124 ANALES 1 • orinó como si estuviera sano. Continuó el delirio y movimientos convulsivos: repitiéronse por la noche tres lavativas, y depuso algunas heces'en corta cantidad y naturales. A las diez de la noche perdió enteramente la voz , arrojando con abundancia espuma muy blanca. Tenia en convulsión, la mandíbula inferior .desde la noche precedente j, y desde entonces se notaba junto á él un hedor insoportable. Hizo ademanes de morder volviendo la cabeza hacia todos lados. A las once y media de la noche vino él sudor mortal en tanta copia que le caia de las sienes: siguióse á este una quietud suma, y espiró en punto de las doce. • "> Sin contar los quatro dias de desazón, incomodidad y babeo que precedieron al momento en que sintió el enfermo el cruel escozor.en la parte mordida, pasaron casi quarenta horas de rabia manifiesta antes de recibir remedio alguno. Su estado era desesperad o ^ á pesar de ello se resolvió darle los polvos vegetales de dos en dos horas en dosis de una dracma, los que se reduxéron á pildoras, no pudiendo el enfermo recibirlos de otro modo por las mortales convulsiones que le causaban los líquidos. Mientras se preparó en la botica la primera toma ó porción de pildoras lé hicieron al enfermo la curación local, esto, es, una herida en el labio, en la que se le aplicaron los acostubrados cáusticos , de lo qual resultaron dolores 1 i No pude menos de extrañar semejante operación, que re* puté inútil en aquel caso. Todos saben, que el remedio seguro contra la mordedura de un perro rabioso es la amputación instantánea de la parte mordida: mas no siempre es practicable, y en este caso se le substituyen las escarificaciones y cauterios, que se procuran renovar para mantener abierta la llaga muchas semanas á, fin de que por ella salga todo e l veneno, que se supone aun detenido é inerte en aquella parte* Pero quando se desenvol ¿