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Revisión
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Aspectos psicosociales
de la fisioterapia
en la discapacidad
D.J. Catalán Matamoros1
P. Rocamora Pérez 2
E. Ruiz Padial 3
1
Profesor. Departamento de
Ciencias de la Salud. Universidad
de Jaén.
2
Fisioterapeuta. Distrito Sanitario
de Jaén Norte. Servicio Andaluz
de Salud.
3
Profesora. Departamento de
Psicología. Universidad de Jaén.
Correspondencia:
Daniel Catalán Matamoros
Área de Fisioterapia
E.U. Ciencias de la Salud
Campus Las Lagunillas
Universidad de Jaén
23071 Jaén
[email protected]
Psychosocial aspects of
physiotherapy in disability
Fecha de recepción: 18/2/05
Aceptado para su publicación: 26/10/05
RESUMEN
ABSTRACT
Desde inicios de los años noventa, el campo científico
de la discapacidad se ha visto inundado de numerosas
publicaciones que plantean un modelo o teoría social
de la discapacidad. El modelo social de la discapacidad
defiende que ésta es una “construcción social”
impuesta. Este estudio se basa en una revisión de la
literatura reciente sobre las variables psicosociales
desencadenadas a partir de adquirir una situación de
discapacidad. El fisioterapeuta trata en su práctica
diaria con pacientes discapacitados que pueden
presentar un perfil psicosocial determinado. El
fisioterapeuta debe conocer y abordar estas
dimensiones, ya que hasta podrían enmascarar la
evolución real del tratamiento. Destaca el estudio de
estas variables en el campo laboral, en la diferencia de
género y en grupos específicos de población. La
inclusión de un abordaje psicosocial en el tratamiento
de Fisioterapia, como una intervención
complementaria, puede ser de gran utilidad para una
completa y eficaz atención al paciente.
From the 90’s, research on disability has increased with
lots of articles which present a disability model or social
theory. This social model in disability agrees that this is an
imposed “social construction”. This study is based in a
recent literature review about the psychosocial variables
arised when a disabled situation is acquired. The
physiotherapist deals in her/his diary practice with
disabled patients that could have a certain psychosocial
profile. On these psychosocial variables, it’s a common
field of study the workplace, the gender differences and
specific groups of the population. The application of a
psychosocial approach in the treatment of Physiotherapy,
as a complementary intervention, could be useful for a
total and effective attention to the patient.
KEY WORDS
Psychosociology; Physiotherapy; Disability.
Fisioterapia 2006;28(1):23-8
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Aspectos psicosociales de la fisioterapia en la discapacidad
D.J. Catalán Matamoros
P. Rocamora Pérez
E. Ruiz Padial
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PALABRAS CLAVE
Psicosociología; Fisioterapia: Discapacidad.
INTRODUCCIÓN
En el comienzo de la década de los ochenta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la clasificación de las consecuencias de la enfermedad 1, fijando
los conceptos de deficiencia, discapacidad y minusvalía,
así como las relaciones entre ellos, en la denominada
Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM). La deficiencia aparecía
definida como pérdida o anormalidad de una estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica y representaba trastornos a nivel del órgano; la discapacidad, como restricción o ausencia (debida a una
deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en
la forma o dentro del margen que se considera normal
para un ser humano y representaba un trastorno al nivel de la persona; y la minusvalía, como la situación de
desventaja para un individuo, consecuencia de una deficiencia o una discapacidad, que limita o impide el desempeño de un papel que se considera normal en su
caso (en función de la edad, sexo y factores sociales y
culturales) y reflejaba una interacción y adaptación del
individuo al entorno (fig. 1).
En resumen, se puede decir que los tres términos están
íntimamente relacionados, considerando que la deficiencia constituye lo “orgánico”, la discapacidad lo “funcional”, y la minusvalía la “desventaja social” 2-4.
Enfermedad
Anomalía
Deficiencia
Discapacidad
Minusvalía
Entorno
Accidente
Fig. 1. Esquema de la Clasificación Internacional de Deficiencias,
Discapacidades y Minusvalías (Calvo et al, 2002).
Fisioterapia 2006;28(1):23-8
Desde inicios de los años noventa, el campo científico de la discapacidad se ha visto inundado de numerosas
publicaciones, que por medio de unas severas y radicales
críticas al modelo médico plantean un modelo o teoría
social de la discapacidad 5-7.
El modelo social de la discapacidad defiende que la
concepción de la discapacidad es una “construcción
social” impuesta, y plantea una visión de las personas
con discapacidad como clase oprimida, con una dura
crítica al rol desempeñado por los profesionales y la
defensa de una alternativa de carácter político más que
científico 8.
La integración en la sociedad de las personas con discapacidades, así como la información de los ciudadanos
sobre las minusvalías, constituyen problemáticas que incumben, al menos en parte, a las autoridades públicas,
ya sean locales, nacionales o incluso internacionales. El
sistema sanitario, como parte fundamental en las decisiones de las autoridades públicas, juega un importante
papel en la discapacidad. De esta forma, la Fisioterapia
es un elemento clave para lograr al menos una mayor calidad de vida en la población que se encuentra en esta situación.
Quizás la perspectiva de un fisioterapeuta se acerca
más al modelo funcional de la discapacidad 9, que sugiere que las limitaciones de una persona se convierten
en discapacidad sólo como consecuencia de la interacción de la persona con un ambiente que no le proporciona el adecuado apoyo para reducir sus limitaciones
funcionales. La figura 2 resume este modelo funcional
de la discapacidad10.
En este contexto consideramos que resulta fundamental conocer los factores psicosociales asociados a la discapacidad. La aparición de una discapacidad no sólo supone un cambio en el estatus de salud física, sino que
también surgen una serie de consecuencias sociales y
psicológicas que determinarán el bienestar y la respuesta
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al tratamiento de estos pacientes 11. Por tanto, el abordaje de la discapacidad no puede ser atendido únicamente desde el enfoque físico u órganico, sino también
desde el psicosocial.
El objetivo de nuestro trabajo es revisar los resultados
aportados por la literatura actual sobre respuestas psicosociales ante la discapacidad que presentan fundamentalmente los pacientes que acuden a Fisioterapia, centrándonos en la discapacidad física, y concretamente en
los trastornos músculo-esqueléticos.
RESPUESTAS E INTERVENCIONES
PSICOSOCIALES ANTE
LA DISCAPACIDAD FÍSICA
La importancia y el interés en el estudio de las variables psicosociales en la discapacidad física se hace evidente por la multitud de publicaciones sobre esta temática. Estas variables son claramente relevantes ya que
parecen determinar en parte, la probabilidad de ocurrencia de determinadas patologías 12,13, el curso de la
enfermedad 14, la respuesta al tratamiento y probablemente el estilo de afrontamiento de la persona 15. Sin
embargo, pocos estudios se han centrado en investigar
cuáles son las respuestas psicosociales que aparecen ante
una situación de discapacidad.
Los numerosos estudios dedicados a investigar cuáles son las características que, con más frecuencia presentan las personas con discapacidad, suelen ser de tipo
correlacional, y en algunas ocasiones, prospectivo. Así,
parece relativamente fácil concluir que algunas variables como el apoyo social16,17, el estilo de afrontamiento al estrés 17 y otras condiciones cognitivas como la
percepción de control 17 se relacionan con la presencia
de discapacidad o incluso con la evolución en el tratamiento18.
Sin embargo, a partir de los resultados presentes en la
literatura resulta más difícil establecer cuáles son las respuestas psicosociales ante la discapacidad y cómo se relacionan estas respuestas con las características psicológicas y sociales del paciente antes de ser diagnosticado.
También para el fisioterapeuta es un problema conocer
si esas variables psicosociales son una respuesta o una
causa de la discapacidad, debido en la mayoría de los ca-
Patología
Limitación
Limitación(es) funcionales
Discapacidad
Fig. 2. Proceso de la discapacidad (Schalock, 1999).
sos a que el paciente ya ha adquirido la discapacidad
cuando acude a la consulta.
En la búsqueda realizada, basada en las investigaciones
más recientes, a pesar de contar mayoritariamente con
estudios correlacionales se pueden vislumbrar algunos
resultados interesantes para nuestro objetivo. Hay algunos estudios en los que se comparan las variables psicosociales de grupos de personas con discapacidad. Estos
estudios se pueden clasificar en tres temáticas:
En el ámbito laboral
Se ha encontrado que los pacientes con trastornos laborales del miembro superior comparados con compañeros de trabajo sin tales trastornos muestran mayores
niveles de dolor, una mayor reactividad psicológica al
dolor y se enfadan con sus compañeros más fácilmente 19. Estos resultados, a pesar de ser correlacionales,
sugieren que algunas características psicosociales presentes en la muestra pueden constituir respuestas a la discapacidad.
En el género
Existen diversos estudios que muestran diferencias en
la respuesta a la discapacidad entre hombres y mujeres
discapacitados. Así, se ha encontrado que las mujeres
padecen más nivel de dolor 20 y niveles más altos de depresión pre y postratamiento 21. Además, las mujeres
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presentan mayor número de conductas de búsqueda de
ayuda médica y apoyo social que los hombres 21,22. A nivel cognitivo, la percepción de la duración de la enfermedad es también distinta según el género. Aunque los
hombres adoptan una actitud fatalista, relacionan su enfermedad a un episodio aislado mientras que las mujeres
piensan que su nueva condición es continuada22. Por otra
parte, también la calidad de vida se ve afectada diferencialmente según el género. En concreto, se ha encontrado que las dimensiones de la calidad de vida más alteradas en hombres son físicas, y en mujeres, psicológicas 23.
realizadas por fisioterapeutas, concretamente la quiropraxia, está influida por variables psicosociales como el
deseo del paciente en volver al trabajo 26.
En los grupos de inmigrantes
En un estudio realizado en Suecia en el que se comparan inmigrantes con nativos, se ha encontrado que los
inmigrantes estaban más preocupados por su situación
económica, tenían mayores períodos de baja por enfermedad, se sentían más discapacitados, informaban de
mayor estrés laboral y utilizaban más estrategias pasivas
de afrontamiento al estrés. Tenían mayores niveles de
malestar emocional, tales como más síntomas de ansiedad, depresión, reacciones de estrés postraumático, una
menor autoconfianza, como también mayores niveles
del Síndrome de Burnout. Los autores concluyen que
los inmigrantes viven bajo condiciones psicosociales más
estresantes y que experimentan un impacto más profundo de dolor que los suecos 20.
La relación de las variables psicosociales y la intervención en discapacitados físicos es obvia. Además de recomendar la adopción de pautas psicosociales (ayuda social, asistencia médica, situación económica y cuidar las
actitudes hacia estas personas) en el tratamiento de
fisioterapia 24,25, considerar estas variables resulta de utilidad en la intervención. La medida de factores psicológicos y sociales en estudios de trastornos músculo-esqueléticos se ha hecho muy importante para mostrar el
efecto de intervenciones en las vidas de los individuos
discapacitados17. Se ha estudiado que actuaciones fisioterapéuticas como la realización de ejercicio físico pueden mejorar la autoestima, la depresión, la movilidad,
el rol social, la actividad social y la ansiedad18. Por último, se ha demostrado que la eficacia de intervenciones
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REPERCUSIÓN PSICOLÓGICA
SEGÚN LA LOCALIZACIÓN DE LA LESIÓN
Las diversas partes del cuerpo que puedan verse afectadas poseen una importancia psicológica específica 27.
Así, disfunciones a nivel pélvico están cargadas de importante significado emocional. Por ejemplo, el nombre del nervio pudendo procede del término latino que
designa la vergüenza. La persona adulta que sufre pérdidas de la función sexual, vesicular e intestinal ve alterada su autoimagen además de sufrir sentimientos negativos, como inseguridad.
La afectación de extremidades inferiores hace que la
persona recupere sentimientos muy similares a los experimentados por un niño que está aprendiendo a andar
solo. Por ejemplo, las habilidades comunicativas y sociales de una persona que está confinada a una silla de ruedas pueden verse alteradas por estar esta persona obligada a mirar hacia arriba para tratar con los demás.
En cuanto a la afectación de extremidades superiores,
plantea situaciones de importante dependencia semejante incluso a la de un recién nacido para alimentarse,
vestirse, asearse, etc.
En general, todos estos cambios corporales modifican
la imagen que la persona tiene de sí misma. En algunos
casos, a todo ello hay que añadir la necesidad de asimilar
objetos ajenos al concepto de sí mismo, como dispositivos ortoprotésicos.
¿TIENE LA CALIDAD DE VIDA
UN SIGNIFICADO DIFERENTE PARA
PERSONAS CON O SIN DISCAPACIDAD?
La “calidad de vida” es un concepto multidimensional
integrado por diversos factores.
La idea de calidad de vida está asociada por cada individuo a nociones diferentes, pero el concepto es común: vivir bien, bienestar, satisfacción, felicidad, etc. Se trata de
un concepto global, abstracto, esencialmente subjetivo,
que hace referencia de manera sumativa a diferentes as-
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pectos de la vida de toda persona: salud, empleo, relaciones personales, circunstancias ambientales, planes futuros
de vida, etc., incluyendo siempre la propia percepción del
individuo sobre su vida, y sobre la vida en general28.
Aunque exista controversia al respecto, la mayoría de
investigadores concluyen en que dicho significado es, en
esencia, el mismo en ambos casos. En esta línea, Goode
(1999) afirma que la calidad de vida se desglosa en los
mismos componentes para todas las personas 29. Brown
y Vandergoot (1998), especifican que se debe diferenciar
según edades y tipo de discapacidad, pero también concluye que en todo caso los principios son comunes 30.
Schalock, Keith, Hoffman y Karan (1989) deducen que
si todas las personas tienen en esencia las mismas necesidades, su sentido de calidad de vida será muy similar 31.
Flanagan (1982), no obstante, considera necesario tener
en cuenta los límites impuestos por los distintos tipos de
discapacidad para realizar ajustes partiendo del concepto común de calidad de vida 32. Por su parte, Dennis,
Williams, Giangreco y Cloninger (1993) consideran
incauto suponer que los colectivos discapacitados presentan las mismas características, necesidades y deseos
que la población general 33. De hecho, en estudios más
recientes, se concluye que la calidad de vida de los discapacitados depende de algunas variables relacionadas con
su trastorno, por ejemplo, Bingefors e Isacson (2004) señalan que la calidad de vida en pacientes discapacitados
está condicionada por el género y el tipo de dolor 23.
cosociales ante trastornos discapacitantes musculoesqueléticos. De hecho, al buscar en la literatura actual cuáles
son las respuestas psicosociales ante la discapacidad física y cómo se relacionan estas respuestas con las características psicológicas y sociales del paciente antes de ser
diagnosticado, no hemos encontrado ningún estudio
que no fuera correlacional.
A partir de los estudios hallados en nuestra búsqueda,
debido a este carácter correlacional, nos resulta imposible concluir que las características psicosociales descritas en las investigaciones encontradas sean respuestas a la
discapacidad. A pesar de esta dificultad, a partir de algunos de estos resultados se puede entrever que los pacientes discapacitados presentan mayores niveles de dolor así como mayor reactividad al dolor 19, cambios
cognitivos referentes a la percepción de la discapacidad 22, distintas respuestas de afrontamiento 21, respuestas emocionales de ansiedad y depresión 20 y se ve alterada su calidad de vida 23. En esta última respuesta
psicosocial, se ha observado que los autores no llegan a un
consenso acerca de si la calidad de vida percibida difiere
entre individuos discapacitados y no discapacitados.
No obstante, coincidiendo con otros autores17, queremos manifestar la necesidad de investigación controlada
en esta área que permita identificar las respuestas que, a
nivel psicológico y social, aparecen ante el diagnóstico
de una discapacidad, y buscar su relación con las características psicosociales del paciente previas a su diagnóstico. Conocer sus respuestas a la discapacidad permitirá
potenciar la efectividad de la intervención fisioterapéutica e interdisciplinar en general. Ya que, atender las
variables psicosociales puede acelerar el proceso de recuperación del paciente, igual que, si las ignoramos,
probablemente repercutirá en una prolongación de la
enfermedad18. Por ello pensamos que las características
psicosociales del paciente pueden afectar de forma notable en la evolución y recuperación de su discapacidad.
Además, si pudiéramos conocer cómo responden los pacientes en función de sus características previas, podríamos anticiparnos e intentar reducir los cambios y respuestas en esta situación.
DISCUSIÓN
Desde hace bastantes años se viene hablando de la importancia que las variables psicosociales tienen en la descripción y explicación de algunos trastornos considerados clásicamente como “enfermedades físicas”. Así, la
influencia de las variables psicosociales en patologías
como el cáncer, la enfermedad coronaria, el asma, etc.,
está bien documentada 34,35. Sin embargo, son menos
abundantes los estudios sobre la influencia de tales características en los trastornos musculoesqueléticos, y casi
inexistentes los estudios centrados en las respuestas psi-
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