01. En las manos del Alfarero

"En Las
Manos
Lección:
Propósito:
Reconocer que podemos ser instrumentos de gran utilidad en las
manos del Creador, si disponemos nuestro corazón y le permitimos
cambiar en nosotros los
Texto: Hechos 9
desperfectos.
1. Introducción
Dios creó a cada ser humano con la capacidad de cumplir propósitos, los mismos
que Él pondría en cada uno. La diferencia está en cuántos de nosotros queremos
disfrutar y estamos dispuestos de pagar el precio para cumplir ese propósito. En
definitiva nuestro Señor no nos hizo a todos iguales, tanto en lo físico como en
carácter o personalidad. Sin embargo, sí dispuso que todos le honremos y
glorifiquemos Su nombre.
(Lección objetiva: Muestre a todos al frente varios objetos como: una bola, un carro de
juguete, una taza y una cuchara. Pida que le indiquen para qué sirve cada uno de esos
objetos. Seguidamente, de una breve explicación de cómo Dios creó todo con un
propósito, así los humanos tenemos muchas más funciones que estas entidades.)
2. ¿Quieres ser un Instrumento de Dios?
2.1. El Héroe que deja trabajar a Dios: Ananías
“En Las Manos Del Alfarero” (Hechos 9)
Realizado por: Carolina Mora C.
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Ananías cumple con las características de un instrumento que desea ser usado por
Dios y para cumplir con esto necesitó valentía. Él tuvo la responsabilidad de ser el
primero en mostrar el amor de Cristo a Saulo (Pablo) después de su conversión. En
Hechos 9: 10 lo primero que notamos es la obediencia de este hombre.
(Lección Objetiva: La Masa. Consiga un trozo de masa, (para hacer pan) y úsela en sus
manos haciendo figuras y demás cada vez que hable de cambiar o de moldear.)
2.2. Reconocer a Dios.
Ananías respondió de inmediato al reconocer el llamamiento de Cristo. Su
respuesta fue concisa y precisa: “Heme aquí, Señor”. Muy probable es que
recordemos a Isaías cuando expresó lo mismo ante la pregunta de Dios. Pero en este
caso, la Biblia denota a este hombre en primer lugar como un discípulo. Esto quiere
decir que él estaba en comunión con Dios, conocía quién era Jesús y cuál era Su obra.
Y en segundo lugar, él usa la palabra “Señor”, o sea, no hay duda alguna de quién le
está hablando, no titubea a ver si será quien él piensa, para nada, sólo responde.
Pregúntese, ¿es usted un discípulo de Cristo, reconoce usted cuando Dios le habla
directamente? (Use la masa)
(Lección objetiva: Escoja 5 personas y explíqueles que van a jugar: “teléfono
chocho” Todos se ponen en círculo y uno pasa el mensaje en el oído del otro hasta
llegar a la quinta persona, esta última debe decir el mensaje en voz alta para
comprobar si fue el mismo con el que se empezó. Es muy probable que el mensaje
llegue distorsionado o alterado. Muéstreles a los demás que esto es lo que pasa
cuando no hay comunión con Dios, no vamos a reconocer la voz del Señor.)
2.3. Preocupación.
Ananías presentó un argumento ante la petición de Dios porque estaba
preocupado. Sin embargo él desconocía que Dios trabaja para varios lados al haber
una situación. En este caso estaba moldeando con Sus manos a Ananías y a Pablo
(más adelante) No era para menos la preocupación. Dios le estaba pidiendo ir a
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ayudar al hombre que la Biblia describe como el que respiraba amenazas y muerte en
contra de los cristianos (v.1).
Tanto así se sentía Ananías que le quiso recordar a Dios lo que le había hecho a
Sus santos, (esta es la primera vez que se menciona esta palabra en Hechos) Cuántas
veces le hemos dicho a Dios, ¿no te acuerdas lo que me hizo él /ella, cómo me trató la
última vez? Y entonces empezamos a dar las quejas. Lo grandioso aquí es que Dios le
contesta, no teniendo que hacerlo, pero le enseña que él debe aprender algo también.
Cuando dejamos trabajar a Dios Él hace maravillas en nosotros aunque el proceso
sea difícil.
2.4.
Obediencia
Ananías está ahora en el proceso de pasar de ser barro a ser un utensilio. Cuando
Ananías va a buscar a Saulo, ya es un hombre que comprendió el propósito de Dios y
eso se observa en el versículo 17. Ananías muestra en vivo y a todo color el amor de
un cristiano, él le dice “hermano Saulo”. Le dio el trato y el nombre de cualquier otro
cristiano, de un redimido por la sangre de Cristo. ¡Esto es un ejemplo de maravillarse!
Cuando hemos tenido oportunidad de ayudar a otros o de buscar a los perdidos
que muy probablemente no me caen muy bien, ¿qué hacemos? ¿Cuál es mi actitud ante
alguien que ha caído? (Use la masa) Ser obediente nunca trae consigo consecuencias
negativas, más bien honramos a Dios y le decimos: “Sí Señor, ahí voy porque Tú me lo
pediste.”
Ananías obedeció a tal punto que: gracias a la obediencia Dios lo usó y por medio
de un milagro le restauró la vista, lo bautizó, lo reconoció como hermano en Cristo, le
dio el mensaje de Dios y le dio de comer. ¡Qué ejemplo de lo que deberíamos hacer con
los creyentes nuevos!
3.
Debemos ser moldeados en las manos del Alfarero: Pablo
Un gran ejemplo de lo que es cambiar o transformación en la Biblia, es Saulo, más
conocido como Pablo. Él fue el perseguidor de la iglesia, el que consintió la muerte de
Esteban, el primer causante de la dispersión de la iglesia, el que asolaba al cuerpo de
Cristo.
Para cambiar, él debía ponerse en las manos de Aquel que lo amó primero. Claro
está, para él no era nada fácil porque odiaba a los cristianos, más Dios lo impresionó.
Pablo era un judío estricto, un ciudadano romano y muy orgulloso, muy estudioso, y
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de un carácter irreprensible. Él pensaba que al perseguir la iglesia hacía lo correcto,
que más bien hacía un favor, pero Cristo interrumpió su vida para quebrarlo y hacer
de él un gran y extraordinario hombre.
3.1. El Molde Viejo debe ser Quebrado
Pablo debía cambiar varios aspectos de su vida antes de que Jesús lo usara. Él debía
cambiar:
-
La ley por la gracia
-
Las obras por la fe
-
Los sacrificios por Cristo
-
El Rey Mesías por el Mesías Sufriente
-
La autoconfianza por Esclavo de Cristo
Esto no era una tarea fácil, esta debía ser hecha con el poder de Cristo. El molde
viejo y apestoso debía ser quebrado para recibir un envase nuevo y glorificar el
nombre del Gran Alfarero. El primer paso fue reconocer a Jesús como Dios, en el
versículo 5 Pablo le dijo: Señor. El segundo paso fue mostrarle reverencia, él tembló y
estaba temeroso (v.6). Así debemos actuar ante Dios, temblando y temerosos cada vez
que entramos a su presencia, reconociéndole como el dueño de nuestra vida y de todo
lo que hay en ella.
Pablo fue probado en todo. Su orgullo se vio debilitado hasta lo sumo, cuando él
mandaba a todos para que lo llevaran donde él quisiera, ahora tenía que ver si alguien
le ayudaba, a vestirse, a caminar, a comer, etc. Y también, tuvo que esperar a que Dios
actuara en la vida de alguien más. ¿Debe usted quebrar su molde y pedir uno nuevo?
(Use la masa) Permítale a Dios cambiarlo, ya sea el pecado o desperfecto que usted
tenga. El gran Alfarero quiere formar una vasija nueva y radiante.
3.2. El Molde Nuevo
Dios dice de Pablo que él va a ser un instrumento útil, escogido, para llevar el
evangelio a los gentiles, reyes e hijos de Israel; pero también dice que le mostrará
cuánto debe padecer por causa de Él.
(Lección objetiva: Muestre un florero grande, sea de vidrio o barro y describa sus
utilidades, mencione l lindo que es y que debe verse, pero de pronto arrójelo en el
piso y hágalo añicos. Muéstrele a la audiencia que así había quedado Pablo y que
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ahora era tiempo de ir juntando cada pedazo para volverlo a unir pero hacer de este
un mejor y grande florero nuevo. )
Jesucristo hizo de Pablo un hombre nuevo, capaz de entender el significado de
humildad, ayudar, compasión, etc.; ya no era el hombre arrogante y perseguidor. Más
bien, se había convertido en el apóstol de los gentiles, con un camino largo por
recorrer y hasta doloroso, pero lleno del Espíritu de Dios, listo para llevar las
buenas nuevas a miles. Claro, no fue nada fácil, pero el Señor nunca le abandonó.
3.3. La Reputación
El libro de proverbios nos dice que la reputación es muy valiosa y de hecho es lo
más difícil de recuperar. Pablo tenía la peor fama del mundo, tanto así que los
apóstoles no le creían y huían. Esto le costó a este hombre trabajo, así que tuvo que
empezar de cero para lograr tener un nombre. Al pensar en esto, cuando
mencionamos el nombre “Saulo” ocasiona disgusto y hasta rechazo; pero cuando
mencionamos el nombre de “Pablo”, hasta una sonrisa puede brotar; por el hecho de
lo que él representa. Se convirtió en una gran vasija llena de bendiciones,
enseñanzas, amor, y respeto. Cuando la gente piensa en usted, ¿cómo le ven?, ¿Cómo
la persona que sigue siendo la misma (señale el florero o vasija rota), o como la
nueva criatura en Cristo que levantó una reputación por la gracia de Dios (señale la
vasija o florero nuevo?
Conclusión
Siempre hay tiempo para ser usado en las manos de Dios, simplemente no se
resista y tome el riesgo de ser pasado por fuego o por el esmeril para poder así, lijar
todas aquellas imperfecciones que no necesitamos llevar. Abra su corazón a Cristo y
déjese moldear en Sus manos. ¡En las manos del Gran Artista!
“En Las Manos Del Alfarero” (Hechos 9)
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