NUEVOS RETOS EN VIH/SIDA Dra. Lourdes Chamorro Ramos Plan Nacional sobre el SIDA. Ministerio de Sanidad y Consumo La epidemia de VIH/sida representa hoy día uno de los problemas mas graves a los que está expuesta la humanidad del siglo XX. A finales de 2004, ONUSIDA estimaba un total de 39,4 millones de personas con la infección por VIH o con sida en el mundo, casi 3,1 millones de fallecimientos durante ese año y casi 5 millones de nuevas infecciones. Ante esta dramática situación, resulta realmente sobrecogedor recordar como hace tan solo veinticinco años nuestro mundo se encontraba libre de esta devastadora epidemia. Era un mundo sin sida. De forma simultánea, resulta también asombroso observar cómo en menos de un cuarto de siglo, se ha conseguido definir un síndrome previamente desconocido, identificar el agente causal, avanzar en el conocimiento de la patogenia y la historia natural de la enfermedad y desarrollar tratamientos que han conseguido aumentar la supervivencia y la calidad de vida de las personas que viven con el VIH o sida. Sin duda alguna, la aparición en 1996 de la terapia de alta eficacia constituye uno de los ejemplos más evidentes de este avance científico, pero existen también otros ejemplos en los ámbitos de la investigación básica, la clínica, la epidemiología, la prevención o los ámbitos sociales y económicos. Con 25 años de epidemia se han acompañado de grandes avances en el conocimiento y experiencia en el manejo de la misma, pero dejan por delante todavía muchos retos por asumir. La infección por VIH es una enfermedad transmisible y prevenible y, sin embargo, sigue avanzando en todo el planeta. El primer gran reto, en términos globales es sin duda prevenir las nuevas infecciones. En nuestro país estimamos que se infectaron alrededor de 3.000 personas fundamentalmente debido a transmisión sexual, homo y heterosexual. La implantación de una educación afectivo sexual de calidad en el medio escolar a lo largo del periodo formativo e iniciándolo a edades tempranas es sin duda la mejor inversión de futuro que podemos realizar en este momento. Completar esta estrategia garantizando el acceso a las medidas de prevención y fundamentalmente el preservativo y/o a programas de mantenimiento con metadona o material de inyección estéril en el caso de usuarios de drogas inyectadas, constituye asimismo una necesidad. Intervenciones dirigidas a las poblaciones más vulnerables y adaptadas a la realidad demográfica cambiante (8,4% extranjeros) desarrollo y evaluación participa la sociedad civil y, especialmente, personas de la propia población deben también adecuarse y reforzarse. Pero además existe otro reto adicional. En España se estima que un 25%, de las infecciones por VIH están sin diagnosticar, y de los diagnósticos de sida de 2004, en un 38,7% de ellos la persona no conocía previamente su seropositividad al VIH. Este hecho significa que en nuestro país alrededor de 35.000 personas tienen la infección y no pueden beneficiarse del seguimiento médico y tratamiento, ni quizás proteger y protegerse conscientemente a sus parejas sexuales. Y en esta área de prevención donde también se abre otro gran reto: el desarrollo de nuevas tecnologías de prevención efectivas, aceptables y asequibles. De forma concreta, el desarrollo de microbicidas y, por supuesto, la obtención de una vacuna preventiva, constituirían grandes avances sino la solución en el caso de la vacuna a la epidemia. Los esfuerzos realizados en estos campos a nivel internacional en los últimos años son notables aunque los avances reales han sido lamentablemente discretos. No es posible en la actualidad ver respuestas al enorme desafío científico, que representa la vacuna efectiva del VIH. Ya en el ámbito más concreto de paciente infectado a pesar de los enormes avances logrados, quedan todavía muchos retos por delante. El conocimiento de la etiopatogenia de los “nuevos” trastornos asociados al VIH como la lipodistrofia en sus diferentes variantes, alteraciones morfológicas, metabólicas, el riesgo cardiovascular o la osteopenia así como su manejo son una de las prioridades en el momento actual. Esto obliga a la búsqueda de nuevos fármacos ARV con menor toxicidad y efectos secundarios, y más cómodos para el paciente y faciliten la adherencia. Otra importante área de trabajo, es la búsqueda de nuevas dianas (co-receptores, integrasa, terapia génica, inhibidores de la maduración) la mejoría de las familias actuales (barrera genética, resistencias cruzadas) o incluso el desarrollo de la inmunoterapia líneas que presentan claros retos en la actualidad. El avance en el manejo de las coinfecciones, especialmente de virus hepáticos, y de otras infecciones oportunistas asociadas al VIH/sida, complementan también las áreas que presentan todavía retos para los próximos años. También merece la pena destacar el planteamiento de nuevas estrategias terapéuticas como la posibilidad de interrupciones prolongadas de tratamiento o la simplificación terapéutica (monoterapia) o el campo de las vacunas terapéuticas. Como puede intuirse son muchos los avances, pero muchos también los retos. Pero es por encima de todos ellos donde se debe mencionar un aspecto que aún siendo todavía un reto, debería ser una realidad de hace muchos años. La desaparición del estigma de la discriminación que sufren las personas con infección por VIH o con sida. Sorprende que, ya en el siglo XXI, no hayamos sido aún capaces de entender que el VIH/sida afecta a la salud y la vida de las personas, pero que deja intactos su dignidad y derechos. La promoción de los derechos humanos, por muy diversos motivos, es un factor esencial para dar una respuesta efectiva al VIH/sida, y esto no es un reto, es una obligación.