Riesgo de los fumadores pasivos

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Riesgo de los fumadores pasivos
J. A. García-Galbis Marín
Profesor de la Cátedra de Riesgo Cardiovascular
Universidad Católica d Murcia
Un fumador pasivo es aquella persona que, pese a no ser fumador,
aspira el humo del tabaco. Partiendo de esta definición, cualquier persona es
fumadora pasiva en el momento que entra en un local cerrado en el que se
permita fumar, y va desde el propio hogar, hasta el lugar de trabajo, una
cafetería, el vestíbulo del teatro, etc.
Podemos distinguir dos clases de humo de cigarrillo, el de la corriente
principal, que aspira el fumador activo y que pasa por el filtro del cigarrillo, y el
de la corriente secundaria, que es el humo de la combustión espontánea del
tabaco y que no ha pasado por ningún filtro. Este humo de la corriente
secundaria, que es el inhalado por el fumador pasivo, tiene un potencial tóxico
mayor que el que aspira el propio fumador, ya que no ha sido filtrado. Según
estudios específicamente diseñados con este propósito se han medido
concentraciones tres veces superiores de nicotina (responsable del mayor
desarrollo de arterioesclerosis en el fumador) y de alquitranes (netamente
cancerígenos) y unas cinco veces más de monóxido de carbono (relacionado
con arritmias cardiacas y muerte súbita). Se calcula que una persona no
fumadora que esté en un recinto cerrado expuesta al humo del tabaco durante
1 hora, inhala el equivalente a dos o tres cigarrillos. Por lo tanto, y esta es la
hipótesis que se infiere de lo anterior, el fumador pasivo está sometido a
riesgos similares al fumador, tanto para el desarrollo de arterioesclerosis y, por
lo tanto, de enfermedad cardiovascular (angina de pecho, infarto de miocardio,
ictus) como riesgo aumentado de cáncer (pulmón, laringe, vejiga de la orina,
páncreas, esófago, etc.) y desarrollo de EPOC (bronquitis crónica y enfisema
de pulmón), junto con otra serie de enfermedades que luego se comentarán.
El efecto dañino del humo de cigarrillos en los no fumadores (fumadores
pasivos), se intuía desde hace tiempo, ya que no se explicaba bien el por qué
aparecían tumores netamente relacionado con el tabaco, como el cáncer de
pulmón, en sujetos que nunca habían fumado. La prestigiosa revista Brithish
Medical Journal publicó ya en 1977 un metaanálisis de diversos estudios
previos, que relacionaba el tabaquismo pasivo con un aumento de incidencia
de cáncer de pulmón en torno al 30%. Existen estudios similares que ven una
incidencia media de aumento del riesgo coronario en fumadores pasivos de
hasta el 33%. En un reciente trabajo publicado en la Revista JAMA en el que se
medía el grosor de la pared de los vasos (carótida) en 11.000 pacientes con un
seguimiento a tres años para ver la evolución de su arterioesclerosis, se
comprobó que los fumadores activos tenían el doble de arteriosclerosis si se
comparaban con los que nunca habían fumado, pero los fumadores pasivos
tenían un 20% más que aquellos que no se habían expuesto al tabaco. Ese
riesgo era todavía mayor si además los pacientes eran hipertensos y/o
diabéticos.
En la mujer fumadora se ha comprobado un riego aumentado para
diversos procesos como la infertilidad, abortos precoces, hemorragias durante
el embarazo, bajo peso del niño al nacer, menopausia adelantada, mayor
tendencia a la osteoporosis postmenopausica. Todos estos problemas también
se han visto incrementados en las fumadoras pasivas. En un estudio efectuado
en la Universidad de Harvard se comprobó que el riesgo de enfermedad
coronaria en una mujer que conviviera con un fumador era el doble que otra
que viviera en un hogar libre de humo de tabaco.
Hay multitud de evidencias científicas que relacionan el tabaquismo
pasivo en los niños con un aumento del riesgo de padecer asma infantil, otitis
media del lactante, mayor número de neumonías e infecciones respiratorias de
vías altas, sin contar el menor peso de los bebés al nacer que ya se ha
comentado más arriba, así como partos prematuros. El bebé empieza a sentir
los efectos nocivos de diversos componentes nocivos del humo del cigarrillo
desde su concepción, pues muchos de estos tóxicos del cigarrillo que inhala la
madre, tanto de forma activa como pasiva, pasan a través de la placenta (que
como todos sabemos se encarga de pasar nutrientes, oxigeno, etc.) al feto.
Hay evidencias claras de mayor incidencia del “Síndrome de muerte súbita del
lactante” en hijos de padres fumadores (niños fumadores pasivos).
En España se calcula que mueren unas 3.000 personas al año por
inhalar humo de tabaco ambiental. En E.E.U.U. esa cifra alcanza los 40.000.
En nuestro país se calcula que un 12% de la población no fumadora está
expuesta unas 8 horas a un ambiente con humo de tabaco y un 40% al menos
1 hora diaria.
Por todo lo anterior, la Unión Internacional Contra el Cáncer (U.I.C.C.)
recomienda expresamente que todos los gobiernos adopten políticas que
defiendan los derechos de los no fumadores y establezcan normas que
garanticen la existencia de espacios libres de humo en los espacios comunes
como los centros de trabajo. Nuestro Gobierno ha adoptado hace unas
semanas medidas en este sentido, aunque todavía algo tímidas y con una
moratoria larga (hasta el 2005 en empresas que atiendan al público y hasta el
2007 en cualquier centro de trabajo se podrá fumar libremente).
Desde aquí pediríamos que nadie fumara en casa, deben preconizarse
hogares sin humo, pues nuestros hijos, nuestra pareja, nuestras visitas tienen
más derecho que nadie a vivir en un ambiente saludable. Podrían los
fumadores tener su propia habitación para fumar que luego se ventilaría
adecuadamente o dadas las bondades del clima en que vivimos, podrían salir a
fumar a la terraza. Sería un acto muy solidario hacia las personas más queridas
que siguieran este consejo médico y que todos los fumadores tomaran
conciencia de que su hábito tabáquico no es solo perjudicial para ellos, sino
que también lo es para su pareja, sus hijos (nacidos o por nacer), sus amigos,
sus compañeros de trabajo y para las personas de su entorno. Los 3000
españoles, fumadores pasivos, que murieron el año pasado por dicha condición
ya no se lo podrán agradecer, los demás si.
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