IP/03/1473 Bruselas, 29 de octubre de 2003 Según el último marcador de ayudas estatales de la UE, menos de la mitad de los Estados miembros recurre a ayudas de salvamento y reestructuración El marcador de la Comisión Europea indica que, mientras algunos Estados miembros han concedido a lo largo de la última década regularmente ayudas estatales de salvamento y reestructuración a empresas en crisis, más de la mitad no ha seguido esta política. Es un hecho ampliamente reconocido que las ayudas de salvamento y reestructuración constituyen uno de los tipos de ayuda estatal con un mayor potencial de falseamiento de la competencia. El marcador también se centra en las medidas adoptadas por los Estados miembros para ajustarse a las distintas conclusiones del Consejo en materia de ayudas estatales, entre las que figuran la reducción del nivel global de las ayudas, su reorientación hacia objetivos horizontales y la medición de su eficacia. Asimismo, analiza los últimos avances del programa de la Comisión para la reforma de las ayudas estatales. El comisario responsable de competencia, Mario Monti, afirmó que «el falseamiento causada por las ayudas de salvamento a empresas en crisis puede ser muy perjudicial para el mercado interior, debido a su efecto negativo sobre el incentivo para competir y tener éxito sin recurrir a ayudas estatales. Varios casos recientes de gran trascendencia han reforzado mi determinación de hacer más estrictas las normas relativas a las ayudas a empresas en dificultades financieras, aunque garantizando al mismo tiempo que estén disponibles los medios necesarios para la formación y la recolocación de los trabajadores afectados». La actualización del marcador de ayudas estatales del otoño de 2003 se centra en las cantidades globales de ayudas de salvamento y reestructuración concedidas en cada Estado miembro. En el período 1990-2002, la Comisión autorizó ayudas estatales ad hoc de salvamento y reestructuración para unas 120 empresas en crisis1 en los sectores de la transformación y los servicios. Alrededor de 35 casos correspondían a Alemania, 20 a Francia, 15 a España e Italia y 5-10 a Austria, Bélgica y Portugal. En cambio, en Dinamarca, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, los Países Bajos, Finlandia, Suecia y el Reino Unido se registraron como máximo dos casos de concesión de ayudas de salvamento y reestructuración y, en ocasiones, ni uno solo. 1 Esta cifra excluye el gran número de empresas que recibieron ayuda en el marco del gigantesco programa de reestructuración llevado a cabo en los nuevos Estados federados alemanes en los años 90. La versión actualizada del marcador de ayudas estatales, que puede encontrarse en http://europa.eu.int/comm/competition/state_aid/scoreboard/, proporciona una visión de conjunto de las ayudas concedidas a lo largo de la última década para salvar y reestructurar empresas en situación de crisis, así como información sobre las normas actuales y futuras en este terreno. También contiene un resumen de las contribuciones escritas presentadas por los Estados miembros sobre sus esfuerzos para ajustarse a las conclusiones del Consejo en materia de ayudas estatales. Ha habido un esfuerzo concertado inequívoco en la Unión para reducir el nivel global de ayuda y para reorientar las ayudas a objetivos horizontales. La innovación política más notable se ha producido en Dinamarca, donde el importe total de ayudas concedidas a empresas se redujo en un 10% en 2003, Varios Estados miembros informan de que están haciendo un mayor uso de medidas económicas generales en detrimento de los regímenes de ayudas. Aunque los Estados miembros parecen estar en la buena senda, la Comisión observa que algunos siguen concediendo ayudas particularmente distorsionadoras de la competencia, tales como ayudas ad hoc a empresas individuales o ayudas sectoriales. Los Estados miembros también han reconocido la necesidad, sobre todo en el contexto de unas crecientes restricciones presupuestarias, de proceder a una evaluación a priori y a posteriori de sus medidas de ayuda para poder verificar su eficacia. La próxima actualización del marcador, con cifras sobre el gasto en ayudas estatales en 2002, está programada para la primavera de 2004. Antecedentes En el Consejo Europeo de Estocolmo de 2001, los Estados miembros se comprometieron a demostrar una tendencia a la baja de las ayudas estatales en relación con el PIB para el año 2003, teniendo en cuenta la necesidad de reorientar las ayudas hacia objetivos horizontales de interés común, tales como medio ambiente, empleo y formación, investigación y desarrollo y pequeñas y medianas empresas. Desde Estocolmo, el Consejo ha adoptado nuevas series de conclusiones sobre ayudas estatales, todas ellas articuladas en torno al principio de otorgar menos y mejores ayudas estatales. En especial, el Consejo de Competitividad de noviembre de 2002 invitó a los Estados miembros a que «antes de conceder ayudas estatales, ponderen si éstas se orientan a subsanar una deficiencia del mercado claramente definida [...] y si una intervención en forma de ayuda estatal es la forma más adecuada y eficaz de subsanar el problema», así como a seguir «desarrollando el recurso a evaluaciones previas y posteriores de ayudas estatales concretas y de regímenes de ayuda estatal con objeto de supervisar su repercusión en la competencia y la eficacia de las ayudas». 2