Mucha gente en tarragona todavía no lo sabe Santa Tecla ya no es santa Como un “daño colateral” del Concilio Vaticano II, del cual todavía celebramos los cincuenta años, los de la ciudad de Tarragona (ellos y ellas) nos hemos quedado sin una patrona en el cielo que vele por nosotros. El Concilio instituyó -con buen criterio- una comisión que se dedicara a hacer limpieza del santoral de la iglesia católica romana y esta comisión decidió suprimir de la memoria de la iglesia católica romana el recuerdo de la mujer que en la iglesia antigua había sido venerada con los títulos de “protomartir” (la primera mártir) y como “igual a los apóstoles”. ¿Qué razones tenían los señores -supongo que no había ninguna mujer- de esta comisión vaticana? Una mujer, la teóloga alemana Anne Jensen (1941-2008), especialista en los escritos de la iglesia antigua, promotora de la teología feminista y que trabajó en el Instituto Ecuménico de Tübingen bajo la dirección de Hans Kung, preguntó para saberlas. La respuesta no fue demasiado precisa (al menos así lo entendió Anne Jensen): que posiblemente Tecla nunca había existido, que no sería más que la heroína de una novela de la literatura cristiana de finales del siglo II (Los Hechos de Pablo y Tecla). Es verdad que Tecla no sale en ninguno de los escritos “oficiales” del Nuevo Testamento: nunca es citada por san Pablo en sus cartas (y en ellas salen muchas mujeres). Una segunda respuesta fue que la obra de Los Hechos de Pablo y Tecla tenía por objetivo defender y justificar una práctica, pronto condenada por la iglesia: la convivencia de dos ascetas, un hombre y una mujer, en una especie de “matrimonio espiritual”, libre de sexualidad pero no de erotismo. Contrariamente a lo que había acontecido en la iglesia antigua, que había glorificado a esta joven virgen de Iconio (la actual Konia de Turquía), ahora, la Comisión vaticana encuentra que había hecho más que méritos propios para sufrir este nuevo martirio: no sólo se ufanaba de ser la compañera (espiritual?) de san Pablo, sino que se manifestaba como una mujer autónoma (autonomía que ya había demostrado al rehusar casarse, “en contra de las leyes de la ciudad”, con el hombre que le había buscado la familia) en su tarea de apóstol: enseñar, evangelizar y bautizar. E incluso ella se bautizó a sí misma. El Concilio nos “ha matado” a santa Tecla, cosa que ni el fuego (en su ciudad natal) ni las fieras (en Antioquia de Pisidia) consiguieron, pero no ha podido quemar el libro de nuestra “santa”, que se conserva como vivo testimonio de la vida eclesial del siglo II, cuando las mujeres evangelizaban y bautizaban, práctica que ya algunos discutían. Tal era el caso del misógino Tertuliano (alrededores del 200) quien se preguntaba, en clara referencia a Tecla, si “la osadía de la mujer que usurpó el derecho de enseñar, arrebatará también el derecho de bautizar”. Para él era claro que quien había negado a las mujeres el derecho a la palabra, el derecho a poder preguntar, en las asambleas comunitarias (ya tendrían tiempo, una vez en casa, de preguntárselo a sus maridos), no podía haber concedido a una mujer el derecho de predicar, de evangelizar y de bautizar. Así lo deducía él de lo que san Pablo mandaba a los cristianos de Corinto. Y unas preguntas: ¿Cómo es que los señores de la Comisión se atrevieron con una mujer (santa Tecla) y no se atrevieron a hacer lo mismo con un hombre (san Jorge), cuya existencia histórica es quizás más difícil de demostrar? ¿Cómo es que, en nuestra sociedad de la información, lo que sabían todos los participantes en el Congreso Internacional Tecla, celebrado en Tarragona el año 2011, no lo saben hoy día muchos de los que participan en las reuniones dominicales de las parroquias o muchos de los que llenan la catedral el 23 de septiembre? Los participantes en el Congreso, entre ellos el Sr. Arzobispo metropolitano de Tarragona (y primado), que lo inauguró el 27 de octubre de aquel año 2011, sabían que santa Tecla ya no era santa. Y así no fue extraño que “lo que el primer día fue un rumor entre las sillas de la sala congresual, el segundo día se convirtiera en un clamor: la necesidad de devolver la santa al listado del santoral de la iglesia romana”. ¿A qué santa el Sr. Arzobispo encomienda la feligresía tarragonina en sus solemnes plegarias en la catedral el 23 de septiembre? ¿No es esto engañar al pueblo? Tarragona, 23 septiembre 2013 La respuesta del Sr. Arzobispo El texto de Tertuliano Sin embargo, la osadía de la mujer que usurpó el derecho de enseñar, ¿arrebatará también el derecho de bautizar? […] Y si algunas defienden los Hechos, mal llamados de Pablo, y el ejemplo de Tecla, para justificar el derecho de la mujer a enseñar y bautizar, es necesario que sepan que el sacerdote que en Asia escribió esta obra como si fuera de Pablo, acabó convicto y confeso de haberlo hecho por amor del Apóstol, y perdió su dignidad. ¿Cómo puede parecer incluido en la fe que Pablo diera a la mujer el poder de enseñar y bautizar, él que nunca permitió a las esposas que preguntaran en la comunidad eclesial? Dijo: "que callen y pregunten a sus maridos en su casa" (1Cor 14, 34-35) (De Bautismo 17, 4-5) Reformas del Concilio Vaticano II[editar · editar código] El reforma ambigua traída por el Concilio Vaticano II pidió que se suprimiesen vidas y pasiones de Santos que resultaban incorrectas para la nueva política ecuménca de la Iglesia católica1 . El 29 de junio de 2001 tiene lugar la publicación de una primera edición típica del Martyrologium romanum ex Decreto Sacrosancti Æcumenici Concilii Vaticani II Instauratum auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatum, promulgado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos mediante el Decreto Victoriam Paschalem Christi y aprobada por Juan Pablo II. Tres años después, se promulgaría una segunda edición típica, mediante el Decreto A Progenie in Progenies, donde se hicieron correcciones y actualizaciones a la primera. Esta segunda edición es la que permanece vigente en la actualidad. Congregazione per il Culto Divino e la Disciplina dei Sacramenti Conferenza Stampa di presentazione dell’Editio typica del nuovo Martirologio Romano (2 ottobre 2001) INTERVENTO DI S.E. MONS. FRANCESCO PIO TAMBURRINO Per quanto concerne le epoche più Con respecto a la antigüedad, antiche, nel Martirologio Romano attuale convergono tutti i santi e i beati il cui culto sia stato ufficialmente riconosciuto dalla Chiesa, en el Martirologio Romano actual convergen todos los santos y los bienaventurados cuyo culto ha sido reconocida oficialmente por la Iglesia, con esclusione di tutti coloro, sui quali a la exclusión de todos aquellos, en los gravino dubbi derivanti da tradizioni que son dudas transmitidas derivados de spurie, incerte o del tutto leggendarie, tradiciones espurias, inciertos o completamente legendaria, e sono inclusi soltanto coloro della cui esistenza si abbia prova empirica attraverso la memoria ab immemorabili di un culto ad essi prestato, trádita dalla presenza del loro nome negli antichi calendari y sólo aquellos cuya existencia tiene evidencia empírica desde tiempo inmemorial por la memoria de un culto prestado a ellos, traicionado por la presencia de sus nombres en los calendarios antiguos son incluidos.