"EL ESCARABAJO DE ORO" (1), DE EDGAR POE(*) por i\1aría Bonaparte (2) En el otoño de 1827, Edgar Poe, que contaba entonces dieciocho años, dejando el Fuerte Independencia, se .1.1abíaembarcado situado a la entrada del puerto de Bastan, con la batería H. del primer de .los Estados Unidos de América regimiento de artillería hacia la Carolina del Sur. Algunas se- manas después de haber dejado, cual Pym, en las brumas del N arte las costas de Nantucket y desplegado las velas hacia el Sur, desembarcaba en las costas de la isla de Súllivan, frente a Chárleston. Allí, durante un año, los muros del Fuerte Moultrie abrigaron su reposo, sus sueños. El servicio del Fuerte, poco cansador, permitía al joven soldado paseos y meditaciones las playas y las selvas de la isla cálida y perfumada. Allí, mientras por mon- taba la guardia a las estrellas, Edgar Poe había compuesto las estrofas astrales de Al Aaraaf. Es en ese mismo ambiente, donde quince años más tarde situaría la intriga de su Escarabajo de oro. Cuando Poe escribió, en 1842, en Filadelfia, El Escarabajo de Oro estaba perdiendo la situación de editor del "Graham's" ca). La miseria golpeaba a su puerta; la salud de su mujer, Virginia, que en enero .acababa de tener su primera hemoptisis, era más. delicada que nunca. Poe bebía con exceso, pero, para contrarrestar el peligro creciente que corría su razón, había ya empezado a erigirse en "razonador infalible", en descifrador de criptogramas, desafiando victoriosamente al universo. Y él, que no llegaba a ganar dinero, que era incapaz de alejar la miseria que amenazaba su hogar, soñaba sin embargo la fantasía de riqueza, relumbrante preciosas, de El escarabajo de oro. Estos parecen haber sido los elementos biográficos . (*) Traducido y reproducido N9 II, pág. 275, 1932. (1) Tbe Gold Bud, de 1843-1845.) de la "Revue Francaise (Prize Story de oro y piedras adolescentes y adul- de Psychanalyse", . of tbe Pbiladelpbia Dallar Neuispaper, (2) Fragmento del libro de la; autora sobre Edgar Steela, .París, ',(3.) "Graham's Lady's and Gent!~man's Magazine". Poe, publicado Tomo V, 21-28 de junio por Denoél y MARÍA BONAPARTE 646 tos, contemporáneos, de los infantiles, de la inspiración de este cuento. De los más antiguos, hablaremos más tarde El escarabajo de oro tiene como escenario la Carolina del Sur y la isla de Súllivan. William Legrand, descendiente gonotes, había sido anteriormente de una antigua familia de hu- rico (como Edgar en casa de los Allan) (4). Pero una serie de desgracias, sobre las cuales Poe no nos da ningún detalle, lo han reducido a la miseria. "Para evitar la humillación ha dejado Nueva Orleans, ciudad de sus antepasados donado Richmond) la descripción de sus desastres" (como Poe había aban- y ha establecido su morada en la isla de Súllivan. Sigue de la isla ("): "Esta isla es de las más extrañas. casi únicamente de arena de mar, tiene alrededor Compuesta de tres millas de longitud. De ancho, en ninguna parte tiene más de un cuarto de milla. Está separada del continente por una pequeña bahía, apenas visible, cuyas aguas se filtran a través de un espeso matorral, punto de cita habitual de las aves acuáticas. La vegetación, como se puede suponer, es pobre, enana, no encontrándose árboles sino de muy poca altura. Hacia la extremidad occidental, en el sitio donde se levantan el Fuerte Moultrie y algunas miserables casuchas de madera habitadas durante el verano por las personas que huyen de las polva- redas v de las fiebres de Chárleston, se encuentra, es verdad, la palmera enana sagítera; pero toda la isla, con excepción de ese punto occidental de un espacio triste y blanquecino que bordea de espesos matorrales de mirto odorífero, ingleses, Este arbusto y el mar, está sólo cubierta tan estimado por los cultivadores alcanza allí a veces una altura de quince o veinte pies, forma una espesura casi impenetrable su perfume. "En lo más profundo y embalsama la atmósfera de estas espesuras, no lejos de la extremidad tal de la isla, es decir, de la más alejada, Legrand con orien- se había construído, él mismo, una pequeña choza que Iiabitaba cuando por primera vez y por casualidad lo conocí. Esta relación transformóse a poco en amistad. .. Muy pronto advertí que había recibido una esmerada educación, bien aprovechada por facultades espirituales poco comunes, pero, también, que le acosaba una misantropía profunda y que estaba sujeto a desgraciadas alternativas de entusiasmo y melancolía." superiormente, A semejanza de Poe, Legrand, aparece provisto con una constitución dotado ciclotímica. (4) Al día siguiente de la muerte de su madre, Elizabeth Arnold de Poe, Edgar Poe había sido adoptado por John ABan y su esposa Francés; tenía en ese momento tres años. (¡¡) Todas nuestras citas son tomadas de la traducción de Baudelaire, hecha en 1856. EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR rOE "Aún que poseía muchos libros, los usaba raras veces. entretenimientos 647 Sus principales consistían en la caza o la pesca, o en vagar por la playa entre los mirtos en busca de conchillas y muestras entomológicas." Así debe de haber vagado muy a menudo e! joven artillero de! Fuerte Moultrie, busca de esos grandes escarabajos subtropical de oro que de heuao produce en el clima de la isla de Súllivan (6). Y así como el pequeño Edgar, otrora, en la época de la Virginia y de los Allan, debió de ir acompañado frecuen- temente en sus paseos por un viejo esclavo negro, Dab u otro, Legrand, sus excursiones, mado Júpiter", "estaba generalmente acompañado en por un negro viejo lla- al cual, además, Poe presta e! lenguaje de los negros de Vir- ginia (7) y no e! de los de Carolina. "Júpiter, que había recibido su libertad antes de los desastres familiares, pero a quien no se había podido convencer, ni con amenazas ni con promesas, de que abandonara consideraba su derecho seguirlo a todas partes. de Legrand apoyaran a Júpiter y a conseguir razón y de sus facultades cuentista, crítico, "conquistar analíticas. redactor que los padres juzgando Es, sin embargo, quien, a pesar de la opinión desfavorable deslumbrarnos Es probable en su obstinación, tenía la cabeza un poco afectada." a su joven tnassa Will, I que su hijo ese mismo Legrand de sus padres, va a asombrarnos, la fortuna" Igualmente, por el poder ~l de m Edgar Poe, genial poeta, en jefe de revistas y descifrador de criptogra- mas, a pesar de los juicios implacables que sobre él hiciera JO/111Allan en otra época y de su persistente pobreza, se imaginaba capaz de conquistar la fortuna, gracias únicamente a la fuerza de su espíritu. Sólo la ocasión le había faltado hasta entonces, debía él pensar, esa ocasión que va a ofrecerse a Legrand bajo la forma de! encuentro fortuito con un escarabajo de oro. Así, Legrand es nuevamente una reencarnación de Poe, con sus aspiracio- nes, su orgullo. Pero en vez de ser, como Usher, un Poe sólo amante de cadáveres es, como sus mayores, Dupin, el policía, del que hablaremos más adelante, o Pym, el explorador, un Poe roído por la curiosidad de los misterios, que busca y encuentra sus claves. Hemos visto cuáles eran los que sondeaba Pyrn, veremos qué enigmas resuelve Dupin, Aquí es el problema propuesto a Legrand el que va a ocuparnos. "Bajo la latitud de la isla de Súllivan ~prosigue carabajo de oro- e! narrador de El los inviernos son raras veces rigurosos, y es un aconteci- miento el que al final de la estación el fuego se haga indispensable. (6) (7) eSCi1- Según HERVEY ALLEX, Israfel, págs. 214 Y siguientes: Poe's Gold Israfel, pág. 214. Sin em- Bug Sy ntbesis, 648 MARÍA BON APARTE· bargo, hacía mediados de octubre de 18 .. hubo un día de frío intenso." Ese día, el amigo llega y golpea a la puerta de Legrand, No hay nadie: entra. "Un troncos casa." hermoso fuego ardía en el hogar .. , Acerqué chispeantes y esperé pacientemente Estos vuelven. "poco la llegada un sillón a los de los dueños de después de la caída de la tarde". Júpiter pre- para la cena. "Legrand estaba en una de sus crisis de entusiasmo. " perseguido' y atrapado, con la ayuda de Júpiter, que creía completamente nuevo ... " Habiéndoselo un escarabajo prestado al oficial G ... , del Fuerte, no podría hacérselo admirar a su amigo sino al día siguiente. Legrand nos describe así su descubrimiento: del tamaño Había Pero "Es de color de oro brillante, más o menos de una nuez grande, con dos mane las de negro azabache en un extremo del lomo y una tercera, un poco alargada, en el otro. Las antenas son ... "No tiene nada de estaño encima -interrumpe el parecido de la palabra antenas con estaño -( el negro, engañado por tin en inglés) -; el escaraba- jo es un escarabajo de oro, de oro macizo, de un extremo al otro, por dentro y por fuera, exceptuando las alas; nunca he visto otro que tuviera ni siquiera la mitad de su peso". y ahora, esperando mostrárselo a su amigo al día siguiente, Legrand quiere dibujárselo. Pero no encuentra ningún papel en su escritorio y se ve obligado a sacar del bolsillo de su chaleco algo que parece un trozo de papel escolar muy sucio. En él diseñó el escarabajo. Entretanto, su amigo se ha quedado cerca del fuego, y cuando Legrand termina su dibujo se lo alcanza allí. En ese momento, el terranova de Legrand entra y se precipita sobre el amigo de la casa, que debe esperar a que termine' sus mil cariños para contemplar el escarabajo trazado. Pero sobre el papel no se ve más que ·una calavera, Una discusión bastante áspera se inicia con Legrand, que se vanagloria de ser un buen dibujante y de haber diseñado las antenas, que el amigo no consigue distinguir. Legrand vuelve por fin a tomar "su papel con aire resentido, y estaba ya por arrugarlo, sin duda para tirarlo al fuego, cuando, habiendo caído su mirada por casualidad sobre el dibujo, fijó en él toda su atención ... " Finalmente, saca del bolsillo de. su chaqueta una cartera, guarda en ella cuidadosamente el papely la deposita en su escritorio, al que da llave. De entusiasta pasa a ser soñador, y .su amigo, por discreción, se despide de él. Alrededor de un mes después de esta aventura, el .amigo, que vive en Chárleston, ve llegar a Júpiter a su casa. El viejo negro está abatido, inquieto EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR 649 POE por la salud de su amo, que aunque dice no tener absolutamente de aquí para allá, pensativo, fija la vista en el piso, la espalda encorvada, y ... pálido como un ganso ... hace ... siempre y siempre números". otro día se le escapó antes de la salida del sol y desapareció júpiter nada "va . .. El el día entero. pensaba pegarle una paliza cuando volviera, pero le ha tenido lásti- ma. Porque está seguro de. que ntassa Will ha sido mordido por elescarabajo de oro en alguna parte de su cabeza. "¿Por qué sueña siempre con oro si no es porque ha sido mordido por el escarabajo?" Porque júpiter le oye hablar de oro cuando duerme. Finalmente, el viejo servidor entrega al amigo una esquela de Legrand en la que éste le ruega vuelva con Júpiter. rrVenga, venga -e~cribe-; necesito verlo esta noche por un asunto grave. guro que es de la más alta importancia." Le ase- El amigo sigue a júpiter sin tar- danza. Al llegar al muelle, nota con sorpresa una hoz y tres palas que yacen en el fondo del bote donde van a embarcarse. llega a la casa de Legrand, Hacia las tres de la tarde cuyo rostro tiene "la palidez de un espectro" y cuyos ojos brillan "con un resplandor sobrenatural". Le pregunta SI su salud es buena y, luego, si e! oficial le devolvió su escarabajo. "¡Oh, zón. o. sí! -contesta Legrand, y agrega-:~Sabe que júpiter al suponer que es un escarabajo de oro verdadero? . o. tiene ra- Ese escaraba- jo está destinado a hacer mi fortuna. .. a devolverme mis antiguas propiedades. o. Ya que la Fortuna ha considerado justo e! otorgárrnelo, debo usarlo convenientemente, y llegaré hasta e! oro, del que es indicio." El amigo piensa que Legrand ha perdido la razón. En seguida, habiéndose Júpiter rehusado a hacerlo, el mismo Legrand va a buscar e! escarabajo. El amigo lo examina. Legrand declara con tono pomposo: "Lo he mandado buscar para pedirle consejo y asistencia en el cumplimiento de los designios que el Destino y este escarabajo me deparan ... " El amigo aconseja entonces a Legrand acostarse. Pero Legrand le asegura que se siente bien, a pesar de su excitación, y le confiesa haberle llamado para pedirle lo acompañe en una expedición a las colinas del continente, que está a punto de realizar con Júpiter. "Necesitamos la ayuda de una persona en quien podamos confiar en absoluto. Usted es la persona indicada. Que nuestra empresa fracase o triunfe, en mí será igualmente calmada." la excitación Al declarar Legrand que ahora ve que la causa de la expedición es el escarabajo, el amigo, que cada vez está más convencido de su locura, protesta. Pero termina por consentir en acompañarlo, con la promesa de que estarán de vuelta al día siguiente antes de la salida de! sol. 650 MARÍA "Acompañé grand, Júpiter, BONAPARTE a mi amigo, muy angustiado. A las cuatro partimos, Le- el perro y yo. Júpiter tomó la hoz y las palas ... que cargar con dos linternas; en cuanto a Legrand, Yo tenía se había encargado del escarabajo, al que llevaba atado a la punta de un cordel y hacía girar alrededor suyo, mientras caminaba, con aire de hechicero." La pequeña cara- vana atraviesa la bahía del extremo de la isla y trepa por los terrenos montañosos de la costa del continente; vaje y desolado" (que recuerda "a través de un país horriblemente sal- más las Ragged Mountains de Virginia que las planicies de la costa de la Carolina). "El sol estaba poniéndose cuando entramos en una región infinitamente más siniestra que todo lo que habíamos visto hasta allí. Era una especie de meseta situada cerca de la cumbre de una montaña espantosamente escarpada, cubierta de bosques de la base a la cima y sembrada· de enormes piedras. .. Profundas barrancas en diferentes direcciones Júpiter, dirigido daban a la escena un carácter por Legrand, despeja el terreno de la hoz: llegan así al pie de un árbol gigantesco, de lúgubre sole~1l1idad." de malezas con la ayuda al cual Legrand pide a Júpiter que trepe. Este consiente y empieza a escalar el tronco y las ramas, llevando consigo, por orden de Legrand, el cordel con el escarabajo. Desde abajo, Legrand dirige la ascensión del negro. Cuando éste ha lle- gado a "la séptima rama", su patrón le ordena avanzar sobre ésta lo más lejos posible. Aunque está "muerta en casi toda su longitud", el negro 10 intenta, y cerca de la punta descubre un cráneo humano clavado sobre la rama: "Alguien -dice bromeando- ha dejado su cabeza sobre el árbol, y los cuervos han comido toda la carne." Y luego: "La cara está vuelta hacia arriba, tnassa, de modo que los cuervos han podido comer los ojos sin ningún trabajo". Legrand, en el colmo de la excitación, ordena al negro introducir el escarabajo a través del ojo izquierdo del cráneo y dejar correr el cordel, sin soltarlo. El escarabajo de oro, iluminado " por los últimos rayos del sol poniente", emerge resplandeciente de entre las ramas. "Legrand tomó inmediatamente la hoz y comenzó a despejar un espacio circular de tres o cuatro yardas de diámetro, tomando como centro al insecto. Terminado su trabajo, ordenó a Júpiter soltar el cordel y bajar del árbol." Legrand clava en la tierra una estaca, "en el preciso lugar donde había caído el escarabajo", saca de su bolsillo una cinta para medir, la sujeta por un extremo al sitio del tronco del árbol más próximo a la estaca y la desenrolla luego en la dirección dada por estos dos puntos hasta una distancia de cincuenta pies. EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR POE "En el punto así encontrado centro, demarcando alrededor metro, aproximadamente. 651 clavó una segunda estaca, que tomó como del mismo un círculo Se apoderó de cuatro pies de diá- entonces de una pala, y dándonos a Júpiter y a mí las otras dos, nos rogó cavar lo más rápidamente posible ... " "Cavamos enérgicamente durante dos horas ... , al cabo de las cuales habíamos llegado a una profundidad cio de tesoro." de Legrand de cinco pies sin advertir ningún indi- El amigo sospecha que, efectivamente, debe de habérselas con un tesoro. el cerebro "Mi buscador afectado de oro, que me inspiraba mucha piedad, saltó por fin fuera de la fosa con la más espantosa desilusión grabada en el rostro", y habiendo reunido las herramientas, la pequeña caravana toma el camino de regreso. Pero "habíamos tal vez caminado una docena de pasos, cuando Legrand, lanzando una terrible palabro- ta, salta sobre Júpiter y lo coge del cuello". El negro cae de rodillas. "¡Ban- dido! -gritaba Legrand-; ¡Negro del infierno! ¡Negro .infame! . .. ¿Cuál es, cuál es tu ojo izquierdo?" Júpiter, espantado, coloca la mano sobre su ojo derecho y la ,mantiene "con la obstinación de la desesperación, como si temiera que su patrón qui- siera arrancársela". El negro ignorante, efectivamente, se había equivocado; haciendo pa- sar y caer el escarabajo a través del ojo derecho del cráneo. Legrand vuelve su camino, y después de haberse asegurado por los relatos de Júpiter que el cráneo tiene la cara vuelta hacia arriba, y no contra la rama, lleva la estaca que había clavado, "a tres pulgadas hacia el oeste de la primera posición". Extiende de nuevo su cordel y marca "un nuevo punto alejado varias yardas del sitio donde habíamos cavado anteriormente". Vuelven a cavar la tierra. "Cuando habíamos trabajado alrededor de una hora y media fuimos ... in- terrumpidos por los violentos ladridos del perro ... Como Júpiter intentara nuevamente ponerle el bozal -cuando las primeras excavaciones el perro había ya ladrado y Júpiter le había colocado el bozal-, se resistió furiosamente, y saltando dentro de la fosa, se puso a remover frenéticamente la tierra con sus uñas. En algunos segundos había descubierto sos humanos, que formaban un montón de hue- dos esqueletos completos, mezclados con varios botones de metal y algo que nos pareció ser lana vieja, podrida y deshecha. Uno o dos golpes de pala hicieron saltar la hoja de un gran puñal español; cavamos todavía, y tres o cuatro monedas de oro y plata aparecieron desparramadas." Pronto "tropecé y caí; la punta de mi bota se había enganchado en un gran anillo de hierro medio sepultado bajo un montón de tierra MARÍA 652 fresca. Entonces continuamos BONAPARTE ardientemente nuestro trabajo. Jamás había pasado yo diez minutos poseído de tan viva exaltación, y en ese tiempo desenterramos completamente madera mineralizada un cofre de forma por algún procedimiento oblonga." Parecía químico. "Medía medio de largo, tres de ancho y dos y medio de profundidad. damente mantenido por franjas de hierro forjado. .. ser de tres pies y Estaba sóli- De cada lado del co- fre, cerca de la tapa, había tres anillos de hierro, seis en total, de modo que seis personas hubieran podido transportarlo. Todos nuestros esfuerzos reunídos no consiguieron más que desplazarlo ligeramente seguida la imposibilidad de transportar de su lecho.' Vimos en un peso tan enorme. Felizmente, tapa sólo estaba asegurada por dos cerraduras, la que hicimos saltar, tembloro- sos y jadeantes de ansiedad. En un instante, un tesoro de valor incalculable apareció deslumbrante ante nosotros. Los rayos de las linternas caían dentro de la fosa y hacían surgir de un montón confuso de oro y alhajas luces y esplendores que positivamente nos herían los ojos." cae de rodillas en la fosa, y metiendo pide patéticamente perdón El negro, deslumbrado, sus brazos desnudos dentro del oro, al escarabajo, soro y al que había acusado de enloquecer de quien provenía a su patrón. Los tres hombres alivianan ahora el cofre, quitándole partes de su contenido; su fosa". todo ese te- las dos terceras pueden, entonces, "pero no sin trabajo, sacarlo de Los objetos retirados son confiados al cuidado del perro, y el co- fre, con mucho trabajo, es llevado a la casa de Legrand. Los tres. hombres vuelven con sacos a buscar el resto. El día y la noche siguientes, encerrados en la choza, lo pasan haciendo el inventario das de oro, piedras preciosas, relojes, ornamentos del inmenso tesoro: monede oro macizo. Cuando, por fin, este inventario es terminado, Legrand entra en un detalle completo de las circunstancias que se relacionan con su fabuloso descubrimiento. No lo seguiremos, y trataremos de resumir en la mejor forma las complejas deducciones que lo llevaron a él. Empieza por contar a su amigo, que arde en deseos de saber, cómo el pedazo de papel sobre el cual había dibujado, una fría noche de otoño, el escarabajo era en realidad un pedazo de pergamino muy fino, en cuyo reverso había, de hecho, trazada una calavera que, sin embargo, primitivamente no se veía. Estupefacto quedarse solo, había sacado' del escritorio Legrand, donde lo tenía guardado al el per- gamino misterioso, para examinarlo a gusto y tratar de recordar, además, cómo ese pergamino había llegado a sus manos. Era el pedazo de papel quedado en el bolsillo de Legrand después que 'iubo prestado el escarabajo al ofi- EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR POE cial, papel encontrado en' el suelo y con el cual Júpiter. escarabajo, que se debatía y mordía cuando su captura. tenido lugar, no sobre la isla, sino en el continente, estaba escondido el tesoro. 653 había apresado el Esta captura ha-bía y cerca del lugar donde Legrand había podido observar los restos de un antiguo naufragio y parte de la quilla de una gran embarcación. La calavera es el emblema' de los piratas. Legrand reflexionó después sobre las circunsrancias de la noche en que su amigo había sido huésped suyo. Fué en el momento en que 'el terranova se abalanzó sobre él para acariciarlo que su amigohabía dejado colgando delante del fuego la mano que tenía el pergami- no, sobre el cual el calor podía haber obrado. Pero la acción del fuego, en todo caso, había sido imperfecta, desigual. Por eso, Legrand, al quedar solo, sometió el pergamino, po, a la influencia cuya importancia había sospechado de un fuego vivo. Pero solamente la efigie de un cabri- tillo apareció al pie del documento, la calavera. "Consideré cuya parte superior estaba ocupada por en seguida -declara el infalible analista- de este animal como una especie _de firma logogrífica cierto capitán Kidd (8). "Pero quedé cruelmente sencia del resto -del de mi contexto. desde un princi- " de desconcertado por la au- cuerpo mismo de mi soñado documento- del texto Me sentía irresistiblemente to de una enorme buena suerte inminente "tesoros enterrados y sus socios". la figura o jeroglífica, penetrado por el presentimien- y creía estar sobre la pista de en alguna parte sobre la costa del Atlántico por Kidd Legrand, fortalecido por esta esperanza, había calentado de nuevo el pergamino, esta vez después de haberlo mojado en una cacerola, y había tenido la inexpresable alegría' de ver aparecer, 110, cuatro líneas rojas de escritura cifrada. entre el cráneo y el cabriti- Considerando que "es realmente dudoso, que el ingenio humano pueda crear un enigma de este tipo que el mismo ingenio humano no sea capaz de descifrar con una aplicación sufí .. ciente", y como "las circunstancias y una cierta tendencia de su espíritu" habíanlo llevado, a semejanza de Poe, "a interesarse por esta clase de enigmas", Legrand se dió a la tarea de descifrar el que ahora se le presentaba. Para él, que ya había resuelto muestras de criptografía "diez mil veces más complicadas", no era éste sino un juego de niños. Y, en efecto, habiendo determinado primero, gracias al símbolo de la firma, la lengua del cifrado, (8) Kid, en inglés, quiere decir cabritillo, y se decía del tesoro del capitán Kidd, pirata del siglo XVII, de legendaria figura, ahorcado en Londres en 1701, que había sido enterrado por él en Long Island, . MARÍA 654 BONAPARTE y después, que signo, de acuerdo a su frecuencia, debía representar la le- tra e, la más repetida en inglés, Legrand pudo descifrar el criptograma y obtener el texto siguiente: Un buen vaso en el batel del obispo en la sin! del diablo cuarenta y un grados y trece minutos noreste cuarto del N arte principal rama séptima lado Este largue del ojo izquierdo de la calavera uns línea de abeja del árbol a través de la balacincuenta pies hacia afuera'. Nuevo enigma que la ingeniosidad mente a resolver. del razonador infalible llega igual- El hotel o castillo del obispo es "un conjunto irregular de picos y de rocas; la silla del diablo, un nicho cavado en la roca, desde donde, con un "buen vaso" (9), es decir, un catalejo, dirigido en la direc- ción noreste, cuarto del Norte, a un ángulo vertical de cuarenta y dos y trece minutos, Legrand U~l gra- descubre a lo lejos, a través de "una espeCIe de agujero circular en el follaje de un gran árbol que sobrepasa a todos los vecinos", un cráneo humano. Del resto del texto, ha deducido la conducta que debía observar para encontrar ¿Qué motivación inconsciente el tesoro que lo ha enriquecido. podrá encontrar en este cuento la per- versidad de un psicoanalista>, pensará ahora más de uno de mis lectores. Al empezar, lo ha confesado usted misma, me dirán. taba naturalmente a describirlos. Poe, el miserable, es- inclinado a tener sueños con tesoros, como Poe, el artista, Esta clase de cuentos flotaban en el aire, como las leyendas del ambiente relacionadas con los tesoros del capitán Kidd. Y particularmente, los paisajes de la isla de Súllivan, donde el joven y pobre soldado de dieciocho años, recientemente evadido de casa de M. Allan, había vivido con su atmósfera de leyendas de piratas, eran muy adecuadas para servir de marco a El Escarabajo de Oro. ¿Qué necesidad, ni qué posibilidad, de buscar más lejos? Sin embargo, todo esto no rinde cuenta de la inspiración más profunda de El Escarabajo de Oro. Nosotros, los psicoanalistas, recordamos que cuando el joven artillero del Fuerte Mountrie desembarcó en las costas de Carolina del Sur no las veía por primera vez, ya que dieciséis años antes, siendo un niño de dos, había contemplado con ojos maravillados esas cálidas costas, cuando había llegado del Norte con su linda pero moribunda madre, que era una artista en gira. Y esa vez el pequeño Edgar no había viajado solo con su madre querida: una hermanita se había añadido a la tierna pareja que durante seis meses, de julio a diciembre de 1810, habían formado (9) Glass, en inglés, quiere decir "vaso" y anteojos de larga vista. EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR rOE él y su madre. Porque en julio de David Poe, el padre, había desapa- 1810, recido en Nueva York de la vida de su mujer, dejándola ño Edgar (Enrique 655 sola con el peque- (lO) había sido, casi desde su nacimiento, confiado los abuelos de Báltimore), en diciembre del mismo año, en Norfolk, nacido la pequeña Rosalía (11). El gran problema desde muy temprano, a había del nacimiento de los niños se había presentado así, al pequeño investigador que debía ya ser Edgar. Todos los niños son investigadores a quienes preocupa ¿de dónde vienen los niños? Y todo nacimiento aviva a este respecto la curiosidad infantil. este gran problema: en una familia despierta o No es necesario para esto que los niños sean muy grandes, a pesar de lo que piensen los mayores, siempre llevados a no valorar la inteligencia los pequeñitos; ¡esa inteligencia que, sin embargo, hablar antes de los dos años! Y el pequeño les permite de aprender a Edgar debía ser particularmen- te precoz, tanto en lo referente al sexo como al espíritu, unidos por un misterioso lazo. Así, hacia los dos años, los misterios profundos bieron empezar a preocupar a Edgar. cuerpo de su madre debía sospecharlo, quienes les nacen hermanos, del repollo o la cigüeña. tiguarlo, esa gordura enflaquecida aunque del cuerpo materno de- Que su hermanita había estado en el como ocurre con todos los niños a obstinadamente se les haga el cuento La gordura insólita de la madre está allí para ates- local, enigmática y tuberculosa, y pasajera, que en la joven actriz, no podía ser sino más evidente. Y como se dice en Francia, los niños no tienen los ojos dentro de sus bolsillos, y menos que otros los debía tener el pequeño Edgar. Ignoraba todavía el dato del nacimiento de Resalía y que Elizabeth había pasado una temporada con sus hijos en Carolina, cuando Freud, refiriéndose al Escarabajo de Oro, me formuló un día la siguiente sugestión: "Se atrevería uno apenas a insinuarlo -me dijo más o menos-, tanto parece esto atrevido, pero los cuentos donde se busca o encuentra un tesoro deben de estar en relación en el inconsciente con algún otro acontecimien(10) \VILLIAi\l HEXRY LEoXARDPOE, hermano de Edgar y dos años mayor que él. conocemos la fecha del nacimiento de Resalía más que por una inscripción, forzosamente posterior, en la Biblia de la familia Mackenzie, padres adoptivos de Rosalía. Lo que es seguro es que Rosalía nació meses después de la desaparición de David Poe. Su madre, en esa época, estaba de gira en el Sur, y estos datos, aunque aproximados, están sin embargo encerrados en límites suficientemente estrechos como para fundamentar todo lo que sigue. (11) No 656 MARÍA BONAPARTE to en la historia de la humanidad y que remonta a la época en que se hacían sacrificios, entre ellos, humanos. El descubrimiento debía ser entonces el encontrar niños, o un feto, en el vientre de la víctima ... " Esta sugestión me pareció entonces también a mí demasiado atrevida, y no encontré a primera vista la relación con el tesoro del capitán Kidd, Sin embargo, el mismo nombre del capitán (Kidd = cabritilla = niño) es tal vez una alusión al sentido oculto del cuento. Pero, sobre todo, la elección de las costas de Carolina para situar el cuento del descubrimiento del tesoro, de esas mismas costas donde Poe niño había sin duda ninguna rumiado los enigmas del nacimiento, no puede haber sido dictada por la casualidad, esa casualidad que no existe ni en el dominio psíquico ni en el físico. Si Legrand, cual Dupin, resuelve victoriosamente todos los problemas, es porque debe ser el tardío desquite del pequeño Edgar, quien a los dos años y medio, a pesar de las luces que tuviera, no podía, sin embargo, resolverlos en su integridad. La investigación sexual infantil ve siempre su camino interrumpido pardos desconocimientos esenciales: el del esperma y el de la vagina. Así, el niño. como aun cuando ha llegado a descubrir que el feto mora y se agranda en el cuerpo materno desconoce el útero, se imagina que sus hermanos y él mismo han tenido como primera morada los intestinos maternos, esos mismos intestinos que contienen las heces. Para él, los,niños deben salir por el mismo orificio anal, yen el inconsciente de todo adulto sobrevive unaequivalencia de' esas teorías anales infantiles, equivalencia que una proximidad anatómica viene, por otra parte, a justificar. Pero en el dominio anal existe todavía otra equivalencia: la de las heces y el oro, corriente, por lo demás, en la superstición popular. Pisar los excrementos, ¿no es acaso para el pueblo' presagio de riqueza en casi todos los países? Y ese simbolismo debe de ser tan antiguo en la humanidad como el mismo descubrimiento del oro. Una inscripción denomina ya el oro "excremento del infierno" (12), lo que -nos lleva nuevamente a nuestro tesoro. (12) JEREMIAS, Das Alte 'Testantent nn Licbte des alten Orients (El Antiguo Testamento a la luz del antiguo Oriente), 2'" edición, 1906, pág. 216, Y Babyloniscbes im Neuen T'estament (Elementos babilónicos en el Nuevo Testamento), 1906, pág. 96. "Mamon (Mammon) es en babilonio man-man, un sobrenombre de Nergal, el dios de los infiernos. El oro es, según el mito oriental que ha pasado a cuentos y leyendas de todos los pueblos, el excremento del infierno. Consultar, al respecto, Monotheistiscbe Strontungen innerhalb der babyloniscben Religion (Corrientes monoteístas en la religión babilónica), pág. 16, nota 1." ISegún FREUD: Charakter und Analerotik (Carácter y erotismo anal), "Psychiatrisch-Neuro- logische Wochenschrift", n? 52, 1908.] EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR POE Los analistas han estudiado debido a qué transiciones otros, en su infancia, reproduciendo 657 cada uno de nos- sin duda una evolución filogenética, pasa del interés por sus heces, por la suciedad, el barro, las tortas' de arena -alegría de los niños-, al interés, en apariencia contrario, por los objetos duros, brillantes y limpios, por las piedras, los metales, las monedas, el oro, el más precioso de todos ellos eS). Como Freud genialmente lo vió, el pasaje de las heces al oro se ha realizado regularmente en el inconsciente de cada uno de nosotros por el hecho de que la analidad en el niño ha sido reprimida bajo la presión creciente de la educación a la limpieza C4). Pero si para el niño el primer universo es su propio cuerpo, el segundo universo es ese mismo cuerpo más el anexo inmenso del cuerpo materno. El cuerpo materno, que da calor y alimenta, aparece con justa razón para el niño de pecho como de una importancia única y exclusiva: no será sino poco a poco que irá distinguiendo otros objetos. Por eso, cuando, alrededor de los dos años , el niño entra en el estadio del erotismo anal, cuando el in. terés que anteriormente dominaba su zona oral pasa a su zona anal, el inte- rés que llevaba antes sobre el pecho, la leche materna, se' extiende entonces a todas las secreciones del cuerpo materno, en particular que tanto le preocupan ahora. Esos excrementos, a los excrementos, que son el primer regalo que el niño puede hacer a su madre cuando se lo solicita al sentarlo en la escupidera. A su vez, imagina sin duda que también le pueden ser dados por su madre. Los excrementos de la madre debe representárselos t;n su inconsciente (que a esa edad no está aún claramente separado del consciente) como cargados del mismo poder, de la misma fuerza alimenticia que antes la leche materna. Un rastro indeleble de estas concepciones, tan alejadas en apariencia de la mentalidad adulta, se ha conservado en muchos cuentos populares en los que intervienen ·que siguiendo la equivalencia oro animales, todos símbolos maternos, = heces defecan oro enjugar de estiércol, 'como ocurre con el asno en Piel de asno. La gallina de los huevos' de oro nos lleva también, por ese camino, a la equivalencia heces = niño (huevo) = oro. Yo misma he podido observar un psicópata que, pobre en su vida (13) Ver FERF.NCZI, Zur Ontogenie des Geldinteresses (Sobre la ontogenia del i1;terés por el dinero),~n "Bausteine zur Psychoanalyse", 1914,'Y01. i. "Intern, Psychoanalytischer Verlag.", 1927. (14) Ver FREUD, Ueber Triebumsetzungen, insbesondere der Analerotik ("Intern. Zeitschrift für Psychoanalyse", IV, 1916-17). Sobre la transformación de las pulsiones, particularmente en el erotismo anal. (Trad. Ed. -Pichon y H. ·Hoesli: "Rcvue Francaise de iPsvchanalvse", 2Q año, 1928, n? 4.) 658 MARÍA BONAPARTE real, se había creado una fantasía que adoraba: unos falsificadores de mo- neda habían secuestrado a su mujer para fabricar moneda, moliendo sus excrementos. Este enfermo se analizaba con una mujer, y el mismo día en que llevó esa fantasía había gastado hasta el último centavo para convencer con sus lamentaciones que le diera dinero. a su analista, que era para él la imagen materna, Y en su vida, siendo casi impotente, de se imaginaba que obtendría por fin la potencia viril si una mujer consentía en defecar sobre él. Aparecía en él con evidencia el hecho de que el don del oro, del dinero, era un equivalente, por una parte, del don primitivo soñado de las heces, y por otra parte, del don igualmente mer testimonio presentaba primitivo del amor materno, cuyo pri- tangible es el real don nutritivo de la leche. bajo su forma original, aun no completamente Este enfermo transformada en el simbolismo del oro, la mentalidad de los hombres que se hacen mantener por mujeres. Por más vituperados que sean con distintos apodos, y esto, con todo derecho, en una época en que la vida impone al hombre la lucha y el triunfo en el dominio económico, esos hombres no dejan de ser unos desgraciados cuyo psiquismo ha quedado aferrado al estadio infantil en que eran mantenidos por su madre. El mismo Poe no escapó de manera absoluta a esta tendencia: vivió dependiendo de la aguja y a veces de la mendicidad de Muddy C cipalmente para su Virginia enferma- ií ); en su mayor pobreza recibió socorro -es ñora de Shero, a quienes cortejaba, verdad que prin- de la señora de Osgood y de la se- y al final de su vida, en dos oportuni- ,dades, estuvo a punto de casarse con mujeres cuya fortuna de sus mejores atractivos. constituía lino Sin embargo, si el primer universo del niño es su propio cuerpo y el segundo el de su madre, anexado al suyo, poco a poco, al crecer, adquiere conciencia de un universo real independiente de estos dos cuerpos. El concepto de la tierra -que el espíritu del hombre. nos sostiene y nos alimenta-, se instala un día en Pero en nosotros, el niño no muere jamás, y el re- cuerdo del tiempo en que la madre era el universo hace que, a su vez, para el inconsciente, el universo sea la madre. La tierra, que nos alimenta y nos lleva como en su .tiempo lo ha hecho la madre, se transforma, para cada uno de nosotros, en el símbolo concreto de una madre agrandada. Así, en El escarabajo de oro la tierra ha sustituí do, para Edgar Poe, a la madre de su infancia, a esa madre con la que justamente (lú) a los dos años, Marie Poe de Clernm, tía de Edgar y madre de Virginia, esposa de Edgar, acostumbraba llamarla Muddy. Poe EL ESCARABAJO cuando despertaba DE ORO, DE EDGAR POE 659 en él el erotismo anal, había vagado por las mismas pla- yas donde Legrand encuentra el tesoro escondido por Kidd. Pym es esencialmente la epopeya de la búsqueda materno, por los líquidos océanos, simbolizado Si el relato de de la leche en el cuerpo de acuerdo con la materia que domina para el niño de pecho el estadio oral, el relato de Legrand epopeya de la búsqueda es la de las heces de la madre, dentro de su cuerpo, sim- bolizado aquí por la sólida tierra, de acuerdo con la materia que domina para el niño, en el estadio anal, fecal. U n preludio de esta segunda bús-queda estaba ya bosquejada y Peten en el relato de Pym, con las andanzas de Pym en los abismos de paredes negras con lentejuelas habíamos ya identificado de metal, que como intestinos simbólicos. No es por cierto por casualidad que Edgar Poe ha elegido, para prc~idir el descubrimiento del tesoro de Kidd en las entrañas de la tierra, jus- tamente un escarabajo, el animal coprofílico por excelencia. Y se comprue- ba, una vez más, la legalidad que gobierna a todos los procesos del psiquismo humano, si se recuerda escarabajo que la bolita de excremento de oro. Tal vez se nos acuse aquí de contradicciones. riormente Edgar que pacía rodar el sagrado de los egipcios podía simbolizar para ellos el sol, bola Habíamos que la curiosidad por los misterios del nacimiento, dicho antedespertada en con motivo de la llegada de su hermana Rosalía, había sido la raíz infantil de El escarabajo de oro. Decimos ahora que es la búsqueda de los excrementos de la madre, representados Dejaremos de lado por el momento te, la del pene -ese por el oro de Kidd. la cuarta equivalencia pene que el niño varón atribuye inconscien-- a todos los seres, )' particularmente a su madre antes de percibir la diferencia de sexos- para ocuparnos únicamente de las tres restantes: la de las heces, la del oro y la del feto. Fué ciertamente el nacimiento a Edgar el impulso para la investigación de su hermana Rosalía, lo que dió anal del cuerpo materno. Pero las fechas ulteriores en que esta investigación fué revivida arrojan una luz singular sobre el giro que debía tomar y que tomó efectivamente en el cuento de El escarabajo de oro. Hemos visto que fué a los dieciocho años, cuando acababa de huir de la rica casa del señor Allan, perdiendo definitivamente así su herencia de adopción, que Edgar Poe volvió a ver las mismas costas donde había desembarcado con su madre moribunda y con Rosalía, recién nacida. En la casa de Allan, Edgar había dejado otra madre, la señora de Allan, también ella mur enferma, pero quien, a diferencia de Eli- 660 MARÍA BONAPARTE zabeth Arnold, no dió a Edgar ningún hermano, ahorrándole así un rival que le disputara su ternura. La señora de Allan nunca tuvo hijos, y mientras que a su muerte, Elizabeth, la pobre pero fecunda, había dejado a su hijo Edgar, como única herencia, una hermanita, Frances, cuando muriera, lo' que sería muy pronto, Frances, la estéril .pero rica,' hubiera debido -:-según el inconsciente de Edgar, y de acuerdo a lo que ella seguramente deseaba- dejarle mucho oro. ¿No lo había ya colmado acaso con sus dones cuando lo sacó de junto al camastro donde yacía la pobre actriz muerta para llevarlo a su lujosa casa? Por eso, el inconsciente de Edgar, del hijo ya desheredado por John Allan, debía tender al retorno de las fantasías de herencia de la madr~ rica que lo había querido y colmado en su tiempo. Debía tender, particularmente a revivirla en ese año 1842, en que fué escrito El escarabajo de oro. Poe, que había creído por fin alcanzar la fortuna al obtener, un éxito sin precedentes para él, el cargo de redactor en jefe del "Graham's", perdía entonces su situación y se veía nuevamente descendiendo el camino de la prosperidad, hecho éste tristemente agravado por la enfermedad de su mujer. Fué en enero de 1842 cuándo Virginia tuvo su primera y dramática hemoptisis, seguida luego por otras, lo que sumió a' su marido en la desesperación. Pero al mismo tiempo, gracias a esos síntomas de muerte, revivía en él el extraño goce del querido pasado, la época en que el pequeño Edgar, de dos años, se refugiaba en el pecho igualmente sangriento de su verdadera mamá, y aquella otra en que, siendo un joven soldado de veinte años, al volver a Virginia desde la Carolina no encontró, por llegar demasiado tarde a la casa, a su segunda y rica mamá. Se recordará que el señor Allan, a pesar de las súplicas de su mujer, no previno a tiempo a Edgar; entonces artillero en la Fortaleza Moriroe, cerca de Norfolk, de la agonía de su "ma" (16). La pobre mujer murió sin haber vuelto a ver a su Eddy. Allan, además, la hizo enterrar con toda urgencia, a pesar de su pedido in extremis de que se esperara para hacerlo hasta que Eddy la volviera a ver. Poe no pudo sino ir a llorar sobre su tumba. Sabemos c6mo la otra promesa, la de no abandonar a su Eddy, que antes de morir había arrancado a su marido, tampoco fué cumplida; Sin embargo, la "herencia" legada por la señora de Allan a su Eddy resultó mucho más magnífica que si hubiera sido hecha en moneda contante y sonante. Esta herencia contenía, en efecto, El escarabajo de oro. No es tampoco por (16) Edgar Poe llamaba así a su madre adoptiva. EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR PúE 661 casualidad que el arcón que encierra el tesoro de Kidd tiene la forma oblon- ga de un ataúd: alusión a las madres muertas y queridas por Edgar en su juventud. Pero esta vez, los cadáveres, están sino encima, como guardianes, en lugar de estar en el cajón, no podríamos decir, del tesoro. Los dos esqueletos tienen sus huesos esparcidos en la tierra, y el cráneo está 'arriba, sobre la rama. No puede uno dejar de pensar que los dos esqueletos, son presentados tesoro guiendo como los de los ayudantes -ayudantes sacrificados la costumbre muerte. En primer por él una vez terminado de los ocultadores tiempo para el inconsciente término, de Kidd cuando de tesoros-, escondió su el trabajo, queño, había podido observar, en la promiscuidad si- no sean al mismo de Poe otra cosa:' los padres, destruídos los padres verdaderos, que por la a los que, siendo pe- de los miserables cuartos donde se alojaban los artistas en gira, en la escena primaria, entonces interpretada como una agresión Allan y su mujer. sádica; y en segundo lugar, adoptivos, John Los cuatro habían ya fallecido cuando Edgar Poe escri- bió El escarabajo de oro, y la' última pareja, la rica, debía haberle dejado su tesoro. Que el tesoro entregado a su hijo por 1a tierra-madre, que para colmarlo le abre sus entrañas -como' el pelicanohaya de hecho pertenecido a John, a pesar de todos los dones de Frances, es expresado en el cuento por el empleo de la leyenda de Kidd. Fué al pirata a quien perteneció el tesoro, fué él quien por la violencia y el rapto lo amasó. Para el inconsciente de Poe, así debía aparecer, sin ninguna duda, el frío negociante John Allan. No es la tierra sola quien entrega a su hijo su propio tesoro, lo que hubiera podido expresarse con el descubrimiento de una mina de oro o de diamantes. No; la madre entrega a su hijo el tesoro paterno. Así habría ocurrido seguramente si, invirtiéndose el orden de las muertes, Frances hubiera sobrevivido a John Allan, heredando su fortuna. la habría legado a su Eddy. Ya que desgraciadamente Sin ninguna duda éste no había sido el caso y ella murió la primera, Poe se venga en El escarabajo de oro de la realidad por la ficción, encargando al suelo materno de Virginia, en el que sus dos madres habían sido sepultadas -y cuyas Ragged Mountains son trasladadas en el cuento hasta la Carolina-, de devolverle la herencia con la cual la última madre, la rica, lo habría colmado, de haberlo podido hacer. En cuanto al cráneo clavado sobre una rama y a la forma particular en que el escarabajo de oro, en la punta de un cordel, debe servir de indicador del tesoro, pasando por la órbita, sin duda des!ondada, de ese cráneo, MARÍA 662 nos reservamos para comentarlo y del ahorcamiento BONAPARTE más adelante, en ocasión del ojo reventado de El gato negro. Será entonces solamente que el sig- nificado fálico del insecto de oro, que cerrará el ciclo de las equivalencias del oro, señaladas anteriormente, como el reproche podrá aparecer clara a nuestros lectores, así a la madre, comprendido en el empleo del e.carabajo en relación con la órbita del cráneo vaciado por los picos de los cuervos. Así, este relato de aspecto razonante, objetivo, que Poe se vanagloria- ba de haber compuesto, como su Cuervo, voluntariamente, "adrede", para el éxito (17) -que por otra parte obtuvo-, este cuento donde el elemento subjetivo parece faltar, penetra afectivo, personal y biográfico. en realidad sus raíces en el terruño, el más El escarabaio de oro, con el desborda- miento de sus tesoros en las entrañas terrestres es, nuevamente, como el cuento de Pyrn, una especie de epopeya de la madre que colma y alimenta, pero esta vez con las riquezas profundas leche primitiva de sus entrañas, y ya no con la de sus senos. Ya hemos dicho bastante. como para demostrar puede expresar la madre en la imaginación inconsciente manos. El mar, la tierra, con todo lo que encierran, de los rasgos imponentes, qué vasto simbolismo de los seres hu- pueden así revestirse si bien a veces imprecisos, de las grandes divini- dades maternales que adoraban nuestros antepasados, Cibeles o Aszarté, Y no sólo nuestro planeta, sino también los demás astros esparcidos en el universo, hasta donde nuestra mirada puede llegar, son aptos para representarla. El mismo Poe, ¿no cantó a los diecinueve años, en el estelar poema de Al Aaraaf a Nesace y Legera, y su Hans Pfaall, no vuela hasta la luna en una grandiosa fantasía de retorno al cuerpo materno? N o analizaremos este último cuento, cuyo sentido inconsciente, por demasiado sencillo, es evidente para todo analista, y, sin embargo, sería incomprendido para muchos otros, a pesar de nuestras explicaciones. Que baste el mencionar, para confirmar nuestros puntos de vista, la caída de Hans Pfaall de su globo, la cabeza hacia abajo, que recuerda el nacimiento; el "parto" de la gata que ha llevado en su navecilla, de sus tres gatitos, precisamente durante el viaje; y, por fin, la elección misma del nombre del héroe. Poe no ignoraba sin duda que en alemán Pfahl significa cuña, y el sentido fálico de este objeto concuerda con el papel que representa el héroe así llamado con respecto J (17) Ver Poe a Tbomas? 4 de mayo de 1845, Virginia Edition, vol. 17, pág. 205. EL E'5CARABAJO DE ORO, DE EDGAR POE la luna = madre, lo que parece ser confirmado comete Poe en diferentes por el extraño lapsus que ocasiones en su correspondencia, 8 Hans Pfaall, Hans Phaal ( ). 663 cuando llama a Todos los viajes a la luna, que siempre han soñado los hombres, tienen además ese sentido profundo, de nostálgico retorno al seno de la madre. La mayoría de los cuentos de exploraciones y aventuras, que tanto enloquecen Stévenson, a los niños, desde La' isla de los tesoros, de hasta las novelas de Julio Verne, e infinidad más, poseen tam- bién, como el cuento de PY111. o el de El escarabajo de oro las mismas raíces infantiles inconscientes de investigación del cuerpo materno. Y esto principalmente sobre las fases pregenitales, orales y anales, que confieren dos los relatos su aspecto de cuentos "inocentes". a to- (18) Ver correspondencia. Virginia Edition, vol. 17, págs. 11, 12 Y 18. En algunas versiones del cuento, Poe suprime sencillamente una de las eles: Pfaal. Tal vez el nombre de su lunático héroe estaría formado por la condensación inconsciente de Phallus y Pfeil, "flecha" en alemán; flecha fálica lanzada a la luna. Traducido del francés por ALICIA LARGUÍA.