la amistad y el baile de las amigas_patricia

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LA AMISTAD Y
EL BAILE DE
LAS AMIGAS
PATRICIA MELERO · 2º ESO · COLEGIO EDITH STEIN
Un 17 de octubre iban dos amigas a una clase de baile. Estas chicas se llamaban Laura y
Marta y tenían catorce años.
Su entrenador se llamaba Marcos y les decía que con el esfuerzo que pongan ellas
podrán llegar a competiciones de mayor nivel y a convertirse en bailarinas
profesionales.
Su sueño era poder bailar y tener su propia academia de baile. Las dos querían ser las
jefas y cada una dar clase a distintos grupos de niños. Ellas bailaban muy bien, tenían
muy buen gusto por las canciones que elegían para bailar, los pasos eran muy buenos y
tenían muy buen ritmo.
El entrenador dijo que había que hacer un trabajo: consistía en formar una pareja de
chico y chica montando una coreografía, eligiendo una canción con buen ritmo e
inventándose un baile que pegue con la canción. Tenían tres clases para hacer esto, es
decir, 4 horas y media en total, porque cada clase duraba 1h. 30min
Las amigas vivían en el mismo edificio: una en el quinto y la otra en el segundo, las dos
salieron de la clase y se fueron juntas, andando a su casa. Iban al mismo instituto y
salían a la misma hora entonces, después de comer, sobre las cuatro las dos se juntaban
o en casa de Marta o en casa de Laura y hacían los deberes juntas y a las cinco se iban a
la academia de baile.
Al llegar entraron al vestuario y se pusieron la ropa con la que iban a bailar. Entraron a
la clase y comenzó. Cada una se puso con su compañero de baile. Cada pareja tenía que
poner de algún modo la canción que iba a bailar. Unos sacaron el móvil, otros un
radiocasete y otros un MP3 con unos altavoces pequeños. Cada pareja se puso manos a
la obra. La pareja de Laura se llamaba José, tenía 15 años y bastante experiencia. La
pareja de Marta se llamaba David y tenía 14 años, pero aun siendo el chico más
pequeño de toda la clase de baile, tenía mejor movimiento que otros chicos más
mayores.
Pasaron cuatro días y ya tenían que enseñar sus coreografías a la clase. El entrenador,
antes de que empezaran a bailar las parejas, dijo:
- Esto no lo he dicho antes para que no os pusierais nerviosos pero las dos parejas que
tengan el mejor baile, formarán un grupo para ir al concurso anual de baile de Madrid.
Las personas que ganen esta competición serán el mejor grupo de bailarines de Madrid
y muchas academias con mayor nivel les harán una invitación para que vayan a esa
escuela o podrán quedarse aquí. Ellos decidirán.
- No os pongáis nerviosos. Lo más importante es que disfrutéis con el trabajo que hacéis
y si alguno gana el campeonato estaré muy orgulloso porque esa persona la he enseñado
yo.
- La primera pareja en bailar serán Roberto y Alicia; la segunda pareja, Laura y José; la
tercera, Clara y Edu; y los últimos, Marta y David.
Empezaron a bailar. Cada una sus coreografías y lo hicieron bastante bien.
El entrenador dijo que tenía que pensar qué dos parejas irían al concurso de baile.
A los 10 minutos dijo: -Ya lo tengo decidido y no quiero que os enfadéis porque todos
bailáis muy bien, pero las dos parejas que van a ir al concurso son: Roberto y Alicia,
Laura y José.
Acabó la clase. Marta y Laura se fueron juntas. En el camino, fueron hablando sobre el
concurso: de que una había ganado y la otra no. Marta -que no había ganado- le
animaba a su amiga diciéndole que lo iba a hacer muy bien.
Llegaron al portal y se despidieron. Cuando Marta entró en su casa le contó a su madre
que ella no había ganado, que había sido Laura. Marta entró en su habitación apenada y
envidiosa y empezó a pensar que ella quería haber ganado. Los celos por su amiga
empezaron a consumirle.
Marta pensó cómo actuaría con ella para que perdiera el concurso y qué cosas
desanimantes le iba a transmitir para que no se presentará.
Llegó el día siguiente y las clases del instituto empezaban a las ocho de la mañana.
Ambas se levantaban a las siete. Marta cogió el móvil nada más bajarse de la cama y vio
un mensaje de su mejor amiga Laura: <<Hola Marta ¿que tal?, hoy no vamos juntas por
la mañana, me voy a pasar antes por el estudio de baile, adiós>>.
Ella al leerlo se enfadó mucho porque ella pensaba que con todo esto del concurso su
amiga iba a pasar de ella o por lo menos lo iba a parecer.
Se encontraron en el colegio por la mañana y se pusieron a hablar como si Marta no
estuviese celosa. Faltaba muy poco para el concurso, exactamente cuatro días. Laura
estaba cada vez más nerviosa y celosa,
Pasaron los cuatro días. Era sábado, el día del concurso. Tenían que estar a las 9:30h de
la mañana en el centro de Madrid para competir. Estuvieron todos los del estudio de
baile, los que participaban y los demás que animaban. El concurso comenzaba a las
11:30h,
Estaban muy nerviosos y asustados pero con más ganas que nunca de bailar. Había
mucha gente y muchos rivales. Todos, al parecer, bastante buenos, Tenían muy pocas
posibilidades de ganar pero quién sabe: a lo mejor ganaban. Si nuestro entrenador nos
ha seleccionado a nosotros cuatro será porque tenemos un buen nivel, pensaba Laura.
Iban a empezar a bailar el primer grupo. Los nervios, el deseo y las ganas de demostrar
al mundo lo que éramos iban siendo cada vez más intensos. El grupo de Alicia, Laura,
José y Roberto eran los 13 de 17 grupos participantes que había. Teníamos muchas
cosas en juego pero sólo había que disfrutar.
Acabaron de bailar el grupo 10 y comenzó el 11. El entrenador nos dio sus últimos
consejos y… escuchamos por megafonía el número de su grupo. Era el momento de
salir.
Empezaron a bailar. Lo estaban haciendo muy bien. Y parecía que a los jueces les
gustaba. Acabaron de bailar y los nervios fueron abandonándonos poco a poco.
Al acabar de bailar todos los grupos se oyó por el megáfono: << QUE SALGAN AL
ESCENARIO TODOS LOS GRUPOS: ES LA HORA DE NOMBRAR A LOS
FINALISTAS>>.
Salieron a la pista, y salió al escenario un presentador que dijo:
- Hola, aquí estamos ahora mismo con los ganadores del concurso. En este sobre
vamos están metidos los nombres. Vamos a proceder a leerlos: en tercer lugar y
con una media muy alta… “Los Electroners”; en segundo lugar y con un baile
casi perfecto “Los Gigantes”...
Nuestro equipo ya estaba desesperado. Ya sabía que no iban a ganar, habían perdido las
esperanzas cuando el presentador siguió hablando:
- ¡¡Y en primer lugar…!! y con una invitación para el nuevo estudio abierto hace
dos meses son… “Los Dancer”.
Nuestro equipo se puso a gritar y a abrazarse: ¡¡habíamos ganado!! Estábamos súper
contentos.
Ya acabó el concurso y volvieron al estudio. El entrenador les felicitó muy orgulloso.
Sus compañeros también se felicitaron, ¡¡Eran los primeros!! No se lo creían.
Cada uno se fue a su casa y a Laura le extrañó no ver a Marta en el concurso. Ella -al
llegar a su edificio- paró en la casa de Marta, para ver si estaba o por lo menos
preguntar por ella. le dijeron que no estaba en casa, que había salido hacía un rato pero
no sabían dónde había ido.
Laura intentó localizarle, pero no cogía ni las llamadas en el móvil y los mensajes no le
llegaban. Estaba preocupada, fue a todos los lugares en los que podría estar, pero no la
encontró. Ella volvió a casa y sin saber nada de su amiga Marta se metió a la cama,
había sido un día duro.
Al día siguiente, domingo, en la mañana fue de nuevo a casa de su amiga a preguntar
dónde había estado. Llamo al timbre:
- Hola, ¿esta Marta?
- Pues todavía no se ha despertado, pero luego le digo que suba a tu casa- dijo el
padre de Marta.
- Ah vale, gracias, adiós- respondió ella.
- De nada, adiós- se despidió el.
Laura se subió a su casa y pensó que Marta estaba muy rara, ¿Le habrá pasado algo y no
se lo había dicho? Cuando de pronto llamaron al timbre. Ella -corriendo- gritó que abría
ella la puerta. Nada más abrir vio que estaba ahí su amiga Marta:
- Hola, ¿qué te pasó ayer? No te vi en el concurso y cuando volví te busqué pero
no te llegué a encontrar- dijo Laura.
- Pues no me paso nada, solo que me encontraba un poco mal y no fui, lo sientose excusó Marta.
- Ah, bueno, pues cuando volví pregunté en tu casa y me dijeron que habías
salido.
- Sí, salí un poco, estaba agobiada y necesitaba reflexionar y pensar -contestó
Marta muy segura de lo que decía.
- Ah, vale, y esta tarde ¿qué vas a hacer? ¿vamos a quedar?- preguntó extrañada
Laura.
- Pues yo no puedo quedar, tengo que hacer una cosa -dijo Marta.
- Ah, vale, bueno, pues... mejórate y ya hablamos, adiós -se enrareció Laura.
- Gracias, adiós -se despidió Marta mientras se disponía a subir por el ascensor.
Marta iba pensando que le había mentido a su mejor amiga, que lo de que estaba
enferma e iba a hacer una cosa esa tarde no era verdad. Habían trasladado el trabajo de
su padre a Barcelona y cuando acabase el primer trimestre se iban a vivir allí. Marta no
quería decírselo a su amiga para que no estuviste mal, y ya no eran los celos ni nada,
solo que iba a dejar toda su vida atrás y no quería.
Ella estaba muy triste y desilusionada porque todo lo tenía allí, familia, amigos, el baile,
todo y lo tenía que dejar atrás solo por el maldito trabajo de su padre, pensaba ella, en su
interior.
Pasado el tiempo, Marta seguía pensando en cómo decírselo a su mejor amiga porque
cada vez quedaba menos tiempo.
Un día, en el instituto, en la clase de Ciencias Sociales, Marta escribió en un papel: <<
tenemos que hablar, es muy importante. Ya que luego tenemos 30min libres ¿por qué no
nos vamos a la cafetería y hablamos?>>
Le pasó el mensaje a Laura, que se sentaba detrás suya. Se acabó la clase, guardaron las
cosas y se fueron a la cafetería. Estando allí, Marta empezó a hablar:
- Bueno, no te asustes ¡eh! pero a ver lo que pasa. Es que todo este tiempo te he
estado mintiendo y esquivando porque han trasladado el trabajo de mi padre a
Barcelona y cuando acabemos el trimestre nos vamos a vivir allí.
- Pero ¿¡cómo!? No puede ser, no te puedes ir -se estremeció Laura mientras
empezaba a llorar.
- Ya, lo sé, yo no quiero -se lamentó Marta.
Y siguieron hablando durante todo el recreo, acordándose de todo lo que habían vivido
juntas desde muy pequeñas. Y pensar que ahora se iban a separar… se trataba de una
pérdida muy grande.
Ya quedaba una semana para que se acabara el trimestre y ya estaban preparando todo
en casa de Marta. Buscando un pequeño piso, mudanza... porque según acábase el
trimestre, a la siguiente semana de vacaciones, se irían ya para Barcelona. Le quedaban
dos semanas. El tiempo iba pasando, muy rápido, para ellas y cada vez lo iba sabiendo
más gente.
Acabó el trimestre y empezaron las lamentaciones y las despedidas. Ya lo sabían en el
instituto, en el estudio de baile y, seguramente, en más lugares. Las amigas estaban todo
el día juntas. En el estudio se echaron los últimos bailes juntos. Cada día más tristes,
aunque por fuera no lo aparentara por dentro estaba súper triste.
Llegó el día que nadie quería que llegase, sobre todo Marta. Estaban todas las personas
que querían despedirse de esa pequeña familia en la calle, desde dónde iban a salir con
el coche.
Cada instante era más trágico y se subieron en el coche. Se prepararon y el coche
comenzó a andar. Marta, llorando, bajó la ventanilla del coche y sacó la cabeza. Les
mandó un beso y se metió al coche.
“Ya está, ya he perdido mi vida para siempre” pensaba ella en su interior, muy triste.
Pasó el tiempo y llegaron a Barcelona. Se instalaron en el piso. Salió todo muy bien y
Marta tenía un nuevo estudio de baile. Comenzó el trimestre y todo era casi igual,
porque Marta tenía su baile, su instituto, solo que le faltaba su mejor amiga: Laura.
El trimestre fue bien. Pasó el tiempo y la verdad, las dos amigas ya casi ni se hablaban,
perdieron el contacto poco a poco. Hablaban muy poco, solo una o dos veces cada
quince días y así se fue perdiendo la amistad, aunque Marta se acordaba mucho de su
amiga.
En el nuevo estudio iba todo muy bien. Ya tenía amigos en todos los lugares, instituto,
escuela de baile y en su edificio.
Un día, Marta le dijo a Laura por el “Whatsapp”:
<<Hola, mi profesor de baile me ha dicho que vamos a tener una competición en
Madrid, Y ¿a que no sabes qué? Es en el sitio donde tú quedaste primera hace un
año>>.
A lo que Laura le respondió:
<< ¡¡Ala!! qué bien. A lo mejor voy a verte, pero yo no participo, no nos han
dicho nada. Bueno me voy a la clase de baile, luego te cuento, adiós>>.
Al volver, Laura le dijo a Marta toda ilusionada:
<<¿A que no sabes qué? Nosotros también participaremos en esa competición.
Nos vamos a ver, qué ganas y cuánto tiempo.
Y Marta le respondió:
<< ¡Ala! ¡qué bien! ¡nos vamos a ver después de tanto tiempo! ¡qué ganas! Pero
vamos a ser rivales>>.
<<Ya, bueno, no importa, lo mejor es que nos vamos a ver>>.
Y la conversación acabó ahí.
Este fin de semana se iban a ver. ¡Madre mía! ¡tenían muchas ganas! Iba a ver a sus
viejos amigos y poder estar con ellos un rato.
Llegó el momento de salir de casa para ir a Madrid. Cuando llegaron, Laura ya estaba
esperando para verla. Marta salió del coche y las dos corrieron: se fundieron en un
fuerte abrazo. Se habían echado mucho de menos. Se instalaron y llegó el día de la
competición. El tiempo pasó muy rápido.
Llegó el sábado por la mañana y tenían que estar a las 11:00 en el lugar de la
competición. Al llegar ya había bastante gente, pero cuando empezasen los bailes habría
todavía más. Faltaba poco, treinta minutos. Esta vez había veintidós grupos, de tantas
personas como quisieran los grupos.
Ya comenzó a bailar el primer grupo y esta competición era muy importante: el que
ganara sería el campeón de toda España. Aquí había mucho más nivel que en las otras
competiciones, estaría muy difícil quedar entre los diez primeros. En el grupo de Laura
bailaban los dos y en el grupo de Marta los veinte.
Llegó el turno de Laura. En su grupo eran siete personas y bailaron la canción de “Ven
Conmigo”. Lo hicieron muy bien, mejor que los primeros. Fue pasando el rato hasta que
les tocó bailar al grupo de Marta. Eran nueve e iban a bailar la canción de “Adrenalina”.
También lo hicieron bastante bien y mucho mejor que el grupo de Laura.
Los jueces votaron y ya tenían las posiciones listas para ser contadas. Quedar entre los
diez primeros sería un orgullo porque significaría convertirse en uno de los diez mejores
bailarines de toda España. Salió el presentador y dijo:
- En primer lugar, y siendo el mejor grupo de baile de toda España son... “Las
Trotamundos”. En segundo lugar, el grupo de “Málaga”; y, en tercer lugar,...
“Elite”.
Marta empezó a gritar, eran los terceros. Sorprendente, pero real.
- Las demás posiciones estarán en el tablón de anuncios de la salida. Buenos días
y gracias por venir.
En el tablón de anuncios ponía que Laura -y todo su grupo- habían quedado en la
posición novena, que no estaba nada mal. Llegó la tarde y Laura, Marta y todos los que
estaban antes en el estudio de baile quedaron en la puerta del estudio para irse a dar una
vuelta por el centro de la ciudad. Fueron todos y, la verdad, lo pasaron muy bien.
Estuvieron en Sol y en la Plaza Mayor y en muchos otros lugares.
Llegó el día en que Marta se tenía que volver a ir a Barcelona y cómo no otra despedida
más que acabó con Laura llorando. Siguió pasando el tiempo y ahora parecía que ya sí
que se habían olvidado. Porque aunque en su mente estuvieran pensando la una en la
otra todo el rato hacía ya dos meses que no hablaban por el “Whatsapp”. Ni un simple
“Hola”.
La vida de Marta iba muy bien en Barcelona. Su mejor amigo era Alex y su mejor
amiga, Pilar -“la Pily” para ella-. En el baile iba muy adelantada, era de las mejores y en
el instituto iba muy bien también. Todos los días se acordaba de su vida en Madrid y
pensaba que ojalá pudiera tener esa misma vida ahora pero tampoco estaba mal con lo
que tenía hasta ahora.
Un día, iba paseando con un grupo de amigos y se cruzó con una chica que se parecía
mucho a su mejor amiga de Madrid, Laura. Y pensó que a lo mejor era ella pero
simplemente se trataba de un alocado pensamiento.
Cuando Marta fue a clase de baile, vio de nuevo a la chica que se parecía a su mejor
amiga y era muy extraño, estaba empezando a creer que era su amiga. Eran iguales.
Además Marta la vio bailar y bailaba igual que Laura. Pero esta chica no había visto a
Marta todavía. Desde que Marta la había visto, la otra chica no la había ni mirado a
Marta.
El entrenador decidió hacer un grupo por el “Whatsapp” porque así se enteraba mejor de
quién iba a la clase o quién no. Ese día, preguntó los teléfonos a todos los chicos y
chicas, y en ese instante creó el grupo. Cuando de pronto Marta cogió el móvil y vio que
en el grupo estaban todos sus compañeros y que también habían agregado a Laura.
Marta pensó que esta seguro era ella.
Al día siguiente en baile fue corriendo y le dio un abrazo. Laura se puso muy contenta
porque la reconoció y al fin volvían a estar juntas otra vez. No estaban ni en el mismo
instituto ni en el mismo edificio pero vivían muy cerca: dos calles más abajo vivía
Laura.
El sábado quedaron las dos amigas y estuvieron hablando. Marta estuvo enseñándole el
barrio:
- ¿ Y cómo que estás aquí y en mi estudio de baile?- preguntó Marta.
- Pues porque aquí vivía un tío mío. Se ha ido con su mujer y nos ha vendido la
casa. Me metí en la misma escuela de baile que tú y aquí estamos -dijo Laura
muy contenta.
- ¿Y cómo no me ha avisaste de que te mudabas? -preguntó Marta sorprendida.
- Porque quería darte una sorpresa y me ha costado mucho esta sorpresa- dijo
Laura.
Se rieron las dos. Estaban las dos muy contentas porque estaban otra vez juntas. Creían
que ya no tendrían que separarse nunca, pero quién sabe, a lo mejor se separan otra vez .
Su vida iba mejor cuando estaban juntas. Para el año que viene iban a intentar ir al
mismo instituto para que ya fuese todo igual que cuando estaban en Madrid.
Estas amigas acabaron el instituto, y el bachillerato en Barcelona . Y todo lo hicieron
juntas. Ya no se separaron en toda su vida.
Antes de empezar la Universidad se fueron las dos a Madrid, se alquilaron un pequeño
pisito en el barrio de donde venían. Empezaron la Universidad y les pillaba bastante
cerca. Pero a la vez tenían que trabajar para pagar todos sus gastos. Ellas trabajaban en
un restaurante muy famoso de su barrio, de camareras. Y estaban estudiando las dos
“Ciencias de los Deportes”. Para poder abrir, en el futuro, su propio estudio de baile.
Eso de empezar un negocio era muy difícil pero lo conseguirían con su esfuerzo y
trabajo. Ya estaban empezando a ahorrar poco a poco y los estudios las iban muy bien .
Además, al vivir juntas y estar en las mismas clases, podía ayudar mucho.
Acabaron la Universidad con unas notas muy buenas. Y entre las dos tenían ahorrado
5.568€. Habían trabajado y estudiado mucho.
Estaban muy ilusionadas y contentas. Solo tenían que buscar un local y empezar a
anunciarse por las calles y ya está: su sueño estaría cumplido. Les ha costado mucho,
pero lo han conseguido
A los tres meses ya tenían local y quince niños en la academia. No se les daba nada mal
esto de enseñar a otras personas. Al revés, eran bastante buenas.
Ya estarían toda su vida juntas, cumpliendo su sueño: ser profesoras de una misma
academia de baile.
De vez en cuando iban a Barcelona para ver a sus padres y a sus amigos de allí.
Tenían la vida resuelta, pero a pesar de todas las complicaciones que habían tenido de
pequeñas ahora estaban juntas haciendo su sueño y eso era lo importante. Estaban
felices y eso es todo. Su vida ya estaba resuelta, estaban juntas.
FIN
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