CELEBRACIÓN DE LA PENITENCIA (11-2-05) Monición de entrada Nuestros pasos, nuestras huellas en esta preparación a la Semana Santa, deben dirigirse hacia su destino, la luz de Cristo Resucitado, final de nuestro camino después de 40 días. Vivir la reconciliación en Cuaresma es mirar a Jesús y entender la vida como El, para cambiar las actitudes negativas por aquellas otras que brotan del Evangelio. Antes de que nosotros recurramos a Dios, ya ha salido Él a nuestro encuentro para darnos el abrazo reconciliador. Con la animación que nos proporciona Cristo Redentor, comenzamos cantando al que es Camino y Alianza con Dios Padre. Canto de entrada DANOS UN CORAZON GRANDE PARA AMAR. DANOS UN CORAZON FUERTE PARA LUCHAR. 1.- Hombres nuevos, creadores de la historia constructores de nueva humanidad hombres nuevos que viven la existencia como riesgo de un largo caminar. 2.- Hombres nuevos luchando en esperanza, caminantes sedientos de verdad. Hombres nuevos sin frenos ni cadenas hombres libres, que exigen libertad. 3.- Hombres nuevos, amando sin fronteras, por encima de razas y lugar. Hombres nuevos, al lado de los pobres, compartiendo con ellos techo y pan. Plegaria de Entrada. Todos Padre, aquí estamos. ¿Para qué vamos a hablarte mucho? Tú nos conoces y sabes lo que nos falta y hasta donde podemos llegar, puesto que nos conoces mejor que nosotros mismos. Conoces la debilidad de nuestros corazones, nuestro desánimo y nuestro cansancio. Ya sabes lo extraviados que andamos. Nos has dado fe, esperanza y amor a todo el mundo. Ten paciencia con nosotros. No nos reproches la culpa que nos oprime y que nos hace indignos de ser escuchados. No te fijes en nuestros fallos ni en nuestras omisiones. Míranos con los ojos de la esperanza para que despertemos y te alabemos lo mejor posible. Enciende tu luz en medio de nuestra oscuridad con el resplandor de tu misericordia y tu perdón. Amén. Primera lectura: Los buenos (Charles Péguy) <<Hay algo peor que tener malas ideas, algo peor que tener mala conciencia… es tener una conciencia perfecta. Hay algo peor que tener un espíritu perverso: es tener un espíritu acomodado. Se ha visto que los juegos increíbles de la gracia… penetran en un espíritu ruin y hasta en un espíritu perverso y también se ha visto salvarse lo que parecía perdido; pero nunca se ha visto empaparse lo que estaba barnizado, ni calarse lo impermeable… Los buenos, al menos aquellos a quienes llamamos buenos y que gustan de ser llamados tales, no tienen defectos en su armadura. Nunca son heridos. L amoral de su piel, siempre intacta, es para ellos una coraza y un caparazón invulnerables. No tienen siquiera un resquicio… ni un agujero, ni una puntada mal dada… No presentan esa entrada de la gracia que es el pecado. Como no han sido heridos se creen invulnerables. Puesto que no carecen de nada, nada se les da. La caridad misma de Dios no cura lo que no tiene heridas. Precisamente por estar herido en el suelo fue recogido el samaritano. Por estar sucio el rostro de Jesús fue limpiado por el pañuelo de la Verónica. Así, pues, aquel que no ha caído, nunca será levantado y el que no se ha manchado nunca será limpiado. Los buenos no son permeables a la gracia>>. Salmo 50, 12-14.17 “Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu; devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con tu espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza”. Segunda lectura: Mc 8, 31-37 “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga... El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Silencio y reflexión - ¿Qué es lo que más necesitamos espiritualmente para preparar convenientemente la Semana Santa y la Pascua? - ¿Qué defecto debo combatir especialmente durante esta Cuaresma? - Hay un refrán que dice: “Vive como piensas, para no terminar pensando como vives”. ¿En qué debe cambiar nuestro pensar para que sea como el de Dios? - No digas: “No puedo hacer nada”. Al contrario, ¿cómo puedes ser más generoso, estar más alegre, ser más profundo, llevar la paz contigo y comunicarla; en definitiva, ser más evangelizador entre los tuyos? - Reflexionemos sobre nuestras actitudes y sentimientos; pidamos perdón por nuestro fallos y recemos para que sea eficaz nuestro propósito de enmienda. Comunicación y símbolo de las huellas Repetimos la frase: “Ilumínanos Señor para ver con claridad el camino de conversión” Absolución y bendición Oración final: Nunca es demasiado tarde. Todos: Nunca es demasiado tarde para reconciliarse, pues nunca es demasiado tarde para amar, ni tampoco es nunca demasiado tarde para ser feliz. Quien no quiere reconciliación sigue sumido en la noche, y en su corazón crece la maleza de la inquietud como un tumor canceroso. Quien no quiere reconciliación, al primero que castiga es a si mismo. La reconciliación puede parecer imposible, pues toda reconciliación debe venir de dos lados. La reconciliación no puede ser forzada. Debe ser sembrada; diminutos granitos de paz y de amistad. La reconciliación debe dejarse crecer alo largo del camino por el que vamos al encuentro de otros. Reconcíliate tanto como puedas con todos los seres. Canto final: Id y enseñad Sois la semilla que ha de crecer, sois estrella que ha de brillar. Sois levadura, sois grano de sal, antorcha que debe alumbrar. Sois la mañana que vuelve a nacer, sois espiga que empieza a granar. Sois aguijón y caricia a la vez, testigos que voy a enviar. Id , amigos, por el mundo, anunciando el amor, mensajeros de la vida, de la paz y el perdón. Sed , amigos, los testigos de mi resurrección. Id llevando mi presencia, con vosotros estoy. Abrazo de reconciliación.