New Journalism, ¿literatura?

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New Journalism,
¿literatura?
Florencia Puggi
(Profesora en Letras - FHUC/UNL)
Por fortuna, hay libros que no son de quien los escribe sino de quien los sufre, y éste es uno de ellos. Los
derechos de autor, en consecuencia, serán para quien
los merece: el compatriota anónimo que debió padecer
diez días sin comer ni beber en una balsa para que este
libro fuera posible.
Gabriel García Márquez 1
“con este poema no tomarás el poder” dice
“con estos versos no harás la revolución” dice
“ni con miles de versos harás la revolución” dice
se sienta a la mesa y escribe
Juan Gelman
Un lector acostumbrado a las reglas del juego de la teoría literaria no se sorprendería si yo le cuento que, en mi
accidentada carrera por conciliar en un punto común los
trabajos de algunos teóricos, me encuentro con la sorpresa
de que muchos tienen que defenderse ante otras posturas
que ni siquiera consideran a Operación Masacre como un
texto literario, escudándose en el hecho que Rodolfo Walsh
sólo estaba llevando a cabo una labor periodística.
No comparto esta idea de lectura periodística de la obra,
por lo tanto me parece escandaloso que aparezca impresa
en un libro de historia de la literatura:
1) García Márquez, G. (1970) Relato de un náufrago, Colombia, Ediciones del Tambor, Colombia, 1998.
2) Prieto, A. (1968): Historia de la Literatura Argentina, CEAL,
Buenos Aires.
“Walsh es también destacado periodista, y su libro
Operación masacre, notable y fiel crónica de los fusilamientos que tuvieron lugar en Buenos Aires y sus
alrededores después de la revolución del 9 de junio
de 1956, es considerado uno de los clásicos del género”.2 (El subrayado es mío).
Osvaldo Bayer dirá que aquellos “mandarines oficiales
de la cultura” no hacen otra cosa que calificarlo de periodista “para enviarlo al depósito de mercaderías varias”.3
Yo creo que esta discusión, como muchas otras dis-
3) Bayer, O. (1957): “Rodolfo Walsh: tabú y mito” en Walsh, R. (1957):
Operación Masacre, Ediciones De la Flor, Buenos Aires, 2003.
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putas que se sucedieron a lo largo de la historia, es otra
forma del dilema del huevo y la gallina, para este caso:
el periodismo y la literatura. ¿Cuál fue primero?
Operación Masacre ha de parecerle a esta crítica tan
conservadora una suerte de caja de Pandora donde lo
único que queda claro es la historia de los fusilamientos
de José León Suárez. Reconociendo en esta pretendida
miscelánea la validez de dichas características de escritura, Roberto Ferro elevará “la narración fragmentada, el
cruce de la oralidad y la literatura, el encuentro, el pasaje
y la contaminación de materiales documentales, la letra
del otro injertada en la escritura, la polifonía, la historia
como encuentro de múltiples historias”, a la categoría de
“marcas distintivas” de la textualidad de Walsh.
Horacio Verbitsky4 trabaja desde una posición algo
conciliadora entre las dos posturas. Sugiere que la primera edición en libro de Operación Masacre coincide,
efectivamente, con una investigación periodística y sólo
autoriza ese tipo de lectura, mientras que la edición de
1964 (sobre la cual Walsh efectuó algunas modificaciones) manifiesta ya una intención artística.
Se podría decir que Ferro retoma esta idea de Verbitsky
al momento de realizar su trabajo. Las sucesivas ediciones del libro (1957, 1964, 1969) originan las distintas
lecturas de la obra, pero no sólo en función del contexto
de circulación sino también en la medida que el escritor
vuelve sobre su obra para rescribirla, complementarla
o modificarla. Así se entiende que se generen lecturas
tanto literarias como políticas o sociohistóricas.
La dificultad de asignar un género literario a esta obra
puede ser una de las causas por las cuales se pretende
excluirla del ámbito literario. Al respecto, Ferro argumenta que la noción de género se establece sobre rasgos
comunes que aseguran la distinción de su poseedor;
sin embargo, estas marcas no tienen un asentamiento
en el texto sino que se manifiestan en las prácticas de
lectura “relativamente estables” que se efectúan sobre
el mismo.
El género policial parece no responder a todas las exigencias del relato ya que, como señala el autor antes mencionado, el final de Operación Masacre no refleja el restablecimiento del orden natural de las cosas sino que tan sólo
termina de poner en evidencia a los culpables del crimen.
La contratapa de la edición 2003 de Ediciones De la Flor
4) Verbitsky, Horacio. “Ética y estética de Rodolfo Walsh” en Walsh,
R., Cuentos.
habla de “novela de no ficción” y de “New Journalism, es
decir, la aplicación de procedimientos propios del género
novela al relato de hechos verdaderos”. En su análisis, Ferro
señala que “la producción textual está íntimamente imbricada con el proceso de dilucidación de los hechos; escritura
e investigación son instancias sincrónicas y dialécticas.”
Del mismo modo, Verbitsky establece esa relación
entre realidad y creación, por la que investigación, sucesos, política y escritura se confunden dando origen a
esa aparente “simbiosis” entre literatura y periodismo.
El escrito de Bayer, en una esquina opuesta, no se
preocupa demasiado por los aspectos genéricos o literarios del texto, más bien encuentra un fundamento básico de esta escritura que escapa a toda amarra teórica:
“No sé si Walsh quiso hacer con su máquina de escribir más pedagogía social que literatura; si se lo propuso o se lo preguntó a sí mismo. Sus respuestas son
irónicas a este respecto. Su idioma dominaba todos
los registros: le interesaba ser breve y claro para que
lo comprendiese el lector pobre de novelas policiales”.
(Bayer 2003: 8)
A lo que Ferro agrega:
“...en la realidad, sin constituirse en su repetición
refleja y, por lo tanto, provocando una crisis irreversible de los modelos de correspondencia y transparencia en términos de un deber decir autorizado que
se legitimaba como la vía natural de la denuncia”.
(Ferro 1999:144)
Verbitsky se constituye en el eco de la voz de Rodolfo
Walsh:
“De su práctica deduce una teoría: El testimonio y
la denuncia son categorías artísticas por lo menos
equivalentes y merecedoras de los mismos trabajos
y esfuerzos que se le dedican a la ficción” (Verbitsky
1993: 11).
La escritura de Walsh escapa a los límites de lo conocido, hace que lo denominen “el anti-Borges”. Se
olvidan de todas las acusaciones que sobre el mismo
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Borges han caído por su falta de compromiso con la
realidad, y ahora, al oponerlo al Walsh “revolucionario”,
lo tildan de conservador o “derechista”.
El tan mencionado “violento oficio de escribir” no cesa
de proclamar su vigencia, su carácter de discurso social
que aún puede leerse en un “grito de alerta”, como propone la crítica de Bayer:
No se debe permitir ocultar bajo el nombre de periodismo
una actividad que entraña la realidad más cruda de la
vida, aquella inasible que nos pertenece a todos.
“Rodolfo Walsh no existe. Es sólo un personaje de
Bibliografía
ficción. El mejor personaje de la literatura argenti-
ALTHUSSER, L. (1969): “Acerca de la ideología” en Ideología y
na. Apenas un detective de una novela policial para
aparatos ideológicos del Estado, Nueva Visión, Buenos Aires.
pobres. Que no va a morir nunca”. (Bayer 2003: 12)
BAJTÍN, M. (1929): “El problema de los géneros discursivos”
en Estética de la creación verbal, Siglo XXI, México, 1982.
No cabe la menor duda de que estos tres autores coinciden en admitir la relación de interdependencia que
vincula escritura y sociedad, relación que se renueva con
cada lectura por más diverso que sea su contexto histórico, porque la literatura no conoce nociones de tiempo, se
proyecta en la historia como una voz a punto de estallar.
Ya instalado el texto en nuestra tradición literaria, Verbitsky se aventura un poco más al hablar del escritor
Rodolfo Walsh:
BAYER, O. (2003): “Rodolfo Walsh: tabú y mito” en WALSH, R.,
Operación Masacre, De la Flor, Buenos Aires, 2003.
BECHARA, M. A. (1998): Periodismo y Literatura. Lo fantástico
y lo policial el Walsh, UNER, Facultad de Ciencias de la Educación, Paraná.
FEINMANN, J. P. (2000): “Del pueblo a la gente” en Página/12,
18/11/2000. [Disponible en http://ar.geocities.com/veaylea2000/
feinmann/11-18-00pueblo-gente.htm]; [consulta 10/06/2001].
FERRO, R. (1999): “La literatura en el banquillo. Walsh y la
fuerza del testimonio” en Historia Crítica de la Literatura Ar-
Operación Masacre lo eleva a otra región, a una cum-
gentina. Volumen X. Director de la obra: Noé Jitrik, EMECÉ
bre que sólo habitan los libros nacionales. Es nues-
Editores, Buenos Aires, 1999.
tro Facundo, y una incursión solitaria al futuro”.
GERBAUDO, A. (2002): “La literatura y el conocimiento: aná-
(Verbitsky 2003:12)
lisis de algunas posiciones” en GERBAUDO, A. y ECHAGÜE, H.
(2002): Teoría y crítica II, UNL, Santa Fe.
Feinman habla de tres nuevos términos que ha adoptado esta sociedad: gente, progresismo y utopía. Vienen
a reemplazar a otros tres: pueblo, izquierda y revolución.5 El problema es simple: cómo reconstruir la importancia de la reivindicación social en este texto, cómo
escuchar su diálogo en medio de tanto eufemismo que
obstruye los sentidos.
Por miedo a lo desconocido, quizá, la literatura argentina
estuvo a punto de perder una de las obras más trascendentales para nuestra cultura. Por un simple capricho de
la teoría o de la crítica literaria se marginó no sólo a una
escritura sino a todas las voces que en ella se alzan.
Quizá para recomponer una lectura literaria de Operación
Masacre sea necesario, en primera instancia, retomar el
signo lingüístico inserto en la práctica social, sabiendo que
no hay literatura si no hay una sociedad que la sustente.
5) Feinman, José Pablo: “Del pueblo a la gente” en Página/12, Sábado
18 de noviembre de 2000.
ISER, W. (1990): “La ficcionalización: dimensión antropológica
de las ficciones literarias” en Teorías de la ficción literaria. Compilación de textos: Antonio Garrido Domínguez, Arco Libros.
KOLESNIKOV, P.: “Rodolfo Walsh y aquel violento oficio de escritor”, Clarín. 23-03-1997.
PRIETO, A. (coordinador) (1968). Historia de laliteratura argentina, Tomo III, CEAL, Buenos Aires.
SAER, J. J. (1989): “El concepto de ficción” en El concepto de
ficción, Seix Barral, Buenos Aires, 2004.
VERBITSKY, H. (1993): “Ética y estética de Rodolfo J. Walsh”
en WALSH, R., Cuentos, Biblioteca Página/12, Buenos Aires.
WALSH, R. (1957): Operación Masacre, Ediciones De la Flor,
Buenos Aires, 2003. Incluye prólogos y epílogos a ediciones de
1957, 1964 y 1969, y “Carta abierta de un escritor a la Junta
Militar”, 1977.
–– (1965) Los oficios terrestres, Jorge Álvarez, Buenos Aires.
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