REFORESTACIÓN

REFORESTACIÓN
Evaluación Externa
Ejercicio Fiscal 2008
RESUMEN EJECUTIVO
Diciembre 2009
Resumen Ejecutivo
ProÁrbol
Reforestación
Ejercicio Fiscal 2008
RESUMEN EJECUTIVO
La evaluación externa de los apoyos para reforestación del programa ProÁrbol,
Ejercicio Fiscal 2008, tiene por objetivo presentar a la sociedad los impactos sociales,
económicos y ambientales que se generan de los apoyos de reforestación otorgados por
la CONAFOR en el periodo 2004–2007 y los otorgados en 2008. Para el desarrollo de la
evaluación se consideró sólo el padrón de reforestación con fines de restauración operado
bajo Reglas de Operación del ProÁrbol.
El diseño de muestreo incluyó dos muestras: una correspondiente a los
beneficiarios apoyados en 2008 y la otra definida por el número de beneficiarios apoyados
en el periodo 2004-2007 y verificados durante 2008. La evaluación técnica en campo se
desarrolló en 888 predios apoyados en el Ejercicio Fiscal 2008 y en 152 predios apoyados
en el periodo 2004-2007 en las 32 Entidades Federativas del país. Los tamaños de
muestra fueron calculados con el método de muestreo simple aleatorio y cuentan con
90% de confiabilidad y error muestral menor al 10%. Con objeto de evaluar los impactos
de la reforestación, se realizó una entrevista a los beneficiarios y se desarrolló la
evaluación técnica de las reforestaciones. Se evaluaron asimismo 182 viveros y se
entrevistó a los responsables de los mismos.
En 2008, la CONAFOR apoyó 15,312 proyectos que incluyen los conceptos de
apoyo: C1.1 Reforestación (44.14%), C1.2 Reforestación con obras de suelos (30.85%),
C1.3 Mantenimiento de áreas reforestadas (11.37%) y C1.4 Protección de áreas
reforestadas (13.63%).
Impactos sociales de los apoyos
Los núcleos agrarios representan el 62.3% del total de los beneficiarios
encuestados, mientras que el sector privado constituye el 37.7%. El 85.9% de los apoyos
fueron otorgados a beneficiarios hombres y sólo el 14.1% a mujeres. El 23.5% de los
beneficiarios pertenece a alguna etnia.
El 14.6% de los beneficiarios pertenecen a municipios que se ubican en el 20% de
los menos desarrollados del país, mientras que el 22.3% de los beneficiarios se adscriben
a municipios de más alto índice de desarrollo humano.
Los beneficiarios consideran que se registraron mejoras como consecuencia de la
implementación del Programa, destacando mejoras en la alimentación (70.8%), evitar
migración y generar trabajo para la mujer, con 16.8% y 15.2%, respectivamente.
En cuanto a las razones por las que los beneficiarios solicitaron el apoyo del
Programa, el 40.43% señaló que uno de sus propósitos fue aumentar los ingresos
económicos y el 37.5% respondió que fue la generación de empleo. Se observó que los
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beneficiarios valoran la conservación y restauración de sus áreas, ya que el 88.18%
mencionaron asimismo estas razones como motivo de la solicitud.
En relación a si los beneficiarios recibirían algún beneficio de no haberse acogido
al Programa, destaca que a nivel nacional el 73.7 % de los participantes en la encuesta
indicaron que no, y sólo el 26.3% que sí.
La percepción del apoyo por parte de los beneficiarios entrevistados, arroja que a
nivel nacional el 64.4% lo considera bueno, el 31.8% regular y el 3.9% malo.
A nivel nacional, el 39.5% de los beneficiarios encuestados expresaron haber
efectuado inversiones adicionales después del establecimiento de la reforestación, y el
60.5% señalaron que no lo hicieron.
Impactos ambientales derivados de los apoyos
No se encontró evidencia de que se estén considerando áreas específicas que
requieren de acciones de conservación forestal en la planificación de los apoyos de
reforestación.
El índice de utilización de especies nativas expresa la cantidad de plantas de
especies nativas utilizadas en los predios apoyados por el ProÁrbol con relación al
número total de plantas. El índice obtenido para este indicador es de 75, lo que significa
que de cada 1,000 plantas reforestadas 750 corresponden a especies nativas.
Los principales grupos de especies apoyados fueron: latifoliadas (41%), coníferas
(31%), y opuntia (13%). La superficie ocupada por estos grupos es: latifoliadas (27%),
coníferas (25%) y opuntia (35%).
La superficie de los apoyos de 2004 que permanece con una densidad superior a
300 individuos por ha es de 81,794 ha. El 50.1% de esta superficie corresponde a
especies arbóreas, el carbono capturado es de 7,953.98 toneladas.
Para las reforestaciones 2004-2007 se estimó una disminución de erosión de suelo
de 30% a 40% y por ende de una retención de sedimentos de hasta 12 ton/ha/año. Para
las establecidas en 2008 la retención de sedimentos estimada es de hasta 2.3 ton/ha/año.
La infiltración de agua producto del establecimiento de las reforestaciones se
estima en 68,530,630 m3.
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Indicadores técnicos
El 46.26% de las superficies apoyadas tienen al menos 300 plantas vivas/ha, lo
que representa un total de 163,470.75 ha.
El 71% de los viveros evaluados cuenta con ficha técnica de la producción de
plantas utilizadas en las reforestaciones.
Las plantas utilizadas para la reforestación provienen principalmente de viveros
(74%), un menor porcentaje se obtuvo por propagación vegetativa (14%) y el resto
proviene de otros tipos de producción.
En el 72% de los casos el terreno para la reforestación fue preparado utilizando
métodos manuales, tan sólo en el 19% se utilizaron métodos mecánicos.
Los medios de transporte que más se utilizaron en el traslado de plantas son
camionetas con y sin redilas. Sólo el 5% de los beneficiarios utilizó algún tipo de tracción
animal para trasladar las plantas al sitio de reforestación.
En promedio un 15.75% de las plantas procedentes de vivero muere durante el
transporte.
Las principales causas de mortalidad mencionadas por los beneficiarios fueron:
sequía (55%), mala calidad de planta (8%), pastoreo (6%) y con igual porcentaje (3%):
fauna nociva, competencia con la vegetación y fecha inapropiada de la reforestación.
De acuerdo a lo manifestado por los beneficiarios, el objetivo de las
reforestaciones fue: conservación (21%), económico (29%), producción (20%) y
restauración (19%).
En 11% de los predios evaluados para 2008 los beneficiarios consideraron que la
elección de especies fue excelente, el 44% que fue buena, el 22% regular y el 6% que fue
mala o deficiente.
El valor ponderado de la supervivencia en campo de las reforestaciones realizadas
en 2008 es de 54.94% y el correspondiente a los predios evaluados para el periodo 20042007 es de 41.14%. Para el Ejercicio Fiscal 2008 se encontró que los estados con mayor
supervivencia en campo (superior al 70%) fueron Hidalgo, Nuevo León, San Luis Potosí y
Tamaulipas. En cambio, Baja California, Tabasco y Yucatán tuvieron valores inferiores al
15%.
En la evaluación realizada para el Ejercicio Fiscal 2008 la supervivencia con
relación al padrón fue de 40.09%. Destacan los estados de San Luis Potosí y Tamaulipas
con un valor superior al 60%. De manera contrastante se presentan los estados de Baja
California, Chiapas, Tabasco y Yucatán con porcentajes inferiores al 10%.
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La supervivencia para el tipo de apoyo C1.1 Reforestación fue del 35.32% Las
Entidades Federativas con mayor porcentaje de supervivencia fueron Hidalgo, Nuevo
León y San Luis Potosí con supervivencia superior al 70%.
La supervivencia en el concepto de apoyo C1.2 fue de 46.15% destacando los
estados de Hidalgo, San Luis Potosí y Tamaulipas con índices mayores al 70%, mientras
que Aguascalientes y Colima tienen supervivencia menor al 20%.
Las áreas reforestadas con mantenimiento presentaron una supervivencia de
33.96%. Los Estados con mayor supervivencia fueron: Aguascalientes, Guanajuato,
Morelos y Zacatecas con más de 70%, mientras que 12 Entidades Federativas no
lograron la supervivencia de las plantas.
Las áreas reforestadas y cercadas presentaron una supervivencia del 25.30%.
Sonora y Tamaulipas presentaron supervivencia superior al 90%, mientras Baja California
Sur, Guerrero, Tabasco y Veracruz tuvieron supervivencia menor al 20%.
Para la supervivencia en reforestación con planta de vivero el promedio nacional
fue de 32.08%. Las Entidades Federativas con mayor porcentaje de supervivencia fueron
Coahuila, Hidalgo y San Luis Potosí. Yucatán presenta un valor de supervivencia para
esta modalidad inferior al 5%.
La supervivencia de las plantas utilizando propagación vegetativa fue del 60.16%.
Hidalgo y Oaxaca tuvieron una supervivencia mayor al 90%, mientras que Tlaxcala no
presentó supervivencia.
El promedio ponderado de supervivencia en campo para los Ejercicios Fiscales
2004 -2007 es de 41.14%. El valor correspondiente a la supervivencia con respecto al
padrón es de 30.86.
El porcentaje de plantas faltantes con relación al padrón para el Ejercicio Fiscal
2008 es de 26.88%. Baja California y Chiapas tienen valores superiores al 60%.
El porcentaje de superficie para las reforestaciones de 2008 es de 78.30%, lo que
significa que de cada 100 ha reportadas en el padrón se tienen evidencias de plantación
en más de 78 ha.
El valor obtenido para el cumplimiento de densidad de la reforestación para el año
2008 es de 45.27%, lo que significa que menos de la mitad de los predios apoyados
cumplen con la densidad recomendada en los criterios de ejecución. El valor
correspondiente al periodo 2004-2007 es de 45.64%.
El índice de calidad de reforestación ICR de la sobrevivencia en campo nacional
para los predios apoyados en 2008 es de 14.86, mientras que el valor correspondiente de
la supervivencia en relación al padrón es de 11.04. El Distrito Federal y Puebla tienen
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valores de ICR de supervivencia en campo mayores a 50. ICR de supervivencia en
relación al padrón mayores a 40 ocurren en Guanajuato, Nuevo León y San Luis Potosí.
El grado de eficiencia de las plantas producidas a nivel nacional es de 59.03%.
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Conclusiones y Recomendaciones
La evaluación de los apoyos del Programa ProÁrbol ejercidos durante 2008 es un
instrumento que permitirá, con base en los hallazgos, hacer la planeación de acciones
para futuros ejercicios y la toma de decisiones con objeto de mejorar los impactos del
Programa. Asimismo permite conocer el grado de cumplimiento de las acciones y la forma
en que el Programa alcanza los objetivos propuestos o la solución de problemas.
Mediante el análisis de la información se pudo concluir que ProÁrbol cuenta con
Reglas de Operación claras y bien estructuradas. El hecho de que la información de los
apoyos pueda ser consultada con facilidad por los usuarios en Internet, da certeza de la
transparencia con la que se otorgan los recursos. Se podría mejorar la imagen del
Programa y de la CONAFOR si se consideraran áreas prioritarias de restauración
aquellas con claras muestras de deterioro ambiental o de sobreexplotación de los
recursos.
En general, los apoyos para reforestación de ProÁrbol son considerados como una
opción atractiva para obtener recursos económicos, aunque en algunas de las Entidades
Federativas los beneficios sólo impactaron de manera temporal, principalmente en
generación de empleos y en una mejor alimentación. Mediante el Programa se ha
atendido a la población de núcleos rurales con lo que se espera mejorar el nivel de vida y
las condiciones ambientales de las zonas más desprotegidas. Sin embargo, debido a que
los apoyos de reforestación constituyen solamente una fuente de empleo temporal para
los beneficiarios, en muchos casos no se realizan actividades posteriores al
establecimiento de las plantas, por lo que el mejoramiento en el nivel de vida y en la
calidad de los ecosistemas pudiera no ser sostenible.
De acuerdo a la información de la muestra, en 2008 se observa mayor inclusión en
el Programa de beneficiarios pertenecientes a grupos sociales vulnerables, como mujeres,
indígenas y adultos, con respecto a ejercicios anteriores. Aun así, es necesario
profundizar en la equidad de género.
Debe destacarse que en 2008 el Programa orientó las Reglas de Operación para
favorecer una mayor asignación de apoyos hacia beneficiarios adscritos a municipios con
más bajos niveles de IDH, que en periodos previos. De igual manera, se observa una
mejor percepción sobre el impacto del Programa en las comunidades y en las familias por
parte de los beneficiarios.
Existe un marcado desconocimiento entre los beneficiarios sobre los montos de
recursos asignados a las diferentes etapas de la reforestación, lo que indica que es
necesario capacitarles para efectuar alguna contabilidad al respecto.
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El contraste entre 2004 y 2008, arroja que no se percibe una mejora en el grado de
compromiso de los beneficiarios con respecto a realizar inversiones adicionales en
actividades relacionadas con el Programa.
De acuerdo a la información analizada para el Ejercicio Fiscal 2008, los
beneficiarios tienen un grado importante de desconocimiento con respecto a los
beneficios que pueden obtener de la reforestación, por lo que es necesario dotarlos de los
conocimientos que les permitan valorar los beneficios ecológicos de la misma y,
emprender en lo posible actividades económicas compatibles con el medio ambiente y
que eviten la migración.
Una muy baja proporción de beneficiarios señaló la venta de madera, leña y
productos maderables como beneficios esperados, lo que sugiere una orientación de
éstos a la conservación de los ecosistemas.
Se observa que la proporción de beneficiarios que reciben apoyos de otros
programas de gobierno, es mayor para el periodo 2004-2008, que para el 2004-2007. Es
decir, se percibe mayor asistencialismo, lo que hace necesaria la formulación de criterios
que eviten una dependencia a éstos por parte de los beneficiarios, y que a su vez,
coadyuven a alcanzar las metas de los Programas.
La mayor parte de los beneficiarios entrevistados no considera que la asistencia
técnica haya estado disponible cuando se le requirió, que haya sido oportuna o acertada.
Lo anterior sugiere que es necesario propiciar una mayor vinculación entre el técnico y los
beneficiarios.
De acuerdo a la información, se percibe un cambio en el uso de suelo. Sin
embargo, es necesario implementar estrategias para que éste sea permanente, dada la
proporción de beneficiarios que declararon no estar dispuestos a invertir en actividades
como las del Programa en ausencia de los apoyos.
Considerando que los servicios ambientales tales como la captura de carbono, la
prevención de la erosión y la captación de agua sólo pueden tener efecto a largo plazo, es
pertinente considerar mayores apoyos para el mantenimiento y protección de las
plantaciones. El apoyo del ProÁrbol a la reforestación puede contribuir a complementar
otros proyectos como el ecoturismo y el pago por servicios ambientales.
Se tiene una buena distribución geográfica de los recursos, con lo que se ha
logrado la inclusión de más productores, sin embargo los recursos de ProÁrbol para
reforestación se aplican con orientación a la demanda, más que a áreas estratégicas de
conservación y restauración de áreas degradadas identificadas por la CONAFOR. Se
recomienda dar prioridad a las zonas críticas y/o con vocación forestal. Lo anterior bajo la
premisa de que los predios con características preferentemente forestales pueden
recuperar su vocación original a través del establecimiento de reforestaciones.
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Es necesario hacer una mejor planeación para compensar las superficies
forestales pérdidas debido a autorizaciones de cambio de uso del suelo, con acciones de
restauración de suelos y reforestaciones en otras áreas y aplicar conocimientos de
informática y Geomática para georeferenciar las áreas a reforestar, la determinación de
especies nativas, ubicación de los viveros, bancos de germoplasma y unidades
productoras de germoplasma forestal.
La suficiencia y la efectividad de los recursos tuvieron una buena calificación en
general. Sin embargo, la aplicación de los recursos de ProÁrbol para reforestación debe
mejorarse en cuanto a eficacia, planificando las acciones del Programa de manera tal que
se logren mayores índices de supervivencia de las plantas establecidas.
La gran mayoría de las plantas utilizadas en las reforestaciones apoyadas por la
CONAFOR en los periodos evaluados son especies nativas y son adecuadas al sitio de
plantación, lo que ha favorecido la sobrevivencia y mejorado las condiciones ambientales.
Sin embargo, debe destacarse que una gran proporción de éstas pertenecen a los
géneros de Opuntia y/o Agave, que si bien tienen cualidades para la restauración y
conservación de suelos, tienen muy poco efecto en el mejoramiento de los servicios
ambientales como la captura de carbono.
Existe disponibilidad de tecnologías eficientes para la producción adecuada de
planta en vivero, pero se carece de un programa específico para impulsar la producción
de planta de calidad destinada a las acciones de reforestación. Debe destacarse que
parte de los viveros dejaron de operar al momento de entregar la planta.
Es necesario realizar una caracterización ecológica, para definir con la mayor
precisión los requerimientos de preparación del terreno, especie, densidades de
plantación, fechas de plantación, protección y mantenimiento. La visita a los predios por
parte del personal de CONAFOR antes de la liberación del recurso, sería un elemento
importante para tener una perspectiva de la zona y determinar la pertinencia del apoyo; de
la misma manera sería la oportunidad de tener las coordenadas del lugar propuesto, lo
que permitiría un mejor control de los apoyos.
En cuanto a organización interna se recomienda integrar un padrón único
consistente de beneficiarios de los apoyos y desarrollar un sistema eficiente de
comunicación entre la Gerencia de Reforestación y las Gerencias Regionales y
Subgerencias Operativas Estatales. De la misma manera, se recomienda asignar
personal más estable, que dé seguimiento a los apoyos e integre de manera eficiente los
expedientes de los beneficiarios.
Es necesario redirigir las acciones para que se constituyan en un verdadero aporte
a la consecución de los objetivos del Programa Institucional 2007-2012 de la CONAFOR y
el Programa Estratégico Forestal para México 2025, en lo que a reforestación se refiere.
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Escenario Prospectivo
Los apoyos ProÁrbol para reforestación constituyen un aporte a la consecución de
los objetivos establecidos en las Reglas de Operación del Programa, particularmente los
que se refieren a disminuir la pobreza y marginación en áreas forestales y el relativo a
impulsar la conservación y restauración de los recursos forestales.
Los apoyos ProÁrbol para reforestación han demostrado su pertinencia para
promover el restablecimiento de la cubierta vegetal, coadyuvando a la conservación y
restauración de terrenos forestales degradados.
La degradación de la superficie forestal del país se presenta en todos los
ecosistemas, afectado la biodiversidad, la cobertura de la vegetación natural y
provocando la erosión de los suelos. La recuperación de productividad natural y
económica de estas superficies degradadas ha avanzado de manera paulatina con la
aplicación de los Programas de la CONAFOR, sin embargo la aplicación de recursos en
este rubro como un subsidio a los productores para mitigar los efectos de la degradación,
debe servir para que de manera gradual la población se apropie de la idea de reconvertir
tierras improductivas, aplicando recursos propios, tanto humanos como materiales.
En cuanto a la pertinencia de los apoyos, ésta podría mejorarse identificando
oportunamente las áreas prioritarias de conservación y restauración que sean
estratégicas para el país, y en las cuales se focalicen los apoyos con objeto de tener una
mayor eficacia de los mismos, expresada básicamente en mayores índices de
supervivencia. De manera concurrente, la consideración de los cien municipios de interés
especial identificados por la Secretaría de Desarrollo Social, posibilitaría que los apoyos
se enfoquen tanto a la disminución de la pobreza y marginación, como a la restauración
de ecosistemas.
En relación a lo antes expuesto, las Subgerencias Operativas Estatales y las
Gerencias Regionales pueden identificar las áreas prioritarias de conservación y
restauración en sus jurisdicciones, a fin de que los lograr la focalización de los apoyos con
mayor pertinencia, y coadyuven con mayor eficacia a lograr los objetivos del Programa
Institucional 2007-2012 de la CONAFOR y del Programa Estratégico Forestal para México
2025.
En las áreas prioritarias identificadas debe realizarse la planeación de las acciones
del Programa, identificando las necesidades regionales de germoplasma, viveros,
sistemas de transporte de planta, acciones previas a la reforestación como el cercado y la
preparación de suelo, la reforestación y el mantenimiento de la misma, de manera que se
incida en una mayor eficiencia, eficacia, calidad y resultados, lo que redundará en un
mayor impacto y sostenibilidad de los mismos.
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Es conveniente revisar el concepto de apoyo C1.4 (denominado “modalidad” en las
Reglas de Operación ProÁrbol 2009), referente a Protección de Áreas Reforestadas. En
éste se establece que “sólo se apoyarán reforestaciones del mismo año y las realizadas el
año pasado con supervivencia superior al 50%”, y que los beneficiarios realizarán el
cercado para proteger la reforestación del pastoreo, así como acciones para prevenir
incendios forestales. Si la reforestación ha de establecerse en un área sometida al
pastoreo, convendría cercar las áreas antes de la reforestación.
Es importante mencionar que debe generarse una estrategia de capacitación
técnica de los beneficiarios en todas las etapas que comprende el proceso de
reforestación, incluido el mantenimiento, ya que en muchos casos su actividad se limita a
plantar el material vegetativo que les es proporcionado o que colectan, sin realizar
ninguna práctica posterior que incida en la supervivencia y, consecuentemente, en la
eficacia del apoyo.
El establecimiento de sitios permanentes de monitoreo de los apoyos para
reforestación, constituiría una herramienta para la evaluación cuantitativa de la
sostenibilidad de la supervivencia. Se evaluaron sitios apoyados de 2004 a 2007 para los
cuales la entidad evaluadora externa (Colegio de Posgraduados) reportó resultados en
2008. La comparación de supervivencia arrojó una disminución en este índice en todos
los casos, obteniéndose que para los apoyos de 2004 la supervivencia en 2008 fue de
50.14% y en 2009 de 20.09%; para los sitios apoyados en 2005 bajó de 41.78% a
25.30%, para los establecidos en 2006 de 69.04% a 35.70% y para las reforestaciones
establecidas en 2007 se observó una reducción de supervivencia de 63.35% a 55.84%.
De lo anterior se observa una tendencia progresiva de mortalidad de las reforestaciones
que puede poner en riesgo su sostenibilidad.
Se requiere asimismo de una más eficaz comunicación entre la Gerencia de
Reforestación y las Gerencias Regionales y Subgerencias Operativas Estatales, a fin de
integrar un padrón único de beneficiarios que deberá mantenerse actualizado.
Por otra parte, es importante generar una estrategia que permita a la sociedad
tener una visión más real de lo que ProÁrbol realiza en materia de reforestación. En
noviembre de 2008, la CONAFOR emitió dos comunicados relacionados con esta
actividad: el 2 de noviembre (B124-2008) se afirma que “Hasta este domingo se han
plantado 221 millones 500 mil árboles en toda la República Mexicana” y el día 30 del
mismo mes (B133-2008) la nota expresa que “En todo el país se han plantado 285.6
millones de árboles con apoyo de dueños y poseedores de terrenos forestales”.
Convendría diferenciar en el futuro las cifras que corresponden a árboles, opuntias y
agaves, ya que las especies no arbóreas constituyen un porcentaje importante de los
apoyos para reforestación.
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