alacena | ají dulce El cultivo de ají dulce es muy popular en el Oriente venezolano, donde se encuentra su mayor diversidad, especialmente en la isla de Margarita y en los estados Monagas y Sucre Ají dulce Sabor criollo Producto consentido y base del sofrito de la cocina venezolana, el aroma de este ají tan singular –con todas las propiedades de los chiles, pero sin el picante– ha estado presente en nuestros fogones desde mucho antes de la conquista española / GRACIELA NIETO-FEO | FOTOGRAFÍA ORLANDO PALENCIA EL CULTIVO DE AJÍES EN AMÉRICA es anterior a las grandes civilizaciones: códices, frescos y hasta semillas encontradas en antiguos morteros y otros utensilios de cocina registran la presencia de muchas de sus especies en recetarios y ritos realizados siglos antes de la llegada de los españoles. Además, numerosas teorías sostienen que la palabra pimiento –uno de los nombres dados al ají– es otro de los accidentes de Cristóbal Colón (como el propio descubrimiento del continente), quien al ver por primera vez el ají lo confundió con “pimienta en vainas”. Junto con la papa, el tomate y el maíz, el ají fue uno de los ingredientes de origen americano que revolucionó la cocina mundial. Pero ninguno se instaló tan rápidamente en Europa como lo hizo la familia de los pimientos: registros ibéricos indican que en 1493, un año después del encuentro con América, ya muchas de las especies de ajíes eran secadas y molidas para condimentar y colorear platos y embutidos que se hicieron tra- 94+SALUD dicionales gracias a ese polvo colorado conocido hoy como pimentón español. El viaje del ají llegó hasta el imperio Astro-Húngaro para convertirse en la páprika que condimenta el clásico gulash y las salchichas. Luego, durante los siglos XVII y XVIII, los ajíes se encargaron de apoderarse de la cocina india, china e indonesa. Para los científicos el nombre del ají es Capsicum. Para los comensales no hay consenso. Si bien todos los estudios etimológicos convienen en que la palabra chile –con la que denominan en México y en otras partes del mundo a los ajíes– viene del náhuatl chilli, el término ají plantea serias dudas: algunos creen que deriva de ajo, pero una tesis más reciente refiere que proviene de la lengua de los indios taínos que habitaban el llamado Mar de las Antillas. Quizá por eso ají sea el nombre más utilizado en el Caribe y América del Sur (exceptuando al Cono Sur, donde los ajíes son las variedades picantes y el resto se conocen como pimientos). alacena | ají dulce El consumo de ají dulce, así como el de otros pimientos, favorece el sistema circulatorio, colabora con la rápida cicatrización de las heridas y fortalece el sistema inmunológico Ingrediente consentido El ají preferido en Venezuela es el dulce. En el país se consumen variedades no picantes del Capsicum annuum, el C. chinense y el C. frutescens. Naturalmente, como el ají dulce es una variante híbrida, resultado del cruce entre especies, siempre se corre el riesgo de que algún fruto “salga picante”. Los ajíes dulces más comunes en la oferta criolla son los conocidos como ají rosa o ají de flor (el más alargado y ancho de todos), ají jobito (amarillo, pequeño y redondo) y ají margariteño (el de más aroma, con textura crocante cuando está verde y mayor variedad de colores en su madurez). Los frutos maduros del ají pueden ser amarillos brillantes, de un anaranjado lustroso, rojos intensos o con un marcado color violeta, pero son los verdes (recolectados antes de su maduración) los que tienen más aroma, textura y carácter. El color no es una pista cierta para saber si son o no picantes, pero el olor que despiden al apretarlos suavemente siempre da una señal más clara. El aroma y sabor típicos del ají dulce lo convierten en un ingrediente consentido de la cocina criolla. Además de ser usado en la preparación casera de guisos, salsas y sopas, se utiliza como condimento (deshidratado y molido) y en la elaboración de salsas envasadas. 96+SALUD Cultivo saludable La planta de ají es perenne (aunque algunas enfermedades virales pueden hacer que se agote en un año) y sus frutos se cosechan por primera vez aproximadamente a los 80 días de ser sembrada (luego se recolectan cada dos o tres semanas). Los estudios en cultivos industriales llegan a registrar hasta 15.000 kilos por hectárea. En cuanto al cultivo orgánico, el ají es tan sencillo y fácil de mantener que sólo requiere riego adecuado y temperatura cálida, al punto que es uno de los vegetales con mayor presencia en los pequeños huertos domésticos (una planta de ají dulce puede medir desde 0,80 a 1,60 metros de altura). Utilizar en la cocina ají dulce fresco –libre de pesticidas y fertilizantes químicos– asegura sus propiedades naturales y un importante aporte de fibra a la dieta. Como la mayoría de los vegetales que pertenecen a la familia de las Solanáceas (plantas con hojas simples y alternas y bayas con muchas semillas), el ají también es rico en vitamina C. El consumo de ají dulce, así como el de otros pimientos, favorece el sistema circulatorio, colabora con la rápida cicatrización de las heridas y fortalece el sistema inmunológico. Su alto contenido de vitamina A mantiene los tejidos, mejora la salud visual y protege huesos y dientes. El potasio que agrega a la dieta regula la presión arterial, el sistema nervioso y el ritmo cardíaco; y su aporte de magnesio contribuye al mantenimiento del tono muscular y a la salud cardiovascular (de allí que sea recomendado a quienes practican deportes de alta exigencia). • ají dulce | alacena ANTIPASTO DE SARDINAS Y AJÍ DULCE Ingredientes • 500 gramos de filetes de sardinas (sin espinas y con piel). • 20 ajíes dulces. • 2 cebollas moradas medianas. • ¼ de litro de jugo de limón recién exprimido. • ¼ de litro de jugo de naranja natural. • ¼ de manojo de cilantro picadito. • Aceite de oliva. • Sal y pimienta. Preparación • Lavar los filetes de sardinas, asegurándose de que no tengan espinas. Colocarlos en un bol con agua fría y cubos de hielo. Llevar a la nevera por 15 minutos y luego cambiar el agua para repetir el procedimiento. Salpimentar. • Lavar los ajíes y quitarles las semillas. Picar en fina juliana y reservar. • Pelar las cebollas y cortarlas en pluma. Mezclar con el ají dulce y el cilantro. • En un recipiente de vidrio, con tapa hermética, disponer capas intercaladas de filetes de sardinas (tratar de que sean del mismo espesor). Entre una y otra capa, rociar con aceite de oliva y agregar parte de la mezcla de vegetales. • Al completar las capas de sardinas y vegetales, mezclar en una jarra los jugos de limón y naranja y agregarlos lentamente. Tapar y refrigerar al menos dos horas. Servir acompañado con casabitos. 97+SALUD