Fvotoccióiv contra el.(desgaste, (yo no me explico c»mo ¿e Pod.an

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Un asunto que siempre ha tenido una in
mensa atracción hacia mi, y que también ha si
do objeto de grandes esludios, por parte de mu
chos hombres de ciencia es el origen del hom
bre; porque es bien sabido que este es un pun
to por demás obscuro aún en
la evolución del hombre, y la encontraré cuan
do vaya de vacaciones a Quito, entonces conclui
ré mi trabajo científico y asi la teoría evolucio
nuestra civiliza
mos o no descendientes del Mono, animal que es
bien sabido desciende del burro.
Estudios y métodos de observación míos y
varias noches de insomnio y pesadillas, me lle
una conclusión que vendría a derrum
bar muchas teorías
anteriormente sustentadas.
Teorías que llevaron al descubrimiento del
Homo Sapiens
(hombre proveniente del Ho
mo Burrus (o sea hombre burrificado) del Pitecantropus Erecteus y del Pitecantropus Torcido.
Una lucha interna se libró en mi
cerebro,
me faltaba el coraje suficiente para hacerlo, pe
ro de todos modos no me quedaba otro recurso;
como repito mis continuos estudios y experimen
tos me han llevado a la conclusión, una conclu
sión apocalíptica por cierto, que el "Eslabón
perdido" se encuentra en la Escuela Naval. To
dos los días corro junto a el y siempre, cada vez
que lo^ veo, le atizo unos cuentos "MANDANDI-
RUMS". En el casino lo veo junto a mi y co
miendo lo que encuentra a cada paso; con su
bestial apetito, sus ojos saltones y sus mandíbu
las inmensamente grandes y desproporcionadas;
al principio traté de eliminarlo con dosis conti
fiuadas de "teques" de mi camarote, pero todo
mi empeño ha sido inútil; traté de que no ocu
rriera una Revolución Científica, a causa de mi
descubrimiento, mucha publicidad se hubiera
dado al asunto, pero en fin lo he hecho, al mis-
mismo tiempo hago mi llamamiento a los hom
bres de cerebro, que existan sobre el globo, pa
ra darles detalles, apuntes y maquetas del Eslabon. Me resta añadir que algo les pasó a mis
ojos o me estoy volviendo loco, porque no es un
solo ejemplar que tengo, aquí son muchos. En
la actualidad me encuentro empeñado en descu
-
Gama ADRIAN OLARTE 3/c.
nista quedará en claro para satisfacción de sur.
propulsores.
—EL
ción, llegándose a plantear la incógnita de si so
varon a
m
brir a la compañera de este raro espécimen, de
—ORIGEN DEL HOMBRE—
SACAVUELTAS—
Seguidamente hablaremos de un tipo suigeneris único en su clase, existente en la Escuela,
perteneciente a un grupo
que va camino
de
te se lo encuentra en la
caracteres
somáticos
social
exterminio,
tribu
bien definido
particularmen
recluta.
Por .sus
pueden decir que pertene
ce al tipo zoológico del "camaleón" por la faci
lidad con que se pone blanco, rojo o amarillo
según las circunstancias para fingir que sus días
de existencia están próximos a acabar.
Cuando
pasa o va al
cirujano tiene todas
las enfermedades habidas y las por descubrir.se,
como colitis, fiebre de las tres clases amarilla,
roja y verde. Bubónica, falta de apetito y tiene
la enfei'iTiedad llamada Baile del Recluta, sus
tobillos alcanzan el ancho de su cabeza y todo
su cuerpo suena como maiacas, poi la cantidad
de huesos que se le han zafado, su coloración
de diario es morada ^ con pintas blancas que
tiende al amarillo patito.
_
Al hablar las palabras van acompañadas de
su eco cavernoso y lastirnero, nunca "^orre, nun
ca sale del camarote y siempie (e^o e.. seguro)
sale franco, al menos cuando es salida a Gu,.j_
yaijuil, es cuando se torna fibra, leboza de ale
gría, lleva su uniforme impecable y salo airo.so
a relucir su "Sex—Apil" por las calles.
; Pero para que su mejoría sea duradera e
inalterable el Brigadier de
sometido a su método
restablecimiento a
Enfermería le
moderno
base de
ha
de curación y
teques correctivos,
carreras en abundancia, y gran número de "man-
guerazos" en la espalda para que saque pocho.
Asi en poco tiempo ingresa como Guardia-
marina normal y
robusto en las
actividades y
formaciones de la Escuela.
-
Si mis queridos lectores, yo soy el "grano
de arena", un .ser dimiluto pero de gran im
portancia en esta Escuela Naval, y si Uds. no
lo creen o dudan de mi palabra, les referiré una
historia que hará dar crédito a mi afirmación y
seguramente los convencerá.
Comienza un día que me encontraba disfru
tando do la brisa marina en las soleadas playas,
vecinas a este Instituto Naval, junto con miles
de congénere.^;
sentimos
de pronto c intempestivamente
obscurecerse
todo
nuestro derredor y
que un peso fantástico nos inmovilizaba. Yo creí
que había llegado el fin de mis días, pero no fue
bigote, contempló largamente el reposo mío y ei
en un sitio que nos libró del peligro. Allí per
manecí por largo rato tratando de consolar a mis
compañeros de desgracia, hasta que un fuerte re
de mis compañeros y señalándome y con su t^no
sentencioso dijo otra vez: sucio, anote .
desgracia! ¿Por aué me califican de sucio a ca
da 'momento? ¿Por qué tiene que .ser
te desconocido. El .sol brillaba por su ausencia
y el mar no so dejaba oir; pronto me puse a
reconocer el terreno y tratar de averiguar en
niás de mi descanso. Aquí
tré en un sitio sumamente plano y completamen
donde había caído; de mis
sacar en claro que estaba en
Escuela Naval, el tipo que
sido un "caballero de mar",
exploraciones pude
un camarote de la
me atropello había
o sea, un Guardia-
marina.
Aquí es cuando comienza mi historia, en la
que juego el papel de un personaje de suma im
portancia .
Al principio me empeñé por tratar de vivir
agencioso trapo de polvos me df^alojaba una vez
sin tener a dónde ir, sm un amigo que me haga
compañía, perseguido en todo
.
cenilio por la escoba y el trapo de polvos, poi
cLu-to qSe esta vida de. vagábundo termino por
fin, cuando me encontré
de un túnel muy largo ¡que susto me "eveji
saber aue mi nuevo alojamiento era un lusii
11-imar corto')
(yo no me explico c»mo ¿e Pod.an
M Vida estaba en peligio, pero
en el interior de un zapato pero como su ambien
nronto me serené al descubrir que siempre per
te era muy caluroso y la morada carecía de ven
tilación decidí cambiar de residencia, para lo
cálale siemSe me bañaban con aceite o grasa,
cual me mudé a la parte exterior de dicho za
e a algHue iiTe fastidiaba, ya que tan pronto
pato, localizándome en una costurita y asi co
menzó para mi una vida de sufrimientos y pri
vaciones; a cada momento del día, por mi mala
suerte, tenía que hacerle el quite a un individuo
se evaporaban esos implementos, volvían -a po
nerlos liento a mí, asi tantas veces como se les
ocurría un extraño procedimiento seguramente
oara no dejar tranquila mi existencia,
como
te". ¡Qué horror! ¡De dónde acá pude aguantar
tamaña insolencia, que me hayan llamado "su
cio" a mi, cjué tristeza, tántos agravios que uno
debe soportar, en esta vida y sin poder ni pro
testar! Pasaron unos instantes, cuando de pron
to con una fuerza incontenible y acompañado de
un poco ele exclamaciones feroces, el odioso ce
pillo me lanzó del zapato; para mis adentros me
pregunté, ¿qué pecado lie cometido para que me
traten de sucio y me
desalojen con tanta vio
manecía descargado. Aquí llevaba una vida apa
pasó el tiempo hasta que un día sacaion comp
tamente la grasa y aceite de
v otros
con algunos conocimientos de estiateg • y
muy avanzados, de balística logre .eyadii del
grasado "wipe" que hacia la limpieza, q
cosa que el ánima del tusil; luego de .c. , un ojo gigantesco al final del túnel, quise co
rrer del susto ante semejante espectáculo, peio
mis pies no quisieron obedecerme y me d^mde
como estatua en el sitio, .emtonces asi ..otia vez
la clásica y odiosa frase:
.sucio, anote , ya me
imaginaba que como otras veces,
"
esta frase, me desalojarían prontamente y en
amado camarote y aquí vivía sin preocupaciones
Escuela.
ya que el odioso cepillo jamás- aparecía y la chi
llona de doña escoba jamás me molestó, poro en
este mundo de sufrimiento.s, no hay una alegría
día
cuando ya habia visto pasar
junto a mí, mil veces a la escoba; vino la mil y
•
en
¿olo en aquel mi famoso túnel due no eia^otia
tonces decidí, emprender la fuga por
do, fui a parar en la esquina más olvidada de mi
poique
cada vez aue anhelaba caminar o
los resbalones ponían en peligro mi
lencia?, y no hallé respue.sta. Sucedido lo narra
duraclera, un
40
mos el sol, hasta que llegó otro día trágico, el
mismo rostro y el mismo dedo, tras el mismo
te a mi que el destino me condene en esta íorEstando en mis cavilaciones sentí
^1
mezón me desalojó de mi escondite y me encon
barbudo salía una voz que me decía: "sucio, ano
s. A. COM. ANGIO ECUATORIANA
empezaban hasta a venir más parientes míos y el
osado poner uno de sus zapatos sobre todos no
sotros. Al grito de "¡Sálvese quien pueda"!, al
gunos logramos encaramarnos en aquel zapato y
culminación de mi calvario, cuando quise ha
cerle el quite al cepillo, vi como un dedo acusa
dor me señalaba y que de un rostro inmutable y
niSTIilBUIDORFi;
las comodidades, tampoco sufría rnucho ya^ que
con una pequeña esquivada le hacía un P^sc al
silencioso trapo de polvos. ¡Oh dulce vida., >a
progreso nos sonreía -a pesar de que nunca veía
caballeroso y de modales nada decentes, habia
ba minando mi .salud hasta que un día,
más potencia.
escoba me lanzó fuertemente de mi sitio predi
lecto, elevándome tanto que fui a dar a un rinconcito del velador. Si bien aquí no tema todas
asi, pronto rne di cuenta que un individuo poco
gruñón que se denominaba cepillo, el cual esta
Fvotoccióiv contra el.(desgaste,
ítíejor arranque.
una vez, cuando el mismo rostro, con el bigote
cai'acterístico y el mismo dedo, lanzando oti a
vez su injuria, dirigiéndose a mí volvió a decir
"sucio, anote"; no pasó ni un segundo, no pu
de ni protestar, ni me habia dado perfecta
cuenta de lo que se trataba cuando la terrible
asi lo hice y fui a caer en el patio de esta bella
^
Me encontré con vanos primos, a quienes
conté mi famosa aventura, pero el terrible vien
to nos azotó y cuando viajábamos volando aebido a este vehículo etéreo, al pasai" junto a un
camarote pude observar que alguien,
con
la
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