Esfuerzo, Sacrificio y Unión: Los 40 años de la Villa la Unión

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Carlos Humberto Rozas
R.E.A.H. Vol.1, N°1, 2012
Esfuerzo, Sacrificio y “Unión”:
La celebración de los 40 años de la Villa la Unión de San
Joaquín, una reseña histórica en la voz de su gente.
Effort, sacrifice and "Union":
Celebrating 40 years of the Union Villa San Joaquin, a historical review
In the voice of his people.
Carlos Humberto Rozas♦
Pontificia Universidad Católica de Chile.
Junta de Vecinos Villa la Unión
Resumen:
La presente investigación, a través del análisis histórico, urbanístico, y con procesos de Historia
oral, tratará acerca de la de la Villa la Unión de la comuna de San Joaquín, en Santiago de Chile,
con motivo de la celebración de sus 40 años de vida (1971-2011), considerando en el marco de
esos años, los procesos urbanísticos, sociales y culturales de la urbanización y modernización
de la ciudad de Santiago desde la década de los sesenta del siglo XX hasta nuestros días.
También, por medio de la investigación y análisis de fuentes orales, se plasmarán las vivencias
de los vecinos de la villa y cómo el trabajo en comunidad permitió solucionar los problemas y
transformaciones de su fundación, consolidación, prosperidad y cambio.
Palabras clave: Villa la Unión, San Joaquín, Urbanización, Historia Oral, comunidad,
40 años
Abstract:
This research, through historical analysis, urban, and processes of oral history, is about that of
the "Union District" of the town of San Joaquin, Santiago, Chile, on the occasion of the
celebration of their 40 years of life (1971-2011), considered in the context of those years, the
urbanization process, social and cultural aspects of urbanization and modernization of the city
of Santiago from the sixties of the twentieth century until today. Also, through research and
analysis of oral sources, will be reflected the experiences of the residents of the village and
community work as possible to solve problems and changes to its foundation, consolidation,
prosperity and change.
Keywords: Union District, San Joaquin, Urbanization, Oral History, community, 40 years
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ISSN: 0719-1537
Historias de comunidad a través de su gente
La historia de la Villa la Unión tiene distintos significados, hace 40 años se forja desde el
sacrificio y el esfuerzo de sus vecinos, la esperanza de un futuro mejor en torno a casas,
vecinos, pasajes y calles que trascienden en el tiempo y se convierten en recuerdos, que tiene
cada persona que ha vivido procesos desde la villa y que marca su vida y la de sus cercanos.
Esos procesos personales, necesariamente e intrínsecamente son Historia, las vivencias de cada
uno de los vecinos, por separado y en conjunto dejan una marca en la vida de las personas, un
aprendizaje y un legado valioso dentro de cada alma, de cada ser humano en torno a los
objetivos que se han conseguido con voluntad y trabajo.
La historia, tiene distintos niveles de estudio y de comprensión cada uno de ellos de acuerdo a
escalas, macro, medio o micro, es decir, ya sea de países, naciones y territorios unidos en un
gran continente, otro a nivel de instituciones y de procesos políticos y el ultimo a nivel de un
breve periodo de tiempo, en la cual pueden estar pasando grandes procesos muy rápidamente.
También existen distintos tipos de Historia, la Historia Sabia, la que se enseña en las
universidades y cuyos círculos cerrados permiten mantener el valor disciplinar de los procesos
historiográficos, la otra se enseña a nivel escolar, es decir, los grandes procesos, datos, fechas,
personajes importantes y cambios y continuidades con respecto a los procesos y finalmente, la
historia personal, la que cada cual atesora íntimamente y que rara vez revela. La Villa la Unión,
al ser una historia de un tiempo corto, 40 años de vida, que en la Historia es como una
pequeña hoja en un inmenso jardín, posee por una parte, ese carácter individual emanado de
sus propios habitantes y por otra parte como conjunto tiene un carácter de comunidad, un
sentido de pertenencia a un pedazo de tierra que en el año 1968 fue la superficie donde
comenzaron a forjarse los sueños y esperanzas de sus cerca de 344 vecinos fundadores, que se
vieron materializados en la entrega de las primeras casas en 1971. Desde entonces, la Historia
de la Villa la Unión se pone en curso de manera silenciosa día tras día, aflorando en los
recuerdos próximos, esos que se remontan a tan sólo unos cuantos años y en los recuerdos
más lejanos, de casi 4 décadas que ya muy pocos recuerdan. Remembranzas que se plasmarán a
continuación en una cuantas hojas de papel, donde se dará a conocer cómo la labor esforzada,
la abnegación y el trabajo en equipo cosecharon un villa próspera con sus propias
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características, ya sea materiales con sus construcciones, plazas, canchas, sedes y sobre todo
humanas, con su gente, en especial con el empeño de sus fundadores para salir adelante y
surgir en tiempos de dificultad.
La presente investigación, abordará los principales acontecimientos ocurridos en la Villa la
Unión durante su 40 años de vida, e intentará plasmar los sentimientos y vivencias de sus
vecinos, desde la compra de los terrenos a finales de la década del 60, hasta los últimos
procesos y transformaciones urbanas y sociales que ha tenido la villa, a comienzos del siglo
XXI. Se analizarán los procesos acontecidos durante la primera década de vida de la villa, la
década de los 70’ y la coyuntura política nacional que afectó a todo un país, se hará una reseña
histórica de los principales hitos de esfuerzo y sacrificio de la villa, los procesos legales de
propiedad, la pavimentación, los arreglos y terminaciones, que aunque en la actualidad suenen
como una simple anécdota, en tiempos políticamente complicados y con una estabilidad social
tensa, esos esfuerzos como comunidad, pluralista, de distintos pensamientos y corrientes
políticas, significaban un precedente para los logros que posteriormente se darían en las
siguientes décadas.
Este pluralismo que caracterizó la villa, cuyos vecinos fueron en algún momento de sus vidas
militantes de distintos partidos políticos o ex uniformados, que en ese tiempo deliberaban
políticamente, marca un precedente importante para la vida de la villa. El hecho de que en
tiempos del régimen militar pudieran convivir entre la politización y el deseo de mejorar sus
casas o pavimentar las calles principales como la avenida Canadá o Hyden, Pirámide o parte de
la calle Llico, o principalmente pudieran confluir en una sola villa, personas que venían de las
minas de cobre y carbón, vecinos de quinta normal, empleados del Hospital de la Universidad
de Chile, ex uniformados o también personas que trabajaban en el instituto geográfico militar,
marca sin duda una característica principal del territorio local, que es precisamente, su
diversidad, pero a la vez, su sentido de comunidad, que hasta la actualidad lucha por no
desaparecer ante la deshumanización y la preponderancia de lo global sobre lo local.
Con respecto a la estructura del artículo en cuestión, se dividirá en 4 partes, la primera es de
carácter introductorio y presenta la metodología del proceso investigativo, en donde se
introducirá al tema y también se harán explícitos los procedimientos de recolección y análisis
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de la información, en segundo lugar, estará el marco teórico utilizado como base para la
investigación, que será principalmente de la Historia oral y la Historia urbana, la primera es
acerca de las grabaciones y entrevistas realizadas a los vecinos de la villa los fundadores y los
antiguos dirigentes, la segunda, se basará acerca de la ciudad de Santiago durante el periodo del
60 hasta el 80, teniendo en cuenta las fuentes documentadas, escritas e historiográficas que
complementarán el estudio de la Villa la Unión. La tercera parte estará fundamentada en la
reseña histórica de la Villa propiamente tal, para ello se han propuesto 4 fases de procesos
vividos en la villa, cada uno con distinta década, para finalmente en la cuarta parte, hacer una
síntesis y conclusión acerca de la reseña, perspectivas, problemática actual de la villa,
finalizando el proceso historiográfico.
Metodología de Investigación
La investigación de la Villa la Unión, constituye un gran esfuerzo para recopilar y almacenar
información que nunca antes había sido catalogada para realizar un trabajo historiográfico. En
ese sentido, se han investigado y analizado distintos documentos con respecto a la
configuración y formación de la Villa la Unión. La villa ha pasado, según la investigación,
durante 40 años por varios procesos que son: formación, consolidación, auge y
transformación, por lo que en cada proceso vivido por sus vecinos y en torno a la villa se hace
necesario analizar otros documentos, como contratos de cooperativa, recibos y circulares de
pavimentación, escrituras oficiales de las casas, libretas de socio de cada cooperativa, planos de
Santiago, del sector de la villa y de las casas construidas, fotografías en los distintos procesos y
listados o convocatorias a reuniones de la junta de vecinos, junto con las actas acordadas y
otros datos desde los años 60 hasta los últimos años de la primera década del siglo XXI.
Con respecto al marco teórico, se han tomado referencias bibliográficas de Historia oral y con
respecto a Historia Urbana de la ciudad de Santiago, como también estudios en revistas de
estudios urbanos, documentos primarios y secundarios en archivos y hemerotecas como
también el estudio y análisis de fuentes orales, entrevistas y escritas, documentos históricos y
bibliografía acerca de la historia oral y mapas o cartografía de Historia urbana de la ciudad de
Santiago que abarquen los periodos de 1960 a 2000, que logran plasmar la formación y los
procesos de transformación de la villa, en virtud de los procesos macro que afectan a la capital
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y a la población que vive en ella. También, se han colocado los procedimientos de focus group
o mesas redondas entre los vecinos fundadores y dirigentes de las antiguas cooperativas para
otorgar mayor precisión a los datos historiográficos o recopilados por otros vecinos.
En virtud de la bibliografía utilizada en el marco teórico acerca de la Historia oral, fuentes y
documentos inéditos, cartografía y bibliografía, podemos explicitar y responder preguntas
como: ¿qué procesos ha pasado la Villa la Unión durante sus 40 años de vida?, ¿cuáles fueron
los principales hitos o acontecimientos importantes para la villa durante sus años de vida?
¿Cómo fue el proceso de fundación y cuales fueron los problemas suscitados con las distintas
instituciones?, ¿qué procesos de cambio y continuidad ha tenido la villa y que desafíos le espera
en el transcurso de los años?
En primer lugar, la Villa la Unión ha pasado, durante sus 40 años por 4 procesos importantes,
definidos por las décadas desde su fundación hasta el presente año, la primera transformación
fue el proceso de formación y fundación de la villa, la cual es sumamente importante puesto
que estuvo dentro del contexto político del gobierno de Salvador Allende y el Régimen Militar,
allí y en los años anteriores a Allende se compraron los terrenos de la villa, ubicados en predios
agrícolas en el sector del paradero 7 de vicuña Mackenna, en el sector centro – sur de Santiago,
ciudad que tenia un serio problema de distribución de población y déficit habitacional, lo que
provoca que la villa tenga que sortear, al momento de su formación la proliferación de
campamentos que toman el territorio de manera ilegal y que se sitúan en los alrededores de la
villa, luego de eso la villa tiene que convivir con variados problemas y desafíos como la
polarización de los sectores sociales, la competencia de las casas para ver cuál se arreglaba más
y con qué rapidez lo podían hacer, los procesos iniciales de la pavimentación de las calles,
donde cada vecino aportaba de su bolsillo para poder efectuar la compra de sacos de cemento,
como también el proceso final del pago o condonación de la deuda otorgada por el equipo
económico del Régimen Militar, y debido a eso, la venta de enseres de cada familia para poder
pagar la deuda total.
La segunda transformación consiste en el proceso de consolidación de la villa, en la década de
los 80, en aquella época, se desarrollan dos sub procesos, el primero de “embellecimiento de la
villa” es decir, se termina la pavimentación de las calles y avenidas, y se suceden los cambios
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legales, como por ejemplo la escritura para cada casa, las cuales dejaron de ser en comodato y
pasaron a ser parte del patrimonio de cada persona.
El tercer proceso que ha vivido la villa es el de “auge”, que es caracterizado por la década de
los 90, la cual ha sido vista por los vecinos como “los años felices”, debido al crecimiento
económico del país y a la estabilidad social en la cual estaba inserta la población local. En este
sentido las cooperativas a pesar de que estaban ya liquidadas, seguían implícitamente existiendo
debido a los vecinos que formaban parte de ellas, mantenían los lazos tácitos debido a la
conformación del territorio y por tanto en cada cooperativa y más aún, en cada sector de la
villa se formaron distintas instituciones locales que dieron inicio a la creación de fiestas típicas
que provocaron el auge del territorio, y con ello el inicio del cuarto y actual proceso, el de la
transformación.
El último proceso, el de la transformación, ocurre en la villa durante la última década del siglo
XXI, en ella se dan tres procesos de fragmentación de la sociedad local, las cuales son: el
fallecimiento de los fundadores, los cuales fallecen casi en masa durante esta década, dejando
su legado en el contexto de la Villa la Unión, el otro proceso de fragmentación es la llegada de
nuevos vecinos, los cuales ocupan las casas de los hijos de los fallecidos o de familias
fundadores que emigran a otras partes de Chile o debido a la prosperidad económica se van del
país, esos nuevos vecinos, tenían otra cultura y no viviendo los procesos de los antiguos
fundadores y sus familias, establecen una vida de barrio residencial tranquilo, alejándose en la
toma de decisiones con respecto a las directivas de la junta de vecinos, finalmente, estos dos
procesos marcan en parte una confluencia en el tercer desarrollo de la transformación. Debido
a que los fundadores se pudieron emplazar en el territorio, debido al esfuerzo y sacrificio que
debieron otorgarle a la villa día a día, la familia, surgió económicamente, los hijos tuvieron un
lugar tranquilo donde vivir y desarrollarse, por lo cual siendo adultos formaron sus propias
familias y emigraron hacia otras partes de la capital, en busca de un estatus socioeconómico
mayor al que podía ofrecer la villa, dejando sus casas en venta, provocando la llegada de
nuevos vecinos afectando de esta forma el sentido de comunidad y dejando a los hijos de
fundadores que no partieron y a los socios que aún quedan como los principales continuadores
de las antiguas tradiciones.
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Los hitos de la Villa la Unión durante sus 40 años, están muy ligados a las cuatro décadas de
vida los procesos de formación y consolidación que pueden ser muy útiles para ver las grandes
construcciones o hechos políticos que condicionaron el progreso de la Villa, así también el
proceso de auge en los 90’, que significó grandes ganancias para los primeros mini-markets o la
construcción de centros culturales en los terrenos comunales.
Década
Hitos, procesos, acontecimientos o hechos importantes
70’
(Fundación) Construcción de las casas, fundación oficial de la villa,
extensión línea 5 Juan Antonio Ríos, Golpe de estado, polarización y
allanamiento de casas, pavimentación de calles y avenidas, pago de la deuda
total de las casas (1975), terminación final de las casas
80’
Escritura de cada casa, cambio legal, fin de pavimentación, traslado legal a
Comuna de San Joaquín
90’
“El Auco”, torneo de Futbol “Unión de Juventudes”, Club de Leones,
Centro cultural triangulo 25, extensión y construcción línea 5 del metro de
Santiago
00’
Arriendo Sede Social, Donación de terrenos por parte del Club de Leones a
la Villa la Unión, construcción de Parroquia San Matías Apóstol (en
terrenos colindantes a la Villa la Unión)
Diseño propio
Con respecto a la fundación de la Villa, se tienen variadas versiones, la primera y más
importante es la del rechazo al proyecto Kennedy en la Comuna de Pudahuel por parte de la
inmobiliaria INVICA, teniendo variados problemas legales con el Ministerio de Vivienda y los
organismos dependientes, dentro de los cuales estaba CORHABIT, por el asunto de los
fondos de las cooperativas, las cuales ya se habían otorgado y los prestamos, que ya estaban
aprobados. Eso trajo consigo una avanzada legal por los socios de las cooperativas haciendo
que se escribiera un documento llamado “Operación Estafa”, la cual hacía hincapié en las
malas prácticas de la corporación dependiente del Gobierno y dejaba en entredicho el plan de
construcción de las casas y la conformación física de la villa.
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Finalmente, sobre los procesos de cambio y los desafíos que le espera a la Villa, debemos decir
que debido a los procesos de fragmentación de la comunidad, a la modernización de los socios,
y junto con ello, el estado de globalización que se encuentra la sociedad, la villa ha estado al
borde de su disolución como comunidad, por lo que se hace necesario buscar un punto de
encuentro entre la tradición y la modernidad, que haga que la villa pueda surgir nuevamente
como un espacio colectivo , para ello se necesita la integración de todos los vecinos en los
procesos de participación local y en las actividades que planteen los distintos sectores de cada
villa, para conformar
una sociedad local más participativa donde todos se impregnen de las
vivencias de la villa, que cumple 40 años
Marco Teórico: La Historia oral y Historia Urbana en la Villa la Unión
Para no todas las sociedades o comunidades la escritura es de suma importancia, existen
sociedades o comunidades donde la palabra hablada es sagrada y la función de ésta, radica en
su cotidianidad, afianzando no solo los lazos de comunicación, sino de la identidad misma. La
palabra hablada se explica en diversos términos como la tradición, la literatura oral, el
testimonio, la oralidad, los archivos de la memoria y la misma historia oral, los cuales poco a
poco se han ido incorporando al lenguaje de los estudios sociales contemporáneos.1
Y es que la “Historia” según Sitton, es una “palabra común con significados muy confusos”.
“En un sentido, la Historia es todo lo que ocurrió en el pasado humano. En otro,
son los restos, los indicios, que deja lo que ocurre, y que toman la forma de
documentos escritos, artefactos, y recuerdos de las personas vivas. Al trabajar con
la evidencia que contiene un documento, un artefacto y la memoria, los
historiadores se esfuerzan por hacer historia, en el tercer sentido, mas conocido: las
formas de la historiografía, que incluyen biografías, narraciones políticas, libros de
texto y otros similares; esto es, la historia tal como se muestra en el librero.”2
1
Lorena López Guzmán, Historia Oral: La Importancia de recuperar la palabra hablada como una nueva
propuesta de escribir Historia en Colombia, En: Revista Virtual de Estudiantes de Historia Anacrónica,
Departamento de Historia de la Universidad del Valle, Colombia, 2007, 14pp, p 2
2
Thad Sitton. Historia Oral. Una guía para profesores (y otras personas). Fondo de Cultura Económica.
México, 1995. P. 12.
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La Historia Oral, en cambio, como lo plantea Sitton, son las “memorias y recuerdos de la gente
viva sobre su pasado”. Como tal, está sometida a todas las vaguedades y debilidades de la
memoria humana; no obstante, en este punto no es considerablemente diferente de la historia
como un todo, que con frecuencia es distorsionada, subjetiva y vista a través del cristal de la
experiencia contemporánea. Los materiales de esta historia oral son la materia prima del
academicismo histórico – la historia como sus fuentes primaria, con todas sus facetas e
inconsistencias.3 Como lo plantea el autor, es “abundante en triunfos y tragedias personales, es
una historia de la persona común, de quienes no aparecen en los documentos, pero que son
capaces de hablar articuladamente.”4
“La historia oral está ampliando los limites de nuestro conocimiento histórico, en
particular en el campo de la historia social, pero como proceso narrativo es tan
antigua como la propia historia”5
La historia oral, dentro de estos marcos, para una representación integral de la villa, nos brinda
elementos para comprender las maneras en que la gente recuerda y construye sus memorias.
“Se trata de un método que crea sus propios documentos, documentos que son por definición
diálogos explícitos sobre la memoria, con el entrevistado triangulando entre las experiencias
pasadas y el contexto presente y cultural en el que se recuerda.”6
Acerca de la memoria, ésta actúa en el presente para representar el pasado. Esa representación
es extremadamente compleja, no es una simple reproducción, sino una interpretación.7 Para
ello, el investigador trata de generar nuevos saberes gracias a la creación de nuevas fuentes
históricas. Por cierto, estas fuentes están limitadas en el tiempo por la vida de los testigos pero
son casi inagotables en su extensión – la vivencia humana - o estas fuentes suelen ser creadas
3
Thad Sitton. Historia Oral…P. 12.
Thad Sitton. Historia Oral…P. 12.
5
Thad Sitton. Historia Oral…P. 12.
6
Dora Schwarzstein, Historia Oral, memoria e Historias traumáticas, en: HISTORIA ORAL. 4,2001, p. 7383, p 73, recuperado en: http://arpa.ucv.cl/articulos/memoriaehistoriastraumaticas.pdf
7
Dora Schwarzstein, Historia Oral…p75
4
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entre “grupos sociales que han sido privados -o que no han tenido acceso a la posibilidad- de
crear sus propias fuentes en general las clases o grupos no-hegemónicos.”8
Las historias orales que componen esta experiencia etnográfica, forman parte de una “historia
no oficial” reconstruida en la segunda mitad del siglo XX. Los vecinos involucrados, quienes a
pesar del tiempo trascurrido conservan una memoria, portadora de identidad, es compartida
entre unos sujetos vinculados a una cultura común, que es la sociabilidad en torno a los procesos
acaecidos en la villa, los procesos de cambio y continuidad que rondaron las primeras décadas
y los de transformación en los últimos años, que han afectado en parte la fluidez de la
comunicación entre los pobladores, a la vez, también vinculados por el sentimiento de
pertenencia social.9
Con esta práctica metodológica, los procedimientos de entrevista, los datos grabados y los
focus group entre los vecinos fundadores examinamos los distintos acontecimientos, cambios,
procesos de quiebre y representaciones sociales que subyacen en cada relato.
Con los relatos biográficos, la historia oral reconstruye una memoria colectiva compartida por
los protagonistas, vecinos fundadores, dirigentes y familiares que en su gran mayoría es
ignorada por los distintos estamentos académicos y extraacadémicos. Los vecinos, en este caso
describen los elementos primordiales de pertenencia a su grupo, es decir, los hitos que
marcaron y marcarán su paso por la villa, tras una revaloración de los recuerdos de los hechos
pasados y presentes. En este sentido, Esperanza Broullón, haciendo Historia oral en Galicia,
puede perfectamente configurarse para la escritura y análisis de una investigación en cualquier
contexto local, en especial de la Villa la Unión.
“Su continuidad, permanencia y persistencia identitaria, en el tiempo y el espacio
compartido con los “otros”, los sitúan en el presente, donde tradición y modernidad
se configuran en nuevas formas y expresiones socioculturales desde una identidad
múltiple. De este modo, la memoria recupera sus biografías y sus historias
8
Ronald Fraser, La Historia Oral como historia desde abajo en: Revista Ayer, n°12, 1993, pp 79-92, p 80,
recuperado en: http://www.ahistcon.org/docs/ayer/ayer12_05.pdf
9
Esmeralda Broullón, Historia oral e identidad en las sociedades pesqueras de Galicia y Andalucía.
Departamento de Historia Moderna, Contemporánea, de América y del Arte, Universidad de Cádiz, España,
2007, p24
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compartidas en el espacio de la inmigración, construyendo una identidad social que
pretendemos mostrar en nuestra investigación.”10
Dentro de este punto, el territorio, la comunidad física, donde se hace presente la investigación
oral de fuentes y con ello, las vivencias de la gente en torno a un espacio geográfico
determinado, hace que su estudio se constituya como uno de los elementos más visibles y
conformadores de la identidad. Tomando los presupuestos teóricos planteados por Marc Augé,
reconocemos “el dispositivo espacial” como aquello que expresa la identidad del grupo, en
cuanto a que, si bien, los orígenes de esa colectividad son a menudo diversos, la identidad del
lugar es aquello que funda, les reúne y les une.”11
Historia Urbana de la ciudad de Santiago, una aproximación al nacimiento de la
“Unión” (1965 – 1971)
En primer lugar, la Comuna de San Joaquín se creó a partir de la división administrativa de la
Comuna de San Miguel, en el año 1987. El territorio de la nueva Comuna correspondía al
sector Industrial de la Comuna madre, con emplazamiento de sectores habitacionales ligados
originalmente a industrias relacionadas a la manufactura textil y de calzado que se instalaron
durante los años 40, A partir de la década de los cincuenta, se generó un poblamiento irregular,
relacionado con la crisis habitacional de la época y el desplazamiento físico de población de
extrema pobreza.
La mayoría de las transformaciones son procesos observados también en otras ciudades; sin
embargo, lo especial del caso de Santiago es su carácter explosivo; es decir, su nivel de
concentración en el tiempo y también, en cierto modo, en el espacio. Las transformaciones se
relacionan fuertemente con factores económicos, tales como altas tasas de crecimiento
económico, mayores ingresos promedio de la población, la conformación de cooperativas
habitacionales o instituciones dependientes del estado que controlan y facilitan la construcción
de casas en sectores aledaños a Santiago y en las periferias de la ciudad, cambios en la base
económica metropolitana y apertura al exterior. Margarita Greene, considera que “El conjunto
de estos factores, insertado en una creciente globalización, trasciende lo económico y se
10
11
Esmeralda Broullón, Historia oral e identidad…p33
Véase Augé, M.: Los no lugares. Espacios del anonimato, Gedisa, Barcelona, 2001, p. 51
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manifiesta en cambios de hábitos que pueden llegar a considerarse transformaciones
culturales.”12
En materia política, el Gobierno de Eduardo Frei Montalva se propone disminuir el déficit de
vivienda, la cual es considerada desde una perspectiva global, integrándola en un barrio y
considerándola como reflejo de un determinado modo de vida. Así, los programas
habitacionales de carácter popular incorporan escuelas, centros asistenciales y campos
deportivos, entre otros. Se considera que la solución del problema de la vivienda requiere de la
participación de las familias beneficiadas.
Hacia la mitad de los años sesenta, dentro de este ámbito, la política de vivienda experimentó
un innovador impulso con la creación en 1965 del Ministerio de Vivienda y Urbanismo
(Minvu), institución que tuvo a su cargo la política habitacional de Chile y la coordinación de
las instituciones involucradas con la acción del Estado en materia de vivienda. Según Hidalgo:
“En esta perspectiva, el nuevo ministerio tuvo entre sus tareas la de establecer el
control y orientación de la actividad habitacional, la distribución de los recursos
para la construcción de viviendas, la planificación del desarrollo urbano y la
atención de obras de equipamiento comunitario, pavimentación e instalaciones
sanitarias.”13
Durante la segunda mitad de la década de los sesenta, según el autor mencionado, la influencia
de los movimientos sociales en materia habitacional alcanzó mayor magnitud. Por esos años se
observó un incremento de la demanda de viviendas en las ciudades, debido, por una parte, al
aumento del crecimiento vegetativo de la población; y, por la otra, a la llegada de un mayor
número de migrantes desde las áreas rurales.14 Las respuestas del Estado continuaron tomando
en consideración lo desarrollado en los años anteriores, pero el contexto político social hizo
necesarias soluciones más rápidas.
12
Margarita Greene y Fernando Soler, Santiago: De un proceso acelerado de crecimiento a uno de
transformaciones, Revista Eure, Santiago en la globalización: ¿Una nueva ciudad?, p47
13
Rodrigo Hidalgo Dattwyler, La vivienda social en Santiago de Chile en la segunda mitad del siglo XX:
Actores relevantes y tendencias espaciales, Revista Eure, Santiago en la globalización: ¿Una nueva ciudad?,
p.220
14
Rodrigo Hidalgo Dattwyler, La vivienda social en Santiago de Chile…p. 220
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En lo fundamental, se optó por otorgar más “soluciones habitacionales” que
viviendas terminadas. Las crecientes presiones que generaron en ese tiempo las
movilizaciones sociales motivadas por el déficit habitacional llevaron a replantear
los modos a través de los cuales se estaban llevando a cabo los objetivos
inicialmente trazados. Una de las modalidades emblemáticas de aquellas
“soluciones habitacionales” fue la denominada “Operación Sitio”, originalmente
concebida como alternativa residencial para atender en forma urgente a los
damnificados de los temporales ocurridos en el invierno de 1965. La Corporación
de la Vivienda (CORVI) abordó el proyecto considerando la posibilidad de un tipo
de solución intermedia que, además de proveer de habitación a la población
involucrada en esos eventos climáticos extremos, pudiera servir de base para
abordar otros programas destinados a grupos de bajos ingresos.15
Las ocupaciones “ilegales” de terrenos tuvieron en este período nuevos matices: muchas
fueron lideradas por grupos políticos que intentaron implantar en ellas una organización de
carácter paramilitar, y recibieron el nombre de “campamentos”. Se calculaba que en 1971, y
sólo en la ciudad de Santiago, cerca de 57 mil familias vivían en estos asentamientos, lo cual
representaba aproximadamente el 10 por ciento de la población de ese centro urbano16
En 1971, dentro del contexto de la Villa la Unión en la ciudad de Santiago, uno de los
objetivos centrales del gobierno de Salvador Allende frente a la política habitacional era
construir y reparar las viviendas en mal estado y mejorar las condiciones urbanas del sector
más pobre. Se modifica la reglamentación del régimen de postulaciones y asignaciones de
vivienda, a través del Plan de Ahorro Popular. Lo anterior causa que el limite norte de la Villa
la Unión fuera colindante a una toma, al igual que el limite noreste y oeste, y que se llegara al
peligro de que los territorios de la villa también pudieran ser tomados por personas ajenas a las
cooperativas, amenaza que mediante turnos de guardia y vigilancia de los mismos vecinos,
felizmente para ellos, no llegó a concretarse..
Hidalgo en su artículo “La vivienda social en Chile” coloca un mapa con las principales
poblaciones o terrenos de toma que habían en Santiago durante la década del setenta, y si
podemos ver bien el mapa de aquellos terrenos de la villa, se consideran también los terrenos
aledaños en toma.
15
16
Rodrigo Hidalgo Dattwyler, La vivienda social en Santiago de Chile…p. 220
Rodrigo Hidalgo Dattwyler, La vivienda social en Santiago de Chile…p. 222
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MAPA N°1 Localización de campamentos en Santiago de Chile, 1979
Escala: 160.000.
Fuente: Hidalgo, 1993.
En los últimos años de la década del sesenta, la única área de características agrícolas que
estaba encerrada entre un plano intercomunal de Santiago era precisamente el sector del
paradero 7 de Vicuña Mackenna, incluso más allá de la calle departamental, el cual era visto por
varias cooperativas, que tenían como propósito construir sus casas en aquellos terreno. El
plano intercomunal de Santiago que desarrolla las áreas rurales, predios agrícolas y espacios
urbanos, identifican claramente, ese espacio que debía ser ocupado por personas, cuyas casas
fueran un premio al esfuerzo y a todo el trabajo para poder emplazarse dentro de la
modernización de la capital.
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MAPA N°2 n°: Plano Micro-Regional, Región IV-B , Santiago de Chile, 1960. Dirección de
Arquitectura, D. Urbanismo y Vivienda; Instituto Geográfico Militar, Santiago de Chile, s/f (1960).
Colección de planos. [En Archivo Histórico Nacional, Colección “Juan Parrochia Beguin”].
Los años 70’: Compra, construcción y defensa de la Villa la Unión
Según Armando de Ramón, la ciudad de Santiago sufrió la transformación de la ciudad y de los
cordones urbanos, vías de conexión y circunvalaciones debido a tres fases del llamado Plan
Intercomunal de Santiago, el cual consistía principalmente en modernizar la capital,
provocando que las tierras agrícolas que estuvieran dentro de las circunvalaciones fueran
terrenos para uso residencial. También las vías de acceso a Santiago en el lado norte y sur eran
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una solución para el traslado de las zonas industriales, así muchas se establecieron en los
cordones industriales, de Vicuña Mackenna. Dentro de este punto, los autores del Plan
Intercomunal, que se efectuó durante el gobierno de Jorge Alessandri (1958 – 1964), en
principio, propiciaron la localización industrial en torno a ejes de las vías principales de acceso
a Santiago, como eran, para la zona sur de la ciudad, las avenidas Vicuña Mackenna y Melipilla
(Cerrillos) para la zona norte, la Panamericana Norte, propiciando así fajas industriales
exclusivas. En la concreción de estos principios, estuvo el origen de los llamados “cordones
industriales” que tanta importancia asumirían durante el gobierno de la Unidad Popular.17
Con el gobierno de Frei Montalva, la situación urbanística y de viviendas sociales colapsó,
miles de santiaguinos empezaron a tomar terrenos aledaños a estos cordones industriales, que
les proveían clandestinamente servicios básicos. En el sector de la Villa la Unión existía un
cordón de características industriales en los terrenos colindantes a la villa, tal como indica el
mapa n°3
Hasta mediados de los 60, y debido a estas operaciones sitio que existieron en la capital, se creó
en 1965 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, por la Ley 16301, cuya labor principal eran
intensificar las labores de planificación urbana que estaba asumiendo el Estado chileno. Este
nuevo organismo también comprendía cuatro corporaciones autónomas, todas con
personalidad jurídica y patrimonio distinto al del Fisco y que se llamaron respectivamente:
Corporación de servicios Habitacionales (CORHABIT), Corporación de la vivienda (CORVI),
Adaptación de la que existía desde 1953; corporación de obras urbanas (COU) y corporación de
Mejoramiento Urbano (CORMU). Siendo la más importante para la villa CORHABIT.
En los años 68 y 69, las cooperativas asociadas (Hernán Bolívar Donoso, Jorge Garcés
Riquelme, Triangulo 25, COVISIG y La Africana), que correspondían a 344 casas y más de
2000 vecinos (excluyendo a funcionarios de la fuerza aérea que también pudieron participar,
pero debido a estrechez de terreno no accedieron), ganaron los créditos y prestamos de
17
Ver: Armando De ramón, Santiago de Chile (1541 – 1991), Historia de una Sociedad Urbana, Ed.
Sudamericana, Chile, 2000
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CORHABIT, que ascendían a 4500 cuotas de “ahorro por cooperado”18. Los vecinos
decidieron comprar viviendas a INVICA, Instituto de viviendas Populares Caritas-Chile en la
Villa Presidente Kennedy, camino a Pudahuel. No obstante, el prototipo de las casas, los
elevados precios de la constructora y los supuestos intereses creados de INVICA con los
préstamos del BID (Banco interamericano de desarrollo) que eran de 2 millones, hicieron que
las cooperativas, rehusaran de ocupar tales viviendas y decidieron entablar acciones judiciales y
contrataron sus propios arquitectos, ingenieros y abogados, hiriendo confianzas con la
Corporación de Servicios Habitacionales.
En las circunstancias anotadas, las cooperativas, de acuerdo con los términos de sus convenios
y en uso de sus legítimos derechos, optaron por construir en forma directa y por su cuenta,
eliminando el intermediario. Para estos propósitos, con grandes sacrificios, cercenando el
presupuesto familiar y sometiéndose a toda clase de privaciones, empezaron a adquirir un
terreno de 13 hectáreas, ubicado en la comuna de San Miguel y que a la fecha tienen totalmente
cancelados. Seguidamente encontraron un tipo de vivienda que encuadraba perfectamente con
el presupuesto que disponían y que no era otro que el dinero de los préstamos que, de acuerdo
con los convenios, debía entregarlos CORHABIT en Abril de 1969. El tipo de Vivienda
elegido fue el de la cooperativa Williams O’Neil de la comuna de Maipú.19 La visión de los
vecinos se expresó de la siguiente manera:
“En un principio se formó una comunidad de 7 cooperativas y se hizo un
convenio con “INVICA” para obtener la vivienda. Pero los dirigentes de
esa época de 5 cooperativas, rechazaron las viviendas de INVICA que
estaban ubicadas en la villa John Kennedy. Se tuvo que pagar una
indemnización a INVICA para poder retirarse del ofrecimiento.”20
18
Documento Inédito: Problema Cooperativo, Valiente exposición de la “Operación Estafa”, Ministerio de
vivienda y CORHABIT al desnudo, Santiago, Julio de 1970
19
Documento Inédito: Problema Cooperativo, Valiente exposición de la “Operación Estafa”, Ministerio de
vivienda y CORHABIT al desnudo, Santiago, Julio de 1970
20
Jaime González Yáñez (vecino fundador Villa la Unión, cooperativa Triángulo 25), Sobre formación de la
Villa la Unión, Santiago, octubre de 2011
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Como también mencionaron en las entrevistas, acerca de las casas de INVICA que le habían
ofrecido:
“Antes eran 7 cooperativas, las 5 más doscientas personas de la fuerza aérea, tenían
convenio con INVICA, tenían el plan de la villa Kennedy, en Pudahuel, en la cual
tenían 4 tipos de casas, a,b,c y d, con divisiones de tabiques, entonces los dirigentes
de las siete cooperativas”21
“El Sr. Mosqueira, trabajaba en la Constructora: Magri-Hepner-Figueroa, los
vecinos fueron a Maipú, a la villa Ernesto Williams O’neil, que tenia las mismas
casas. Los vecinos le gustaron las casas y decidieron construir el mismo plano.” 22
21
Francisco Valencia y Humberto Palma, (socios fundadores, Cooperativa Jorge Garcés), Conversaciones en
torno a la formación de la Villa la Unión, Santiago, 2011, versión audio
22
Francisco Valencia, (socio dirigente y fundador, Cooperativa Jorge Garcés), Entrevista acerca de los 40
años de la Villa la Unión, Santiago, 2011.
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MAPA N°3 Plan Intercomunal de Santiago (1960), Autor: Armando de Ramón
Fuente: De ramón Armando, Santiago de Chile (1541 – 1991),
Historia de una Sociedad Urbana, Ed. Sudamericana, Chile, 2000, p228
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Las casas tenían una superficie de 65,80 metros cuadrados construidos, tres dormitorios, un
baño living comedor, cocina, patio de servicio, tal como indica el plano de las casas (Ver foto 2
y 3 juntos). Para poder hacerlas, los vecinos, en virtud de los préstamos y de las cooperativas,
tenían ahorrado cerca de mil setecientos millones de pesos, pero CORHABIT imposibilitó la
urbanización haciendo trabas burocráticas, empezando la construcción de las casas recién entre
septiembre y diciembre de 1969. Tal como decía la propuesta de los vecinos y los documentos,
“Los cooperados tienen celebrado contrato de urbanización y construcción de las casas y el
incumplimiento de CORHABIT los coloca a merced de convertirse a su vez en infractores del
contrato, todo por culpa de la irresponsabilidad e informalidad de aquella institución.”23
Foto n°1: Vecinos, Socios Fundadores y Dirigentes de las cooperativas en los terrenos de San
Miguel, Actual Villa la Unión
Foto 2 y 3 (sig. Pág.), Plano original casa tipo, Villa la Unión, Santiago, 1969
23
Documento Inédito: Problema Cooperativo, Valiente exposición de la “Operación Estafa”, Ministerio de
vivienda y CORHABIT al desnudo, Santiago, Julio de 1970
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Aquellos comentarios los confirma uno de los socios fundadores, acerca del alto precio de las
casas y de los caminos judiciales, en donde debieron estudiar los contratos de CORHABIT,
INVICA y los de las cooperativas para hacer efectivo el traspaso de los fondos:
“El tipo de Vivienda era cara y habían deficiencias en las casas, además
que muchos de la villa eran contratistas. INVICA planteó demanda a las
cooperativas, en el contrato entre ambas partes decía que si las
cooperativas no estaban de acuerdo, podrán ocupar el crédito préstamo a
donde estime conveniente, es decir, los afectados por el terreno serían los
de la fuerza aérea, producto del espacio donde se iba a emplazar la villa.”24
FOTO N°4 Socios Villa la Unión en terrenos comprados a los padres oblatos, 1969
Al momento que ya se establecieron los créditos, los terrenos ya estaban comprados por las
cooperativas y sucedieron tres problemas, el primero fue el de los procesos de tomas ilegales
efectuadas por gente marginada que habían quedado fuera de los procesos de viviendas
populares del Gobierno de Frei Montalva y de Salvador Allende, alrededor de la villa
colindaron 3 poblaciones que, mediante las “operaciones sitio” lograron apropiarse de
terrenos agrícolas. El segundo problema era que esos terrenos tomados, alentaban a otros a
24
Francisco Valencia y Humberto Palma (socios fundadores…), Conversaciones en torno a la formación de la
Villa la Unión, Santiago, 2011, versión audio.
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tomarse los de la Villa la Unión, haciendo que los vecinos tuvieran que dejar su lugar original
para posicionarse en guardias y turnos armados para proteger los materiales de construcción,
casas y terrenos que habían sido pagados con sacrificio por parte de los vecinos, aún así hubo
pérdida de materiales de construcción, que según algunos vecinos fundadores en tono de
anécdota, desclasificando la información, eran vendidos a las tomas por los mismos maestros
que construían las casas. La tercera preocupación de los vecinos, era encontrar el número de
socios para poder efectuar la firma de los formularios del préstamo y crédito de CORHABIT
al momento de librarse las acciones judiciales, tal fue la desconfianza de los vecinos que por
ejemplo, en la cooperativa Jorge Garcés, de 100 vecinos, en momentos de hacer efectivo el
préstamo sólo habían 80, tal como lo menciona un vecino fundador: “Al principio fue tanta la
desconfianza dentro de las cooperativas, que por ejemplo, la Jorge Garcés tenía 100 socios,
pero al momento de tener los créditos en mano solo habían 80, por tanto debimos colocar a
los familiares para poder suplir el numero de la cuota para el crédito.” 25
La primera dificultad ya referida, de la ocupación de terrenos aledaños a la villa, fue un
problema sin resolver, según como muestra el mapa n°4, el territorio que comprende a la
actual comuna de San Joaquín no había sido ocupado y eran terrenos agrícolas con escasa
producción, por lo que desde la década del 50 hasta 1980 comenzó a poblarse de personas
que no habían tenido una solución habitacional y que, por tanto, procedieron a tomarse
terrenos.
El segundo escollo, fue principalmente paleado por el sistema de guardia implementado por
parte de los vecinos. En aquellas oportunidades se establecían turnos, armados con escopetas
y revólveres, haciendo disparos al aire cada cierta cantidad de horas para marcar terreno ante
posibles tomas, sobre eso la versión de los vecinos es clara:
“Cuando nos correspondía hacer turnos, teníamos que estar armados con
escopeta y revólver. Nos juntábamos en distintos grupos preparados. Durante los
grupos de guardia se preparaban anticuchos para pasar un rato ameno, ya que al
otro día había que ir a trabajar. Muy importante hacer saber que todos los vecinos
25
Francisco Valencia y Humberto Palma (socios fundadores…), Conversaciones en torno a la formación de la
Villa la Unión, Santiago, 2011, versión audio.
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apoyaron a todas las cooperativas, no todo fue fácil para lograr nuestro sueño, la
casa propia, dándonos apoyo todos los vecinos en conjunto.”26
Foto n° 5: Entrevista con sub Secretario CORVI, solicitud de préstamos adicional, junio 1970,
Gentileza de Pedro Jofré (socio fundador, y dirigente cooperativa Hernán Bolivar Donoso)
26
Francisco Valencia (socio dirigente y fundador…), Entrevista acerca de los 40 años de la Villa la Unión,
Santiago, 2011. También el señor José Mosqueira miembro fundador de la Villa la Unión, estableció los
contactos para la construcción de las casas, comenta lo siguiente: Mi incorporación a esta cooperativa fue a
través de mi esposa, hoy fallecida. Mi participación dentro de la construcción de las casas fue que se dio el
caso que trabajaba para la constructora que construyo las casas, la constructora magri –hepnes y cía. Mi
trabajo fue instalador sanitario.
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Esfuerzo, Sacrificio y Unión: Los 40 años de la Villa la Unión
MAPA N°4: Expansión Urbana de Santiago, Autor: Armando de Ramón Fuente: De ramón Armando, Santiago de Chile (1541 – 1991),
Historia de una Sociedad Urbana, Ed. Sudamericana, Chile, 2000, p247
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Esfuerzo, Sacrificio y Unión: Los 40 años de la Villa la Unión
“También fue importante cuando se estaban construyendo las viviendas, las 5
cooperativas tenían que hacer turnos en las noches para que no se tomaran los
terrenos, se hacían turnos según la cantidad de socios de cada cooperativa, en el
caso de la Jorge Garcés, como éramos 100 personas, nos correspondían 8 por
turno.”27
Por ejemplo, dos de los fundadores hacen una emocionada referencia al proceso de guardia de
la villa, la cual correspondió a cada vecino:
Fui miembro de la cooperativa Hernán Bolívar Donoso. Mi primera reunión el 22
de septiembre de 1970, me presentó como socio la señora Venita Castillo al
presidente señor Pedro Jofré y quedé aceptado como socio, por su puesto como a
muchos, nos tocó cuidar estos terrenos y conocí a señores mayores que yo, y nos
hicimos amigos. El señor flores, sr Cáceres, Sr Allende, Sr Espinoza entre otros28
“El inicio y avance en la construcción de nuestras casas dio paso al periodo más
rico por las experiencias vividas, al asumir la responsabilidad de defender, terreno y
construcción mediante turnos de noche, el sacrificio de la trasnochada, no era tal,
por el contrario, nos retirábamos felices, un día más que nadie no había robado
nuestro sueño.”29
El proceso de construcción de las casas se hizo con ayuda de todos los vecinos, quienes
ayudaban y supervisaban las labores de los constructores. Oficialmente, las casas deberían haber
sido entregadas con parquet, closet, baño con tina y de manera cerrada, pero al momento de
entregarlas, no tenían ninguna de estas cosas en la programación, es decir, ni siquiera se habían
contemplado:
“Las casas venían programadas, con parquet, closet, baño con tina, y las entregaron
abiertas, había que cerrar, y sin ninguna programación.”30
“Llegué a ocupar mi vivienda para la cual hicimos un sorteo entre los socios (9 de
septiembre de 1971). Hoy ocupo y uso mi vivienda, en la cual llegué sin luz
eléctrica y agua, en la cual conversé con otros vecinos de otro sector la cual estoy
muy agradecido.”31
27
Francisco Valencia (socio dirigente y fundador…), Entrevista acerca de los 40 años de la Villa la Unión,
Santiago, 2011.
28
Juan Silva Lillo (socio fundador, Cooperativa Hernán Bolívar Donoso), Sobre los 40 años de la Villa la
Unión, Santiago, octubre 2011
29
Humberto Palma (socio fundador…), Ensayo acerca de la fundación y celebración de los 40 años de la
Villa la Unión, Santiago 28 de Septiembre 2011
30
Francisco Valencia (socio dirigente y fundador…), Entrevista acerca de los 40 años de la Villa la Unión,
Santiago, 2011
31
Jaime González Yáñez (socio fundador…), Sobre los 40 años de la Villa la Unión, Santiago, octubre 2011
Carlos H. Rozas
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“Las casas se recibieron solo en obra gruesa y las calles en tierra. Correspondía a
cada socio pagar, para cerrar, estucar, pagar agua luz, pavimentación incluyendo
avenida, parques y pasajes.”32
Foto n°4: Casa tipo Villa la Unión, construcción finalizada, 1971
Luego de la construcción de las casas, viene el desarrollo de trabajos voluntarios por parte de
los vecinos, quienes los fines de semana plantaban arboles o hermoseaban los alrededores de
la villa. Para las fiestas populares y nacionales, se colocaban lienzos y guirnaldas de colores que
daban vida a una villa cuyas calles todavía eran de tierra. En aquellas jugaron los niños y niñas,
que crecieron viendo la construcción y formación de las familias de la villa.
“Cuando se llegó a la villa, también se hacían trabajos voluntarios, se
plantaban arboles, en la época de fin de año las guirnaldas de celebración, para
navidad y año nuevo.”33
“La calle uno, hoy Canadá (Ver mapa en anexos), una vez pavimentada estuvo
un par de meses cerrada con un gran montón de tierra en la esquina con
Capitán Prat, lo que permitía que todos los niños pudieran jugar sin ningún
32
Sergio Manríquez (socio fundador, cooperativa Hernán Bolívar Donoso), Sobre los 40 años de la Villa la
Unión, Santiago, octubre 2011
33
Francisco Valencia (socio dirigente y fundador…), Entrevista acerca de los 40 años de la Villa la Unión,
Santiago, 2011
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peligro, chiquillos que ya no están , emigraron , formaron sus propias
familias.”34
Cuando en general, una persona tiene algo propio que fue generado con esfuerzo, sacrificio,
dedicación, que se tuvo que pelear con dientes apretados para tratar de conseguirlo, el hecho
de tenerlo no solamente es el final del camino, sino el comienzo de algo vivo, de algo hermoso
que resulta un legado, una consecuencia del trabajo realizado, que pasa de generación en
generación, no sólo en los hechos materiales, sino también y sobre todo en el alma, espíritu y
sentimiento de las personas. El problema de poseer viviendas construidas, pero sin cierre,
con patio abierto, que colindaba con la casa de atrás o la de al lado, generó en los vecinos una
preocupación extra: la construcción de los cierres, los ante jardines y las entradas a las casas.
De ahí surge una de los primeras complicaciones que derivaría en una división parcial de la
comunidad, pues la acción de hermosear las casas permitía la competencia entre los vecinos
por contar con los servicios de determinados maestros de la construcción y los famosos
“maestros chasquilla” que tenían variados conocimientos para arreglar los frontis de las
viviendas y los que tenían las herramientas para poder hacer las rejas de protección y las
soldadoras para pegar los metales comprados del bolsillo de cada vecino, este hecho sumado a
la rivalidad implícita de ver quien tenía la “casa más bonita”, tornaron tensos los ánimos de la
villa produciendo una división entre la comunidad, que se acentuaría con el golpe de estado
de septiembre de 1973.
34
Humberto Palma (socio fundador…), Ensayo acerca de la fundación y celebración de los 40 años de la
Villa la Unión, Santiago 28 de Septiembre 2011
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FOTO N°6 : Permiso para construcción de obras municipales, para cierre de casas y obras, Archivo
Familia Pérez Curiante (Hilda Rosa Curiante Contreras y Luis Humberto Pérez Mateluna (†)
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En el 73 ocurrió el golpe desunió a los vecinos. El golpe radicalizó las cosas, se allanan
algunas casas de los dirigentes sindicales y dirigentes de izquierda. También ocurrió la
desunión por la entrega de las casas y el embellecimiento de cada entrada, en donde se
peleaban a los maestros para que les arreglaran o hicieran trabajos en sus pórticos.35
El golpe de estado de 1973, provocó la desunión de los vecinos y con ello la polarización como
en todo el país, de las posiciones (y pasiones) políticas durante el gobierno de Allende y el
Régimen Militar. Que la Democracia Cristiana fuera un partido de centro de carácter
programático, en desmedro de la mayoría de las tendencias de centro que habían existido en
Chile de índole tradicional, los cuales se unían a la izquierda o derecha para sopesar y equilibrar
la política, provocaba que la izquierda, protagonizada por el Partido socialista y Comunista junto
a las otras ramas de izquierda, fueran más de corrientes marxistas, mientras que los partidos de
derecha, como el partido nacional, o lo que quedaba del partido conservador, fueran aun más de
tendencia liberal, ligada muy profundamente a Estados Unidos y a la órbita occidental de la
Guerra Fría. Esto no carece de importancia, sabiendo que tanto la izquierda como la derecha se
radicalizaban más en sus respectivas posiciones, creándose un gran abismo entre ambas
posturas, y teniendo como única bisagra a la Democracia Cristiana, partido que de pasar al 40%
de las preferencias, bajó en los últimos años antes del golpe, a cerca de un 25%.36
Lo anterior marca no sólo a la política, sino también a toda la villa, pues una parte de los
vecinos de la comunidad eran dirigentes sindicales, partidarios abiertamente de izquierda, otros
pertenecían a las fuerzas armadas, eran miembros del Instituto Geográfico Militar o incluso
algunos adherían oficialmente a la Democracia Cristiana, es decir, en la Villa la Unión afloraba
todo el espectro político, siendo una comunidad unida, trabajadora y pluralista. Sin duda, el
golpe trajo consigo allanamientos de casas de partidarios y militantes de izquierda, pérdida de
empleos de la mayoría de ellos, alejamiento de las labores domesticas, desabastecimiento, antes
y después del golpe, enfrentamientos armados en los nodos de conexión de la villa, avenida
Hyden o Canadá, patrullajes de carros policiales, entre otras cosas que provocaron el fin de la
democracia tradicional.
35
Francisco Valencia y Humberto Palma (socios fundadores…), Conversaciones en torno a la formación de la
Villa la Unión, Santiago, 2011, versión audio
36
Para mayor análisis, ver a Sofía correa
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Carlos Humberto Rozas
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En ese tiempo, los vecinos trataron de organizarse como podían según las circunstancias: “Una
institución que formamos fue una JAP junta de abastecimientos y precios para surtir a algunos
vecinos ya que fue un tiempo complicado”37 o “yo trabajaba en la distribuidora nacional de
alimentos, en los últimos meses antes del golpe, nos pagaban con alimentos para poder suplir lo
que nos debían, de esta manera, debajo de las camas estaba lleno de sacos de harina para poder
hacer pan, algo que no había en tiempos del golpe”38; “ días después del golpe, no pude ir al
hospital, ya que estaban pasando lista de todos los dirigentes sindicales y habían tomado
posesión los militares, me quedé sin empleo y pasamos un momento difícil en mi familia, ya que
no había como abastecerse.”39
La Villa la Unión comenzó a polarizarse de igual manera que el país, los allanamientos a las
casas marcó profundamente el espíritu de la villa, la polarización de los frentes se hizo más
agudo en los años 73 y 74, cuando las izquierdas se hacían más izquierdas y la derecha se hacía
más derecha, la villa perdía gran parte de su logo, de su pilar y de su estampa, la unión en la
diversidad.
Para el año 75, luego del golpe militar y ahora con el Régimen Militar gobernando la nación, el
equipo económico, con el fin de impulsar la economía, atrofiada debido a las continuas crisis
económicas internacionales y nacionales, concibió la idea de que los vecinos pudieran pagar las
deudas hipotecarias, es decir, la totalidad de las casas, por sólo 250 escudos. Los llamados
“Chicago Boys”, comprendieron que la mejor solución era levantar la economía haciendo que
las personas pudieran pagar sus deudas para que tales dineros pudieran ser invertidos en otro
tipo de compras, provocando hacer fluir la maquinaria industrial y comercial y con eso, hacer
que el país pudiera salir bien del “Shock” que promovieron para comenzar de cero.
En el año 75, el equipo económico del régimen militar, “todos los que están
endeudados hasta el 31 de julio del 75” podían pagar 250 escudos y pagar la
deuda completa, es así como todos los vecinos podrían pagar la deuda completa
vendiendo televisores, refrigeradores y lavadoras para pagar la deuda. Todos los
37
Familia Gómez Cabello (socia fundadora, cooperativa Hernán Bolívar Donoso), Entrevista sobre la
fundación de la Villa la Unión, Octubre 2011
38
Mónica Pérez Curiante (vecina fundadora, cooperativa Hernán Bolívar Donoso), Entrevista sobre la
fundación de la Villa la Unión, Octubre 2011
39
Humberto palma, Francisco Valencia y Humberto Palma (socios fundadores…), Conversaciones en torno a
la formación de la Villa la Unión, Santiago, 2011, versión audio.
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vecinos se tuvieron rápidamente que mover para vender sus cosas y poder pagar
la deuda.”40
Aquella medida, que pudo haber desunido la villa, por el contrario la volvió a unir con nuevos
bríos, pues si antes una de las metas era cuidar, proteger, construir y comprar las casas, ahora
se trataba de que pudieran pagarse completamente dando paso a la colaboración entre los
mismos vecinos dándose consejos, vendiendo sus objetos de mayor valor y en especial entre
las cooperativas, las cuales comenzaron a prestarse dinero entre ellas para poder suplir las
deudas, con el objetivo de que todos pudiera pagar. Los problemas ya mencionados del pago
de las casas y la desconfianza que suscitaba el Régimen Militar, hizo que todos los vecinos, a
pesar de sus distintas posturas políticas al final, se aconsejasen para pagar y no quedar fuera de
plazo, lo cual hizo que el compañerismo y la confianza entre los mismos vecinos fuera
creciendo nuevamente y aflorara lo que había sido la villa en un principio, la “Villa la Unión”:
“yo le decía a mi vecina: vecina, venda televisor, refrigerador, junte 250 y pague, había algunos
vecinos que no sabían o que no creían que fuera cierto, porque era como “250 escudos?,
imposible”41 o también otros vecinos que vendieron televisores y lavadoras, jarrones o
también pidieron prestamos para poder suplir la deuda.
El pago de las viviendas fue un hito en la Villa la Unión, era el final de un largo proceso, cuya
motivación principal había sido conseguir y luchar por esas casas, lo que se concretó 4 años
después de la entrega de las mismas. Transcurridos dos años, la villa enfrentaría
otra
complicación, mucho mayor al pago de las casas, se trataba de la segunda gran obra a realizar,
la pavimentación.
La Villa la Unión tenia las calles y pasajes principales sin pavimentación, eran en cambio
caminos de tierra apisonada, lo cual generaba muchos problemas en tiempos de lluvia. Para
solucionar esto, fue necesario reagrupar a las cinco cooperativas y que cada vecino de la villa,
los 344 de la Villa la Unión y 21 vecinos de la villa Lucia, que colindaban con calles de la
Unión, pagaran de su bolsillo el dinero necesario para comprar sacos de cemento, áridos y así
40
Francisco Valencia y Humberto Palma (socios fundadores…), Conversaciones en torno a la formación de la
Villa la Unión, Santiago, 2011, versión audio
41
Francisco Valencia y Humberto Palma (socios fundadores…), Conversaciones en torno a la formación de la
Villa la Unión, Santiago, 2011, versión audio
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poder pavimentar las calles. La corporación de obras públicas y el municipio aportaron en
menor medida para la obra, siendo el pilar fundamental sus vecinos y sus aportes mensuales.
Para el comienzo de los trabajos, los vecinos se organizaron mediante circulares, las cuales
imitando a las multas que se hacían por no asistir a reuniones y guardias, también se aplicaban
al no pagar y al no ir a reuniones de la comunidad con respecto a las calles y avenidas.
Foto n°7: Comprobantes del
pago de la pavimentación. Archivo
de la Familia Pérez Curiante.
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Las faenas iban ser supervisadas por los propios vecinos, los encargados de hacer las calles y
pavimentar en su mayoría eran del P.E.M. (Programa de empleo mínimo), ejecutado en 1974
por José Piñera para hacer frente a las bajas tasas de empleo y la cesantía en tiempos de crisis.
Este plan, era principalmente una ayuda económica para la gente que no había podido
conseguir empleo luego del Shock, y pese a ser una buena iniciativa, se ensució con muchas
irregularidades en el pago de las pensiones de aquellos trabajadores. En ese sentido, el P.E.M.
se haría cargo de las obras, mano de obra, maquinaria y la asesoría técnica para dar marcha al
proceso.
La obras de pavimentación de los pasajes y avenidas de la Villa la Unión, que correspondían
desde la calle Llico, hasta Capitán Prat y de avenida Hyden hasta Emco (ver mapa adjunto), se
demoró entre dos y tres años, terminando para el cambio de década, finalmente en los años
ochenta. La Villa poco a poco, estaba adquiriendo forma para convertirse en una de las más
lindas de la comuna de San Miguel. Los años 80 marcarían el segundo gran proceso de la
comunidad, el cual sería el de la consolidación.
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Circular n°1, sobre pavimentación y obras públicas de la Villa la Unión,
Archivo Familia Pérez Curiante.
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Los años 80: consolidación, propiedad y liquidación
Dentro de los grandes procesos de la Villa la Unión, el de la consolidación marca una bisagra
entre los inicios y la última etapa de la comunidad de vecinos, es en esta parte de vida de la villa
en la cual se forjan los ánimos para seguir adelante con el proyecto de comunidad. Esa misma
Villa la Unión, cuyo nombre se debía a la unión de los vecinos frente a las adversidades que los
afectaron en aquel periodo de los setenta, en el decenio siguiente que marcaría el final de un
largo camino, quedaría en manos de los propios vecinos la continuidad o el término de las
costumbres en torno a las cooperativas y la vida de barrio, característica en la primera década
de existencia.
Durante este periodo, sucedieron hechos y acontecimientos que darán un nuevo brío a la
comunidad, siendo el primero y más importante la finalización de las obras de pavimentación a
principios de la década. Las calles serían obras importantísimas de la organización vecinal y del
trabajo mancomunado de los socios y dirigentes de las cooperativas. El segundo
acontecimiento, fue una iniciativa de los propios vecinos, a raíz de los dineros acumulados por
los pagos de multas por inasistencia y falta a los deberes comunitarios, para construir las sedes
de las cooperativas o en su defecto de terminarlas. Esto era importante, puesto que las
cooperativas querían ejercer presión unas sobre otras para asegurar una primacía en las
decisiones, y la mejor forma de demostrar ese liderazgo era, además de la cantidad de vecinos,
mediante el poder adquisitivo que podían tener y las sedes sociales comunitarias donde se
realizaban las distintas reuniones, tanto de las cooperativas como las de la junta de vecinos. La
cooperativa Jorge Garcés, en cambio, luego de disputas entre los socios, debido a la idea de
donar los dineros a la iglesia San Matías Apóstol, procedieron finalmente a rechazar la
propuesta para la iglesia y a vender su terreno comunitario a un particular, y cada vecino
recibió cerca de tres sueldos mensuales, la iglesia sería construida al frente de los terrenos
comunitarios, en la calle capitán Prat, donde muchos vecinos, de creencia católica, ayudaron
con trabajo y materiales a su construcción. La cooperativa Triangulo 25, tuvo que esperar hasta
los años 90 para construir su sede, mientras que la Hernán Bolívar Donoso, que tenía dos
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terrenos, construyó uno manteniéndolo como propio, y el otro, luego de las liquidaciones de
cada cooperativa, fue facilitado al Club de Leones en los años 90.
En los años 82 y 83, sucedió otro hecho importante, que fue la punta de lanza de las
sociedades que se habían formado. En un principio, las casas eran propiedad de las
cooperativas, ellas regulaban los prestamos de la gente que había adquirido las viviendas, es
decir, los dueños de las casas las tenían en comodato, puesto que no serían de ellos sino hasta
haber pagado el pago total de la deuda a las cooperativas, pero como las deudas se había
finiquitado el año 75, las cooperativas tuvieron que hacer el cambio legal, para hacer de que
cada socio fuera propietario integro de su casa y no tenerla en comodato. Por tanto, el cambio
legal fue sumamente importante, ya que al fin se lograba la meta de tener la casa propia, sin
deudas y con los contratos de propiedad en la mano de cada vecino.
“En los años 80, ya estaba todo consolidado, 82-83 entregaron los dominios y
sus respectivas de las escrituras de cada casa. Ahí se produjo un cambio legal
puesto que las casas pertenecían a las cooperativas, por tanto se hicieron
asesorías legales para traspasar los dominios.”42
Al momento de traspasar los dominios a los vecinos, se daba un paso importante en la vida de
la villa, las cinco cooperativas que habían dado vida al proyecto de construir viviendas firmes,
solidas, con una comunidad cimentada en la unión y en el bien común de tener una casa
propia, tenían que llegar a su fin. Las cooperativas se habían reunido en primer lugar, en la
década del 60 en la sede de COVISIG de Alameda con San Ignacio, allí se decidió dar
soluciones habitacionales para la gente que más lo necesitaba haciendo el alcance de que años
antes, cada cooperativa se había creado y formado por decreto supremo, con la sigla LTDA.
Lo anterior significaba legalmente que, al momento de terminar con sus fines para los cuales
habían sido creadas las cooperativas, éstas se tenían que liquidar o terminar. Por consiguiente,
cada cooperativa tenía que liquidarse porque su fin máximo, que era tener, para los 344
42
Francisco Valencia y Humberto Palma (socios fundadores…), Conversaciones en torno a la formación de la
Villa la Unión, Santiago, 2011, versión audio
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vecinos, una casa propia, se había cumplido y los títulos de dominio los tenían todos los
socios. En fin, esto marca el término de un largo periodo, en donde las cooperativas daban un
paso al costado, para observar de lejos lo que pasaba en los antiguos terrenos de los Oblatos
Citación de la Cooperativa Hernán Bolívar Donoso para la liquidación de esta,
Archivo Familia Pérez Curiante
Esta liquidación de las cooperativas, daba paso a que la Villa la Unión tuviera una junta de
vecinos integra, que pudiera conocer las necesidades y problemáticas que surgían en la
actualidad, sin duda este hecho marcaba una gran bisagra entre el periodo de lucha por las
viviendas y el del periodo de la modernidad, ocurrida en los años 90. La Villa la Unión sería
conocida con ese nombre y no por las cooperativas, de las cuales sólo dos se encuentran
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actualmente funcionando, la Hernán Bolívar, que tiene posesión de la sede social de su
territorio, y la Triangulo 25, que actualmente tiene el centro cultural.
La liquidación de las cooperativas, hizo que los socios sólo tuvieran un interlocutor, que era la
junta de vecinos, por lo cual todo proceso del cambio de municipalidad, fue tratado como
comunidad unida. La comuna de San Miguel finalmente, por medio de decreto supremo, se
dividió, al igual que otras comunas, dando paso a un total de 34 comunas del Gran Santiago, la
parte industrial de San Miguel se llamó San Joaquín, y la Villa la Unión pasaría a tener cerca del
5% a 7 % de territorio perteneciente a la comuna, siendo con sus 2000 vecinos, cerca del 4%
de la población en aquellos momentos. El tener cerca de 2000 socios viviendo en una comuna
que se había dividido, es una fuerte presión para los gobiernos locales que quieren asentarse
por un tiempo en el territorio. Esta idea, que en esos tiempos era descabellada y poco util,
debido a los alcaldes designados y al Régimen militar, en los momentos del plebiscito del año
88, las elecciones del 89 y las elecciones de alcaldes, fue sumamente importante contar con
2000 personas que podían apoyar o rechazar al candidato de turno.
Aunque en la villa no hubo tanta efervescencia por el plebiscito, la gente estaba expectante de
los resultados y algunos vecinos celebraron silenciosamente, mientras que otros veían el triunfo
del NO como una potencial amenaza para la estabilidad social de los últimos años. La Villa la
Unión había pasado casi toda su vida bajo el Régimen Militar para bien o para mal y hubieron
momentos de unión y desunión durante aquellos 20 años, entre la construcción de las casas y la
nueva década que venía con pasos agigantados; todos aquellos momentos fueron enfrentados
con éxito, la Villa la Unión seguía unida, los fundadores seguían en pie, ahora era momento de
descansar.
Los felices 90’: A la par con la coyuntura mundial
Los años noventa en la villa fueron de una u otra manera años de prosperidad, por lo menos
desde 1990 hasta 1997-1998, año donde comienza la crisis económica, o la llamada crisis
asiática. En aquellos años la villa no creció en proporciones, pero sí hubo un incentivo de
actividades deportivas, culturales y de comunidad, resguardando la pseudoautonomia de las
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cooperativas que componían la villa. En cada una de ellas se hacían las festividades de fiestas
patrias con competencias de volantines en tiempos de septiembre, como también para
Navidad. En dicha festividad, alguno de los vecinos de la villa, de manera voluntaria se
disfrazaba de viejito pascuero para ser de anfitrión de la celebración en la villa, donde los
padres unas horas antes llegaban con los regalos a la casa del voluntario viejito a dejar los
presentes, que se entregarían luego de los juegos que realizaban, dentro de los que consistían
corridas de sacos, tres pies y caminata rápida. Por ejemplo en la cooperativa Hernán Bolívar se
hacían frecuentes los juegos y festividades en la navidad, las cuales terminaban cerca de las 10
de la noche, con el distribución y entrega de los regalos, dentro de los cuales podían haber
pelotas de futbol o un set de lápices para los niños.
En fiestas patrias, se realizaba una fonda en la cancha de la villa Triangulo, y donde
actualmente se realizan los encuentros futbolísticos de los jóvenes y adultos. En aquella fonda,
que duró algunos años de la década del 90’ llegaban personas de todas las cooperativas las
cuales aportaban con trabajo o con dinero de las ventas, así como también personas de otras
villas vecinas. En los días previos a las fondas, los vecinos de la “Hernán Bolívar” junto con
personas de otras cooperativas se juntaban y establecían estrategias para los juegos de volantín
con hilo curado.
Una de las estrategias era ir a distintos locales de comercio de volantines y casas de particulares
donde, por datos de amigos de los volantineros, tenían conocimientos de maestros del volantín
y cuyas casas estaban plagadas de volantines e hilo curado de distinto grosor y estilo,
(recordemos que en aquella época, era totalmente legal y se le llamaba como “hilo de
competencia”). Allí iban la mayoría de los volantineros del sector centro sur, generalmente al
club de los alfiles, de los halcones, de los cruzados, a la casa de la calle lazo o a la calle Matte
Hurtado. En aquellos locales se vendía hilo de competencia, volantines, carretes y material para
el volantinero.
En esta época, las comisiones de los juegos, donde los competidores tenían que usar la
habilidad para poder cortar el hilo del volantín adversario eran típicas en el sector del club de
leones, ubicado en la calle Pirámide entre Maihue y Lolol. Durante esos días, llegaban cerca de
una decena de competidores externos a la villa que se juntaban con los competidores locales y
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establecían competencias de carácter libre, todos contra todos, y cuyo primer obstáculo era
pasar los cables de los postes que rodeaban las calles para elevarse más allá de la cárcel de
mujeres y el hogar de acogida que en la actualidad es un jardín infantil.
Las competencias tuvieron ganadores distintos todos los años, nunca se establecieron
competidores más ganadores que otros y siempre ganaron los locales, siendo las últimas
competencias verdaderas arenas de gladiadores, donde los competidores hacían todo por
ganar.
En los últimos años de la década de los 90’, las familias comenzaron el proceso de
fragmentación, emigrando muchas de ellas hacia otras comunas, preferentemente hacia el
sector oriente, provocándose una especie de síndrome del nido vacío, dejando una gran parte
de las casas con integrantes de la tercera edad. El torneo de volantines no prosperó más allá de
aquellos años y dejó de existir como tal, luego, los nietos en aquellas épocas comenzaron a
participar en juegos de volantín, pero no en el sentido de competencia.
La época de los 90’ también refleja un sentimiento nacional por el deporte, debido a la sanción
de la selección chilena por la FIFA y la restricción de los mundiales de Italia 90 y Estados
Unidos 94, la clasificación del mundial de Francia 98 y también sobre el tenis, con la
participación de copa Davis y el ascenso del ranking ATP de Marcelo Ríos, hicieron también
que la villa se mantuviera al tanto de las condiciones del deporte chileno, tratando de canalizar
aquellos esfuerzos, para poder emplearlos en la sociedad comunitaria.
A mediados de la década existió un torneo de babyfutbol llamado “Unión de Juventudes”, que
abarcaba equipos de toda la villa y de las villas vecinas, y que duró cerca de dos años, siendo el
último el de mayor éxito, no sólo por los equipos participantes, sino también por la entrega de
premios y una pequeña copa con un diploma para los tres primeros lugares.
La prosperidad de la Villa durante los años noventa no fue una casualidad, el crecimiento
económico sostenido durante el gobierno de Patricio Aylwin fue fundamental para que la villa
pudiera buscar nuevas oportunidades de emprendimiento, por ejemplo, en esta época se
construye en la calle departamental, los locales del “Persa Departamental 100”, uno de los
primeros establecimientos comerciales que estuvo cerca de la villa, y por el cual muchos
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vecinos pasaban el fin de semana ya sea como paseo familiar o para comprar las cosas que más
necesitaban. No obstante, muchos vecinos también tuvieron locales comerciales y se
transformaron en comerciantes, de jeans de vestir, poleras y polerones, de artículos
electrónicos entre otros. Este emprendimiento provoca que al momento de tener un mayor
poder adquisitivo, el tener también más endeudamiento, ocasionando algunas dificultades en
la siguiente década.
En los comienzos de este boom económico, la villa tenía un gran problema de abastecimiento,
el lugar más cercano para poder comprar alimentos y abarrotes eran la rotonda Departamental,
en el paradero 14 de vicuña Mackenna o en el supermercado “Cosmos” en el paradero 9 de la
misma avenida, lo más cercano y que estaba en el paradero 7 y medio, a unas pocas cuadras de
la Villa era un Supermercado (Marmentini Letelier) al por mayor, pero donde no había nada
que pudiera abastecer a la gran cantidad de población que compraba al detalle. Por lo que en la
sede de Pirámide 191, perteneciente a la junta de vecinos, se estableció un mini market llamado
“El Auco”, siendo en aquellos momentos una salvación y un lugar de encuentro para todas las
ex cooperativas, El Auco proporcionó un lugar de comercio dentro de la villa que fue
sumamente importante para el buen funcionamiento y organización de ésta, marcando un
antes y un después , puesto que fue la entrada de la modernidad a la comunidad, ya que
vendía de todo: útiles escolares, útiles de aseo, abarrotes, lácteos y bebidas, entre otras cosas,
teniendo las ex cooperativas, un lugar fijo donde comprar sus productos, con el dinero que
podía ser algunas veces mayor que otros años. De esta manera, el bazar de la calle Benozo
Gozzoli, ubicado paralelo a la avenida las Industrias unas tres cuadras largas mas allá de la villa,
y El Auco, como lugar de productos alimenticios, creaban un abanico de posibilidades de
compra, haciendo prosperar a la villa y a toda su gente.
En los años noventa, también se construyó la sede de la cooperativa Triángulo 25, que con los
años se convertiría en centro cultural. La construcción se hizo con la ayuda de todos los
vecinos de la villa, pero al finalizar las obras, la cooperativa tomó la administración del recinto.
Para las obras se necesitaban fondos, los cuales salieron de las fondas en el mes de septiembre,
completadas, comidas para los vecinos, entre otras actividades, todas realizadas en la cancha de
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la Triángulo, el segundo recinto deportivo de la Villa la Unión, donde se realizan todas las
semanas partidos de baby futbol.
La cancha de la Triangulo 25 no solo era un recinto deportivo, sino también era un lugar
donde los más pequeños de la villa podían recrearse. En los 90 nace en la villa el Jardín Infantil
Pamitimi, ubicada en una casa reacondicionada para tales propósitos, allí la mayoría de la
generación naciente de la comunidad ingresó al establecimiento, lo que sirvió de trampolín
para algunos niños para entrar a colegios emblemáticos, la “tía Titi”, directora del
establecimiento, junto con las educadoras de párvulos iniciaban las actividades a las 14 horas
de la tarde hasta las 19, y hacían espectáculos para la familia en las fiestas típicas, donde se
llenaba de gente de la villa, vecinos, socios y apoderados para ver a los pequeños, bailar tango,
cueca o realizar obras de teatro.
El boom educacional de la villa, otorgada por Pamitimi no era tampoco, al igual que El Auco,
casualidad, era una necesidad creciente de las familias, y esto era debido a los cambios sociales
que se acrecentaban, el efecto de la economía hacían que el papá y la mamá salieran a trabajar,
lo cual era efecto del endeudamiento y de la necesidad de una mejor calidad de vida que podía
proporcionar el capitalismo y el sistema de mercado. De esta forma los padres podían dejar a
sus hijos en el jardín el tiempo que ellos estuvieran trabajando, librándose además del costo
que implicaba contratar una nana o cuidadora del niño que podía también hacer labores en el
hogar, y lo que no es menor, buscar una mejora en la educación del niño que recién estaba
creciendo, proporcionándole incluso 2 años más de educación inicial. El Jardín Infantil
Pamitimi, fue el iniciador de un proceso de trasformación mucho más fuerte que los anteriores,
mucho más poderoso que el ímpetu de la casa propia, mucho más social que la liquidación de
las cooperativas, marcando un precedente muy importante, pues el sistema económico y la
sociedad de mercado hacen que las comunidades comiencen a fragmentarse, provocando un
gran desafío para la comunidad de Villa la Unión. El nuevo milenio seria por tanto la época del
comienzo fuerte de la Globalización tecnológica, la deshumanización de los procesos, y la
fragmentación vecinal, provocada por el fallecimiento de los vecinos fundadores.
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Foto n° 10: Foto General, Generación 1992, Jardín Pamitimi, Santiago, 1992. Gentileza Archivo Pérez
Curiante.
Los Últimos años de la villa (2000 – 2011): transformación, cambio y desafío.
Las circunstancias que nos llevan a los últimos años de la villa, son
transformaciones
profundas en el modo de vida de los vecinos y en el estilo de hacer comunidad. En estos
últimos años la villa ha perdido la mística de la unión, y eso es producto principalmente de tres
factores, el primero y el más importante, y que es una variable principal en los procesos de
cambio, es el fallecimiento de los vecinos fundadores y antiguos dirigentes de la Villa la Unión
y de las cooperativas. Estos decesos, por causas naturales la mayoría de ellos, son un punto
importante para observar los procesos de fragmentación, ya que los que formaron la villa, los
que la crearon, los que hicieron guardia por las tomas, los que celebraron la entrega de los
dominios y los que vieron a sus hijos crecer, en su mayoría ya no están con nosotros,
quedando solo algunos que siguen asistiendo a las reuniones de la Junta de Vecinos y aportan
con ideas para seguir adelante con la comunidad. Algunos nombres importantes ya se han ido
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dejando a sus hijos como los principales herederos de las casas lo cual marca el otro proceso de
fragmentación.
Como las familias vieron en la Villa la Unión un trampolín para poder surgir económicamente,
los fundadores les dieron a sus hijos lo que más podían, consiguiendo que alguno de ellos se
convirtiesen en profesionales, o adquirieran algún oficio o empleo que le permitiera formar una
familia en la Villa, o simplemente migrar hacia otros lugares de Santiago y comenzar su propia
batalla por la casa propia. Esto, provocaban un enroque de casas, las cuales eran vendidas a los
hijos por otros vecinos para estar más cerca de la familia de origen. Pero aquí sucede un hecho
importante, cuando los hijos se van, ocurre el síndrome del nido vacío, el cual deja a los padres
y formadores de la comunidad de la Unión solo en sus casas, provocando por una parte un
foco importante y atractivo para la delincuencia debido a que la mayoría de los vecinos están
solos en sus casas o ya están en la tercera edad, y por otra parte que los días domingos, las
calles y pasajes de la villa se llenen de autos, camionetas y vehículos de transporte en cada casa,
donde cada hijo con su familia iba a visitar a los padres y abuelos, lo cual es un prisma
importante para la transformación, dejando claro la villa efectivamente sirvió para darle
estabilidad a las familias, provocando el aumento en el nivel socioeconómico de las familias y la
emigración hacia otras partes de Santiago, ciudad que ya estaba creciendo “hacia arriba” y que
crece día a día.
Cuando fallecieron los vecinos fundadores, sus casas por lo general terminaron
abandonándose, puesto que sus hijos ya tienen una vida consolidada, viéndose impulsados a
vender las casas, a nuevos vecinos que llegan o a los hijos de vecinos fundadores que se
quieren quedar, por tanto la llegada de nuevos vecinos es la consecuencia del fallecimiento de
los que iniciaron la Villa. Los nuevos vecinos también son de una segunda generación de gente
que emigra hacia otras partes con el propósito de forjar su propia vida en la villa, además
muchas de las casas que se venden, luego el nuevo propietario las arrienda para familias nuevas
o para estudiantes que están en la educación superior, en universidades que están cerca de la
villa (Duoc UC, Universidad Católica, Federico Santa María, entre otras), causando una baja
superlativa y creciente de vecinos que van a las reuniones de junta de vecinos, pasando de ser
200 las personas que iban en un principio en los años 80, a ser en la actualidad sólo 50 en
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promedio. Esto no significa una variable o externalidad negativa sobre los vecinos nuevos,
sino todo lo contrario, pues el hecho de que hayan elegido la Villa la Unión como su lugar de
residencia implica necesariamente una discriminación o una elección por sobre otras
propuestas, lo cual no deja de ser importante puesto que la villa se enmarca dentro de una zona
tranquila, de excelencia residencial y cuyas casas confiables, nunca se han caído con algún
terremoto o catástrofe natural, sus calles están siempre limpias y libre de algún tipo de
contaminación, su tierra es fértil y produce cualquier arbusto que se plante pero sobre todo es
la actitud y el carácter de los vecinos que viven, lo que lo convierten en un barrio sumamente
privilegiado dentro de un mundo lleno de posibilidades.
Los vecinos nuevos, han dado nuevos bríos a la villa, le han dado otro estatus, ahora es
tiempo de abrirles paso a la participación dentro de la comunidad, invitarlos a que sean parte
de las actividades, así como en los años 70 también se les incitaba
a participar en las
cooperativas, así como en los 80 se los invitaba a las construcciones de las sedes y a participar
en actividades para juntar fondos, en los 90 cuando asistían a los torneos y veían a sus hijos
bailar en el jardín, de esta misma manera hay que invitar a los que se integran a la villa , para
que su nombre de Villa la Unión no se esfume en el aire, sino que la unidad de la comunidad,
durante cuarenta años siga más firme que nunca, y para que la unión en la diversidad sea un
precedente en toda la villa y que los esfuerzos y sacrificios de todos aquellos vecinos muchos
de los cuales nos han dejado se mantengan vigentes y nunca se olviden.
Conclusiones: Unión en la diversidad, unión de la comunidad
Entre los años 68 y 71-72, la Villa la Unión inicia su vida como comunidad, como barrio
residencial. Este 26 de noviembre del 2011 la Junta de Vecinos de la Villa, celebrará los 40
años de la inauguración de la Villa la Unión, ubicada al costado oriente de la comuna de San
Joaquín. Aquellos años de la década del 70 son en los cuales se comenzó a forjar una historia
urbana que abarcaba a una gran cantidad de personas, alrededor de 700 personas en un
principio y cuyas vidas han crecido, desarrollado, forjado, nacido y fenecido dentro del mismo
sistema de la comunidad.
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En los años 70 comenzó este gran sueño, no exento de dificultades, problemas que
comenzaron con INVICA e hicieron atrasar el ansiado sueño de la casa propia, pero que
gracias a la visión de los dirigentes y socios fundadores que fue más fuerte, pudieron y
compraron sin pensarlo el terreno donde ahora están construidas las casas, donde el escollo
principal fue gran preocupación suscitada por la amenaza de tomas, la cual pudo disuadirse
haciendo guardias armadas y grandes simulacros, televisados incluso. Las casas se construyeron
con la ayuda de los vecinos y fueron emplazadas según los planos de Ernesto Williams, se
entregaron abiertas, sin ningún tipo de planificación, causando que los vecinos lograran unirse
nuevamente y construir las terminaciones de las viviendas. Ahí se dieron las típicas peleas entre
vecinos las cuales derivaron en competencias para ver quien tenía la casa más linda, pero todo
esto llegó a un fin con el golpe militar, generando la polarización de los vecinos según su
ideología y el sentido de comunidad peligró de sobrevivir a la contingencia.
Durante la dictadura, los vecinos vivieron según las disposiciones del régimen, pero uno de los
logros más importantes fue precisamente durante el régimen milita: el pago total de las
viviendas y con ello el fin a los pagos que originalmente eran a 10 años, con ello se impulsa un
precedente para los vecinos de la comunidad, el sueño de tener la casa propia había sido
cumplido. Este sueño siguió su camino hasta llegar a la pavimentación de las calles y avenidas,
para convertirse en realidad, en los años 80 con el paso de los dominios de comodato, a
propiedad de cada socio de cada cooperativa, sueño cumplido, objetivo realizado, marcándose
un antes y un después en la villa, las cooperativas se liquidan, se crean sedes sociales y se crea
como tal la comunidad de vecinos de la Villa la Unión. Esta unidad dentro de la diversidad que
cultivan sus pobladores, de ex militares hasta partidarios abiertos del partido comunista,
pasando por profesionales, médicos, maestros de la construcción, contratistas, ingenieros,
abogados, profesores, carniceros y damas de la cruz roja, marcan una singularidad en la
estructura de la villa, su diversidad la hace única dentro de un amplio espectro de los barrios de
Santiago, esa diversidad que en su mayoría desune, inhabilita, sesga, conmociona, distorsiona, e
imposibilita de hacer cosas en el barrio, en estas calles, avenidas y casas forjadas con el sudor,
sangre y lagrimas de los socios, vecinos, dirigentes, fundadores y colaboradores. Las
motivaciones de la casa propia, del fin último, de la gran meta, traspasaba todo limite, se
supercolocaba a los ideales que gobernaban el mundo, trascendía en los intereses nacionales, es
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decir, era superior a cualquier externalidad y a cualquier deseo particular, el fin último, la gran
meta era tener la casa propia y era luchar por ella.
Foto n°: Visita al congreso nacional, Villa la Unión, octubre 2009
La consolidación de la villa se une con los procesos de cambio económico que tiene Chile en la
década del 90, es notorio los cambios en la mentalidad y en la sociedad de la villa que
transformaron a toda la comunidad, El Auco, Pamitimi fueron efectos de esos cambios. En la
última década el proceso fue de fragmentación, que no es en sí mismo algo malo, sino todo lo
contrario, el hecho de que los hijos hayan emigrado significa una superación, una necesidad
emprendimiento de ellos mismos, es un ímpetu de poder crear lo suyo, por tanto la
fragmentación era al final consecuencia natural de los esfuerzo de los fundadores para darles a
sus hijos lo mejor, y lo lograron, dándoles una estabilidad en la casa, un barrio tranquilo, una
villa que por fuera era común y corriente, pero que en sus venas tenía un espíritu, un alma de
comunidad que hacia proteger a los niños que crecían en aquellos pasajes. Los hijos se van, y
eso constituye una misión cumplida, pero los viejos también se van, fallecen y dejan un legado
importante, dejan un reconocimiento en cada ladrillo colocado con sudor y trabajo, dejan un
legado en lo que formaron: la transformación de un manzanal y en terrenos que daban acelgas,
a una villa consolidada en el tiempo, es más, todo lo que tenía lugar antes de la villa, ha
desaparecido, por ejemplo la fábrica de calzado calvo, que estaba antes de la villa, desapareció a
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principios de los 2000 para dar paso a la construcción de edificios y un centro de estudio
superior, sin embargo la villa se mantiene firme y eso no es fruto de la nada, sino que se debe
a la unión, unidad y la fortaleza de sus vecinos, de sus dirigentes, de sus socios, en fin a la
esencia de la Villa la Unión.
“El nombre de Villa la Unión viene porque todos los vecinos
unánimemente votamos que no a las casas de INVICA, rechazamos todos,
como unión a aquellas casas, por eso cuando compramos los terrenos y
construimos, el nombre ya estaba colocado, Villa la Unión”43
Nos quedan en la memoria los relatos de los vecinos, socios fundadores y además, dirigentes
que pelearon firmemente y con tesón por la construcción de las casas, nos quedan el brillo de
sus ojos cuando rememoran las guardias, las anécdotas,
“Al cumplir nuestra villa 40 años de existencia lo primero que se me ocurre,
es rendir un sentido homenaje a hombres y mujeres, de las distintas
cooperativas
que entregaron
su esfuerzo
con
coraje, unidad y
perseverancia, para alcanzar el gran sueño de la casa propia.
Tengo la más absoluta certeza, que en cada una de nuestras familias se
reconoce el valor de este trabajo donde todos fuimos actores principales
guiados con sabiduría por nuestros dirigentes.”44
Al escribir las declaraciones, impregnarnos de sus vivencias y sentir sus voces temblorosas
llenas de emoción por recordar su pasado, sentimos en sus palabras y percibimos a través de
sus escritos, el esfuerzo, las alegrías y tristezas que vivieron aquellos abnegados vecinos que
lucharon literalmente para defender sus viviendas en tiempos en donde la polarización política
43
Pedro Jofré (dirigente Hernán Bolívar Donoso y socio fundador), Entrevista acerca de la fundación de la
Villa la Unión, versión audio, Santiago, noviembre 2011
44
Humberto Palma, Ensayo acerca de la fundación y celebración de los 40 años de la Villa la Unión, Santiago
28 de Septiembre 2011
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ensombrecía a la sociedad; la acción de recordar a los vecinos con tanto cariño y con una
profunda gratitud a aquellos que partieron, refleja de una u otra forma los
principios
fundamentales de la villa: la unión y el sentido de comunidad que dentro de sus espíritus se
alberga los cuales se mantienen vivos en la actualidad. No hay mejor forma de recordar y
ensalzar este espíritu que mediante la celebración oficial el día 26 de noviembre, de sus 40
años de vida, cuatro décadas marcadas por el compañerismo, trabajo, sacrificio y esfuerzo de
sus vecinos y que transformaron la vida de aprox. 2000 personas en 344 casas, un trabajo
mancomunado en aras de un bienestar común, un sueño cumplido y una meta realizada. Los
recuerdos o vivencias de aquellos años, forman parte sin duda de un valioso legado que se
mantendrá vigente por mucho tiempo más, pues a fin de cuentas una comunidad, por la cual
cada vecino luchó y cuyos frutos los ve a diario, en cada árbol plantado, calle pavimentada, en
cada anécdota, en cada corazón y sobre todo en la unidad de su gente, no es sino obra del
esfuerzo, es el fruto de la Villa la Unión, .
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Bibliografía
Fuentes orales y archivos:
-
Familia Pérez Curiante, Hilda Rosa Curiante Contreras y Luis Humberto Pérez
Mateluna (†), Archivo de la Familia Pérez Curiante (vecinos, socios fundadores
cooperativa Hernán Bolívar Donoso), Documentos relativos a la Villa la Unión,
catalogo desde el año 1968 hasta 1992.
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