IGLESIA NACIONAL PRESBITERIANA DE MÉXICO “GETHSEMANÍ” SERMÓN 2 UN ACERCAMIENTO A LA MUERTE DE JESÚS UN ACERCAMIENTO A LA MUERTE DE JESÚS La pasión no es sólo el nombre de una película es también el término que se ha usado durante años para referirse a la cruz y a la realidad de que Jesús murió en una. Esta es el segundo sermón de la Serie “La Pasión” y pero que al estudiar este tema juntos te apasiones por conocer lo que sucedió en esa cruz a medida que se haga más real y más personal para ti. La pasión que siento hacia la cruz y a la realidad de que Jesucristo me ama tanto ha tenido un impacto en el amor que ahora siento por él y a la vida que vivo para él. Y en esta día quisiera hablar del lado personal de la cruz de Jesús, examinaremos tres preguntas: (1) ¿Porqué tanta sangre?; (2) ¿Qué fue exactamente lo que sucedió en la cruz? Y (3) ¿Qué significa la cruz, la sangre de Jesucristo para mí personalmente? Al revivir la escena bíblica cuando Jesús con gran dificultad va cargando su cruz, nos lleva a considerar que la muerte de Jesús en la cruz fue una realidad. Analizaremos el lado personal de la cruz, a través de tres preguntas importantes: 1.- ¿Porqué tanta sangre? El texto bíblico nos invita a reflexionar sobre la crueldad acción de los enemigos del Señor al maltratarlo y golpearlo, al clavarlo en la cruz, se derrama ampliamente; el mismos Señor anticipaba y testificaba el derramamiento de su propia sangre en la cruz como en la última cena pascual, recuerda lo que dijo en Lucas 22:20 dice “De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por ustedes”, él sabía que su sangre sería derramada. A Jesús se le acusó de algo que previo al evento había afirmado y para su juicio esto le acarreó la condenación a muerte, mira Juan 6:53-54 “—Ciertamente les aseguro —afirmó Jesús— que si no comen la carne del Hijo del hombre ni beben su sangre, no tienen realmente vida. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final”, ¿Porqué había hecho Jesús tal afirmación? ¿Por qué celebraríamos su sangre? La Biblia nos enseña claramente que la vida está en la sangre según lo podemos ver en Levítico 17:14 “Pues la vida de toda criatura está en su sangre” Así que cuando estamos hablando de la sangre de Cristo estamos hablando de la vida la que él dio por cada uno de nosotros. ¿Por qué daría su vida por nosotros? ¿Por qué derramaría su sangre? La Biblia nos da tres razones específicas: a) Jesús sufrió por nuestros pecados. Hebreos 12:4 “En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre” Jesús resistió contra el pecado hasta el punto de derramar su sangre así de profundo es su compromiso. Cuando vemos la sangre que derramó, vemos claramente todo lo que sufrió. No fue una muerte fácil, Dios quería que supusiéramos que el pecado no era nada fácil ni bonito, o que el pecado no es algo que podamos tratar con facilidad; pero Jesús, él esperaba ese sufrimiento hasta llegar al punto de enfrentar la muerte más difícil de todas para pagar la penalidad de todos nosotros. La escena bíblica no sólo nos muestra el terrible dolor físico que sufrió en la cruz, también consideremos seriamente el dolor emocional. El dolor de ver a las personas que él creó, escupiéndolo, mofándose de él, “¡bájate de la cruz!”; golpeándolo con varas en la cabeza, y ridiculizándolo. Puedes imaginar el sufrimiento espiritual de Jesús, Dios mismo en carne y hueso, tomando nuestro pecado, un Dios perfecto y santo y sin pecado; él mismo decidió cargar con nuestro pecado. Es cuando Jesús clama “¡Eloi! ¡Eloi!, lama sabactami” (“Dios mío, Dios mío, porqué me has abandonado”). Jesús sintió lo que era estar separado de Dios. Dios en su pureza no es capaz de ver el pecado, y por eso es que Jesús sintió que de alguna forma lo había abandonado; porque al morir Jesús se hizo cargo de todo pecado humano, pecado pasado, presente y futuro, y así dándonos a nosotros los que creemos en este sacrificio, la vida eterna y el perdón del pecado. Pero tenemos que creer en el corazón y confesar el pecado con la boca; porque si no lo hacemos, seremos eternalmente separados de Dios. No puedo imaginar el sufrimiento que experimentó Jesús en este momento, Jesús murió por nuestros pecados y sufrió la separación de Dios por unos momentos, para nosotros. Hay un segundo significado para la sangre... b) La sangre significa que Jesús se sacrificó por nuestros pecados. Esa sangre tenía todo que ver con el sacrificio, y este sacrificio que hizo Jesús, está constantemente representado a lo largo de toda la Biblia. Desde el comienzo del tiempo Dios supo lo que Jesús haría en la cruz, así que comenzó a representarlo desde el comienzo de la Biblia, esperando a lo que Jesús haría. Les daré algunos ejemplos: en el libro de Éxodo 12:7 “Tomarán luego un poco de sangre y la untarán en los dos postes y en el dintel de la puerta de la casa donde coman el cordero”. Algunos de ustedes tal vez recuerden, esta una referencia de lo que llamamos hoy la Pascua, la Semana Santa. Cuando las plagas atacaban a Egipto, Dios les dijo a los Israelitas que si ponías la sangre en las puertas de cada casa, eso sería un signo de que estaba poniendo la confianza en Dios, y eso los libraría de la muerte de los primogénitos. La sangre era una señal de confianza en Dios, sacrificaban un animal, ponían sangre en la puerta, y ello era una señal de confianza. La costumbre continuó a lo largo del Antiguo Testamento, en Éxodo 29:12 “Con el dedo tomarás un poco de la sangre del novillo y la untarás en los cuernos del altar, y al pie del altar derramarás la sangre restante”. A lo largo de todo el A. T. estos sacrificios de animales se hacían vez tras vez, como recordatorio de lo que haría Jesús en la cruz en el futuro. En el N. T. en el libro de Hebreos habla acerca de la verdad de que Jesús es el último sacrificio al que todos los demás profetizaban. La Biblia dice en Hebreos 7:27 “A diferencia de los otros sumos sacerdotes, él no tiene que ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque él ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo”. Jesús se dio a sí mismo, se sacrificó por nuestros pecados y cuál es el resultado de todo esto, lo hayamos en la carta a los Hebreos 9:26 “Al contrario, ahora, al final de los tiempos, se ha presentado una sola vez y para siempre a fin de acabar con el pecado mediante el sacrificio de sí mismo”. Por esto fue que se derramó la sangre de Jesús en la cruz. Hay una tercera razón, el resultado del sufrimiento de Jesús... c) Jesús nos salva de nuestros pecados. Hay una narración en los Evangelios, donde Jesús habla con la mujer adúltera cuando se la trajeron para acusarla, el sólo escribía en la arena mientras esta mujer estaba postrada en sus pies; es una historia increíble, la historia de una mujer traída ante Jesús y condenada por sus pecado por los líderes de la época. Jesús los mira y les dice: “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Y todos dejaron caer sus piedras y se retiraron; Jesús mirando a la mujer le dice: “Yo tampoco te condeno, vete y no peques más”. Jesús no nos condena, él vino para salvarnos. La Biblia nos dice en el Juan 3:17 “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él” ¡No puede ser más claro, de eso trata la sangre en la cruz! Del hecho de que Jesús quiere salvarnos de nuestros pecados. Hay una segunda pregunta que quiero abordar en los siguientes momentos porque creo que causa confusión en algunos, y fue ésta... 2.- ¿Qué fue exactamente lo que sucedió en la cruz? Se que él murió y se que derramó su sangre, pero en nuestra forma occidental de pensar, cómo funcionaria eso, cómo es que su muerte resulta en mi perdón. La Biblia tiene una respuesta muy clara acerca de porqué Jesús murió en la cruz y qué significó; no es de sorprender que cada uno formulará su propia respuesta, pero la verdad es que no es muy fácil pensar que alguien lo hizo por mí, y es todavía más difícil pensar que de alguna forma grande o pequeña, yo sea la causa de eso. Así que tenemos todos diferentes ideas, pero sólo la Escritura nos muestra la verdad. Jesús murió en mi lugar, él tuvo mi castigo y tomó el tuyo también. Fueron mis pecados los cuales te puso en su cruz y fueron los tuyos también. No fue la cobardía de los discípulos lo que le llevó a la cruz. Tampoco fueron los judíos; por último, tampoco fueron los soldados romanos los que mataron a Jesús. Dios pudo haber evitado que todo ello sucediera; la única razón por lo que él permitió que eso suceda, fueron nuestros pecados. Fue mi pecado, el porqué Dios permitió todo esto, son nuestros pecados los que pusieron a Jesús en esa cruz. Y finalmente, una tercera pregunta para cerrar... 3.- ¿Qué es lo que significa la cruz y la sangre para mi personalmente? Quisiera decirte lo que significa. Significa perdón. La Biblia siempre presenta a la sangre derramada por el perdón de los pecados. En la libro de los Hebreos 9:22 “De hecho, la ley exige que casi todo sea purificado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón”; en Efesios 1:7 dice: “En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia” ahora mismos juntos en el grupo hagan esto conmigo: tomen un gran suspiro de aire, déjenlo salir y digan: “Gracias Dios” “Gracias por perdonarme”. Por lo que Jesús estuvo dispuesto hacer por mí, no podríamos con nuestras buenas obras pagar por todo lo malo que hemos hecho, ni siquiera por una sola. Eso toma un sacrificio, como el de Jesús en la cruz. Sabes qué más significa la sangre: Significa pertenencia. En el libro de Hechos 20:28 “Para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre”. Dios es ahora el dueño de nuestras vidas, el dueño de la tuya y de la mía. Pagó por ella el precio más alto posible, la sangre de su propio Hijo. Hay una tercera cosa que significa la sangre de Cristo personalmente: Sindica relación. En la carta de Pablo a los Efesios 2:13 “Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes que antes estaban lejos, Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo”. Ese sentido de separación que teníamos hacia Dios antes de conocer a Jesús era muy real. La sangre de Cristo es lo que nos acerca a él, significa que podemos tener una relación con él; significa que puedo darme cuenta que alguien me ama tanto que murió por mí. De esto se trata la cruz. De esto se trata la sangre de Cristo, de que Dios quiere una relación con nosotros, quiere tener una relación contigo. Al leer en la Biblia lo que se dice de la sangre de Jesucristo, hay un par de afirmaciones interesantes acerca de quiénes no lo conocen. Antes de que Cristo fuera condenado, antes de ir a la cruz, Pilato mira a la multitud y dice: “Bien, ¿lo condenará?, ¿lo crucificarán?”. Y recuerdan lo que la gente dijo en el Evangelio de Mateo 27:25 “Ellos gritaron: Que su sangre sea sobre nosotros y nuestros hijos”. Lo dijeron de una manera, pero Dios lo vio de otra. Esto es exactamente lo que Dios espera que pase: quiere que la sangre de Cristo esté sobre nosotros, no para hacernos culpables, sino para librarnos de la culpa. En Hechos 5:28 “—Terminantemente les hemos prohibido enseñar en ese nombre. Sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y se han propuesto echarnos la culpa a nosotros de la muerte de ese hombre”. Pero esto no era lo que los discípulos pretendían hacer, al contrario, la determinación de los discípulos de Cristos, era de liberar a la gente de culpabilidad, mediante la sangre de Cristo. Y eso también es lo que Dios está determinado hacer en tu vida. Así que piensa en el perdón que sólo Cristo puede traer; piensa de la pertenencia que él quiere sobre nuestras vidas, y cómo eso llena de gozo al hablar de la relación que todos podemos tener con él. Si tú quieres hoy iniciar una relación con Jesús repite esta oración: Jesús, perdóname por mis pecados, creo en mi corazón que moriste por mis pecados, y creo que resucitases después del tercer día. Quiero conocerte y quiero vivir una relación contigo, día a día, quiero que seas mi pastor, quiero que seas mi líder y mi guía. En el nombre de Jesús. Amén.