ENTRANTES // 3 P.4 2 L I DERBERTA ECH DES OS Y P.4 6 A GEN DAS SAB ERE S P.4 0 P.3 6 E NFO QUE S P.3 8 D EBA TE P.1 9 C ULT URA S P.2 3 H UM OR P.3 1 E NE LA LAM BRE P.3 5 C UER PO La distribución alternativa es uno de los fundamentos de este proyecto. Si colaboras en la distribución de DIAGONAL, o si quieres empezar a hacerlo, esta dirección de correo es la ideal para comunicarte directamente con los encargados. P.1 8 M EDI OS [email protected] En nuestra web puedes suscribirte de forma rápida y segura, encontrar información sobre la marcha del periódico y descargarte todos los números de DIAGONAL editados en formato PDF. P.1 2 E SPE CIA L P.1 6 E NTO RNO WWW.DIAGONALPERIODICO.NET Pese a que hemos publicado regularmente el calendario de salida de cada nuevo número de DIAGONAL, os recordamos que en agosto cerramos para tomar un corto descanso. Con el número 12, que sale el 1 de septiembre, se reanudará nuestra aparición quincenal en los puntos de distribución y en los buzones de los suscriptores. CER CAN ÍAS EN AGOSTO DIAGONAL CIERRA POR VACACIONES P.8 SECCIONES P.4 GLO BAL Del 21 de julio al 31 de agosto de 2005 // Diagonal DIAGONAL Gari Garaialde CARTAS Las cartas destinadas a esta sección no podrán sobrepasar los 1.700 caracteres con espacios. Es imprescindible que vayan firmadas y que podamos contactar con el autor o la autora. El equipo de DIAGONAL se reserva el derecho de publicarlas, así como de resumirlas. No publicaremos cartas insultantes o descalificadoras. La verdad del malo Parece ser que aquello de la milenaria cultura oriental, de que dentro de todo bien se encuentra algo de mal y viceversa, tiene su confirmación en Toni Blair. Este personaje de las Azores tiene razón al criticar el altísimo porcentaje del presupuesto europeo dedicado a subvencionar a la agricultura. A nadie que profundice sobre las causas de la pobreza del Tercer Mundo se le escapa que estos países podrían tener una fuente de riqueza en la agricultura, exportando a Europa, si esta no tuviera blindado su mercado y las famosas subvenciones. Está claro que acabar con la pobreza necesita algo más que pequeñísimos pasos con la deuda externa y la retahíla de promesas incumplidas desde que en el año 1972 se adquiriera el compromiso de dedicar el 0,7% del PNB a la ayuda al desarrollo .// Andrés Velasco Urquiola (Madrid) Despedida del CSOA La Nave Tras llevar bastante tiempo trabajando en el Centro Social Ocupado y Autogestionado La Nave, principalmente en las tareas de limpieza y habilitación para el uso, una persona conocida (no íntimamente) por la mayoría de personas que integraban el proyecto, solicitó un espacio en el que residir dentro de la Nave. Se le concedió dicho espacio sin que hubiera ningún incidente. Pasado algún tiempo también se alojaron en el Centro amigos de dicha persona. La primera persona que entró a vivir, se drogaba siempre que podía, no ponía nada de su parte en las tareas y aquellas cosas que hacía, que redundaban en su beneficio las esgrimía como justificación, carecía de cualquier tipo de interés político y las únicas cosas que parecían importarle eran el dinero y las drogas (lógicamente esos ‘amigos’ que él introdujo en el Centro eran de similares inquietudes). Pasado algún tiempo comenzaron a surgir, debido a la actitud de esta persona, problemas de convivencia. Muchos de los que trabajaban en el proyecto lo abandonaron debido a intimidaciones que sufrieron por parte de estas personas y otros integrantes del proyecto llegaron incluso a ser agredidos. Debido a esto el proyecto se iba viniendo abajo. Los conflictos con dichas personas aumentaron, y también el estado deplorable en que tenían el edificio. Finalmente se planteó la posibilidad de expulsarles, pero teniendo en cuenta que son personas de nuestro mismo barrio y que hacerlo supondría tener enfrentamientos directos con ellos todos los días, decidimos abandonar el proyecto. Advertimos que si se recibe información sobre algún acto se sepa que los fondos recaudados no irán destinados a asociaciones reivindicativas, ni a mejorar La Nave, sino que se usaría para la adquisición de drogas. // CSOA La Nave Actitudes racistas Son las 9.30h. de la mañana del sábado 18 de junio. Entro en el Metro. En la escalera que da acceso a los andenes hay cuatro personas de seguridad, en el andén en donde me situo hay otras dos y enfrente hay otras dos, ocho personas que se encargan de ‘guardar el orden’. Enseguida me doy cuenta del ‘motivo’: en el andén de enfrente hay una pandilla de chicos y chicas latinoamericanos, no pasan de siete u ocho. Son jóvenes, gritan a los cuatro vientos su desarraigo, simulan bailar a ritmo cálido y sensual, vocean entre sí, se tocan y ríen. No se meten con nadie, han creado su propio círculo en el andén de enfrente. Pero a esos ‘guardianes del orden’ parece que no les gusta. Uno de ellos, situado a mi lado, mira en actitud provocadora a la pandilla, estos le devuelven la mirada con la insolencia de la juventud. El ‘guardián’ de mi lado gira y marcha hacia el otro andén con los brazos separados del cuerpo al estilo de los vaqueros malos. Ya los otros ‘guardianes’ de enfrente se han encarado con nuestros hermanos latinoamericanos y todos los ‘guardianes del orden’, que ahora ya son más de ocho, rodea ahora a la pandilla. Viene mi metro, pero lo dejo ir para ver qué pasa. Viene otro metro enfrente. Observo cómo la gente se ha agrupado alrededor del lugar que yo ocupo. Todos han llegado después de irse el tren que yo dejé pasar. Como enfrente los empujones son cada vez más intensos, yo grito a los ‘guardianes’: “¡Déjenlos tranquilos, que no se han metido con nadie!” Y a mi alrededor estallan fieros rugidos de animales en falsa defensa del nido: “¡Vaya allí y ayúdelos!” “¡Qué se vayan a su país!”… “Pero, ¿por qué?” pregunto yo. “¡¿Cómo qué por qué?! Porque están provocando” “Perdone, pero ellos no han provocado, no se han metido con nadie y usted no estaba aquí para confirmar lo que está diciendo” “¡Qué se vaya con ellos a su tierra” Grita otro. Y otro, “vienen aquí a robar y matar”. Alguien me empuja y me alejo y espero a ver qué pasa. Salen, entre empujones, insultos y chillidos, los jóvenes y los de ‘seguridad’. Puedo oír lo que les dicen. Los hay que exhiben carnets de identidad español gritando que son tan españoles como ellos, refiriéndose a esos que guardan tanto el orden. Todo terminó con la pandilla en la calle. La paz había llegado a las almas de los rugientes racistas. ¡Qué duros han sido los ocho años de intransigencia aznariana! // Enrique Bienzobas Castaño (Madrid) Para quién es importante la familia Tan respetable es una fe razonable de los creyentes, como lamentable la credulidad de demasiadas ovejas de falsos pastores. En medio de una gran manifestación en defensa de una familia no atacada, un obispo se atrevió a decir que “la familia es lo más valiosos que tenemos en nuestra vida”. Y esto lo dice quien ha renunciado al matrimonio y a la familia por despreciar ambas instituciones, como ha hecho siempre la Iglesia católica. Ya san Pablo relegaba el matrimonio a los débiles ante la carne: “quisiera que fuérais como yo, pero más vale casarse que abrasarse” y san Jerónimo toleraba el matrimonio “porque hace vírgenes”; la familia es sólo “para la tropa”, como diría con toda crudeza el fundador del Opus Dei. Quienes respetan y creen de verdad que la “familia si es importante” son aquellos homosexuales que exigen, precisamente por considerarlo importante, el poder casarse y adoptar con todas las de la ley, no esos clérigos fariseos que imponen sobre los demás pesadas cargas que ellos mismos no soportan ni con un dedo, a los que hay que seguir denunciando, como hizo Jesús. // Nuria Maceda Nieto (Madrid) Otro Alarde conflictivo Soy irundarra y desde mi infancia he vivido y disfrutado de la fiesta mayor de mi pueblo, el Alarde de San Marcial, pero sólo he podido disfrutarlas desde la acera. Gracias a unas pocas mujeres que dieron un gran paso, a día de hoy participo directamente en la organización y desarrollo del Alarde. (...) El haber expuesto públicamente ante mis amistades mi apoyo a la participación de la mujer, me ha supuesto no solo a mí, sino a toda mi familia y compañer@s de ‘batalla’, haber sido tratados de forma totalmente discriminatoria, habiendo sufrido desde insultos hasta agresiones físicas, incluido la perdida de amistades. (...) Tengo el orgullo de desfilar con mi hija (...) en la Caballería del Alarde, yo como parte del Estado Mayor junto al General del Alarde, mi hija en la Escolta de Caballería, y mis dos hermanas como miembros de la Compañía de Infantería del barrio de Anaka tocando el txibilito (...). // Ainhoa Ruiz (Irún) NOTAS DE REDACCIÓN Suecia, por ejemplo Cuando unos oficiales nazis entraron en el estudio de Picasso en París y vieron una foto del Guernika le preguntaron: “¿Así que usted pintó este cuadro?” Picasso se encogió de hombros y les contestó: “No, fueron ustedes”. Algunas décadas después, un viejecillo con la mirada un tanto extraviada se instaló junto al Museo Reina Sofía de Madrid y se dedicó a repetir durante años a todo aquel que pasaba su única frase conocida: “Picasso, nada que ver con Guernika”. Con la misma seguridad de aquel viejo, el presidente Tony Blair –al igual que Aznar tras el 11-M– no se cansa de repetir su frase “los atentados, nada que ver con Iraq”. Bin Laden, como salido de un club de la comedia global, se preguntaba en un comunicado por qué creerían los occidentales que Al-Qaeda no elige como objetivo a Suecia, por ejemplo. No es nada nuevo, de hecho es lo que vienen diciendo los movimientos sociales desde el 11 de septiembre de 2001: las bombas que caen en Oriente Medio sobre la población civil estallan en New York, Bali, Madrid o Londres con la misma macabra precisión. Así se gritó en el 13 de marzo y se volvió a señalar en la manifestación del domingo 17 de julio pasado en Londres. Pero esta ‘guerra global’ por el control de los recursos energéticos no sólo tiene como escenario Oriente Medio y aquellos países que participaron en la invasión de Iraq y Afganistán. También se encuentra en Colombia, donde la presencia de tropas norteamericanas se ha multiplicado con la excusa de luchar contra el ‘terrorismo’. La aplicación práctica de este concepto permite incluir a cualquier tipo de disidencia, como una guerrilla que lleva 40 años de existencia y administra cerca del 20% del territorio, mientras avanza el saqueo de los principales recursos naturales y humanos del país por parte de multinacionales norteamericanas y españolas principalmente. “¿Por qué no atacamos Suecia?”, decía Bin Laden, aunque luego lo decía más claramente: “Si ustedes ponen bombas en nuestras ciudades, nosotros pondremos bombas en las suyas”. Mientras tanto, los civiles son los que se llevan los golpes.