La verdadera causa del derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva

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La verdadera causa del derrumbe de las Torres Gemelas
de Nueva York
Fernando Ruiz-García,
médico-neurocirujano jubilado
La presente edición ha sido revisada atendiendo a las normas vigentes de nuestra lengua, recogidas por la Real Academia Española en el Diccionario de la
lengua española (2014), Ortografía de la lengua española (2010), Nueva gramática de la lengua española (2009) y Diccionario panhispánico de dudas
(2005).
La verdadera causa del derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York
© Fernando Ruiz-García
ISBN: 978-84-16479-19-1
Depósito legal: A 659-2015
Edita: Editorial Club Universitario Telf.: 96 567 61 33
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puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier
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Fernando Ruiz-García (1932) empezó a escribir artículos,
llamados ejercicios de redacción, instruido y estimulado por sus
profesores de letras, Enrique Sobejano y Enrique Tierno Galván,
por lo que adquirió cierta vocación por la escritura.
Durante su carrera de Medicina, no volvió a tener ocasión de
escribir hasta que en la milicia universitaria, al no poder salir del
campamento durante todo un verano por estar arrestado, enviaba
cartas sentimentales a su «madrina de guerra», que forman un
conjunto que piensa publicar pronto en forma de una novela corta
epistolar.
Mientras realizó sus estudios de especialización en Neurocirugía durante siete años, no pudo dedicarse a la escritura en
ningún sentido, solo a la literatura médica y en inglés, ya que se
encontraba, primero, en Gran Bretaña (Inglaterra y Escocia) y,
luego, en EE. UU. (Minneapolis, Minnesota).
A su vuelta a España, después de tener que aprender otra vez a
leer y escribir en español y después de ganar las oposiciones convenientes, volvió a retomar la escritura de artículos, tanto científicos de la especialidad y de divulgación médica como originales
literarios, siendo publicados muchos de ellos.
Ya jubilado de jefe de servicio del Hospital de Alicante y de
profesor de Neurocirugía de la Universidad Miguel Hernández
de Elche (Alicante), ha retomado su afición por la escritura, pero
usando la imaginación tanto como la verificación científica.
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LA EVIDENCIA.- En Medicina, lo mismo que en cualquier
otra ciencia, si un científico tiene muchísima experiencia en un
caso, sólo necesita recurrir a su memoria para solucionarlo, pero,
si no tiene experiencia, tendrá que recurrir a la evidencia. El verdadero origen del derrumbe de las Torres Gemelas (Twin Towers,
WTC-1 y 2) del Centro Mundial del Comercio (World Trade Center, WTC) de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, por un
atentado terrorista, no puede basarse en la experiencia, ya que el
hecho de impactar dos aviones a 300 metros de altura, provocando un gran incendio, fue original y único. Por esta razón, todavía,
después de tantos años del suceso, los expertos que fundamentan
sus teorías en casos parecidos pero no iguales están condenados
al fracaso.
LA COMISIÓN.- Las circunstancias principales del ataque
terrorista a las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio
de la ciudad de Nueva York en EE. UU., el martes, 11 de septiembre de 2001, están descritas oficialmente en el Informe de la Comisión Nacional de Investigación sobre los atentados terroristas
contra Estados Unidos (9/11 Commission report)1, compuesta por
10 parlamentarios: 5 conservadores y 5 progresistas (republicans
and democrats), publicada en fecha 22 de julio de 2004. También
están contadas por Sid Jacobson y Ernie Colón en su libro acerca
del atentado terrorista (El Informe 11-S)2, que está basado en las
opiniones de la Comisión. Sin embargo, las causas de los derrumbes no son tratados por la Comisión ni comentados por aquellos
autores, que sólo se fijan en los hechos terroristas antes del atentado y proponen remedios para prevenir otros actos en el futuro. A
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pesar de que la acción terrorista se dirigió a 4 objetivos, el informe
se refiere casi exclusivamente a las Torres Gemelas (Twin Towers),
dada su importancia desde todos los puntos de vista: número de
muertos y heridos, impacto en una gran ciudad, difusión por televisión y otros medios de comunicación, etc., etc., dejando aparte
lo ocurrido con un tercer avión en el Pentágono y con un cuarto
avión que se hizo estrellar contra el suelo cuando supuestamente
se dirigía al Capitolio o a la Casa Blanca. Tampoco se hace mención alguna del derrumbe del edificio n.º 7 del centro comercial
(WTC-7), aparentemente demolido, por lo que tampoco se menciona la razón que tuvieron las autoridades para ello.
Por estas razones, surgieron infinidad de opiniones, expresadas, sobre todo, en artículos de prensa o programas televisivos,
que intentaban completar la información oficial, a veces criticándola duramente, no sólo en las causas de los derrumbes, sino
también en el rescate de los afectados y en las decisiones políticas sobre prevención de incidentes terroristas antes y después de
los atentados contra el WTC. Por lo antedicho, el Gobierno sólo
aceptó el Informe 11-S de la Comisión oficial y un informe sobre
el colapso del edificio WTC-7 elaborado por del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (National Institute for Standars
and Tecnology, NIST). Pero, como el Informe de la Comisión
9-11 no vio la luz hasta 3 años más tarde, su redacción está a
la defensiva y ciertamente sesgada al ocultar datos, opiniones y
conclusiones que hubieran herido gravemente el conocimiento, la
formación y la actitud de todas las instituciones privadas y oficiales que tuvieron que ver con el hecho terrorista, desde el personal
de mantenimiento del Centro, pasando por el Departamento de
Bomberos (Firefighter Deparment New York, FDNY) y el Departamento de Policía (Police Department New York, PDNY)
para llegar al mismísimo Gobierno, como hizo, por ejemplo, el
Movimiento por la Verdad del 11-S. Como algunas críticas eran
insalvables, la propia Comisión se encargó de hacerlas intentando
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tener una justificación imperdonable de ellas o al menos suavizándolas, como hizo con las autoridades de inmigración y con
las instituciones de seguridad, aunque no supieron imaginar la
gravedad de las amenazas terroristas.
ESTRUCTURA DEL CENTRO.- El Centro fue construido
por el arquitecto Minoru Yamasaki por encargo de la Autoridad
Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey para el desarrollo del
Bajo Manhatan, Nueva York. Yamasaki había nacido el 1 de diciembre de 1912 en Seattle (Estado de Washington), de ascendencia japonesa. Debido a problemas de su origen durante la II
Guerra Mundial, tuvo que marcharse de Seattle e instalarse en
Nueva York, donde poco a poco fue trabajando en su profesión,
convirtiéndose en un famoso arquitecto de rascacielos, no sólo
en América, sino también en otras partes del mundo, como, por
ejemplo, en España, donde construyó la Torre Picasso de Madrid.
Yamasaki no pudo saber nada del atentado de 2001 a sus Twin
Towers, porque, enfermo durante años de trastornos psicosomáticos gastrointestinales, ya había muerto 15 años antes en Bloomfield Hills (Michigan), el 7 de febrero de 1986.
La construcción del WTC, que empezó en 1966, tenía todas
las características y el estilo de su creador, que generalmente utilizaba estructuras de acero en sus construcciones3. El diseño de
las torres era de tubo enmarcado con numerosas columnas perimetrales de acero reforzado, con punto de fusión a los 1000 ºC
(1830 grados Fahrenheit), que proporcionaban gran parte de la
fuerza de la estructura, compartiendo la carga con el núcleo central de columnas de acero, que verticalmente se continuaba para
convertirse en una amplia y larga red central y vertical medular de
47 columnas, pero eran flexibles ante un viento huracanado con
movimientos laterales de varios grados de angulación. Los pisos,
que consistían en losas de hormigón ligero de 10 centímetros de
espesor, vertido sobre una cubierta de acero estriado, estaban su-
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