Editorial Cuatro perspectivas sobre la regulación de servicios

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4
Editorial
Cuatro perspectivas sobre la regulación de servicios públicos
Julián Daniel López-Murcia
6
Ventana de opinión
La ética y la política
Bernardo Gaitán Mahecha
8
Los veinte años de la Ley 142 y algunos aspectos
de economía institucional
Luis Guillermo Vélez Álvarez
14
Entrevista
La Ley 142 no es “el fin de la historia”
Hugo Palacios Mejía
20
Mayor cobertura, equidad y alianzas público–privadas: los
principales avances en estos veinte años de la Ley 142 de 1994
Luis Felipe Henao Cardona
24
¿Por qué no pasar de la Agencia Reguladora
Independiente a la Empresa Regulatoria?
Julián Daniel López-Murcia
30
La protección de los usuarios de servicios de
comunicaciones: veinte años después de la Ley 142 de 1994
Pablo Márquez Escobar
38
La Ley 142 de Servicios Públicos a la luz del régimen colombiano
de Protección de la Competencia
Felipe Serrano Pinilla
44
Los servicios públicos domiciliarios
y la libre competencia
Carlos Andrés Uribe Piedrahita
52
¿Tiene el transporte urbano algo que aprender de las
reformas a los servicios públicos domiciliarios?
Felipe Núñez Forero
60
En veinte años, ¿qué ha pasado con la participación ciudadana?
Judith Sofía Echeverría Molina
64
68
72
Entrevista
La ley 142: veinte años después
Óscar Gutiérrez Herrán
Carolina Deik Acostamadied
Perspectivas alternativas
El show de los Pistorius: la violencia conyugal
Ricardo Chica
La mano invisible
Daniel Chicaíza Cosme
e
ditorial
Cuatro
perspectivas
sobre la
regulación de
servicios públicos
Julián Daniel López-Murcia*
U
no de los libros que más me impactó cuando estudié regulación de servicios públicos en la London
School of Economics fue “The art of the State” de
Christopher Hood. Basado en la teoría cultural de
Mary Douglas, Hood desarrolla una tipología que permite
clasificar la mayoría de aproximaciones a la administración
pública en cuatro categorías: “jerarquizada” (alta consideración frente al grupo y las reglas), “igualitaria” (alta consideración frente al grupo, pero más cercana a la discusión y
negociación que a reglas generales), “individualista” (más
centrada en el individuo que en el grupo y con preferencia
por la negociación) y “fatalista” (apartada del vínculo con
el grupo, pero cercana a la noción de reglas generales).
En el caso de los servicios públicos en Colombia, desde
una perspectiva “jerarquizada”, los problemas de su provisión se deben al incumplimiento de las normatividad y
la deficiente experticia de los operadores (“todo es culpa
de las administraciones municipales”). En consecuencia,
sus propuestas usualmente incluyen una regulación más
estricta y detallada (“se necesita que cumplan los reglamentos técnicos de los expertos del DNP y del Ministerio
de Vivienda”) y mayores herramientas para monitorear y
controlar su cumplimiento.
En contraste, desde una perspectiva “igualitaria”, los problemas de los servicios públicos se derivan del abuso de
poder de quienes se encuentran en la cima de las organi* Abogado y Magíster en Derecho Económico de la U. Javeriana, con Maestría en Regulación de
London School of Economics, y candidato a doctorado de la U. de Oxford. Con más de diez años de
experiencia en regulación de servicios públicos en el gobierno y el sector privado. Profesor en Javeriana y Andes. A partir de septiembre, dictará el curso de regulación ambiental transnacional en el Center
for Transnational Legal Studies de Georgetown University en Londres. Su artículo más reciente sobre
agencias regulatorias en países en desarrollo fue el más leído del Journal of Politics in Latin America
en el 2013. Twitter: @JulianLopezM
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JAVERIANA
REVISTA
zaciones (“todo es culpa del Gobierno Nacional”). Y la solución pasa, necesariamente, por una mayor participación de
la ciudadanía en su organización (“es preciso reforzar los
Comités de Desarrollo y Control Social”).
Por su parte, desde una perspectiva “individualista”, el
problema es la falta de incentivos y de información. Aquí
están aquellos para quienes la prestación de los servicios
públicos puede mejorarse a través de la competencia
entre prestadores (“la prestación del servicio depende de
que funcionen bien la SIC y las comisiones de regulación”)
y las tarifas son el mecanismo de información por excelencia. Y, para un “fatalista”, simplemente, todo va fallar (“a lo
sumo, algunos mecanismos aleatorios de control podrían
resultar útiles”).
Sin embargo, como Hood explica, todas tienen fallas
inherentes, todas pueden dar lugar a consecuencias
indeseadas. Los planes, demasiado ambiciosos, propios
de las estructuras “jerarquizadas”, con mucha frecuencia
tienen dramáticos colapsos (“¿cómo monitorear más de
1 100 municipios?”). La perspectiva “igualitaria” puede
crear cientos de “islas” con malos servicios. La perspectiva
“individualista” cierra espacios para la cooperación (“¿qué
pasa si una familia con niños no tiene recursos para pagar
el suministro de agua?”) y puede abrirlos para la corrupción individual (“¿por qué han venido tantas veces a revisar las redes del gas?”). Mientras la perspectiva fatalista
puede llevar a la inacción.
En Colombia, como en cualquier otro país del mundo,
el “péndulo” de los servicios públicos no ha dejado de
moverse entre todas esas aproximaciones, de modo que
ninguna, como lo explica Hood, puede reclamar válidamente ser más moderna que la otra. En otros términos,
el país se ha movido entre lo público y lo privado, entre
lo centralizado, lo descentralizado y lo ‘recentralizado’,
en busca de alcanzar “lo moderno”. Por ejemplo, en los
años ochenta se decía que una de las mayores causas
del deficiente servicio de acueducto en el país era su
organización, excesivamente centralizada a través del
INSFOPAL. La “modernización” del sector, por tanto, pasaba necesariamente por su profunda descentralización. Y
la Constitución de 1991 y la Ley 142 de 1994 avanzaron
de forma muy importante en ese sentido. Sin embargo,
treinta años después, el impulso “modernizador” del
Gobierno Nacional pareciera estar enfocado en un mayor
control y gestión desde Bogotá a través del DNP, del Viceministerio de Agua, de FINDETER, y del propio Ministerio
de Hacienda.
Pues bien, aquí cierro mi breve introducción, y los invito no
solo a disfrutar un muy buen número de la Revista Javeriana, en el que hemos procurado contar con aportes desde
estas cuatro aproximaciones a los servicios públicos, sino
al evento del 14 de agosto de este año sobre los veinte
años de la Ley 142 de 1994, que hemos venido organizando los miembros del Centro de Estudios de Servicios
Públicos, Infraestructura y Telecomunicaciones (CESIT) de
la Javeriana con la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, en el que presentaremos, entre otros,
los resultados del trabajo de varios investigadores de las
universidades Javeriana, Nacional y del Norte, en respuesta a las problemáticas en el sector identificadas por
quienes implementan a diario la regulación de los servicios
públicos en Colombia .
RJ
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JAVERIANA
REVISTA