Notas acerca del medio físico y humano de Carmona

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Capítulo primero
Notds acerca del medio fí.sico y
humano de Carmona
1.
POSICION DE CARMONA EN LA.
PROVINCIA DE SEVILLA
El municipio de Carmona tiene una superficie de 91.998
hectáreas. Así pues, dentro de una provincia que se caracteriza por el considerable tamaño de sus términos municipales, Carmona es uno de los más exténsos. Sé encuentra
situado inmediatamente a continuación del de Ecija, que con
97.493 hectáreas figura en la cabeza de la provincia; y ya
le sigue, en tercera posición, con`una superficie sensiblemente
más reducida, Utrera, que posee 67.881 hectáreas.
Ciertamente, en relación a las provincias más septentrionales del país, Sevilla -como el resto de Andalucía Occidental,
Extremadura y la Mancha- se caracteriza por la gran extensión
de sus términos municipales. Pero analizándola particularmente,
el hecho diferenciador de la división administrativa de Sevilla
es, sin lugar a dudas, el fuerte contraste que existe entre la
dimensión de los términos del Aljarafe y la de los restantes de
la provincia, muy especialmente, los términos de la Campiña
(Cfr. figúra 1). No existe una situación similar en ninguna otra
de las provincias de Andalucía OccidentaL
Sevilla-capital actúa como e je de separación o contacto entre dos ámbitos bien diferentes. A1 Oeste, y hasta el límite con
la provin^ia de Huelva, se sitúa ese enjambre de pequeños
municipios -con una extensión media de 2.500 hectáreasque constimyen el Aljarafe. Se caracterizan por estar densamente poblados; por tener un habitat relativamente disperso; y
por la intensa párcelación de sus terrazgos. En ellos, los aprovechamientos dominantes son el viñedo y el olivar. Finalmente, su
estructura se define por el predominio de la mediana y pequeña
propiedad, cuando no por un claro minifundio.
A1 este de la ciudad de Sevilla, se extiende una comarca de
caraccerísticas morfológicas, poblaciones y rurales muy diferen-
17
tes. Esta comarca traspasa los limites provinciales de la vecina
Córdoba, y es conocida con el nombre de la Campiña. Por
oposición a cuanto hemos dicho acerca del Aljarafe, la Campiña
sevillana se caracteriza por ser una comarca de considerable
amplitud; monótonamente llana; dividida administrativamente
en m ^ nicipios de gran tamaño; habitat altamente concentrado;
terreno agrícola débilmente parcelado, dedicado casi en exclusiva al laboreo de secano; y donde se encuentra, todavía hoy,
las mayores propiedades de tierra, aquellas que le han dado
fama a Andalucía en general, y a Sevilla en pazticular, de
latifundista.
FIGURA 1
División municipal de la provincia de Sevilla
FUENTE: CONFEDERACION ESPAAOIA DE CAJAS DE AHORROS.
18
Dentro de la Campiñá, participando plenamente de todos
sus rasgos, se encuentra el término de Carmona. Sin embargo,^
éste no es únicamente y de forma exclusiva un municipio de
Campiña, como ocurre con Ecija, Marchena o Fuentes de Andalucía, sino que, por su posición descentralizada hacia el noroeste, se sitúa sobre otras comarcas de cazacterísticas morfológicas, edáficas y, consiguientemente, agronómicas, si no opuestas a las que definen a la Campiña, sí, al menos, diferentes.
Como bien puede apreciarse en la figura 2, aunque gran
parte del término se encuentra situado dentro de la Campiña,
participa también de la estrecha franja de los Alcores, lugar
donde se halla ubicado el núcleo de población y, asimismo, de
la Meseta Diluvial olivarera a la que Cazmona misma da nombre; finalmente, una pequeña porción del espació cazmonense
FIGURA 2
Comazcas agrícolas de la provincia de Sevilla
19
participa de los cerrenos aluviales de la Vega del Guadalquivir.
Así pues, Carmona, aunque es un término plenamente represe.ntativo de la Campiña sevillana, por su posición a caballo
entre ésca y la Vega del Guadalquiv ^ , posee una cierta diversidad de paisajes rurales, reflejo de distintas formas de aprovechamiento, parcelación y estructura de la propiedad.
Es importante resaltar la posición central que ciudad y término de Carmona ocupan en la provincia de Sevilla. Como
consecuencia de ello, se ha establecido una red radial de carreteras y caminos cuyo centro es Carmona (figura 3) y que hacen
FIGURA 3
Situación de Carmona en la provincia de Sevilla
20
de esta ciudad una de las mejores ^omunicadas de toda la
provincia. EI Guadalquivir que corre en dirección este-oeste
hasta Alcalá del Río, actúa como una barrera que dificulta las
relaciones entre los pueblos de la sierra y vega al norte, y los
de campiña al sur. Todas las comunicacic^nes entre los pueblos
de la campiña y los de la sierra, necesariamente se han de
efectuar a través de Carmona-Lora del Río, a menos que se
utilice la carretera, mucho más excéntrica, que parte desde
Ecija.
La localización de Carmona en esta posición central, ha
ocasionado que se haya convertido en un punto de confluencias
de caminos y de distribución radial hacia distintos pueblos de la
provincia. Pero no puede olvidarse, y es sin lugar a dudas más
importante aún, el hecho de que se encuentra situada únicamente a 33 kilómetros (o si se prefiere, a seis leguas) de la
capital de Sevilla, y en el camino principal que unía a ésta
importante ciudad con Córdoba, la otra gran ciudad de la Bé^tica. Este eje de comunicación Sevilla-Córdoba, vía Carmona,
funciona, cuando menos, desde la dominación romana.
Así pues, Carmona no ha sido ajena a los principales acontecimientos históricos que se han sucedido en la Baja Andalucía, sino que ha sido testigo directo de los cambios producidos
en ella.
Ciudad fortificada en el reborde del Alcor, y dominando
una amplia llanura, Carmona ha visto pasar a las uopas románas, moras y cristianas en la vía de ascenso Sevilla-Córdoba, o
descenso Córdoba-Sevilla. De tal forma que al repasar algunas
historias locales decimonónicas, se llega a pensar que los eruditos del XIX debían estar agradecidos al emplazamiento de la
ciudad, ya que gran parte de su historia se alimenta del trasiego
de unas y otras tropas entre Córdoba y Sevilla (1).
(1) Fernández López, M., Hittoria de la ciudad de Carmona, detde lot tiempot
má,r remotot a1 reinado de Carlo.c 1. Imp. Gironés, Sevilla, 1888, 404 páginas.
También, la mayor parte de las referencias a Carmona en la obra de Guichot,
J., Hittoria de la ciudad de Sevrlla y pueblot má.r rmportante.r de tu provincia detde
lo.r tiempo.r már remotor hruta nuertror díat. Imp: Gironés y Orduña, Sevilla, 1875,
6 volúmenes.
21 '
2. VALORACION AGRONOMICA DEL MEDIO NATU RAL
Sin ánimo de ser exahustivos, exponemos a continuación los
rasgos más relevantes del medio natural, que han condicionado
el uso que se ha hecho del suelo, ya que pueden ayudar a
explicar, por ejemplo, la existencia de manchas de olivar en
medio de campos contínuos de cereales, o la permanencia de
terrenos incultos; asimismo, estos rasgos no pueden ser olvidados a la hora de posibles modificaciones en dicho. uso, como es
el caso de la introducción del regadío en las..últimas décadas.
Irregulazidad pluviométrica y sequía estival
La Campiña se integra en un clima marcadamente medite•
rráneo (2). En realidad, todo el Bajo Guadalquivir -abierto a
las influencias oceánicas, con vientos dominantes del Suroeste y
donde la monotonía de la extensa llanura apenas introduce
modificaciones apreciables de relieve- se caracteriza por su
uniformidad climática y la única diferencia digna de mención es
la apárición de características de continentalización conforme se
avanza hacia el este, manifestadas en la mayor oscilación térmica y en el descenso de la pluviosidad anual. Pero, de hecho,
estas condiciones de continentalización no resultan apreciables
sino ya a la altura de Ecija, y sobre todo, dentro de la provincia
de Córdoba.
Dos características definen a esta comarca desde el punto de
vista pluviométrico: larga sequía estival y fuerte irregularidad
interanual, e intranual; es decir, la irregularidad existe en los
totales pluviométricos registrados unos y otros años, y también
en la variabilidad de la distribución dentro de cada año. Así, ^n
(2) Para el estudio de la climatología de Carmóna hemos hecho uso de
Madrid Calzada, R. M., El aeropuerto de Sau Pablo de Sevilla (ejemplar mecanografiado, Tesis de Licenciatura de la Universidad de Sevilla, 1973, 297 folios).
Ministerio de Agricultura; Mapát provin^ialet de tuelo,r, Sevilla. Madrid, 1975,
282 páginas.más apéndice cartogáfico, págs. 57-91. Y la elaboración propia de
los datos pluviométricos de la estación de Cazmona en el decenio 1951-60, a
fin de que fuesen referidos al mismo decenio elaborado en el Mapa Provincial
de suelos.
22
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23
la estación meteorológica de Carmona y en el decenio 19511960, las precipitaciones más bajas se registraron en 1954
con un total pluviométrico de 281 milimetros, y las máximas se
obtuvieron en 1960 con 1.138 milímetros. Por lo que respecta
a las flucruaciones de las precipiraciones a lo largo del decenio
puede esrudiarse su irregularidad a partir de la figura 4.
En la gráfica puede apreciarse que lo único constante es la
total ausencia de precipitaciones en los meses de julio y agosto,
especialmente en julio, ya que, en el decenio 1951-60, hay tres
años en los que se ha registrado una precipitación apreciable en
el mes de agosto. Por otra parte, todos los meses comprendidos
entre octubre y abril han recibido algún año la máxima pluviosidad, pero ello no es óbice para que otro año apenas si haya
llovido. Así en enero de 1955 se registraron 161 milimetros de
precipitación, y en 1957, únicamente 16 mílimetros. En febrero
de 1960 cayeron 246 milimerros, y en 1958, 4 milimetros tan
sólo, etc.
Teniendo en cuenta todas estas irregularidades, la pluviosidad media anual de la estación de Carmona es de 576 milimetros, y los valores de las estaciones circundantes, para el mismo
decenio, oscilan entre los 600 milímetros del aeropuerto de
Sevilla y 599 en Cantillana, hasta 497 milímetros en Ecija y 468
en Marchena. Hay, pues, un descenso del total pluviométrico
en dirección sureste, dirécción opuesta a la de los vientos
dominantes que son del suroeste (3)•
Las primeras precipitaciones comienzan a caer de forma
regular a finales de septiembre-primeros días de octubre, aunque hay años que se atrasa considerablemente, y se mantiene el
período de Iluvias hasta finales de marzo-comienzos de abril,
con un mínimo en los meses de enero y febrero: En mayo
comienza un largo período de sequía producido por el desplazamiento hacia el norte del centto permanente anticiclonal de
las Azores. La diferencia de pluviosidad es tal entre el invierno
y el verano que en los siete meses comprendidos entre octubre
(3) En el aeropuer[o de San Pablo y para el período 1952-1970, Madrid
Calzada ha calculado que, [ras el claro predominio de los vientos en calma
(38,1 ^^), los vientos más frecuentes son de suroeste con un 15,4 por 100.
Madrid Cal7ada, R. M., op. rit., pág. 50.
24
y abril caen el 88 por 100 del total de las precipitaciones,
mientras q ue los cinco meses restantes sólo reciben el 12 por
100 (fig. 5 ).
Esta sequía estivaí cobra aún mayor significado -significación de carácter negativo de cara a la actividad agrícola- si se
toma en consideración las elevadas temperaturas que se soportan en dichos meses. Las temperaturas medias de julio y agosto
alcanzan los 27° y 28°, pero . es frecuente que en algunos días
se superen los 40° de máxima. Durante 105 días al año, com-
FIGURA 5
Distribucióñ media de las precipitaciones en Catmona
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80
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70
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30
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10
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Mayo
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1951-1960
25
prendidos entre abril y octubre, se alcanzan los 30° C de máxima (4).
En las dos estaciones meteorológicas más cercanas a Carmona, con información térmica completa del decenio 1951-60,
las temperaturas medias mensúales fueron las siguientes (5):
Aerop. Sau Pablo
E ne ro
Febrero
Marzo
Erija
10, 2
11,2
` 13,9
10, 3
11,2
i4,2
16
20,2
23,9
16,2
20,5
24,8
Julio
Agostó
Septiembre
26,9
27
24,4
28
27,5
25,3
Octubre
19,2
19,6
Noviembre
Diciembre
Media anual
14,6
11
18
14,5
11,2
18,6
Abril
Mayo
Junio
^
Fuente: Minisrerio de Agriculcura. Mapat Provinria4r de Suelot. Sevr!!a.
Las temperaturas son ligeramente superiores en Ecija, más
al interior, que en el aeropuerto de San Pablo. Las diferencias
se dejan sentir más claramente en los máximos estivales, un
grado de diferencia, que en los mínimos invernales, una décima
tan sólo.
En invierno las temperaturas son realmente benignas. La
media del mes más frío no baja de 10° C, aunque existe riesgo
de helada en los meses de diciembre, enero y febrero, pues con
relativa frecuencia las temperaturas noccurnas caen por debajo
(4) Drain, M., Lhenaff, R., y Vanney, J. R., Le.r Ba.r Guadalquivrr. lntrodurtion Géographiyue. Publications de la Casa de Velázquez, Ed. E. Boccard, París,
1971, 124 páginas, en pág. 12.
(5) No disponemos de una serie regular y completa en la esraEión de
Carmona.
26
de 0° C. Este riesgo de helada, desde el punto de vista agronómico reviste mayor importancia en el mes de febrero, pues
durante el día se alcanzan temperaturas relativamente altas, y
por lo tanto; el desarrollo vegetativo se ha iniciado ya.
Pero en conjunto, las bajas temperaruras no suponen un
obstáculo para el desarrollo de los cultivos, y la duración del
período vegetativo supera los 320 días en toda la comarca (6).
Las limitaciones más graves al cultivo vienen impuestas por la
asociación de altas temperaturas y ausencia de precipitaciones
en el largo período estival, asociación qúe se traduce inexcusablemente en una elevada evaporación.
En la figura 6 se ha representado el balance hídrico de la
estación dP Carmona y en la 7, el de las estaciones más representativas que circundan su término. En todos ellos, con ligéras
variantes, se manifiesta la misma realidad: el almacenamiento de
agua se inicia en octubre-noviembre, ya que las primeras aguas
caidas se evaporan casi de inmediato. Siempre a partir de
enero, y en algunas estaciones meteorológicas ya en el mes de
FIGURA 6
Balance hídrico en la estación dé Cazmona
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E..•d••p d• asva.
^ Uso d• 6 r•.•r.a d• aqvn.
Dslidr d• ogva.
Con.ritv.ién d• la nv.ra d• apvo.
(6) Ministerio de A^ricultura,.op. rit., pág.67.
27
FIGURA 7
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Balance hídrico en las estaciones circundantes a Carmona
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diciembre, se llega a un exceso de agua, siruación que hace
impracticable los caminos y el suelo aparece totalmente eñcharcado, especialmente el arcilloso. Con la disminución de precipitaciones a partir de abril y el aumento de temperaruras se hace
preciso recurrir a la reserva de agua del suelo. La total ausencia
de precipitaciones y la fuerte evaporación provocan que, a
parrir del mes de junio, agotadas las reservas, por todas partes
se deje sentir la falta absoluta de agua, y los suelos arcillosos se
endurecen y resquebrajan, abriéndose en grietas de hasta 25
centímetros de anchura.
Así, el largo período de sequía estival es el máximo obstáculo que existe en la Campiña para el desarrollo de la agricultura, y sólo en la medida en que los suelos sean capaces de
retener agua, podrá ser paliado, en mayor o menor grado, este
inconveniente de la agricultura tradicional de secano.
Una topografía esencialmente llana
La historia geológica de Carmona es la historia de la Depresión del Guadalquivir. Todo el territorio comprendido entre
Sierra Morena al noroeste y las cordilleras Béticas al sureste,
han sufrido una 'misma evolución geológi ^á.
No no^ parece oportuno entrar aquí en hacer una descripción detallada de la del espacio carmonense, en primer lugar
porque no puede decirse que posea una hi• toria geológica propia, sino enmarcada en un conjunto más amplio, en segundo
lugar, y sobre todo, porque nuestro interés se centra más en las
consecuencias agronómicas del relieve que en las génesis del
mismo. ^
La Depresión del Guadalquivir es una llanura de formación
muy reciente. Ia deposición miocénica -por su gran potencia,
próxima a los 3.000 metros en algunos sectores- es el evento
geológico más relevante; pero es a partir del Plio-Pleistoceno
cuando la llanura adquiere su acrual fisonomía. Se organiza la
red fluvial que hoy recorre la Depresión, se inicia la excavación
de los blandos depósitos terciarios, y sólo los más duros --^alizas y areniscas de los Alcores- han resistido a esa fase de
desmantelamiento. Se prosigue, por otra parte, la colmatación
del estuario del Guadalquivir, y, en general, se asiste a la última
29
fase de modelación del relieve. Finalmente, los cambios climáticos cuaternarios han tenido una importancia decisiva al dar
lugar a la formación de las terrazas de los ríos, sobre "todo las
del Guadalquivir.
En fun^ión de su reciente constitución, en el espacio carmonense hay un claro predominio de los terrenos diluviales y
aluviales cuaternarios, mientras que los terrenos más antiguos
están representados por un pequeño afloramiento de margas
paleógenas (figura 8).
Los afloramientos terciarios cubren el 27 por 100 de la
superficie de Carmona, y se localizan preferentemente formando franjas longitudinales al este del río Corbones; hay unas
manchas aisladas al sur, y también son terciarios los terrenos
que constituyen el reborde del Alcor.
Con la exclusión de uá pequeño afloramiento de margas y
calizas margosas blancas datadas en el Eoceno Superior, y que
actualmente se tiende a retrasar al Oligoceno, todos los terrenos terciarios existentes en el término de Carmona pertenecen
a la deposición miocénica. Dentro de ésta, las más antiguas son
unas manchas de mediana extensión al sur del término, que
reciben el nombre de albariza.c, o también el de moronita,r
(Burdigaliense) (7). En superficie, las albarizás se traducen en
lomas de suave pendiente, con altitudes que oscilan entre 120 y
180 metros. Habirualmente aparecen cubiertas por olivares,
contrastando cón los campos de cereales que se extienden por
las zonas bajas.
Areniscas y margas azules tortonienses constituyen el reborde del Alcor. Forman una estrecha franja longitudinal, primero con dirección suroeste-noreste -la dirección del escarpe
de los Alcores- hasta los llanos de la Ranilla. A partir de ahí
toma una dirección claramente sur-norte, hasta que, en la confluencia del río Corbones con el Guadalquivir, desaparece bajo
los terrenos aluviales de reciente sedimentación.
(7) «Las moronitas, en sentido estricto, están formadas por arcillas blancas
bien estratificadas y muy ligeras, con abundantísimas diatomeas.En muchos
puntos, sin embargo, admiten intercalaciones de margas, de niveles detríticos y
de calizas organógenaz.» IGME, Mapa Geotógico Nacronal, E.rcala 1:200.000,
hoja 82, memoria earplicativa, pág. 20.
30
FIGURA 8
Mapa geológico de Carmona
31
A la derecha del Corbones afloran igualmente esas mar^s
tortonienses en franjas que presentan la misma dirección que el
río. La acción de desmantelamiento del Corbones y orros ríos,
de mayor potencia erosiva en períodos cuaternarios más pluviosos que el actual, ha provocado el afloramiento y conservación
de estas capas relativamente duras.
Finalmente, son también miocénicas las ateniscas y calcarenicas (Saheliense) que conscituyen la parte alta del Alcor. Parece como si la erosión hubiese destruido ya esta capa en el
frente del Alcor.
EI resto de los terrenos comprendidos dentro de Carmona,
más del 70 por 100, son claramente cuaternarios. Se distingue,
en primer lugar, una amplia zona de terrenos villafranquienses,
al norté, y sobre todo noroeste del término. Estos se caracterizan por la presencia de limos arcillosos, cantos rodados y gravas, asociados a costras calcáreas.
Cubriendo el extremo noroeste del término se localiza una
terraza diluvial, bien diferenciada de los anteriores terrenos por
la ausencia de las costras calcáreas, y por la presencia de un
conglomerado de base de cemento calizo.
Por último, los terrenos aluviales corresponden a la terraza
actual del río, y está constituida básicamente por limos, cantos
rodados y gravas. Pero lo que los define con mayor nitidez es
que, junto a no existir en ella costras calcáreas, tampoco se
observan cementaciones, con lo que quedan perfectamente diferenciados de la terraza pleistocénica.
E1 relieve, dado el predominio de las rocas blandas y deleznables de reciente sedimentación; se caracteriza por las formas.
suaves y de escasa pendiente. La amplia y baja Ilanura aluvial,
situada a pocos metros sobre el nivel del mar, le da al paisaje
un aspecto de monotonía y planitud. En él sólo destacan algunas colinas y lomas blanquecinas miocénicas, escasamente ondulantes, y apenas hendidas por los pequeños arroyos que de ellas
descienden.
La planitud del relieve puede observarse en la figura 9: la
mayor parte de la superficie topográfica se sitúa por debajo de
los' 100 metros de altitud absoluta. EI terreno se va elevando
muy suavemente hacia el incerior, y al este del río Corbones se
32
FIGURA 9
Topografía e hidrografía de Carmona
33
supera de manera uniforme los 100 metros, estando situado el
punto más alto a 169 metros.
^
A1 Oesce del río Corbones se alcanzan los 100 meuos en
esas lomas y colinas de las que ya hemos hablado, que corresponden a albarizas miocénicas (Aquitaniense), y por supuesto,
en la línea del Alcor, el único cone brusco en medio de este
paisaje monotanamente llano.
Los Alcores aparecen como una estrecha franja de tierras
elevadas en medio de la llanura aluvial. Tiene un recorrido de
30 kilómetros de longitud con clara dirección suroeste-noreste.
Se inicia en Alcalá de Guadaira, donde ni siquiera alcanza
los 100 metros y adquiere el máximo desarrollo en anchura (unos 6 km); conforme se camina hácia el noréste, el
Alcor se estrecha y gana en altura hasta alcanzar los 253 metros, punto donde se encuentra emplazada la ciudad de Carmo na.
Por la posición descentralizada que ocupa la curva de nivel
de los 200 metros, se infiere que el descenso del Alcor es
abrupto y con fuerte pendiente (8) hacia el sur, mientras que
desciende suavemente hacia el ñone hasta llegaz a confundirse
con las terrazas del Guadalquivir.
EI Alcor se comporta como línea divisoria de agua entre el
Guadalquivir y sus afluentes. La red de drenaje, constituida en
su mayor parte por arroyos de poca importancia que se secan
en los meses estivales, se organiza en tres cursos fluviales:
Guadaira y Corbones, ambos afluentes del Guadalquivir, o directamente a este río (9). La zona al norte del Alcor drena
directamente hacia la arteria principal, aunque actualmente los
arroyos mueren en el Canal del Bajo Guadalquivir. De todos
ellos, el único que reviste una cierta imponancia es el Azanaque, en el extremo oriental del término.
(8) Debe entenderse la expresión « fuerte pendiente» en cérminos relativos,
ya que toda la zona es prácticamente llana y sólo se alcanza el 3 por 100 de
pendiente. En el Alcor la pendiente es de un 15 por 100 aproximadamente.
(9) Paza una descripción más completa, véase Revenga Carbonell, A.,
«Contribución al estudio . de la hidrogafía de la Península Ibérica. Perfiles
longitudinales de los ríos Corbones y Guadaira y de sus principales afluentes».
E.rtudiar Geográfico.c (a paztir de ahora, E. G.), níun. 38 (1950), págs. 5-25.
34
Corbones y Guadaira son dos afluentes de. la mazgen izquierda del Guadalquivir. Esto significa que son ríos que nacen
en las estribaciones subbéticas, con largo recorrido por terrenos
terciarios y con esca ^a pendiente.
El Guadaira nace en la sierra de Pozo Amargo en los limites
de las provincias de Cádiz y Sevilla. Atraviesa a esta última en
dirección sureste-noroeste hasta desembocaz en el Guadalquivir
al sur de la ciudad de Sevilla. Interesa al término de Carmona
únicamente en un corto tramo en su limite meridional, pero
recibe las aguas dé numerosos arroyos nacidos en el rebórde
del Alcor y en las lomas miocénicas que se elevan en medio de
la Ilanura, y que actúan como línea divisoria de aguas con el río
Corbones.
.
EI Córbones es el principal río que recorre el término de
Carmona. Nace en la serranía "de Ronda y atraviesa lá provincia
de Sevilla en dirección sureste-noroeste hasta desembocar en el
Guadalquivir cerca de Alcolea del Río. Así pues, atraviesa de
sur a norte todo el término de Carmona y recibe el aporte de
las aguas de pequeños arroyos nacidos en la zona más oriental
del Alcor o en las pequeñas eleva•iones que existen a ambos
lados de su curso.
No queremos dejar una impresión errónea que haga pensaz
que la Vega de Carmona es una zona bien drenada. La perfecta
planitud de la misma, cuando no una topografía cóncava, dificulca la circulación del agua, y si a ello se une que las moronitas
son rocas impermeables. y que el fondo de. la llanura está
constituido básicamente por un suelo vertisol, arcilloso, resulta
que en invierno la Vega se convierte en un verdadero fangal,
especialmente en las zonas más bajas y donde no está claramente definida la línea divisoria .entre el Guadaira y el Corbones.
La importancia de los suelos
A1 hacer el comentario climático de la zoná, advertimos que
el mayor inconveniente con el que tropezaba el desarrollo de la
agricultura en toda la zona, era la lazga duración del período
estival con altas temperaruras y auseticia absoluta de precipitaciones. De tal forma que un factor determinante a la hora de
35
hacer la valoración agronómica será, dentro de las cualidades de
los distintos suelos, su capacidad de retención de agua.
E1 mapa provincial de suelos distingue los siguientes tipos
dentro del término municipal de Carmona (10):
CUADRO I-1.
TIPOS DE SUELOS EN CARMONA
Y SU SIGNIFICACION PORCENTUAL
Entisol .. . . ... . .... :.
2,74
Vertisol .. ...........
30,25
Inceptisol . . . . . . . . . . .
Molares .. . .... .. .. ..
Brenes ..............
63,69
^
Alfisol ... . .... .. .. . .
3,62
0,60^/0
2,14
Paradas .............
2,19
Ecija ................
Carmona .. . .. ... .. ..
13>09
14,98
Guadaira . . . . . . . . . . . .
2,14
Campana . . . . . . . . . . . .
Fuentes de A. . ......
7,90
18,99
Arahal ..............
3,02
Lantejuela ...........
0,44
Saltillo . . .. .. . . .. . ...
30,90
Luisiana . .. . . .. . . .. ..
0,33
Alcores .............
3,29
Se distingue pues, trece tipos diferentes de suelos. Pero no
se debe sacar la impresión de que existe runa gran complejidad
edáfica en Carmona. De hecho, la mayor parte de los suelos
cubren pequeñas extensiones superficiales, y solamente cinco,
ocupan el 86 por 100 del término.
Además se aprecian una serie de características comunes a
todos los tipos de suelo, o a la mayor parte de ellos, que dan
una gran homogeneidad a la zona.
(10 En la exposición de este apartado hemos seguido fundamentalmente:
Ministerio de Agicuhura, op. cit., también, Centro de Edafología y Biología
Aplicada del Cuarto, Ertudio agrobiológico de la Provincia de Sevil/a, CSIC, Sevilla,
1962, 173 páginas más apéndices cartográficos. Y para las cuestiones generales, Cruickshank, J. G., Soilr Geography. David and Charler. Newton Abbót, 1972, 256 páginas.
36
En primer lugar, cabría destacar su carácter xérico, determinado por las condiciones climáticas. Por la alternancia de periodos húmedos y secos, todos los tipos de suelo, excepción hecha
del suelo «Paradas», han adquirido ese carácter xérico.
Otro rasgo común, en función de la topografía, es la poca
importancia de las pendientes. Si excluimos el suelo «Ecija»,
presente en el escarpe de los Alcores, en el resto de los suelos
no se supera el 10 por 100 de pendiente, e incluso en algunos
de ellos la topografíá es cóncava. Este hecho adquiere una gran
importancia porque, como son suelos intensamente cultivados,
el peligro de erosión podría ser grande. Sin embargo, debido a
la casi ausencia de pendientes, el riesgo de erosión es pequeño.
Otra característica común es que no poseen rocosidad
ni pedregosidad alguna, cualidades que facilitan en gran manera
las labores agrícolas.
Como deciamos más arriba (véase también la figura 10), hay
cinco suelos que ocupan el 86 por 100 de la superficie del
término de Carmona. Estos cinco suelos son los denominados
«Saltillo» , «Fuentes de Andalucía» , «La Campana» , «Carrnona»
y«Ecija», rodos ellos incluidos en los ordenes inceptisol y
vertisol. Así pues, las características y peculiaridades de dichos
suelos, son las que definen edáficamente la superficie de Carm o na.
Los verti.role.r, son suelos desarrollados sobre la base de un
material originario con alto contenido en arcilla, especialmente
arcilla montmorillonítica, de tipo expansivo. De su alto contenido en arcilla, junto al hecho de q ^ e se dan en un clima
subhúmedo de latitudes medias, donde alternan periodos húmedos y secos, derivan la mayor parte de sus características.
Esta combinación, se traduce en tierras encharcadas e impracticables en invierno; y terrenos secos, polvorientos y agrietados
en verano.
Dentro de las características positivas, hay que destacar su
elevada capacidad de retención de agua y su alto grado de
cambio. Puedé decirse que el hidromorfismo es el carácter
edáfico más acusado de los venisoles y la capacidad de retención de humedad permite los cultivos de verano. En cuanto a
su capacidad de cambio, está valorada en un 42 por 100
(cuando lo normal es de un 12 a un 14 por 100). Esto significa
37
FIGURA 10
Mapa de suelos
38
que aunque son suelos pobres en contenido orgánico (de un 2 a
un 5 por 100), pueden recibir y transformar grandes dosis de
abonado.
Entre los mayores inconvenientes de estos suelos, no hay
que olvidar que son pesados de trabajar y que precisan de
tractores de cadena para el laboreo en profundidad. Además se
desencadena un proceso acumulativo: debido a lo prolongado
de la estación seca, es necesario realizar labores profundas (11),
y como consecuencia de este laboreo en profundidad, aumenta
el contenido arcilloso, la texrura del suelo se hace más pesada,
y por tanto, más difíciles de trabajar.
En resumen, son suelos ricos y fértiles, los más preciados de
toda Andalucía, y que aquí reciben el nombre de «bujeo».
Ahora bien, estos suelos, magníficos en secano, serían difícilmente practicables en regadío, debido a su textura excesiva=
mente arcillosa.
Atendiendo a las diferencias que existen entre los dos vertisoles más extendidos en Cazmona, el suelo «Ecija» se caracteriza, en primer lugar, por su pendiente moderadamente escarpada, cuyo efecto más importante es la erosión -hasta cierto
punto preocupante- a la que está sometido, agravada por la
intensidad del cultivo. En cuanto a su perfil, presenta un desarrollo de unos 60 centímetros con horizonte Ap Bv, calizo en
superficie.
En cambio, el suelo «Carmona» se caracteriza no sólo por
tener un relieve totalmente Ilano, sino incluso cóncavo. Ello
anula la erosión, pero también dificulta el drenaje. Preseñta un
perfil muy desazrollado en profundidad, hasta un metro, ^ on
horizonte Ap Bv C. Es uno de los típicos suelos de bujeo, de
los más preciados de la comarca.
Los incepti.role.r, -aparte de tratarse de suelos que poseén un
grado similar de desazrollo incipieñte, y que suelen presentaz
un horizonte A(B) C-, no presentan unas características comunes tan bien diferenciadas como los vertisoles. Además
como pueden haberse desarrollado sobre terrenos de naturaleza
(11) Precisamente los vertisoles xererts se cazacterizan porque, a pesar de la
larga estación seca, no se secan por debajo de los 50 centímetros de profundidad.
39
geológica muy ,diferentes, su valoración agrológica dependerá
del material originario del que proceda. Así pues, no puede
hacerse una valoración global de todos ellos.
EI suelo «Fuentes de Andalucía» presenta grandes analogías
con los vercisoles, precisamente por la presencia en él, aunque
en baja proporción, de arcillas montmorilloníticas (de ahí su
calificación como vértico). E1 material originario son marga^
amarillas del Mioceno Medio sobre las que se deposicó, con
posterioridad, una capa caliza. Ello va a dar un suelo calizo
arcilloso. Tiene un perfil similar al del suelo «Carmona», pero
menos desarrollado en profundidad, con horizonte Ap Bv.
Es asímismo, un suelo de excepcional calidad, califi •ado
localmente como suelo de bujeo. La diferencia más apreciable
con el suelo «Carmona», es su mayor contenido calizo y la
menor proporción de arcilla. Como consecuencia resulta un
suelo menos difícil de trabajar, y cabe la posibilidad de introducir el regadio en él.
El suelo tipo «Saltillo» es el más extendido, con diferencia,
en Carmona. Ocupa todo el cuadrante noroccidental,, y es curioso que el límite de este suelo actúa en algunos tramos
como límite del término municipal.
El suelo está desárrollado sobre las terrazas diluviales del
Guadalquivir. E1 material originario lo constituyen arenas, limos, arcillas, costras calizas y cantos rodados. Como consecuencia de esta amalgama, la calidad agrológica del suelo es muy
variable, en función de la mayor o menor presencia de unos y
otros elementos. En cualquier caso, la mayor proporción de
gravas y cementaciones provocazá siempre una disminución de
sus posibilidades agronómicas.
El suelo «Saltillo» puede alcanzar un desarrollo en profundidad de hasta unos 60 centímetros, y presenta un perfil de tipo
Ap Bca Ccá, con alto contenido calizo los horizontes B y C.
Esto lo hace muy apto para el cultivo del olivar, y de hecho ha
sido la zona olivarera tradicional de Carmona. A1 mismó
tiempo, por su textura arenosa, ligera y fácil de trabajar es, de
los cinco suelos de mayor extensión en Carmona, el más apto
para ser puesto en riego. Los recientes avañces del regadío se
han efectuado precisamente sobre este tipo de suelo (mención
aparte del tipo «Alcor»).
40
Finalmente, el suelo «La Campana» presenta algunas similitudes con el anteriormente descrito, pero es de calidad agrológica sensiblemente inferior. Se extiende también sobre materiales diluviales con predominio de arenas y limos. Se da, como en
el «Saltillo», una gran mezcla de materiales: cantos rodados,
capas de arcillas, étc., que influye en la mejor o peor calidad
del suelo. Pero el hecho diferenciador de este suelo es la
presencia de un horizonte gley a partir de los 30 centímetros,
lo que condiciona enormemente sus posibilidades de cultivo.
En el mapa próvincial se define al suelo «La Campana»
como suelo casi forestal. De hecho, ha tardado en roturarse, y
hasta época histórica muy reciente ha e ^tado cubierto de palmar
y monte bajo. Dehesas como las de Azanaque, Cerro Gordo 0
El Canto, (familiares para nosotros, entre otras, por su carácter
de tierras comunales en el Antiguo Régimen, que serán repartidas en suertes en el siglo XIX), se localizan precisamente sobre
este tipo de suelo. Todavía hoy se sitúan manchas de pastizalmatorral, con o sin arbolado, sobre el suelo «La Campana».
Limitaciones de carácter climático, compensadas por la topografía y por la calidad de los suelos, son, a nuestro entender,
las'palabras que mejór resumen la valoración que desde el
punto de vista agronómico merece el medio natural del término
•
de Carmona.
Limitaciones climáticas. No por bajas temperaturas invernales, sino por la existencia de una larga estación estival donde se
combinan altas temperaturas con ausencia total de precipitaciones. En virtud de estos rasgos, la zona adquiere caracteres de semiaridez en los meses de verano y supondría un
verdadero freno al desarrollo de las actividades agrícolas de no
ser por la presencia, muy extendida, de suelos ar • illosos con
una gran capacidad de retención de la humedad. .
Esa elevada capacidad de retención de agua por parte de los
vertisoles, «bujeos» en la terminología local, los ha convertido
en suelos especialmente apreciados. Así, los denominados
«Fuentes de Andalucía» y«Carmona», junto a los suelos de
terraza aluvial («Brenes» en el mapa provincial de suelos) son
actualmente los suelos más ricos de la provincia dé Sevilla.
No tienen limitación • alguna de cultivo, admiten plantas de
41
verano en secano, y, en consecuencia, se encuentran sometidos
a una intensa explotación.
Suelos de calidad agrológica inferior, como pueden ser los
suelos «Saltillo» de la terraza diluvial, o los suelos calizos
«Alcores», pero aptos para el cultivo en regadío, están siendo
objeto de una profunda transformación, y por tanto, han adquirido una mayor valoración económica.
Así pues, todo el término de Carmona, quizás con la excepción de los suelos «La Campana» (menos de un 8 por 100 de la
superficie) está constituido por suelos de buena o excelente
calidad agrícola.
3.
LOS HECHOS HUMANOS
Algunos acontecimientos histórico^ relevantes
No vamos a remontarnos a los inciertos orígenes de la
fundación de la villa de Carmona, que hay quienes la retrasan
nada menos que a la dispersión de los constructores de la Torre
de Babel (12). Ni tampoco a sus orígenes ciertos, que atribuyen
la fundación de Carmona al pueblo turdetano, pues cuando la
dominación romana esta villa poseía ya una cierta reputación
como fortaleza militar.
^
En cambio, sí es oportuno conocer los sucesos históricos
acaecidos en torno a Carmona a partir de su conquisra por las
tropas del rey Fernando III, por cuanto que estos sucesos van
a tener una especial resonancia en la propiedad, así como en
otros elementos de la estructura agraria que en este trabajo se
analizan.(13).
(12) Cfr. Fernández López, M., op. ^it., pág. 3.
(13) Para el conocimiento de la situación de partida en el medievo, nos
hemos servido fundamentalmente de González Jiménez, M., Carmona a jrne.r de
!a Edad Media (1464-1523). Excelentísima Diputación Provincial. Sevdla, 1973,
358 páginas. Y también del mismo autor, «Aporcación al estudio de los señoríos andaluces: el caso de Carmona», en Homenaje al profe.ror Carriazo, Publicaciones de la Universidad, Sevilla, 1973; 3 vols.; en vol. III, págs. 39-61. Y«EI
libro del Repartimiento de Cazmona» ( pendiente de publicación en Homenaje a!
profe.tar Hernández Díaz).
42
Desde su ocupación por Fernando III en 1247 -ya que no
puede hablarse de conquista, porque los moradores de Carmona se entragaron pacíficamente al rey cristiano- a la villa se
le concede la condición de realenga y se le dota de un término
inmenso. En 1255 se realizó el amojonamiento de sus lindes;
en e ^ te momento se le adjudicaron a Carmona las tierras que
actualmente constituyen los términós municipales de la propia
Carmona, Mairena del Alcor, El Viso del Alcor, La Campana y
Fuentes de Andalucía. Y aunqúe la correspondencia no es totalmente perfecta con las superficies actuales, ello supondría un
alfoz de 1.290 kilómetros cuadrados.
La presión de la nobleza para obtener tierras en la rica y
fértil Carmona se realizó en una doble vertiente. Por una parte,
obteniendo concesiones reales, que recortaron el patrimonio
territorial de la villa. Por otra, adquiriendo tierras dentro del
término de la misma.
En 1345 se llevó a cabo la primera amputación del territorio
carmonense, pues el rey Alfonso XI concedió, a don Pedro
Ponce de León, el señorío de Mairena y se le adjudicó un
término que, en líneas generales, coincide con el que actualmente posee. Poco después, en 1371, Enrique II le concedió el
lugar de EI Viso a la viuda de don Gonzalo Mejía. Carmona se
opuso a la concesión de un término a este lugar, pero finalmente tuvo que resignarse y cederle un término de «media
legua a la redonda».
Más grave fue el caso de Fuentes, lugar donde en 1378 se
otorgó un mayorazgo a don Alfonso Fernández de Fuentes,
pero con la declaración expresa de que el mayorazgo estaba
constituido únicámente por el caserío y el castillo, y en 1416 se
reiteraba que el mayorazgó no poseía término alguno. Sin embargo, ello no fue óbice paza que los señores de Fuentes
ocupasen y roturasen cada vez más tierras y extendiesen su
jurisdicción a una amplia zona. Los litigios entre los señores de
Fuentes y Carmona fueron continuos y finalmente la villa real
terminaba cediendo, despúés de sufragar costosos pleitos. En
estos momentos la supremacía del poder señorial era incuestionable.
Junto a las concesiones de señoríos y mayorazgos que supusieron la redu•ción del término de la villa de Carmona, la
43
Nobleza, y también la Iglesia, adquirieron tierras en las fértiles
campiñas cerealísticas: «Nobles, funcionarios, caballeros, monasterios, hospitales, cabildos catedralicios, eclesiásticos invirtieron sus rentas en Carmona, comprando cuantas tierras pudieron a pesar de la prohibición de vender tierras a gente de fuera,
especialmente a`ninguna persona poderosa ni persona de religión ni a yglesia ni monasterio'» (14).
La prohibición pesaba desde la redacción del mismo Fuero
de Carmona en 1248, donde se indicaba expresamente que no
se vendiesen heredades a las órdenes militares. Sin embargo, las
prohibiciones legales deberían poseer poco peso efectivo, pues
en el.mismo repartimiento de Carmona (1255) se le respetaron
a las Ordenes Militares 58 yugadas de tierra de labor, 60
aranzadas de viña y 28 aranzadas de huerta.
Lo cierto es que ya a finales de la Edad Media, gran parte
de las mejores tierras de pan llevar de Carmona se encontraban
en manos de la nobleza y el estamenro eclesiástico. Así, aunque
juridicamente el término de Carmona era de realengo, sin
embargo,•la posesión de sus tierras se encontraba de hecho,
en manos de los estamentos mencionados, y por tanto,
nobleza y clero son los detentadores del poder ieal, económico y social, en término y villa de Carmona. Esta situación hegemónica, como veremos en su momento, se mantiene,
e incluso se consolida y afirma, hasta finales del Antiguo Régimen por cuanto que en 1755 Iglesia y Nobleza, poseen la
mayor parte del terrazgo carmonense.
Formas de poblamiento y evolución
de la población
A pesar de los expolios sufridos como consecuencia de la
presión señorial, Carmona ha conservado hasta nuestros días
una superficie de ^considerable magnirud. Esté hecho, aunque
inicialmente no tenía por qué haberlo producido, ha influido
decisivamente en el poblamiento de la zona.
(14) González Jiménez, M., E! Concejo de Carmona..., op. crt., pág. 121.
44
No tenemos noticias de cuales eran las formas de poblamiento existentes hasta la llegada de los cristianos, pero,
cuando menos, parece que la densidad de población y la dispersión del habitat eran mayores que las que se van a dar a partir
de la conquista por las tropas de los reyes Fernando III y
Alfonso X.
Por lo que a Carmona respecta, en las capitulaciones que
firmaron el rey cristiano y la villa, a los moros se les respetó
sus propiedades territoriales y urbanas, y permanecieron en sus
respectivos lugares. Pero en 1264 los musulmanes de la Baja
Andalucía, apoyados por el rey de Granada, se sublevaron
contra el cristiano. Cuando un par de años después la revuelta
pudo ser sofocada, estos hombres se vieron forzados a abandonar las tierras que cultivaban. .
La impresión que se obtiene es que, ya a finales del siglo
XIII el campo se encontraba prácticamente deshabitado, y la
población concentrada en los grandes o medianos núcleos urbanos donde era más viable una defensa contra posibles ataques.
Concretamente el término de Carmona se debía encontrar sin
población dispersa alguna. Prueba de ello es que desde la villa
se intentaron algunas medidas repobladoras en las zónas limíirofes del término. Una de ellas fue el intento de repoblación de
la zona noroccidental, zona rica en pastos, totalmente abandonada, y de la que se aprovechaban los vécinos de otros pueblos,
como Palma y Lora del Río. Para evitar la ocupación efectiva de
dichos pastos y no perder la jurisdicción sobre ellos, Carmona
propulsó el poblamiento de esa zona con la creación de la aldea
de La Campana. En un principio, la población de La Campana
creció muy lentamente (34 vecinos en 1506, 29 vecinos en
1533), y cuando consiguió una cierta entidad se independizó de
Carmona (en tiempos de Felipe II, 1578 aprox.).
Asimismo, en el extremo suroccidental, en los límites con
Mairena del Alcor y Alcalá de Guadaira, también hubo un
intento repoblador en Pero Mingo, a finales del XV y comienzos del XVI. Pero el intento fracasó.
Así pues, desde sus orígenes, el poblamiento de Carmona se
caracteriza por la concentración de toda la población en un
núcleo central: la villa de Carmona, emplazada en magníficas
condiciones para su defensa, mientras que los campos se en-
45
cuentran casi despoblados, y ello incita aún más a la concentración de la población.
.
Analizando la situación acrual, resulta muy elocuente la reflejada por la figura 11. En ella puede comprobarse que las
dimensiones del término han actuado como un verdadero-íechazo de población fuera de sus límites. Da incluso la impresión como si los límites municipales de Carmona fuesen una
auténtica bazrera que impidiese el paso de la población, y los
grupos humanos se hubiesen siruado rodeando materialmente
esta barrera. De hecho, la realidad es que toda la población que
teóricamente debiera residir en el término ha sido atraida hacia
el único núcleo de población existente, y cuando surgió otro
núcleo, se separó administrativamente de Cazmona.
A este respecto, aunque expresado de una manera algo
simplificada, recordamos las palabras de A. Jouvin al efectuar el
viaje Sevilla-Córdoba, pasando por Carmona, Fuentes de Andalucía y Ecija: «Es cierto que en España se hacen algunas veces
jornadas de camino sin encontrar pueblos, pero es porque los
que se encuentran son tan grandes que equivalen a ciudades y
si se dividiesen en cino o seis partes para hacer otros tantos
publos sobre el camino, España no pasaría por ser un país sin
pueblos» (15).
Medida en términos cuantitativos la concentración de población, el Nomenclator de 1970 sólo daba dos lugares de
poblamiento dentro del término de Carmona, aparte del núcleo
principal: la estación de Guadajoz, al IVorte, y el, cortijó de
Azánaque, al Noroeste. Y sobre una población total de 24.378
habitantes, la diseminada se evalúa en 4.198 personas, es decir,
el 17 por ciento de la población total. Repetimos, pues, que
ésta no es una situación nueva, sino que ha sido la forma de
poblamiento tradicional de la zona.
Como contrapaztida, la villa de Cazmona ha albergado desde
siempre un importante contingente de población, que ha hecho
de ella una de las ciudades más importantes de la provincia de
Sevilla. La población total de Carmona ha evolucionado en los
(15) Jouvin, A., «El viaje de España y Portugal», en Gazcía Mercadal, J.
(recopilación, prólogo, rraducción y notas por), Viaje.r de extranjero.r por E.rpaña y
Portugal. Aguilar, Mádrid, 1962, 3 vols. en vol. II (siglo XVII), pág. 819.
46
FIGURA 11
Carmona y los núcleos de población próximos
47
siguientes términos, desde que tenemos no ^cias fidedignas de
ellos (16).
CUADRO I-2
EVOLUCION DEMOGRAFICA
DE CARMONA (1466-1975)
1466 (1)
1533 (1>
1587
1755 (2)
1840 (3)
1857
1860
1877
1887
1897
1900
1910
1920
1930
1940
1950
1960
1970
1975 (4)
8.048
8.756
9.216
12.320
15.121
18.799
20.074
17.349
17.459
17.478
17.215
18.855
22.095
22.267
24.876
27.115
28.216
24.378
21.548
Fuente: Mienvas no se indique lo convazio: DRAIN, M. «Monogafía de Población», en
E.rtudro geueral Jobre la eronomía de la provinria de Sevilla. Edición 1973.
(1) González Jiménez, M., El rourejo de Carmana..., op.rit.
(2) LRP. Ca[az[ro de Ensenada.
(3) Madoz, P., Dirrionario Geográjiro-Ertadhtiro-Hirtódro de Erpaña y ruJ pore.rianer de
ultramar.
(4)
Padrón de 1975.
(16) Fernández López simplifica bastante la cuesrión diciendo que la población de Carmona cuenta en los momentos que él escribe con 17.500 habitantes,
lo cual es correcto. Pero afirma que poco más o menos ésta era la población de
Carmona desde la época romana. Fernández López, op. crt., pág. 10.
48
A pesar de la disparidad de fuentes -la cual puede ser la
causante de las irregularidades observadas en el XIX- y de las
lagunas informativas paza algunós períodos -especialmente los
casi dos sigíos que median entre 1587 y 1755- se observa que
la población ha experimentado un ligero aumento hasta el sig1oXIX. De hecho, la tendencia de crecimiento positivo general estuvo acompañada por fases parciales regresivas, aunque no
aparezcan reflejadas aquí.
Ya en el siglo XIX la población inicia un lento despegue,
aunque tampoco son extrañas las situaciones de retroceso vinculadas, todavía, a las crisis de producción agrícola. Es a paztir de
1900 cuando la población experimenta un crecimiento decidido
y firme. Así entre 1900 y 1960, la población de Carmona pasa
de 17.215 individuos a 28.216, un aumento en rérminos absolums de 11.000 personas. De todas formas, el crecimiento real
se sitúa por debajo del. crecimiento vegetativo y oculta la existencia de una cierta corriente emigratória hacia la capital de la
provincia y hacia otras ciudades españolas. En el último censo,
1970, la población de Carmona ha disminuido, no sólo ya en
términos relativos, sino incluso en términos absolutos, pues ha
perdido 4.000 habitantes. La tendencia a la baja se ha visto
confirmada cinco años más tarde con una pérdida absoluta de
2.830 personas, que en términos relativos supera incluso la
experimentada en el decenio 1960-1970.
A1 comportarse la población de Carmona como una población emigrante, define a esta villa como rural. Con ello querernos decir que, a pesaz de la cercanía de la ciudad de Sevilla, a
pesar de que se encuentra bien comunicada con la capital provincial, por cuanto que la carretera nacional IV para por Carmona, a pesar, repito de que ya empieza a pensarse en Carmona como ciudad-dormitorio de Sevilla (y de hecho la emigración diaria Carmona-Sevilla está progresivamente creciendo),
Carmona era hasta el año 1960 un municipio rural, al que no
ha afectado el crecimiento urbanó de la capital. Su población
activa continuaba masivamente empleada. en el sector primario
(63 por 100; frente a un 58 por 100 de activos primarios en
toda la provincia de Sevilla, con exclusión de la capital), y su
economía era, fundamentalmente una economía agrícola. Así
pues, al desencadenarse el éxodo rural, con el despegue eco-
49
nómico de los años sesenta, Carmona se integra de lleno en esa
corriente migratoria que afectó a los municipios rurales, de
forma más intensiva. Desde el punto de vista poblacional, Carmona había evolucionado poco desde el siglo XVIII a la
década de los sesenta.
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