y, si la piel marchitan arrugas inclementes, más terso está que

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IPOESÍAS:
S I N T I E N D O
297
y, si la piel marchitan arrugas inclementes,
más terso e s t á que nunca el viejo c o r a z ó n .
¡Ingratos! No ven nunca que el bienestar que
[gozan
es fruto bendecido de nuestro trabajar,
y que, con sus desvíos, el c o r a z ó n destrozan
de quien, porque ellos gocen, jamás quiso gozar.
¡Ingratos! A! primero que les asalta al paso
confían sus secretos, sus dudas ó su fe;
el viejo, si algo sabe, lo sabe por acaso,
haciendo deducciones de cuanto escucha ó ve.
¡ C r u e l e s ! Cuando el viejo alguna opinión tiene
por esa estulta prole la ve pisotear;
que es siempre m á s valiosa la que de fuera viene
que la que en casa emite quien más puede acercar.
¡ E s t ú p i d o s ! Del viejo la gracia se ve ahogada,
el hijo mismo siendo quien no le da valor;
en cambio, un mequetrefe le suelta una gansada
y el hijo la celebra cual colmo de primor.
IT E R N A N r > 0
A R A U J O
E l viejo á los e x t r a ñ o s respeto quizá inspira;
pero en su casa nadie le sabe comprender;
es mueble que ha pasado de moda, y de su lira
los hijos han saltado la cuerda del placer.
Ya s é que fué Dios mismo quien dió del hom[bre al hijo
la orden que los lares por siempre desunió:
«Dejarás á tu padre y á t u madre», le dijo
y el hijo, desde entonces, aparte hogar fundó.
Aguarden á lo menos á que otro hogar se funde
la rama desgajada del tronco paternal;
y, en tanto nupcial lava el corazón no inunde
hirviendo el volcán siga del santo amor filial.
Porque ¿ e s , Dios mío, justo que el hijo á costa
[exista
del parto de una madre, del paternal sudor
y que, sobre el martirio de no gozar su vista,
los padres el consuelo no tengan de su amor?
¿ C r e é i s que con decirle á un viejo: «¡Papaíto!»,
^¡abuelito!», «¡mamita!», con mimo comiquil,
ni con hacerle al paso meloso carifíito
podéis dejar contento su hirviente amor senil?
POESÍAS: S I N T I E N D O
299
Son buenas las palabras, pero mejor las obras,
y el viejo lo que quiere son obras, es amor;
amor de plato intacto, más no ese amor de sobras
que se echan á los perros ó á un vil adulador.
( G u a d a r r a m a , 29-JTinio-1913.)
54,-A mi mujer, ausente.
Te fuiste á Puente Viesgo; q u e d é m e en Qua[darrama;
te has ido por enferma; por enfermo me quedo...
Desde que nuestros pechos el mismo amor inflama
jamás nos dió tal golpe del cruel Destino el dedo.
A veces he pasado por el sensible trance
de verme de tí lejos por horas, por un día;
pero no soñé nunca ser víctima del lance
de verte de viaje sin mí en t u compañía.
Felices ó infelices, vencidos ó triunfantes
la lucha de la vida hallónos siempre unidos;
y, subiendo ó bajando, gozosos ó anhelantes,
por nuestro mutuo aliento nos vimos sostenidos.
300
F E R N A N D O
A R A U J O
Vejez inexorable, marcando nuestros a ñ o s ,
dejó en nuestros semblantes rugosa y lacia
[huella,
y enfermedades, luchas, trabajo y d e s e n g a ñ o s
en nuestros corazones hicieron honda mella.
T u negra cabellera que el é b a n o envidiaba,
de plata marco forma en torno de tu frente;
tu mano, que la seda finísima enhebraba,
del hilo por la aguja no encauza la corriente.
Yo, que antes veinte horas pasaba trabajando,
leyendo y aprendiendo, dictando y corrigiendo,
pensando y escribiendo, hablando y e n s e ñ a n d o ,
apenas si una hora resisto ya escribiendo.
Ya vamos siendo viejos. Los a ñ o s . . . no son
[muchos;
cincuenta y siete a ñ o s son sólo edad madura;
pero han sido tan largos y estamos tan pachuchos,
que es fuerza remendarnos poniéndonos en cura.
A l verte que en el coche s u b í a s sin mi amparo
y yo, amarrado al lecho, quedaba sin tu apoyo.
P O K S I A S : S I N T I E N D O
301
me v i en el mundo solo, sin tu consejo claro;
te v i en el mundo sola, mi cuerpo ya en el hoyo.
Sin tí no reconozco que es é s t e el hogar mío;
sin tí parece triste mi alegre «Vistabella»;
no estando tú presente ¿quién suple t u vacío?;
del sol la luz y el fuego ¿los suple alguna estrella?
Ya pueden estas flores sus pétalos mostrarme,
luciendo sus colores del sol al resplandor.
¿ Q u é son, sin el hechizo de verte, y deleitarme
poner tu humilde orgullo en tanta linda flor?
Ya pueden estos á r b o l e s frescura con su som[bra
brindarme, y en sus ramas cien pájaros cantar;
aunque en sus gayos trinos m i l veces te se nom[bra
no te hallas á mi lado y a s í no s é gozar.
La huerta sigue dando sus frutos á montones:
tomates y judías, lombarda y coliflor;
mas no eres tú quien vienes gozosa con sus dones,
y a s í lo encuentro todo sin vista ni sabor.
i30¿
f E R N A N ü O
A K A U J O
¡Qué triste e s t á la mesa sin tu palabra viva,
haciendo plato á todos, s a b i é n d o n o s mimar!
No hay salsa más sabrosa ni más aperitiva
que el alma con que alegras el plácido yantar.
Pregonan las gallinas en alto cacareo
la puesta de sus huevos, brindando su festín;
mas yo apenas escucho su alegre clamoreo,
pues no eres t ú quien coges el opimo botín.
Ha mucho tiempo alumbra nuestro albo dormitorio
la antorcha peregrina de nuestra castidad;
pero sin tí la alcoba parece un purgatorio
en el que llora mi alma su triste soledad.
Por siempre estarte viendo, no tengo ni un
[amigo;
no voy á parte alguna; lo tengo todo en t í ;
en tí tengo el casino, el templo y el abrigo,
y sólo Dios se encuentra contigo siempre en mí.
Si yo, por mi desdicha, ya no esperara verte,
la vida con tu vida volver á nuestro hogar,
mil veces prefiriera la m á s horrible muerte,
que es ya bien triste suerte tan lejos de t í estar.
Lo he dicho ya mil veces y lo repito ahora
¿cuál de ios dos al otro p o d r á sobrevivir?
Sin mí, rezar p o d r í a s por mi alma pecadora;
sin tí, en el mundo solo, ¿qué hacer si no morir?
Si a s í lacera mi alma tu ausencia de unos díast
¿qué fuera si tu falta llegara eterna á ser?
¿Concibes que se pueda vivir entre agonías?
M i vida sin tu vida se tiene que romper.
Por eso en Puente-Viesgo las aguas y los ba[ños,
con fe y sin impaciencia, tranquila has de tomar,
que sólo prolongando de tu vivir los a ñ o s
p o d r é también m á s tiempo mi vida prolongar.
( G u a d a r r a m a , 17-AgoBto-1913).
55.-No hay profeta
en su patria.
¿No veis, allá en el á g o r a , á S ó c r a t e s hablando
y, en torno, todo Atenas oyendo su lección?
Seguidle, y en su casa miradle soportando
de su mujer Xantipa la necia r e p r e n s i ó n .
304
KJBRNANDO
A-RA-UJO
Saltad cientos de lustros y ved al ginebrino
Rousseau dictando al mundo su gran «Pacto so[cial»
y á su mujer sembrando de chinas su camino,
agriando su c a r á c t e r con su ímpetu brutal.
La Historia no registra en sus á u r e o s anales
figura m á s grandiosa que el gran Napoleón.
Y Josefina mancha los lauros imperiales
y M a r í a Luisa viuda se esconde en un b o r r ó n .
A l lado de aquel genio e s t á el de Víctor Hugo
que el mundo culto entero proclama sin igual,
¿Y qué? Cuando á su esposa manchar su honor le
[plugo,
manchólo cual si fuera su esposo un vil mortal.
Lo dijo el gran fantoche que lleva en las historias
el mote versallesco de Gran Luis ó Rey-Sol:
«No hay grande hombre, por grandes que sean
[sus victorias,
para el que á todas horas lo ve sin a r r e b o l » .
Por eso bien supieron los reyes de la China
segar toda cabeza que ai paso osaran ver.
JPOtCSÍAS: »IISíTiB)í*üO
905
Pero ¡ay! la servidumbre chinesca y palatina
veía... la cabeza del rey también caer.
¡Oh estúpida famiiial que tiene en casa un
[genio
y al ver que, cual otro hombre, orina ó huele
[mal,
lo toma por cualquiera y hasta le niega ingenio,
sin ver que el cuerpo es cárcel de e s p í r i t u i n mortal,
Guadarrama,
29-Agojito-1918.
íN DIC K
S e c c i ó n 1.a:
Pensando,
1. — E l i d e a l
I, —¡Marcha!
II. -¿Yyo?
2. - - I i n p r e - l l I I . — ¡ P a m . . . P u m !
siones. | I V . — ¿ Y a ? . . . ¿Todavía?
V.—¡Bebe!
3. — L a e n v i d i a
4. - L a fe
5. — L a e s p e r a n z a
6. — ¡ T i c , T a c !
7. — E l b u i t r e
8. — E p í s t o l a
9. — L a v e r d a d
10. — A l f e r r o c a r r i l
11. — L a filosofía de los n ú m e ros
12. — ¿ Q u i é n es D i o s ?
I B . — E n m a r c h a h a c i a el ideal.
14. — L a v i d a
15. — E x i s t e n c i a de D i o s
16. — E l libro de l a r a z ó n
17. —Pe en e l p o r v e n i r
18. —Dios y el h o m b r e
19. — L o s m á r t i r e s de su g l o r i a .
20. - E 1 t r a b a j o
21. - O a l d e r ó n y e l siglo X I X .
22. — E l 3.er c e n t e n a r i o de S a n t a Teresa
23. —¡No d u e r m e S a l a m a n c a ! . .
24. — A l a b a t a l l a de A r a p i l e s . .
26.—De q u i e n pide lo que es
suyo á quien no lo q u i e re dar
26. — S o b r e v i v i r s e . .
27. —Modos de p e n s a r
28. —Doble sorpresa
29. — P r o b l e m a
30. - D i o s
31. — E l s e r v i c i o m i l i t a r
56 V e r s o s . — P á g i n a .
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B3
53
II
32. — C a n t a r e s
40 V e r s o s . - - P á g i n a .
33. — L a p e n a de m u e r t e
14
»
Bí.—Faeit indignatio v e r s u w . . . . 550
»
36.—Mis poetas y m i s p o e s í a s , 140
»
36. — N i c r i m i n a l e s n i p e n a s . . .
14
»
37. — E l goce de c r e a r
20
»
38. — E l m a y o r goce
30
»
39. —Sed de e t e r n i d a d
105
>
40. — A l a l m a de l a a b u e l i t a . . . 155
»
41. — E l 8 de M a r z o . . . ¡á, l a s u r nas!
14
»
3,987
124
126
127
147
152
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154
155
160
168
Sección 2a.: Sintiendo.
1. — U n a m a ñ a n a de A b r i l , . . .
2. —Recuerdos de l a i n f a n c i a .
3. — B a r c a r o l a
4. — L a s dos
flores..,
5. — M a d r i g a l
6. - ¡ O r a d !
7. — A S a l a m a n c a
8. — A t i
9. —Contraste
10. — L o que n o sé
11. — L u z y s o m b r a
12. — ¡ A l l a h ! ¡ A k b a r !
1 8 , - U n beso
1 4 , - A l sol
16. - P a n
36,—El amor
17. - ¡ A ellos!
18. — A l T e r m e s
19. — L a flor de m i e s p e r a n z a . .
20. — ¡ S i e m p r e t ú !
21. — E n crescendo
22. - ¡ M á s ! .
23. —Nubes de v e r a n o
24. - ¡ C o n e l l a !
25. — ¡ N o v e r t e !
26. — N u b e c i l l a s
,
27. — A D . J . de D . de l a E a d a :
Epístola bilingüe
52 Versos.- - P á g i n a .
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J>
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.
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214
216
216
218
218
219
111
28. — E n t r e n i ñ a y m u j e r
29. — I n s t a n t á n e a
30. — H o m e n a j e á B r e t ó n
31. — E n l a c i m a
32. — ¡ H o n r a á los h é r o e s !
33. — M e d a l l a de v i u d a
34. — E n m i c a s i t a de G u a d a rrama
35. — E n e l d i a de t u b o d a . . . . .
36. — D í p t i c o
37. — C r e p u s c u l i n a
38. — T r a n s f o r m a c i ó n
39. — ¡ Q u i e r o creer!
40. — A n t e e l espejo
41. - r i n o e l a d a s
42. —Mis o r a c i o n e s
43. — E l r a m o de n a r d o
44. — A l p o n e r t e de l a r g o s . . . ,
45. — A T e r e s i t a , a l ponerse de
largos
46. — C a n t a r e s
47. - A D . E u g e n i o S e l l é s
48. — A n t e l a i n g r a t i t u d
49. — E l g r a n v i a j e
50. - M i e d o y a s c o . . . ,
51. —Desde el a l t o de S a n I s i dro
52. - A D . J o s é E c h e g a r a y . . . ,
6 3 . - ¡ 0 1 i , l a vejez!
54. — A m i m u j e r , a u s e n t e
55. —No h a y profeta en s u p a tria
14 V e r s o s . — P á g i n a .
12
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