Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados. BIB

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Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados.
Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados.
BIB 2008\1963
Antonio V. Sempere Navarro. Director de la Revista Aranzadi Social
María Areta Martínez. Secretaria de la Revista
Publicación: Aranzadi Social num. 10/2008 (Tribuna).
Editorial Aranzadi, SA, Pamplona. 2008.
SUMARIO
- 1.- Las nuevas normas
- 2.- El viejo problema y la novedosa relación
- 3.- Una sumaria valoración técnica
- 4.- Características del contrato laboral de Abogacía
- 5.- El contrato especial de Abogacía
- 6.- Peculiaridades en el contrato especial de Abogacía
- 7.- Apunte final
1- Las nuevas normas
Aunque con desprecio a las más elementales exigencias de la seguridad jurídica, la
Ley
22/2005, de 18 noviembre ( RCL 2005, 2253) , creó la relación laboral especial de Abogacía
2
y poco después la LPGE/2006 clarificaba su alcance en materia de Seguridad Social
. Tras
esas dos intervenciones legislativas de finales de 2005, replicadas por sendas Resoluciones
3
en materia de Seguridad Social
, el mundo de la abogacía se inquietó por la suerte jurídica
que tendría un tema en el que muchos Letrados se ven directa o indirectamente afectados: la
vinculación existente entre quienes desarrollan esa profesión por cuenta de otros colegas. La
Ley 22/2005 concedió al Gobierno un plazo máximo de doce meses desde su entrada en
vigor (Disposición Final Séptima) para que regulase mediante Real Decreto la relación laboral
4
especial que acababa de crear a través de su Disposición Adicional Primera
.
1
1 La severa censura que merece la ubicación del precepto deriva de que la
Ley 22/2005, de 18 de noviembre (
RCL 2005, 2253) , incorpora al ordenamiento jurídico español diversas Directivas Comunitarias en materia de
fiscalidad de productos energéticos y electricidad y del régimen fiscal común aplicable a las sociedades matrices
y filiales de Estados miembros diferentes, y se regula el régimen fiscal de las aportaciones transfronterizas a
fondos de pensiones en el ámbito de la Unión Europea (BOE núm. 277, de 19 de noviembre). Como se observa,
la materia nada tiene que ver con la creación de la relación laboral especial en cuestión.
2 Conforme a la Disposición Adicional Septuagésima de la
Ley 30/2005, de 29 de diciembre ( RCL 2005, 2570 y
RCL 2006, 672) , de Presupuestos Generales del Estado para el año 2006 (BOE núm. 312, de 30 de diciembre
de 2005; Corr. Err., BOE núm. 76, de 30 de marzo de 2006 y núm. 81, de 5 de abril de 2006), los abogados que
ejerzan la profesión como socios en régimen de asociación con otros, estarán, en lo que se refiere a la Seguridad
Social, a lo establecido en la Disposición Adicional Decimoquinta de la
Ley 30/1995, de 8 de noviembre ( RCL
1995, 3046) , de Supervisión y Ordenación de los Seguros Privados.
3 Resolución de 21 de noviembre de 2005 ( RCL 2005, 2287) , de la Dirección General de Ordenación de la
Seguridad Social, por la que se imparten instrucciones para la inclusión en el régimen general de la Seguridad
Social de loa abogados que mantienen relación laboral de carácter especial, en aplicación de lo previsto en al
disposición adicional primera de la
Ley 22/2005, de 18 de noviembre ( RCL 2005, 2253) (BOE núm. 280, de 23
de noviembre de 2005); y Resolución de 30 de diciembre de 2005 ( RCL 2006, 12) , de la Dirección General de
Ordenación de la Seguridad Social, por la que se modifica la de 21 de noviembre de 2005, por la que se imparten
instrucciones para la inclusión en el régimen general de la Seguridad Social de los abogados que mantienen
relación laboral de carácter especial, en aplicación de lo previsto en la disposición adicional primera de la Ley
22/2005, de 18 de noviembre (BOE núm. 3, de 4 de enero de 2006).
4 La maquinaria para la regulación de esta relación laboral especial comenzó a ponerse en mancha a raíz de las
inspecciones practicadas a inicios del año 2004 en diversos despachos con objeto de comprobar si las
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Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados.
condiciones laborales de los Abogados que prestaban servicios en ellos eran conformes a la normativa laboral
vigente. La Inspección de Trabajo y Seguridad Social entendió que en muchos casos los Abogados estaban
vinculados a los despachos por medio de relaciones de naturaleza civil y mercantil cuando, en realidad, las
condiciones de la prestación de servicios eran las propias de una relación de carácter laboral.En la primavera del
año 2005 «los máximos representantes del Consejo mantuvieron reiteradas reuniones con las diversas
Administraciones Públicas implicadas y, vistos los perjuicios que podían acarrear las inspecciones en curso, [...]
se promovió y finalmente se consiguió una modificación legislativa reflejada en la Disposición Adicional Primera
de la Ley 22/2005, de 18 de noviembre ( RCL 2005, 2253) », según el Informe de los Servicios Técnicos del
Consejo de la Abogacía Española. Tras la Ley 20/2005 los procedimientos sancionadores y de liquidación de
cuotas iniciados a raíz de las citadas inspecciones quedarían resueltos con el alta de los Abogados en el RGSS
antes del 1 de febrero de 2006.
A punto de concluir dicho plazo, el Gobierno aprobó el
Real Decreto 1331/2006, de 17 de
noviembre ( RCL 2006, 2075) , por el que se regula la relación laboral especial de los
Abogados que prestan servicios en despachos de Abogados, individuales o colectivos. Pero
el examen de esa norma ha de completarse y contextualizarse con el de otras concordantes,
en especial otras tres Leyes:
5
• La Ley 34/2006 ( RCL 2006, 1970) , sobre acceso a la Abogacía
; tras su entrada en
vigor, el 31 de octubre de 2011, los requisitos para el ejercicio de la profesión en cualquiera
de sus formas jurídicas cambiarán sustancialmente y será necesario estar en posesión del
título profesional de Abogado, salvo para los funcionarios públicos.
5 Ley 34/2006, de 30 de octubre ( RCL 2006, 1970) , sobre el acceso a las profesiones de Abogado y Procurador
de los Tribunales (BOE núm. 260, de 31 de octubre de 2006).
6
• La Ley 2/2007 ( RCL 2007, 523) , sobre sociedades profesionales
, las cuales tienen por
objeto el ejercicio en común de una actividad profesional; entre ellas se incluyen los
despachos colectivos de Abogados o los despachos multiprofesionales que cuenten con
Abogados, a los que el Real Decreto 1331/2006 les confiere la condición de empleadores
(art. 4).
6 Ley 2/2007, de 15 de marzo ( RCL 2007, 523) , de sociedades profesionales (BOE núm. 65, de 16 de marzo de
2007).
7
• La Ley 20/2007 ( RCL 2007, 1354) , sobre el Trabajo Autónomo
, completa el tratamiento
jurídico dispensado al Abogado que colabora con un despacho cuando no queda incluido en
el ámbito de la relación laboral especial de abogacía [arts. 1.1, párrafo 2º.b) y 1.2.d) Real
Decreto 1331/2006], pudiendo calificarse como trabajador autónomo ordinario (si cuenta con
despacho propio y en la colaboración especial se mantiene la independencia de los
despachos) o como TRADE (si carece de despacho propio abierto al público y el despacho
8
de Abogados con el que colabora constituyen su única o principal fuente de ingresos)
.
7 Ley 20/2007, de 11 de julio ( RCL 2007, 1354) , que aprueba el Estatuto del trabajo autónomo (BOE núm. 166,
de 12 de julio de 2007).
8 El art. 1.3 del RD 1331/2006 ( RCL 2006, 2075) , que excluye de la relación laboral especial a los Abogados
que prestan servicios en un despacho con cuyo titular tengan vínculo conyugal/familiar y convivan con él, salvo
que se demuestre la condición de asalariado, se completa con lo dispuesto en el
art. 1.1.párrafo 2º de la Ley
20/2007 ( RCL 2007, 1354) , que los califica como trabajadores autónomos o, en su caso, autónomos
económicamente dependientes.
2- El viejo problema y la novedosa relación
La calificación jurídica de la actividad que realiza un Abogado en un despacho de
Abogados es materia compleja y tradicionalmente controvertida. Ello es debido, en parte, a
que la abogacía puede ejercerse a través de negocios jurídicos muy diversos, sin que por ello
se desvirtúe la verdadera naturaleza de la prestación; en todo caso, al margen del cauce que
dé cobertura a la actividad, ésta se llevará a cabo con libertad e independencia, dentro del
9
respeto a la Ley y a las normas éticas y deontológicas
. Esta elemental consideración ya
permite entender que la dependencia (sujeción al círculo organizativo y disciplinario del
empresario) característica esencial de toda relación laboral aparezca aquí muy flexibilizada
(por la autonomía e independencia técnica), hasta el extremo de abundar las tesis conforme a
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Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados.
las cuales contrato de trabajo y ejercicio de la Abogacía son términos antitéticos, siendo
imposible que el uno englobe a la otra.
9 Cfr. art. 437.1 LOPJ ( RCL 1985, 1578, 2635) , arts. 27.4 , 28.5 , 33.2 y 46.1 EGAE ( RCL 2001, 1679) y arts. 2,
7.2.b), 11.1.f), 12.5, 13.3, 13.6 y 13.9.b) CDAE.
La conjunta contemplación del Ordenamiento Jurídico lleva a la conclusión de que el
10
ejercicio profesional de la Abogacía puede desarrollarse en España
tanto por cuenta propia
cuanto por cuenta ajena:
10 Sobre las diversas formas jurídicas que puede adoptar el ejercicio profesional de la abogacía, vid., por todas,
STSJ de Madrid, de 1 de julio de 2003 ( AS 2004, 2556) (FJ 2). También, vid., DURÁN LÓPEZ, F.: «Ejercicio de
la abogacía y relación laboral», Relaciones Laborales, tomo II, 2002, pgs. 1401-1404.
• Así, es posible canalizarla por cuenta propia cuando una persona la desarrolla como
titular de un despacho individual, pero también si lo hace en libre agrupación con otros
Abogados por medio de sociedades profesionales, constituyendo un despacho colectivo o a
través de un despacho multiprofesional, pudiendo uno y otro adoptar cualquiera de las formas
admitidas en Derecho, incluidas las sociedades mercantiles.
• Si se piensa en quienes la ejercen por cuenta ajena hay que aludir a los supuestos en que
media una relación laboral (contrato de trabajo), sea común o especial, o bien un vínculo
funcionarial. Pero también debe pensarse en los supuestos de especial colaboración
profesional o mediante fórmulas contractuales de naturaleza civil (contrato de arrendamiento
de servicios, contrato de arrendamiento de obra, mandato u otras formas de colaboración) o
mercantil (contrato de agencia y contrato de mediación).
• Centrándonos en los supuestos de relaciones laborales especiales, sin perjuicio de la
11
posible aparición de otros tipos
, es cuando debe aludirse al art. 2.1.i) ET ( RCL 1995, 997) ,
el cual señala que tendrá la consideración de relación laboral especial cualquier trabajo que
sea expresamente declarado como relación laboral de carácter especial por una Ley. Dicho
queda que la Ley 22/2005, de 18 de noviembre ( RCL 2005, 2253) , declaró expresamente
como relación laboral especial la actividad profesional de los abogados que prestan servicios
retribuidos, por cuenta ajena y dentro del ámbito de organización y dirección del titular de un
despacho de abogados, individual o colectivo, y ello, continúa el precepto, sin perjuicio de la
libertad e independencia que para el ejercicio de dicha actividad profesional reconocen las
leyes o normas éticas o deontológicas que resulten de aplicación. A pesar de que la adición
de esta nueva relación laboral especial al listado de las ya existentes se anunciara con
tiempo y de que el Consejo General de la Abogacía Española reivindicase su creación, han
sido numerosas las críticas vertidas sobre el momento y forma de incorporarla al
12
Ordenamiento Jurídico
.
11 Se trata de trabajadores que tienen la condición de abogados de empresa y, al mismo tiempo, ejercen
funciones de alta dirección, sujetos a la relación laboral especial que regula el
Real Decreto 1382/1985, de 1 de
agosto ( RCL 1985, 2011, 2156) , que regula la relación laboral de carácter especial del personal de alta
dirección (BOE núm. 192, de 12 de agosto de 1985; Corr. Err., BOE núm. 211, de 3 de septiembre de 1985). La
SSTS, Recurso de casación por infracción de ley, Social, de 4 de junio de 1984 ( RJ 1984, 3274) (Cdo. 2), 2 de
diciembre de 1986 ( RJ 1986, 7253) (FJ 2) y 17 de febrero de 1987 ( RJ 1987, 873) (FJ 3) reconocieron la
condición de alta cargo, sujeto a los rasgos y elementos típicos de la relación laboral especial de alta dirección, al
trabajador que presta servicios como Letrado de una empresa y es designado para ejercer funciones propias de
alta dirección. Supuesto distinto son los trabajadores que prestan asesoramiento jurídico en una empresa y al
tiempo ejercen funciones como presidente, consejero o secretario dentro del órgano de administración. Han
llegado reclamaciones ante los Tribunales solicitando se declare la naturaleza laboral de los servicios
encuadrándolos dentro de la relación laboral especial de alta dirección. Los Tribunales han señalado que, la
labor de asesoría no entraña por sí ejercicio de poderes inherentes a la titularidad de la empresa, por lo que
aquellos trabajadores no quedan incluidos dentro del ámbito de aplicación de la relación laboral especial de alta
dirección. En este sentido, vid., STCT de 23 de noviembre de 1989 ( RTCT 1989, 2481) (FJ 1).
12 La Ley 22/2005 ( RCL 2005, 2253) recibió la crítica del Consejo General de la Abogacía en el seno del Foro
por la Justicia, tanto en lo referente a su redacción, que no era la inicialmente pretendida, como en la forma de
inserción en el Ordenamiento Jurídico. Sobre estos aspectos, vid., ALGAR JIMÉNEZ, C.: «La relación laboral
especial de los abogados. Cláusulas más significativas del proyecto de Real Decreto», Economist & Jurist, núm.
98, 2006, pgs. 28 y 29; ARETA MARTÍNEZ, M. y SEMPERE NAVARRO, A. V.: La contratación laboral (especial)
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Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados.
entre Abogados: Presente y Perspectivas, ob. cit., pgs. 16 y 17; DE LA PUEBLA PINILLA, A.: «La nueva relación
laboral especial de los Abogados que prestan servicios en despachos, individuales o colectivos», Relaciones
Laborales, núm. 4, 2006, pgs. 60 y 61; ESTEBAN LEGARRETA, R.: «Algunas reflexiones a propósito de la futura
regulación laboral especial de los abogados», Revista Jurídica de Catalunya, núm. 3, 2006, pg. 60; y en «Una
aproximación crítica al ámbito subjetivo de la futura relación laboral especial de los abogados», Iuslabor, núm. 4,
2006, pg. 1; GALA DURÁN, C.: «Capítulo III. Ámbito de aplicación», en AA VV (Coord., DEL REY GUANTER,
S.): La relación laboral especial de los abogados en despachos individuales y colectivos. Comentarios al
Real
Decreto 1331/2006 ( RCL 2006, 2075) , La Ley-Actualidad, Madrid, 2007, pg. 14; LÓPEZ ÁLVAREZ, Mª J.:
«Bufetes de Abogados y relación laboral especial: ¿matrimonio de conveniencia?», Social Mes a Mes, núm. 113,
2005, pg. 31; LLUCH CORELL, F. J.: «La relación laboral especial de los abogados que prestan servicios en
despachos individuales o colectivos. Una primera aproximación», Revista de Jurisprudencia, núm. 3, 2006, pgs.
2 y 3; y PRADO LAGUNA, J. L.: «Algunas notas sobre la creación de una nueva relación laboral de carácter
especial: la de los Abogados que prestan servicios en despachos de Abogados», Revista de Derecho Social,
núm. 32, 2005, pg. 122.
La Disposición Adicional Primera de la Ley 22/2005 concretó algunos aspectos que
delimitan los contornos de esta nueva relación laboral especial, singularmente en lo que a su
ámbito subjetivo se refiere, al tiempo que precisó el encuadramiento de los trabajadores en el
RGSS y otras cuestiones conexas en materia de Seguridad Social. El
Real Decreto
1331/2006 ( RCL 2006, 2075) también precisa, con más detalle si cabe, el ámbito subjetivo
de la relación laboral especial, señalando los sujetos incluidos y no incluidos en ella, al tiempo
que recoge las singularidades que existen frente al régimen laboral común, algunas tan
destacables como, por ejemplo, la aprobación de convenios colectivos específicos y de
aplicación exclusiva a los despachos de Abogados entre las fuentes de la relación laboral, el
nombramiento de representantes legales y sindicales de los Abogados sujetos a relación
laboral especial, la prestación de servicios en régimen de dedicación exclusiva para un solo
despacho como regla general, el régimen del contrato en prácticas, o las modulaciones en
materia de suspensión y extinción del contrato de trabajo.
3- Una sumaria valoración técnica
Las principales críticas vertidas al procedimiento adoptado para la incorporación de esta
relación laboral especial son las siguientes:
• Su inclusión a través de una Ley que no tiene por objeto la regulación de cuestiones
laborales y mucho menos cercanos a las condiciones de ejercicio de la Abogacía, sino
aspectos económicos. Ello indica una premura injustificada de la que pueden derivarse
efectos negativos.
• Su inclusión vía enmienda en el trámite del Senado, lo cual ha supuesto la omisión del
Dictamen del Consejo Económicos y Social, que es preceptivo cuando se regulen, mediante
13
Ley, materias socioeconómicas y laborales
.
13 La Ley 21/1991, de 17 de junio ( RCL 1991, 1541) , que crea el Consejo Económico y Social (BOE núm. 145,
de 18 de junio), que en su art. 7.1.1.a) enumera, entre las funciones del Consejo Económico y Social, la de emitir
dictamen con carácter preceptivo sobre Anteproyectos de Leyes del Estado que regulen materias
socioeconómicas y laborales y sobre Proyectos de Reales Decretos si el Gobierno considera que tienen una
especial trascendencia en la regulación de las indicadas materias.
• La interacción de esta nueva categoría con el cumplimiento de las obligaciones en
materia de Seguridad Social.
• La irrupción del legislador en un panorama casuístico de levantamiento de Actas de
infracción y liquidación de cuotas frente a grandes despachos que tenían a sus Abogados en
régimen de arrendamiento de servicios.
Pese a lo cierto de esas críticas y al revuelo levantado, lo cierto es que la prestación de
servicios profesionales por Abogados y en régimen laboral no constituye una novedad. El
vigente EGAE incluyó la posibilidad de ejercer la profesión a través de una relación laboral,
viniendo así a reconocer normativamente la realidad existente en muchas empresas, e
incluso varios gabinetes jurídicos con muchos abogados y otros despachos de menor número
de profesionales, que tenían establecidas relaciones laborales con los abogados
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Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados.
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colaboradores inmediatos
, dando la oportunidad de que el ejercicio de la abogacía
estuviera regulado e informado por los principios rectores del Derecho del Trabajo.
14
Informe de los Servicios Técnicos
http://www2.cgae.es/es/portada/index.asp.
del
Consejo
General
de
la
Abogacía
Española:
La novedad incorporada por la Disposición Adicional Primera de la
Ley 22/2005 ( RCL
2005, 2253) fue que atribuyó carácter especial a la relación laboral entre Abogados. Antes de
su entrada en vigor algún autor ya calificó de especial la relación laboral entre un Abogado y
el titular de un despacho, individual o colectivo, pero se hacía en sentido material o impropio
15
. Sin llegar a ese punto, una parte de la Doctrina defendía la creación de un estatuto jurídico
particular que protegiese el ejercicio de la abogacía por cuenta de un despacho, si bien no
16
resultó unánime la idea de que el contrato de trabajo fuera el marco más adecuado
.
15 Así, ALBIEZ DOHRMANN, K. J. y GARCÍA PÉREZ, R.: La sociedad profesional de Abogados,
Thomson-Aranzadi, Cizur Menor, 2005, pg. 227, señalan que «aunque no está contemplado en el Derecho
laboral como un contrato especial de trabajo, de hecho lo es. La sociedad o el Abogado individual no es el típico
empleado, ni la relación laboral es un típica relación de trabajo. A nadie se le ocurre decir que el Abogado que
trabaja para otro es un trabajador. La noción cultural y sociológica del Abogado prevalece sobre la condición de
trabajador de un despacho».
16 LÓPEZ ÁLVAREZ, Mª J.: «Bufetes de Abogados y relación laboral especial: ¿matrimonio de conveniencia?»,
ob. cit., pg.31, afirma que «conceptualmente cabría objetar que no parece el ámbito del contrato de trabajo el
marco más adecuado para el encaje de unas prestaciones que, por naturaleza y tradición, cuentan con otros
referentes alejados del concepto de subordinación propio del régimen laboral».
En todo caso, lo cierto es que hace ya tiempo se viene admitiendo la posibilidad de que el
ejercicio de la profesión tenga lugar en régimen laboral, por medio de un contrato de trabajo
en una de las dos siguientes modalidades:
• Contratación laboral entre el Abogado y el propio cliente. El ejemplo más claro viene
17
ilustrado por la figura del Abogado de empresa
, que hay quien lo ha identificado como
18
«Abogado de un solo cliente»
; el vinculo jurídico entre el Abogado ( advocatus) y el
empresario adquiere un notable carácter personal ( intuitu personae) y fiduciario ( fiducia). En
estos casos la relación laboral tiene carácter común u ordinario, tal como recordó la
STS de 3
de mayo de 2005 ( RJ 2005, 5786) (RCUD núm. 2606/2004). Todo ello, sin perjuicio de que
algunos autores hayan considerado que el ejercicio de la abogacía directamente por cuenta
19
del cliente es un indicio de falta de laboralidad
.
17 El empresario que contrata los servicios del Abogado es quien necesita de asesoramiento jurídico y/o defensa
en juicio, salvo que se trate de una Empresa de Trabajo Temporal que contrata a un Abogado para ponerlo a
disposición de una empresa usuaria.
18 PEDRO RIUS, A.: «La situación actual de la Abogacía», Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad
Complutense, núm. 54, 1978, pg. 118. La banca y los seguros son dos sectores que cuentan con un gran
número de abogados de empresa. Cuando una empresa adopta la forma jurídica de sociedad mercantil
capitalista, la existencia de un abogado dentro del organigrama deviene obligatoria en algunos casos. Así, el art.
1.1 de la Ley 39/1975, de 31 de octubre ( RCL 1975, 2177) , sobre designación de Letrados asesores del órgano
administrador de determinadas sociedades mercantiles (BOE núm. 263, de 3 de noviembre de 1975), señala que
en las sociedades mercantiles habrá, con carácter obligatorio, un letrado asesor del órgano individual o colegiado
que ejerza la administración en una serie de supuestos que especifica (
Real Decreto 2288/1977, de 5 de agosto
( RCL 1977, 1964) , por el que se reglamenta el asesoramiento de los letrados a las sociedades mercantiles a
que se refiere la Ley 39/1975, de 31 de octubre [BOE núm. 212, de 5 de septiembre de 1977]).
19 Afirma ALONSO PÉREZ, Mª T.: Los contratos de servicios de abogados, médicos y arquitectos, Bosch,
Barcelona, 1997, pg. 95, que, el prestado del servicio no tiene patrón si su relación es civil, sino clientes.
• Relación laboral entre un Abogado y el titular de un despacho (individual, colectivo o
multiprofesional) con el que, a su vez, los clientes contratan los servicios jurídicos. En tal caso
es cuando la relación laboral entre el Abogado y el despacho ha de calificarse como
formalmente especial, a la vista de lo prescrito en la Ley 22/2005 y el
Real Decreto
1331/2006 ( RCL 2006, 2075) .
4- Características del contrato laboral de Abogacía
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Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados.
Es obvio que cuando un Abogado ejerce bajo las notas de laboralidad del
art. 1.1 ET ( RCL
1995, 997) (personalidad, voluntariedad, dependencia y ajenidad) viene sujeto al Derecho del
Trabajo. La relación laboral de servicios tendrá, además, carácter especial si el Abogado
trabaja por cuenta del titular de un despacho de Abogados (individual, colectivo o
multiprofesional) y se cumplen las exigencias de la norma reglamentaria. El ejercicio de la
abogacía en régimen laboral presenta una serie de características, independientemente de
que la relación tenga carácter especial o se trate de una relación laboral común; no se trata
ahora de repasar todas, sino de subrayar alguna.
La categoría profesional del trabajador es única: titulado superior (Licenciado en Derecho).
Es más, el trabajador tiene la condición de Abogado (colegiado en ejercicio). Suele hacerse
mucho hincapié en que el Abogado se halla vinculado no sólo por la normativa laboral
reguladora del contrato de trabajo sino también por las normas técnicas de la Ciencia del
Derecho, por los usos y costumbres profesionales, las normas corporativas ordenadoras de la
profesión y las normas éticas y deontológicas, que integran el contrato de trabajo (
art. 1258
CC [ LEG 1889, 27] ). Sin embargo, lo cierto es que esa misma apreciación cabe respecto de
la totalidad de las profesiones; la relación laboral entre un Profesional y el empresario nunca
20
se regula únicamente por la normativa laboral
.
20 Digámoslo ya desde este instante: el molde contractual laboral no desnaturaliza, por sí mismo, la actividad
sustantiva a desarrollar; lo mismo vale para cualesquiera otras actividades como la Medicina, Arquitectura,
Psicología, Asesoría, Enseñanza y otras muchas.
No hay inconveniente en aceptar que el cumplimiento del objeto del contrato trascienda o
vaya más allá de las partes, dado que con él se realiza una labor social de cooperación con la
21
Administración de Justicia
. El objeto del contrato, ya se trate de la defensa judicial o del
asesoramiento y consejo jurídico, se caracteriza por ser cualificado e intelectual, como
cualificado es también el título académico que habilita para ello. Finalmente, una cuestión no
siempre clara, es determinar si el objeto o finalidad del contrato lo constituye una obligación
de medios o va más allá, para convertirse en una obligación de resultados.
21 Recuérdese que el Abogado es partícipe en la función pública de la Administración de Justicia (
[ RCL 2001, 1679] ).
art. 30 EGAE
Mención singularizada merece el aspecto referente a la autonomía técnica o libertad para
decidir los asuntos sobre los que se asume la dirección letrada, pues pese a la rotundidad de
22
la proclamación deontológica de libertad
es seguro que cuando la abogacía se ejerce bajo
el círculo organizativo y disciplinario de un empresario esta nota queda sensiblemente
debilitada. Precisamente, los Tribunales han venido afirmando que la nota de dependencia
que identifica la laboralidad del vínculo implica, entre otros aspectos, que el Abogado carece
de facultad para aceptar o rechazar los asuntos que le sean encomendados por el
empresario. De hecho, el propio art. 24.2.párrafo 2º.b) del RLEA ( RCL 2006, 2075) señala
que es constitutiva de infracción laboral la negativa infundada a asumir los asuntos
encomendados por el titular del despacho.
22 En concreto, se afirma que «los Abogados tendrán plena libertad de aceptar o rechazar la dirección del
asunto, así como renunciar al mismo en cualquier fase del procedimiento, siempre que no se produzca
indefensión del cliente» ( art. 26.1 EGAE [ RCL 2001, 1679] y art. 13.3 CDAE).
El Abogado que presta servicios en régimen laboral, ya sea común o especial, está
sometido no sólo al poder disciplinario del empresario (
art. 1.1 ET y art. 24.3 RLEA), sino
también al de la autoridad judicial (art. 442.1 LOPJ) y a la disciplina colegial, del Decano y la
Junta de Gobierno del Colegio de Abogados correspondiente (
arts. 17.4 , 27.2 y 80.2 EGAE [
RCL 2001, 1679] ).
La diligencia exigida a todo trabajador en el cumplimiento de las obligaciones de su puesto
de trabajo [ art. 5.a) ET y art. 5.2 RLEA] constituye un parámetro estandarizado de lo exigible,
muy en línea con la clásica noción del buen padre de familia (
art. 1104.2º CC). Sin embargo,
cuando el trabajador es un Abogado, la diligencia debida en el ejercicio de la profesión es la
propia de la lex artis, que exige un grado de pericia. Además, el sometimiento de los
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Abogados a la normativa de la profesión les obliga a mayores exigencias en el cumplimiento
de los deberes de diligencia y confidencialidad y de los plazos procesales, así como a un más
estricto respeto de los principios de buena fe y recíproca confianza.
El deber laboral que tiene el Abogado de no concurrir con la actividad de la empresa
cuando medie pacto de exclusividad o se estime concurrencia desleal, si se trata de una
relación laboral común ( art. 21, apartados 1 y 3 ET), o sin necesidad de que medie pacto de
plena dedicación, si se trata de relación laboral especial (
art. 10 RLEA), le imposibilita la
prestación de servicios por cuenta de varios empresarios o, al mismo tiempo, por cuenta
propia. Por otro lado, el ejercicio de la abogacía resulta incompatible con el desempeño de
ciertas profesiones, así como con ciertos cargos y funciones en la Administración pública (
23
art. 22 EGAE) .
23 Por ello, aunque el régimen de incompatibilidades no es absoluto en todos los casos ni existe obligación legal
de ejercitar la abogacía con dedicación única y absoluta, salvo que medie pacto expreso por escrito, el deber de
cumplir las normas deontológicas, el deber laboral de no concurrir con la actividad de la empresa y la garantía de
imparcialidad e independencia en el ejercicio de la profesión reduce sensiblemente la posibilidad de que se den
situaciones de pluriempleo o pluriactividad.
5- El contrato especial de Abogacía
24
La relación laboral especial de abogacía encuentra una de sus singularidades
, tal vez la
25
principal, en el elemento subjetivo
, referido a la condición que reúnen los sujetos del
contrato de trabajo: el trabajador es un Abogado, y el empresario, receptor de la prestación
de servicios, es titular de un despacho de Abogados. El titular de un despacho individual es
un Abogado, las personas que se agrupan formando un despacho colectivo son
exclusivamente Abogados en ejercicio, y quienes forman un despacho multiprofesional son
Abogados y otros profesionales liberales compatibles. A diferencia de otras relaciones
laborales que devienen especiales por el tipo de trabajo considerado en sí mismo o las
circunstancias en las que se presta, la principal especialidad de la relación de abogacía
26
reside en el tipo de empleador
. Ello supone la existencia de dos regímenes laborales
diferenciados, común o especial, para los Abogados asalariados en función, únicamente, del
tipo de empleador, según sea o no titular de un despacho de Abogados, planteándose por
algún autor hasta qué punto dicho tratamiento respeta el derecho a la igualdad ante la Ley (
27
art. 14 CE [ RCL 1978, 2836] ) .
24 Afirma RODRÍGUEZ-PIÑERO BRAVO-FERRER, M.: «La relación especial de los abogados que prestan
servicios en despachos», Diario La Ley, núm. 6605, de 5 de diciembre de 2006, pgs. 1688 y 1689, que «del
Real
Decreto 1331/2006 ( RCL 2006, 2075) se deduce que el carácter especial de esta relación de carácter especial
es muy ligero, que la regulación reglamentaria no se aparta sustancialmente del Estatuto de los Trabajadores y
que su texto podría haber sido mucho más sucinto. Sin embargo, añade, aunque el grado efectivo de
especialidad regulatoria sea bastante limitado, el Real Decreto 1331/2006 ha establecido mecanismos que van a
permitir que la autonomía colectiva y las partes del contrato puedan profundizar más en esa especialidad». Sobre
las peculiaridades para que la relación sea especial y no común, vid., DE LA VILLA GIL, L. E.: «La relación
laboral especial de los abogados: comentarios al Real Decreto 1331/2006, de 17 de noviembre», Revista de
Trabajo y Seguridad Social-CEF, núm. 288, 2007, pg. 7; y GARCÍA NINET, J. I.: «Acerca del Real Decreto
1331/2006, de 17 de noviembre, por el que se regula la relación laboral de carácter especial de los abogados
que prestan servicios en despachos de abogados, individuales o colectivos (a modo de resumen y avance de
algunas cuestiones)», Tribuna Social, núm. 192, 2006, pgs. 5 y 6.
25 Afirma DE LA PUEBLA PINILLA, A.: «La nueva relación laboral especial de los abogados que prestan
servicios en despachos, individuales o colectivos», ob. cit., pg. 65, que, «parece pues que la especialidad deriva,
más que en las condiciones de ejercicio de la abogacía, de la condición subjetiva del empleador».
26 En este sentido, vid., PRADO LAGUNA, J. L.: «Algunas notas sobre la creación de una nueva relación laboral
de carácter especial: la de los abogados que prestan servicios en despachos de abogados», ob. cit., pgs. 123 y
125-127, señala que, la decisión de crear esta nueva relación laboral especial provoca una diversificación del
tratamiento jurídico de los abogados asalariados, en función del tipo de empleador, que nos debe llevar a
reflexionar sobre el funcionamiento o justificación de la opción de política legislativa adoptada. Afirma DE LA
PUEBLA PINILLA, A.: «La nueva relación laboral especial de los abogados que prestan servicios en despachos,
individuales o colectivos», ob. cit., pg. 65, que, esta especialidad se va a traducir, por una parte, en una mayor
flexibilidad en la articulación de la relación jurídica laboral del abogado... y, por otra, en un menor coste en la
extinción.
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27 PRADO LAGUNA, J. L.: «Algunas notas sobre la creación de una nueva relación laboral de carácter especial:
la de los abogados que prestan servicios en despachos de abogados», ob. cit., pg. 127.
La relación laboral especial entre Abogados también se caracteriza por un «elemento
intersubjetivo», referido a un sujeto distinto de las partes que conciertan el contrato de
trabajo. Nos estamos refiriendo al cliente, y el lugar que ocupa en la relación, como persona
que necesita proteger sus intereses jurídicos y derechos y carece de los medios y/o
28
conocimientos necesarios para ello
. En la relación laboral especial de abogacía el cliente
no contrata directamente al Abogado, sino que concierta los servicios jurídicos con el titular
de un despacho, el cual, a su vez, emplea Abogados en régimen laboral especial para que
los presten. El cliente mantiene una relación jurídica con el titular del despacho, y el Abogado,
vinculado al despacho por un contrato de trabajo, desarrolla efectivamente la actividad
profesional. Entre el Abogado y el cliente no hay vínculo jurídico surgido de contrato alguno;
29
en el ámbito de la relación laboral especial entre Abogados hay que diferenciar
:
28 La Exposición de Motivos del RLEA ( RCL 2006, 2075) destaca la relación triangular que aparece entre el
titular del despacho, cliente y abogado que, sin duda, condiciona el desarrollo de la relación laboral entre los
abogados y los despachos, y señala que el hecho de que el cliente difiera de la persona del empleador hace
inviable la total o completa aplicación de la regulación laboral común contenida en el Estatuto de los
Trabajadores a la relación laboral que se establece entre los abogados y los despachos.
29 En definitiva, la relación laboral especial de abogacía se caracteriza porque el trabajador no cuenta con
clientes en sentido estricto. DE ANGULO RODRÍGUEZ, L.: «Los despachos colectivos de abogados y las
normas sin colegiales», en AA VV (Dirs., MORENO QUESADA, B. ALBIEZ DOHRMANN, K. J. y
PÉREZ-SERRABONA GONZÁLEZ, J. L.): El ejercicio en grupo de profesiones liberales, Universidad de
Granada, Granada, 1993, pg. 320, emplea el vocablo «abogado sin cliente» para referirse a todos aquellos
supuestos en los que el cliente realmente no puede considerarse como suyo, al no coincidir quien recibe el
servicio jurídico y quien lo paga.
• Quien presta el servicio jurídico (Abogado) y la persona con quien el cliente lo contrata
(titular del despacho de Abogados).
• Quien recibe el servicio jurídico (cliente) y quien lo retribuye al Abogado que lo presta
(titular del despacho de Abogados como empresario).
La situación descrita acontece en toda relación laboral especial entre Abogados, si bien no
es exclusiva de ésta, ya que también se da en algunos supuestos cuando la abogacía se
ejerce en régimen laboral común. Piénsese, por ejemplo, en Abogados contratados por
asociaciones empresariales, compañías aseguradoras, organizaciones sindicales o
asociaciones de consumidores y usuarios para prestar servicios jurídicos a los empresarios
asociados, asegurados de la compañía, afiliados o no al sindicato y consumidores,
30
respectivamente, que son los clientes
. La falta de correspondencia entre el cliente y la
persona que contrata los servicios jurídicos del Abogado no es una cuestión baladí y tiene
relevancia en el tratamiento de aspectos tan importantes como, por ejemplo, la
responsabilidad civil de la empresa frente al cliente por la actuación negligente del Abogado
que contrató. La cuestión se centra en resolver si la empresa responde frente al cliente de
todos los daños producidos por el Abogado que contrató (responsabilidad civil
extracontractual por actos ajenos) o, únicamente, por los daños producidos en el campo de
sus obligaciones dependientes (responsabilidad civil aquiliana: art. 1903.4º CC), mientras que
el propio Abogado responderá frente al cliente por los daños derivados del incumplimiento de
las reglas de la lex artis, asociadas con su independencia técnica (responsabilidad civil
extracontractual por actos propios:
art. 1902 CC [ LEG 1889, 27] ). Si se acepta esta
diversidad en el régimen de responsabilidad atendiendo al ámbito en el que el Abogado
31
produce el daño
conviene diferenciar lo siguiente:
30 Sobre este aspecto resulta muy ilustrativa la
STCT de 16 de noviembre de 1984 ( RTCT 1984, 8713) (CDO
Único), que reconoce la naturaleza laboral de los servicios que presta un abogado para una empresa dedicada a
la gestión de negocios ajenos cuando el asesoramiento jurídico no va dirigido a la empresa que le contrata sino a
su clientela. También, vid., la STCT de 23 de diciembre de 1986 ( RTCT 1986, 14472) (FJ Único), que analiza la
naturaleza del vínculo existente entre un abogado y la asociación empresarial de hostelería que le contrata para
presta asesoramiento jurídico a los empresarios asociadas. El TCT declara que la relación existente entre el
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abogado y la asociación es laboral porque la actividad se desempeña en los locales de la asociación, sometido a
un horario establecido por la empresa y percibiendo una remuneración mensual fija, que abonaba la asociación.
31 Son partidarios de esta dualidad en el régimen de la responsabilidad civil frente al cliente por la actuación
negligente del abogado que fue contratado por un bufete, entre otros, SERRA RODRÍGUEZ, A.: La
responsabilidad civil del abogado, Aranzadi, 2ª ed., Pamplona, 2001, pgs. 339-344 y ORTEGA REINOSO, G.:
«Colaboración entre abogados», Actualidad Civil, tomo I, 205, pgs. 905-907.
• El titular del despacho responde frente al cliente por la negligencia del Abogado en el
desempeño de las obligaciones derivadas del contrato de trabajo (responsabilidad civil
contractual por la actuación de sus dependientes o responsabilidad aquiliana:
art. 1903.4º
32
CC) , sin perjuicio de repetir posteriormente contra el mismo.
32 El art. 1903.4º del CC ( LEG 1889, 27) prevé la responsabilidad civil de los dueños o directores de un
establecimiento o empresa respecto de los perjuicios causados por sus dependientes en el servicio de los ramos
en que los tuviera empleados, o con ocasión de sus funciones. El abogado que presta servicios jurídicos en
régimen laboral, por cuenta de una empresa, es dependiente a los efectos de lo dispuesto en el art. 1903.4º del
CC, a pesar de la independencia técnica que informa el ejercicio de la actividad. En este sentido, vid., SERRA
DOMÍNGUEZ, A.: La Responsabilidad Civil del Abogado, ob. cit., pg. 340.
• El Abogado (asalariado) responderá laboralmente frente al despacho que le contrató para
desarrollar el ejercicio de la abogacía (por incumplimiento del deber de buena fe y diligencia
en la prestación de servicios: responsabilidad contractual disciplinaria), pero también frente al
cliente que contrató los servicios con el despacho por el incumplimiento de las reglas de la lex
artis, relacionadas con su independencia técnica (responsabilidad civil extracontractual por
33
actos propios: art. 1902 CC) .
33 Cfr., CRESPO MORA, Mª C.: La responsabilidad del abogado en el Derecho civil, Thomson-Aranzadi, Cizur
Menor, 2005, pgs. 328 y 329 ( BIB 2005, 2234) , quien, a propósito de la responsabilidad de los abogados
contratados por un sindicatos para prestar servicios jurídicos a sus afiliados, señala que la responsabilidad del
abogado frente al afiliado, no puede identificarse totalmente con la vulneración del neminem laedere del
artículo
1902 CC ( LEG 1889, 27) , aunque, strictu sensu, tampoco sea técnicamente correcto hablar de responsabilidad
contractual (pues no existe contrato entre letrado y afiliado). Ahora bien, pese a que, strictu sensu, no existe
relación contractual entre el letrado y el afiliado, no se ha de ignorar la existencia de cierta relación obligatoria
que une a ambos . La autora concluye afirmando que, la citada responsabilidad se encontrará más cerca de la
responsabilidad contractual, que de la infracción del neminem laedere del artículo 1902 CC, lo que justifica la
aplicación de las normas civiles sobre responsabilidad contractual (
artículos 1101 y ss.) a estas relaciones no
propiamente contractuales .
Por tanto, el empresario responde frente al cliente de la negligencia cometida por el
Abogado que contrató ( art. 1903.4º CC), salvo que derive del incumplimiento de las reglas de
la lex artis, en cuyo caso el Abogado responderá directamente frente al cliente (
art. 1902
CC). Tampoco puede ignorarse que la responsabilidad civil que pudiese tener el despacho
colectivo será conforme al régimen jurídico general que corresponda a la forma de
agrupación utilizada ( art. 28.7 EGAE).
No obstante lo anterior, en la relación laboral especial de abogacía, a diferencia de los
supuestos en los que un Abogado presta servicios bajo el control y organización de un
sindicato, una aseguradora, una asociación de consumidores y, en general, cualquier tipo de
empresa distinta de un despacho, el titular del despacho individual y los Abogados
integrantes del despacho colectivo o los que forman parte del despacho multiprofesional que
contrata al Abogado reúnen, al igual que éste, los conocimientos de la Ciencia del Derecho y,
como conocedores que son de las reglas del arte ( lex artis), pueden controlarlas y verificar si
el trabajador las cumple, especialmente, cuando el titular del despacho es persona física
(despacho individual). En este sentido, cabe plantearse si el empresario queda facultado e,
incluso obligado, a desplegar su poder de dirección y control interviniendo en la
independencia técnica del Abogado contratado. El
27.4 del EGAE señala que cuando el
trabajador ejerza la profesión por cuenta del titular de un despacho en régimen laboral, habrá
de respetarse la independencia y libertad básicas, de lo cual se deduce que no existe
34
obligación de respetarlas plenamente
. Por otro lado, si el titular del despacho, como
conocedor de las reglas del arte puede controlarlas limitando la libertad e independencia
técnica del Abogado, cabe plantearse si responderá frente al cliente no sólo por los daños
que cause el trabajador por incumplimiento de las obligaciones derivados del contrato de
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trabajo sino también por el incumplimiento de las reglas de la lex artis
35
.
34 Es por ello que estas dos características, independencia y libertad, probablemente queden más limitadas
cuando la profesión se ejerce a través de la relación laboral especial que en el marco de una relación laboral
común con empleador de otro sector de actividad, donde el empresario que emplea al Abogado desconoce la lex
artis (en el sentido de que no es profesional del Derecho).
35 El art. 27.2 del EGAE ( RCL 2001, 1679) señala que el abogado titular de un despacho profesional individual
responderá profesionalmente frente a su cliente de las gestiones y actuaciones que efectúen sus pasantes o
colaboradores, sin perjuicio de la facultad de repetir frente a los mismos si procediera, y la propia responsabilidad
disciplinaria laboral que asuma el trabajador. En definitiva, se trata de resolver si en el ámbito de una relación
laboral especial entre Abogados es posible afirmar la uniformidad del régimen de responsabilidad civil del titular
del despacho por los daños que el Abogado contratado cometa en el desenvolvimiento de una actividad y
deriven tanto del incumplimiento de las obligaciones inherentes al contrato de trabajo como de la inobservancia
de las reglas del arte, controlables por aquél. De este modo, el cliente podría exigir responsabilidad civil al
despacho con el que contrató los servicios por los actos propios del Abogado relacionados con las reglas del arte
invocando la culpa in vigilando, culpa in inscipiendo o culpa in eligendo.
Con todo, un sector de la Doctrina civilista sostiene que razones prácticas y sobre todo de
facilitación al cliente de la carga de la prueba abogan por la uniformidad, en todo caso, del
régimen de responsabilidad de la empresa por los hechos de sus dependientes ex
art. 1903,
párrafo 4º, al margen de que el daño ocasionado lo haya sido en el desenvolvimiento de una
36
actividad controlable o no por la empresa
y, por tanto, en definitiva, independientemente de
que el daño que ocasione el Abogado al cliente derive del incumplimiento de las obligaciones
inherentes al contrato de trabajo o de las reglas de la lex artis o se haya ocasionado estando
sujeto a una relación laboral común, en la que la empresa que contrata al Abogado no
controla las reglas de la lex artis, o a una relación laboral especial de abogacía, donde el
titular del despacho que contrata al Abogado conoce las reglas del arte y puede controlarlas
37
.
36 En este sentido, vid., IZQUIERDO TOLSADA, M.: La responsabilidad civil del profesional liberal, Reus,
Madrid, 1989, pgs. 65 y ss. y SERRA RODRÍGUEZ, A.: La Responsabilidad Civil del Abogado, ob. cit., pgs.
340-344.
37 A diferencia del empresario que contrata un Abogado a través de una relación laboral común, el hecho de que
el sujeto que contrata al Abogado sea otro Abogado (titular de un despacho individual, integrante de un despacho
colectivo, o miembro de un despacho multiprofesional) implica que conoce no sólo la lex artis, sino las normas
que rigen la profesión, incluidas las estatutarias y las éticas y deontológicas, quedando sometido a ellas en el
ejercicio del poder de dirección y organización. Nótese que el
art. 9 de la Ley 2/2007 ( RCL 2007, 523) señala
expresamente que, la sociedad profesional y los profesionales que actúan en su seno ejercerán la actividad
profesional que constituya el objeto social de conformidad con el régimen deontológico y disciplinario propio de la
correspondiente actividad profesional.
6- Peculiaridades en el contrato especial de Abogacía
El RLEA introduce modulaciones, adaptaciones o diferencias en el régimen que el ET
regula para la relación laboral común; sin ánimo exhaustivo, se repasan acto seguido las
principales. El art. 2.b) del RLEA ( RCL 2006, 2075) incorpora al cuadro de fuentes que
regulan los derechos, obligaciones y condiciones de trabajo diversas innovaciones que
llaman la atención:
• Se contempla el convenio colectivo específico y de aplicación exclusiva a los despachos
de abogados, no previsto hasta ahora en el ordenamiento laboral común ni en el de ninguna
relación laboral especial.
• Los usos y costumbres son profesionales [art. 2.d)], dejando fuera el adjetivo «locales», al
que alude el art. 1.3.d) del ET ( RCL 1995, 997) .
• También aparece el acuerdo entre el titular del despacho y los representantes de los
Abogados, a modo de acuerdo franja; aunque el RLEA no lo recoge entre las fuentes del
art.
2, lo menciona en su articulado [ arts. 6.1.a) , 14.2 y Disposición Adicional Tercera.2 RLEA].
El RLEA crea un órgano de representación específico y exclusivo para su ámbito: los
representantes legales y sindicales de los Abogados, que podrán participar en la negociación
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de los convenios colectivos a que hace referencia el art. 2.b) del RLEA y en la adopción de
acuerdos colectivos. Así mismo, son receptores de la copia básica de los contratos (
art. 7.1,
párrafo 2º RLEA) y su readmisión es obligatoria en caso de despido, salvo acuerdo en
contrario (art. 21.2 RLEA).
Junto a los derechos y deberes recogidos en los
arts. 4 y 5 del ET, los Abogados sujetos a
relación laboral especial son titulares de otros que están condicionados, en mayor o menor
grado, por las normas que rigen la profesión, incluidas las éticas y deontológicas, y que el
RLEA regula expresamente (art. 5 RLEA).
El hecho de que los Abogados que prestan servicios en despachos se integren en una
única categoría profesional no impide su promoción profesional y económica en la empresa:
se producirá dentro de la categoría profesional, mediante la progresión en los grados que se
establezcan para la carrera profesional de los mismos (
art. 17.2 RLEA).
La regulación del tiempo de trabajo presenta particularidades frente al régimen laboral
común, en la medida que los trabajadores disponen de un mayor margen de flexibilidad en la
utilización y distribución del mismo con el fin de asegurar el servicio a los clientes y el
cumplimiento de los plazos procesales.
En relación con las modalidades contractuales, a diferencia de la relación laboral común,
en el ámbito de la contratación especial entre Abogados la concertación de un contrato de
trabajo para obra o servicio determinado tiene muy difícil encaje, porque el objeto del contrato
(ejercicio de la abogacía) carece de autonomía y sustantividad propia, al coincidir con la
actividad habitual del despacho de Abogados. Respecto al contrato de trabajo en prácticas, el
régimen del art. 11.1 del ET y RD 488/1998 ( RCL 1998, 943) presenta algunas modulaciones
o adaptaciones para la relación laboral especial de abogacía, que se establecen en el
art. 9 y
en la Disposición Adicional Segunda del RLEA.
También existen diferencias entre el régimen legal común y el especial en materia de
pactos típicos vinculados a la duración o dedicación:
• Período de prueba: la duración legal máxima se regula por el
art. 14.1 ET en función de la
titulación del trabajador (seis meses para los técnicos titulados y dos meses para el resto de
trabajadores) y en el RLEA en función de la duración del contrato de trabajo (seis meses en
caso de contrato de trabajo indefinido y dos meses en el caso de contratos de duración
determinada, si la duración es superior a dicho período de tiempo:
art. 8.2.párrafo 2ºRLEA).
• Pacto de permanencia: en relación con la formación que recibe el trabajador y justifica la
posterior celebración del pacto, en la relación laboral especial, a diferencia de la relación
laboral común, no está dirigida a la puesta en marcha de proyectos determinados o la
38
realización de un trabajo específico (
art. 21.4 ET) . Por otra parte, mientras el art. 21.4 del
ET prevé la indemnización de daños y perjuicios cuando el trabajador abandona la empresa
antes de cumplirse el período de permanencia, el
art. 11.3 del RLEA añade que su cuantía no
podrá ser superior a los gastos que el titular del despacho hubiera soportado como
39
consecuencia de la formación o especialización
.
38 El art. 11.4 del RLEA ( RCL 2001, 1679) no contempla la finalidad con la que se ofrece formación o
especialización al Abogado, sino el tiempo durante el que se presta y su coste.
39 En cualquier caso, nótese que el criterio legal que introduce el RLEA para limitar el importe de la
indemnización es el asumido en la relación laboral común por vía jurisprudencial.
• Régimen de exclusividad: mientras en el ámbito de la relación laboral común la prestación
de servicios en régimen de exclusividad para un único empresario se prevé cuando medie
pacto de plena dedicación/exclusividad, en la relación laboral especial de abogacía la
prestación de servicios lo es siempre en régimen de exclusividad, salvo que el contrato sea a
tiempo parcial o medie acuerdo expreso en contrario (
art. 10 RLEA).
• Pacto de no competencia postcontractual: a diferencia del régimen laboral común, no se
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Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados.
regula en términos de prohibición o impedimento, sino en términos de restricción o limitación.
Así, el Abogado, en virtud del pacto y tras la extinción del contrato que le vincula al despacho,
no tiene prohibido el ejercicio de la abogacía en todo caso, sino sólo cuando vaya referida a
clientes del mismo despacho, sin incluir entre ellos, salvo acuerdo expreso en contrario, los
que hubiera aportado al inicio de la relación laboral, o cuando esté relacionada con asuntos
40
en que hubiera intervenido durante su relación contractual especial
.
40 Además, mientras el art. 21.3 ET ( RCL 1995, 997) fija la duración máxima legal del pacto en función de la
titulación del trabajador (dos años para los técnicos y seis meses para el resto de trabajadores), el
art. 12.2 del
RLEA ( RCL 2006, 2075) fija una única duración máxima (dos años), como única es también la titulación de
todos los Abogados que prestan servicios en el despacho.
• También existen diferencias en la suspensión del contrato de trabajo. Aunque en la
relación laboral especial rigen las reglas del ET, el
art. 20.2 del RELA añade una nueva causa
de suspensión: la adquisición de la condición de socio por un período de tiempo no superior a
2 años.
Las diferencias con el ET en el régimen de la extinción del contrato son numerosas,
aunque no tantas como recogía el Borrador del RLEA. Haciendo una comparativa con los
arts. 49 y ss. del ET puede destacarse lo siguiente:
• Aparecen dos nuevas causas (art. 23.2 RLEA) que justifican el despido objetivo del
Abogado siguiendo la forma y procedimiento previstos del
art. 53 del ET ( art. 23 RLEA y art.
53 ET), con dos modulaciones: en la comunicación que se haga al Abogado por escrito
constarán con suficiente detalle las actuaciones profesionales o las relaciones con los
clientes en que se base la pérdida de la confianza o el inadecuado nivel profesional que
justifican el despido objetivo (art. 23.3 RLEA); y el plazo transcurrido desde la entrega de la
comunicación hasta la fecha de efectividad del despido no será de 30 [art. 53.1.c) ET] sino de
41
45 días (art. 23.4 RLEA)
.
41 En definitiva, esto supone que la forma y plazos para adoptar un despido objetivo son diferentes en función de
la causa que lo justifica: para las causas del
art. 52 del ET ( RCL 1995, 997) rige en su integridad el art. 53 del
ET, y para las que añade el art. 23.2 del RLEA ( RCL 2006, 2075) , se aplican las particularidades del art. 23.3
del RLEA. De todos modos, la redacción del apartado podía haber sido más clara, a fin de evitar cualquier lectura
extensiva (a las causas objetivas comunes) de las peculiaridades.
• Otras causas novedosas de extinción del contrato de trabajo son: la adquisición y
mantenimiento de la condición de socio durante un período de tiempo superior a dos años (
art. 20.1 RLEA), y el ejercicio de la abogacía en otro despacho durante el disfrute de una
excedencia voluntaria, sin la previa autorización del despacho (art. 20.1 RLEA).
• En caso de despido (objetivo o disciplinario) la readmisión será obligatoria no sólo cuando
sea nulo por discriminación o vulneración de derechos fundamentales, sino también cuando
afecte a un representante legal o sindical de los Abogados; todo ello, salvo acuerdo en
42
contrario ( art. 21.2 RLEA) .
42 Nótese que en el régimen laboral común, la readmisión es opcional, y cuando afecta a un representante de
los trabajadores la opción entre la readmisión y la extinción indemnizada corresponde al trabajador (
arts. 53.5 y
56 ET [ RCL 1995, 997] ).
• El plazo de preaviso al empresario de la extinción por dimisión o desistimiento del
trabajador es diferente para la relación laboral común y especial. Mientras el
art. 49.1.d) del
ET señala que será el estableado en convenio colectivo o por la costumbre del lugar, el art.
22.1, párrafo 1º del RLEA señala que no podrá ser inferior a 45 días ni superior a 3 meses.
7- Apunte final
Ayunas de doctrina judicial, por supuesto de jurisprudencia, las normas disciplinadoras de
la relación especial en cuestión ofrecen un nuevo marco jurídico para la prestación de
servicios en régimen de laboralidad; en el libro que propicia esta Tribuna pueden verse
algunas propuestas y numerosas concordancias o llamadas de atención para esta etapa,
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Sobre el trabajo de Abogados por cuenta de otros Abogados.
todavía inicial.
Pero son muchas más las incógnitas que al día de hoy subsisten: la entidad de la prevista
negociación colectiva; la amplitud de los comportamientos elusivos (legales, por supuesto)
del marco laboral se ponen en marcha para evitar una laboralidad muchas veces rechazada;
el nivel de cumplimiento real de las previsiones sobre contenido del contrato de trabajo; la
incidencia de la opción legislativa sobre los costes profesionales; la repercusión indirecta
sobre el modo en que los Abogados encauzan su protección social; la aparición de nuevos
sujetos colectivos; etc. Mientras ese futuro se va despejando, nos ha parecido que el
presente puede ayudar a entenderse con la monografía que noticiamos. Cerrando esta
presentación, deseamos agradecer el estímulo recibido para su confección por parte de
numerosos compañeros, tanto en el ámbito forense cuanto en el académico, así como la
confianza de nuestra Editorial. Sólo nos queda desear que este trabajo responda a las
expectativas depositadas en él.
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