conducta de los caballeros es más seria y mesurada que la de
las otras máscaras. Se supone que éstos no piden dinero a los transeúntes; sin embargo, en los últimos años, algunos caballeros que no van
a caballo acostumbran llevar escondidos en bolsas de papel juguetes
mecánicos que hacen funcionar delante del público para luego solicitar
dinero. Parece ser que antiguamente los caballeros acompañaban al
Santo y ejecutaban algunas pantomimas que representabanlas luchas
que éstos, junto al Apóstol Santiago, libraron contra los moros." Hoy
día los caballeros no saben lo que su disfraz representa y se ha perdido
todo recuerdo del antiguo ritual.
Los Vejigantes
En contraposición de los caballeros, están los vejigantes.8 Estas tradicionales máscaras representan al mal, al diablo, a los moros que el
Apóstol Santiago y los caballeros españoles combatieron. El disfraz es
eltradicional de los vejigan,tes: un mameluco de amplias mangas que
van unidas al cuerpo del traje y hace que cuando la máscara levanta los
brazos parezca un murciélago o un diablo. Los disfraces se hacen de
telas baratas de colores llamativos y brillantes, algunas de las cuales
tienen diseños estampados. B costo aproximado del traje es de cuatro
a seis dólares. Las manos se cubren con medias viejas. Lo más característico de los vejigantes es la careta, que representa una cara grotesca
con cuernos. Las caretas son hechas de coco, cartón o lata. La fabri7 Es posible que estas representaciones de estaño fuesen similares a las que hoy día
se celebran en México, donde se simulan combates entre moros V cristianos. Frances Toor,
A Treasury 01 Mexican Folkways (Nueva York:) 1941, pág. 323.
8 El oejigan:« es una mascara tradicional en Puerto Rico. Muchos de sus atributos
parecen derivarse del antiguo bojiganga español. En el Quijote, Cervantes menciona esta
máscara española diciéndonos: " ... venía vestido de bojiganga con muchos cascabeles, y
en la punta de un palo traía tres vejigas de vaca hinchadas". (El Quijote, parte I1, cap.
XI). Agustín de Rojas, en su obra Viaje entretenido, publicada hacia el año 1603, también menciona al bojiganga. (Augusto Malareta, Vocabulario de Puerto Rico [San Juan,
1937]). Posiblemente, de bojiganga se deriva mojiganga, que el diccionario de la Real
Academia define corno "fiesta pública que se hace con varios disfraces ridículos, enmascarados los hombres, especialmente en figuras de animales".
En un escrito de! siglo XVIII se hace referencia a los oeiigantes en las fiestas populares
de Puerto Rico y se dice: "Los que en Europa llaman diablitos, en esta isla tienen e!
nombre de bejigantes". ("Noticia de las fiestas que se hicieron en esta isla de Puerto
Rico ... (1947]". Boletín Histórico de Puerto Rico, volumen V, 18).
Durante el siglo XIX, el vejigante continuó siendo una de las máscaras tradicionales
en las fiestas que la capital celebraba en honor de Santiago Apóstol. (José A. Daubón,
Cosas de Puerto Rico, pág. 43. [San Juan: 1905]. En los carnavales populares del mismo
siglo, el oejigante era parte integrante. (Luis Bonafoux, "El Carnaval en las Antillas",
Boletín Histórico de Puerto Rico, vol. XII, 107). Con la desaparición de los carnavales
populares en Puerto Rico, durante las primeras décadas de nuestro siglo, e! vejigante se ha
convertido en otro recuerdo del pasado, y hoy sólo los encontramos en Loíza y, ocasionalmente, en Ponce durante las fiestas de Carnaval.
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I
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REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES
cación de caretas de coco tradicionalmente ha estado en manos de los
pescadores de Medianía Alta. Antiguamente algunos vejigantes hacían
sus caretas de papel maché en moldes de barro cocido o las adquirían
en los establecimientos comerciales de San Juan. Durante los últimos
años, con motivo de la guerra y el bloqueo marítimo que sufrió la isla
y ante la escasez de caretas de cartón en el comercio local, se generalizó más el uso de las. caretas de coco. Hoy día las caretas de coco,
hechas por los pescadores de Medianía Alta, son las más populares y
artísticas de toda la fiesta.
Varias semanas antes de comenzar la fiesta, los pescadores que, se
han dedicado a fabricar estas caretas seleccionan un número de cocos
secos, a los cuales, a través de un corte longitudinal, extraen el corazón o nuez dura. De esta manera queda una cavidad suficientemente
grande para la cara humana. Más tarde, con un cuchillo, y siguiendo
la forma especial de cada coco, se talla una cara grotesca, en la cual
sobresalen en la nariz y los labios. La boca, generalmente, está adornada
con dientes hechos de madera y cubiertos con papel plateado o dorado.
En la parte superior de la careta se hacen los orificios para los cuernos. Estos se hacen de trozos de corteza de coco o de madera, y pueden ser sencillos o compuestos, como las astas de un ciervo. Regularmente las caretas llevan dos o tres cuernos y están pintadas en varios
colores con pinturas corrientes de aceite. Los colores más en uso son
el blanco, rojo, negro, azul y gris. En algunas ocasiones se les ponen
a las caretas bigotes y barbas hechas con pelo de cabra o crin de caballo. Debido a que la parte interior de la careta es sumamente áspera,
las máscaras se protegen la parte de la cara que va a estar en contacto con la careta con un trozo de tela. La careta se sostiene sobre la
cara con unos trozos de goma obtenida de neumáticos de automóviles.
Aunque en Loíza aún no es posible determinar la existencia de una
tradición artística que derive sus elementos del vigoroso arte africano,
es significativo el hecho de que las caretas de los vejigantes presenten
cierta semejanza con la escultura yoruba. Al igual que en las caretas
yorubas, las de Loíza representan caras grotescas de gran expresión, son
policromas y los detalles son pintados con mucha elaboración. Los rasgos faciales se exageran, especialmente la boca y los ojos, que~ por lo
general, son de forma ovoide. Cabe pensar en la posibilidad de que
en Loíza la influencia de la escultura africana se conservase en los descendientes de los esclavos yorubas, manifestándose en las posibilidades
artísticas que la tradicional fiesta les ofrecía. De la misma manera
que la inf1uencia africana se manifiesta en su música, sus supersticiones,su hechicería y su literatura popular, sería poco probable que la
LA~
FIEST AS DE SANTIAGO APOSTOL
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semejanzaque hoy-observamos entre las caretas de los vejigantes de
Lofza y la de los yorubas sea una ~ mera casualidad.
. . Los vejigantes siguen un patrón de conducta tradicional. Recotren las calles del poblado y sus barrios a pie, dando' saltos y simulando poder volar. En su recorrido asustan y corren tras las mujeres y nifías que encuentran a su paso. Hablan con voz afectada, que aparenta
ser sobrenatural, y frecuentemente lanzan agudos alaridos. Durante
sus correrías, el vejigante es acompañado por un grupo de chiquillos
que le sirven de coro a sus cánticos tradicionales. Por lo general, cada
vejigante tiene uno o más estribillos, que repite frecuentemente para
que los chiquillos que le siguen le contesten el) coro," La vejiga llena
de aire y atada al extremo. de una vara delgada, que antiguamente llevaban los vejigantes, y por la cual derivaron su nombre, ha desaparecido en Loíza, y en sustitución, algunos llevan una bolsa de papel llena
de aire, atada a un palo, con la misma función que la vejiga de antaño. Algunos vejigantes acostumbran a llevar muñecos para mostrarlos
al público y solicitar dinero y) En un día el vejigante recoge uno o
dos dólares, de los cuales da algunos centavos a los chiquillos que le
acompañan, y usa el resto para comprar cigarrillos y ron.
Los Viejos
En tercer lugar están los llamados viejos. Estos son los vecinos que,
por falta de recursos económicos o de tiempo, no preparan un disfraz
adecuado y se visten, durante la fiesta, con ropas mutiladas, raídas y
viejas. Los viejos usan como caretas cajas de zapatos o cartones. En
algunas ocasiones usan caretas hechas de coco, que se diferencian de
las de los vejigatíltes en que no tienen cuernos. Son las máscaras más
relacionadas con la música, y frecuentemente grupos de viejos forman
conjuntos musicales, que van tocando por las calles del pueblo y sus
barrios solicitando donativos.
La música.que durante toda la fiesta tocan y bailan las máscaras
es de origen africano. Entre los instrumentos musicales se destacan las
bombas, tambores de madera, que miden, aproximadamente, tres pies
de alto y están cubiertos con cuero de cabra. También aparecen los
bongó, pareja de pequeños tambores, hechos igualmente de madera y
9 Hay motivos para creer que estos coros, que responden a un estribillo de solista,
son parte de la influencia africana incorporada a la' fiesta.
10 El llevar un pequeño muñeco para mostrarlo nos .hace recordar la costumbre, de
origen africano, que prevalece en Cuba, de llevar algunos muñecos, que allí reciben el
nombre de anaquillé. (Fernando Ortiz, Los bailes y el teatro de los negros en el folklore
.
de Cuba, pág. 414).
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de cuero de cabra; las panderetas, hechas con simples aros de hierro
y cubiertas de cuero de cabra; el guiro o guícharro, hecho de un calabacín seco, al cual se le han trazado rayas profundas y paralelas, que,
rascándolas con unas varillas de metal, producen un sonido áspero; los
palillos, pequeños cilindros de madera sólida que se golpean uno contra otro para marcar el compás; la maraca y la guitarra. Los bailes que
se ejecutan al ritmo de esta música son versiones de la bomba africana.
Las Locas
Durante la fiesta, los viejos van unidos al cuarto tipo de máscara
tradicional: las locas. Son hombres disfrazados de mujer que aparentan estar locas. Estas máscaras recorren el pueblo con ratas y escobas,
barriendo y limpiando las calles y balcones de las casas, solicitando
luego el pago de su "trabajo". Las locas usan trajes de colores chillones y adaptan el busto artificialmente. En la cara, que, por 10 gene-ral,
se pintan denegro, no acostumbran llevar careta alguna. En los animados y frecuentes bailes que se forman en las calles, son las locas las
que, junto a los viejos, participan más de los mismos.
Otras Máscaras
Durante los últimos años, la fiesta ha venido sufriendo algunas
influencias extrañas, que se manifiestan en algunos nuevos tipos de
máscaras. Una de éstas es el mexicano. La influencia del cine mexicano ha hecho que muchos vecinos adopten este disfraz durante la fiesta. Algunos usan el traje del charro mexicano y otros hacen adaptaciones del mismo. La influencia de la guerra también se ha dejado
sentir en las máscaras, ya que algunos antiguos soldados de la localidad han hecho ciertas modificaciones a sus uniformes para usarlos como
disfraz durante la fiesta. Otros usan viejos uniformes de la Policía y
actúan como tales, dirigiendo el tránsito y exigiendo el pago de multas a los viandantes. En otros casos se trata de representar a diferentes
personajes de nuestra sociedad, tales como el fotógrafo, el médico, el
pescador y otros. El fotógrafo va por las calles con una cámara hecha
con una lata de gas vacía, montada sobre unas patas de madera. El
fotógrafo simula sacar fotografías de los transeúntes y les entrega recortes de revistas, solicitando luego el pago de las mismas. El médico
va por las calles haciendo reconocimientos de la lengua, ojos y pulso,
recetando a todo el que encuentra a su paso.
LAS FIESTAS DE SANTIAGO APOSTOL
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VII. Significado y función de la fiesta de Santiago' en Loiza Aldea
En la actualidad, durante la celebración de la fiesta, se funden varios aspectos funcionales. Sin embargo, es indudable que la función religiosa es aún la más importante. Los devotos consideran la fiesta como
la forma más satisfactoriade expresar su devoción por el Santo. La fiesta es también el momento oportuno para que aquellas personas que.harr
pedido favores al Santo "paguen" sus promesas. Las promesas que se ha~
cen al Santo son variadas y hay dos maneras de "pagarlas": en regalos a
la imagen preferida, o en "servicios" al Santo. En el primer caso, los regalos son en dinero para ser empleados en la fiesta, en velas que se encienden al Santo, en cintas de colores para adornar la imagen o en exvotos que dan fe de los milagros. Los exvotos, generalmente llamados
"mandas", pueden ser de oro, plata, o ·lata. Son pequeñas representaciones del órgano o parte del cuerpo que el Santo milagrosamente sanó.
Las "mandas" son obra de artistas populares, y se compran a vendedores ambulantes o en las plazas del mercado de las poblaciones
vecinas. Los "servicios" que se prometen al Santo se cumplen de diversas maneras. Entre éstas se destacan la· de- acompañar la imagen
durante las largas y frecuentes procesiones que tienen lugar durante
la festividad. Con frecuencia también se promete ayudar a cargar las
andas que sostienen la imagen del Santo o correr a caballo su bandera
en la ceremonia que tiene lugar en "Las Carreras".
La función religiosa de la fiesta también se manifiesta en las numerosas actividades del culto. Durante nueve noches se reza y canta a
cada una de las imágenes del Santo, y durante la fiesta se celebran
cuatro misas, que, indudablemente, son las más concurridas de cuantas
se dicen en la vieja Iglesia del poblado. El día de Santiago es también
considerado en la localidad como el día para cumplir con ciertos requisitos religiosos. Es por eso que en este día se celebran numerosos
bautismos y bodas. En síntesis, podemos concluir diciendo que durante
la fiesta, y como resultado de ésta, en el poblado y sus barrios ocurre la
mayor actividad religiosa del año.
El aspecto secular de la fiesta viene ganando más. importancia
cada año. Es evidente que para los vecinos de Loíza la fiesta también
tiene una función social. En el poblado son muchas las personas que
sólo ven en ésta una oportunidad para divertirse. Indudablemente, la
celebración ofrece a los vecinos la mejor oportunidad para encontrarse
y pasar un buen rato juntos. Viejos amigos de diferentes barrios vuelven a reunirse para recordar sus pasados tiempos y comparar la fiesta
que se celebra con las del pasado. Son muchas las personas que du-
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REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES
rante los días de la fiesta abandonan su trabajo o empleó para poder
gozar con mayor libertad de los .festejos. Los hijos del poblado que
trabajan en otras poblaciones aprovechan la ocasión para regresar a
Loíza, visitar a sus familiares y divertirse en la fiesta.
La alegría que reina en el poblado durante la fiesta tiende a propiciar las relaciones entre los jóvenes. Algunos aprovechan la oportunidad de estar disfrazados para vencer su timidez y galantear con:
más libertad a la joven de sus preferencias. En los frecuentes bailes
que se celebran, la juventud tiene sus mejores oportunidades para conocerse y estrechar sus relaciones. Son muchos los noviazgos que surgen durante la fiesta. Es por esto que la juventud espera con tanta impaciencia la llegada de la fiesta, con la esperanza de que en ésta surja
un noviazgo.
, Juntamente con los aspectos religiosos y sociales, en la fiesta aparece la función económica. Meses antes de comenzar la celebración,
las "mantenedoras" de las tres imágenes de Santiago comienzan a preocuparse por obtener los fondos necesarios para sufragar los gastos de,
la fiesta. Comisiones representando las diferentes imágenes visitan el
comercio y los hogares solicitando donativos o vendiendo boletos derifa y entradas para los beneficios que han de celebrarse en el teatro
de la localidad. El comercio coopera con los organizadores de la fes-.
tividad, ya que sabe que, durante ésta, obtendrá pingües ganancias. La
costumbre de los vecinos de participar en la fiesta luciendo trajes nue-,
vos hace que las pequeñas tiendas del pueblo tengan la oportunidad'
de realizar muchas mercancías.
Los colmados-cafetines, donde se vende licor, hacen su mayor negocio durante los días que dura la fiesta. El ron del país se consume
en grandes cantidades. Muchas de las máscaras beben continuamente
e invierten todo el dinero que recogen entre el público en bebidas alcohólicas.
La fiesta de Santiago en Loíza es hoy un fenómeno aislado en el'
medio dinámico en que se desenvuelve la estructura social de las comunidades puertorriqueñas. La razón de su subsistencia se explica por
la gran homogeneidad etno-social de sus vecinos y el relativo aislamiento en que han vivido. Esta situación, unida a la antiguedad de
Loíza, explica la presencia de las viejas prácticas paganas de origen"
africano. La homogeneidad de la población y el aislamiento en que'
se ha mantenido han permitido la conservación y articulación de un-
LAS FIESTAS DE SANTIAGO APOSTOL
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cuerpo de creencias y costumbres difícil de encontrar en otra población
de la Isla. El culto al Santiago de los Conquistadores, estimulado por
circunstancias históricas y reinterpretado por una población negra que
lo hizo suyo, ha dado lugar en Loíza a un interesante ritual, donde se
funden las antiguas prácticas católicas con la cultura ¡o/k de la población." La fiesta no es sólo la más hispanocatólica de cuantas se celebran en Puerto Rico, sino también la que más elementos paganos presenta. Sin embargo, la fusión es tal, que forma un armónico conjunto
de creencias que es común a todo el poblado.
Muchos de los elementos culturales que hoy se manifiestan en Loíza fueron comunes a otras poblaciones puertorriqueñas durante el siglo XIX. La sociedad de Loíza, que es quizá la más periférica, ha retenido esos elementos, conservándolos frente a la rápida y progresiva
transculturación que viene sufriendo la Isla bajo el impacto de la influencia norteamericana. Sin embargo, la desorganización cultural también se deja sentir en Loíza, y, específicamente, en su tradicional fiesta. Cada día que pasa, los vecinos de Loíza tienden a imitar más las
normas de vida y costumbres de la ciudad. El hecho de que numerosas
personas, especialmente norteamericanas, vengan "3. ver la fiesta", ha
puesto al pueblo consciente de que su fiesta es "muy diferente". Algunos vecinos comienzan a preocuparse creyendo que ésta es "algo de
salvaje". El elemento protestante, por sus frecuentes censuras a la celebración, es, en gran parte, responsable de esta creciente preocupación. Muchos vecinos han dejado de vestirse de máscara, aunque siguen participando del aspecto secular de la fiesta. La actitud de los
hombres hacia la organización de la fiesta es otro indicio de la desorganización que ésta viene sufriendo. Antiguamente, la mayor parte de
los mantenedores eran hombres, siendo ellos los principales organizadores de la celebración. En la actualidad, la función de "mantener"
una imagen es considerada como "cosa de mujeres", y sólo algunos ancianos ayudan a las mantenedoras en la organización de la fiesta. La
participación de los hombres ha quedado reducida a vestirse de máscaras y, en algunas ocasiones, a cargar la imagen durante las procesiones. La publicidad periodística que ha tenido la celebración y el .interés turístico que despierta han hecho que el Gobierno Municipal
comience a interesarse en esta fiesta y, a través de sus agentes en el
11 En Loíza Aldea podemos observar lo que ya °Redfield había estudiado en. Yucatán, donde los elementos del ritual cat61ico aparecen mejor representados en las comunidades periféricas e incorporados a las prácticas populares llegando a caracterizar la conduda convencional de los vecinos. (Robert Redfield, The Folk Culture 01 Yucat<lcn [The
University of Chicago Press: 1941]). .
,
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poblado, exprese sus deseos de participar en la organización de la misma. Esta reciente participación del Gobierno tiende a hacer que se enfatice su aspecto secular. El uso, cada año más frecuente, de disfraces
extraños a la celebración y la pérdida del significado tradicional de
las máscaras, deja ver los cambios que viene sufriendo la festividad.
La fiesta permite observar la transculturación que ha sufrido Loíza
Aldea bajo la influencia de las diferentes culturas, que, en mayor o
menor grado, han impuesto sus modalidades en el poblado. En la fiesta, el cambio se manifiesta claramente en la tendencia a dar más énfasis al aspecto secular, mientras el tradicional ritual va gradualmente
desapareciendo y adulterándose.
THE FIESTA üF ST. JAMES THE APOSTLE
RICARDO
E. ALEGRÍA
( Abstraet)
Cultural changes due to north American influence in Puerto Rican
society, have not taken place simultaneously, or with the same force,
in all thecommunities of the island.
In isolated places such as Loíza Aldea, with a very high percentage
of Negro population, old Spanish traditions and the vestiges of African
culture can still be found, But the slow and monotonous life of the inhabitants of Loíza, undergoes a change once ayear during the celebra.
tion of their traditional Fiesta of Sto James the Apostle.
Although the origin of the Fiesta is uncertain, evidence indicates
that devotion to the Saint was brought into the village by the Spaniards
and that it took root among the villagers who placed their faith in
Santiago to resist the attacks of Indians and corsairs.
The Saint is represented in three different images: Saint James oí
the Men, Saint James of the Women and, Saint James of the Children.
The images or ikons are kept throughout the year in the houses of three
people, called "mantenedores", who have taken an active part in the
religious ceremonies.
During the Fiesta, one whole day is dedicated to each image. Each
one, on its special day is carried to Las Carreras, the place where it is
said Saint James of the Children miraculously appeared.
The most colorful aspect of the celebration is the great number
oí masquerades. In some of them (the "caballero") the Spanish influence is easily visible, others have an African taint and still others
LAS FIESTAS DE SANTIAGO APOSTOL
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show the influence of Mexican movies which are very popular in that
locality. The music during the festival is African in style.
The Fiesta of Saint James constitutes an isolated phenomenon in
the relative fluidity of the social structure of Puerto Rican communities,
Its survival is explained by the great ethnic and social homogeneity of
Loíza Aldea and its re1ative isolation from other population centers.
The cult of Sto James of the Conquerors stimulatedby historical cir,
cumstances and re-interpreted by the Negro population which adopted
it, has given rise in Loíza to an interesting ritual in which both old
Spanish Catholic practices and the folk culture of the village can be
found.
Although the religious function of the Fiesta is still more important than its social one, a careful study of it will bring to light the ac,
culturation which Loíza has experienced: its secular aspect is gaining
strength while the traditional rituals are gradually disappearing and are
being changed in their role or significance.
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