Infecciosas SINDROME FEBRIL EN URGENCIAS Fermín J Jiménez Bermejo, Tomás Rubio Vela, Catalina Isabel González Rodríguez, María Teresa Gaztelu Contín Servicio Medicina Interna, Hospital García Orcoyen. Estella-Lizarra Definición de fiebre: elevación de la temperatura corporal por encima de los límites normales (36,8 + 0,4 ºC rectal, + 0.5-0.6 ºC axilar), por desequilibrio entre producción (músculo, hígado) y eliminación de calor, teniendo en cuenta la existencia de ritmo circadiano con mínimo a las 6:00 horas y máximo a las 18:00 horas. Supone 5-10% de las urgencias hospitalarias. Conviene diferenciarla de: ¾ Hipertermia: elevación de la temperatura debida a pérdida insuficiente de calor, ejercicio, fármacos, drogas, calor extremo, hipertermia de origen central, alteraciones endocrinológicas,... con mala respuesta a antipiréticos y sin respetar el ritmo circadiano. ¾ Hiperpirexia: temperatura superior a 41,5 ºC. La fiebre es un mecanismo de respuesta del organismo, con efectos beneficiosos y negativos: ¾ Crea condiciones de temperatura desfavorables para los gérmenes (el neumococo resiste mal las altas temperaturas, y antiguamente se provocaba la fiebre para tratar la neurosífilis). ¾ Aumenta el poder fagocitario y bactericida de los neutrófilos, así como el efecto citotóxico de los linfocitos. ¾ Sin embargo, la fiebre supone “costes” importantes al huésped: el consumo de oxígeno aumenta 13% por grado, molestias subjetivas (dolor de espalda, tiritonas, mialgias, artralgias, anorexia,...), incremento necesidades de líquidos y calorías, disminución de la agudeza mental, delirio, estupor, convulsiones (niños), empeoramiento importante de patologías de base (ICC, I. respiratoria por acidosis/hiperventilación, I. renal, un episodio de fiebre en el primer trimestre de embarazo duplica el riesgo de defectos tubo neural,...). La sudoración aparece cuando se ponen en marcha los mecanismos para perder calor gracias a los antitérmicos, cuando se alcanza nuevo “techo térmico” o al desaparecer los estímulos febriles. El organismo tolera 42 ºC no más de 4 horas. Insistir en el hecho de que en recién nacidos, ancianos, insuficiencia hepática o renal severas, tratamientos corticoideos, inmunodeprimidos, sepsis, diabetes mellitus,..., la hipotermia puede ser un signo de infección grave (sepsis). Fisiopatología: ¾ Pirógenos exógenos: ajenos al huésped, generalmente microorganismos o sus productos tóxicos (toxinas, LPS, peptidoglicanos,...), que estimulan células productoras de pirógenos endógenos (monocitos, macrófagos). ¾ Endógenos: desencadenados por infección/inflamación. Citoquinas (IL, FNT,, IFN,...). Causas de fiebre: la existencia de fiebre no es sinónimo de infección, ya que su etiología es muy amplia: 1. Infecciones 2. Inmunológicas y/o inflamatorias: tóxicos, proteínas heterólogas, productos bacterianos, rechazo injertos/transplantes, colagenosis, vasculitis,… 3. Necrosis tisular: IAM, TEP/infarto pulmonar, traumatismos extensos, rabdomiolisis, hematomas y/o sangrado en terceros espacios,… 4. Hemopatías: leucemia, aplasia medular, anemia perniciosa, crisis hemolíticas, PTT,.. 5. Neoplasias: sobre todo linfomas y carcinomas. 6. Endocrinometabólicas: gota, porfiria, fiebre mediterránea familiar, alteraciones metabólicas agudas,… 7. Síndrome neuroléptico maligno. 8. Fiebre facticia. Libro electrónico de Temas de Urgencia 1 Infecciosas Patrones de fiebre: (poco específicos) - Sostenida: variaciones térmicas mínimas. - Intermitente: exageración del ritmo circadiano. Es frecuente en las infecciones generalizadas o profundas, neoplasias malignas y fármacos. - Remitente: descenso diario pero sin alcanzar cifras normales; es típica de la TBC, bacterianas, virales y procesos no infecciosos. - Recurrente: episodios de fiebre con intervalos de normalidad (terciana, cuartana,...), típicas del paludismo. - Fiebre de origen desconocido (FOD): tras 2-3 semanas ingresado para estudio y sin evidencias etiológicas claras. No es sinónimo de fiebre sin focalidad evidente. Valoración del paciente con fiebre: • Historia clínica. Existen pocas situaciones en las que sea tan importante como en la fiebre. Investigar antecedentes epidemiológicos: contactos con animales, viajes (paludismo), consumo de fármacos, intervenciones (dentales, quirúrgicas, prótesis,...), exposición a tóxicos, contactos de riesgo, aficiones, dieta (carne cruda, lecha, huevos,...), profesión, asplenia,... • Semiología: forma de inicio, tiempo de evolución, predominio horario, respuesta a antitérmicos, repercusión clínica, sintomatología asociada (escalofríos, tiritonas), existencia de otros casos en su entorno,… • Exploración física: la temperatura deberá tomarse siempre en el mismo lugar (las más seguras son las rectales). Exploración completa buscando posible origen: ¾ Constantes vitales, inspección general (exantemas, ictericia, escaras/heridas, picaduras, estigmas cutáneos sugestivos de endocarditis),… ¾ Cabeza y cuello: exploración ORL, rigidez de nuca y signos de meningismo, adenopatías, palpación senos paranasales, pulsos arterias temporales,… ¾ Auscultación cardiopulmonar: soplos, roces, ruidos pulmonares,… ¾ Abdomen: palpación, auscultación, megalias, sucusión renal,… ¾ Tacto rectal (prostatitis) y exploración genital ¾ Exploración neurológica completa ¾ En hospitalizados: revisar vías venosas, catéteres, drenajes, sondas,… ¿Cuándo decidir tratamiento antibiótico?: ¾ Un paciente sin indicios de gravedad, con buena tolerancia clínica (en ocasiones incluso asintomático), sin factores de riesgo añadidos (enfermedades de base, embarazo, edades extremas, neutropenia, DM, inmunodepresión, implantes endovasculares,…), y en el que el origen de la fiebre no está claro, no precisa tratamiento antibiótico hasta que se establezca alguna evidencia microbiológica. Tampoco lo necesitan pacientes con fiebre conocida o en estudio por FOD. ¾ Por el contrario, siempre antibioterapia empírica, aunque no exista focalidad clara, si afectación clínica importante, factores de riesgo añadidos y/o compromiso vital (shock, sospecha de meningitis,…). Tratamiento de la fiebre: 1. Medidas físicas: cuando se pretende descender rápidamente la temperatura o evitar el uso de fármacos: Inmersión en agua fría Mantas de hipotermia Compresas y friegas 2. Fármacos antipiréticos: Paracetamol (dosis habitual : 1 gramo /6-8 hs) Salicilatos (cuidado con el S. de Reye en niños) AINES Metamizol (provoca hipotensión si se perfunde rápido o con escasa dilución). Actuación ante un paciente febril en Urgencias Anamnesis y exploración completas Pruebas complementarias básicas: Libro electrónico de Temas de Urgencia 2 Infecciosas ¾ Hemograma: leucocitosis (leucopenia relativa si leucocitos normales y fiebre alta, p.e. brucelosis y fiebre tifoidea), linfocitos activados (VEB), neutropenia , linfocitosis (frecuente en viriasis), eosinofilia (fármacos, parásitos,..),… Leucocitosis no es sinónimo de infección. Ante sospecha epidemiológica (viajeros), solicitar gota gruesa. ¾ Bioquímica elemental. PCR/VSG ¾ Sistemático/sedimento urinario. ¾ Muestras de líquidos biológicos: Hemocultivos (el momento idóneo coincide con los escalofríos y el ascenso térmico, al menos en 2 localizaciones diferentes, y con un intervalo de aproximadamente 30 minutos), frotis, esputos, orina, coprocultivo y parásitos en heces, líquidos por punción de colecciones anómalas (toracocentesis, paracentesis, artrocentesis,…), punción lumbar, … ¾ Estudios radiológicos (RX tórax, RX abdomen, RX senos paranasales, ecografía, TAC…). SIN focalidad clara, en ausencia de criterios de gravedad, buena tolerancia clínica, sin factores de riesgo añadidos, y menos de 2 semanas de duración: tratamiento antitérmico, observación domiciliaria y control evolutivo por su equipo de At. Primaria. Si fiebre de más de 2 semanas de evolución, deberá ingresar a estudio o ser remitido a consultas externas de M Interna. CON focalidad infecciosa: iniciar tratamiento antibiótico empírico e ingreso/alta según indicación médica. Actuación ante un paciente hospitalizado que presenta fiebre Anamnesis, exploración física, revisar historia clínica, con especial énfasis al momento de aparición de la fiebre. Considerar causas especiales: ¾ Post-operados: atelectasia (24-48 hs), neumonía (4º-5º día), TEP, infección herida quirúrgica, drenajes… ¾ Reacción transfusional ¾ Endocarditis: soplos de nueva aparición, insuficiencia cardiaca agudizada, embolismos cutáneos,… ¾ Infección urinaria: infección hospitalaria más frecuente (sobre todo en pacientes portadores de sonda urinaria). ¾ Infecciones por catéter (flebitis, inserciones dolorosas/eritematosas) ¾ Farmacológica ¾ Otras causas (artritis gotosa, infección abdominal,…) En todos los casos deberán obtenerse hemocultivos seriados (ante la sospecha de sepsis incluso en ausencia de fiebre, ya que ésta cursa en ocasiones con hipotermia). Recogida de muestras en relación al foco sospechoso. Si no se evidencia focalidad, se recomienda sistemático y sedimento de orina (con urocultivo si procede), bioquímica y hemograma elementales, así como radiografía de tórax. Se iniciará tratamiento antibiótico empírico según lo indicado con anterioridad. Si aparece fiebre en paciente ya tratado con antibióticos, existen varias posibilidades: - Dosis y/o cobertura incorrecta del antibiótico, tiempo insuficiente, mala difusión al foco infeccioso (abscesos),... - Germen multiresistente, sobreinfección. - Persistencia foco (catéteres i.v., sondajes urinarios, prótesis endovasculares infectadas,...). - Fiebre no infecciosa. - Fiebre por antibióticos - Otras causas Conclusiones: La fiebre es un mecanismo de respuesta frente a múltiples agresiones externas e internas. La fiebre, leucocitosis y elevación de reactantes de fase aguda (VSG, PCR…), no siempre son sinónimos de infección. Reservar tratamiento antibiótico en urgencias ante la evidencia/sospecha de infección y pacientes seleccionados de alto riesgo, siempre que sea posible con obtención previa de muestras para microbiología. Recordad que la hipotermia puede ser indicativo de sepsis. Libro electrónico de Temas de Urgencia 3 Infecciosas Bibliografía: 1. Charles A. Dinarello, Jeffrey A, Gelfand. Alteraciones en la temperatura corporal. Cap. 16, Principios de M. Interna, 16 edición. Editores: Harrison, Kasper, Branwald et al. 2005; 120124. 2. Coto López A. Síndrome febril. Manual de urgencias médicas, 2ª edición. Editor: Jesús Medina Asensio. Ediciones Diaz de Santos. 1997:87-92 3. Gillies and Marshall. Fiebre. Manual del médico de guardia. Ed. Doyma. 1993:75-86 4. Mandell , Philip A y Mackowiaak. Síndrome febril. Enfermedades infecciosas, 4ª edición. Editores Douglas y Bennet. Editorial Panamericana 2002:732-754 5. Moya Mir. Síndrome febril. Normas de actuación en urgencias. Edición 2000: 5-9 6. Mensa J et al. Guía de terapeútica antimicrobiana. Edición 2005. 7. Fiebre. Rubio T, Llorente B. Guía de urgencias Hospital de Navarra. Editores A.S. Oliván, M.A. Pinillos, J Agorreta. Año 1999:26-27 8. Monserrat Morales, María Eugenia García Gil, Victor Moreno. S. Febril y trastornos de regulación de temperatura. Manual de diagnóstico y terapeútica médica, 5ª edición. Grupo MSD. Año 2003: 99-108 9. Pérez Sánchez et al. Enfoque del paciente con fiebre. Urgencias en Medicina, 2ª edición. Editores: F J Callado Moro, Fernando Richard. Editorial Aldecoa. 1996:669-685 10. Napal Lecumberri J. Actitud ante un paciente febril. Manual del médico de guardia, 3ª edición. Edit Diaz de Santos. Año 1993:461-465 11. Mundy L.M. Fiebre y exantema. Manual Washington de terapeútica médica, 10ª edición. Editores: Charles F Carey, Hans H Lee, Keith F Woeltje. 1999:299-300 Libro electrónico de Temas de Urgencia 4