EL ALCALDE D. JOSE OVANDO Y EL CENTENARIO DEL CEMENTERIO “SAN JOSÉ” MANUEL GARCÍA CABAÑAS Este año se cumple el primer centenario de la construcción del cementerio municipal. De este inmueble, y del alcalde que lo hizo posible, tratará este trabajo que, debido a las limitaciones de espacio que impone la Comisión de la Revista, he intentado abreviar. El personaje que nos ocupa, perteneciente a una de las familias de mayor abolengo de La Fuente, nació en la vecina ciudad de Villafranca de los Barros, de donde era natural su madre, el día 2 de enero de 1881 y fueron sus padres D. Francisco de Paula Ovando y Ladrón de Guevara y Dª María Francisca Montero de Espinosa Sánchez-Arjona. Se licenció en Derecho y llegó a ser uno de los mayores hacendados de la provincia. De su capacidad económica tenemos constancia por el hecho de que con 27 años, cuando el Sr. Ovando volvía de Sevilla a Fuente del Maestre, en la noche del día 26 de abril de 1908, en el tren mixto, al llegar a la estación de Fuente del Arco, se dio cuenta de que le habían robado un maletín que contenía un solitario de brillantes, valorado en 1000 pesetas; un ajustador de oro sencillo, un alfiler de corbata de zafiro y brillantes, un reloj de oro y una cartera que contenía 50 pesetas. Al día siguiente dos vecinos de Fuente del Arco que estaban cortado leña en la dehesa Galajas encontraron el maletín vacío a dos kilómetros de la vía férrea1. O que seis años después figurase como uno de los tres vecinos de Fuente del Maestre que poseía un automóvil2. Propietario de varios bienes inmuebles, en el verano de 1920 vendió parte de la casa nº 1 de la calle Marqués de Vadillo (hoy, Quebrada) al Ayuntamiento fontanés, para ampliación de las oficinas municipales, por el precio de 3500 pesetas. También era dueño de la casa nº 3 de la calle Sagrado Corazón (hoy, Corredera) donde en la primavera de 1926 estaba construyendo un teatro (Salón Modelo) y al estar descuadrado el edificio, solicitó y obtuvo del Ayuntamiento la permuta de ocho metros cuadrados de la casa-colegio propiedad de este municipio, colindante por la parte del este, por veintidós metros y ochenta centímetros que el Sr. Ovando le cede. En el verano de 1916 contrajo matrimonio en los Santos de Maimona con Dª María Dolores Carvajal Gragera, de cuyo matrimonio nacieron siete hijos. Con el paso del tiempo su hija Estrella se casaría con D. José Joaquín Cassillas, quien fue alcalde en 1960. La boda del Sr. Ovando fue todo un acontecimiento, lo que llamaríamos hoy “la boda del año”, por la cantidad de personajes que asistieron al enlace. La prensa recogió en sus páginas este evento con el siguiente titular: “Boda aristocrática”. Después, desarrollaba la noticia “En la 1 29-04-1908 La Región Extremeña 12-06-1914 Correo de la mañana: “Hoy sale para Fuente del Maestre [desde Badajoz], en su automóvil, nuestro querido amigo D. José Ovando, acompañado de un hermano y de nuestro querido amigo D. Antonio Dorronsoro” 2 1 hidalga y solariega morada que en la villa de Los Santos posee el acaudalado propietario don Álvaro Carvajal y Liaño, se verificó el día 16 [de julio], festividad de Nuestra Señora del Carmen, ante distinguida y selecta concurrencia de parientes y amigos, el matrimonial enlace la bella y encantadora cual virtuosa y gentil señorita, Dolores Carvajal y Grajera, con el no menos virtuoso y rico propietario, don José Obando y Montero de Espinosa, de la Fuente del Maestre 3 …” En la siguiente edición del periódico se relacionan las numerosas personas y los correspondientes regalos con que fueron obsequiados los contrayentes. Como curiosidad relaciono los presentes que el novio le hizo a la novia: “tres preciosos vestidos de irreprochable confección: el de boda, de crespón blanco con aplicaciones de encaje y plata; el de visita, de glasé en tono azul y el de viaje, de color marrón; un hermoso velo de desposada, de poiut de aiguille; pendientes, alfiles y pendentil de perlas y brillantes, montado en platino; abanico de nácar y encaje; pañuelo de encaje y estuche con trece onzas y dos anillos de oro para las arras”. Por su parte la novia le regaló al novio: “botonadura de brillantes en platino y pasadores de perlas”. Ferviente católico, según el mismo manifestara, era presidente de la Adoración Nocturna de Fuente del Maestre y Terciario franciscano. En el verano de 1913, siendo alcalde, no permitió que en La Fuente se representaran las zarzuelas “Las Bribonas” y “La Corte de Faraón” o la obra teatral “El fin del mundo”, por considerarlas obras en la que se censura con dureza la beatería o porque sus diálogos están llenos de insinuaciones y connotaciones sexuales. Dos de estas tres obras se representaron en Villalba de los Barros durante su fiesta de agosto, lo que llevó al corresponsal del diario La Región Extremeña en esa población, Luis Casillas, el preguntarse si lo ocurrido en Fuente del Maestre era fruto del fanatismo o de la hipocresía4. En 1932, junto a su esposa, aportó el dinero suficiente para la restauración de la ermita de San Lázaro. Una placa conmemorativa, sobre la puerta de entrada a dicha iglesia, deja constancia del hecho. Pero por lo que aún se le recuerda en La Fuente fue por lo ocurrido en el mes de diciembre de 1931. El sorteo de la lotería de Navidad de ese año supuso una gran alegría para el Sr. Ovando y sobre todo para los numerosos trabajadores a su cargo. El numero 21.566, agraciado con el segundo premio, se vendió en la administración de loterías de calle de Méndez Núñez, en Sevilla, en donde el Sr. Ovando adquirió cinco vigésimos. De este acontecimiento se hicieron eco varios periódicos nacionales. Según el diario La Libertad, en su edición del día 27 de diciembre, el Sr. Ovando se reservó un vigésimo, correspondiéndole 200 000 pesetas; vendió participaciones a varios vecinos entre los que destacan por el premio cobrado el notario D. José Marroquín y D. Francisco Arias que percibirán 100 000 pesetas cada uno; el industrial D. José Rojas, 60 000 pesetas y su hijo Obdulio, 20 000 pesetas… Al administrador, Francisco Morgado, le dio cinco pesetas, y una y dos pesetas a los criados y cogedores de aceitunas; nueve, al maestro del molino; seis, a los molineros y aperadores; seis, a los mozos de labor y al mayoral. El diario ABC, añade que “además dio participaciones a toda la servidumbre y los pastores de su casa; entre todos ellos reina un júbilo grandísimo”. El Sr. Ovando repartió las participaciones a sus obreros cuando había tocado el premio, sin que ellos tuvieran conocimiento del número premiado; por este hecho D. José Ovando obtuvo la calificación de “caballero y honrado”5. 3 16-7-1916 Correo de la mañana 02-09-1913 La Región Extremeña 5 Nombres de Fuente del Maestre, D. Teodoro A. López López. R. Cristo 1992 4 2 Agraciados con las participaciones de la lotería. Vida pública.Cuando contaba con 25 años, esto es, en 1906, D. José Ovando fue nombrado por primera vez juez municipal de Fuente del Maestre y diez años después volvió a ser elegido por la Audiencia Territorial de Cáceres para el mismo cargo. Su vida pública al frente del Ayuntamiento comienza cuando fue designado alcalde por Real Orden para el bienio 1912-1913, aún en contra de su voluntad, “pero habiendo en aquel momento crisis de nombres de personas que se prestasen al cargo, consideré que no debía negarme a sacrificarme por mi pueblo y me decidí a aceptar la Alcaldía”6. Las elecciones para la renovación del Ayuntamiento para ese bienio se habían celebrado el 12 de noviembre del pasado año y de ella salieron elegidos, por los 1362 votantes, los siguientes concejales: D. Manuel Vacas Lavado, primer teniente de alcalde; D. Antonio Franco Sayago, segundo teniente, y D. José López Cuéllar, tercer teniente de alcalde. Regidores: D. Baltasar Ortiz de Zárate, D. Francisco Obando Ladrón de Guevara, D. Antonio Miranda Álvarez, D. Luis Pallero Franco, D. José Jaraquemada Quiñones, D. José Quiñones Arias, D. Enrique López Gutiérrez, D. Alfonso Salamanca Zambrano, D. José Visedo Álvarez y D. Diego Pírfano de la Cruz. Una de las obras más importante que se llevó a cabo durante la presidencia del Sr. Ovando fue la construcción del cementerio municipal denominado “San José”. Desde 1897 las corporaciones municipales venían tratando la necesidad de construir un nuevo cementerio, ya que el de Santa Lucía se había quedado pequeño, obsoleto y se encontraba muy cerca de la población, pero por varias razones, en especial por la falta de recursos, se iba retrasando su construcción. No sería hasta que D. José Ovando ocupara la alcaldía cuando se envió el expediente a la Diputación provincial la que lo informó favorablemente el 28 de junio de 1912. Sin embargo, tenía que contar con la aprobación y autorización del ministerio de Hacienda, ya que el ochenta por ciento de la cantidad a invertir procedía de bienes de propios enajenados. 6 Escrito de D. José Ovando titulado A mi pueblo, 26-6-1931 3 Una vez obtenidos los correspondientes permisos, en marzo del siguiente año, el Ayuntamiento acuerda la construcción del nuevo cementerio “de capacidad y salubridad indispensables para las necesidades de la población”, que se levantará en el terreno denominado “Barros Blancos” o “Guadaña”, a más de 1000 metros de la población, encomendándose los planos y presupuestos a D. Florencio Ger y Lóbez, autor del Tratado de Construcción Civil. Seguidamente, se redacta el pliego de condiciones: se indica que la subasta tendrá lugar el día 24 de agosto bajo el tipo de 26 994,15 pesetas y que las obras comenzarán dentro de los quince días siguientes a la firma del contrato, debiendo estar totalmente concluidas en el término de trece meses. Durante las recientes obras de remodelación del pavimento y jardines del cementerio, se encontró una pieza de mármol, que posiblemente fuese el umbral de entrada al camposanto, con el año “1914” grabado en la piedra, lo que nos indicaría que en esa fecha se terminaron las obras y que, por consiguiente, en este año de 2014 estaríamos celebrando el primer centenario de la construcción del cementerio municipal. En septiembre de 1913, la clase obrera de Fuente del Maestre sufre una honda crisis por la falta de trabajo. Para remediarlo el Gobierno concede 25 000 pesetas para que se empleen en obras de explanación y de fábrica de la carretera de Zafra. En La Región Extremeña, del día 10, y en el diario católico El Siglo Futuro, al día siguiente, se recoge la llegada de esta subvención, pero, según ellos, “no se emplean porque se opone tenazmente el caciquillo del pueblo”. Ante estas críticas, el alcalde envía una extensa carta al primer periódico “para aclarar todo lo dicho respecto a las obras para la construcción de la carretera”. Según la primera autoridad municipal, el primer día acudieron a la obra un buen número de obreros, pero en los días posteriores apenas asistieron, porque con las lluvias caídas en esos días los labradores solicitaron braceros para trabajos de escarda, por lo que “decidimos suspender los trabajos en la carretera”. Continúa la carta argumentando que, después, se acordó gastar el dinero en afirmado en lugar de en nuevas explanaciones, propuesta que chocaba con la Dirección General de Obras Públicas que opinaba lo contrario. En cuanto a que hay rivalidad de caciques, el alcalde arguye que “en este pueblo esa palabra la tenemos suprimida hace tiempo, y se ha sustituido el nombre de caciques por el de personas de buena voluntad, atentas solo a procurar la mayor prosperidad del pueblo que los vio nacer, en el que se han criado y para el que tienen profundo cariño”7. Por estas fechas, la política en Fuente del Maestre se movía entre los partidarios de D. José Ovando (Liberal) y los de D. Manuel Lozano Gómez-Jara (Conservador). En el Nuevo Diario del 2 de diciembre de 1915 aparece un escrito de los partidarios de este último atacando la gestión realizada por el Sr. Ovando cuando estuvo al frente del Ayuntamiento. Este no tarda en responder y en el Correo de la mañana del día 7 se le publica una extensa carta en la que punto por punto intenta desmontar las acusaciones vertidas contra él. Refiere que, haciendo un 7 17-9-1913 La Región Extremeña. 4 sacrificio enorme, aceptó el nombramiento de alcalde y “desde ese día me consagré en cuerpo y alma a procurar el mejoramiento de mi pueblo”. Según el escrito, entre otras cosas, legalizó y pagó 18 080 pesetas de los ejercicios de 1910 y 1911 y recuerda que “aún me adeuda el Ayuntamiento 4000 pesetas que adelanté para la construcción del nuevo cementerio”. En el terreno político tacha al Sr. Lozano de poca constancia y perseverancia y le recuerda los cambios que ha hecho pasándose del partido conservador, donde militaba, hasta formar un comité del partido liberal del que se proclamó presidente, para después volver a las filas de los conservadores, “porque el que ayer era ardiente maurista es hoy ferviente datista [...] ¡ por obra y gracia de la situación!” Este rifirrafe se volvería a repetir en 1928 cuando, después de ocupar la alcaldía interinamente D. José Ovando el 26 de agosto de 1927, sustituyendo al dimisionario D. Juan de Dios Cruz Valero, y presidirla el Sr. Lozano en el mes de mayo del siguiente año, el corresponsal del Correo Extremeño se vio obligado a aclarar que cuando publicó que “el nuevo alcalde organizará la vigilancia para que el fraude desaparezca y los arbitrios produzcan lo que deben rendir”, no se refería al “dignísimo alcalde saliente, al virtuosísimo don José Ovando para quien son todos nuestros respetos y cariño”8 El 26 de junio de 1931 publica un escrito con el título A mi pueblo, que podría considerarse su testamento político. En él expresa su desánimo hacia la política española “en la que forzosamente hay que nadar entre el fango y la imposibilidad de que este no manche a la persona que quiera permanecer inmaculada”. Informa a los vecinos que no desea actuar más en política “mientras no vea que todos los mezquinos intereses son pospuestos ante los grandes intereses de la Patria […]”. A nivel particular confiesa que las amarguras políticas, conjuntamente con el exceso de trabajo, “ha sido una de las principales causas del exacerbamiento de una enfermedad que, iniciada hace bastante tiempo, la he visto aumentarse de una manera progresiva y molesta”. Termina el escrito haciendo constar solemnemente que “no me remuerde la conciencia por haber cometido ninguna injusticia, ni practicado acto caciquil durante mi vida pública”. Se despide de sus vecinos poniéndose a su disposición “en cuanto necesitéis y yo pueda hacerlo particularmente por vosotros, así como al de los altos intereses de mi querido pueblo”. El 23 de septiembre de 1936, a las 17 horas, falleció en la calle Barajas, cuando contaba 55 años de edad. Al día siguiente el diario HOY recoge en sus páginas: “Ayer falleció en Fuente del Maestre […] nuestro buen amigo y consejero de la “Editorial Católica, S.A.” don José Ovando y Montero de Espinosa. Su muerte fue la de un caballero cristiano, como lo fue durante toda su vida, la que consagró a hacer el bien a todos los que le rodeaban.” A las cuatro de la tarde se efectuó el entierro y, según los titulares de dicho periódico, hubo “Una gran manifestación de duelo en el entierro del señor Ovando”. “Asistieron millares de personas de todas las clases sociales”. El periodista enviado por el diario regional continuaba la noticia “Abría la marcha el clero parroquial y dos capas del convento de franciscanos […] Luego la muchedumbre, apiñada, llenando las calles del trayecto”. Termina su crónica informando que asistieron numerosas representaciones de los pueblos limítrofes, “ya que el señor Ovando era consideradísimo y querido en todos ellos”. 8 13-5-1928 Correo Extremeño. 5