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CONTEXTO HISTÓRICO DE LA FOSA “LOS MARTÍNEZ”
Al declararse el estado de guerra en Granada –20 de julio de 1936- Algarinejo conformó un
Comité Revolucionario como sistema de defensa ante la posible sublevación de la
localidad.
Una de las medidas tomadas por el Comité y muy castigada posteriormente fue la recogida
de alimentos de la mayoría de los comercios, exigencia que fue reiterada por la población
mediante el sistema de vales, al igual que las telas, monos, alpargatas, etc.
Muchos de ellos estaban hechos a mano, escritos en candidaturas socialistas de las
elecciones.
Muchos de ellos estaban hechos a mano, escritos en candidaturas socialistas de las
elecciones del 16 de febrero.
El lugar elegido y convertido en almacén fue la Iglesia, fundamentalmente por las
dimensiones de ésta. Sin embargo, los mismos socialistas del pueblo escondieron las
imágenes para que no se destruyeran ante el nuevo uso que tuvo el centro de culto como
economato y en previsión de recibir en Algarinejo a los anarquistas de Málaga.
Recordemos que las milicias de la FAI eran la avanzadilla de las tropas defensoras
republicanas en Málaga, y la cercanía entre Granada y Málaga permitió la entrada en
primer lugar de dichas fuerzas durante el repliegue del frente republicano.
De hecho, cuando ocasionalmente llegaron los anarcosindicalistas malagueños, éstos se
interesaron en seguida por la destrucción de las imágenes de la iglesia del pueblo:
rompieron retablos, fueron robadas las reliquias de las ara... Pero las imágenes se
conservaron intactas porque los socialistas del pueblo las escondieron en dos habitaciones
reservadas de la iglesia, librándolas de este modo de la destrucción. Sin embargo el
Sagrario desapareció.
Con la entrada de la FAI de Málaga en Algarinejo, se iniciaron las detenciones de
numerosas personas de derechas, entre ellas los siete guardias del puesto de la
Benemérita, que en unión de otros tres paisanos fueron enviados a Loja.
Dicho traslado se realizó a petición de los jefes socialistas de Loja, junto con los vecinos del
pueblo don Rafael Cáliz Tamayo, don Modesto Ruiz Sillero y don Manuel Ruiz Cáliz.
Inmediatamente, fueron asesinados. Los guardias civiles fusilados en Loja el 31 de julio de
1936 eran los siguientesi:
Tomás Gordo Collado. 42 años, natural de Coria (Cáceres) y domiciliado en
Algarinejo, hijo de Anastasio y Olegaria. Sargento de la Guardia Civil. Casado con
Petronila Blázquez Zuares, desconociéndose el número de hijos que dejase.
Asesinado por las hordas marxistas en la ciudad de Loja según resulta de la
información testifical e informes de la Guardia Civil y Alcaldía.
Jesús María Dognac Ledon. 38 años, natural de Cartagena y domiciliado en
Algarinejo, hijo de Juan Bautista y Antonia. Guardia civil. Casado con Ana Moreno
Bravo, desconociéndose el número de hijos que dejase.
Antonio Machado Triviño. 25 años, natural de Diezma y vecino de Algarinejo, hijo
de Antonio y Antonia. Guardia civil. Soltero.
Ricardo Molina González. 41 años, natural de Padul y vecino de Algarinejo, hijo de
Leonardo y Dolores. Guardia civil. Casado con Andrea Colmenero Estrella.
Cristóbal Gómez Rojas. 22 años, natural de Torres y vecino de Algarinejo, hijo de
Antonio y María. Guardia civil. Soltero.
Antonio Boliva Egea. 21 años, natural de Colomera y vecino de Algarinejo, hijo de
Carmen y Antonio. Guardia civil. Soltero.
Manuel Barroso Calvo. 38 años, natural de Íllora y vecino de Algarinejo, hijo de
Manuel y Concepción. Guardia civil. Casado con Amelia Moreno Barroso.
En vista de ello los socialistas de Algarinejo no quisieron entregar más presos aunque a los
que tenían detenidos les hicieron objeto de amenazas y malos tratos, pero finalmente
acabaron poniéndoles en libertad, hasta el punto de que algunos salieron del pueblo
estando en funcionamiento el Comité Revolucionario. Puede confirmarse que los
socialistas de Algarinejo evitaron algunos desmanes de extremistas malagueños que
pasaron por el pueblo.
Cuando en Algarinejo tuvieron noticia de la toma de Montefrío todos aquellos que se
habían posicionado en la defensa de la República comenzaron apresuradamente a
preparar su fuga. Temían que se les cortase la retirada hacia Alcalá la Real. Cuando
entraron las fuerzas sublevadas había en el pueblo unos quince o veinte hombres y
bastantes más mujeres. No todos huyeron hacia Alcalá la Real, algunos se dirigieron
dispersos por algunos cortijos.
La carretera de Loja hacia Algarinejo mostraba huellas de defensa para evitar la entrada de
los sublevados en la población: los puentes, aun los más pequeños, estaban todos
cortados; pequeñas trincheras de piedra, dos corpulentas encinas cortadas junto al camino
y derribadas sobre él para obstaculizar el paso, y alguna gruesa viga.
Algarinejo fue tomado sin resistencia por tres columnas que confluyeron en esta localidad
en el día de 20 de septiembre de 1936. Una procedía de Montefrío, otra de Loja y la
tercera de Priego. A la llegada de las fuerzas sublevadas el pueblo estaba casi desierto, la
población no adicta a la sublevación huyó por miedo, fugándose a Alcalá la Real un
número no inferior a 900 vecinos de Algarinejo. Con la marcha de estos hombres de
Algarinejo las provincias de Granada y Córdoba quedaron comunicadas por Priego, donde
la situación fue dominada desde el primer momento por las solas fuerzas de la Guardia
civil del pueblo y los paisanos armados.
Los elementos nacionales de Priego –Falange, Requetés, Guardia cívica y Guardia civil- no
sólo se hicieron con el control del pueblo y todo el partido judicial, sino que participaron
en otras operaciones, entre ellas la toma de Montefrío y la de Algarinejo.
La cooperación de la toma de Algarinejo se realizó, como hemos dicho, sin resistencia.
Salieron fuerzas de Montefrío, que antes hubieron de realizar la tarea de terminar la
carretera de Montefrío a Algarinejo, cosa que hicieron ayudados por una brigada de
obreros. Acto seguido, en camiones, las fuerzas marcharon hacia el pueblo. Al llegar a su
vista, observaron escasa resistencia en cerros inmediatos y vieron unos camiones a la
entrada del pueblo. Se dirigieron allá y al aproximarse observaron que eran ya las fuerzas
que habían salido de Loja. Posteriormente llegaron elementos de una columna salida de
Priego. No se disparó un tiro durante toda la operación. Durante su marcha a Algarinejo,
los de Priego encontraron a un grupo de republicanos contra los que dispararon matando
a dos, uno de ellos el jefe socialista de las Marrojas.
Inmediatamente se nombró alcalde del pueblo a Antonio Caracuel, se restableció la luz
eléctrica y el servicio telefónico. Sin embargo, el telégrafo tenía los aparatos destrozados.
Por la noche dos coches de las fuerzas sublevadas marcharon a Priego. Uno de ellos fue el
primer automóvil que llegó directamente desde Granada una vez restablecida la
comunicación por Algarinejo. Así lo comentaron en los numerosos puestos de vigilancia
establecidos en los cortijos y el de la entrada de Priego.
Restablecidas las comunicaciones, dos pequeñas columnas de sublevados recorrieron el
campo en lo que ellos denominaban “operaciones de limpieza”, sin embargo, preguntados
los habitantes de algunos cortijos de la carretera estos afirmaban que los republicanos
sólo pasaron por sus cortijos de paso, sin producir daños en las personas ni en los bienes.
Únicamente en algunos cortijos próximos a Algarinejo se denunciaron saqueos, prisión de
los dueños o arrendatarios de la finca.
Dos de los puestos de vigilancia que, a cargo de paisanos afectos a Falange Española,
controlan el acceso al municipio de Algarinejo. Uno de estos puestos está situado en la
carretera y otro a la entrada de la ciudadii.
Una vez que las tropas enviadas de Loja llegaron a Algarinejo, el ambiente que se vivía en
el pueblo fue descrito de la siguiente manera:
“Llegamos a Algarinejo. Nos saluda el gesto de los Regulares. En la plaza destacaba la nota
cromática de las boinas rojas de los Requetés. Pasaban camiones con falangistas y Guardia
civil, pero apenas se veían paisanos. En la plaza, en el lugar donde acostumbraban a tomar
el fresco y charlar muchos significados socialistas, están hoy los jefes de las fuerzas.
Anotemos el detalle curioso de que un oficial de Regulares lleva un “mono” de los que
encontraron en Montefrío, confeccionados para los marxistas.
Las tropas nacionales, al entrar en Algarinejo, cogieron a los rebeldes bastante ganado. El
número de presos derechistas que había en la cárcel era de unos treinta, que fueron
puestos en libertad provisional.”iii
Los presos derechistas fueron puestos en libertad, pero comenzaron las detenciones
indiscriminadas de población de Algarinejo y sus pedanías. De poco había servido la labor
de protección de la Iglesia por parte de los grupos socialistas de la localidad. Mujeres,
adolescentes, hombres jóvenes y ancianos fueron arrancados de sus familias e ingresados
en el calabozo del Ayuntamiento. La detención duraba escasamente unos días, algunos
fueron puestos en libertad tras ser avalado por algún vecino adicto a la nueva situación
política, sin embargo un gran número de habitantes de Algarinejo fue pasado por las
armas incluso sin pasar previamente por el calabozo.
El objeto de este informe y contexto histórico es el lugar elegido para el asesinato de un
grupo de dieciocho habitantes del término de Algarinejo. Una tarde de septiembre de
1936 abrieron una zanja en la finca que, próxima al municipio de Algarinejo, en realidad
pertenece a Montefrío y es conocida como “Los Martínez”.
En dicho lugar se enterró a un grupo de vecinos de Fuentes de Cesna, Algarinejo y cortijos
colindantes con la Finca. Todos ellos eran familiares de personas que tuvieron alguna
intervención mientras funcionó el Comité Revolucionario o simplemente por terminar con
deudas y venganzas personales de años atrás.
AGRMH
i
Registro Civil de Algarinejo. Libro de Defunciones. Tomo 56
Fotografía de Torres Molina.
iii
Ideal, 23 de septiembre de 1936. Relato del enviado especial.
ii
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