DOC - Diócesis de Plasencia

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Celebración de la Penitencia
Misión Diocesana
CANTO de Entrada
SALUDO del sacerdote
– En el nombre del Padre…
– La gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo su
Hijo en la verdad y en la caridad, esté con vosotros.
MONICIÓN de entrada
Nuestra Misión Diocesana tiene como objetivo el encuentro con Jesús
que nos tiene que transformar y nos tiene que llevar a testimoniar nuestra fe
y manifestar la alegría de creer. La celebración de la penitencia en estos
días de la Misión es un momento importante que nos da la oportunidad de
mirarnos por dentro, de reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos
Él puede sanar nuestra vida, hacerla nueva y darnos su paz. Él puede
perdonarnos. Creemos en el Dios de la misericordia, creemos en el perdón
de los pecados, por eso estamos aquí, dolidos y arrepentidos, pero seguros
y confiados en el amor de Dios que es más fuerte que nuestro pecado.
Le pedimos que nos mire compasivamente y nos devuelva la alegría de
una vida renovada.
ORACIÓN
Oremos, hermanos, para que Dios, que nos llama a la conversión, nos
conceda la gracia de una verdadera y fructuosa penitencia. (Silencio breve)
Padre de la misericordia y Dios de todo consuelo: que no te
complaces en la muerte del pecador sino en que se convierta y
viva, auxilia a tu pueblo para que vuelva a ti. Ayúdanos a
escuchar con fe tu palabra, confesar nuestro pecado y darte
gracias por el perdón que nos regalas. Haz que, realizando la
verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas en Cristo, tu
Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. AMÉN.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,1-6
Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como
pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos
mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el
vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la
esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una
fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo
penetra todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios
Salmo responsorial
La misericordia del Señor, cada día cantaré
Misericordia, Dios mío;
por tu bondad, por tu inmensa compasión,
borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
La misericordia del Señor, cada día cantaré
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
La misericordia del Señor, cada día cantaré
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero
y en mi interior me inculcas sabiduría.
La misericordia del Señor, cada día cantaré
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él. Jesús,
entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa.
Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba
comiendo en casa del fariseo, vino con un frasco de perfume, y,
colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con
sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y se los
ungía con el perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado, se dijo: Si éste fuera profeta,
sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.
Jesús tomó la palabra y le dijo: Simón, tengo algo que decirte.
El respondió: Dímelo, maestro.
Jesús le dijo: Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos
denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a
los dos. ¿Cuál de los dos lo amará más? Simón contestó: Supongo que
aquel a quien le perdonó más.
Jesús le dijo: Has juzgado rectamente.
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Cuando yo
entré en tu casa, no me pusiste agua para los pies; ella en cambio me ha
lavado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo. Tú no
me besaste; ella en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los
pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella en cambio me ha
ungido los pies con perfume. Por eso te digo, sus muchos pecados están
perdonados, porque tiene mucho amor: pero al que poco se le perdona,
poco ama.
Y a ella le dijo: Tus pecados están perdonados.
Los demás convidados empezaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que
hasta perdona pecados? Pero Jesús dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete
en paz.
Palabra del Señor.
Examen de conciencia
En esta Misión que estamos realizando, vamos a examinarnos personal y
comunitariamente de cómo correspondemos al don de la fe:
encuentro ocasiones en que verdaderamente haya puesto mi confianza en
Dios?
recibida en el bautismo? ¿Me limito a pensar, a recordar… o trato de vivir
esa realidad? ¿Creo, en la práctica, que Dios es nuestro Padre, el de todos
los seres humanos? ¿Trato de abrigar sentimientos fraternales con todos?
¿Los trato siempre como hermanos?
ía a la pregunta de Jesús: y tú
quien dices que soy yo? ¿Qué dicen mis obras? ¿Hasta qué punto sigo el
mandamiento de Jesús de amarnos los unos a los otros como él nos ha
amado? ¿Se puede decir de mí, de nosotros, que se nos reconoce por el
amor al prójimo?
Espíritu? ¿Me esfuerzo en ser un templo digno? ¿Soy dócil a la voz del
Espíritu, la escucho, trato de ponerla en práctica?
bro de la Iglesia, miembro
de una diócesis, de una comunidad parroquial? ¿Y qué hago? ¿Me limito a
“cumplir” o me siento implicado, comprometido, responsable? ¿Acepto lo
que la Iglesia me indica y propone para vivir como auténtico cristiano?
cramento de la reconciliación? ¿Me preparo
con esmero cada vez que voy a recibir el perdón? ¿Y cómo ando en
perdonar a los demás, en no condenar fácilmente la conducta de los demás,
en ser tolerante, comprensivo?
erna? ¿Pienso alguna vez en el
cielo? ¿Hasta qué punto la fe ilumina y anima mi esperanza? ¿Hablo alguna
vez de todas estas cosas?
dicen que tengo que creer? ¿Trato de ilustrar mi fe, de conocer mejor los
contenidos de la fe, de estudiarlos, de comprenderlos cada vez mejor?
ideas? ¿Puede decirse que mi vida es cristiana, se nota que soy creyente?
¿Pido al Señor la conversión?
Fórmula de renuncia y profesión de fe
Celebrante: Hermanos, para ser cristianos de verdad tenéis que esforzaros
por rechazar el mal, que lleva al pecado y es negación de Dios.
Rechazaréis el Mal, renunciando a todo aquello que perjudica a los demás:
al egoísmo, que no tiene en cuenta lo que es bueno para los otros;
a la violencia y la venganza, como contrarias a las enseñanzas de Cristo;
a la mentira y la hipocresía, como contrarias a estar en verdad con Dios;
a la envidia y el odio, que pueden llevarnos a verter el mal sobre el
hermano; a toda injusticia.
A todo esto, ¿renunciáis?
Asamblea: Sí, renuncio con la ayuda de Dios.
Celebrante: Rechazaréis el Mal, buscando en Dios fuerza para superar las
debilidades:
vuestra pereza, vuestras indiferencias; vuestras cobardías y complejos;•
el desvirtuar la vida con el materialismo y la sensualidad; el fomentar la
desconfianza, el escepticismo.
¿Combatiréis todas vuestras debilidades?
Asamblea: Sí, las combatiré.
Celebrante: Rechazaréis el Mal, amando a los demás, teniendo los mismos
sentimientos que Cristo Jesús:
perdonando a los demás sus errores, aunque hayamos sido víctima de
ellos; teniendo el espíritu abierto para apreciar lo bueno que hay en los
hermanos; viviendo como cristianos y dando testimonio de nuestra fe.
¿Queréis comprometeros a esto?
Asamblea: Sí, quiero con la gracia de Dios.
Celebrante: La fe recibida en el Bautismo nos pide vivir así, y nos hace
ser testigos de Jesucristo y anunciadores de su mensaje.
Con las mismas palabras que Cristo nos enseñó, pidamos a Dios que
perdone nuestros pecados y nos libre de todo mal.
Padre nuestro……
Recordando, hermanos, la bondad de Dios, nuestro Padre,
confesemos nuestros pecados, para alcanzar así misericordia:
Yo confieso ante Dios………….
Te pedimos, Padre, que mantengas siempre tu misericordia,
que tengas paciencia con nosotros y nos perdones, que nos libres de
todo peligro y nos ayudes a creer en ti y a vivir santamente los
misterios de la muerte y resurrección de tu Hijo, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
CONFESIONES individuales
Celebrante:
Es el momento de acercarnos al sacerdote y, con nuestro gesto, mostrar
nuestro arrepentimiento y el deseo de recibir la gracia y el perdón de Dios.
Al acabar la confesión el sacerdote le entrega al penitente una candela que enciende y
deposita en el presbiterio o delante de la cruz para expresar la gracia y luz recibida en el
sacramento, recuerdo de nuestro bautismo.
RITOS finales
Oración final de acción de gracias
Dios omnipotente y misericordioso,
Que admirablemente creaste al hombre
Y más admirablemente aún lo redimiste.
Que no abandonas al pecador,
Sino que lo acompañas con amor paternal.
Tú enviaste tu Hijo al mundo
para destruir, con su pasión, el pecado y la muerte
y para devolvernos, con su resurrección,
la vida y la alegría.
Tú has derramado el Espíritu Santo en nuestros corazones,
para hacernos herederos e hijos tuyos.
Tú nos renuevas constantemente
con los sacramentos de salvación
para liberamos de la servidumbre del pecado
y transformarnos, de día en día,
en una imagen cada vez más perfecta
de tu Hijo amado.
Te damos gracias
por las maravillas de tu misericordia
y te alabamos con toda la Iglesia
cantando para ti un cántico nuevo
con nuestros labios, nuestro corazón y nuestras obras.
A ti la gloria por Cristo en el Espíritu Santo, ahora y por siempre.
AMÉN.
Canto:
Rito de conclusión. Bendición
– El Señor dirija vuestros corazones en la caridad de Dios y en la espera de
Cristo. R/ Amén.
– Para que podáis caminar con una vida nueva y agradar a Dios en todas las
cosas. R/ Amén.
– Y que os bendiga Dios todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén.
Podéis ir en paz
R/
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