Conferencia General Octubre 1980 LAS LLAVES DEL REINO Elder David B. Haight del Consejo de los Doce Por divino mandato nos reunimos cada seis meses en estas magnas conferencias para adorar a Dios, nuestro Eterno Padre, y testificar por el don y el poder del Espíritu Santo que Jesús, el Unigénito Hijo de Dios, es nuestro Salvador y Redentor, al que conocer es tener vida eterna. (Juan 17:3.) Al participar en estas conferencias y presenciar la manifestación del espíritu de profecía, edificamos nuestra fe y revitalizamos nuestro deseo de vivir con rectitud. Recibimos inspirados consejos de los encargados de administrar los asuntos de Su reino; un reino destinado a crecer en poder y a extenderse hasta que cubra la tierra. Es el reino del que el profeta Daniel declaró "que no será jamas destruido... pero el permanecerá para siempre" (Daniel 2:44). Al acercarnos al fin de esta histórica conferencia, declaramos que doctrina pura ha salido de labios de hombres que buscan al Salvador y creen en El, dando así a conocer su voluntad no solo a su Iglesia, sino a toda persona que con humildad lo busque. Nuestra posición entre las denominaciones cristianas del mundo es exclusiva. No estamos afiliados, ni directa ni indirectamente, con ninguna otra iglesia cristiana o no cristiana. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días no tiene, ni ha tenido nunca, conexión ni relación alguna con ninguna otra iglesia o grupo religioso. Esta Iglesia tiene las llaves del poder de Dios para salvación a toda alma que reciba el evangelio de buena fe y lo obedezca (Ro. 1:16.) Como hijos del convenio de Dios, se nos ha prometido que si somos fieles triunfaremos sobre los enemigos de su obra. Por medio de nuestra fidelidad y rectitud, las malas influencias de inicuos e intrigantes hombres y mujeres serán anuladas. Somos los que tenemos la responsabilidad de preparar al mundo para la segunda venida del Salvador, quien, en poder y gloria, volverá a la tierra. Algunos han preguntado: ''¿Es la autoridad que ustedes reclaman mas valida que la de las otras iglesias?" Nuestra respuesta es categórica: "Si. Nosotros poseemos el mismo divino poder y autoridad del sacerdocio que se tuvo antiguamente". Cuando el Salvador y sus doce Apóstoles trabajaban en la región de Cesarea de Filipo, el Salvador les pregunto: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quien decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. conferenciageneralsud.wordpress.com Conferencia General Octubre 1980 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que esta en los cielos. Y yo también te digo, que tu eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos." (Mateo 16:1319.) El Señor enseñó claramente que su Iglesia esta edificada sobre la "roca" de la revelación, de las verdades divinas reveladas por Dios mismo, y que Cristo es el Hijo del Dios viviente; por tanto, las puertas del infierno no prevalecerán contra su Iglesia. Las llaves del reino fueron prometidas a Pedro y el ejerció esa autoridad en unión con los demás miembros de los Doce y presidio entre ellos. Hubo un numero de ocasiones en que el Salvador llevo con El solo a Pedro, Santiago (Jacobo) y Juan, sin duda para que tuvieran mayores experiencias espirituales y recibiesen mas instrucciones. Cuando Jesús subió al Monte de la Transfiguración a prepararse para su ya cercana y suprema prueba, llevo con el a estos tres apóstoles para que al ver su gloria la gloria del Unigénito del Padre y al contemplar ese celestial suceso, sus corazones fuesen vivificados y su fe fortalecida. Allí recibieron las prometidas llaves del sacerdocio. Durante este acaecimiento celestial, también aparecieron Moisés y Elías, y los tres apóstoles oyeron la voz del Padre que les daba testimonio de que Jesús es su Hijo Amado, y el mandato de que habían de escuchar y obedecer. En agosto de 1830, una revelación del Señor confirmó la ordenación de José Smith y de Oliverio Cowdery al apostolado y el otorgamiento a ellos de las llaves. La revelación dice: ". . . Pedro, Santiago y Juan, a quienes he enviado a vosotros, por medio de los cuales os he ordenado y confirmado para ser apóstoles y testigos especiales de mi nombre, y para poseer las llaves de vuestro ministerio y de las mismas cosas que les revele a ellos; a quienes he dado las llaves de mi reino, y una dispensación del evangelio para los últimos tiempos, y para el cumplimiento de los tiempos, en la cual juntare en una todas las cosas, tanto las que están en el cielo, como en la tierra." (D. y C. 27:1213.) "Las llaves del reino" fueron así conferidas a José Smith y a Oliverio Cowdery por estos tres apóstoles antiguos a quienes Jesús dio la autoridad después de su resurrección y después que hubo ministrado entre ellos. Cuando el Señor llamo a Fredrick G. Williams, por revelación, como consejero de José Smith, dijo: ". . . Atiende el llamamiento al cual eres llamado, a saber, el de ser sumo sacerdote en mi iglesia y consejero de mi siervo José Smith, hijo, a quien he dado las conferenciageneralsud.wordpress.com Conferencia General Octubre 1980 llaves del reino que siempre pertenecen a la Presidencia del Sumo Sacerdocio." (D. y C. 81:12.) El 3 de abril de 1836 en el Templo de Kirtland, los mismos personajes celestiales que aparecieron al Salvador y a sus tres apóstoles en el monte, aparecieron y confirieron autoridad y llaves adicionales del sacerdocio a José Smith y a Oliverio Cowdery para la edificación de la Iglesia en preparación al tiempo en que Cristo venga a regir y reinar en la tierra para siempre. Se les manifestó Moisés y les entrego las llaves de la congregación de Israel; Elías les restauro los convenios y la autoridad dada a Abraham; Elías el profeta i dio las llaves y poder para convertir los corazones de los padres a los hijos, y los hijos a los padres. (D. y C. 110:15.) Las mismas llaves del reino que tenían Pedro, Santiago y Juan, quienes sirvieron en calidad de la Primera Presidencia en la dispensación del meridiano de los tiempos, fueron conferidas a José Smith y a todos los subsiguientes presidentes de la Iglesia, y ahora las posee el presidente Spencer W. Kimball. El tiene esta suprema autoridad. El posee el derecho a la revelación y de tomar decisiones tocantes al sacerdocio y la Iglesia. En el presidente Kimball esta concentrado el poder gobernante del sacerdocio. El posee las llaves que pertenecen a la dispensación del cumplimiento de los tiempos, incluyendo todas las llaves de las dispensaciones anteriores, (véase D. y C. 112:3032). Nunca hay, a la vez, mas de un hombre en la tierra a quien se confieren estas llaves y poderes. El presidente Kimball, quien nos dirigirá la palabra dentro de unos momentos, es el Profeta de Dios. Los reporteros escuchaban interesados aguardando acaso que se les diera a conocer un hecho dramático que indicase un nuevo rumbo para la Iglesia cuando Spencer W. Kimball llego a ser presidente de ella y tuvo su primera entrevista de prensa. Pero el reafirmo la sempiterna advertencia, como ha de provenir de un profeta: "Guardad los mandamientos de Dios. Seguid la vía del Señor. Seguid sus pasos". Asociarse estrechamente con el presidente Kimball, estar cerca de él, es sentir su amor por el Señor y su amor por la gente por todo el mundo. El Señor lo ha preservado para que presida su Iglesia en este critico periodo de la historia de la Iglesia y del mundo. A él le corresponde decidir el rumbo que hemos de seguir. Somos testigos de sus inspiradas decisiones y dirección, lo cual nos brinda un sentimiento de seguridad y calma. Podemos seguir sus instrucciones con la mayor confianza, puesto que Dios ha llamado a un hombre santo, su siervo, para guiar a su pueblo. William Fowler, converso británico de 1849, se sintió en tal forma impresionado ante la sola idea de que un profeta de Dios viviera en la tierra que escribió la conmovedora letra del himno que dice: "Te damos Señor, nuestras gracias, que mandas de nuevo venir profetas con tu evangelio, guiándonos como vivir". (Himnos de Sión 178.) conferenciageneralsud.wordpress.com Conferencia General Octubre 1980 Al escuchar las amonestaciones dadas con amor a todos nosotros por el presidente Kimball, orad acerca de ellas en vuestras casas y os prometo que seréis inspirados a acatar su fiel consejo sobre los elevados principios que provienen de orientación divina. En una revelación a José Smith, pocos meses después de la organización de la Iglesia, el Señor dio prudentes instrucciones y consejos a los nuevos lideres: ". . . se os manda pedir a Dios, quien da liberalmente; y lo que el Espíritu os testifique, eso quisiera yo que hicieseis con toda santidad de corazón... buscad diligentemente los mejores dones, recordando siempre para que son dados . . . se dan para el beneficio de los que aman y guardan todos mis mandamientos." (D. y C. 46:79.) En seguida, el Señor dice: "Porque no a todos se da cada uno de los dones, . . . a todo hombre le es dado un don por el Espíritu de Dios. A algunos el Espíritu Santo da a saber que Jesucristo es el Hijo de Dios, . . . a otros les es dado creer en las palabras de aquellos." (D. y C. 46:11, 1314.) Podemos recibir orientación para nosotros mismos y para nuestras familias por la revelación personal en respuesta a nuestras humildes oraciones, y siguiendo el consejo del Profeta de Dios. El Señor siempre se ha comunicado con su pueblo por medio de su profeta. Los portavoces del Señor no se adjudican el llamamiento, sino que son llamados por Dios. Ningún hombre puede tomarlo para si; debe ser llamado por Dios, como lo fue Aarón. (Hebreos 5:4.) El día en que se organizó la Iglesia, hace 150 años, el Señor instó a los miembros a seguir esmeradamente a su recién llamado profeta: "Por tanto, vosotros . . . daréis oído a todas sus palabras y mandamientos que os dará según los reciba, andando delante de mi en toda santidad, porque recibiréis su palabra con toda fe y paciencia como si viniera de mi propia boca." (D. y C. 21+45.) El Señor prosigue con la siguiente promesa basada en la obediencia: "Porque si hacéis estas cosas, las puertas del infierno no prevalecerán contra vosotros; si, y Dios el Señor dispersará los poderes de las tinieblas de ante vosotros y hará sacudir los cielos para vuestro bien y para la gloria de su nombre." (D. y C. 21:6.) El Todopoderoso ha puesto la obra que se nos ha encomendado realizar en las manos de un líder valiente. Al sostenerle vosotros, levantando la mano, os habéis comprometido a seguir a nuestro Profeta. El es el portavoz del Señor. El Señor, hablando a la Iglesia en esta dispensación y refiriéndose a sus lideres autorizados, ha dicho: ". . . Hablaran conforme los inspire el Espíritu Santo. Y lo que hablen cuando sean inspirados por el Espíritu Santo, será Escritura, será la voluntad del Señor, será la intención del Señor, será la palabra del Señor, era la voz del Señor y el poder de Dios para salvación." (D. y C. 68:3-4.) conferenciageneralsud.wordpress.com Conferencia General Octubre 1980 El presidente Kimball posee todas las llaves de la Iglesia para que esta cumpla con su divina misión: Llevar el evangelio a toda nación y pueblo, organizar estacas de Sión en todo el mundo para la congregación de Israel, edificar templos santos para efectuar en ellos las ordenanzas sagradas para los vivos y por los muertos. Esta obra santa, revelada por medio de los profetas de los últimos días, es la de la preparación para la gloriosa venida del Hijo de Dios cuando venga a reinar en la tierra. Nada se expone de un modo mas explícito en las Escrituras que el hecho de que el Hijo de Dios volverá en la gloria del Padre a premiar a los justos y establecer su reino con poder, dando así comienzo a un reinado de justicia, libertad y paz. "Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagara a cada uno conforme a sus obras." (Mateo 16.27.) Esta es la Iglesia de Jesucristo restablecida por el Salvador y sus antiguos apóstoles. Nosotros somos testigos de que el presidente Kimball es Profeta de Dios, y de que nos esta guiando en la obra de llevar al mundo el evangelio verdadero de Cristo. Dios nuestro Padre Eterno vive, así como vive su Hijo Unigénito, el Salvador de todos nosotros, en cuyo santo nombre testifico de esto. Amen. conferenciageneralsud.wordpress.com