Nuevos Liderazgos Femeninos, Trabajo reproductivo y productivo ENS -­‐ Colombia Seminario Mujeres en Forma – Acción Área Mujer Trabajadora 2004 ESCUELA NACIONAL SINDICAL AREA MUJER TRABAJADORA SEMINARIO MUJERES EN FORMA-­‐ACCIÓN NUEVOS LIDERAZGOS FEMENINOS TEMA: TRABAJO REPRODUCTIVO Y PRODUCTIVO OBJETIVOS Relacionar la división sexual del trabajo con la situación laboral de las mujeres Identificar las acciones estratégicas necesarias para transformar la situación de las mujeres en el mercado laboral ESTRUCTURA 1. Reflexión conceptual Trabajo reproductivo Trabajo productivo Trabajo doméstico Trabajo de cuidado 2. Caracterización del mercado laboral femenino 3. Implicaciones y debates 1. Reflexión conceptual La economía como disciplina, se ha concentrado en el estudio de las mercancías y se ha olvidado casi por completo del estudio de la dimensión económica de los recursos que no se utilizan directamente para el mercado, como es el caso del trabajo doméstico, pero también como trabajo no remunerado, del trabajo voluntario en beneficio de la comunidad o de organizaciones de la sociedad civil. Así desde la disciplina económica tradicional se ha considerado como “actividad económica” a aquel trabajo realizado para el mercado, y como “no económicas” a todas las actividades no mercantiles. Desde este punto de vista, el trabajo que hace parte de la actividad económica mercantil, por lo cual se recibe un pago monetario, es denominado trabajo productivo y aquel no remunerado, trabajo reproductivo. La suposición de que las actividades no mercantiles van a mantenerse inalteradas frente al desarrollo de la esfera mercantil es totalmente errónea: las actividades no mercantiles sufren modificaciones como consecuencia de los cambios en la economía mercantil, pero también la economía mercantil tiene que ajustarse a los cambios que se producen en la economía no mercantil. Entre los recursos transformados en dinero y los restantes hay relaciones sustitutivas y complementarias, complejas y mal conocidas pero no por eso menos básicas. Por ejemplo, en estratos de ingresos medios, en épocas de crisis, se reducen o suprimen comidas fuera de casa, a nivel de mercado se reduce el valor agregado de los servicios mercantiles; no se deja de comer, la preparación se hace a través de trabajo doméstico. Por ello es necesario contemplar la relación y transferencia de flujos entre las dos esferas. Cabe señalar que dentro del trabajo no remunerado, además del trabajo doméstico no remunerado, se debe considerar al trabajo voluntario en beneficio de organizaciones, como el trabajo comunal, la ayuda a otros hogares que en realidad son transferencias en términos de tiempo. ANÁLISIS DEL TRABAJO REPRODUCTIVO Desde el punto de vista espacial Desde el punto de vista de dónde se hace, al trabajo reproductivo también se le ha denominado trabajo doméstico. El trabajo doméstico es aquel que se realiza en el ámbito del hogar, consisten en: • Proporcionar nutrición: planificar la comida, prepararla, servirla, limpiar los platos, servicios de apoyo en actividades de cocina, etc. • Mantenimiento de la vivienda: limpiar, hacer reparaciones, realizar labores de mantenimiento. • Proporcionar vestido: lavar ropa, planchar, coser, remendar, acomodar ropa, reparar o confeccionar. • Proporcionar cuidados: a las/os niñas/os, a las/os enfermas/os, a las/os ancianas/os dependientes y a otros miembros de la familia que requieran apoyo constante. Parte de estas labores de cuidado, se cumplen dentro del hogar y otras se pueden encontrar en el mercado, o parte de las que se realizan se pueden trasladar al mercado. A estas laborales que pueden ser mercantilizables se les ha denominado trabajos de cuidado. Esta discusión sin desmedro de la idea, que el trabajo reproductivo en su totalidad, conlleva la idea del trabajo del cuidado, en tanto ese es su objetivo, la generación de bienestar para los seres humanos, aunque algunas de estas actividades tengan componentes materiales y otras motivacionales y afectivas. A estas actividades, que les denominaremos “trabajo doméstico general”, se suman las que denominamos “auxiliares domésticas”. Las llamamos así porque dependen de las principales y se ejecutan también en beneficio del hogar. Ellas comprenden los traslados, las compras, realizar gestiones y pagos de servicios, realizar trámites para disponer de una vivienda, amueblarla y/o equiparla, planificar y controlar las finanzas, entre otras; estas actividades son las que se subregistran con más frecuencia cuando se usa una pregunta global sobre el tiempo total dedicado al trabajo doméstico, porque ni se conciben como parte del mismo. Desde el punto de vista funcional El trabajo doméstico también puede ser entendido como trabajo reproductivo, como una manera de diferenciarlo del trabajo productivo pero en relación con este, toda vez que el trabajo reproductivo tendría la función de reproducir la fuerza de trabajo. Al final se retomará esa discusión, para plantear el sentido del trabajo reproductivo no sólo en función de reproducir la mano de obra sino de construir sociedad. Este división así mismo, caracteriza a ambos trabajos, el trabajo reproductivo sería no pagado, no remunerado, y el trabajo productivo será remunerado. Esta división tiene su sustento ideológico en la idea que los tipos de tareas asociadas al trabajo reproductivo, están íntimamente asociadas a la maternidad, condición “natural” de las mujeres, por tanto es “natural que ellas se dediquen a estas laborales”. También se asocia al trabajo reproductivo una connotación moral, dado que muchas de las actividades que contempla, tienen un componente emocional y afectivo muy fuerte, por lo que se sustenta la inviabilidad de ser remuneradas y además se afirma que cuando salen del hogar y pueden ser ofrecidas por un tercero, pierden parte de su virtud. En este sentido, también se construye una “promesa” de reconocimiento y valoración a las mujeres por la realización de dicho trabajo, en expresiones como “la reina del hogar” Esta asociación con la naturaleza y las mujeres, también implica la suposición del altruismo femenino, por lo cual no estarían interesadas en reconocimiento económico por su trabajo, y mantiene al ámbito doméstico como un espacio armónico, donde no hay intereses divergentes. En contraposición con el espacio público y laboral, donde los hombres actúan bajo el principio de la racionalidad y el egoísmo, sólo se preocupan por sí mismo, y por tanto se entiende que “nadie trabaja de gratis”. Desde el punto de vista significativo La importancia del trabajo doméstico se puede considerar a partir de su impacto en: la sociedad como un todo, la organización del hogar y la vida de los individuos. Desde la perspectiva de la sociedad, el ingreso nacional se subestima de forma significativa cuando se excluyen los ingresos en especie que provienen de las actividades domésticas. El cálculo del consumo final da una idea equivocada del consumo “real” cuando se excluyen los bienes y servicios que provienen del trabajo doméstico En nuestras sociedades al igual que en la mayoría de sociedades, la división sexual del trabajo ha ido acompañada por una asignación/asunción de poder y una jerarquización de las actividades que otorga a “las masculinas” una valoración social y monetaria superior a “las femeninas” que, muchas veces, no cuentan con ningún reconocimiento. De este modo se ha atribuido a las mujeres la responsabilidad de gran parte del trabajo no remunerado (constituido en su mayoría por el trabajo doméstico), en tanto los hombres se les ha asignado la actividad considerada como propiamente económica. El trabajo no remunerado de los hogares, a pesar de no responder a una lógica monetaria, satisface necesidades y permite la reproducción social, consolidándose como una actividad fundamental para la economía y la sociedad. Se traduce así en una contribución de la economía doméstica a la economía de mercado; realidad que históricamente se ha ignorado desde la perspectiva económica tradicional y política que polariza ambos espacios llegando a otorgarles normas y valores de funcionamiento diferentes. Sin embargo es necesario visibilizar que el resultado del trabajo no remunerado aumenta la disponibilidad de bienes y servicios de la economía nacional en beneficio de los individuos, los hogares y de la sociedad, representándose así la interconexión y complementariedad entre los distintos sectores económicos existentes: el doméstico, el público y el privado. Desde el punto de vista de quién realiza el trabajo Por otra parte, es necesario mencionar que la adscripción/asunción social del trabajo no remunerado a las mujeres en la actual división sexual del trabajo, supone una “barrera” que ellas tienen que superar para poder acceder a todos los ámbitos sociales, políticos y económicos. Careciendo el trabajo no remunerado de cualquier tipo de reconocimiento y valoración social, supone uno de los principales factores de desigualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. 2. Caracterización del mercado laboral femenino RAZGOS DE LA DESIGUALDAD DE GÉNERO: RELACIÓN ENTRE EL TRABAJO PRODUCTIVO Y REPRODUCTIVO PARTICIPACIÓN LABORAL FEMENINA SEGÚN TRAMOS DE EDAD 1. Implicaciones y debates El tiempo es un recurso productivo. El tiempo de la vida humana tiene límites, por tanto, la asignación de trabajo doméstico a las mujeres, independiente de la edad, condiciona su posibilidad de desarrollo personal y la participación en la vida social y política. La discusión sobre la importancia del trabajo reproductivo, implica la ampliación de la definición de trabajo y del sentido de este, para ampliar la discusión fuera del trabajo pagado y que además el trabajo es el recurso fundamental para construir sociedad. En ese sentido, el trabajo reproductivo tiene un valor fundamental y por tanto debería ser valorado. Ni los hombres ni las mujeres brotan de la tierra como individuos plenamente maduros, listos para el intercambio y la lucha. Al contrario, las niñas y los niños nacen al cuidado de personas cuya misión es encontrar y enseñar un equilibrio entre el interés personal individual y la responsabilidad colectiva. Este equilibrio no se puede alcanzar asignando sencillamente el primero a los hombres en el mercado y la segunda a las mujeres en el hogar. Las precarias condiciones de trabajo productivo de las mujeres se pueden explicar en función de la subvaloración del trabajo reproductivo y de quien lo realiza, que se extiende fuera del ámbito de lo doméstico y se reproduce en la sociedad y el trabajo productivo. Por tanto, el análisis de uno no puede desligarse del otro. ¿Las acciones del sindicalismo, recogen la problemática de las mujeres en el mundo del trabajo? ¿Cómo la acción sindical podría contribuir al cambio en la valoración del trabajo productivo y reproductivo? Sleccione una problemática de las mujeres en el mercado laboral y plantee estrategias de acción desde el sindicalismo