PROYECTO DE DECLARACIÓN AUTOR: Senadora María Inés Fagetti (PJ - Frente para la Victoria) TEMA: Declarar el beneplácito de esta H. Cámara por la Encíclica presentada por el Papa Francisco, titulada “Laudato Si” (Alabado Sea), sobre “el cuidado de nuestra casa común, la Tierra”. FUNDAMENTOS: El 18 de junio pasado, el Papa Francisco presentó en el Vaticano la Encíclica titulada Laudato Si (Alabado Sea) sobre el “cuidado de nuestra casa común”, la que ha sido calificada de histórica, por ser la primera vez que un Papa dedica un documento de este tipo a la protección medioambiental. La encíclica toma su nombre del Cántico de las criaturas compuesto por San Francisco de Asis, que comienza con las palabras “Laudato si mi Signore” (Alabado seas oh mi Señor). En él se recuerda la grandeza y la belleza de toda la creación, que debe ser cuidada y respetada por los hombres, y de la Tierra que “es una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge en sus brazos”. En la Encíclica el Papa recuerda que el hombre, y sobre todo los sectores más pobres, son los que más sufren por crisis económicas y la devastación de la Tierra. "Laudato Si" contiene un doble llamado a proteger la Tierra, controlando el calentamiento global y otros daños ambientales, pero también, y sobre todo, a cambiar el modelo de desarrollo en favor de los pobres. El Papa invita a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a participar de una conversión ecológica; un cambio radical en el comportamiento para favorecer la sustentabilidad de las economías. “Nuestra casa común, la Tierra, clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios puso en ella. Crecimos pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla", escribe Francisco en las 190 páginas de su versión en castellano, el idioma original del texto. Para el Papa es necesaria una "conversión ecológica", un mecanismo de salvaguardia del medio ambiente que no puede estar deslindado, ni de la justicia hacia los pobres, ni de la solución de los problemas estructurales de una economía que persigue sólo las ganancias. El mercado, escribe Francisco, "crea un mecanismo de consumismo compulsivo para ubicar sus productos" pero, este paradigma de la vida humana, no puede ser la piedra millar de las sociedades. Es necesario cambiar el estilo de vida por uno más sobrio, simple, solidario y menos acelerado. "Nunca maltratamos y lastimamos nuestra casa común como en los últimos dos siglos", sentencia el Papa. El mensaje del Pontífice es claro: el modelo consumista se desinteresa del bien común. Realizar una "ciudadanía ecológica", en cambio, lleva a una serie de acciones cotidianas, que tienen como objeto el cuidado de la creación y el desarrollo justo. Muchas veces, dice el Papa, no se tiene una consciencia clara de que la injusticia en el ambiente y en el modelo de desarrollo golpea sobre todo a los pobres. En este sentido, el Obispo de Roma pide "integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente" porque, sin justicia, es "imposible escuchar tanto el grito de la Tierra como el grito de los pobres". En "Laudato Si", Francisco denuncia la pasividad de la política ante el deterioro del planeta. "Llama la atención la debilidad de la política internacional. El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las cumbres mundiales sobre medio ambiente. Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos", escribe. El Pontífice argentino acusa, además, a quienes construyen teorías sin conocer los problemas reales de la Tierra y sus habitantes. La degradación ambiental que golpea sobre todo a los pobres, dice el Papa, parecería ser sólo un apéndice en las discusiones de tantos profesionales, opinólogos, medios de comunicación y de poder que no tienen contacto directo con la realidad. Citando un documento de los obispos de Nueva Zelandia, Francisco se pregunta cómo hacer respetar los mandamientos cuando los pueblos tienen hambre. "¿Qué significa el mandamiento 'no matar' cuando el 20 por ciento de la población mundial consume recursos en manera tal de robarle a las naciones pobres y a las futuras generaciones lo que necesitan para 'sobrevivir?'", se interroga. Según el Papa, el calentamiento originado por "el enorme consumo de algunos países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres de la Tierra, especialmente en África, donde el aumento de la temperatura unido a la sequía hace estragos en el rendimiento de los cultivos". Francisco denuncia la responsabilidad del actual sistema económico mundial: "La deuda externa de los países pobres se convirtió en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica. De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro." “Laudato si’ es un llamado a una fraternidad. Proclama que todos los seres de la creación tenemos por vocación ser hermanos, considerarnos parte, pertenecer y, en el caso de la humanidad, hacerse responsables unos de otros, de los ecosistemas y del planeta. El Papa recuerda que el principio clave de la enseñanza social de la Iglesia es el “destino común de todos los bienes”. La propiedad privada es, a este efecto, un medio. En esta perspectiva ecológica, la propiedad privada ha de ser relativizada. La Tierra nos pertenece a todos. POR ELLO LA HONORABLE CÁMARA DE SENADORES DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES DECLARA SU BENEPLÁCITO por la Encíclica presentada por el Papa Francisco el 18 de junio de 2015, titulada “Laudato Si” (Alabado Sea), sobre “el cuidado de nuestra casa común, la Tierra”.