don enrique santos mazal: una vida ejemplar

ENTREVISTA
IMAGEN ÓPTICA • PERIODISMO CON VISIÓN
DON ENRIQUE SANTOS MAZAL:
UNA VIDA EJEMPLAR
AUTOR DEL CUADERNO DE “APUNTES DE ÓPTICA OFTÁLMICA”
Por Oscar Montfort
Antes de colocar cualquier graduación. Todo debe comenzar con una buena historia clínica, afirma Don Enrique Santos Mazal.
D
on Enrique Santos Mazal, heredero de una
noble tradición óptica que le fue legada
por su padre el Sr. José Santos y que ha
seguido fiel hasta el día de hoy trabajando en
su óptica “Santos Fernández Ópticos”, fundada
en 1964 y que se localiza en la céntrica avenida Reforma.
Don Enrique Santos Mazal nació en la
ciudad de México en 1930. Realizó sus estudios hasta nivel secundaria en México y en
Estados Unidos cursó el equivalente a la preparatoria. Comenzó trabajando en la óptica desde
muy joven al lado de su padre y su hermano en
las labores básicas, y conforme pasó el tiempo
aprendió el oficio de óptico. Durante sus estudios en Estados Unidos le enseñaron algo que
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le valió por el resto de su vida: aprender de los
libros.
La fuente inagotable de conocimientos que
son los libros y su dominio del inglés le permitieron adquirir un nivel superior de conocimiento. Muchos de los libros técnicos de óptica
y optometría que se editaban en aquella época
estaban escritos en inglés y algunos en español. Para complementar su aprendizaje tuvo la
oportunidad de asistir a la escuela de la Asociación de Ópticos y Optometristas.
Una vez que aprendió el noble oficio de la
óptica, encontró una de sus vocaciones en la
enseñanza, ya que se dedicó a capacitar a su
personal de óptica, así como a ayudar a algunos ópticos de provincia que mandaban a sus
hijos a tomar clases con él. Esta vocación lo
llevó a impartir cursos de óptica a médicos
oftalmólogos del Centro Médico y posteriormente, invitado por el Dr. Sánchez Bulnes, a los
de la Asociación para Evitar la Ceguera (APEC).
De esta experiencia le surgió la necesidad de
elaborar un índice de contenidos para impartir
estos cursos.
Digno de una anécdota, nos cuenta Don
Enrique Santos Mazal que la idea de escribir
el Cuaderno de Apuntes de Óptica Oftálmica
surgió cuando se encontraba dando clases y
notó que los alumnos se distraían anotando
en sus libretas todo lo que él decía, situación
que le incomodaba, así que se decidió a que le
prestaran atención y puso manos a la obra: “de
ahí surgió la idea de elaborar los apuntes, para
que no apuntaran”.
El gran valor de este Cuaderno es que la
recopilación de apuntes realizada a lo largo de
los años fue actualizada y enriquecida con sus
profundos conocimientos, hasta convertirlo en
un texto indispensable de consulta para sus
alumnos. Nos cuenta que por recomendación
de un médico se decidió a hacer una edición
“rustica” de su obra.
Es importante mencionar que más que un
libro de consulta ha sido un texto para muchos
de los ópticos y optometristas. Cabe mencionar
que aun hoy, la obra citada continúa vigente. Su
importancia radica en la simplicidad de su temática y en la forma didáctica con que se abordan
temas como el conoide de Sturm, la retinoscopía, la prueba bicromática y el cilindro cruzado,
entre otros. Don Enrique Santos Mazal disfruta
la comunicación con los jóvenes y le gratifica
constatar en su sonrisa el signo inequívoco de
su satisfacción de aprender.
Verdadero apasionado de la optometría,
siempre basó los resultados de su examen en
una correcta elaboración de la historia clínica
del paciente, apoyado en el método objetivo de
la retinoscopía, utilizando un retinoscopio de
Copeland que para él resulta ser el más preciso. Su técnica es utilizar el procedimiento por
esferas para neutralizar la graduación y al terminar procede a comprobar colocando el cilindro
para confirmar si realmente es correcta. Continúa el procedimiento confirmando la posición
correcta del eje del cilindro, realizando una
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Una de las mayores satisfacciones de su profesión es la
comunicación con sus pacientes y el poder ayudarlos a
resolver sus problemas visuales.
retinoscopía a 45° del eje encontrado. Una vez
obtenido el resultado de la retinoscopía, afina
la graduación mediante procedimientos subjetivos como la prueba bicromática, el cilindro
cruzado etc.
Pero no sólo de óptica y retinoscopía se
puede hablar con Don Enrique Santos Mazal,
la música es otra de sus grandes pasiones,
que lo ha llevado a niveles profesionales como
compositor de música clásica. La inquietud de
componer música le viene desde pequeño,
su abuelo era compositor y su tío director de
coros. Realizó estudios musicales con el maestro Joaquín Amparán y los amplió en el Conservatorio Nacional de Música. Sus obras se
han presentado en América, Europa y Rusia,
en este último, en Moscú, recientemente le fue
otorgado un reconocimiento especial por su
obertura Simón Bolívar.
Al terminar la entrevista, gentilmente Don
Enrique me regaló un CD de música para piano,
y para oboe y piano, de su autoría junto con un
ejemplar de su novela El Caso Markov.
Enrique Santos Mazal acompañado de su esposa la Sra.
Eva Jacob.
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