Motivación para el último día

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Ver el mundo con los ojos de los niños y jóvenes pobres
y así cambiar nuestros corazones y actitudes como hizo María
MOTIVACIÓN DEL DÍA
1. Querer ver la realidad desde la óptica de los niños pobres
 Requiere un esfuerzo serio y una voluntad sincera de acercarnos a su realidad; a sus
aspiraciones; a sus necesidades y valores; a su forma de ver el mundo…
 Implica abandonar seguridades y determinadas formas de hacer y de pensar.
 Conlleva, ante todo, situar a los niños pobres activamente en la raíz de la criteriología de
nuestros análisis, evaluación e interpretación de la realidad.
Supone situarlos en el centro de nuestro discernimiento y elaboración de decisiones, en el foco
de irradiación de nuestro ser y hacer apostólico como religiosos.
Esta actitud no es algo transitorio y esporádico, sino que constituye una forma permanente de
ver y vivir.
Así como “Marcelino nos intuyó en los ojos de este muchacho ignorante” asumir la óptica de
los niños pobres es crear condiciones para entender mejor la experiencia Montagne de
Champagnat y su intuición fundacional.
Es un camino de conversión.
2. Implicaciones de ver el mundo con ojos de un niño pobre.
 Hay una pregunta que surge de la propuesta capitular: ¿Qué supondría para la vida y la misión
marista ver el mundo desde los ojos de los niños pobres, que son nuestros principales
destinatarios?
La relación es clara por parte del Capítulo: ver el mundo… y así cambiar nuestro corazón y
actitudes.
El itinerario de conversión al cual nos invita el Capítulo hace relación con las consecuencias
de esta actitud de intentar ver el mundo con los ojos de los niños pobres.
 Es la insistencia frente a lo que ya nos dijo el XIX Capítulo General:
Misión 11: “El Evangelio exige que la realidad sea interpretada, cada vez más, a partir del
punto de vista de los pobres”.
Solidaridad 8: “Nos sentimos llamados a una conversión de mentalidad y de comportamiento,
es decir, a ver el mundo con los ojos de los pobres...”.
 Nos encontramos con una de las tres grandes líneas de nuestro Capítulo, o “llamadas
urgentes”:
“Una presencia fuertemente significativa entre los niños y jóvenes pobres”.
Hace 16 años dijimos:
“Ha llegado la hora de asumir colectivamente, de manera decidida y inequívoca, la
llamada evangélica a la solidaridad”.
“Todos los hermanos del Instituto estamos llamados a la solidaridad. No todos la
viviremos de la misma forma. Como expresión de la opción por los pobres, que cada
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Provincia asume, algunos somos llamados a trabajar directamente entre ellos y como
ellos (en número tal que realmente pueda hablarse de opción preferencial), pero
todos, dondequiera que nos encontremos, estamos llamados a trabajar por ellos
y a organizar nuestra vida y nuestro apostolado desde la perspectiva de los
pobres”.
Preguntas:
¿Qué nos pasa cuando ideologizamos el tema?
¿Qué nos pasa cuando polarizamos el tema?
¿Qué nos pasa cuando nos peleamos por el tema?
¿Qué nos pasa cuando nos defendemos del tema?
¿Qué nos pasa cuando evitamos el tema?
¿Qué nos pasa cuando nos produce malestar el tema?
Una vez más: nuestra preferencia por los niños y jóvenes más necesitados…
forma parte de nuestros orígenes,
forma parte de nuestro camino de acercamiento al Señor,
forma parte de nuestro proceso de conversión,
forma parte de nuestra identidad.
¿Qué te pide el Señor en este momento?
¿Qué nos pide el Señor en este momento del Instituto?
3. Convicciones que enmarcan la reflexión
Entre otras (aparecen en nuestros documentos):
 Creer en Dios Padre es sabernos todos miembros de la familia humana: hermanas y hermanos
en Jesús. Esta conciencia nos lleva a defender la dignidad de toda persona, en especial las
que viven en condiciones de mayor carencia.
 Con la Encarnación, Jesús se em-pobrece, se solidariza con los pobres, se hace uno de ellos,
revela al Padre el carácter de su amor gratuito por todos. Los seguidores de Jesús, al participar
de su misión, vivimos la opción por los pobres desde el desprendimiento y la solidaridad con
sus causas justas.
 El Padre Champagnat se hace sensible a las necesidades de su tiempo y funda una comunidad
de hermanos para educar cristianamente a niños y jóvenes, en especial a los más desatendidos.
Como Hermanos Maristas, y por fidelidad al carisma, estamos llamados a actualizar esta
intuición fundacional.
 Aparece como dato objetivo el que los desatendidos, los pobres, no son, hoy por hoy, los
destinatarios mayoritarios de nuestra pastoral. Al no serlo, parece insostenible afirmar que son
los preferidos. Y la experiencia enseña que la vitalidad de una familia religiosa guarda
estrecha relación con su vivencia de la pobreza evangélica, la cual es inseparable del amor, la
solidaridad y el servicio a los pobres.
 El llamamiento que se nos hace en favor de los pobres y los que sufren la injusticia es un
auténtico don del Espíritu Santo. Para nosotros, acoger este don supone una gran dosis de
creatividad e imaginación desde una actitud básica de disponibilidad a Dios.
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4. Algunas consecuencias para la vida y la misión marista.
(Documento de hace unos años)
 “Escuchar” desde el corazón lo que ven los ojos del niño pobre, “entender” lo que se oye desde
la perspectiva del pobre, sólo se puede vivir a partir del contacto y convivencia con ellos.
Solamente la experiencia de cercanía con el pobre en actitud de aprender de él nos podrá
evangelizar (es decir, llenar del Evangelio de Jesús).
 Difícil aprender del pobre desde la perspectiva del rico.
 Difícil hacer vida el discurso institucional (Constituciones, Circulares, Documentos del
XIX Capítulo General) desde estructuras o posiciones de acomodamiento, privilegio,
bienestar, seguridad...
 Ver la realidad desde la óptica del niño pobre tiene un sentido totalizante y globalizador.
Abarca toda la vida (consagración, misión, espiritualidad, estilo de vida...).
Es una forma de estar presente y de relacionarse con la sociedad, que no es otra que desde los
pobres y oprimidos.
No es algo coyuntural, complementario o temporal; es algo estructural y profundo.
No es de algunos, es de todos.
 Difícil vivir esta experiencia vital si sólo nos quedamos en realizar “experiencias”.
 Difícil llegar a este sentido totalizante si no integramos a nuestro testimonio personal el
de las estructuras y el de la comunidad institucional.
 Desde la perspectiva de los niños y jóvenes pobres se construye un camino espiritual propio
o forma de llegar a Dios.
Es la espiritualidad del encuentro con Dios en el mundo y en la historia; donde Dios es
escuchado, amado y servido.
Es la espiritualidad que promueve la vida desde el trabajo por la justicia.
Es el camino espiritual en donde aparece el pobre como sacramento vivo de Dios e
interpelación del Espíritu.
Es la espiritualidad que busca al Dios salvador y liberador.
 Difícil recorrer este camino espiritual sin una fe fuerte en Jesús, único absoluto.
 Difícil vivir esta espiritualidad con una oración alejada de la vida, o con una vida alejada
de las situaciones sufrientes de los hombres y mujeres de nuestra sociedad.
 A partir de la óptica de los niños pobres queda limitado un estilo de vida que configura la vida
de cada Hermano, de cada comunidad y obra, y del mismo Instituto.
Tal estilo exige renunciar a toda riqueza (bienes materiales, culturales, espirituales) que se
manifieste como poder o dominio, y no sirva para la comunión y el servicio.
Supone sobriedad, estilo sencillo de vivir, austeridad, uso equilibrado de los bienes.
 Difícil testimoniar este estilo de vida donde prevalezcan los criterios de eficacia, orden,
engrandecimiento, prestigio.
 Difícil anunciar la sola riqueza que es Cristo desde la comodidad y el confort, desde la
búsqueda de seguridades humanas.
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 Al interpretar la realidad desde los ojos del niño pobre, se matiza nuestra consagraciónmisión desde el rasgo característico de la misión de Jesús: anunciar la Buena Nueva a los
pobres.
Ellos se convierten en los destinatarios preferentes y mayoritarios de nuestra acción.
Se educa y se evangeliza a partir de su visión.
Se fomentan las relaciones igualitarias entre las personas y los valores solidarios.
Se dinamiza la capacidad crítica para ver e interpretar el mundo.
 Difícil ser solidarios de los pobres y de sus causas justas sin gestos reales de solidaridad.
 Difícil cuestionar evangélicamente a la sociedad desde el aburguesamiento insensible y
progresivo que nos proporciona el contacto con quien tiene y puede.
 Hacer camino desde el pobre supone aceptar procesos lentos y pacientes de personas y
estructuras, donde las utopías se integran con metodología y praxis, reflexionadas y
discernidas, para llegar a ellas.
Supone búsqueda y discernimiento; caminar juntos Hermanos, grupos de decisión y
animación; superar polarizaciones y equilibrar tensiones; vivir con coraje y esperanza; creer
que Dios puede hacer nuevas todas las cosas.
 Difícil superar inmovilismos cuando las obligaciones absorben todo el tiempo disponible.
 Difícil hacer camino permaneciendo sólo en un nivel de ideales (documentos, teoría,
concienciación) que solamente producen mala conciencia.
ORGANIZACIÓN DEL DÍA:
 TIEMPO PERSONAL DE LA MAÑANA.
Leer documento: Salgo de mí y me dejo tocar por ellos… como María
Respondo las preguntas, reflexiono, oro …
 TIEMPO PERSONAL DE LA TARDE.
Dedico este tiempo a elaborar el Proyecto Personal de Vida según esquema que se me
presenta.
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