Sociedad – Tolerancia religiosa

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Tolerancia religiosa, impulsada por el Papa Francisco
Sección: Sociedad
Autor: Ivana Fischer
El papa Francisco eligió, el pasado fin de semana, Albania, uno de los países más
pobres de Europa y donde los creyentes sufrieron cruentas persecuciones durante
el comunismo, para lanzar un mensaje de condena a todo terrorismo que se
cometa en nombre de la fe y hacer un llamamiento a la tolerancia entre las
religiones.
En varias alocuciones, el Papa subrayó: "Que nadie piense que puede escudarse en
Dios cuando proyecta y realiza actos de violencia y abusos", y recalcó que "matar
en nombre de Dios es un gran sacrilegio y discriminar en nombre de Dios es
inhumano".
Francisco optó por este pequeño país de tan solo 2,8 millones de habitantes para su
primer viaje europeo por dos motivos: la religión en Albania estuvo prohibida
durante las décadas del comunismo, con persecuciones y asesinatos de los que
profesaban su fe, pero, al mismo tiempo, es históricamente ejemplo del diálogo
pacífico entre las comunidades religiosas.
Independientemente de la opresión que vivieron los religiosos en la dictadura
comunista (1944-1992), Albania nunca dejó de ser un país en el que las distintas
comunidades religiosas siempre mantuvieron buenas relaciones entre sí, la mayoría
musulmana (casi 60 %) y la minoría cristiana (10 % católicos y 7 % ortodoxos).
“Tolerar” implica aceptar que hay
visiones del mundo diferentes de la
cuenta dentro
de lo que existe,
humano respetarlas. El fin primordial
y armónica.
formas de vida,
creencias, ideas y
propia, y que, además de tenerlas en
también es un deber intelectual
y
consiste en la convivencia social sana
La “tolerancia religiosa” legítima solo puede darse en sociedades en donde
los principios morales y teológicos de los diversos credos no se afecten
entre sí.
Hay una obra con la que se puede ilustrar este tema: Natán el sabio, de Lessing.
Los protagonistas son el musulmán Saladino, el Templario cristiano y el judío
Natán. Saladino, sultán de Jerusalén, quiere acabar la historia de violencia entre las
tres religiones y se da cuenta de que, para conseguir la paz, debe aclarar
previamente una cuestión teológica: ¿cómo cada una de las tres religiones
monoteístas pretende tener la verdad en exclusiva?
Saladino entiende que tanto él como el Templario sostienen la religión de sus
mayores (mucho más no se puede exigir del político y del militar que ellos son),
pero Natán, si es un sabio, tendrá alguna razón para creer que su religión es la
verdadera. Si la razón es buena, la podrían entender los demás. De ahí la súplica
del musulmán al judío: "Hazme saber las razones de tu elección".
Natán responde con un célebre relato, la parábola de los tres anillos. En esa
historia, están guardadas las dos grandes razones de la tolerancia moderna: que
todos somos hombres antes que judío, musulmán o cristiano, y que nadie posee la
verdad en exclusiva. Propio del hombre es, en efecto, buscar la verdad, no
poseerla, y no hay más criterio para conocer la verdad en los asuntos relativos a la
moral y a la política que el reconocimiento que nos concedan los demás.
En vez de proclamar que primero pertenecemos a algo tan abstracto como la
humanidad y luego somos miembros de un pueblo o integrantes de una
determinada tradición, algunas mentes previsoras empezaron a pensar que "todos
tenemos una casa", es decir, todos nacemos con una historia, una lengua, una
tradición, pero, al mismo tiempo, "todos somos más que la casa", es decir, es
posible una convivencia desde el reconocimiento de la diferencia.
No podemos ser indiferentes cuando se violan los derechos humanos, porque si no
seremos cómplices de las atrocidades de los intolerantes. En una democracia, todos
somos iguales, no caben exclusiones del prójimo, y, porque somos iguales, somos
libres. Sin embargo, a pesar de los avances en esta dirección, todavía habrá que
seguir luchando contra las intolerancias que surgen en nuestras sociedades, sean
de carácter religioso o de cualquier índole.
¿Por qué sigue habiendo guerras en el mundo? ¿Por qué se hace sufrir y morir a
tantos seres humanos? ¿Por qué el odio, la incomprensión, el miedo y la envidia
empujan a algunos a atacar a otros, a eliminarlos y a quitarles lo que tienen?
Actúan así creyendo que tienen razón... Estas son preguntas de niños, ante la
irracionalidad y la intolerancia colectivas.
Sabemos perfectamente que la violencia engendra más violencia y que una victoria
conseguida por la violencia no obtiene mérito. Quizá el elemento más importante
para construir sociedades tolerantes sea la educación, a través del proceso de
socialización. Podemos transformar la agresividad en energía positiva para ser
mejores. Ser tolerante es respetar a los adversarios como quisiéramos que ellos
nos respetaran. Habría que preguntarnos: ¿Cómo estamos educando a las nuevas
generaciones? ¿Enseñamos a nuestros niños a ser tolerantes?
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