135-A-2010 CAMARA DE FAMILIA DE LA SECCION DEL CENTRO, SAN SALVADOR, A LAS ONCE HORAS CON CINCO MINUTOS DEL DIA SIETE DE JUNIO DE DOS MIL ONCE. Conocemos del recurso de apelación interpuesto por la Licenciada YOLANDA DELMY URRUTIA VEGA, quien sustituyó a la Licenciada BERTA ALICIA BARRAZA MONTEAGUDO, en su calidad de Defensora Pública de Familia, en representación de la joven […], de veintiún años de edad, estudiante, soltera, del domicilio de Mejicanos, de este Departamento. Impugna la sentencia dictada por la Jueza Primero de Familia suplente de San Salvador, Licda. DELMY ELSY RODRIGUEZ AREVALO, en el PROCESO DE ALIMENTOS, iniciado por la impetrante contra el señor […], mayor de edad, estudiante, del domicilio de Mejicanos, Departamento de San Salvador, representado por los Licenciados EDUARDO ENRIQUE MEJIA LEMUS Y ROBERTO ALFREDO BONILLA VELADO. También ha intervenido la Procuradora de Familia adscrita al Juzgado, Licenciada BLANCA ESTELA RAMOS DE RAMÍREZ. VISTOS LOS AUTOS Y CONSIDERANDO: I- Que a fs. 97/100 se encuentra la sentencia, proveída en la audiencia de sentencia, mediante la cual la jueza a quo declaró: “NO HA LUGAR A FIJAR LA CUOTA ALIMENTICIA EN CONTRA DEL SEÑOR […], A FAVOR DE SU HIJA […]. POR NO HABERSE COMPROBADO QUE LA REFERIDA JOVEN SE ENCUENTRE ESTUDIANDO CON PROVECHO Y DEDICACIÓN” (Sic) Inconforme con el anterior decisorio, mediante escrito de fs. 102, la Licda. URRUTIA VEGA, interpuso la alzada que hoy conocemos, argumentando en síntesis lo siguiente: - Que en la resolución se han violado los Arts. 211 inc. 2°, 247, 214 inc. primero C. F. y 139 L. Pr. F., así como el 33 y 36 Cn., no razonando de manera específica, en qué sentido cada una de las disposiciones que cita fueron vulneradas en la fundamentación de la sentencia. Que la joven quedó inscrita en la carrera de Medicina de la Universidad de El Salvador, pero abandonó los estudios por no contar con los recursos económicos necesarios; pues al citar al demandado a la Institución (Procuraduría General de la República) no se le fijó cuota alguna; señalando que la madre de su representada, señora […] no puede hacerse cargo de dichos gastos, pues por su oficio de cosmetóloga no tiene un salario fijo. Por ello considera que el fallo no está apegado a derecho y viola los preceptos legales antes señalados, con lo que también vulnera los derechos de […], al establecer que ésta no tiene necesidad de recibir la cuota alimenticia del padre, quien si tiene deseos de superarse, lo cual puede demostrar al momento que se le dé la oportunidad para ello. Que el demandado si posee capacidad económica para ayudar a su hija, por ello solicita se ordene al señor […] proporcionar cuota alimenticia a su hija […]. Se tuvo por interpuesto el recurso y se mandó oír la opinión de la parte demandada, quien mediante extenso escrito de fs. 110/114, manifestó, por medio de sus apoderados, lo siguiente: Primeramente hacen una transcripción de lo declarado por los testigos presentados en la audiencia; seguidamente señalan que no se incluyó ninguna prueba para demostrar la condición de estudiante activa en la Universidad de El Salvador (de la demandante), no obstante haberse solicitado en la audiencia preliminar. Que el estudio socioeconómico realizado, demuestra que ninguno de los padres está en condiciones de afrontar un aumento o asignación de una cuota; asimismo, que la peticionaria al momento de presentar la demanda, no estaba cursando ningún estudio superior; lo que si se ha demostrado –señalan- es que la señorita […] no realiza ninguna actividad de provecho, a pesar de no tener ninguna discapacidad física o mental que se lo impida, por lo que concluyen que tal comodidad cae dentro de una actitud indolente, pues conoce la situación económica de ambos padres. Que no obstante, la demandante laboró temporalmente, con lo cual pudo haber sufragado los gastos de inicio de la carrera, tomó un curso de idioma ingles en una institución privada, pudiendo haber pagado los gastos iníciales de la carrera. Que la sentencia si establece, que en el caso de alimentos a mayor de edad, no es suficiente la existencia de la necesidad, sino también las condiciones bajo las cuales el alimentario busca su superación, lo que no se ha probado, pues no labora ni estudia; por lo que piden se confirme la sentencia. II. Así las cosas, el decisorio de esta Cámara estriba en determinar si es procedente revocar la sentencia impugnada, que declaró sin lugar el establecimiento de cuota de alimentos a favor de […], quien es mayor de edad; en cuyo caso se dictará el fallo que corresponda o si por el contrario se debe confirmar la sentencia por estar apegada a derecho. El objeto de este proceso estriba en el establecimiento de una cuota de alimentos a favor de la joven […], quien actualmente cuenta con 21 años de edad. Al respecto cabe señalar, que los hijos mayores de edad, por ése sólo hecho no pierden el derecho a percibir alimentos de sus progenitores. Al respecto, el Art. 211 Inc. 2° C. F., prescribe: "...Si el hijo llega a su mayoría de edad y continúa estudiando con provecho tanto en tiempo como en rendimiento, deberán proporcionársele los alimentos hasta que concluya sus estudios o haya adquirido profesión u oficio”. Como se sabe, los alimentos se deben mientras los necesita el alimentario sin importar la edad y máxime si el hijo llega a la mayoría de edad, y continúa estudiando con provecho tanto en tiempo como en rendimiento, con el objeto de que adquiera una profesión u oficio que le permita satisfacer sus necesidades por sus propios medios; de ahí que se haya sostenido que los alimentos a favor de hijos mayores de edad, se engloban dentro del principio de solidaridad familiar, en tanto se han extinguido las obligaciones derivadas del ejercicio de la autoridad parental. Esto es, que dicha obligación, en razón de atender a la solidaridad familiar, se refiere exclusivamente a la satisfacción de necesidades básicas, así ha sido aceptado por la doctrina y la jurisprudencia. Sin embargo, debe tenerse presente en estos casos, que para la procedencia de los alimentos del hijo(a) mayor de edad, se debe comprobar en el proceso, con los medios probatorios pertinentes, que el alimentario continúa estudiando con provecho tanto en tiempo como en rendimiento (presupuesto legal). Contrariamente, si por su indolencia, es decir que por pereza y/o desidia no trabaja o estudia; y en este último caso, aún cuando estudie no lo haga con provecho en tiempo como en rendimiento, no procede el establecimiento de una cuota alimenticia. Desde luego, también deberán comprobarse los demás presupuestos fácticos establecidos en la ley, como requisitos de fondo para la determinación de una cuota al alimentante. En el caso que nos ocupa, con las pruebas presentadas, principalmente la documental, consideramos que no ha sido posible el acreditar (probar) el presupuesto fáctico antes señalado, ya que en ningún momento se comprobó que la joven […] , se encontraba estudiando, o que había sido admitida en la Universidad de El Salvador, pues lo que se acreditó fueron los trámites para realizar examen de nuevo ingreso, no que estuviera inscrita en la carrera de Medicina; documentos que nunca fueron presentados, no obstante haberse requerido. En ese orden, incluso –se ha sostenido en precedentes-, que no bastará con que el alimentario(a) se encuentre inscrito en una carrera de grado universitario o técnico para que por ese simple hecho se confiera el derecho de alimentos, que además no es el caso del sub lite, pues ni siquiera eso se acreditó para sostener que por falta de recursos no había continuado sus estudios después de su inscripción. Se menciona también, que al no contar con recursos económicos, la expresada joven se inscribió en un curso de inglés, lo cual tampoco se acreditó. No obstante, en el estudio social realizado se refiere que reprobó dicho curso y a la fecha de finalización del mismo, no se había inscrito para continuar en dicho centro educativo (ver fs. 94 vto.). Debe insistirse, que la obligación de dar alimentos, en el supuesto de los hijos mayores de dieciocho años, como ya apuntamos supra, procede si continúa estudiando en condiciones de tiempo y rendimiento, es decir, no solo se debe acreditar la existencia de las necesidades materiales, sino además lo últimamente mencionado; agregando en este orden, que cuando se trata de hijos mayores de edad –en general-, dicha obligación debe estar suficientemente justificada, entre otras razones por la incapacidad física o mental del alimentario para proveerse por sí mismo los alimentos, para su subsistencia. En el presente caso, los testigos presentados en la audiencia de sentencia, han referido que la expresada joven no realiza ninguna actividad; que no se encuentra estudiando, y menos realizando actividades que le generen ingresos, solo excepcionalmente cuando cuidó de una persona que había tenido un accidente. Es decir, no basta que tenga solamente el ánimo –como se ha expresado- de superación, pues en la práctica debe establecer que está realizando tal actividad con provecho, pues incluso, el curso de inglés al que se inscribió, lo reprobó. Por todo ello, estimamos que al no haberse comprobado el supuesto legal, de que la peticionaria se encuentra estudiando con provecho tanto en tiempo como en rendimiento, no es procedente la fijación de cuota alimenticia a favor de la joven […]; consecuentemente se confirmará la sentencia impugnada. Por tanto, conforme a lo expuesto y con fundamento en los Arts.; 211, 214, 247, 248, C.F.; 83, 153, 156, 160 y 218 L. Pr. F., a nombre de la República de El Salvador, esta Cámara FALLA: Confirmase la sentencia impugnada que declaró sin lugar la fijación de cuota alimenticia a favor de […], a cargo del padre, señor […], por estar conforme a derecho. Devuélvanse el expediente al Juzgado remitente con certificación de esta sentencia. Notifíquese. PRONUNCIADA POR EL MAGISTRADO Y LA MAGISTRADA QUE LA SUSCRIBEN: DR. JOSÉ ARCADIO SÁNCHEZ VALENCIA Y LICDA. RHINA ELIZABETH RAMOS GONZÁLEZ. A. COBAR A. SECRETARIO.