Trabajo Homero 2015

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TRABAJO SOBRE HOMERO
HOMERO Y SUS OBRAS
En primer lugar presentamos un tema sobre Homero y su obra. La primera parte del trabajo tratará
sobre él. Se sustituyen con él los contenidos que aparecen en el libro.
La segunda parte del trabajo trata sobre tres cantos de las obras de Homero: el canto VI de la Ilíada,
el canto IX de la Odisea y el canto XII de la Odisea.
En las Pruebas de Acceso a los Estudios Universitarios se exigen los argumentos de la Ilíada y la Odisea
y la «Cuestión homérica», y además la lectura del cantos.
Homero: el hombre
Homero es para nosotros poco más que un nombre, pues apenas sabemos nada seguro de él. En sus
poemas nada nos dice sobre sí mismo.
Parece seguro que vivió en el siglo VIII a. C., una época en la que la poesía épica de composición oral
había llegado a su momento de mayor desarrollo, y de ahí que los poemas de Homero tengan un tamaño tan
grande.
En cuanto a su lugar de origen, en la antigüedad había siete ciudades que se disputaban el honor de ser la
patria de Homero. Según los antiguos dos tenían más probabilidades de serlo: Esmirna y Quíos. Esmirna es
una ciudad jonia de Asia Menor. Quíos es una isla jonia situada frente a la costa de Asia Menor. El hecho de
que en Quíos hubiera un clan de rapsodos, conocido como los «Homéridas», que se consideraban descendientes de Homero, era un argumento a favor de que nació o al menos residió en Quíos. El conocimiento
que el autor de la Ilíada y la Odisea parece tener de los lugares cercanos a Troya respalda el que Homero
vivió en Asia Menor o en las islas cercanas.
La tradición griega decía que Homero era un poeta errante, que estaba ciego, y que durante su vida sufrió
pobreza, pero no podemos decir si eso es cierto o forma parte de la leyenda en torno a su figura.
Las obras de Homero
De Homero conservamos dos obras, la Ilíada y la Odisea. Se trata de obras bastante extensas: unos quince
mil versos la Ilíada y unos doce mil la Odisea. Su influencia en la cultura griega fue enorme. Eran
empleadas en la educación de los jóvenes, que las leían y se aprendían de memoria partes de ellas. Dejaron
una gran huella en la literatura, el arte y, en general, en la cultura de los antiguos griegos. Su influencia ha
sido grande también en la cultura latina, y posteriormente en la cultura occidental.
El contenido de la Ilíada y la Odisea pertenece a lo que se llama el «ciclo troyano», que es el conjunto de
mitos referidos a la Guerra de Troya, tanto en lo que se refiere a su causa, comienzo, desarrollo y fin, como
a lo ocurrido después de la guerra a los héroes que participaron en ella.
La Guerra de Troya es una guerra mítica (o legendaria) en la que se enfrentaron los griegos (en las
obras de Homero se les da el nombre de aqueos, argivos o dánaos) con los troyanos (se les da también el
nombre de teucros o, a veces, frigios). La causa de la guerra fue la siguiente. Paris –llamado habitualmente
Alejandro en las obras de Homero–, que era hijo de Príamo, el rey de Troya, estaba como huésped en el
palacio de Menelao, el rey de Esparta. Sin respetar las normas de comportamiento entre huéspedes (se
entiende por «huésped» tanto la persona que da hospitalidad como la que la recibe), que prohibían
causarse cualquier daño entre sí, Paris seduce a Helena, la mujer de Menelao, y se la lleva a Troya, junto
con los tesoros del palacio. Realmente, detrás de todo ello están los dioses. Veámoslo. Cuando se celebró
la boda entre la diosa Tetis y el mortal Peleo, no fue invitada la diosa Discordia (}3D4H), que se ofendió por
ello. Estando juntas las diosas Hera, Afrodita y Atenea, Discordia se presentó y arrojó ante ellas una
manzana de oro, diciendo que era para la más hermosa. Como cada una de ellas creía que la manzana
debía ser para ella por ser la más hermosa, Zeus mandó a Hermes que las llevara al monte Ida (junto a
Troya) para que decidiera el mortal Paris, hijo del rey de Troya y considerado el más bello de los hombres.
Cada una de las diosas intenta asegurarse ser la elegida, para lo que cada una ofrece a Paris una recompensa si la elige a ella: Hera le ofrece el imperio de Asia, Atenea la sabiduría y la victoria en los combates,
Afrodita el amor de Helena, la mujer más hermosa. Seducido por lo que le ofrece Afrodita, la elige a ella.
Así, Afrodita hará que Helena se enamore de Paris. Pero al elegir a Afrodita, Paris se atrae la enemistad de
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Hera y Atenea, ira que recaerá también sobre su ciudad, Troya.
Cuando Menelao, que estaba ausente de Esparta, se entera de lo ocurrido, convoca a los reyes griegos
para que le ayuden a recuperar a Helena, según el juramento que habían realizado. Ese juramento se
realizó del siguiente modo. Cuando Helena llegó a la edad de casarse, se presentaron muchos pretendientes. Helena debía elegir a uno de ellos. Para evitar disputas, los pretendientes juraron que acatarían la
decisión de Helena y que acudirían en defensa del elegido si alguien se la arrebataba. Por ello, acuden al
llamamiento de Menelao todos los antiguos pretendientes de Helena, menos Ulises, que finge que está
loco; pero finalmente, al descubrirse que su locura es falsa, se ve obligado a participar en la expedición que
se organiza contra Troya.
Cuando el ejército griego llega a Troya, Ulises y Menelao van como embajadores a pedir a los troyanos
que devuelvan a Helena y los tesoros. Los troyanos se negaron a ello, e incluso quisieron matar a Ulises y
Menelao, que escaparon gracias al anciano Antenor, en cuya casa se alojaban.
Comienza, entonces, la Guerra de Troya. Durante nueve años los griegos fueron incapaces de derrotar
a los troyanos y conquistar Troya, y los troyanos tampoco pudieron derrotar a los atacantes y obligarles
a marcharse. Durante esos nueve años los griegos, además de intentar conquistar Troya, atacaron y
saquearon ciudades cercanas, aliadas de Troya. En uno de esos ataques los griegos habían tomado como
cautiva a Criseida, que correspondió a Agamenón como parte del botín (Agamenón era el hermano de
Menelao y el rey más poderoso, por lo que él dirigía el ejército griego). En otro ataque a una ciudad
aliada de Troya Aquiles había tomado como cautiva a Briseida, que se había convertido en su esclava
favorita.
La Ilíada (de }Ιλιος, ‘Ilio’, nombre que se da también a Troya) narra unos hechos de la Guerra de Troya,
ocurridos en el décimo año de guerra. El motivo central de la obra es la cólera de Aquiles (el más fuerte de
los guerreros griegos). Irritado con Agamenón, se retira de la lucha. Al faltar él, los griegos se ven en una
situación muy apurada y casi son vencidos por los troyanos. Cuando Héctor (el principal guerrero troyano)
mata a su amigo Patroclo, Aquiles hace las paces con Agamenón. Los griegos se recuperan y Aquiles mata
a Héctor.
RESUMEN DE LA ILÍADA
El poeta comienza su poema dirigiéndose a la Musa, a la que pide que cante la cólera de Aquiles (es decir,
le pide a la Musa que le inspire en el poema que va a comenzar sobre la cólera de Aquiles).
Crises, sacerdote del dios Apolo, acude al campamento de los aqueos a conseguir la liberación de su hija
Criseida, a cambio de un rescate. [Criseida había sido cogida como cautiva por los griegos, y en el reparto del
botín le había correspondido a Agamenón, hermano de Menelao. Agamenón era el rey griego más poderoso,
por lo que ejercía el mando supremo en el ejército griego.] Agamenón no entrega Criseida a su padre, y además
lo expulsa del campamento y le amenaza con maltratarlo si vuelve a verlo allí. Crises se queja a Apolo, y el dios
envía una peste a los griegos. Se consulta al adivino Calcante, que no se atreve a decir a qué se debe la peste.
Aquiles le convence para que hable, prometiéndole que le protegerá. Calcante dice entonces cuál es la causa
de la peste, y que sólo acabará si Agamenón libera a Criseida sin tomar ningún rescate. Agamenón monta en
cólera, pero no le queda más remedio que hacer lo que dice Calcante. Su ira se dirige a Aquiles, al que ordena
que, como compensación por la pérdida de Criseida, le entregue a su cautiva Briseida. Se produce una violenta
disputa entre Agamenón y Aquiles, y sólo la intervención de la diosa Atenea impide que Aquiles ataque con
la espada a Agamenón. Aquiles, irritado, se retira de la lucha, pero manda a sus hombres que entreguen a
Briseida cuando vayan a buscarla de parte de Agamenón. Fuertemente dolido en su orgullo, Aquiles suplica a
su madre, la diosa Tetis, que consiga que los griegos lamenten haberle ofendido. Zeus le promete que hará que
los aqueos se vean en una situación muy apurada para que lamenten haber ofendido al mejor guerrero griego.
Agamenón decide que continúe la lucha, pero en ese momento aqueos y troyanos llegan al acuerdo de
que se arregle todo con un combate singular entre Menelao y Paris: si gana Paris, podrá quedarse con Helena
y los tesoros, y si gana Menelao, los troyanos devolverán a Helena y los tesoros, añadiendo además una
indemnización. Cuando Menelao está a punto de matar a Paris, la diosa Afrodita lo salva y se lo lleva a Troya.
Al desaparecer Paris, Menelao se considera vencedor, pero en ese momento es herido por una flecha disparada
por Pándaro (guerrero licio, aliado de los troyanos), incitado por Atenea, que quiere que la guerra continúe
para que Troya sea destruida. Se reanuda entonces la lucha y tienen lugar encarnizados combates.
Llega un momento en que los griegos están siendo superados por los troyanos, dirigidos por su principal
guerrero, Héctor. [Héctor es hijo de Príamo, el rey de Troya, que, ya anciano, no toma parte en la lucha.] Ante
la situación apurada en que se encuentra el ejército aqueo, Agamenón ruega a Aquiles que vuelva a la lucha,
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prometiéndole la devolución de Briseida y abundantes regalos. Aquiles, todavía muy enfadado, no acepta. Su
amigo Patroclo, angustiado por los apuros en que se encuentran los griegos, logra que le permita luchar
llevando su armadura, para que los troyanos crean que es Aquiles quien lucha. Así lo creen los troyanos y
huyen. Patroclo se lanza en su persecución y Héctor lo mata, creyendo que mata a Aquiles.
Al enterarse Aquiles de la muerte de su amigo, su ira se vuelve contra los troyanos. Se reconcilia con
Agamenón y, tras recibir de manos de Tetis unas espléndidas armas hechas por el dios Hefesto (las suyas se
las había quitado Héctor a Patroclo), se lanza contra los troyanos, que huyen y se refugian dentro de las
murallas de Troya, menos Héctor. Héctor se enfrenta a él y muere.
Muerto Héctor, la ira de Aquiles aún no se ha aplacado, y se niega a entregar su cadáver a los troyanos,
con gran disgusto por parte de los dioses. Finalmente, cuando Príamo en persona le pide a cambio de un
rescate el cuerpo de su hijo, conmovido porque le recuerda a su padre Peleo, Aquiles se lo entrega.
La Odisea (de zΟδυσσgύς, ‘Odiseo’, que es el nombre griego de Ulises, en latín «Ulixes» o «Ulysses»)
trata sobre Ulises (Odiseo), rey de Ítaca y uno de los reyes griegos que participaron en la Guerra de Troya.
Se habla en primer lugar de la situación en Ítaca, la patria de Ulises. Allí los nobles, que creen que Ulises ha
muerto y que, por ello, desean que Penélope, la mujer de Ulises, se case con uno de ellos, campan a sus
anchas, ocupando el palacio de Ulises y consumiendo sus bienes. Luego se cuenta lo que le ocurrió a Ulises
desde que salió de Troya, hasta que llega a Ítaca, él solo, sin sus barcos y sin sus hombres. Finalmente se
narra lo que ocurre en Ítaca hasta que Ulises acaba con los pretendientes y se asienta como rey con autoridad.
RESUMEN DE LA ODISEA
El poeta comienza la obra pidiendo a la Musa que le hable de Ulises (es decir, le pide inspiración para hablar
sobre Ulises).
Mucho tiempo después de haber acabado la Guerra de Troya Ulises aún no ha regresado a casa. Se
encuentra retenido por la ninfa Calipso en su isla. Los dioses, menos Posidón, se compadecen de él. Atenea,
la diosa que lo protege especialmente, logra que Zeus ordene a Calipso que le permita marcharse. Entonces la
acción se traslada a Ítaca, la patria de Ulises. Allí, los pretendientes, nobles que no fueron a la guerra a Troya,
creyendo que Ulises ha muerto, quieren que Penélope elija a uno de ellos como esposo, para que se convierta
en el nuevo rey de Ítaca. Mientras, se comportan con gran insolencia, ocupando el palacio de Ulises como si
fuera suyo, celebrando banquetes en los que consumen los bienes de Ulises. Telémaco, el hijo de Ulises y
Penélope, que es ya un joven, pide al pueblo un barco para ir a buscar a su padre, pero no se lo conceden. Sin
embargo, con la ayuda de la diosa Atenea consigue un barco y va a buscarlo. En Esparta se entera de que su
padre está retenido por la ninfa Calipso. Mientras, en Ítaca los pretendientes de Penélope planean la muerte
de Telémaco, lo que causa la angustia de su madre, pero Atenea en sueños la tranquiliza asegurándole que su
hijo no sufrirá daño.
La acción vuelve a cambiar de lugar. El dios Hermes comunica a Calipso la orden de Zeus de que deje partir
a Ulises. Calipso, con gran disgusto, obedece, y Ulises construye una balsa en la que se marcha. Cuando está
en el mar, Posidón lo ve y desencadena una tempestad que hace que caiga al mar, pero logra salvarse y llega a
la isla donde habitan los feacios. En la costa encuentra a Nausícaa, la hija de Alcínoo, el rey. Ulises va al palacio
y el rey lo recibe amistosamente.
En el palacio de Alcínoo Ulises cuenta lo que le ha ocurrido desde el momento en que partió de Troya con
sus naves y sus hombres. Primero lucharon con los cicones, un pueblo aliado de los troyanos. Al principio
vencen Ulises y sus hombres, pero luego son derrotados y deben huir tras morir algunos de ellos. Cuando se
dirigen a Ítaca se levanta una tempestad. Arrastrados por el viento llegan al país de los lotófagos («comedores
de loto»). Los que comen loto pierden el deseo de regresar, por lo que Ulises se marcha rápidamente de allí.
Luego llegan a la tierra de los cíclopes (seres salvajes gigantescos con un solo ojo). El cíclope Polifemo apresa
a Ulises y a algunos de sus hombres, y se come a varios. Ulises logra escapar con los que quedan, después de
dejar ciego a Polifemo. Dado que es hijo de Posidón, esto le traerá la enemistad del dios. Después llegan a la
isla de Eolo, el señor de los vientos, que les da un odre donde están encerrados los vientos desfavorables, por
lo que, llevados por el viento favorable, llegan casi a Ítaca, pero cuando la tienen a la vista unos hombres de
Ulises abren el odre y los vientos contrarios hacen regresar el barco a la isla de Eolo, que ya no los acoge. Más
tarde llegan a la tierra de los lestrigones, que devoran a los hombres que Ulises envía como mensajeros y luego
destruyen todos los barcos menos el de Ulises, muriendo todos los hombres que iban en ellos. A continuación
Ulises llega a la isla de Circe, una especie de maga que convierte en cerdos a algunos de sus hombres. Con la
ayuda del dios Hermes, Ulises evita correr la misma suerte y logra que Circe les devuelva su forma humana.
Después de un tiempo de gozar de la hospitalidad de Circe, parten en busca de su patria. Primero van al
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mundo de los muertos, a consultar al adivino Tiresias, que aconseja a Ulises sobre el modo de regresar a casa.
Pasan por la isla de las Sirenas, seres mitad mujer y mitad ave que atraen a los marineros con su canto y hacen
que los barcos se estrellen en las rocas. Se libran porque Ulises (avisado por Circe) había tapado los oídos de
sus hombres. Después pasan por el escollo donde habita Escila, un monstruo terrible, que devora a seis
hombres. Llegan luego a la isla del dios Helios. Allí los hombres de Ulises, en contra de sus órdenes, matan
algunas vacas de Helios. Debido a este sacrilegio, cuando se hacen a la mar, Zeus destruye el barco, y sólo se
salva Ulises, que, subido en unos maderos, llega a la isla donde vive la ninfa Calipso.
Los feacios llevan a Ulises a Ítaca. Por prudencia (después de tantos años de ausencia, no sabe cuál es la
situación de Ítaca) no se da a conocer a nadie sino que se presenta como un mendigo. Es acogido hospitalariamente por el porquero Eumeo (su esclavo), que cree que es un mendigo como le ha dicho. Por él Ulises se
entera de cuál es la situación en Ítaca. Su hijo Telémaco, que aún no había vuelto de su viaje, regresa en ese
momento sano y salvo. Ulises le revela a él solo quién es, y planean la manera de acabar con los pretendientes.
Para llevar a cabo su plan van a la ciudad, al palacio de Ulises, donde los pretendientes están a punto de
celebrar un banquete. Allí Ulises, aparentemente un mendigo invitado por Telémaco, puede ver cómo se
comportan los pretendientes, y también qué sirvientes le siguen siendo fieles y cuáles no. Incluso se encuentra
con Penélope, que no le reconoce. Su anciana nodriza, Euriclea, sí le reconoce pero guarda el secreto. En el
curso del banquete Penélope anuncia a los pretendientes que tomará por esposo a quien logre hacer pasar con
el arco de Ulises una flecha por los agujeros de doce hachas puestas en fila. Los pretendientes lo intentan, pero
ni siquiera son capaces de montar el arco. En cambio Ulises, bajo apariencia de mendigo, monta el arco
fácilmente y pasa una flecha por los agujeros de las hachas. A continuación comienza a disparar contra los
pretendientes y dice quién es. Entre él y Telémaco acaban con todos ellos. Luego Ulises se da a conocer a
Penélope, que no se acaba de creer que ese mendigo sea su marido. Sólo se convence cuando Ulises le dice
cómo está hecho el lecho de su dormitorio, algo que nadie más que Penélope y Ulises conocen (Ulises lo había
tallado en el tocón de un enorme olivo que había allí, y en torno a él construyó el dormitorio y todo el palacio).
Al día siguiente Ulises, Telémaco y los sirvientes que les han sido fieles, para evitar la venganza de los
familiares de los pretendientes, se van de la ciudad a la finca donde vive retirado el padre de Ulises, el anciano
Laertes. Cuando éstos llegan a la finca de Laertes, Ulises y los suyos se enfrentan con ellos. Laertes mata a uno,
pero la diosa Atenea se manifiesta y les ordena que cesen en su lucha. Aterrorizados, los familiares de los
pretendientes huyen.
Junto a la Ilíada y la Odisea se han trasmitido otros poemas atribuidos a Homero, pero, según los estudiosos, es casi seguro que no son suyos. Uno de ellos es un poema breve titulado Batracomiomaquia, es decir,
La batalla entre las ranas y los ratones. Es un poema de tipo humorístico que cuenta una batalla entre
ratones y ranas, narrada imitando la forma de narrar los combates de las obras de Homero.
Otros son los poemas conocidos como Himnos homéricos. Son treinta y tres himnos a diversos dioses
compuestos en la lengua y con la métrica de la poesía épica. Seguramente fueron compuestos en diversas
épocas. Algunos de ellos son bastante extensos (el Himno a Hermes, el más largo, tiene 580 versos), pero la
mayoría son breves (en su mayor parte no pasan de quince versos).
En la antigüedad se atribuyeron a veces a Homero otras obras que no se nos han conservado, y que, al
menos en su mayor parte, es seguro que no eran suyas, como ya dicen en general los autores antiguos. De
estos poemas no tenemos más que algún verso suelto, y son conocidos por referencias de autores antiguos.
Son obras como Tebaida, que al parecer se ocupaba de la enemistad entre los hijos de Edipo (Eteocles y
Polinices), los Cantos Ciprios, que trataba sobre sucesos anteriores a la Guerra de Troya, o la Pequeña Ilíada,
que se ocupaba de sucesos anteriores a la conquista de Troya, como la construcción del caballo de madera,
y de la conquista de la ciudad.
La cuestión homérica
Sobre Homero y sus poemas ha habido una serie de controversias conocidas como «Cuestión Homérica».
En general, los antiguos consideraban que fue Homero quien compuso la Ilíada y la Odisea. Esta idea de
que hubo un poeta, Homero, que compuso estas obras más o menos como nos han llegado ha sido puesta en
duda en época moderna por ciertos estudiosos, fundamentalmente durante el siglo XIX y comienzos del XX.
Por un lado, a veces se ha negado que existiera realmente Homero considerando que no es más que una figura
legendaria, un nombre detrás del cual no hay una persona real. Otras veces no se ha negado la existencia de
Homero ni que fuera el autor de la Ilíada, pero se ha considerado que la Odisea no es obra de Homero,
debido a las diferencias entre ambas obras (pueden ser fácilmente apreciadas por cualquiera que las lea).
Otras controversias se refieren a la unidad de la Ilíada y la Odisea. Lo cierto es que, si uno se fija con
atención en los poemas, se pueden apreciar ciertos «fallos». Así, por ej., en la Ilíada un personaje, Pilémenes,
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muere, y luego aparece lamentando la muerte de su hijo. En las obras, por otro lado, se aprecian algunas
partes diferenciadas. Así, la Odisea empieza hablando de la situación de Ulises y de la decisión de los dioses
de permitir su regreso, luego se pasa a contar lo que le sucede a Telémaco en Ítaca y su viaje para buscar a
su padre, y más tarde se vuelve otra vez a hablar de Ulises. Los antiguos, aunque se dieron cuenta de estas
cosas, no llegaron, sin embargo, a negar la unidad de las obras (es famoso el verso de Horacio «indignor
quandoque bonus dormitat Homerus», ‘me indigno cada vez que el buen Homero dormita’). En el siglo XIX
se niega con más fuerza esa unidad, sobre todo en Alemania. Aparece lo que se conoce como «corriente
analista» (de •νάλυσις, ‘acción de soltar’, ‘disolución’). Los analistas consideran que la Ilíada y la Odisea
no fueron compuestas de una vez por un único poeta como las conocemos. Una versión de la corriente
analista considera que hubo unas obras iniciales de poca extensión, que con el paso del tiempo fueron
creciendo, ampliadas por diferentes poetas. Otra versión sostiene que en un principio había varios poemas de
diverso tamaño y de valor diverso, y que luego fueron reunidas para formar las obras que nos han llegado.
La teoría analista fue aceptada de forma bastante generalizada hasta comienzos del siglo XX. Nunca dejó
de haber unitarios, es decir, partidarios de la unidad de las obras, y desde comienzos del siglo XX (más o
menos desde el fin de la Primera Guerra Mundial) la corriente unitaria se convierte en la dominante. Los
unitarios no niegan los «fallos» presentes en los poemas, pero consideran que no son suficientes para negar
la unidad de las obras, sino que entran dentro de lo que puede pasársele por alto a un poeta que compone
obras tan extensas.
En general, hoy en día se acepta que detrás de la Ilíada y la Odisea hay un espléndido poeta, identificado
en general con Homero, que concibió sus obras de forma unitaria (o sea, no uniendo poemas breves ya
existentes ni ampliando un poema breve), y con un argumento bien estructurado. Esto no quiere decir, sin
embargo, que las obras nos hayan llegado tal como él las compuso, sin ninguna alteración, sino que con toda
seguridad han sufrido algunas modificaciones . Así, parece que los rapsodos que durante siglos las recitaron
incluyeron versos que no estaban en la versión original. Pero esas interpolaciones seguramente no cambiaron
gran cosa las obras iniciales. Se acepta generalmente también que ambas obras son del mismo poeta, pues se
considera que las diferencias que pueda haber entre ellas son menos importantes que las coincidencias
(algunos estudiosos consideran que las diferencias se deben a que seguramente entre la composición de la
Ilíada y la de la Odisea pasaron bastantes años).
Ahora bien, no se considera que el poeta que compuso estas obras creara todo de la nada, sino que se cree
que seguía una tradición de poesía épica. Esa tradición le proporcionó a Homero la lengua, el tipo de verso,
los asuntos que se deben tratar, los elementos culturales que aparecen en los poemas (costumbres, objetos,
instituciones...). Se trata seguramente de una tradición que se remonta muchos siglos atrás, lo que explica que
la lengua tenga elementos de diferentes épocas y que aparezcan elementos culturales pertenecientes a épocas
distintas (por ej., normalmente se cita el bronce como el metal habitual, pero en ocasiones se habla del hierro
como si fuera el más corriente).
•–•–•–•–•–•
TRABAJO
A) Cuestiones sobre Homero y sus obras
Homero: el hombre
1. Situar en el tiempo y en el espacio a Homero.
Las obras de Homero
2. Explicar las causas de la Guerra de Troya.
3. ¿Por qué se pelearon Aquiles y Agamenón?
4. ¿Por qué se vuelve a incorporar Aquiles a la lucha?
5. ¿Cual era la situación en Ítaca antes del regreso de Ulises?
7. ¿Cómo se convence finalmente Penélope de que el mendigo que ha matado a los pretendientes es Ulises?
8. ¿De qué trata la Batracomiomaquia?
9. ¿Qué son los Himnos homéricos?
La cuestión homérica
10. ¿A qué se llama «cuestión homérica»?
11. ¿Qué pensaban algunos estudiosos del siglo XIX y comienzos del XX sobre la figura de Homero (en
contra de la opinión de los antiguos)?
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12. ¿Qué base tenían las controversias en torno a la unidad de la Ilíada y la Odisea?
13. ¿Qué defendían los seguidores de la corriente analista?
14. ¿Qué dicen los unitarios sobre los poemas homéricos?
15. ¿Qué se piensa hoy en general sobre Homero y los poemas homéricos?
B) Cuestiones sobre los cantos de Homero
Canto VI de la Ilíada
1. Contar el episodio de Menelao y Adresto.
2. En cierto momento Diomedes deja de luchar y le habla a Glauco. Glauco («el hijo de Hipóloco») le dice
quién es. Al hablar de sus antepasados habla de Belerofontes. Contar brevemente lo que dice Glauco sobre
Belerofontes.
3. ¿Qué hacen Glauco y Diomedes antes de separarse? ¿Por qué hacen eso?
4. Cuando Héctor llega a Troya, su madre le ofrece vino. ¿Cómo responde Héctor ante ello?
5. Contar la conversación entre Héctor y Alejandro (Paris).
6. Contar lo que ocurre en el encuentro de Andrómaca y Héctor y lo que dicen éstos. Hacerlo brevemente,
pero sin omitir nada de lo esencial.
Canto IX de la Odisea
1. ¿Por qué Odiseo no quiso quedarse con Calipso ni con Circe?
2. Contar el episodio de los cicones.
3. Contar el episodio de los lotófagos.
4. Desde la isla situada cerca Odiseo y sus hombres vieron la tierra de los cíclopes (evidentemente, aún no
sabían que allí habitaban los cíclopes). ¿Qué les indicó que esa tierra estaba habitada? ¿Por qué Odiseo
decidió ir allí? ¿Con quién fue?
5. Tras desembarcar en la tierra de los cíclopes Odiseo y sus hombres llegaron a una cueva, donde en ese
momento no había nadie. ¿Qué vieron allí? ¿Qué le pidieron a Odiseo sus hombres? ¿Qué decidió hacer él?
¿Por qué?
6. Contar lo que ocurre desde el momento en que el cíclope regresa a la cueva y el momento en que Odiseo
y los hombres que han sobrevivido regresan a la isla donde estaban los demás. Hacerlo brevemente, pero sin
omitir nada de lo esencial.
7. Comparar la forma de ser y comportarse del cíclope y la de Odiseo.
Canto XII de la Odisea
1. De vuelta del mundo de los muertos, Odiseo y sus hombres llegan a la isla de Eea, la isla de Circe. ¿Qué
es lo primero que hacen a la mañana siguiente?
2. ¿Cómo los recibe Circe?
3. Contar lo que ocurre cuando Odiseo y sus hombres pasan por la isla de las Sirenas.
4. ¿Qué ocurre cuando la nave de Odiseo pasa junto al escollo de Escila? ¿Qué sentimiento manifiesta Odiseo
ante lo ocurrido?
5. Contar lo que ocurre desde que Odiseo y sus hombres desembarcaron en la isla de Trimaquia hasta el
momento en que Zeus destruye su nave. Hacerlo brevemente, pero sin omitir nada esencial.
6. Después de que su nave fuera destruida y murieran todos sus hombres, Odiseo, que ha logrado salvarse
subiéndose a unos maderos, llega de nuevo a los escollos de Escila y Caribdis. ¿Cómo se salva de Caribdis?
7. ¿Cuánto tiempo estuvo Odiseo en el mar como náufrago? ¿Adónde llegó? ¿Qué ocurrió allí?
8. Comparar las Sirenas que aparecen en la Odisea con las sirenas que aparecen en cuentos y leyendas
europeos.
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