1 Alturas de Macchu Picchu Canto X […] Yo te interrogo, sal de los

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Alturas de Macchu Picchu
Canto X
[…] Yo te interrogo, sal de los caminos,
muéstrame la cuchara, déjame, arquitectura,
roer con un palito los estambres de piedra,
subir todos los escalones del aire hasta el vacío,
rascar la entraña hasta tocar el hombre.
Macchu Picchu, pusiste
piedra en la piedra, y en la base, harapos
Carbón sobre carbón, y en el fondo la lágrima
Fuego en el oro, y en él, temblando el rojo
goterón de la sangre. (1.a)
Será que tantas veces se olvida que hay debajo del suelo sobre el que se camina, la historia de
un pueblo más alla de lo que se puede ver a simple vista.
¡Devuélveme el esclavo que enterraste!
Sacude de las tierras el pan duro
del miserable, muéstrame los vestidos
del siervo y su ventana.
Dime cómo durmió cuando vivía.
Dime si fue su sueño
ronco, entreabierto, como un hoyo negro
hecho por la fatiga sobre el muro.
¡El muro, el muro! Si sobre su sueño
gravitó cada piso de piedra, y si cayó bajo ella
como bajo una luna, con el sueño
Antigua América, novia sumergida,
también tus dedos, (1.b)
En está poesía el autor le pide a aquellos cuerpos enterrados, a ese suelo de América latina
empapado en sangre olvidada, que lo deje vengarlos, escarbar de a poco hasta encontrarlos. Es
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un llamado a la reflexión, para tomar conciencia del verdadero esfuerzo de aquellos que
sufrieron su historia, de aquellos que están tapados bajo aquellos inmensos muros y sobre todo
bajo el olvido de la gente, saber que bajo aquella hermosa estructura, bajo aquel suelo que es
pisado todos los días, está el pasado del hombre de América latina, su sangre.
(…) al salir de la selva hacia el alto vacío de los dioses,
bajo los estandartes nupciales de la luz y el decoro,
mezclándose al trueno de los tambores y de las lanzas,
también, también tus dedos,
los que la rosa abstracta y la línea del frío, los
que el pecho sangriento del nuevo cereal trasladaron
hasta la tela de materia radiante, hasta las duras cavidades,
también, también, América enterrada, guardaste en lo más bajo
en el amargo intestino, como un águila, el hambre.(1.c)
La historia muchas veces pasa de generación en generación, y aquellos que la reciben no
reflexionan sobre ella, sino que simplemente se adaptan a la misma, muchas veces por
comodidad otras por tradición, sin embargo es aquí donde el hombre comete el gran error de
seguir enterrando los verdaderos hechos y olvidando a quienes trabajaron por ellos.
Así se prueba que los indios son inferiores (según los conquistadores de los siglos
dieciséis y diecisiete)
¿Se suicidan los indios del mar Caribe? porque son holgazanes y se niegan a trabajar.
¿Andan desnudos, como si todo el cuerpo fuera cara? Porque los salvajes no tienen vergüenza.
¿Ignoran el derecho de propiedad, y comparten todo, y carecen de afán de riqueza? Porque son
más parientes del mono que del hambre.
¿Se bañan con sospechosa frecuencia? Porque se parecen a los herejes de la secta de
Mahoma, que bien arden en los fuegos de la inquisición.
¿Creen en los sueños, y obedecen a sus voces? Por influencia de Satán, o por pura estupidez.
¿Es libre la homosexualidad? ¿La virginidad no tiene importancia alguna? Porque son
promiscuos y viven en la antesala del infierno.
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¿Jamás golpean a los niños, y los dejan andar libres? Porque son incapaces de castigo ni
doctrina.
¿Comen cuando tienen hambre, y no cuando es hora de comer? Porque son incapaces de
dominar sus instintos.
¿Adoran a la naturaleza, a la que tienen por madre, y creen que ella es sagrada? Porque son
incapaces de religión y sólo pueden profesar la idolatría. (2)
Era así como opinaban muchos intelectuales en el continente americano, que estas razas las
cuales ellos consideraban inferiores, no daban lugar al progreso, tanto es así que se llegaron a
dictar leyes prohibiéndoles realizar libremente muchas de las actividades que otros podían
realizar con total libertad. Y también éste fue el pensamiento que muchos adoptaron sin saber
nada al respecto, tomando una posición, la cual no se conoce.
Entonces muchos latinoamericanos, a pesar de compartir raíces, y vivir sobre aquel suelo,
adoptaron una posición de desprecio hacia ese pasado. Pero por el contrario, sí encontraban la
grandeza, lo correcto en otros países, en otros continentes, aceptando que el destino de su
patria dependería de otros, entregándoles los hilos para que aquellos pudiesen manejarlos,
encadenándolos a otro modelo económico, político y social, regalándoles recursos, ideas y
grandes capacidades.
América Latina, paisajes típicos.
-Los estados dejan de ser empresarios y se dedican a ser policías.
-Los presidentes se convierten en gerentes de empresas ajenas.
-Los ministros de Economía son buenos traductores.
-Los industriales se convierten en importadores.
-Los más dependen cada vez más de las sobras de los menos.
-Los trabajadores pierden sus trabajos.
-Los campesinos pierden sus tierras.
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-Los niños pierden su infancia.
-Los jóvenes pierden las ganas de creer.
-La vida es una lotería, opinan los que ganan. (3)
Pero también había otros que compartían un sueño, que esperaban la unión, cortar aquellos
hilos y dejar de esperar que el contexto de aquel momento volviera a golpear nuevamente a
América Latina.
Los que se dieron cuenta que más allá de que ninguno tuviera cadenas colgando en sus manos
o en sus piernas, y pudieron ver que continuábamos siendo esclavos, porque estábamos
encadenados a un modelo económico de otro país para favorecer sus intereses, comenzaron a
idear la manera de dejar de hacerlo, e independizarse económicamente.
Gobiernos populares y movilización social
“Cualquier análisis de la protesta social debe partir sin duda de reconocer que la misma se
explica a partir del conflicto estructural básico de toda sociedad capitalista, la disputa
hegemónica entre capital y trabajo y por extensión entre sectores dominantes y subalternos.” (4)
Luego de la Segunda Guerra Mundial, Europa había quedado destruida, sufría las
consecuencias de aquel gran monstruo que había acabado con cantidades inimaginables de
vidas, el que produjo, pérdidas materiales, desorganización social, y la ruina económica.
Por lo que las grandes potencias de la época, las vencedoras, estaban ocupadas repartiéndose
el mundo en pedazos, tal como sí fuera una simple torta.
Este contexto mundial, ayudó a aquellos que intentaron ser autosuficientes, a llevar acabo sus
proyectos. En toda América Latina surgieron movimientos populares, que se caracterizaron por
la gran polémica que produjeron en la época, y por despertar la movilización social- ya que
venían con una propuesta totalmente diferente, romper con las cadenas del neo-liberalismo,
nacionalizando empresas, apostando al mercado interno, dándole un gran apoyó a las clases
sociales emergentes -y por sumarle nuevas responsabilidades al Estado.
4
Más allá de toda elección, posición ideológica y política, no se puede negar que esta serie de
gobiernos que tuvieron lugar en Latinoamérica, fueron el mayor intento de consolidar la
independencia en América Latina, compartiendo el mismo modelo, porque de hecho si este
fenómeno no se hubiese dado en cadena, seguramente habría quedado solo en la imaginación
del que lo soñó.
Tomando el caso particular de Argentina, como parte del establecimiento de estos gobiernos
populares en la región, se puede referenciar en la llegada del Gral, Perón al poder, a partir del
histórico 17 de octubre, como el inicio de un proceso de recuperación de la movilización social
sobre las bases de las expectativas de los sectores populares en la acción del movimiento
justicialista.
Durante su mandato Perón tuvo la capacidad de establecer un orden entre las mayorías
populares. Pero luego del derrocamiento de este gobierno, ningún otro pudo estabilizar un orden
en la sucesión de gobiernos de facto y democráticos,
De acuerdo a lo descrito por Ramírez y Viguera, luego de Perón comenzaron a llegar a la
Argentina las teorías del desarrollismo, que específicamente se centraban en la modernización
de la estructura productiva, y esto en lugar de resolver los conflictos que venían del ´55, los
agudizaron. Esto dio lugar al establecimiento de un campo de protesta, conformado por la clase
obrera, y la suma de la clase estudiantil, movilizada en los principios de los 60, por la
proscripción de las mayorías populares, y alentados por la Revolución Cubana.
La “Revolución Libertadora”, fue la que destituyó a Perón, y tenía como objetivos implementar
un nuevo modelo económico, político y social, por lo cual era necesario eliminar toda expresión
que tuviera que ver con el peronismo, por lo que se llegó a prohibir la mención de forma oral o
escrita, del anterior presidente.
Esto trajo como consecuencia que grupos aislados de trabajadores comenzaran a
manifestarse, básicamente mediante sabotajes a la producción y el trabajo a desgano, este
movimiento se denominó “Resistencia peronista”.
“Lo que prevaleció durante los tempranos ´60 fue un campo de protesta constituido
principalmente por obreros y estudiantes, que podríamos definir como tradicional y fragmentario.
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Tradicional, porque la estructura, las prácticas y la matriz ideológica que sustentaban las
organizacionales sindicales y estudiantiles representaban una continuidad respecto de sus
orígenes; y fragmentario, porque sus acciones se limitaban a reclamos sectoriales.”(5)
Es decir que en aquella época los reclamos y movilizaciones provenían de organizaciones, es
decir reclamaban desde instituciones, con un fin en común, y eran de tipo sectoriales, porque un
determinado grupo reclamaba desde su lugar, desde su sector.
Hasta hora se puede decir que se encontró abierto un gran escenario de protesta, que se
identificó con una época, y que se caracterizó por la unión entre la clase obrera y los estudiantes,
que reclamaban de manera colectiva, que involucraba a todos los que se movilizaban, y de
manera organizada es decir a partir de determinadas instituciones que representaban. Sus
reclamos tenían Memoria de una época, recordaban a los que no quisieron construir un modelo
de país mirando a otro, eran el resultado de su esfuerzo, porque a pesar de que el contexto en el
que se encontraban no les daba lugar a expresarse abiertamente, ellos lo hacían, de manera
consciente y totalmente fascinados por la Revolución Cubana, que de alguna manera les dio
coraje y los alentó para consolidarse y llevar adelante su lucha.
Pero a partir de 1966 con la llegada de un gobierno de facto al país, encabezado por el general
Juan Carlos Onganía, que en un principio contó con cierta aceptación por una parte de la
población y de la dirigencia de las organizaciones obreras, Con el correr del tiempo comenzó a
tornarse cada vez más autoritario tratando de imponer un “nuevo” modelo productivo, que tenía
como objetivo principal la modernización y la transnacionalización de la economía. Esta situación
fue haciendo crecer el abanico de disconformidades generando discrepancias con la clase
obrera y hasta a ciertos grupos de la elite.
En este contexto, comenzó a crecer otro gran campo de protesta, aunque durante el período en
que gobernaron los militares, la gente fue totalmente reprimida, hasta fueron censurados los
partidos políticos, esto generaba que la necesidad de expresarse fuera cada vez mayor, era
como si un gran gigante, de manera silenciosa fuese creciendo dentro de ellos.
Durante este tiempo comenzaron a crecer nuevas organizaciones en oposición al modelo
político, social y económico de la época. En este periodo la figura más combativa fue la clase
estudiantil, ya que el gobierno comenzó a intervenir en las universidades, cuando éstas eran
autónomas
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Hacia principios del ´69 las movilizaciones obreras y estudiantiles se expandieron por
numerosas ciudades del interior y la ola represiva creció en consecuencia, dejando como saldo
macabro varios muertos. En este marco el gobierno embistió contra algunos derechos laborales
que beneficiaban sobre todo a los trabajadores del interior. La presión de las bases obreras llevó
a las dos centrales sindicales existentes, a convocar a un paro nacional conjunto por veinticuatro
horas, contra la represión y la política económica del gobierno, que en la ciudad derivó en una
insurrección popular conocida como el “Cordobazo” (29 y 30 de mayo de 1969). (5)
Lo característico de esta nueva protesta social es que además de tener como protagonistas a
un sector determinado de la sociedad que se manifestaba porque el régimen intervenía y
perjudicaba sus instituciones, se le sumaban “vecinos cansados del autoritarismo del régimen”.
(7)
Es decir una sociedad como bien lo dice la frase, cansada de las prohibiciones, del
autoritarismo, y de la situación inestable por la que estaban pasando, decidió unirse a esta gran
movilización, con el fin de restituir la democracia y derrocar al gobierno de facto.
En algún punto se dieron cuenta de que el peso de una sociedad cansada, conciente,
organizada, y manifestándose a partir del esfuerzo, y sobre todo una sociedad unida con un
mismo objetivo, tenía el poder de cambiar la situación en la que se encontraba.
Violencia:
Lo que se destacó en este nuevo campo de protesta fue que comenzó a aparecer la
VIOLENCIA, es decir, aquellos que se manifestaban debían enfrentarse a la policía y al ejército,
y esto trajo como resultado tantos heridos como muertos. Pero el resultado de que los
ciudadanos estuviesen “cansados” fue que desataron una manifestación de tipo contestataria y
recurrieron a la violencia para expresar ese cansancio, destruyendo comercios pertenecientes en
su mayoría a compañías extranjeras y la destitución del Ministro de Economía, y del Gobernador
de la Provincia de Córdoba.
Se podría decir que, aquellos que no apoyaban a este gobierno, estaban en la búsqueda de la
identidad de su país, de un país más justo tanto en las medidas sociales como en las políticas y
en las económicas, un país para todos, con base en sus orígenes, una América para TODOS.
7
“La expansión acelerada del campo de protesta y la ampliación del horizonte de demandas
comenzaron a producir una profunda incertidumbre entre los sectores gobernantes y grupos de
poder que, tras la destitución de Onganía y del efímero interregno del General Levingston,
decidieron realizar un cambio estratégico de mayor alcance en la política de la Revolución
Argentina.” (8)
Entonces el nuevo presidente de facto, General Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973), trajo
una nueva propuesta, sacar al régimen militar y volver a restaurar la democracia, abriendo los
partidos políticos y levantando la proscripción del peronismo.
La propuesta entusiasmó a gran parte de la sociedad, de hecho de algún modo fue bienvenido
este proyecto, porque la gente lo que buscaba básicamente, y esperaba era democracia sobre
todas las cosas.
Ahora comenzaba una nueva búsqueda, el regreso de Perón.
Para la gran mayoría de los sectores populares, por su parte, el triunfo electoral del peronismo
significaba el primer paso hacia la “patria socialista”, para muchos otros no peronistas significaba
la única alternativa de pacificación social. Para la gran mayoría de los sectores populares, por su
parte, el triunfo electoral del peronismo significaba la garantía de un nuevo orden idealizado
sobre la base de una particular representación del primer peronismo: distribución más equitativa
del ingreso, respeto y expansión de derechos laborales, fuerte organización sindical de base, y
un modelo de desarrollo en beneficio de un proyecto nacional y popular. (9)
Una sociedad reprimida, y víctima de un gobierno de facto, busca como primera medida el
regreso de la democracia, y no obstante su elección política, toma la propuesta que le promete
estabilidad y organización, sin importar qué sector lo haga; ya sea por miedo a que vuelva a
suceder nuevamente lo ocurrido, o por el mismo cansancio que le produce la constante
inestabilidad y la imposibilidad de expresarse libremente.
Pero en 1974 tras la muerte de Perón comienza la destrucción del campo de protesta.
“El golpe militar del 24 de marzo de 1976 tuvo como objetivo fundamental producir una drástica
reversión del nivel y del contenido contestatario que había alcanzado el proceso de activación de
la radicalización política hasta aquí”. (10)
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Hasta ahora, la protesta era de tipo colectiva, es decir masificada pero colectiva, todos
buscaban democracia, libertad, estabilidad y luego de alcanzar esto, una redistribución del
ingreso más justa.
Pero toda esta movilización, impedía la acumulación del capital, y perjudicaba los intereses de
aquellos que siempre quisieron vender a la patria, sin importar a qué costo.
Entonces debieron proponerse desarticular esta protesta colectiva y por último destruirla, borrar
la Memoria de los argentinos, dejarlos trastornados, y de hecho sembrar la idea de que esto
nunca más se les volviese a ocurrir.
Lo que comenzó a promover esa dictadura, fue el individualismo, la traición al compañero, el
sálvese quién pueda. Rompieron ese espíritu colectivo de lucha, haciendo desaparecer por
completo a toda una generación, de hecho tuvieron que “desaparecer”a treinta mil personas para
exterminar este nuevo espíritu de lucha, este nuevo modelo y las expectativas de una sociedad.
Justicia:
Entonces comenzó nuevamente la lucha por la recuperación de la institucionalidad
democrática, pero además lo que se buscaba era justicia, esclarecimiento, juicio y castigo.
Las que comenzaron esta lucha son las Madres de los Desaparecidos, las que nuevamente
impulsarían una acción colectiva.
Pero la diferencia entre la búsqueda de la recuperación de la democracia en el `73, y la
búsqueda luego de la dictadura del `76, en 1883, era que en la primera además de querer
recuperar la democracia, deseaban el retorno del gobierno popular con una orientación nacional.
Pero en el `83 la búsqueda se centraba más que nada en la recuperación de la Democracia,
habían borrado de la sociedad otro tipo de expectativa, luego de veinte años de una violencia
extremista, la gente solo esperaba Democracia.
Por el peso de la violenta etapa que pasaron los argentinos, con la llegada de un gobierno
democrático encabezado por Alfonsín, los reclamos volvieron a ser sectoriales, ya que la lucha
colectiva había sido totalmente destruida.
En 1989 con la llegada del nuevo presidente Carlos Menem, la gente esperaba sobre todas las
cosas, orden, especialmente estabilidad económica, y esto fue lo que se prometió, aunque con
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este gobierno llegó nuevamente el neoliberalismo al país, pero la gente ya no recordaba ni
buscaba el proyecto nacional-popular, solo fijaba sus expectativas en un orden en las variables
económicas, luego del gran período inflacionario por el que atravesaron.
Este nuevo proyecto neoliberal, comenzaba a mostrar los aspectos negativos, empezaba a
destruir los núcleos importantes del aparato productivo. Era el comienzo de una gran destrucción
del Estado y del aparato productivo, entonces comenzaron a aparecer los desempleados, y
creció rápidamente la pobreza y la indigencia.
Y aquí nace un nuevo campo de protesta totalmente diferente a los anteriores, aquí la protesta
comienza a masificarse, pero en protestas de tipo individual, el afectado por el modelo se unía a
la protesta. Aunque todavía compartían el mismo reclamo: un nuevo modelo económico, la
protesta estaba muy desarticulada, todos identificaban al mismo enemigo, las políticas
neoliberales y sus impulsores.
-PiqueterosEntre 1996 y 1997, apareció una nueva forma de manifestarse, los cortes de ruta, como
resultado del creciente número de desempleados.”Su sola presencia en el escenario político
planteó desde un primer momento un claro desafío al sistema político introduciendo una alta
dosis de incertidumbre respecto de la posibilidad de conservar condiciones de gobernabilidad”.
(11)
Es aquí, donde comenzó principalmente a romperse la movilización colectiva, ahora la lucha se
centraba en la inclusión socioeconómica, entonces los protagonistas de esta lucha fueron los
que se veían más afectados: los que estaban excluidos.
En 1999 apareció un partido político encabezado por Fernando De la Rúa, pero tampoco pudo
ofrecer un esquema económico diferente del anterior, y comenzó a dar muestras de su falta de
voluntad y capacidad política. De hecho este gobierno agravó las condiciones económicas
sumando así más afectados a los reclamos.
En 2001 comenzó una protesta no sólo hacia el modelo económico, sino hacia la clase política
en sí, y nacieron como forma de protesta, los “cacerolazos”.
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El presidente que se encontraba a cargo, demostró que con lo único que podía responder a
esas protestas era con represión, entonces el 19 de diciembre por la noche, anunció “estado de
sitio” en todo el país. Pero este anuncio lejos de asustar a la gente, cansada de la represión, que
venía arrastrando desde hacía tiempo, y de la inestabilidad económica, respondió con la
inmediata de salida de miles de ciudadanos de clases medias golpeando cacerolas en las
calles. El 20 de diciembre el presidente presentaba su renuncia.
En las calles se escuchaba “que se vayan todos”, esto era la muestra del cansancio que tenía
esa gente, era la muestra de los reclamos acumulados que arrastraban, y el gran repudio hacia
los políticos. El problema era que tampoco aparecía una figura, pero tampoco había un esfuerzo
social, ni tampoco tenían propuestas.
“Y fue el partido justicialista el que finalmente logró recomponer (no sin dificultades) el nuevo
equilibrio en el que la protesta volvió a fragmentarse”. (12)
Conclusión:
Como se puede ver, la protesta social, en lugar de evolucionar hizo un retroceso.
Si bien en un principio, las movilizaciones eran resultado de una sociedad comprometida
políticamente e interesada por una entidad nacional, por sus raíces, por un modelo propio, una
sociedad con memoria constructiva, y que se expresaba, porque de algún modo se habían
“ganado” ese derecho de protestar, porque era el resultado de sus esfuerzos.
En un punto la protesta social llegó a ser masiva, y a la vez colectiva, con un mismo fin, de
manera organizada, e identificados con alguna institución y además recordando aquellos
esfuerzos para construir un país para todos y más justo.
Pero la sociedad argentina fue constantemente atacada, en un principio con gobiernos de facto,
que fueron los mayores responsables de la destrucción de la memoria y de la lucha organizada y
justa que había comenzado a instalarse en la sociedad, provocando la desaparición de ideales y
creencias, instaurando el temor, y otras metas, mucho menos contestarías.
Entonces la gente comenzó a conformarse con la llegada de un gobierno democrático que
prometiera estabilidad, como resultado de los tantos años en que fueron “golpeados”.
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Entonces, cuando llegaba ese gobierno democrático, la meta siguiente era conseguir una justa
redistribución del ingreso, que los gobiernos tampoco tuvieron la capacidad de establecer
mediante un modelo económico que favoreciera en alguna medida a todos los ciudadanos de
todas las clases sociales.
Toda la inestabilidad, política, social, económica, la constante violación de los derechos
humanos provocó que la sociedad se tornara intolerante con el correr de los años, y la máxima
demostración fue en 2001 durante el corto gobierno de De la Rúa.
En consecuencia, la gente comenzó a abusar de este derecho de protesta, manifestándose,
desde la intolerancia y el cansancio. Lo que esto provoca es que las movilizaciones ya no sean
productivas, ni a raíz de la memoria. Tal vez por tantos años de destrucción de la Memoria, es
que la gente se desborda en el presente.
Ahora cualquiera que esté en disconformidad, hace un piquete, corta rutas, muchas veces sin
pensar en los demás, de manera que estas protestas se tornan egoístas, muchas veces son
protestas masificadas, pero surgen del corporativismo y de la intolerancia, por lo que no se
encuentra la manera de construir a partir de las mismas.
Por eso es necesario recordar aquellos grandes esfuerzos que realizó nuestra sociedad por
construir su propia identidad, tomando como base sus raíces, en la búsqueda de un país más
justo, que ofrezca la posibilidad de desarrollo a todos aquellos que quieran crecer a partir de su
propio esfuerzo, dándole legitimidad cuando se moviliza para alcanzarlo, y apelando siempre a la
MEMORIA como guía para esta construcción.
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Bibliografía:
(1)-Pablo Neruda, “Alturas de Macchu Picchu”, canto X.
http://www.geocities.com/lospobresdelatierra3/textos/nerudaalturasdemachupicchu.html
(2)- Eduardo Galeano, “Así se prueba que los indios son inferiores (según los conquistadores de
los siglos dieciséis y diecisiete)”, Patas arriba, La escuela del Mundo Al Revés, “Catálogos”, Bs.
As – Argentina 2000.
(3)- Ibíd., “América Latina, paisajes típicos”.
(4)- Ana Julia Ramírez y Aníbal Viguera, La protesta social en la Argentina entre los setenta y los
noventa. Actores, repertorios y horizontes. http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/Viguera.pdf
(5)- Ibíd., página 2
(6)- Ibíd., página 4
(7)- Ibíd., página 4
(8)- Ibíd., página 5
(9)- Ibíd., página 5
(10)- Ibíd., página 6
(11)- Ibíd., página 10
(12)- Ibíd., página 13
Textos consultados. (No citados).
13
- Eduardo Galeano, Memorias del Fuego III. EL Siglo del Viento. Argentina 1988. “Siglo veintiuno
de España Editores SA”.
- Felipe Pigna, Carlos Mora, Julio Bulacio, Guillermo Cao. Historia, El mundo contemporáneo. AZ editora.
- Felipe Pigna, Marta Dino, Carlos Mora, Julio Bulacio, Guillermo Cao. Historia, La Argentina
contemporánea. A-Z editora.
- Poniatowska Elena, La noche de Tlatelolco. México. ERA, 1979.
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Índice:
Alturas de Macchu Picchu- Canto X
1
Así se prueba que los indios son inferiores (…)
2
América Latina, paisajes típicos
3
Gobiernos populares y movilización soc.
4
Violencia
7
Justicia
9
Piqueteros
10
Conclusión
11
Bibliografía
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Textos consultados
13
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