Tema 3. El liberalismo (1833 – 1868). Guía de estudio Tema 3. EL LIBERALISMO (1833 – 1868): EL REINADO DE ISABEL II. El tema se divide en cuatro partes, a saber, una primera que explica a grandes rasgos el período del reinado de Isabel, una segunda dedicada al Carlismo y la guerra civil, otra a las etapas del reinado de Isabel II (la obra política), y una tercera dedicada a las transformaciones económicas, muy centrada en la cuestión agraria (desamortizaciones). Esta última la trabajaremos en sendos comentarios de Selectividad, por lo que solo se ha de citar dentro del tema. 1. LOS RASGOS DEL REINADO Como siempre, empezamos por una breve introducción en la que deberemos destacar lo siguiente: Que vamos a hablar sobre el reinado de Isabel II (1833 – 1868), periodo en el que se produce, con la derrota carlista, la definitiva implantación del liberalismo en España y, por tanto, la construcción del Estado liberal. En paralelo se produce una progresiva modernización del país, al ponerse las bases del capitalismo y la sociedad de clases. Este proceso no estuvo exento de dificultades como: Una industrialización desigual, marcada por la debilidad de la demanda interna. Una burguesía emergente pero débil que se alía con la aristocracia latifundista para configurar un bloque oligárquico que monopoliza el poder. El intervencionismo político de la Corona, aliada de los moderados con la consiguiente exclusión de los progresistas y otros movimientos políticos y sociales emergentes. Ante los fraudes en las elecciones y el intervencionismo real, la vía insurreccional –popular o militar- se convierte en el único medio de alcanzar el poder. El pretorianismo, o intervencionismo de los militares en política, como consecuencia de las guerras civiles que otorgan gran protagonismo e influencia al estamento militar (figura del político-militar, pronunciamientos). 2. EL CARLISMO Lo más importante al hablar del carlismo es: a) Primero explicar su origen: una cuestión dinástica, pero, sobre todo, ideológica: el enfrentamiento entre partidarios del absolutismo –en torno a don Carlos- y los liberales, que apoyan a la regente María Cristina. Tema 3. El liberalismo (1833 – 1868). Guía de estudio b) Explicar sus bases ideológicas: defensa del absolutismo, el catolicismo tradicional y la influencia de la Iglesia, fuerismo y aversión a la modernidad representada por la industrialización y la urbanización; sus bases sociales y geográficas (mundo rural de clero, campesinos y baja nobleza en las zonas vasco-navarra, catalana y el Maestrazgo). No nos vamos a detener en explicar las etapas de la guerra: tan solo destacar sus límites cronológicos (1833 – 1840), su carácter de guerra civil y el hecho de que el agotamiento de los contendientes provocó que los carlistas transaccionistas (Maroto) pactaran con los liberales el Acuerdo de Vergara (1839) gracias al cual los carlistas conservarán sus grados militares y se respetan los fueros vascos y navarros. c) Entre las consecuencias, merece la pena destacar que la guerra reforzó la presencia de los militares en política, genera anticlericalismo, provocó y aumentó hasta límites insostenibles la deuda pública, precipitando la desamortización de Mendizábal. 2. ETAPAS DEL REINADO DE ISABEL II 2.1. LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA DE BORBÓN Esta etapa se caracterizó por los intentos fracasados de conciliar las aspiraciones de moderados y progresistas y porque en ella se pusieron las bases del Estado liberal a través de una obra legislativa en la que destacan: La división provincial de Javier de Burgos. El Estatuto Real de 1834, obra de los moderados: se trataba de una carta otorgada, con la soberanía compartida por la Corona y las Cortes (aunque, en realidad, con un predominio claro de la Corona), sin Declaración de Derechos y dos cámaras de composición muy elitista: Próceres (Grandes de España y electos por el rey, de carácter vitalicio) y Procuradores(elegidos mediante sufragio censitario muy restringido). La desamortización eclesiástica (1836) emprendida por el ministro de Hacienda Juan Álvarez Mendizábal. La Constitución de 1837, fruto del compromiso entre moderados y progresistas (en el gobierno): si, por una parte, reconocía la libertad de prensa y reforzaba el poder de los ayuntamientos, ahora elegidos por sufragio universal masculino, por otra, seguía con un Parlamento bicameral –Congreso de los Diputados y Senado-, elegido por sufragio censitario muy restringido. Una insurrección contra las medidas adoptadas por los gobiernos moderados provocó la renuncia de María Cristina y el nombramiento de Espartero como regente. Tema 3. El liberalismo (1833 – 1868). Guía de estudio 2.2. LA REGENCIA DE ESPARTERO (1840 – 1843) Poco nos detendremos en este apartado. Destacamos las líneas generales de la política de Espartero: derogación de la Ley de Ayuntamientos (que volverán a ser elegidos por los vecinos), continuación de la desamortización de Mendizábal y política librecambista que provocó el malestar en el textil catalán. Así como las causas de su caída: autoritarismo, nepotismo y denuncias de fraude electoral que pusieron de acuerdo a moderados y progresistas: Espartero, vencido por Narváez en Torrejón de Ardoz, abandona el país. 2.3. EL REINADO PERSONAL DE ISABEL II (1843 – 1868) a) La década moderada (1844 – 1854) Se inicia ahora una larga etapa de gobiernos moderados, bajo el liderazgo del general Narváez. Es la etapa de la consolidación definitiva del Estado liberal, con la uniformización y racionalización de las estructuras institucionales y administrativas del país. De su obra podemos destacar: La Constitución de 1845. Aquí debes deterte un poco para explicar la constitución más longeva del reinado de Isabel II. o Carácter moderado. o Soberanía compartida del rey y las Cortes. Sin verdadera separación de poderes. o Cortes bicamerales, con un Congreso de los Diputados y un Senado. Los diputados son elegidos mediante sufragio censitario muy restrictivo. o Estado confesional. La defensa del orden y la propiedad quedaba garantizada por la creación de la Guardia Civil, policía profesional militarizada a las órdenes del gobierno. Centralización de la Administración, con la elección de los alcaldes por el gobierno. Restricciones a la libertad de imprenta. Racionalización del funcionariado y la Hacienda (Ley Mon-Santillán de 1845), que no evitó, sin embargo, que persistiera el fraude fiscal. Creación del Banco de España. La Ley Moyano que centralizaba el sistema educativo y lo dividía en niveles a imitación del modelo francés. El Concordato de 1851 que restablecía las relaciones con la Santa Sede: el Estado se declaraba confesional y se comprometía a sostener al clero y garantizar la presencia de la religión en la enseñanza. Por su parte, la Iglesia aceptaba la desamortización. Tema 3. El liberalismo (1833 – 1868). Guía de estudio b) El bienio progresista (1854 – 1856) Los progresistas llegan al poder como consecuencia de un pronunciamiento militar (la Vicalvarada) y del Manifiesto de Manzanares que provoca una insurrección popular. La reina entrega el poder a Espartero. De este breve periodo debes destacar tres proyectos: La Constitución de 1856, que no llegó a ser promulgada (non nata), de ideario, lógicamente, progresista: soberanía nacional, tolerancia religiosa, Milicia Nacional, alcaldes elegidos por los vecinos, limitaciones al poder real,… La Ley de Desamortización General de Pascual Madoz que afectaba también a los bienes del Estado y los ayuntamientos. Modernización económica (Ley de ferrocarriles, reforma de hacienda) c) El periodo de la Unión Liberal (1856 – 1868) Se inició como consecuencia de un golpe de estado protagonizado por O´Donell, quien gobernó con el apoyo de su partido, la Unión Liberal, de tendencia centrista. En este periodo se alternarán en el gobierno la Unión Liberal y los moderados más conservadores de Narváez (neocatólicos). Fueron años de expansión económica y de conflictos bélicos, “guerras de prestigio” (México, Cochinchina y coloniales (Marruecos). Al hablar de las causas de la crisis final del reinado de Isabel II es importante que diferencies: Las causas estructurales, es decir, de fondo: o El descrédito de Isabel II por su arbitrariedad y partidismo a favor de los moderados más conservadores. o El malestar creado por una seria doble crisis financiera y de subsistencias en 1866. De los acontecimientos desencadenantes: o La durísima represión de las manifestaciones estudiantiles (Noche de San Daniel), así como de la fracasada sublevación de los sargentos del Cuartel de San Gil. o La conspiración de unionistas, progresistas y demócratas que, en el Pacto deOstende, acuerdan el destronamiento de la reina y la convocatoria de unas cortes constituyentes elegidas por sufragio universal. Por fin, en septiembre de 1868 se produce la revolución Gloriosa e Isabel II abandona el país. Tema 3. El liberalismo (1833 – 1868). Guía de estudio 3. LAS REFORMAS ECONÓMICAS LIBERALES Primero hacemos una valoración general de las reformas económicas liberales destacando sus objetivos: 1) crear un mercado libre de la tierra, 2) modernizar las estructuras económicas del país y 3) crear un verdadero mercado nacional. 3.1. LA REFORMA AGRARIA El objetivo principal de las reformas fue transformar la propiedad de manos muertas (amortizada y vinculada), propia del Antiguo Régimen, en propiedad capitalista, esto es, individual, libre y circulante (es decir, sometida a las leyes del mercado). Tres fueron las medidas adoptadas: a) La abolición del régimen señorial, con la supresión de los señoríos territoriales y jurisdiccionales que fueron convertidos en propiedad privada. Aunque la medida ya fue ensayada por las Cortes de Cádiz y durante el Trienio Liberal, no fue definitiva hasta la ley de 26 de agosto de 1837. b) La desvinculación de los mayorazgos en 1820. c) Las desamortizaciones. Dos fueron las leyes desamortizadoras: La Desamortización de Mendizábal (1836-1837), que afectó a los bienes del clero. La desamortización suponía dos momentos: primero la incautación por parte del Estado de esos bienes, por lo que dejaban ser de “manos muertas”, es decir, dejaban de estar fuera del mercado, para convertirse en bienes nacionales; y segundo, la puesta en venta, mediante pública subasta, de los mismos. Las propiedades podrían adquirirse en metálico o mediante títulos de la deuda. En realidad, la principal motivación de la desamortización fue financiar la deuda pública y la guerra carlista, así como ganar para la causa liberal a sus beneficiarios. La Desamortización general de Madoz (1855) que ponía en venta todos los bienes de propiedad colectiva: los de la Iglesia que no habían sido vendidos en la etapa anterior y los de los pueblos (comunes, aprovechados por los vecinos, y bienes de propios que proporcionaban una renta a los ayuntamientos al estar arrendados). Los objetivos en esta ocasión eran amortizar la deuda pública y modernizar la economía con la construcción de obras públicas. Por último, debemos valorar los límites de estas reformas: Como la principal motivación fue recaudatoria (aminorar la pesada carga de la deuda), las reformas fueron llevadas a cabo de forma precipitada e irregular: la Tema 3. El liberalismo (1833 – 1868). Guía de estudio estructura de la propiedad no varió, persistiendo el latifundismo en el sur (Andalucía y Extremadura). Sus principales beneficiarios fueron la aristocracia (que pacta con los nuevos poderes) y una nueva burguesía propietaria que conformaron una poderosa oligarquía terrateniente. Descapitalizó a los municipios, al perder una importante fuente de financiación. Los perjudicados fueron, aparte de la Iglesia y los municipios, la masa de campesinos convertidos en proletariado agrícola, jornaleros sometidos a duras condiciones de vida y trabajo solamente estacional. El hambre de tierras se convirtió en endémico en algunas regiones españolas -como Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha- creando a medio plazo un grave problema social que será fuente de inestabilidad y violencia. 3.2. LA MODERNIZACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS ECONÓMICAS Hay que destacar, muy brevemente, dos medidas: a) La reforma de la Hacienda, de Mon-Santillánde 1845, que desmanteló el complejo entramado fiscal del Antiguo Régimen, potenciando la imposición directa, sobre todo la contribución territorial (inmuebles, cultivos y ganadería). Sin embargo, el elevado fraude fiscal (sobre todo de los grandes propietarios) impidió obtener los ingresos esperados y el problema de la deuda se volvió endémico. b) La Ley General de Ferrocarriles de 1855, que facilitó la formación de sociedades anónimas ferroviarias, preveía el pago de subvenciones y desgravaba la importación de material de transporte. Estas medidas favorecieron la inversión extranjera, sobre todo francesa. Los resultados no fueron los esperados, y esto incidió en la crisis financiera de 1866.