Capítulo primero Notds acerca del medio fí.sico y humano de Carmona 1. POSICION DE CARMONA EN LA. PROVINCIA DE SEVILLA El municipio de Carmona tiene una superficie de 91.998 hectáreas. Así pues, dentro de una provincia que se caracteriza por el considerable tamaño de sus términos municipales, Carmona es uno de los más exténsos. Sé encuentra situado inmediatamente a continuación del de Ecija, que con 97.493 hectáreas figura en la cabeza de la provincia; y ya le sigue, en tercera posición, con`una superficie sensiblemente más reducida, Utrera, que posee 67.881 hectáreas. Ciertamente, en relación a las provincias más septentrionales del país, Sevilla -como el resto de Andalucía Occidental, Extremadura y la Mancha- se caracteriza por la gran extensión de sus términos municipales. Pero analizándola particularmente, el hecho diferenciador de la división administrativa de Sevilla es, sin lugar a dudas, el fuerte contraste que existe entre la dimensión de los términos del Aljarafe y la de los restantes de la provincia, muy especialmente, los términos de la Campiña (Cfr. figúra 1). No existe una situación similar en ninguna otra de las provincias de Andalucía OccidentaL Sevilla-capital actúa como e je de separación o contacto entre dos ámbitos bien diferentes. A1 Oeste, y hasta el límite con la provin^ia de Huelva, se sitúa ese enjambre de pequeños municipios -con una extensión media de 2.500 hectáreasque constimyen el Aljarafe. Se caracterizan por estar densamente poblados; por tener un habitat relativamente disperso; y por la intensa párcelación de sus terrazgos. En ellos, los aprovechamientos dominantes son el viñedo y el olivar. Finalmente, su estructura se define por el predominio de la mediana y pequeña propiedad, cuando no por un claro minifundio. A1 este de la ciudad de Sevilla, se extiende una comarca de caraccerísticas morfológicas, poblaciones y rurales muy diferen- 17 tes. Esta comarca traspasa los limites provinciales de la vecina Córdoba, y es conocida con el nombre de la Campiña. Por oposición a cuanto hemos dicho acerca del Aljarafe, la Campiña sevillana se caracteriza por ser una comarca de considerable amplitud; monótonamente llana; dividida administrativamente en m ^ nicipios de gran tamaño; habitat altamente concentrado; terreno agrícola débilmente parcelado, dedicado casi en exclusiva al laboreo de secano; y donde se encuentra, todavía hoy, las mayores propiedades de tierra, aquellas que le han dado fama a Andalucía en general, y a Sevilla en pazticular, de latifundista. FIGURA 1 División municipal de la provincia de Sevilla FUENTE: CONFEDERACION ESPAAOIA DE CAJAS DE AHORROS. 18 Dentro de la Campiñá, participando plenamente de todos sus rasgos, se encuentra el término de Carmona. Sin embargo,^ éste no es únicamente y de forma exclusiva un municipio de Campiña, como ocurre con Ecija, Marchena o Fuentes de Andalucía, sino que, por su posición descentralizada hacia el noroeste, se sitúa sobre otras comarcas de cazacterísticas morfológicas, edáficas y, consiguientemente, agronómicas, si no opuestas a las que definen a la Campiña, sí, al menos, diferentes. Como bien puede apreciarse en la figura 2, aunque gran parte del término se encuentra situado dentro de la Campiña, participa también de la estrecha franja de los Alcores, lugar donde se halla ubicado el núcleo de población y, asimismo, de la Meseta Diluvial olivarera a la que Cazmona misma da nombre; finalmente, una pequeña porción del espació cazmonense FIGURA 2 Comazcas agrícolas de la provincia de Sevilla 19 participa de los cerrenos aluviales de la Vega del Guadalquivir. Así pues, Carmona, aunque es un término plenamente represe.ntativo de la Campiña sevillana, por su posición a caballo entre ésca y la Vega del Guadalquiv ^ , posee una cierta diversidad de paisajes rurales, reflejo de distintas formas de aprovechamiento, parcelación y estructura de la propiedad. Es importante resaltar la posición central que ciudad y término de Carmona ocupan en la provincia de Sevilla. Como consecuencia de ello, se ha establecido una red radial de carreteras y caminos cuyo centro es Carmona (figura 3) y que hacen FIGURA 3 Situación de Carmona en la provincia de Sevilla 20 de esta ciudad una de las mejores ^omunicadas de toda la provincia. EI Guadalquivir que corre en dirección este-oeste hasta Alcalá del Río, actúa como una barrera que dificulta las relaciones entre los pueblos de la sierra y vega al norte, y los de campiña al sur. Todas las comunicacic^nes entre los pueblos de la campiña y los de la sierra, necesariamente se han de efectuar a través de Carmona-Lora del Río, a menos que se utilice la carretera, mucho más excéntrica, que parte desde Ecija. La localización de Carmona en esta posición central, ha ocasionado que se haya convertido en un punto de confluencias de caminos y de distribución radial hacia distintos pueblos de la provincia. Pero no puede olvidarse, y es sin lugar a dudas más importante aún, el hecho de que se encuentra situada únicamente a 33 kilómetros (o si se prefiere, a seis leguas) de la capital de Sevilla, y en el camino principal que unía a ésta importante ciudad con Córdoba, la otra gran ciudad de la Bé^tica. Este eje de comunicación Sevilla-Córdoba, vía Carmona, funciona, cuando menos, desde la dominación romana. Así pues, Carmona no ha sido ajena a los principales acontecimientos históricos que se han sucedido en la Baja Andalucía, sino que ha sido testigo directo de los cambios producidos en ella. Ciudad fortificada en el reborde del Alcor, y dominando una amplia llanura, Carmona ha visto pasar a las uopas románas, moras y cristianas en la vía de ascenso Sevilla-Córdoba, o descenso Córdoba-Sevilla. De tal forma que al repasar algunas historias locales decimonónicas, se llega a pensar que los eruditos del XIX debían estar agradecidos al emplazamiento de la ciudad, ya que gran parte de su historia se alimenta del trasiego de unas y otras tropas entre Córdoba y Sevilla (1). (1) Fernández López, M., Hittoria de la ciudad de Carmona, detde lot tiempot má,r remotot a1 reinado de Carlo.c 1. Imp. Gironés, Sevilla, 1888, 404 páginas. También, la mayor parte de las referencias a Carmona en la obra de Guichot, J., Hittoria de la ciudad de Sevrlla y pueblot má.r rmportante.r de tu provincia detde lo.r tiempo.r már remotor hruta nuertror díat. Imp: Gironés y Orduña, Sevilla, 1875, 6 volúmenes. 21 ' 2. VALORACION AGRONOMICA DEL MEDIO NATU RAL Sin ánimo de ser exahustivos, exponemos a continuación los rasgos más relevantes del medio natural, que han condicionado el uso que se ha hecho del suelo, ya que pueden ayudar a explicar, por ejemplo, la existencia de manchas de olivar en medio de campos contínuos de cereales, o la permanencia de terrenos incultos; asimismo, estos rasgos no pueden ser olvidados a la hora de posibles modificaciones en dicho. uso, como es el caso de la introducción del regadío en las..últimas décadas. Irregulazidad pluviométrica y sequía estival La Campiña se integra en un clima marcadamente medite• rráneo (2). En realidad, todo el Bajo Guadalquivir -abierto a las influencias oceánicas, con vientos dominantes del Suroeste y donde la monotonía de la extensa llanura apenas introduce modificaciones apreciables de relieve- se caracteriza por su uniformidad climática y la única diferencia digna de mención es la apárición de características de continentalización conforme se avanza hacia el este, manifestadas en la mayor oscilación térmica y en el descenso de la pluviosidad anual. Pero, de hecho, estas condiciones de continentalización no resultan apreciables sino ya a la altura de Ecija, y sobre todo, dentro de la provincia de Córdoba. Dos características definen a esta comarca desde el punto de vista pluviométrico: larga sequía estival y fuerte irregularidad interanual, e intranual; es decir, la irregularidad existe en los totales pluviométricos registrados unos y otros años, y también en la variabilidad de la distribución dentro de cada año. Así, ^n (2) Para el estudio de la climatología de Carmóna hemos hecho uso de Madrid Calzada, R. M., El aeropuerto de Sau Pablo de Sevilla (ejemplar mecanografiado, Tesis de Licenciatura de la Universidad de Sevilla, 1973, 297 folios). Ministerio de Agricultura; Mapát provin^ialet de tuelo,r, Sevilla. Madrid, 1975, 282 páginas.más apéndice cartogáfico, págs. 57-91. Y la elaboración propia de los datos pluviométricos de la estación de Cazmona en el decenio 1951-60, a fin de que fuesen referidos al mismo decenio elaborado en el Mapa Provincial de suelos. 22 ^ ( ^ ^Ú v v e iI ^ 23 la estación meteorológica de Carmona y en el decenio 19511960, las precipitaciones más bajas se registraron en 1954 con un total pluviométrico de 281 milimetros, y las máximas se obtuvieron en 1960 con 1.138 milímetros. Por lo que respecta a las flucruaciones de las precipiraciones a lo largo del decenio puede esrudiarse su irregularidad a partir de la figura 4. En la gráfica puede apreciarse que lo único constante es la total ausencia de precipitaciones en los meses de julio y agosto, especialmente en julio, ya que, en el decenio 1951-60, hay tres años en los que se ha registrado una precipitación apreciable en el mes de agosto. Por otra parte, todos los meses comprendidos entre octubre y abril han recibido algún año la máxima pluviosidad, pero ello no es óbice para que otro año apenas si haya llovido. Así en enero de 1955 se registraron 161 milimetros de precipitación, y en 1957, únicamente 16 mílimetros. En febrero de 1960 cayeron 246 milimerros, y en 1958, 4 milimetros tan sólo, etc. Teniendo en cuenta todas estas irregularidades, la pluviosidad media anual de la estación de Carmona es de 576 milimetros, y los valores de las estaciones circundantes, para el mismo decenio, oscilan entre los 600 milímetros del aeropuerto de Sevilla y 599 en Cantillana, hasta 497 milímetros en Ecija y 468 en Marchena. Hay, pues, un descenso del total pluviométrico en dirección sureste, dirécción opuesta a la de los vientos dominantes que son del suroeste (3)• Las primeras precipitaciones comienzan a caer de forma regular a finales de septiembre-primeros días de octubre, aunque hay años que se atrasa considerablemente, y se mantiene el período de Iluvias hasta finales de marzo-comienzos de abril, con un mínimo en los meses de enero y febrero: En mayo comienza un largo período de sequía producido por el desplazamiento hacia el norte del centto permanente anticiclonal de las Azores. La diferencia de pluviosidad es tal entre el invierno y el verano que en los siete meses comprendidos entre octubre (3) En el aeropuer[o de San Pablo y para el período 1952-1970, Madrid Calzada ha calculado que, [ras el claro predominio de los vientos en calma (38,1 ^^), los vientos más frecuentes son de suroeste con un 15,4 por 100. Madrid Cal7ada, R. M., op. rit., pág. 50. 24 y abril caen el 88 por 100 del total de las precipitaciones, mientras q ue los cinco meses restantes sólo reciben el 12 por 100 (fig. 5 ). Esta sequía estivaí cobra aún mayor significado -significación de carácter negativo de cara a la actividad agrícola- si se toma en consideración las elevadas temperaturas que se soportan en dichos meses. Las temperaturas medias de julio y agosto alcanzan los 27° y 28°, pero . es frecuente que en algunos días se superen los 40° de máxima. Durante 105 días al año, com- FIGURA 5 Distribucióñ media de las precipitaciones en Catmona loo 90 80 ^ ^ 70 bo So ao 30 YO 10 Erw•ro hM.ro Mum aer^i Mayo ^^^a ^wm nqosm S.m^m.o awen re Ok'rmEn 1951-1960 25 prendidos entre abril y octubre, se alcanzan los 30° C de máxima (4). En las dos estaciones meteorológicas más cercanas a Carmona, con información térmica completa del decenio 1951-60, las temperaturas medias mensúales fueron las siguientes (5): Aerop. Sau Pablo E ne ro Febrero Marzo Erija 10, 2 11,2 ` 13,9 10, 3 11,2 i4,2 16 20,2 23,9 16,2 20,5 24,8 Julio Agostó Septiembre 26,9 27 24,4 28 27,5 25,3 Octubre 19,2 19,6 Noviembre Diciembre Media anual 14,6 11 18 14,5 11,2 18,6 Abril Mayo Junio ^ Fuente: Minisrerio de Agriculcura. Mapat Provinria4r de Suelot. Sevr!!a. Las temperaturas son ligeramente superiores en Ecija, más al interior, que en el aeropuerto de San Pablo. Las diferencias se dejan sentir más claramente en los máximos estivales, un grado de diferencia, que en los mínimos invernales, una décima tan sólo. En invierno las temperaturas son realmente benignas. La media del mes más frío no baja de 10° C, aunque existe riesgo de helada en los meses de diciembre, enero y febrero, pues con relativa frecuencia las temperaturas noccurnas caen por debajo (4) Drain, M., Lhenaff, R., y Vanney, J. R., Le.r Ba.r Guadalquivrr. lntrodurtion Géographiyue. Publications de la Casa de Velázquez, Ed. E. Boccard, París, 1971, 124 páginas, en pág. 12. (5) No disponemos de una serie regular y completa en la esraEión de Carmona. 26 de 0° C. Este riesgo de helada, desde el punto de vista agronómico reviste mayor importancia en el mes de febrero, pues durante el día se alcanzan temperaturas relativamente altas, y por lo tanto; el desarrollo vegetativo se ha iniciado ya. Pero en conjunto, las bajas temperaruras no suponen un obstáculo para el desarrollo de los cultivos, y la duración del período vegetativo supera los 320 días en toda la comarca (6). Las limitaciones más graves al cultivo vienen impuestas por la asociación de altas temperaturas y ausencia de precipitaciones en el largo período estival, asociación qúe se traduce inexcusablemente en una elevada evaporación. En la figura 6 se ha representado el balance hídrico de la estación dP Carmona y en la 7, el de las estaciones más representativas que circundan su término. En todos ellos, con ligéras variantes, se manifiesta la misma realidad: el almacenamiento de agua se inicia en octubre-noviembre, ya que las primeras aguas caidas se evaporan casi de inmediato. Siempre a partir de enero, y en algunas estaciones meteorológicas ya en el mes de FIGURA 6 Balance hídrico en la estación dé Cazmona ;I;;^;ilil E..•d••p d• asva. ^ Uso d• 6 r•.•r.a d• aqvn. Dslidr d• ogva. Con.ritv.ién d• la nv.ra d• apvo. (6) Ministerio de A^ricultura,.op. rit., pág.67. 27 FIGURA 7 ^ Balance hídrico en las estaciones circundantes a Carmona Y `^? \ \ ^9 ^\ ^^^ _ ^ '^, .^: ..^^^_ - ^ó ^ - 1^ ,^.^^i: ^z:.^.^ ^^ 9 v;n_.:^,..,I;^ '^. ^ ^ v ^`^ ^'^ ^®m diciembre, se llega a un exceso de agua, siruación que hace impracticable los caminos y el suelo aparece totalmente eñcharcado, especialmente el arcilloso. Con la disminución de precipitaciones a partir de abril y el aumento de temperaruras se hace preciso recurrir a la reserva de agua del suelo. La total ausencia de precipitaciones y la fuerte evaporación provocan que, a parrir del mes de junio, agotadas las reservas, por todas partes se deje sentir la falta absoluta de agua, y los suelos arcillosos se endurecen y resquebrajan, abriéndose en grietas de hasta 25 centímetros de anchura. Así, el largo período de sequía estival es el máximo obstáculo que existe en la Campiña para el desarrollo de la agricultura, y sólo en la medida en que los suelos sean capaces de retener agua, podrá ser paliado, en mayor o menor grado, este inconveniente de la agricultura tradicional de secano. Una topografía esencialmente llana La historia geológica de Carmona es la historia de la Depresión del Guadalquivir. Todo el territorio comprendido entre Sierra Morena al noroeste y las cordilleras Béticas al sureste, han sufrido una 'misma evolución geológi ^á. No no^ parece oportuno entrar aquí en hacer una descripción detallada de la del espacio carmonense, en primer lugar porque no puede decirse que posea una hi• toria geológica propia, sino enmarcada en un conjunto más amplio, en segundo lugar, y sobre todo, porque nuestro interés se centra más en las consecuencias agronómicas del relieve que en las génesis del mismo. ^ La Depresión del Guadalquivir es una llanura de formación muy reciente. Ia deposición miocénica -por su gran potencia, próxima a los 3.000 metros en algunos sectores- es el evento geológico más relevante; pero es a partir del Plio-Pleistoceno cuando la llanura adquiere su acrual fisonomía. Se organiza la red fluvial que hoy recorre la Depresión, se inicia la excavación de los blandos depósitos terciarios, y sólo los más duros --^alizas y areniscas de los Alcores- han resistido a esa fase de desmantelamiento. Se prosigue, por otra parte, la colmatación del estuario del Guadalquivir, y, en general, se asiste a la última 29 fase de modelación del relieve. Finalmente, los cambios climáticos cuaternarios han tenido una importancia decisiva al dar lugar a la formación de las terrazas de los ríos, sobre "todo las del Guadalquivir. En fun^ión de su reciente constitución, en el espacio carmonense hay un claro predominio de los terrenos diluviales y aluviales cuaternarios, mientras que los terrenos más antiguos están representados por un pequeño afloramiento de margas paleógenas (figura 8). Los afloramientos terciarios cubren el 27 por 100 de la superficie de Carmona, y se localizan preferentemente formando franjas longitudinales al este del río Corbones; hay unas manchas aisladas al sur, y también son terciarios los terrenos que constituyen el reborde del Alcor. Con la exclusión de uá pequeño afloramiento de margas y calizas margosas blancas datadas en el Eoceno Superior, y que actualmente se tiende a retrasar al Oligoceno, todos los terrenos terciarios existentes en el término de Carmona pertenecen a la deposición miocénica. Dentro de ésta, las más antiguas son unas manchas de mediana extensión al sur del término, que reciben el nombre de albariza.c, o también el de moronita,r (Burdigaliense) (7). En superficie, las albarizás se traducen en lomas de suave pendiente, con altitudes que oscilan entre 120 y 180 metros. Habirualmente aparecen cubiertas por olivares, contrastando cón los campos de cereales que se extienden por las zonas bajas. Areniscas y margas azules tortonienses constituyen el reborde del Alcor. Forman una estrecha franja longitudinal, primero con dirección suroeste-noreste -la dirección del escarpe de los Alcores- hasta los llanos de la Ranilla. A partir de ahí toma una dirección claramente sur-norte, hasta que, en la confluencia del río Corbones con el Guadalquivir, desaparece bajo los terrenos aluviales de reciente sedimentación. (7) «Las moronitas, en sentido estricto, están formadas por arcillas blancas bien estratificadas y muy ligeras, con abundantísimas diatomeas.En muchos puntos, sin embargo, admiten intercalaciones de margas, de niveles detríticos y de calizas organógenaz.» IGME, Mapa Geotógico Nacronal, E.rcala 1:200.000, hoja 82, memoria earplicativa, pág. 20. 30 FIGURA 8 Mapa geológico de Carmona 31 A la derecha del Corbones afloran igualmente esas mar^s tortonienses en franjas que presentan la misma dirección que el río. La acción de desmantelamiento del Corbones y orros ríos, de mayor potencia erosiva en períodos cuaternarios más pluviosos que el actual, ha provocado el afloramiento y conservación de estas capas relativamente duras. Finalmente, son también miocénicas las ateniscas y calcarenicas (Saheliense) que conscituyen la parte alta del Alcor. Parece como si la erosión hubiese destruido ya esta capa en el frente del Alcor. EI resto de los terrenos comprendidos dentro de Carmona, más del 70 por 100, son claramente cuaternarios. Se distingue, en primer lugar, una amplia zona de terrenos villafranquienses, al norté, y sobre todo noroeste del término. Estos se caracterizan por la presencia de limos arcillosos, cantos rodados y gravas, asociados a costras calcáreas. Cubriendo el extremo noroeste del término se localiza una terraza diluvial, bien diferenciada de los anteriores terrenos por la ausencia de las costras calcáreas, y por la presencia de un conglomerado de base de cemento calizo. Por último, los terrenos aluviales corresponden a la terraza actual del río, y está constituida básicamente por limos, cantos rodados y gravas. Pero lo que los define con mayor nitidez es que, junto a no existir en ella costras calcáreas, tampoco se observan cementaciones, con lo que quedan perfectamente diferenciados de la terraza pleistocénica. E1 relieve, dado el predominio de las rocas blandas y deleznables de reciente sedimentación; se caracteriza por las formas. suaves y de escasa pendiente. La amplia y baja Ilanura aluvial, situada a pocos metros sobre el nivel del mar, le da al paisaje un aspecto de monotonía y planitud. En él sólo destacan algunas colinas y lomas blanquecinas miocénicas, escasamente ondulantes, y apenas hendidas por los pequeños arroyos que de ellas descienden. La planitud del relieve puede observarse en la figura 9: la mayor parte de la superficie topográfica se sitúa por debajo de los' 100 metros de altitud absoluta. EI terreno se va elevando muy suavemente hacia el incerior, y al este del río Corbones se 32 FIGURA 9 Topografía e hidrografía de Carmona 33 supera de manera uniforme los 100 metros, estando situado el punto más alto a 169 metros. ^ A1 Oesce del río Corbones se alcanzan los 100 meuos en esas lomas y colinas de las que ya hemos hablado, que corresponden a albarizas miocénicas (Aquitaniense), y por supuesto, en la línea del Alcor, el único cone brusco en medio de este paisaje monotanamente llano. Los Alcores aparecen como una estrecha franja de tierras elevadas en medio de la llanura aluvial. Tiene un recorrido de 30 kilómetros de longitud con clara dirección suroeste-noreste. Se inicia en Alcalá de Guadaira, donde ni siquiera alcanza los 100 metros y adquiere el máximo desarrollo en anchura (unos 6 km); conforme se camina hácia el noréste, el Alcor se estrecha y gana en altura hasta alcanzar los 253 metros, punto donde se encuentra emplazada la ciudad de Carmo na. Por la posición descentralizada que ocupa la curva de nivel de los 200 metros, se infiere que el descenso del Alcor es abrupto y con fuerte pendiente (8) hacia el sur, mientras que desciende suavemente hacia el ñone hasta llegaz a confundirse con las terrazas del Guadalquivir. EI Alcor se comporta como línea divisoria de agua entre el Guadalquivir y sus afluentes. La red de drenaje, constituida en su mayor parte por arroyos de poca importancia que se secan en los meses estivales, se organiza en tres cursos fluviales: Guadaira y Corbones, ambos afluentes del Guadalquivir, o directamente a este río (9). La zona al norte del Alcor drena directamente hacia la arteria principal, aunque actualmente los arroyos mueren en el Canal del Bajo Guadalquivir. De todos ellos, el único que reviste una cierta imponancia es el Azanaque, en el extremo oriental del término. (8) Debe entenderse la expresión « fuerte pendiente» en cérminos relativos, ya que toda la zona es prácticamente llana y sólo se alcanza el 3 por 100 de pendiente. En el Alcor la pendiente es de un 15 por 100 aproximadamente. (9) Paza una descripción más completa, véase Revenga Carbonell, A., «Contribución al estudio . de la hidrogafía de la Península Ibérica. Perfiles longitudinales de los ríos Corbones y Guadaira y de sus principales afluentes». E.rtudiar Geográfico.c (a paztir de ahora, E. G.), níun. 38 (1950), págs. 5-25. 34 Corbones y Guadaira son dos afluentes de. la mazgen izquierda del Guadalquivir. Esto significa que son ríos que nacen en las estribaciones subbéticas, con largo recorrido por terrenos terciarios y con esca ^a pendiente. El Guadaira nace en la sierra de Pozo Amargo en los limites de las provincias de Cádiz y Sevilla. Atraviesa a esta última en dirección sureste-noroeste hasta desembocaz en el Guadalquivir al sur de la ciudad de Sevilla. Interesa al término de Carmona únicamente en un corto tramo en su limite meridional, pero recibe las aguas dé numerosos arroyos nacidos en el rebórde del Alcor y en las lomas miocénicas que se elevan en medio de la Ilanura, y que actúan como línea divisoria de aguas con el río Corbones. . EI Córbones es el principal río que recorre el término de Carmona. Nace en la serranía "de Ronda y atraviesa lá provincia de Sevilla en dirección sureste-noroeste hasta desembocar en el Guadalquivir cerca de Alcolea del Río. Así pues, atraviesa de sur a norte todo el término de Carmona y recibe el aporte de las aguas de pequeños arroyos nacidos en la zona más oriental del Alcor o en las pequeñas eleva•iones que existen a ambos lados de su curso. No queremos dejar una impresión errónea que haga pensaz que la Vega de Carmona es una zona bien drenada. La perfecta planitud de la misma, cuando no una topografía cóncava, dificulca la circulación del agua, y si a ello se une que las moronitas son rocas impermeables. y que el fondo de. la llanura está constituido básicamente por un suelo vertisol, arcilloso, resulta que en invierno la Vega se convierte en un verdadero fangal, especialmente en las zonas más bajas y donde no está claramente definida la línea divisoria .entre el Guadaira y el Corbones. La importancia de los suelos A1 hacer el comentario climático de la zoná, advertimos que el mayor inconveniente con el que tropezaba el desarrollo de la agricultura en toda la zona, era la lazga duración del período estival con altas temperaruras y auseticia absoluta de precipitaciones. De tal forma que un factor determinante a la hora de 35 hacer la valoración agronómica será, dentro de las cualidades de los distintos suelos, su capacidad de retención de agua. E1 mapa provincial de suelos distingue los siguientes tipos dentro del término municipal de Carmona (10): CUADRO I-1. TIPOS DE SUELOS EN CARMONA Y SU SIGNIFICACION PORCENTUAL Entisol .. . . ... . .... :. 2,74 Vertisol .. ........... 30,25 Inceptisol . . . . . . . . . . . Molares .. . .... .. .. .. Brenes .............. 63,69 ^ Alfisol ... . .... .. .. . . 3,62 0,60^/0 2,14 Paradas ............. 2,19 Ecija ................ Carmona .. . .. ... .. .. 13>09 14,98 Guadaira . . . . . . . . . . . . 2,14 Campana . . . . . . . . . . . . Fuentes de A. . ...... 7,90 18,99 Arahal .............. 3,02 Lantejuela ........... 0,44 Saltillo . . .. .. . . .. . ... 30,90 Luisiana . .. . . .. . . .. .. 0,33 Alcores ............. 3,29 Se distingue pues, trece tipos diferentes de suelos. Pero no se debe sacar la impresión de que existe runa gran complejidad edáfica en Carmona. De hecho, la mayor parte de los suelos cubren pequeñas extensiones superficiales, y solamente cinco, ocupan el 86 por 100 del término. Además se aprecian una serie de características comunes a todos los tipos de suelo, o a la mayor parte de ellos, que dan una gran homogeneidad a la zona. (10 En la exposición de este apartado hemos seguido fundamentalmente: Ministerio de Agicuhura, op. cit., también, Centro de Edafología y Biología Aplicada del Cuarto, Ertudio agrobiológico de la Provincia de Sevil/a, CSIC, Sevilla, 1962, 173 páginas más apéndices cartográficos. Y para las cuestiones generales, Cruickshank, J. G., Soilr Geography. David and Charler. Newton Abbót, 1972, 256 páginas. 36 En primer lugar, cabría destacar su carácter xérico, determinado por las condiciones climáticas. Por la alternancia de periodos húmedos y secos, todos los tipos de suelo, excepción hecha del suelo «Paradas», han adquirido ese carácter xérico. Otro rasgo común, en función de la topografía, es la poca importancia de las pendientes. Si excluimos el suelo «Ecija», presente en el escarpe de los Alcores, en el resto de los suelos no se supera el 10 por 100 de pendiente, e incluso en algunos de ellos la topografíá es cóncava. Este hecho adquiere una gran importancia porque, como son suelos intensamente cultivados, el peligro de erosión podría ser grande. Sin embargo, debido a la casi ausencia de pendientes, el riesgo de erosión es pequeño. Otra característica común es que no poseen rocosidad ni pedregosidad alguna, cualidades que facilitan en gran manera las labores agrícolas. Como deciamos más arriba (véase también la figura 10), hay cinco suelos que ocupan el 86 por 100 de la superficie del término de Carmona. Estos cinco suelos son los denominados «Saltillo» , «Fuentes de Andalucía» , «La Campana» , «Carrnona» y«Ecija», rodos ellos incluidos en los ordenes inceptisol y vertisol. Así pues, las características y peculiaridades de dichos suelos, son las que definen edáficamente la superficie de Carm o na. Los verti.role.r, son suelos desarrollados sobre la base de un material originario con alto contenido en arcilla, especialmente arcilla montmorillonítica, de tipo expansivo. De su alto contenido en arcilla, junto al hecho de q ^ e se dan en un clima subhúmedo de latitudes medias, donde alternan periodos húmedos y secos, derivan la mayor parte de sus características. Esta combinación, se traduce en tierras encharcadas e impracticables en invierno; y terrenos secos, polvorientos y agrietados en verano. Dentro de las características positivas, hay que destacar su elevada capacidad de retención de agua y su alto grado de cambio. Puedé decirse que el hidromorfismo es el carácter edáfico más acusado de los venisoles y la capacidad de retención de humedad permite los cultivos de verano. En cuanto a su capacidad de cambio, está valorada en un 42 por 100 (cuando lo normal es de un 12 a un 14 por 100). Esto significa 37 FIGURA 10 Mapa de suelos 38 que aunque son suelos pobres en contenido orgánico (de un 2 a un 5 por 100), pueden recibir y transformar grandes dosis de abonado. Entre los mayores inconvenientes de estos suelos, no hay que olvidar que son pesados de trabajar y que precisan de tractores de cadena para el laboreo en profundidad. Además se desencadena un proceso acumulativo: debido a lo prolongado de la estación seca, es necesario realizar labores profundas (11), y como consecuencia de este laboreo en profundidad, aumenta el contenido arcilloso, la texrura del suelo se hace más pesada, y por tanto, más difíciles de trabajar. En resumen, son suelos ricos y fértiles, los más preciados de toda Andalucía, y que aquí reciben el nombre de «bujeo». Ahora bien, estos suelos, magníficos en secano, serían difícilmente practicables en regadío, debido a su textura excesiva= mente arcillosa. Atendiendo a las diferencias que existen entre los dos vertisoles más extendidos en Cazmona, el suelo «Ecija» se caracteriza, en primer lugar, por su pendiente moderadamente escarpada, cuyo efecto más importante es la erosión -hasta cierto punto preocupante- a la que está sometido, agravada por la intensidad del cultivo. En cuanto a su perfil, presenta un desarrollo de unos 60 centímetros con horizonte Ap Bv, calizo en superficie. En cambio, el suelo «Carmona» se caracteriza no sólo por tener un relieve totalmente Ilano, sino incluso cóncavo. Ello anula la erosión, pero también dificulta el drenaje. Preseñta un perfil muy desazrollado en profundidad, hasta un metro, ^ on horizonte Ap Bv C. Es uno de los típicos suelos de bujeo, de los más preciados de la comarca. Los incepti.role.r, -aparte de tratarse de suelos que poseén un grado similar de desazrollo incipieñte, y que suelen presentaz un horizonte A(B) C-, no presentan unas características comunes tan bien diferenciadas como los vertisoles. Además como pueden haberse desarrollado sobre terrenos de naturaleza (11) Precisamente los vertisoles xererts se cazacterizan porque, a pesar de la larga estación seca, no se secan por debajo de los 50 centímetros de profundidad. 39 geológica muy ,diferentes, su valoración agrológica dependerá del material originario del que proceda. Así pues, no puede hacerse una valoración global de todos ellos. EI suelo «Fuentes de Andalucía» presenta grandes analogías con los vercisoles, precisamente por la presencia en él, aunque en baja proporción, de arcillas montmorilloníticas (de ahí su calificación como vértico). E1 material originario son marga^ amarillas del Mioceno Medio sobre las que se deposicó, con posterioridad, una capa caliza. Ello va a dar un suelo calizo arcilloso. Tiene un perfil similar al del suelo «Carmona», pero menos desarrollado en profundidad, con horizonte Ap Bv. Es asímismo, un suelo de excepcional calidad, califi •ado localmente como suelo de bujeo. La diferencia más apreciable con el suelo «Carmona», es su mayor contenido calizo y la menor proporción de arcilla. Como consecuencia resulta un suelo menos difícil de trabajar, y cabe la posibilidad de introducir el regadio en él. El suelo tipo «Saltillo» es el más extendido, con diferencia, en Carmona. Ocupa todo el cuadrante noroccidental,, y es curioso que el límite de este suelo actúa en algunos tramos como límite del término municipal. El suelo está desárrollado sobre las terrazas diluviales del Guadalquivir. E1 material originario lo constituyen arenas, limos, arcillas, costras calizas y cantos rodados. Como consecuencia de esta amalgama, la calidad agrológica del suelo es muy variable, en función de la mayor o menor presencia de unos y otros elementos. En cualquier caso, la mayor proporción de gravas y cementaciones provocazá siempre una disminución de sus posibilidades agronómicas. El suelo «Saltillo» puede alcanzar un desarrollo en profundidad de hasta unos 60 centímetros, y presenta un perfil de tipo Ap Bca Ccá, con alto contenido calizo los horizontes B y C. Esto lo hace muy apto para el cultivo del olivar, y de hecho ha sido la zona olivarera tradicional de Carmona. A1 mismó tiempo, por su textura arenosa, ligera y fácil de trabajar es, de los cinco suelos de mayor extensión en Carmona, el más apto para ser puesto en riego. Los recientes avañces del regadío se han efectuado precisamente sobre este tipo de suelo (mención aparte del tipo «Alcor»). 40 Finalmente, el suelo «La Campana» presenta algunas similitudes con el anteriormente descrito, pero es de calidad agrológica sensiblemente inferior. Se extiende también sobre materiales diluviales con predominio de arenas y limos. Se da, como en el «Saltillo», una gran mezcla de materiales: cantos rodados, capas de arcillas, étc., que influye en la mejor o peor calidad del suelo. Pero el hecho diferenciador de este suelo es la presencia de un horizonte gley a partir de los 30 centímetros, lo que condiciona enormemente sus posibilidades de cultivo. En el mapa próvincial se define al suelo «La Campana» como suelo casi forestal. De hecho, ha tardado en roturarse, y hasta época histórica muy reciente ha e ^tado cubierto de palmar y monte bajo. Dehesas como las de Azanaque, Cerro Gordo 0 El Canto, (familiares para nosotros, entre otras, por su carácter de tierras comunales en el Antiguo Régimen, que serán repartidas en suertes en el siglo XIX), se localizan precisamente sobre este tipo de suelo. Todavía hoy se sitúan manchas de pastizalmatorral, con o sin arbolado, sobre el suelo «La Campana». Limitaciones de carácter climático, compensadas por la topografía y por la calidad de los suelos, son, a nuestro entender, las'palabras que mejór resumen la valoración que desde el punto de vista agronómico merece el medio natural del término • de Carmona. Limitaciones climáticas. No por bajas temperaturas invernales, sino por la existencia de una larga estación estival donde se combinan altas temperaturas con ausencia total de precipitaciones. En virtud de estos rasgos, la zona adquiere caracteres de semiaridez en los meses de verano y supondría un verdadero freno al desarrollo de las actividades agrícolas de no ser por la presencia, muy extendida, de suelos ar • illosos con una gran capacidad de retención de la humedad. . Esa elevada capacidad de retención de agua por parte de los vertisoles, «bujeos» en la terminología local, los ha convertido en suelos especialmente apreciados. Así, los denominados «Fuentes de Andalucía» y«Carmona», junto a los suelos de terraza aluvial («Brenes» en el mapa provincial de suelos) son actualmente los suelos más ricos de la provincia dé Sevilla. No tienen limitación • alguna de cultivo, admiten plantas de 41 verano en secano, y, en consecuencia, se encuentran sometidos a una intensa explotación. Suelos de calidad agrológica inferior, como pueden ser los suelos «Saltillo» de la terraza diluvial, o los suelos calizos «Alcores», pero aptos para el cultivo en regadío, están siendo objeto de una profunda transformación, y por tanto, han adquirido una mayor valoración económica. Así pues, todo el término de Carmona, quizás con la excepción de los suelos «La Campana» (menos de un 8 por 100 de la superficie) está constituido por suelos de buena o excelente calidad agrícola. 3. LOS HECHOS HUMANOS Algunos acontecimientos histórico^ relevantes No vamos a remontarnos a los inciertos orígenes de la fundación de la villa de Carmona, que hay quienes la retrasan nada menos que a la dispersión de los constructores de la Torre de Babel (12). Ni tampoco a sus orígenes ciertos, que atribuyen la fundación de Carmona al pueblo turdetano, pues cuando la dominación romana esta villa poseía ya una cierta reputación como fortaleza militar. ^ En cambio, sí es oportuno conocer los sucesos históricos acaecidos en torno a Carmona a partir de su conquisra por las tropas del rey Fernando III, por cuanto que estos sucesos van a tener una especial resonancia en la propiedad, así como en otros elementos de la estructura agraria que en este trabajo se analizan.(13). (12) Cfr. Fernández López, M., op. ^it., pág. 3. (13) Para el conocimiento de la situación de partida en el medievo, nos hemos servido fundamentalmente de González Jiménez, M., Carmona a jrne.r de !a Edad Media (1464-1523). Excelentísima Diputación Provincial. Sevdla, 1973, 358 páginas. Y también del mismo autor, «Aporcación al estudio de los señoríos andaluces: el caso de Carmona», en Homenaje al profe.ror Carriazo, Publicaciones de la Universidad, Sevilla, 1973; 3 vols.; en vol. III, págs. 39-61. Y«EI libro del Repartimiento de Cazmona» ( pendiente de publicación en Homenaje a! profe.tar Hernández Díaz). 42 Desde su ocupación por Fernando III en 1247 -ya que no puede hablarse de conquista, porque los moradores de Carmona se entragaron pacíficamente al rey cristiano- a la villa se le concede la condición de realenga y se le dota de un término inmenso. En 1255 se realizó el amojonamiento de sus lindes; en e ^ te momento se le adjudicaron a Carmona las tierras que actualmente constituyen los términós municipales de la propia Carmona, Mairena del Alcor, El Viso del Alcor, La Campana y Fuentes de Andalucía. Y aunqúe la correspondencia no es totalmente perfecta con las superficies actuales, ello supondría un alfoz de 1.290 kilómetros cuadrados. La presión de la nobleza para obtener tierras en la rica y fértil Carmona se realizó en una doble vertiente. Por una parte, obteniendo concesiones reales, que recortaron el patrimonio territorial de la villa. Por otra, adquiriendo tierras dentro del término de la misma. En 1345 se llevó a cabo la primera amputación del territorio carmonense, pues el rey Alfonso XI concedió, a don Pedro Ponce de León, el señorío de Mairena y se le adjudicó un término que, en líneas generales, coincide con el que actualmente posee. Poco después, en 1371, Enrique II le concedió el lugar de EI Viso a la viuda de don Gonzalo Mejía. Carmona se opuso a la concesión de un término a este lugar, pero finalmente tuvo que resignarse y cederle un término de «media legua a la redonda». Más grave fue el caso de Fuentes, lugar donde en 1378 se otorgó un mayorazgo a don Alfonso Fernández de Fuentes, pero con la declaración expresa de que el mayorazgo estaba constituido únicámente por el caserío y el castillo, y en 1416 se reiteraba que el mayorazgó no poseía término alguno. Sin embargo, ello no fue óbice paza que los señores de Fuentes ocupasen y roturasen cada vez más tierras y extendiesen su jurisdicción a una amplia zona. Los litigios entre los señores de Fuentes y Carmona fueron continuos y finalmente la villa real terminaba cediendo, despúés de sufragar costosos pleitos. En estos momentos la supremacía del poder señorial era incuestionable. Junto a las concesiones de señoríos y mayorazgos que supusieron la redu•ción del término de la villa de Carmona, la 43 Nobleza, y también la Iglesia, adquirieron tierras en las fértiles campiñas cerealísticas: «Nobles, funcionarios, caballeros, monasterios, hospitales, cabildos catedralicios, eclesiásticos invirtieron sus rentas en Carmona, comprando cuantas tierras pudieron a pesar de la prohibición de vender tierras a gente de fuera, especialmente a`ninguna persona poderosa ni persona de religión ni a yglesia ni monasterio'» (14). La prohibición pesaba desde la redacción del mismo Fuero de Carmona en 1248, donde se indicaba expresamente que no se vendiesen heredades a las órdenes militares. Sin embargo, las prohibiciones legales deberían poseer poco peso efectivo, pues en el.mismo repartimiento de Carmona (1255) se le respetaron a las Ordenes Militares 58 yugadas de tierra de labor, 60 aranzadas de viña y 28 aranzadas de huerta. Lo cierto es que ya a finales de la Edad Media, gran parte de las mejores tierras de pan llevar de Carmona se encontraban en manos de la nobleza y el estamenro eclesiástico. Así, aunque juridicamente el término de Carmona era de realengo, sin embargo,•la posesión de sus tierras se encontraba de hecho, en manos de los estamentos mencionados, y por tanto, nobleza y clero son los detentadores del poder ieal, económico y social, en término y villa de Carmona. Esta situación hegemónica, como veremos en su momento, se mantiene, e incluso se consolida y afirma, hasta finales del Antiguo Régimen por cuanto que en 1755 Iglesia y Nobleza, poseen la mayor parte del terrazgo carmonense. Formas de poblamiento y evolución de la población A pesar de los expolios sufridos como consecuencia de la presión señorial, Carmona ha conservado hasta nuestros días una superficie de ^considerable magnirud. Esté hecho, aunque inicialmente no tenía por qué haberlo producido, ha influido decisivamente en el poblamiento de la zona. (14) González Jiménez, M., E! Concejo de Carmona..., op. crt., pág. 121. 44 No tenemos noticias de cuales eran las formas de poblamiento existentes hasta la llegada de los cristianos, pero, cuando menos, parece que la densidad de población y la dispersión del habitat eran mayores que las que se van a dar a partir de la conquista por las tropas de los reyes Fernando III y Alfonso X. Por lo que a Carmona respecta, en las capitulaciones que firmaron el rey cristiano y la villa, a los moros se les respetó sus propiedades territoriales y urbanas, y permanecieron en sus respectivos lugares. Pero en 1264 los musulmanes de la Baja Andalucía, apoyados por el rey de Granada, se sublevaron contra el cristiano. Cuando un par de años después la revuelta pudo ser sofocada, estos hombres se vieron forzados a abandonar las tierras que cultivaban. . La impresión que se obtiene es que, ya a finales del siglo XIII el campo se encontraba prácticamente deshabitado, y la población concentrada en los grandes o medianos núcleos urbanos donde era más viable una defensa contra posibles ataques. Concretamente el término de Carmona se debía encontrar sin población dispersa alguna. Prueba de ello es que desde la villa se intentaron algunas medidas repobladoras en las zónas limíirofes del término. Una de ellas fue el intento de repoblación de la zona noroccidental, zona rica en pastos, totalmente abandonada, y de la que se aprovechaban los vécinos de otros pueblos, como Palma y Lora del Río. Para evitar la ocupación efectiva de dichos pastos y no perder la jurisdicción sobre ellos, Carmona propulsó el poblamiento de esa zona con la creación de la aldea de La Campana. En un principio, la población de La Campana creció muy lentamente (34 vecinos en 1506, 29 vecinos en 1533), y cuando consiguió una cierta entidad se independizó de Carmona (en tiempos de Felipe II, 1578 aprox.). Asimismo, en el extremo suroccidental, en los límites con Mairena del Alcor y Alcalá de Guadaira, también hubo un intento repoblador en Pero Mingo, a finales del XV y comienzos del XVI. Pero el intento fracasó. Así pues, desde sus orígenes, el poblamiento de Carmona se caracteriza por la concentración de toda la población en un núcleo central: la villa de Carmona, emplazada en magníficas condiciones para su defensa, mientras que los campos se en- 45 cuentran casi despoblados, y ello incita aún más a la concentración de la población. . Analizando la situación acrual, resulta muy elocuente la reflejada por la figura 11. En ella puede comprobarse que las dimensiones del término han actuado como un verdadero-íechazo de población fuera de sus límites. Da incluso la impresión como si los límites municipales de Carmona fuesen una auténtica bazrera que impidiese el paso de la población, y los grupos humanos se hubiesen siruado rodeando materialmente esta barrera. De hecho, la realidad es que toda la población que teóricamente debiera residir en el término ha sido atraida hacia el único núcleo de población existente, y cuando surgió otro núcleo, se separó administrativamente de Cazmona. A este respecto, aunque expresado de una manera algo simplificada, recordamos las palabras de A. Jouvin al efectuar el viaje Sevilla-Córdoba, pasando por Carmona, Fuentes de Andalucía y Ecija: «Es cierto que en España se hacen algunas veces jornadas de camino sin encontrar pueblos, pero es porque los que se encuentran son tan grandes que equivalen a ciudades y si se dividiesen en cino o seis partes para hacer otros tantos publos sobre el camino, España no pasaría por ser un país sin pueblos» (15). Medida en términos cuantitativos la concentración de población, el Nomenclator de 1970 sólo daba dos lugares de poblamiento dentro del término de Carmona, aparte del núcleo principal: la estación de Guadajoz, al IVorte, y el, cortijó de Azánaque, al Noroeste. Y sobre una población total de 24.378 habitantes, la diseminada se evalúa en 4.198 personas, es decir, el 17 por ciento de la población total. Repetimos, pues, que ésta no es una situación nueva, sino que ha sido la forma de poblamiento tradicional de la zona. Como contrapaztida, la villa de Cazmona ha albergado desde siempre un importante contingente de población, que ha hecho de ella una de las ciudades más importantes de la provincia de Sevilla. La población total de Carmona ha evolucionado en los (15) Jouvin, A., «El viaje de España y Portugal», en Gazcía Mercadal, J. (recopilación, prólogo, rraducción y notas por), Viaje.r de extranjero.r por E.rpaña y Portugal. Aguilar, Mádrid, 1962, 3 vols. en vol. II (siglo XVII), pág. 819. 46 FIGURA 11 Carmona y los núcleos de población próximos 47 siguientes términos, desde que tenemos no ^cias fidedignas de ellos (16). CUADRO I-2 EVOLUCION DEMOGRAFICA DE CARMONA (1466-1975) 1466 (1) 1533 (1> 1587 1755 (2) 1840 (3) 1857 1860 1877 1887 1897 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1975 (4) 8.048 8.756 9.216 12.320 15.121 18.799 20.074 17.349 17.459 17.478 17.215 18.855 22.095 22.267 24.876 27.115 28.216 24.378 21.548 Fuente: Mienvas no se indique lo convazio: DRAIN, M. «Monogafía de Población», en E.rtudro geueral Jobre la eronomía de la provinria de Sevilla. Edición 1973. (1) González Jiménez, M., El rourejo de Carmana..., op.rit. (2) LRP. Ca[az[ro de Ensenada. (3) Madoz, P., Dirrionario Geográjiro-Ertadhtiro-Hirtódro de Erpaña y ruJ pore.rianer de ultramar. (4) Padrón de 1975. (16) Fernández López simplifica bastante la cuesrión diciendo que la población de Carmona cuenta en los momentos que él escribe con 17.500 habitantes, lo cual es correcto. Pero afirma que poco más o menos ésta era la población de Carmona desde la época romana. Fernández López, op. crt., pág. 10. 48 A pesar de la disparidad de fuentes -la cual puede ser la causante de las irregularidades observadas en el XIX- y de las lagunas informativas paza algunós períodos -especialmente los casi dos sigíos que median entre 1587 y 1755- se observa que la población ha experimentado un ligero aumento hasta el sig1oXIX. De hecho, la tendencia de crecimiento positivo general estuvo acompañada por fases parciales regresivas, aunque no aparezcan reflejadas aquí. Ya en el siglo XIX la población inicia un lento despegue, aunque tampoco son extrañas las situaciones de retroceso vinculadas, todavía, a las crisis de producción agrícola. Es a paztir de 1900 cuando la población experimenta un crecimiento decidido y firme. Así entre 1900 y 1960, la población de Carmona pasa de 17.215 individuos a 28.216, un aumento en rérminos absolums de 11.000 personas. De todas formas, el crecimiento real se sitúa por debajo del. crecimiento vegetativo y oculta la existencia de una cierta corriente emigratória hacia la capital de la provincia y hacia otras ciudades españolas. En el último censo, 1970, la población de Carmona ha disminuido, no sólo ya en términos relativos, sino incluso en términos absolutos, pues ha perdido 4.000 habitantes. La tendencia a la baja se ha visto confirmada cinco años más tarde con una pérdida absoluta de 2.830 personas, que en términos relativos supera incluso la experimentada en el decenio 1960-1970. A1 comportarse la población de Carmona como una población emigrante, define a esta villa como rural. Con ello querernos decir que, a pesaz de la cercanía de la ciudad de Sevilla, a pesar de que se encuentra bien comunicada con la capital provincial, por cuanto que la carretera nacional IV para por Carmona, a pesar, repito de que ya empieza a pensarse en Carmona como ciudad-dormitorio de Sevilla (y de hecho la emigración diaria Carmona-Sevilla está progresivamente creciendo), Carmona era hasta el año 1960 un municipio rural, al que no ha afectado el crecimiento urbanó de la capital. Su población activa continuaba masivamente empleada. en el sector primario (63 por 100; frente a un 58 por 100 de activos primarios en toda la provincia de Sevilla, con exclusión de la capital), y su economía era, fundamentalmente una economía agrícola. Así pues, al desencadenarse el éxodo rural, con el despegue eco- 49 nómico de los años sesenta, Carmona se integra de lleno en esa corriente migratoria que afectó a los municipios rurales, de forma más intensiva. Desde el punto de vista poblacional, Carmona había evolucionado poco desde el siglo XVIII a la década de los sesenta. 50