Venciendo la incredulidad Pastor Claudio Candía Base Bíblica: Marcos 9.14-29 Marcos 6.6 La duda no es algo que Dios pone en nosotros. La Biblia dice que Dios da a cada hombre una . . . medida de fe (Romanos 12:3). Dios ha puesto te en nuestro corazón, pero el diablo trata de negar nuestra fe atacándonos con la duda. La duda viene en forma de pensamientos que están opuestos a la Escritura. La duda y la incredulidad = Romanos 4:18-21 (Abraham) Este pasaje nos habla de que hay un espíritu territorial de incredulidad que no permite que los milagros sucedan. A pesar de que los discípulos oraron por sanidad, el milagro no ocurrió. El problema no fue la oración, ni la forma en la que estaban haciendo las cosas, sino como Jesús mismo discierne, el problema es que estaban en medio de una generación incrédula. Al apartarse del lugar, los discípulos le preguntan a Jesús el por qué ellos no pudieron hacer el milagro, y Jesús les responde ¨porque este género – refiriéndose Jesús al género de la incredulidad- sólo se va con ayuno y oración¨. Para vencer el espíritu de incredulidad, se debe enfrentar con ayuno y oración. El mayor problema en este caso, lo encontramos en que el cristiano actual no hace ninguna de las dos cosas. Es por esto que cuando están a punto de alcanzar las mayores victorias de sus vidas, se ven atacados por la duda y piensan que las cosas que Dios les ha prometido, no van a llegar. Por naturaleza, en el hombre opera un espíritu de incredulidad. Por tanto, si el cristiano no ora y no ayuna, seguirá imponiendo sus manos sin ver la gloria de Dios, tal y como les sucedió a los discípulos. Como creyente, debes aumentar tu tiempo de ayuno y oración para poder empezar a ver cumplidas las cosas que hasta el momento no has visto con tus ojos físicos. Si tú haces esto, verás como el Señor te fortalece para alcanzar tus sueños, te da estrategia para vencer al diablo, te da ideas creativas, carácter nuevo, cambia tu mentalidad y abre tu visión para que tengas sueños grandes. ¿Qué hace la incredulidad en la vida de un creyente? 1. La incredulidad roba los milagros. Marcos 6.1-6 Estando Jesús en su propio pueblo, no pudo hacer ningún milagro, más que sanar a unos pocos enfermos. Jesús quedó asombrado de la incredulidad del lugar. A pesar de que El tenía el poder y la unción para hacer obras sobrenaturales, nada milagroso aconteció debido a la condición incrédula del pueblo. Podemos entender por esto, que nuestro evangelio está lleno de milagros y que tan pronto tú conoces a Cristo, deberías empezar a vivir una vida sobrenatural. Por lo que un cristianismo sin milagros, no es verdadero cristianismo. Si tú pones atención, notarás que la Biblia está llena de milagros que te hablan del poder de Dios en medio de su pueblo. Sin embargo, al entrar la duda en tu corazón, Satanás lo que busca es que tú vivas un evangelio común y natural, sin ninguna gloria. Por esta razón, es que debes levantarte en guerra a la incredulidad y vencerla con una vida de ayuno y oración. Jesús era un hombre de oración. Acostumbraba levantarse muy de mañana para estar con Su padre y al empezar su día, ya El conocía a lo que debía enfrentarse. Podemos asumir entonces, que si Jesús no hubiera tenido esa vida de íntima comunión con Dios, talvez al orar por otros no muchas cosas hubieran sucedido. Sin embargo, Jesús al terminar de orar cada día, ya sabía de antemano a quién tenía que bendecir, sobre quien tenía que desatar la palabra y contra qué debía luchar. 2. La incredulidad hace que el corazón se endurezca y neguemos la resurrección. Marcos 16.14 Jesús una vez más reprochó la incredulidad de los discípulos, al no creer que El había resucitado. A pesar de que tenían la profecía, cuando llegó el cumplimiento del tiempo, no lo creyeron. En la escritura podemos ver, que una y otra vez, Jesús les reclamó a sus discípulos, diciéndoles ¨no habéis podido orar ni una hora¨. Quiere decir que Jesús les había enseñado que debían sacar tiempo para orar, para poder apagar las fortalezas del diablo. Como cristiano, eres una persona de pacto y de compromiso y todo tu ser, tu fuerza y tu energía, debe ser para entregarla a Aquél que te amó desde antes que nacieras. No entregues tu corazón al extraño ni al perverso, entrega tu vida de oración y ayuno al Señor. 3. Los incrédulos maldicen los ambientes y los territorios. Hechos 17 Si tú le crees al Señor, pero a tu lado tienes un incrédulo, éste te maldice tu camino y tu vida. Tú tienes grandes sueños en Dios, y por eso no puedes estar rodeado de gente incrédula, porque pueden destruir tus expectativas. Todos tus amigos en Cristo, deben ser crédulos con el Señor al igual que tú. Recuerda que la Biblia dice ¨al que cree todo le es posible¨. Por último, deseo dejar en tu corazón que cuando Dios te habla, cuando El te da una palabra, tú solamente debes creerla. La Biblia dice que ¨al que cree todo le es posible¨. A ti te conviene creerle a Dios y también te conviene orar y ayunar. Hay una multitud de milagros que Dios diseño para ti, pero muchos de ellos no han llegado a tu vida, por la barrera de la incredulidad. Si tú decides poner tu vida en ayuno y oración dedicándosela al Señor, tú marcarás tu diferencia!