Una obra, dos traducciones, dos tradiciones. El Libro de las dueñas

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Una obra, dos traducciones, dos tradiciones.
El Libro de las dueñas en las Estorias
de Alfonso el Sabio y el Bursario de Juan
Rodríguez del Padrón
María E. Breva Iscla
Valencia
C
on una diferencia de aproximadamente 150 años, la traducción de las
Heroidas de Ovidio llevada a cabo por la cámara regia de Alfonso X el
Sabio en sus Estorias y la que Juan Rodríguez del Padrón nos presenta en su
Bursario pueden enmarcarse en tradiciones muy diferentes. La materia de
Troya en la traducción alfonsí y la moda epistolar en el caso del padronés dan
sentido a estas traducciones; aquella por su evolución hacia la historiografía,
esta por su proyección hacia la ficción sentimental.
La materia de Troya y las Estorias de Alfonso X el Sabio
La materia de Troya encontró en la Edad Media un eco sin precedentes.
El motivo de este éxito hay que buscarlo en diferentes razones; una de ellas
es la buena reputación de Virgilio durante la alta Edad Media y, por lo tanto,
de su Eneida y de su genealogía de Roma, Virgilio y otros autores dedicaron
muchas cavilaciones y mucho cuidado a probar que los troyanos, aunque
derrotados, fueron en realidad el lado virtuoso de la guerra, y que el sobreviviente Eneas vino a ser el fundador de la estirpe romana y antepasado de
Augusto (Highet, 1996, I, 92); a esta razón hay que añadir una atracción
romántica hacia el tema de Troya que aparece después de la apertura a Oriente
con motivo de las Cruzadas. El tema de Troya, por otra parte, armoniza con
dos de las más profundas preocupaciones de la época: el amor cortés y la
caída de la grandeza, representadas en dos leyendas de amor, la de Paris y
Helena y la de Troilo y Criseida o Briseida.
El papel de Ovidio como autor complementario en la transmisión de
esta materia es fundamental. Los distintos autores que la tratan acuden a las
Metamorfosis y a las Heroidas para ampliar o completar sus relatos troyanos. Ovidio, al crear sus Heroidas, se inspira en los tres grandes géneros
literarios: la épica, la tragedia y la lírica. Los ciclos más importantes de las
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
leyendas heroicas –ciclo troyano, la historia de Teseo y la expedición de los
Argonautas– están presentes.
Siguiendo a Casas Rigall (1999, 17-18, n. 6) las Heroidas de asunto
estrictamente troyano son:1
I. Penélope a Ulises,
III. Briseida a Aquiles,
V. Enone a Paris,
VII. Dido a Eneas,
XIII. Laodamía a Protesilao,
XVI. Paris a Helena,
XVII.Helena a Paris.
A las que habría que añadir por su relación indirecta:
VI. Hipsípila a Jasón,
VIII. Hermíone a Orestes,
XII. Medea a Jasón.
Tenemos pues que del total de las veintiuna epístolas que constituyen
las Heroidas, diez se enmarcan en los hechos de Troya y sus circunstancias
anteriores y posteriores.
Si pasamos a ver los hitos en la evolución de la materia de Troya tenemos:2
1. La leyenda de Troya nos ha llegado a través de los dos poemas épicos
de Homero del siglo VIII a. C., la Ilíada y la Odisea.
Calímaco y Apolonio de Rodas con su Argonáutica modernizan y continúan la tradición del ciclo troyano.
2. Virgilio concibe la Eneida como épica homérica, aunque también augusta,
y la renueva teniendo en cuenta el resto de los epígonos.
Ovidio, en sus Metamorfosis, aligera la materia en torno a Troya y Roma.
Las Heroidas de tema troyano –que es lo que nos interesa– transmiten
algún episodio o parte de algún episodio de esta temática.
3. A partir de los primeros siglos de la era cristiana la materia troyana se
divulgó también como narración en prosa a través de las compilaciones
latinas de dos supuestos mitógrafos, Dictis y Dares.3 La utilización de
la prosa, la preocupación por eliminar lo milagroso y sobrenatural y la
incorporación de observaciones realistas, haciéndose pasar por contemporáneos de los hechos –uno como griego y otro como troyano–, hacen
1
Véase también F. Moya (ed., 1986, XXV-XXVII) y A. Alatorre (ed., 1950, XXII-XXIV).
2 Véase M. Dolores Peláez (ed., 1999, 3-41).
3
Dictis el Cretense es el presunto autor de Ephemeris belli troiani (s. IV) –o Ephemerides– y Dares
el Frigio de De excidio Troiae historia (s. V o VI d. C.).
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que las narraciones de Dictis y Dares pasen como historias verídicas,
convirtiéndose en las preferidas en el medievo europeo.4
4. El interés de los reyes en las cortes medievales por establecer una genealogía hasta los héroes de la Antigüedad hace, entre otros motivos, que
surja en Francia en el siglo XII el roman. Es aquí donde hay que situar
el Roman de Troie, escrito en el siglo XII por Benoît de Sainte-Maure e
inspirado en Dares principalmente.
5. Guido delle Colonne (s. XIII), juez de Messina, compone la Historia
destructiones Troiae o Historia Troyana escrita en prosa latina. La base
de su texto es la versión en prosa del Roman de Troie de Benoît de SainteMaure, versión que sigue con bastante exactitud en algunos lugares. La
diferencia entre estos dos autores es la intencionalidad, Guido intenta
escribir una historia, intenta instruir; Benoît, por su parte, deleita.
Recapitulando, tenemos que esta breve exposición nos permite ver cómo
la materia troyana avanza desde la poesía hasta la historiografía. Es con
Dictis y Dares, que –como he dicho– utilizan la prosa, eliminan lo milagroso
y sobrenatural, y se hacen pasar por testigos de los hechos, por cronistas,
cuando la materia de Troya se inserta en la historia.
La importancia de la verdad histórica, de la autenticidad de la “historia”,
se convierte en tema de debate entre la nobleza castellana del siglo XV. En él
se puede distinguir la postura antihomérica o heterodoxa, que desacredita a
Homero por escribir sin previo conocimiento de los hechos, y que predomina
en todo el Medievo hispano y europeo con las obras de Dictis, Dares, Benoît
y Guido; y la postura homérica y ortodoxa con la Ilias latina, el Excidium
troiae, o el Libro de Alexandre en España.
Una posición intermedia o ecléctica es la que toma Alfonso X el Sabio
cuando introduce la leyenda troyana en sus Estorias, ya que se basa no sólo
en las pseudomemorias de Dictis y de Dares sino también en Ovidio y en
el Roman de Troie. En cualquier caso, Alfonso X acoge el tema como un
episodio de Historia Antigua (Alvar, 2010, 231).5 De este modo:
4
Casas Rigall (1999, 21) comenta que ya Isidoro, en sus Etimologías, menciona al frigio como el
primer historiador gentil.
5 En España las primeras referencias a la leyenda troyana se remontan al siglo XI y son inscripciones
sepulcrales latinas. En romance la referencia más antigua se encierra en los Anales Toledanos
Primeros (1217) y se trata de la alusión a la fundación de Toledo por descendientes troyanos.
La primera manifestación literaria en romance es la digresión sobre la guerra de Troya que
encontramos en el Libro de Alexandre de mediados del siglo XIII.
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
Alfonso incorpora once de las epístolas compuestas por Ovidio –Libro de
las dueñas–, diez en la General estoria (GE) y una, la VII, de Dido a Eneas,
en la Estoria de España (EE). Además, menciona otras cinco epístolas.
En la Estoria de España los datos sobre episodios relacionados con la
materia de Troya son muy limitados, siendo las Heroidas uno de sus modelos
principales. En la General estoria los hechos troyanos tienen, por la misma
naturaleza de la obra, mayor cabida y se distribuyen sobre todo entre las
Partes I a III de la compilación alfonsí, el núcleo de la historia de Troya se
encuentra en la Parte II y abarca desde su origen hasta su destrucción (Casas
Rigall, 1999, 113-114).
Si distribuimos las Heroidas que tienen relación con el tema troyano
dentro de la “Estoria troyana” de la General estoria de Alfonso X:
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Igualmente, si estructuramos la materia troyana de la General estoria
y las Heroidas correspondientes siguiendo a Casas Rigall (1999, 113-207
y 243-264):
Tenemos que de las diez Heroidas incluidas en la General estoria (I,
II, IV, V, VI, VIII, IX, X, XII y XIV) cinco se reparten a lo largo del relato
troyano (I, V, VI, VIII y XII), además de mencionar en el mismo tres otras
epístolas sobre el tema (III –con restricciones–, XVI y XVII). La epístola VII,
de Dido a Eneas, requiere especial atención ya que en la Estoria de España
y en la General estoria aparecen versiones diferentes, siendo la Estoria de
España la que sigue la Her. VII de Ovidio.
De todas las Heroidas de tema troyano, Alfonso X el Sabio únicamente
deja por traducir o mencionar la Her. XIII, de Laodamía a Protesilao –habría
que ver si la mención a la Her. III es o no errónea. En cualquier caso, la
materia de Troya y, sobre todo, su evolución hacia la historiografía se presenta
como fundamental en la traducción alfonsí de las Heroidas.
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
El Bursario y la tradición epistolar6
La traducción que Juan Rodríguez del Padrón realiza de las Heroidas
con el título Bursario –aproximadamente 150 años después de la que realiza
la cámara regia de Alfonso X– puede ser enmarcada dentro de la tradición
epistolar tan en boga en la época. A esta traducción –más o menos ajustada,
en la que falta la Heroida XV– Juan Rodríguez del Padrón añade un prólogo general y unos epígrafes introductorios a cada carta, pero además, a
continuación de ella y como cierre de la misma, Juan Rodríguez del Padrón
añade tres cartas, cartas originales de él a imitación de las ovidianas –“Carta
de Madreselva a Mauseol”, “Carta de Troylos a Breçayda” y la respuesta
de ésta, la “Carta de Breçayda a Troylos”. Van a ser estas tres cartas las
que centren nuestro interés; en ellas Juan Rodríguez del Padrón recoge la
herencia ovidiana de las Heroidas y, con ellas, parece descubrir la función
narrativa de la correspondencia epistolar que aplicará, aunque en un estado
muy inicial, en Siervo libre de amor.
La razón de ser de esta tradición epistolar hay que buscarla en la misma
evolución de la sociedad medieval. Mientras hablar en público era un arte
que en la Antigüedad latina debía conocer cualquier candidato a los honores,
“ya en el siglo VI –si hay que creer a Cesario de Arlés– no sabían hablar ni
los obispos” (C. Castillo, 1974, 442). Las cartas se introducen progresivamente en el terreno de la elocuencia, lo que corrobora el hecho de que las
artes dictaminis del siglo XII fijen las normas del arte de escribir epístolas
de manera análoga al modo en el que la retórica antigua reglamentaba el
discurso; el arte epistolar sustituirá de este modo a los antiguos tratados de
arte oratoria.
La redacción de cartas y documentos va a ser un conocimiento muy apreciado durante toda la baja Edad Media y va a formar parte de la educación de
cualquier hombre instruido. Las cartas de corte ovidiano, en las que predominan los componentes subjetivos y personales, se adaptan perfectamente a
la nueva cultura sentimental e individualista y son especialmente aptas para
expresar el nuevo tipo de relaciones amorosas que vienen desarrollándose en
España desde finales del siglo XV. El éxito social de estas cartas que sirven,
en muchos casos, para proporcionar modelos epistolares está garantizado,
pero también su éxito literario.
En estas misivas de Juan Rodríguez del Padrón encontramos los elementos básicos del carteo epistolar como acción narrativa que, de forma
embrionaria, se combinan en Siervo libre de amor. El descubrimiento de
esta función narrativa de las cartas, que –como ya he dicho– se deja sentir
6
Para el Bursario y las cartas originales de Juan Rodríguez del Padrón cito por la edición de P.
Saquero y T. González (2010). Para las Heroidas por la edición de F. Moya del Baño (1986).
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en Siervo libre de amor, irá desarrollando sus posibilidades a lo largo del
género sentimental –iniciado con esta misma obra– y llegará a constituirse
en forma narrativa total en el Proceso de cartas de amores de Juan de Segura
(1548), primer ejemplo de novela epistolar en lengua románica (Prieto, ed.,
1986, 32). De este modo:
Proceso de
Vista parcialmente la proyección de estas cartas hacia la ficción sentimental, podemos pasar a ver su dependencia de las Heroidas.7
En la “Carta de Madreselva a Mauseol” la heroína Madreselva se encu�entra escribiendo de noche, en la cárcel, a su amado Mauseol, y cuenta
retrospectivamente los sucesos que la han llevado a tal situación. La amante
abandonada que reprocha al ausente su infidelidad es el tema favorito de
las Heroidas y la elaboración del tema, que empieza casi in extremas res
para retroceder a los comienzos y acabar con hechos posteriores a los del
comienzo, está aprendido de las Heroidas y, en particular, de la Her. IX,
epístola de Deyanira, en donde, la queja por la infidelidad de Hércules con
Yole le da motivo para pasar a contar sus amores anteriores.
Si pasamos a ver, por ejemplo, el principio de la epístola de Madreselva:
Carta de Madreselva a Mauseol
La carta y la buena noche aya Mauseol, varón de las partes de Acaya. E la
Pantasilea, reina sin rey, en cualquier tiempo osava y podía escrevir al no
conocido amado Étor; la biuda Cleopatra al leal amante Felipo de Corintio.
E yo la Madreselva, reina sin reino, que reinar solía en Calidonia, primeramente que amasse, aún no só señora de pensar en quién amo, ni oso, con
pavor del día, en las negras aguas abevrar el cálamo, y la mayor parte de la
7 P. Saquero y T. González (eds., 2010, 53 y ss.) consideran las cartas originales de Rodríguez del
Padrón como herederas directas de las Epistulae Heroidum y esto sin necesidad de comprobaciones
sobre la presencia o ausencia de elementos ovidianos. Su afirmación se basa en el hecho de que
estas cartas cumplen, en primer lugar, las reglas internas que rigen la epístola heroico-literaria y,
en segundo lugar, por contener motivos de las Heroidas y surgir de idénticas circunstancias.
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
noche passada aún no me es segura. Ya tiene el silencio a todas criaturas y
aun los que bien aman ya suelen dormir, mas yo soy aquella que sola hago
la vela. ¡Mauseol, Mauseol, responde sy amas! Respondía Faón en cualquier
tiempo a la epístola de Lesbia Mitilena. Quien bien ama vence el sueño,
y ningund trabajo le es por vencer, así Tracia, que amava sobre los nueve
peligros, e Tisbe, bien amando, venció en velar al velante Píramo. Llamo y no
respondes, mesquina, y duermes. ¡Tú amas, y puedes dormir! Reposa Mauseol con Artemisa, hija de la encantadora; e la Madreselva, por él condenada
a batalla con las sirpientes en la dura cárcel. El pazible sueño tiene al hermano
de Oricia: la cuitosa vela tiene la nieta de Jove. Demandas la causa por que
mejor ama. No te maravilles si en la tenebrosa hora, y muy nueva a nuestra
escriptura, la diestra mano robe el tiempo del mejor reposo a los tristes ojos
que en tiniebras y soledat de amor y pensamiento son más poderosos, e su
grand poderío no ha por mostrar contra el mesquino coraçón del amante.
Mayormente, que la osada noche dio logar a la carta qu’el día temeroso
no quiso otorgar; la cual, si tardó, culpar no deves. Después de aquel día
que nos tomó todos solos mi madre Adelfa en nuestra mayor folgura, sin
quebrantar la fe a la casta Diana, soy encarçelada en la profunda cárcel de la
más alta torre de mi alcáçar de Antíope, e deseredada de mi señoría por la
cruel mano de mi tío Aritedio, hermano de Hércoles, mi falecido padre, [...]
(257-259, cursiva mía).
También Hipermestra (Her. XIV) está encarcelada aunque cargada de
pesadas cadenas porque su mano tuvo miedo de clavar la espada en la garganta de Linceo:
Clausa domo teneor grauibusque coercita uinclis;
Est mihi supplicii causa fuisse piam.
Quod manus extimuit iugulo demittere ferrum,
Sum rea; laudarer, si scelus ausa forem. (vv. 3-6)
[Se me tiene encerrada en prisión y cargada de pesadas cadenas; la causa de
mi suplicio es haber sido piadosa. // Porque mi mano tuvo miedo de clavar
la espada en tu garganta, soy rea; se me alabaría si hubiese osado el crimen.]
Las alusiones a las serpientes abundan en la epístola de Deyanira a Hércules (Her. IX):
Inter serpentes aprosque auidosque leones
Iactor et esuros, terna per ora canes. (vv. 37-38)
[Entre serpientes, jabalíes y ávidos leones me agito y entre perros dispuestos
a morder con sus tres bocas.]
La relación entre algunas de las epístolas de las Heroidas, el Bursario y
la carta de Madreselva se puede ver en detalle.
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De la epístola de Enone a Paris (Her. V) provendría la declaración de
amor de Mauseol. Enone, en su epístola, recuerda la inscripción que Paris
le hizo en la corteza de un álamo por la que las aguas del río Janto volverían
hacia su fuente si Paris abandonaba a Enone:
La comparación entre la crueldad de Mauseol y el “diamante oriental”
o el “saldo azero” procede de la Her. II:
Olga T. Impey (1980, 289) añade que en esta carta, aunque llena de referencias de las Heroidas –la estructura formal y determinados elementos son
ovidianos–, Juan Roríguez del Padrón no sólo forja un argumento nuevo y
personajes originales, sino que el espíritu completo de ella está lejos del de
Ovidio al eliminar las alusiones eróticas, la pasión y la sensualidad.
La “Carta de Troylos a Breçayda” y la “Carta de Breçayda a Troylos”
corresponden formalmente a las cartas dobles o por parejas de las seis últimas
Heroidas y el tema es la separación de los jóvenes amantes durante la guerra
de Troya: Calcante, sacerdote troyano y padre de Breçayda, huye al campo
griego y reclama a su hija, motivo por el que ella se tiene que separar de
Troylos. Troylos le escribe recriminándole su abandono y su entrega al griego
Diomedes. Breçayda responde con argumentos contundentes en defensa de
su fidelidad y reprocha a Troylos su cobardía por haberla dejado marchar, y
su avaricia, que le hizo preferir el saqueo de las tiendas griegas a su rescate.
Las referencias, alusiones y recuerdos de las Heroidas parecen constantes
tanto en la carta de Troylos como en la de Breçayda.
Troylos en su carta escribe lo que ésta le decía:
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
E dezías tú, Breçayda: “O cuánto me ternía por bien aventurada si agora
yo supiese la arte mágica, que es la alta sciencia de los mágicos, por la cual
han poder de hazer del día noche y de la noche dia por sus sabias palabras
y maravillosos sacrifios! ¿E por qué no só yo agora tan poderosa de hacer
aquesto e constreñir y apremiar los vigorosos rayos de la claridat del día,
como hizo Júpiter, que hizo crecer la noche en que Hécoles nasció, segund que
Daymira cuenta en su letra, y como hizo Medea por sus encantamientos venir
los muy bravos toros de Mares que tenían los pies de azero, duendos y mansos
al yugo del mancebo griego, y adormeçer al velante dragón? E por qué no
es agora a mí possible de tirar la fuerça al día?”. (273, cursiva mía)
Palabras que recuerdan la larga noche en que fue engendrado Hércules
según lo que cuenta Deyanira (Her. IX) en su carta, como por ejemplo:
At non ille velit, cui nox (si creditur) una
Non tanti, ut tantus conciperere, fuit. (vv. 9-10)
[pero no lo quiera aquel para el que una sola noche (si esto se cree) // no
fuese suficiente para que tú, tan grande, fueses concebido.]
Igualmente nos habla de los “encantamentos” de Medea, quien hizo venir
los “bravos toros de Mares” que tenían los “pies de azero”. Reminiscencia
que proviene de la epístola XII, de Medea a Jasón:
Martis erant tauri plus quam per cornua saevi,
Quorum terribilis spiritus ignis erat,
Aere pedes solidi praetentaque naribus aera,
Nigra per adflatus haec quoque facta suos. (vv. 41-44)
[Los toros de Marte eran más que temibles por sus cuernos, terrible era su
aliento de fuego, sus pies enteramente de bronce, y bronce guarnecía sus
narices, ennegrecido también este por los resoplidos.]
Breçayda contesta a Troylos con una carta bastante más extensa, en donde
abundan las referencias a nuestras heroínas y a sus parejas, así nos habla de
Paris, de la ninfa Oenone, de Fedra, Hero, Leandro, etc.
Una referencia muy clara es la de la destrucción de la ciudad de Breçayda
de la Her. III:
Diruta Marte tuo Lyrnesia moenia uidi
(et fueram patriae pars ego magana meae);
Vidi consortes pariter generisque necisque
Tres cecidisse (tribus, quae mihi mater erat). (vv. 45-48)
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[Destruidas por tu Marte vi las murallas Lirnesias (y había sido yo una parte
no pequeña de mi patria); vi caer a mis tres hermanos, consortes por igual
de nacimiento y muerte (de los tres era madre la que para mí.)]
Con su parangón en la carta de Breçayda: “Miémbrate cómo fue destruyda
la noble cibdat de Lernesina, criança y hechura de mí, apartados de la humana
vida mi antigua madre, marido, hermanos, más dignos de piedat que de pena,
a las crueles manos de tus enemigos [...]” (283).
La dependencia de estas cartas de las Heroidas –seguramente a través del
Bursario– parece fuera de duda. Su proyección hacia la ficción sentimental
no se limita –como hemos visto– a la función narrativa que el mismo autor
esboza en Siervo libre de amor, Juan Rodríguez del Padrón aparece como
creador de Madreselva –prototipo de doncella que como característica de
la ficción sentimental posterior ama con decoro– e, igualmente, singulariza
sus personajes masculinos. Mauseol y Troylos nada tienen de poderosos o
crueles, sino que son débiles y patéticos, incapaces de defenderse a sí mismos: es Troylos y no Breçayda quien se queja de abandono, alejándose del
héroe ovidiano. Juan Rodríguez da forma masculina a la queja femenina de
Ovidio. Papel importante no sólo en Siervo libre de amor, sino en toda la
ficción sentimental.
Bibliografía
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HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
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Resumen:
Con una diferencia de aproximadamente 150 años, la traducción de las Heroidas de Ovidio
llevada a cabo por la cámara regia de Alfonso X el Sabio en sus Estorias y la que Juan Rodríguez
del Padrón nos presenta en su Bursario pueden enmarcarse en tradiciones muy diferentes. La
materia de Troya en el caso de Alfonso el Sabio y la moda epistolar en el caso del padronés
dan sentido a estas traducciones; aquella por su evolución hacia la historiografía, esta por su
proyección hacia la ficción sentimental.
Palabras clave:
Heroidas, Alfonso X el Sabio, materia de Troya, historiografía, Bursario, moda epistolar,
ficción sentimental.
Abstract:
With a difference of about 150 years, the translation of Ovid’s Heroides conducted by Alfonso
X the Wise in the Estorias, and the one produced by Juan Rodríguez del Padrón under the
title of Bursario, can be considered to be part of very different traditions. The Trojan matter in
Alfonso the Wise, and the epistolary tradition in Juan Rodríguez del Padrón, give meaning to
these translations –the first one by its evolution towards historiography; the second one by its
projection into sentimental fiction.
Keywords:
Heroides, Alfonso X the Wise, the Trojan matter, historiography, Bursario, epistolary tradition,
sentimental fiction.
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