mundo digital totalmente conectado More power to you Resumen ejecutivo El mundo digital actual, regido por la convergencia de los ordenadores, los estándares abiertos y la conectividad, constituye la quinta revolución tecnológica de la era industrial. El motor de la primera fue el agua., y la segunda vino marcada por el vapor. A continuación, se inventó la electricidad y el acero reemplazó al hierro. La cuarta revolución la causó la aparición del petróleo, tanto como fuente de energía como materia prima para la fabricación de plásticos y otros materiales sintéticos. Anteriormente, las compañías acostumbraban a hacer todas las tareas con personal interno. Ahora, la tendencia es la externalización de operaciones, puesto que Internet reduce el coste de las transacciones interempresariales y facilita el intercambio de información. Así, las compañías establecen nuevas relaciones para crear empresas ampliadas, y de esta manera pueden acceder a productos y servicios de la máxima calidad y menor coste, todo ello sin menoscabar su capacidad de coordinación y control. La clave de la revolución que estamos viviendo es la capacidad de interconexión de ordenadores y telecomunicaciones a través de sociedades y economías. El bajo coste de la conectividad de ancho de banda y la adopción generalizada de estándares abiertos han creado un mundo completamente nuevo: un mundo digital completamente conectado. Cada vez son más las personas y compañías que realizan sus actividades en línea, a medida que aumenta la conectividad y disminuyen los costes de la tecnología. Actualmente, hay más de 600 millones de personas con conexión a Internet en todo el mundo. Los potenciales beneficios sociales, intelectuales y comerciales aumentan si se dispone de conexión a Internet. Las primeras cuatro revoluciones tecnológicas se caracterizaron por la consolidación económica y la emergencia de compañías dominantes. En esta ocasión no ha sido así. Las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestran como, desde 1990, el número de compañías con una plantilla superior a los 500 empleados ha disminuido, mientras que las compañías con menos de 50 empleados han aumentado de forma significativa. 2 La aparición de Internet y otras tecnologías interactivas ha generado un espectacular aumento en la recopilación de datos, con los consiguientes problemas de confidencialidad. Las empresas que se aprovechan de la transparencia de la información para beneficiarse comercialmente abundan. No obstante, los consumidores también disfrutan de numerosas ventajas, como la oferta de productos personalizados, un mejor servicio de atención al cliente, más derechos del consumidor y más protección que nunca. Es probable que las empresas que realizan operaciones en línea sólo triunfen si consiguen ganar cierto prestigio en el mercado y generar confianza. Compañías como eBay y LinkedIn dependen de una compleja infraestructura de recomendaciones. La gestión y la imagen de la marca son más importantes que nunca. Además, el mundo digital totalmente conectado también ha empezado a cambiar nuestra forma de trabajar. Las empresas y los trabajadores buscan un enfoque más flexible del mundo laboral. En ese sentido, las encuestas muestran que las personas que actualmente se incorporan al mercado laboral deberán realizar entre tres y cinco cambios de orientación profesional durante su vida en activo. Es el individuo, y no la empresa, quien debe asumir el control de su formación personal y del desarrollo de su vida laboral. Aunque no existan los “trabajos de por vida”, hoy la oportunidad de lograr un excelente equilibrio entre la vida laboral y la personal es mayor que nunca, especialmente con la aparición del concepto de teletrabajo. Sin embargo, las implicaciones a largo plazo del teletrabajo supondrán en el futuro grandes cambios en nuestra forma de viajar, relacionarnos y comprar. Por ejemplo, ¿siempre necesitaremos las tiendas físicas, o incluso los centros comerciales, cuando la mayoría de las compras se realicen desde el lugar de trabajo o desde el domicilio? ¿Qué sucederá con los bloques de oficinas de los centros urbanos cuando la aparición de las “empresas virtuales” acabe con la necesidad de disponer de instalaciones físicas de prestigio? Hoy vivimos en un mundo con 24 horas al día de información y ocio, sondeos de opinión instantáneos, registros Web, salas de chat y mensajes de texto que están transformando la sociedad a una velocidad increíble. Algunos escépticos preguntarán: ¿cómo acabará todo esto? Y la respuesta es que no acabará. La transformación continuará cada vez más rápidamente. Todos participamos en la revolución de este mundo digital totalmente conectado, nos guste o no. Los que aprovechen las oportunidades triunfarán, prosperarán y se desarrollarán. Los que se retrasen están condenados al fracaso. 3 Introducción observadores pensaran que aquello fue un espejismo. Es cierto que este fenómeno tuvo una enorme repercusión, se hicieron afirmaciones exageradas y hubo un gran despliegue publicitario, pero es innegable que tuvo lugar una auténtica revolución, que aún hoy está en pleno desarrollo. A mediados de los noventa, Internet dejó de estar restringida a círculos científicos y académicos y se convirtió en una herramienta cada vez más extendida y popular. Desde ese momento, todo cambió. Los estándares abiertos desarrollados de forma paralela a la nueva tecnología permitieron a los usuarios conectar sus sistemas informáticos, facilitando la creación de redes, el intercambio de información y permitiendo que aumentara el número de personas y empresas que comenzaron a conectarse a Internet. . Debido a todas las banalidades que centraron la atención en ese momento, se pasaron por alto muchos de los cambios más importantes y meditados que estaban teniendo lugar. Hoy, las consecuencias de esta revolución sólo han comenzado a vislumbrarse. Resulta irónico que hoy se consideren demasiado prudentes muchas de las predicciones realizadas sobre la magnitud de la economía en Internet, y que fueron motivo de sonrojo incluso en el punto álgido de la proliferación de las punto-com: “El comercio electrónico entre empresas (B2B) en EE.UU. ascenderá a 1,3 billones de dólares y el comercio electrónico de consumo (B2C) alcanzará los 108.000 millones de dólares en 2003” Forrester Research, 1999. La predicción actualizada de Forrester a principios de 2003 era la siguiente: “El comercio electrónico entre empresas ( B2B) en EE.UU. supondrá casi el doble de nuestros cálculos anteriores y alcanzará los 2,4 billones de dólares, mientras que el comercio electrónico de consumo se acercará a esta cifra y ascenderá a 95 millones a finales de 2003.” Todos estos factores dieron lugar al que se conoció como el “boom de las empresas punto-com”. Nuevas ideas e innovaciones surgían a un ritmo frenético, a la vez que muchas empresas aparecían y desaparecían rápidamente. Profesiones, como la de diseñador de páginas Web prosperaron, y se desarrollaron nuevos modelos empresariales que prometían un crecimiento y una rentabilidad imparables de cara al futuro. Jeff Bezos, fundador de Amazon.com, comparaba este fenómeno a la explosión cámbrica, el período en el que aparecieron y se extinguieron más especies que en cualquier otra era de la historia. El rápido ascenso y la posterior caída de muchas empresas punto-com, provocó que muchos Crecimiento de Internet antes, durante y después de la quiebra en 2000 de las empresas puntocom comparado con el número de apariciones de la palabra “Internet” en The Economist Tasa anual de crecimiento compuesto PORCENTAJE DE CAMBIOS DESDE 1997 3000% 110% 1200 2500% 65% 1000 2000% 800 1500% 39% 600 1000% 62% 400 53% 55% 200 500% 0% 0 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 Usuarios con acceso a Internet en todo el mundo1 Hosts de Internet en todo el mundo2 Crecimiento del comercio electrónico B2C en EE.UU.3 Crecimiento global de los ingresos por publicidad online4 Crecimiento del comercio electrónico B2B en EE.UU.5 Crecimiento de la banca online en EE.UU.6 Número de apariciones de la palabra “Internet” en The Economist Fuentes :1.CyberAtlas, 2003; 2.iSociety,2003; 3. Gartner G2, 2003; 4. Jupiter Research, 2003; 5. Forrester Research, 2003; 6. NUA Internet Surveys, 2002 †10 Years On – The State of the Internet a Decade After Mosaic, Hobsbawm, Agency.com, 2004 4 La naturaleza de la revolución tecnológica Una serie de revoluciones tecnológicas han liderado la industrialización de la economía mundial durante los últimos dos o tres siglos. Todas ellas han seguido el mismo patrón, que supone el declive de los sectores y las ocupaciones establecidos, y su progresiva sustitución por otros en los que prima la tecnología y que estimulan la productividad y el crecimiento económico. Probablemente recordaremos que en la escuela nos hablaron de la revolución industrial y la revolución agrícola pero, en realidad, ha habido cinco grandes revoluciones tecnológicas. Al principio tuvo lugar la revolución industrial, cuyo catalizador fue la energía hidráulica utilizada para impulsar el crecimiento de la industria textil. Durante la segunda revolución, la introducción de la energía del vapor aceleró el crecimiento de la industria manufacturera y, a su vez, abrió las puertas a la creación de redes de transporte en tren y en barco, que se utilizaban para acceder más fácilmente a materias primas y distribuir productos acabados. El paso de la energía del vapor a la electricidad y la sustitución del hierro por el acero caracterizaron la revolución que impulsó la economía desde finales del siglo XIX hasta el principio de la Segunda Guerra Mundial. La cuarta fue provocada por la aparición del petróleo, no sólo como fuente de energía para el motor de combustión interna, sino también como materia prima para la fabricación de plástico y otros materiales sintéticos. Más recientemente, la economía se ha visto impulsada por la aparición de los ordenadores y la tecnología de redes. Estos factores han tenido importantes consecuencias para las empresas, la economía y la sociedad en general.En todos los casos se han producido grandes innovaciones y una profusión de ideas traducidas en nuevas empresas, productos, servicios y modos de explotación. La euforia de cada una de estas revoluciones,se ha caracterizado por la proliferación de nuevas empresas, ferroviarias en su momento o de comercio electrónico en la actualidad. Por ejemplo, durante la primera década del siglo XX, en EE.UU. cientos de compañías se dedicaban a la fabricación de automóviles. Este auge inicial, ha experimentado siempre una irremediable decadencia donde la euforia es sustituida por una sensación de escepticismo. Tras los hundimientos del mercado de valores en 2000 y 2001, muchos pusieron en tela de juicio la existencia de una nueva economía. Sin embargo, mientras las promesas incumplidas de las nuevas tecnologías alimentaban las dudas de los más escépticos, estaba arrancando un proceso imparable. Las innovaciones comienzan a penetrar en la estructura económica, y los recursos y las actividades se ajustan paulatinamente al nuevo paradigma. Es en este momento cuando la revolución tecnológica tiene mayores consecuencias en las estructuras sociales, políticas y económicas. Aceleración de las olas de Schumpeter Energía hidráulica Industria textil Hierro Máquina de vapor Ferrocarril Acero Electricidad Productos químicos Motor de combustión interna Petroquímica Electrónica Aviación Redes digitales Software Nuevos medios Ritmo de innovación Primera ola 1785 Segunda ola 1845 60 años Tercera ola 1900 55 años Cuarta ola 1950 50 años Quinta ola 1990 1999 40 años 2020 30 años 5 Las empresas que se crean durante un boom, tienden a consolidarse o desaparecer en los años siguientes. Al comienzo de la Primera Guerra Mundial, la mayoría de las empresas automovilísticas habían puesto fin a su actividad o habían sido absorbidas por las compañías que, con el tiempo, se convertirían en los gigantes de la nueva economía: General Motors y Ford. Estos reajustes dejan normalmente algunas secuelas al producirse. La creación de nuevas industrias, empresas y profesiones viene habitualmente acompañada de la desaparición de otras. Así, a medida que fue creciendo la industria automovilística, desapareció la necesidad de herreros y cocheros. Es cierto que surgieron nuevas profesiones, como la de mecánico, que sustituían a las anteriores, pero esta época de transición suscitó algunas inquietudes y, en algunos casos, una oposición manifiesta. Aunque los ludditas son el ejemplo más conocido de trabajadores que actuaron directamente contra la tecnología que amenazaba su medio de vida, siempre han existido personas contrarias a cualquier cambio y avance. La última etapa comienza cuando los mercados alcanzan la madurez: la revolución tecnológica ha seguido su curso y se ha agotado la mayor parte de su potencial de cambio. Es en este momento cuando la economía disfruta de un fugaz periodo de calma antes de que la próxima revolución tecnológica comience a tomar forma. La historia nos enseña que ya ha habido nuevas economías antes, y que las seguirá habiendo en el futuro. Cada una con sus características propias, y con unas consecuencias a largo plazo derivadas de la nueva tecnología que las originó. 6 Aunque todavía no conocemos el alcance total que las consecuencias de la actual revolución tendrán en nuestras estructuras sociales, políticas y económicas, cada vez se hace más patente cuál será la dirección del cambio. La productividad se ha visto claramente afectada por los ordenadores, que han automatizado las tareas y han facilitado la creación de conocimiento. Sin embargo, el aspecto más significativo de la revolución que estamos viviendo es que nuestro mundo, nuestra sociedad y nuestra economía están cada vez más conectados. Por lo tanto, las redes definen la tecnología de nuestra era. Esta última revolución tecnológica está creando, una vez más, una nueva economía, cuya denominación más descriptiva sería la de “mundo digital totalmente conectado”. Las características del mundo digital totalmente conectado Se calcula que en estos momentos hay más de 600 millones de personas conectadas a Internet en todo el mundo. Robert Metcalfe, fundador de 3Com Corporation y diseñador del protocolo Ethernet para redes de equipos, resumió el potencial del mundo digital totalmente conectado en la Ley de Metcalfe: “La capacidad de la red aumenta exponencialmente en función del número de equipos que estén conectados a la misma. Por lo tanto, todos los equipos que se incorporen a la red la utilizarán como recurso y, al mismo tiempo, contribuirán con sus recursos, formándose así una espiral de valores y opciones en expansión.” Cuantos más equipos, personas y empresas estén conectadas, mayor será el potencial para obtener ventajas comerciales, intelectuales y sociales. Sin embargo, para desarrollar este potencial y evitar que surja una moderna Torre de Babel, ha sido necesario establecer unos estándares para que equipos, individuos y empresas puedan trabajar juntos de un modo sencillo y rentable. El objetivo inicial de los estándares, que era facilitar el intercambio de información entre instituciones académicas y científicas, ha evolucionado con el fin de ofrecer una plataforma a un abanico de actividades mucho más amplio. La arquitectura original de Internet sólo utilizaba el lenguaje HTML para vincular y dar formato a la información que albergaba. Actualmente, el organismo regulador de los estándares de Internet, W3C, trata de desarrollar estándares que amplíen el acceso, creen un medio más rico, y faciliten la interacción entre distintos servicios de Internet para automatizar las operaciones comerciales. Se trata de un fenómeno dinámico y en continua evolución, con unas consecuencias que se manifestarán a largo plazo. No obstante, ya podemos entrever algunas de sus características: La disponibilidad global de ancho de banda, sistemas informáticos y almacenamiento a bajo coste implica que más personas y empresas disfrutan de un mejor y más asequible acceso a la tecnología de la información. Como hemos comentado con anterioridad, el número de dispositivos y personas con conexión a Internet ha aumentado de forma espectacular desde mediados de los noventa. Esto refleja una tendencia muy importante, pero minimiza el conocimiento de cómo se ha producido cualitativamente el aumento de la conectividad de individuos y empresas durante los últimos diez años. En 1995, el único mecanismo de bajo coste del que disponían la mayoría de las empresas y casi todas las personas para conectarse a Internet era una línea de acceso telefónico a su proveedor de servicios de Internet (PSI) local. Con velocidades de 56 kbps, las actividades de los usuarios de Internet eran muy limitadas. La aplicación de Internet más utilizada era el correo electrónico, mientras que la navegación estaba más extendida en EE.UU., donde el hecho de que las llamadas locales fueran gratuitas abarataba los costes. A pesar de esto, eran muy pocas tareas que se realizaban online. El verdadero incremento de la conectividad colectiva tuvo lugar con la transición del acceso telefónico a la banda ancha, “siempre activa” y con tarifas planas, que proporcionó al usuario individual y a las empresas acceso inmediato y sin restricciones a Internet. Esta doble dinámica de conectividad mediante banda ancha de bajo coste y la adopción generalizada de estándares abiertos ha impulsado la aparición del mundo digital totalmente conectado. 7 Esta mejora cualitativa de las conexiones a Internet tiene como consecuencia cambios de conducta a gran escala. Muchas de las actividades que antes se llevaban a cabo sin utilizar Internet, consultando guías o por teléfono (por ejemplo, servicios de información telefónica, las Páginas Amarillas, reservas de viaje, etc.), empezaron a realizarse a través de la Red. Gracias a que los precios de la conexión y de los dispositivos necesarios se están reduciendo mucho, son cada vez más las personas y empresas que realizan un mayor número de actividades a través de Internet. Aquellas empresas que hasta hace poco consideraban Internet como un servicio secundario, ahora la están integrando en sus operaciones principales ofreciendo esta herramienta a su personal y dando servicio a unos clientes que, cada vez más, llegan a través de la Red. Esta tendencia sólo se mantendrá si se continúa mejorando la calidad de la conectividad. En este sentido, el desarrollo de la tecnología inalámbrica está haciendo posible el acceso a la banda ancha desde fuera de casa y de la oficina. Así, cada vez más personas y empresas dispondrán de una conectividad de alta velocidad a Internet allá donde que se encuentren. Por consiguiente, el aumento de actividades que resulten más prácticas y eficaces si se realizan a través de Internet, supondrá un cambio de conducta cada vez mayor. La cuestión no será si se está conectado a Internet, sino hasta qué punto se está conectado. Gracias a una reducción sustancial de los costes de transacción y a la adopción generalizada de estándares de la industria, como XML y SOAP, cada vez hay más conectividad entre personas y entre empresas y más intercambio comercial y de información. 8 La evolución de una revolución tecnológica se caracteriza habitualmente por la consolidación de determinadas áreas de la economía y la aparición de un número limitado de empresas dominantes. Sin embargo, en esta ocasión, parece que estas pautas no se están siguiendo al pie de la letra. Según las estadísticas de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), desde 1990 ha disminuido el número de compañías que dan empleo a más de 500 personas, mientras que ha aumentado considerablemente el número de empresas con menos de 50 trabajadores. La estructura de las empresas se basa en el flujo de información y los costes de transacción. Tradicionalmente, las empresas desarrollaban sus funciones de forma interna, con el fin de facilitar una gestión sencilla y eficaz. Normalmente, la contratación de servicios externos, suponía gastos adicionales en tareas de administración y gestión de proyectos, además de mayores plazos de entrega y disminución de la calidad. Muchas empresas optaron por la integración vertical para minimizar su dependencia de fuentes externas, incluso en el caso de los servicios más sencillos, llegando a crear sus propios departamentos de limpieza, sus agencias de viajes y sus cafeterías. Sin embargo, gracias a Internet, el coste de las operaciones entre compañías ha experimentado una reducción asombrosa y ha facilitado en gran medida el intercambio de información, por lo que las empresas están subcontratando sus actividades secundarias. Se están estableciendo nuevas relaciones con socios y proveedores para formar grupos corporativos o nuevos keiretsu. Esto les da la posibilidad de acceder con costes más bajos a productos y servicios de mayor calidad en un mercado global sin necesidad sacrificar el nivelde coordinación y control que ofrece un proveedor interno. Por ejemplo, Li & Fung, una empresa con sede en Hong Kong, gestiona una red global de más de 7.500 socios y proveedores para llevar a cabo su actividad de producción de ropa. Hasta ahora, las empresas han estado recopilando y registrando información sobre los consumidores, pero con la aparición de tecnologías interactivas como Internet, en los últimos años se ha multiplicado espectacularmente esta práctica. Ejemplo de GE o Walmart Estas redes comerciales están brindando a las pequeñas empresas la oportunidad de entablar nuevas relaciones más favorables con clientes de todo el mundo. Existe una mayor transparencia de la información, ya que los clientes (y otras entidades como las ONG, los organismos reguladores y la competencia) disponen de más información de las empresas y éstas manejan más datos acerca de los consumidores. “Incluso la Iglesia Católica de la Edad Media era tolerante si la comparamos con los estándares actuales Esto se debe en parte, a que antes ningún gobierno tenía el poder de vigilar continuamente a los ciudadanos. En cambio, la invención primero de la imprenta y luego del cine y la radio, facilitaron la manipulación de la opinión pública. El desarrollo de la televisión y el adelanto técnico que permitió la recepción y la transmisión simultáneas con un mismo aparato supusieron el fin de la vida privada . Todos los ciudadanos o, al menos, todos los que valía la pena vigilar, podían permanecer las veinticuatro horas del día bajo la atenta mirada de la policía y escuchando la propaganda oficial, mientras que el resto de los canales de comunicación permanecían cerrados. Por primera vez existía la posibilidad de imponer una obediencia absoluta a la voluntad del Estado, además de una uniformidad de opiniones respecto a cualquier tema”. 1984, George Orwell, escritor y analista social. Afortunadamente, la pesadilla totalitaria de 1984 no se ha hecho realidad. Sin embargo, muchos de los avances técnicos que George Orwell vaticinó en esta obra de referencia están hoy presentes en la sociedad. Aunque es cierto que nadie dispone de una telepantalla, la capacidad de transmitir y recibir simultáneamente es un rasgo característico de las tecnologías interactivas y, principalmente, de Internet. Este proceso se ha visto complementado por una tecnología que Orwell nunca hubiera podido imaginar y que permite a las compañías contrastar y analizar la información, crear perfiles de consumidores y pronosticar su comportamiento. Estos avances han suscitado críticas que afirman la existencia de una sociedad del “Gran Hermano”, en la que cualquier movimiento de un individuo es examinado detenidamente. Sin lugar a dudas, las empresas deben ser sensibles a la creciente preocupación de los consumidores por su intimidad. Un ejemplo de ello son las dificultades que está teniendo el gobierno británico en su intento de introducir un documento nacional de identidad o las protestas que han provocado las disposiciones de la Ley Patriótica de los EE.UU. (USA Patriot Act). Lo cierto es que hay motivos para preocuparse. Hay infinidad de empresas y personas sin escrúpulos que se aprovechan de la transparencia de la información y la utilizan en su propio beneficio. Pero por otra parte, hay muchas ventajas derivadas del mayor conocimiento que las organizaciones tienen de los consumidores. Los propietarios de las tarjetas de fidelidad de los supermercados intercambian información detallada sobre los hábitos de compra de los consumidores para ofrecerles ofertas especiales y descuentos. Amazon contrasta los registros de las compras realizadas por todos sus clientes con el fin de identificar patrones que le servirán de orientación para recomendar libros, música y películas. Aunque las “cookies” de los sitios Web se pueden utilizar para realizar un seguimiento de información del usuario, también cabe destacar que permiten a las empresas ofrecer un servicio más personalizado y evitar tener que introducir repetidamente ciertos datos. 9 La cuestión clave tanto para las empresas como para los individuos es la necesidad de una seguridad absoluta, además de la máxima discreción en la utilización de la información. La legislación y la protección al consumidor se siguen desarrollando y, fuera del ámbito gubernamental, las organizaciones de consumidores y las ONG están tomando la iniciativa en el uso de la tecnología para garantizar la protección de la identidad y la intimidad de los consumidores, cuando así lo deseen. Resulta irónico pensar que los consumidores son los únicos que han de preocuparse por las repercusiones de la nueva tecnología. Durante décadas, muchas empresas se alegraban de poder esconderse detrás de sus marcas y entregar sus cuentas anuales tranquilamente, sin preocuparse por el interés que los consumidores pudieran tener, por ejemplo, por sus actividades en el tercer mundo. La legislación y las políticas de regulación han obligado a las empresas a revelar a la opinión pública cada vez más información sobre sus productos, servicios y actividades corporativas. Estos cambios son positivos para los consumidores y las empresas abiertas y progresistas, pero no lo es para aquellos que deseen guardar en secreto sus actividades. Cualquier cambio social, económico y político se acelera, aumentando su magnitud y alcance. Antes de que se generalizara el uso del correo electrónico y de Internet, las ideas se transmitían a un ritmo pausado en la sociedad. Las modas siempre se han extendido, pero, cuando los principales medios de difusión eran el boca en boca, los periódicos y, más adelante, la radio y la televisión, lo hacían muy lentamente y marcaban menos tendencias. Sin embargo, desde que Internet se extendiera a una parte importante de la población y aparecieran los canales de retransmisión de noticias 24 horas que ofrecen la televisión digital y por cable, han surgido una infinidad de nuevas tendencias e ideas mucho más influyentes. Mientras las empresas siguen gastando miles de millones de dólares cada año para captar nuevos clientes con sus mensajes comerciales, algunas ideas parecen salir de la nada y sacudir la conciencia colectiva. En 1999, El proyecto de la bruja de Blair se convirtió en la película del año mediante una campaña de boca a boca que comenzó en un sitio Web provisto de un diseño muy ingenioso, en el que se aseguraba que se trataba de una historia real. Hotmail se sirvió de sus clientes para impulsar la creación de nuevas cuentas, incluyendo un anuncio a este respecto en todos los mensajes de correo electrónico que se enviaban utilizando sus servicios. La compañía registró 8 millones de clientes durante los primeros 18 meses de actividad, a pesar de que sólo se había gastado 500.000 dólares en publicidad (AOL tardó 6 años en alcanzar esta cifra). En ambos casos, el éxito se debe en gran medida al impacto de las técnicas de marketing viral (o basadas en “rumores”), que consisten en utilizar el correo electrónico para propagar el interés por un producto o servicio por el método del boca a boca. En su libro La frontera del éxito, Malcolm Gladwell recoge la esencia de este fenómeno y describe el proceso de difusión de las ideas en la sociedad y el papel que desempeñan distintas personas en el mismo. *Network Logic – Who Governs in an Interconnected World?, McCarthy, Miller, Skidmore, Demos, 2004 10 Pero las consecuencias pueden ir más allá del mero hecho de darle publicidad a una película o contribuir al crecimiento de una empresa. En 2001, el gobierno de Filipinas liderado por Joseph Estrada fue derrocado por más de un millón de personas que se movilizaron para manifestarse convocados por un SMS difundido entre la población. Howard Rheingold analiza éste y otros ejemplos en su libro Smart Mobs. Un fragmento de esta obra se encuentra disponible en un informe de demostración. La relación entre empresario y empleado ha cambiado, sustituyéndose las expectativas de un empleo de por vida y fidelidad incondicional por una actitud más flexible y dinámica orientada al desarrollo profesional y la gestión de los recursos humanos. La actitud tradicional hacia el empleo ha cambiado, y el concepto de un “trabajo para toda la vida” prácticamente ha dejado de existir. Aunque la importancia del personal de una compañía ha aumentado con la aparición de una economía dirigida por la información, el conocimiento y las ideas, resulta evidente que tanto los empresarios como los trabajadores están enfocando la cuestión del empleo de una forma más flexible. Hay estudios que demuestran que, actualmente, las personas que se incorporan al mundo laboral pueden llegar a experimentar entre 3 y 5 cambios de trayectoria (en contraposición a los cambios de trabajo) a lo largo de su vida profesional. En un mercado tan dinámico, la única alternativa que les queda a los trabajadores es responsabilizarse de su propia trayectoria profesional y del desarrollo de sus destrezas y su formación. Esta perspectiva brinda al individuo la oportunidad de tomar el control su vida y conseguir un equilibrio más adecuado entre trabajo y vida privada. Sin embargo, esta situación tiene una contrapartida: la pérdida de la seguridad que ofrecían unas relaciones más duraderas y estables con las empresas. Las empresas se están dando cuenta de que deben enfocar la gestión de los recursos humanos de otra manera. Cuando la actividad de las empresas se desarrollaba en el marco de una economía estable y en crecimiento, éstas tenían muy claro cuáles eran sus necesidades de personal presentes y futuras. En este panorama, las ventajas de contar con tasas reducidas de desgaste profesional de los empleados resultaban evidentes, ya que se minimizaban los costes de contratación y se aumentaba la productividad conservando al personal cualificado y experimentado. A partir de ahora, las empresas tendrán que evaluar la necesidad de contar con empleados flexibles teniendo en cuenta la posibilidad de que sus habilidades y los conocimientos clave puedan desaparecer con ellos en cualquier momento. Existe la tecnología necesaria para poder subcontratar funciones de todas las áreas de la empresa; desde el diseño hasta la fabricación, desde las finanzas hasta los recursos humanos y desde la TI hasta el marketing. Además, están apareciendo redes de profesionales cualificados que permiten a las compañías identificar y contratar a las personas que cuentan con los conocimientos y la experiencia necesarias para trabajar en proyectos específicos. Asimismo, las empresas tendrán que desarrollar los sistemas y procedimientos necesarios para garantizar que conservan la propiedad intelectual del trabajo, y que el siguiente profesional autónomo o contratista pueda aprovecharlo. Lo que está claro es que, en el futuro, no se utilizarán los parámetros tradicionales para determinar quienes son los mejores empresarios o los empleados más valiosos. 11 Conclusión: las consecuencias del mundo digital totalmente conectado El mundo digital totalmente conectado es un hecho. Su naturaleza comienza a vislumbrarse a medida que vamos conociendo y explorando las oportunidades y desafíos que nos plantea. La mejor forma de analizar sus efectos más inmediatos es comparando nuestra forma de vida actual con la que llevábamos hace diez años. Hoy en día, en lugar de comprar un CD, podemos descargar una pista de iTunes en cualquier iPod. Como consumidores, se nos ofrece mayor capacidad de elección, comodidad y flexibilidad en cuanto a nuestra forma de adquirir y escuchar música. No obstante, las consecuencias para la industria de la música son muy importantes. El modelo empresarial que han desarrollado durante décadas se basa en la producción de álbumes de música de artistas importantes, comercializados por discográficas y distribuidos físicamente por medio de comercios minoristas. Esta cadena de valor está siendo desafiada y puesta en peligro por el deseo de los amantes de la música de disfrutar de la máquina de discos universal que se encuentra a su disposición a un precio muy asequible en Internet. Aún no está claro cómo se solucionará este conflicto en los juzgados, las salas de reuniones, los estudios de grabación y las salas de conciertos; y las consecuencias a largo plazo para la industria del espectáculo y los sectores vinculados, como la publicidad, son aún más inciertas. (gráfico de ventas de música ww) Sin embargo, no cabe la menor duda de que la posibilidad de distribuir música a través de Internet tiene mayores consecuencias que el mero hecho de que una persona pueda comprar una canción de Nora Jones en iTunes. De ejemplos como este, se deduce que las repercusiones de lo que, en primera instancia, podría parecer la simple sustitución de una tecnología existente (es decir, del CD al MP3) afecta a toda la economía. 12 En este mismo sentido, el desarrollo de las tecnologías que dan soporte a un teletrabajo más eficaz tendrá muchas más consecuencias que el de permitirnos trabajar desde casa unos días a la semana. A medida que avance la tecnología, los empleados se sientan más cómodos con la idea de trabajar a distancia y las empresas aprendan a estructurar y gestionar equipos que se encuentren en distintos lugares, la opción del trabajo desde casa se irá imponiendo progresivamente. Tampoco se conocen con seguridad las consecuencias que tendrá la generalización del teletrabajo. Puede que nuestra calidad de vida mejore, pero ¿de qué manera se verán afectadas nuestras ciudades y las personas que se trasladaron a ellas por la necesidad de estar cerca para comerciar, trabajar, entablar relaciones y comunicarse? ¿Qué consecuencias tendrá para nuestra vida social, teniendo en cuenta que, para muchos, el lugar de trabajo constituye la oportunidad principal de relacionarse con otras personas? Otra de las ventajas que ofrece Internet es la posibilidad de buscar, investigar y comprar a través de la Red, para después recibir los productos en nuestros domicilios. Sin embargo, ¿cómo se verá afectada la industria minorista por un mundo en el que se puede buscar y comparar sin ningún compromiso en la vida real y, después, comprar por Internet? Algunas empresas ya han dado respuesta a esta pregunta. Apple considera que los puntos de venta minoristas se convertirán en salas de exposición, donde la gente puede probar los productos más recientes. Han dejado de ser canales de distribución para convertirse en parte del proceso de marketing y, por lo tanto, parte de sus gastos. En ese caso, ¿cuál es el futuro de los comercios minoristas, los centros comerciales y, en general, todas las actividades comerciales y los servicios que giran en torno a ellos? ¿Qué cambios debe plantearse la industria logística para hacer frente a la necesidad de hacer repartos a los hogares o las oficinas, cuando anteriormente repartían a los establecimientos y el consumidor se ocupaba del último tramo del transporte? ¿Cómo responderá la infraestructura de comunicaciones de las ciudades a la necesidad de la industria logística de prestar sus servicios en todas las calles en lugar de limitarse a los grupos de establecimientos? ¿Acaso la disponibilidad de noticias las 24 horas, los sondeos de opinión instantáneos, los Weblogs y la televisión interactiva cambiarán la naturaleza de las democracias que creamos en su día para ocuparnos de una población lejana y, a menudo, poco informada? ¿Cómo lo harán? ¿Cómo se enfrentarán los gobiernos a unos ciudadanos lo suficientemente informados como para exigirles los servicios que se merecen en lugar de agradecerles lo que se les está dando? La pregunta para gobiernos, comercios, empresas y particulares, es saber cuál de estos papeles adoptaran en esta nueva sociedad: Un rey Canuto de la era actual que trata de frenar el avance de los cambios que se ciernen sobre nuestra sociedad, en un vano intento de aferrarse a estilos de vida, métodos de trabajo y modelos empresariales que pertenecen al pasado. Una víctima del cambio, desconocedora de los movimientos que se producen en la economía y zarandeada por fuerzas que escapan a su control y que no comprende. Un miembro dinámico que trata de explorar el mundo digital totalmente conectado e identificar y aprovechar las oportunidades que le brinda, teniendo en cuenta los desafíos que conlleva. Ninguna de estas cuestiones tiene una respuesta definida todavía. Desconocemos lo que nos depara el futuro. Sin embargo, esto no significa que estemos indefensos y expuestos a estos cambios, puesto que todos participamos, nos guste o no, del mundo digital totalmente conectado. 13 Oficinas en todo el mundo Los servicios de telecomunicaciones descritos en esta publicación están sujetos a disponibilidad y pueden ser modificados cada cierto tiempo. Los servicios y equipos proporcionados están sujetos a las condiciones de contratación estándar de BT Ignite España, S.A.U. Ningún elemento de esta publicación forma parte de ningún contrato. BT Ignite España, S.A.U. es una empresa participada por British Telecommunications plc y es la primera compañía española de servicios de telecomunicaciones que ha obtenido el certificado de calidad ISO 9001 para todas sus operaciones. Las condiciones de suministro de los servicios de telecomunicaciones descritos en este folleto podrán ser modificadas por BT España, S.A.U. El contenido de este folleto no tiene carácter contractual. 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