Protección en Europa

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Protección en Europa
La guerra, la persecución por causas políticas, el hambre y circunstancias de vida adversas
obligan a los seres humanos a abandonar su hogar. Una pequeña parte de ellos se encamina
hacia Europa. La tragedia de Lampedusa en octubre de 2013 en la que murieron más de 300
refugiados podría haber despertado bruscamente la conciencia en la política europea con
relación a los refugiados. Sin embargo, las personas que en las fronteras exteriores de Europa
buscan protección siguen siendo tratadas como si fueran un enemigo hostil que debe ser
combatido.
A los refugiados que consiguen llegar a Europa les esperan a menudo grandes trabas. No
pueden elegir libremente su lugar de residencia. Si a pesar de ello intentan entrar en el país
elegido, se arriesgan a ser extraditados, detenidos o a quedar a la merced de la arbitrariedad
policial. El «Reglamento de Dublín» posibilita que los refugiados sean transportados por
Europa como si fueran mercancías. Al final acaban en países desbordados por la situación,
donde los solicitantes de asilo, aun siendo menores de edad, son sistemáticamente
encarcelados. No debemos seguir tolerando estas políticas de aislamiento, de ausencia de
solidaridad y de reparto injusto de las tareas de acogida.
Exigimos que los Estados miembros de la UE creen un derecho de asilo común y digno
que no esté marcado por el egoismo de los Estados, sino por la responsabilidad y la
solidaridad. La obligación de brindar protección a los perseguidos debe seguir siendo
ilimitada.
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Europa debe ayudar a las personas en dificultades y posibilitar rutas legales de
amparo. Las personas sobre las que se cierna una amenaza acuciante deben poder
solicitar el visado humanitario en las embajadas de los Estados miembros de la UE
situadas en el país de origen. Especialmente las personas que se encuentren en una
zona bélica deben poder beneficiarse de esta medida. Los refugiados no deben seguir
arriesgando sus vidas para llegar a Europa y no deben seguir siendo criminalizados
cuando soliciten asilo en Europa.
Los refugiados deben optar en todos los Estados miembros de la UE a los mismos
estándares mínimos de asistencia y a las mismas oportunidades para solicitar un
proceso de asilo justo. Los seres humanos deben poder vivir allí donde tienen
contactos y no donde fueron detenidos por primera vez.
Para posibilitar una asistencia a los refugiados igualitaria en todos los Estados
miembros de la UE, deben repartirse los recursos económicos de forma justa. Para
evitar los altibajos actuales en el trato a los refugiados y posibilitar la puesta en práctica
de un derecho vinculante de asilo en Europa, debe crearse un fondo para refugiados
en el que los Estados miembros de la UE ingresen una contribución económica
adecuada. La Unión Europea debe ser entendida como un espacio común de
protección para los refugiados.
Los dispositivos europeos de protección fronteriza deben ser entendidos como
medidas de seguridad, pero su misión nunca debe ser la de poner en peligro la vida
de otros seres humanos. Las muertes masivas de refugiados no deben ser ni
legitimadas por la protección fronteriza ni aceptadas pasivamente. El rescate de vidas
humanas debe tener un carácter prioritario.
Nosotros, los escritores europeos, esperamos que los Estados miembros y las
instituciones de la Unión Europea cumplan con sus obligaciones humanitarias y
entiendan que proteger a los seres humanos y otorgarles una perspectiva de futuro
es una tarea comunitaria y urgente.
Traducido por Translate for Justice
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